Me lo pensé mucho para abordar este escenario, si alguien tiene sensibilidad a ciertos escenarios, me disculpo de antemano, pero antes le advierto que no hay vore o algo parecido, solo Lemon.
Acto ?; Y el lobo se comió a caperucita.
La chica en rojo, empezó a abrir los parpados, su primera alerta vino cuando se dio cuenta de que seguía sin estar en la granja y ahora tampoco en el bosque, divisando un suelo hecho de piedra.
Miro a su alrededor aterrada, estaba en un interior, pero el lugar era lúgubre y encerrado como un calabozo, solo iluminado por un farol, al intentar moverse, se dio cuenta de que sus brazos estaban sujetos por encima de su cabeza, a su espalda había un poste de acero con un gancho donde sus muñecas estaban presas de una plancha de madera que se atrancaba detrás del barrote, haciendo inútil el intentar retraer sus manos, poniéndola en una posición muy vulnerable.
Empezó a recordar… después de perderse y vagar por el bosque en camino a casa de su abuela, luego de ver a aquella criatura de pesadilla y ser perseguida por esta, ella casi logra escapar, pero a mitad de su carrera…
Se había tropezado con un insecto.
La hizo caer y golpear su frente con una raíz… se había quedado inconsciente.
Eso significa… que la criatura la trajo aquí, y si no la había matado rápido y sin dolor mientras no tenía consciencia, eso significaba que planeaba hacer algo con ella estando viva.
Presa del pánico, intento luchar con sus ataduras, lo hizo por largo tiempo, hasta que el ruido producido por la madera golpeando el metal pareció atraer a alguien.
Michiru emitió un sollozo angustiado a la vez que intentaba liberarse con más fuerza, pero el cuadro de madera ni siquiera se astillo.
Vio con completo pavor, como el ser lobuno irrumpía por una puerta de madera grande, posando sus ojos en su indefensa persona.
Michiru tenía muchas cosas en mente, súplicas, llantos, amenazas, plegarias, pero se las reservo a causa de su incredulidad al ver al lobo de aspecto completo.
No había prestado atención, para ver que este traía un odre, un plato de madera con frutas silvestres y un pedazo humeante de carne, el cual coloco en una mesa de madera en un lugar de la habitación.
Acercó el odre a la cara de la renuente chica, quien tras negarse brevemente volteando la cara, esta terminó tomando la boquilla del mismo, empezando a beber lo que confirmo era agua.
Sintió alivio al recibir el vital líquido en su sedienta garganta, después de hacerla beber, este acerco la comida a sus labios, haciéndola comer la fruta dándole pequeñas mordidas hasta dejar solo los centros, luego siguió con la suave carne, está la comió hasta solo dejar los huesos, pudo apreciar que sorprendentemente estaba especiada y sabía muy bien.
Comió de su mano olvidando por un momento el miedo, ni siquiera se detuvo a pensar que clase de carne era, pero habiendo probado solo un par de veces el puerco, lo identificaría donde fuera.
Después de alimentarla, limpiar sus mejillas y labios con una tela extrañamente limpia, le dio la espalda para devolver el plato a la mesa, le agradecería si no fuera una prisionera en este sitio.
"¿P-porque me das comida?" le interrogo poniéndose tan firme como podía, pese a su desventajosa situación.
"Necesitas energía…" Respondió de espaldas, su voz era muy profunda, no oculto su sorpresa por la repentina habla.
"¿Por qué? ¿Para qué me trajiste?" no estaba segura si quería saberlo, pero la incertidumbre no era mejor opción.
Este individuo se dio la vuelta, se aproximó a ella y acarició su mejilla haciéndola respingar.
"¿No es obvio?" le pregunto con una sonrisa perversa en sus fauces.
Michiru empezó a aterrarse sin poder moverse de su sitio, por un momento quebrando su voz.
"N-no… p-p-por favor, y-yo… " su suplica fue detenida por un suave dedo en su mentón, luego este empezó a acariciar su rostro con adoración, tanto que le pareció casi pacificador, pero el miedo y la desconfianza no irían a ningún lado.
"Tranquila, me aseguraré de ser muy gentil…" desabrocho su caperuza y se la retiro para ponerla en un colgador en aquel lugar.
Si iba a ocurrírsele algo, tenía que ser ya.
"M-mi padre e-está a solo unos kilómetros, p-podría venir en cualquier momento, t-tiene un rifle de cacería y… y… " Michiru sabía que había muchas cosas sobre eso que no eran verdad, como que su padre había perdido el arma después de salir borracho a cazar, pero intento intimidarlo de todas formas.
El la miro con algo de lastima, sin poder creer que creyera que eso funcionaria.
"¿N-no?" Sonrió torcida mientras recibía una negación con la cabeza.
"Acabas de perder tu ropa" le dijo acercándose a su rostro haciéndola respingar.
"¡N-no!" intento enroscarse como una larva para salvaguardar sus prendas.
Pero se quedó atónita al ver como rasgaba su camisa como si fuera de papel.
"¡… N-no tengo tantas de esas ¿sabes?!" se tomó la libertad de reclamarle viendo que ya no tenía escapatoria y que él tenía un nulo respeto por sus cosas.
"Ya no la necesitaras" Le dijo burlón para su molestia.
También le arranco la banda de tela de sus senos, pese a que Michiru seguía suplicando y retorciéndose.
Una vez expuestos, dio un largo vistazo a sus modestos pechos haciendo que la chica se cohibiera, tomó nota de darle un baño luego.
Fue más gentil con su falda, solo desabrochándola y retirándosela mientras ella intentaba cerrar sus piernas con toda su fuerza para salvar la última prenda.
