Llevo años sin escribir, sin embargo, quería hacer un pequeño especial de Halloween con los Akatsuki, espero sea de su agrado y puedan dejarme un review o votar, muchisimas gracias. La historias estarán divididas en dos partes, este capítulo incluirá a cinco miembros y en el otro, incluiré a los demás.

Disclaimer: Akatsuki le pertenece a Masashi Kishimoto.

Advertencia: AU, terror, drabbles.

Pain.

—¿Ayer trataste de tocar mi puerta?

—Hmm, no. Vine hoy a las siete de la mañana, tuve turno de noche.

—No, por nada, seguramente estaba dormido.

.

Pain se encontraba realizando unos trabajos hasta tarde, eran pasada la medianoche y él debía enviar un par de informes. Su casa era pequeña, pero contaba con los lugares necesarios, la habitación donde mantenía su computador estaba junto a un jardín que conectaba con el de sus vecinos, cada uno dividido por un muro.

Se estaba cansando, de pronto, en el silencio que la madrugada acogía a los trasnochadores, escuchó un par de pisadas que venían desde la habitación principal, hasta la de él, la última.

Por un momento, se mantuvo atento e inmóvil, creyó que Konan había llegado más temprano ese día, pero nadie entró, sin embargo, sentía la presencia de alguien al otro lado de la puerta.

No hizo más nada y siguió haciendo su trabajo, pensó que quizá el cansancio le estaba pasando factura. Una vez más, comenzó a escuchar como alguien caminaba en el jardín, no sentía miedo, pero tampoco paz, decidió dormirse de una vez. Nunca supo quién o qué era lo que caminaba ahí.

Itachi y Kisame.

—Tuve un sueño muy extraño, bueno realmente fue una pesadilla—. Dijo Itachi llevando su café al comedor donde Kisame le estaba esperando para desayunar.

—¿Qué fue? —Preguntó Kisame.

.

Itachi estaba dormido, su habitación quedaba justamente al final de la casa y la de Kisame era la del principio. Escuchó como algo merodeaba por la cocina, quizá como un ratón, a lo mejor y se había colado uno ya que no tenían gato y frente a casa había muchas plantas, por ello no le tomó importancia y trató de conciliar el sueño.

Sin embargo, repentinamente tuvo como una visión de la sala de su casa en la que algo pequeño, más o menos parecido a la forma de un bebé, pero con aspecto más distorsionado empezaba a caminar desde la mitad de la sala de estar hasta su habitación y colarse en ella, Itachi despertó al sentir algo cálido en su cama.

-Diablos, ahora que lo mencionas tuve un sueño más o menos parecido-. Respondió Kisame con cierta intriga.

Kisame se veía así mismo sentado en el comedor, recuerda que alrededor de la mesa había muchos niños extremadamente pequeños ahí. Kisame sin percatarse notó como uno de esos empezó a subírsele en el cuerpo y a medida subía su cuerpo se ponía helado y rígido, como pudo dio un manotazo y logró tirar a ese pequeño bulto que salió despavorido hacia la habitación de Itachi, después de ello abrió los ojos al escuchar un vaso caerse en la cocina.

—Bueno, ni idea que significa, quizá solo sea una coincidencia—. Espetó Itachi, ambos se miraron y se quedaron callados.

Konan.

Había pasado todo el día instalando las cosas en la nueva casa junto a Pain, le dijo que cortaría un par de flores del jardín de enfrente para centro de mesa, eran unas flores pequeñas y blancas.

—Dicen que les pertenecen a los muertos—. Pain rio suavemente tras decir eso y entro a casa.

—Bueno lo averiguaremos—. Dijo Konan en un tono burlón.

El día transcurrió con normalidad, terminaron de arreglar la casa y preparar lo que les faltaba. Finalmente, después de horas trabajando, llegó el momento de descansar, ambos estaban agotados, por ende, dormir no fue un problema.

Konan despertó de tajo al escuchar ruidos en el comedor, no se movió ni trató de despertar a Pain, quien dormía profundamente a su lado. Konan dio un pequeño respingo cuando una de las sillas se cayó al suelo, procedente a eso, escuchó como el florero también cayó.

Pain seguía igual de inmóvil. La chica decidió volver a dormir, ya en la mañana revisaría que fue.

Al levantarse, Pain había recogido la silla y los restos del florero, las flores intactas sobre la mesa, Konan las agarró y las dejó en el jardín donde inicialmente las tomó. Después de eso, jamás volvió a tener otra situación así.

Sasori.

—Iré a dormir, te escribo mañana—. Sasori cortó la llamada con Deidara, quería dormir temprano, cepilló sus dientes y se acostó.

Sasori tenía la costumbre de dejar la puerta de su cuarto abierta por el calor que llegaba a sentirse durante la madrugada, cerró los ojos y trató de conciliar el sueño.

Escuchó como alguien iba a su cuarto, creyó que era su abuela, sintió como la persona se quedaba frente a su cama. Sasori no abrió los ojos, esperando a ser llamado, pero ese llamado nunca llegó.

No sabía si moverse o ver qué era. Sintió como la cama, justo a su espalda, comenzó a hundirse, alguien se estaba acostando junto a él. Sasori recordó que estaba solo. Cerró los ojos con más fuerza y finalmente quedó dormido.

.

¡Gracias por leer!

Los veo en el siguiente.