Octubre 1812 – Noviembre 1812

Se dice que no hay mejor medicina que el tiempo para curar todas las heridas, especialmente las del alma, pero es muy difícil recuperarse de una perdida tan grande como la que tuvieron Jane y Elizabeth.

Para Elizabeth quizás fue más fácil que para Jane ya que estaba muy ocupada todo el día en el huerto, ayudando en las tareas de la casa a Molly - la única sirvienta que tenían - y además estaba inconscientemente pendiente de la salud de su hermana. Por su parte Jane aún tenía problemas respiratorios, se agitaba cuando salía a caminar con Elizabeth y no había recuperado por completo la movilidad de los dedos de su mano derecha. Por momentos se sentía muy deprimida y sentía que era una carga para su hermana, pero Lizzy se enojaba cuando insinuaba eso y era de las pocas discusiones que tenían…

"… Quisiera poder ayudarte más, Lizzy. No es justo que tengas que hacer todas las tareas tú, mientras que yo estoy descansando dentro de la casa todo el día."

"Jane, sabes que siempre me ha gustado estar al aire libre y hacer ejercicio. En Hertfordshire solía salir a caminar todos los días que el tiempo lo permitía y hacia lo posible por estar fuera de casa. Además, las tareas más pesadas las hacen Molly y Tomy." Tomy era el hijo de un granjero que tenía 12 años que ayudaba a Elizabeth una o dos veces a la semana a cambio de unas monedas. Además, Jane le estaba enseñando a él y a Molly a leer y escribir.

"Igual, me gustaría poder ayudarte. Me siento tan inútil."

"No te imaginas cuanto me ayudas al entretener a la Sra. Maxwell, o mejor dicho a Victoria, cuando viene de visita. Se que es una muy buena mujer, tiene muy buenas intenciones, y estoy agradecida por todo lo que hace por nosotros." Suspiró, "pero también es una mujer que evidentemente está muy aburrida, es muy entrometida, y no entiende que no me interesa el Sr. Stuart."

Jane rio levemente, "Pobre Sr. Stuart." Hizo una pausa, "Lizzy, por favor, dime la verdad ¿te gusta vivir aquí? ¿o vives aquí por mi culpa?"

Lizzy abrió muy grande los ojos, ya había tenido varias conversaciones muy parecidas con Jane. Le costaba que su hermana entendiera que uno de los motivos principales por lo que aún sentía deseos de vivir y de seguir adelante era porque ella estaba viva. "Jane, ya hemos tenido conversaciones similares a esta varias veces. Yo estoy feliz viviendo contigo, y sabes que siempre me gusto más la vida en el campo que en la ciudad. No tienes que pensar ni por un segundo que estoy viviendo aquí obligada, ya que no hay nada más lejos de la realidad."

Jane suspiró con tristeza, "Es que a veces siento que soy una carga para ti, y si no fuera por mi estarías mucho mejor. No puedo ni siquiera ayudarte en la granja y a hacer las tareas de la casa porque me agito y tengo tos, me cuesta mucho coser e incluso me cuesta escribirle a la tía Gardiner."

"Jane, no digas más tontería, tú eres quién me da fuerzas para seguir viviendo…"

PPP

Diciembre 1812 – Abril 1813

La navidad y fin de año fueron muy tristes ese año, la buena Sra. Maxwell las invitó a su casa ya que iban a estar el Sr. Harrington y el Sr. Stuart, pero Jane y Elizabeth en ambas ocasiones declinaron la invitación. No tenían ganas de festejar, y ese año no fueron a la iglesia. Ambas pasaron esos días recordando las navidades pasadas: el ponche que hacia la Sra. Hill, los regalos, la visita anual de los Gardiner, el baile de navidad de Meryton…, y tantos otros recuerdos.

Durante los meses del frío invierno, Elizabeth tuvo muchísimo temor que Jane se enfermara y estaba constantemente chequeando que no hiciera frío en la casa y que su hermana estuviera abrigada y sobretodo que se alimentara bien. Por suerte la casa tenía una gran estufa en el comedor, así como también en el dormitorio principal. A pesar que la casa tenía dos dormitorios, además de un pequeño cuarto de servicio, Lizzy y Jane dormían en la misma habitación ya que era una costumbre que tenían desde hacia años. Tommy se había encargado de cortar y acarrear muchísima leña para que sus 'patronas' no pasaran frío, y la había dejado apilada al costado de la casa y tapada con una tela para que no se mejora.

La buena Sra. Maxwell e incluso el Sr. Harrington le enviaban al menos una vez al mes una canasta con jamón y carne especialmente para Jane. Por su parte, Elizabeth y Jane les enviaban huevos, queso o manteca que Molly sabía hacer y le quedaban muy bien, y en los meses de invierno limones de sus limoneros.

El invierno paso sin ningún sobresalto y Jane siguió recuperándose. Tosía cada vez menos, y rara vez tenía problemas respiratorios, también había recuperado casi por completo la movilidad en los dedos de su mano derecha.

Con la llegad de la primavera, llegó el primer aniversario de la muerte de sus padres y hermanas. Fue un día extremadamente triste y cargado de recuerdos para ambas; pero habían resuelto que iban a dejar por completo el luto atrás y continuar con su vida.