Vamos al grano, recuerden votar y comentar.


Acto 2: Lobo

Como si despertara de un sueño pesado, adolorida y llena de moretones, asumiendo con irritación que ya era hora de empezar las labores del día… abrió los ojos encontrándose con el terroso suelo recordándole su situación.

Viendo a su alrededor, noto dos cosas…

Uno, el sol se había ido y ahora la luna reinaba el cielo en una escalofriante noche sin estrellas, ocultas tras gruesas nubes grises.

Dos, no reconocía nada a su alrededor.

Miro temerosa la extensión del oscurecido bosque, pues ahora los jabalíes eran el menor de sus problemas.

Podía escuchar búhos junto a otros animales a la distancia y el viento hacia un silbido espeluznante al azotar los árboles.

No era su primera vez explorando lo agreste, de vez en cuando tenía que recolectar bayas, especias, hierbas, entre otras cosas para complementar la alacena, incluso en ocasiones su padre la llevaba como apoyo para cazar, aunque en resumen solo cargaba sus cosas como lo haría un hijo varón.

Pero justo ahora, podía sentir un nudo haciéndose en su garganta mientras abrazaba su golpeada persona, sintiéndose abrumada ante la inmensidad del bosque.

Quedarse quieta no haría ningún bien, así que empezó a moverse.

Reviso su bolsillo, esperando que la brújula estuviese intacta para darle aunque fuese un indicio de adonde debía ir.

Toco todas sus prendas buscando dicho artilugio "N-no está" dijo con incredulidad, mientras la desesperación empezaba a trepar por su espalda.

Siguió recorriendo los sectores más visibles del bosque, intentando deducir sus propios pasos para encontrar el camino de vuelta… era más fácil decirlo que hacerlo.

"… T-todo se ve igual" Se dijo así misma con mortificación.

Temía que, si se adentraba en la parte más densa del bosque, encontraría algo peor que un jabalí.

Se recargo solo un minuto contra el tronco de un árbol para descansar, ella ignoraba que, desde su despertar, había estado siendo observada.


Su paseo nocturno se extendió tanto, que empezó a ganar facilidad para ver en la oscuridad, solo los bordes, algunas siluetas de árboles, entre otras cosas, pero aún no reconocía el entorno.

Por un momento, noto que, a una distancia considerable, una sección del suelo parecía extrañamente pulcra adentrándose en medio de algunos árboles… como un camino formado de manera intencional.

Sintió como se inundaba de alivio para sin dudarlo empezar a seguir ese camino, con un andar apresurado y una expresión esperanzada.

Que empezó a desvanecerse al ver que al cabo de la primera hora caminando sola en la oscuridad, todo se veía cada vez más infamiliar.

"No es el sendero… no es igual al de la granja, puede que me esté alejando aún más, pero tal vez… si encuentro a alguien más, puedan resguardarme y darme orientación, solo un poco más" Se dijo para mantenerse optimista y caminando.

A pesar de haber estado inconsciente hasta la llegada de la noche, seguía agotada por tanto andar sin rumbo, la paliza que le dio ese jabalí y esa caída estaba tomándole factura, por lo cual tomo un nuevo descanso junto a una roca.

Mientras se deslizaba hacia el suelo con la intención de descansar solo un instante, su mano toco una humedad viscosa.

Solo le tomo una corta observación, para ver el color rojo húmedo en su mano por la escasa luz de luna, sintió un hueco en el estómago al tiempo que se ponía de pie tan rápido como podía.

Un rastro de sangre se dirigía al cuerpo de un jabalí a unos metros de donde ella se encontraba, probablemente el animal había intentado dar un último intento de huida de alguna amenaza, una parte de ella quiso pensar que tal vez algún cazador había sido el responsable y que tal vez podría ayudarla.

Pero sus ojos se abrieron con horror al ver como al lugar de descanso del animal, llegaba una criatura vagamente conocida para ella.

"¿U-un lobo?"

La interrogante se debía a una simple razón, los lobos solían verse muy diferentes a la criatura de casi dos metros que andaba en sus patas traseras ligeramente encorvado, intimidante por las enormes garras que mostraba en sus extremidades superiores.

Esa aparición parecía preparar el cuerpo fresco del jabalí para ser llevado envuelto con cuerdas para su transporte.

Era hora de irse, no le importaba tomar todo el camino de regreso.

Mientras retrocedía sigilosamente, su pie resbalo en la grava haciendo un ruido que hizo voltear a la criatura lupina.

Michiru se dio la vuelta casual y disimuladamente con una sonrisa de pánico, para empezar a andar con prisa por donde había venido, esperando que la criatura se diera por servida con su presa y decidiera ignorarla.

Al voltear brevemente, las pupilas de Michiru se encogieron con puro y helado terror al ver a la criatura caminar a paso veloz detrás de ella, con ojos que parecían brillar en la oscuridad y un andar tan escalofriante que parecía un ser de pesadilla, la chica dio un respingo a la vez que sentía su corazón bombear sangre por litros.

"¡GYAAAAAAAAAAAAHHHH!" la chica en la caperuza roja grito agudamente al tiempo que empezó a correr tan rápido como podía, olvidando la noción de la orientación y centrándose únicamente en su supervivencia.

Viendo de nuevo sobre su hombro, pudo ver que la criatura le seguía el paso apenas esforzándose en correr en dos patas, como si para el fuese una caminata a alta velocidad, cargando el cuerpo del jabalí sobre su espalda con aquella red de cuerdas.

La sola imagen mental de su propio cuerpo sin vida siendo cargado de la misma manera, la hizo empezar a soltar lágrimas de miedo "¡P-por favor déjame en paz! ¡L-lo siento, solo deja de seguirme!" le suplico a su perseguidor esperando que se compadeciera de ella.

Este pareció intentar darle alcance con su garra, la cual roso su falda logrando atorarla en la tela casi sellando su destino, pero su buena fortuna la defendió por una sola vez, pues la falda se rasgó, solo para dejarla escapar sin que esta se rompiera del todo.

Intento de todos los modos sacárselo de encima, dando vueltas por los árboles, corriendo en círculos, saltando por encima de obstáculos, pero parecía ser insuficiente, pues estos obstáculos eran insignificantes para él que un paso suyo parecían tres de ella, por un momento este casi logro acorralarla contra una elevación, obligándola a rodar por debajo de él, escapando por los pelos mientras sentía un infarto cada vez más cerca.

Fue una larga y tortuosa carrera por su vida por lo que le pareció una eternidad.

Y por lo visto ella fue la victoriosa… pues su perseguidor desapareció de su vista, sus cansadas piernas cedieron haciéndola caer de rodillas y jadeando al punto de hiperventilarse, rogándole al cielo que no fuese un truco para emboscarla, se arrastró hasta lo que su vista identificó como un tronco hueco.

Se metió ahí, esperando no ser visible para ningún ser vivo, su agotamiento la consumió y la hizo desfallecer en un sueño.


Fue mas corto de lo que me gustaría, pero algunos van a ser muy largos, recuerden votar y comentar, espero verlos luego en el siguiente capitulo.