Comienza Parte II: Darcy

Abril – junio 1812

Después de la fallida propuesta de matrimonio y subsecuente carta que le escribió a la Srta. Bennet, Darcy regresó cabizbajo y malhumorado a Londres con su primo. Georgiana desde hacía unos meses se estaba quedando en casa de los Matlock, ya que Lady Matlock la estaba ayudando a prepararse para su entrada en sociedad que iba a ser a fin de ese año. Dado que no estaba de buen humor, habló con Lady Matlock para que Georgiana se quedara unos día más en casa de los Matlcock, ya que quería evitar que su hermana se preocupara por él.

Varias veces repasó en su cabeza su compleja relación con Elizabeth. Desde el momento que la conoció en el baile de Meryton, los días que compartieron en Netherfield Park, los paseos por los senderos de Rosings, hasta la noche de la propuesta de matrimonio.

La familia de ella tenía un comportamiento atroz, en particular su madre y las dos hermanas menores; era perfectamente normal que su familia fuera un gran obstáculo para que él se decidiera a proponerla matrimonio…

Reconocía que quizás no tenía que haber sido tan franco con ella en todos los obstáculos que tuvo que vencer para proponerle matrimonio, pero pensaba que una mujer inteligente como pensaba que era Elizabeth iba a apreciar el gran sacrificio que él estaba haciendo al proponerle matrimonio. Él era nieto y sobrino de un conde, era un hombre rico de los primeros círculos de Inglaterra. Los Darcy si bien no tenían título hacía 800 años que estaban asentados en Inglaterra y eran terratenientes. Por otro lado, ella era simplemente la hija de un caballero de menor rango, que además tenía conexiones estrechas con el comercio… y ni siquiera tenía una buena dote para suplir todas esas carencias. Sabía que sus conocidos se iban a burlar de él si se casaba con ella, sus tíos los Matlock se iban a desilusionar y las posibilidades de Georgiana de casarse con un conde podían a disminuir… ¡y a pesar de todos esos contratiempos estaba dispuesto a casarse con ella! ¡Que ella prefiriera a Wickham en lugar de él, era intolerable!

En las primeras semanas pensó en hablar con Bingley sobre Jane Bennet, ya que según Elizabeth estaba enamorada de él, pero después de pensarlo seriamente lo descartó… Era mejor dejar todo en el pasado, ya que estaba seguro que en poco tiempo Bingley iba a conocer un nuevo 'ángel', similar a los anteriores, y se iba a olvidar por completo de Jane Bennet. Además, otros de los motivos por el que descartó hablar con Bingley fue porque si retomaba su relación con Jane Bennet, se vería obligado en el futuro a ver nuevamente a Elizabeth…, y prefería no verla. ¡Tenía que olvidarse de ella!

A la tercera semana Georgiana se mudó con él. Hacia todo lo posible para que su hermana no se diera cuenta que estaba deprimido, y por ello hacia lo posible por estar poco tiempo con ella. Iba a su club de esgrima al menos dos veces por semana, y con más frecuencia que de costumbre iba a White's. Pasaba muchas horas en su despacho escribiendo cartas y analizando diferentes propuestas de negocios. Iba también a Hatchards buscando nuevos libros que pudieran entretenerlo.

Pese a que estaba tantas horas al día ocupado con todas estas actividades, e incluso comenzó a tomar más alcohol en las noches para poder dormir, no lograba sacarse a Elizabeth de su cabeza. Incluso una noche que estaba con su primo Richard en White's tomando un brandy, accedió a ir con otros caballeros al establecimiento de Madame Dupree…

Lamentablemente, a pesar que la joven era muy hermosa, volvió a su casa sintiéndose vacío y sin deseos de repetir la experiencia. Los únicos ojos que deseaba ver eran los ojos verdes oscuros con destellos dorados de Elizabeth, y la única mujer que quería tener entre sus brazos era a Elizabeth… Tenía que hacer algo urgente para que su vida volviera por completo a la normalidad, ya que era consciente que no podía seguir pensando en una mujer que lo había rechazado de esa manera. A la semana siguiente, los mismos caballeros lo invitaron nuevamente a lo de Madame Dupree, pero esta vez no aceptó.

Georgiana por su parte se daba cuenta que su hermano estaba distraído, había bajado de peso, y hablaba mucho menos con ella que de costumbre. Pero como era muy tímida, no se animaba a preguntarle directamente que le estaba pasando. Como consecuencia hablaban muy poco, y su relación era cada vez más distante.