Principio de Setiembre 1814

"… ¡Ya sabes que mi querida amiga Lady Sophia se casa en Londres en quince días y dos días antes sus padres hacen un baile en honor a la boda! ¡Nos conocemos desde hace muchos años y quiero ir a su boda!"

Darcy miró a su esposa con el ceño fruncido ya que dos días atrás habían tenido la misma discusión, "Si recuerdas, hace dos días te dije que no puedo ausentarme de Pemberley durante la cosecha."

"Si lo recuerdo, pero no entiendo porque no puedes dejar todo en manos de tu administrador, ¡para eso es el administrador!"

Darcy contestó fastidiado, "También te lo dije varias veces, mi bienestar, el de mis inquilinos, el de mis sirvientes e incluso el tuyo, dependen de las decisiones que tome y de las cosechas. Todavía estoy negociando la venta de granos, de lana y de otros productos de Pemberley con unos conocidos, y hay muchas cosas aún que debo hacer. Dado que contribuiste con solo 10.000 libras al matrimonio en lugar de las 30.000 que esperaba, no estoy en condiciones de arriesgar cientos o quizás miles de libras por ir a la boda de Lady Sophia, o de quién sea."

Muy frustrada Lady Maria que deseaba fervientemente ir a Londres – aunque honestamente no era gran 'amiga' de Lady Sophia – le respondió, "Te entiendo, pero pensando que quizás podría ir yo sola por unas semanas, y cuando termines lo que tienes que hacer en Pemberley puedes ir a Londres a pasar la temporada conmigo." Hizo una pausa, "Me parce que esa sería una excelente solución…"

Después de tener dos veces más la misma discusión y la misma propuesta de Lady Maria, Darcy terminó accediendo al pedido de su esposa. La verdad era que fuera de las ocasionales visitas a su recamara, que cada vez eran más en un deber por producir un heredero que en placer, no compartía prácticamente nada con ella y poco le importaba lo que hiciera el resto del tiempo.

Comenzó a entender mejor a su padre, y a otros hombres de la alta sociedad que se habían casado simplemente por conveniencia sin tener nada en común con sus esposas y buscaron la felicidad fuera del matrimonio. Dado que era un hombre de moral intachable - aunque por momentos se sintiera muy frustrado con su matrimonio - no iba a hacer lo mismo que ellos. En momentos de reflexión - en gran parte por la conversación que había tenido con su primo sobre Esteban Hauton - pensaba como habría sido su vida si se hubiese casado con la Srta. Elizabeth Bennet…, sabía que eran inútiles esos pensamientos ya que el pasado no podía cambiarse. Lo hecho, hecho estaba y tenía que vivir con las consecuencias. Tenía a Pemberley, que era su orgullo, y con suerte en unos años tendría un heredero…

Octubre – noviembre 1814

En los siguientes dos meses, Lady Maria visitó a varias de sus 'amigas' en Londres y participó de varias fiestas. Hubo varios comentarios sobre la ausencia de Darcy, pero como era relativamente común que los hombres tuvieran vidas separadas de las mujeres, los comentarios quedaron en la nada.

En el baile de compromiso de Lady Sophia, se encontró con Sir Thomas, que era un barón empobrecido que había querido casarse con ella. Dado que él no tenía dinero suficiente y además precisaba al menos 15.000 libras para lograr saldar las deudas que su padre había dejado al morir, todo quedó en la nada.

Sir Thomas estaba cortejando a Caroline Bingley; él precisaba su dote, y ella quería tener un título nobiliario. Ninguno de los dos tenía la ilusión que había sentimientos afectivos entre ellos, tenían bien claro lo que querían y estaban satisfechos con eso.

Por su parte, Sir Thomas adulaba y le decía todo lo que quería escuchar a Lady Maria ya que la consideraba una mujer muy hermosa por la que sentía una fuerte atracción física. Lady Maria por su parte se sentía hermosa, disfrutaba muchísimo de las atenciones de Sir Thomas y coqueteaba con él. Incluso en una fiesta a fines de noviembre – una semana antes que llegara Darcy – se escabulleron en un set de baile y consumaron su relación. Sir Thomas tenía mucha experiencia con las mujeres, ya que en el pasado había tenido dos amantes y tenía muchos deseos de tener intimidad con Lady Maria.

Si bien el encuentro fue relativamente breve, ya que ambos tenían miedo de ser descubiertos, fue muy placentero para Lady Maria. Volvieron al salón de baile con muchos deseos de repetir la experiencia. Solo pudieron verse una vez más antes que Darcy volviera, ya que era difícil propiciar oportunidades y era muy arriesgado…