Después de varias horas, en que no salió de su despacho, ya había decidido lo que iba a hacer. Su esposa se había retirado a su dormitorio, y Darcy contrario a su costumbre entró sin tocas la puerta. Ella estaba sentada frente al espejo de su cómoda, y su doncella le estaba cepillando el pelo. Al ver entrar a su esposo, despidió a su doncella.
"Te estuve esperando más de una hora para cenar. La Sra. Tilk me dijo que pediste que te llevaran una bandeja de comida a tu despacho. La próxima vez podrías avisarme para que no se enfríe la comida."
Darcy la miró con desprecio, "Tenía muchas cosas que hacer y que pensar." La miró a los ojos y la agarró fuertemente de los hombros, "Dime querida esposa, cuantas veces tuviste intimidad con Sir Thomas. Acaso pensabas que no me iba a enterar."
Lady Maria abrió muy grandes los ojos y se quedó sin palabras, "Mañana mismo salimos para Pemberley y desde ahí te vas a ir a Escocia. Voy a encargarme de alquilar una cabaña y allí tendrás ese niño."
"Suéltame, me estás lastimando... No puedes hacer eso, es tu hijo."
Darcy se soltó los hombros, "¿Mi hijo? ¿Por qué habría de creerte? ¡Quién sabe con cuantos hombres más has compartido favores!"
"Es tu hijo, no sé quién te dijo esa mentira. ¡Jamás te fui infiel!" comenzó a llorar.
"Te vieron. Así que, no pierdas tiempo ni energía negando lo que ya sé."
"¡Te juro que es tu hijo!"
"Muy bien, si realmente me convenzo que es mi hijo vivirá conmigo en Pemberley, sino lo entregaré en adopción." Hizo una pausa, "A ti no quiero volver a verte. Tengo poder, dinero suficiente y testigos para divorciarme de ti. Puede llevar tiempo, e incluso soy consciente que voy a ser por un tiempo el hazmerreír de Londres, pero no me importa."
Lady Maria lloraba desconsolada, era consciente que su vida estaba completamente arruinada y nunca más iba a poder volver a Londres. Sus padres le iban a dar la espalda, para preservar la reputación de su hermana que todavía era una niña, y sus amigas no iban a querer tener ningún tipo de relación con ella. ¡Cómo podía haber sido tan tonta!
Estaba casi segura que el niño era de Darcy porque Sir Thomas había sido muy cuidadoso las veces que tuvieron intimidad para que no quedara embarazada, pero nunca pensó que Darcy se fuera enterar…
A la mañana siguiente antes de salir para Pemberley, Darcy fue a ver a Lord Matlock. Le contó con lujo de detalles sobre la infidelidad de Lady Maria, y le pidió que lo ayudara a conseguir el divorcio. Como era de esperar su tío trató de persuadirlo para que cambiara de idea, ya que los divorcios eran costosos, el padre de Lady Maria también era un conde e iba a ser el hazmerreír de Londres.
Después de darse cuenta que su sobrino no iba a cambiar de idea, Lord Matlock a regañadientes aceptó. Sabía que él era más poderoso que Lord XXXX, y que con los testigos adecuados era probable que Darcy efectivamente consiguiera el divorcio. Entendía que su sobrino no quería bajo ningún concepto aceptar la posibilidad que el hijo de otro hombre heredara Pemberley, ya no confiaba en su esposa e incluso no quería volver a tener ningún tipo de contacto con ella.
Lord Matlock no podía creer que Lady Maria fuera tan tonta de no esperar a tener un hijo o preferentemente dos con Darcy antes de tener un amante…
Durante los tres días que duró el viaje a Pemberley, Darcy no le dirigió la palabra a su esposa. En más de una ocasión Lady Maria trató de hablar con él, pero simplemente la ignoró. Maldecía para sus adentros el día que se había casado con ella. Sabía que se había casado con ella porque era la hija de un conde, y también para terminar de olvidarse de la Srta. Bennet. ¡Lamentablemente lo último no lo había logrado del todo, ya que bastaba con que la viera por un segundo y ella volvía a invadir sus sueños! Sin embargo, estaba seguro que ni siquiera con Elizabeth Bennet le habría sido infiel a su esposa…
Dos días después de llegar a Pemberley, el esposo de la Sra. Reynolds y una sirvienta escoltaron a Lady Maria a Escocia. Se iba a quedar allá con una única sirvienta y posteriormente una enfermera…