Ante su enternecedora resistencia este la llamo con una caricia a su mentón.
"Puedo romper tus bragas si quieres, pero ya no podrías usarlas" le dijo con persuasión y embustería.
Michiru hizo una expresión martirizada antes de abrir las piernas y dejar que sus bragas se deslizaran de su persona.
Su captor le dio un largo vistazo a su cuerpo maravillándose de su aspecto.
Pese que Michiru estaba al borde de la desesperación, esta decidió no darle gusto con más llantos o suplicas.
"¿Q-que esperas? H-hazlo de una buena vez" le bufó intentando no quebrarse en el proceso.
"Se paciente, tenemos toda la noche" le respondió de nuevo con altanería, Michiru solo pudo bufar y sacarle la lengua al respecto.
Acercándose a su cuerpo expuesto, este tomo su mentón, haciéndola seguir su mirada, con su dedo pulgar la hizo abrir la boca, para sin ninguna reserva meter su lengua dentro de su boca en un extraño beso.
Michiru quedo en shock, empezó a zarandearse intentando ahuyentarlo sin éxito, este se separó levemente de ella "Oh, cierto, si me muerdes, yo te muerdo a ti" le advirtió a la chica, que no había tenido esa idea hasta ahora.
Reanudo su beso con ella, quien intentaba de todas las maneras apartarse, sin embargo, su resistencia seria reemplazada por la resignación, que luego dio paso al atrevimiento, el lobo se vio sorprendido de sentir la lengua de la chica devolver la afrenta enredándose con la suya, eso lo animo a ser aún más invasivo, lo cual extendió el beso por minutos.
Al terminar, Michiru parecía jadeante y aun de mal humor, pero también sonrojada y acelerada.
Rodeo a la chica cautiva, para colocarse detrás de ella y poner sus garras en sus senos.
Temió que planeara marcar su piel con esas bruscas garras haciéndola encogerse, pero en cambio empezó a masajearlos gentilmente con sus enormes manos, ella solo podía mirar impotente como se daba gusto y jugaba con sus modestos pechos, sello sus labios para evitar hacer algún sonido que le diera satisfacción, pero a tan solo unas cuantas caricias en sus aureolas, rozar sus pezones con sus pulgares, doblarlos, presionarlos, retorcerlos y pincharlos, Michiru emitió un sonido vergonzoso.
"¡Nhaahhhh~! ¡n-no los estires!" Le pidió ruborizada frustrándose consigo misma, mientras restregaba sus piernas y se removía atrapada en sus manos.
"Te veras preciosa goteando leche de estos adorables pechos" De nuevo esa voz burlona y provocativa, pero ahora sabia que si no escapaba estaría aquí para largo "¿Te gusta esto no es así?"
"N-no…" negó tartamudeando y gimiendo en un adorable color rojo cereza en su cara, en una última molestia, masajeo sus pezones posando sus índices sobre las puntas y jugando con ellos rápida pero delicadamente.
"Lastima, tendré que esforzarme más" le dijo con una falsa tristeza para luego deslizar su garra a su entrepierna, su adorable clítoris recibió un masaje que la hizo abrir levemente las piernas.
"¡Ghhnnngggg~!" se estremeció recibiendo el desconsiderado tratamiento de su captor, por solo unos minutos en los cuales intentaba mantener ocupada su mente para no pensar en su indefenso botón siendo presionado y molestado, pero era inútil, estaba sintiendo placer "¡AAHHH~!" Siguió siendo cruel con ella, hasta que la hizo tener un orgasmo con sus dedos, Michiru se encogió mientras sentía su entrepierna gotear hasta el suelo.
"No se sintió bien en absoluto, me imagino" recibió otra burla a su orgullo mientras su captor observaba sus dedos húmedos, los lamio teniendo una probada de la chica ante sus ojos.
Dirigió sus manos a sus indefensas axilas, deslizando sus garras por su sensible piel "¡N-No! ¡AHÍ NO! ¡Te lo ruego, todo menos ahí!" Se sorprendió por esa respuesta, no tenía planeado enfocarse en ellas, pero ante su ruidosa protesta, se tentó aún más a tocarlas.
"¡NOOOOOOOOOO!"
…
Poco después, Michiru estaba sin aliento y afónica de haber reído a todo pulmón por solo unos minutos que le parecieron eternos, era un bruto.
Este la rodeo de nuevo, intentando ponerse a altura de su ingle, Michiru se agacho al mismo tiempo imitándolo y mirándolo con una rabia asesina por su reciente asalto a sus sensibles axilas.
Le gustaba ese espíritu.
Al intentar sujetarla por los muslos, esta intento patearlo en respuesta, siendo detenida solo con su mano y recibiendo una mirada desaprobatoria, secretamente adorando lo inclemente que era.
"Al menos tenía que intentarlo" se dijo a sí misma, mientras era levantada a lo más alto del poste, al tiempo que la hacía sentarse en sus hombros.
Cara a cara con su rosada venus, empezó a darle una lamida minuciosa, delineando todos sus rincones, labios y pliegues, sin dejar nada sin tocar.
Desde el primer contacto, Michiru había echado la cabeza para atrás, golpeando el poste y azotando las esposas de madera contra el mismo, intentando usar sus manos para hacer literalmente cualquier cosa.
Era inútil, la tenía a su merced y podía hacer lo que se le antojara con ella.
"¡Ghaahhh~ nghaaah~ hahhh~!" Sus gemidos desordenados solo la ponían en evidencia, debía ser injusto que algo tan vulgar se sintiera tan exquisito.
Apenas su obscena lengua se metió dentro de ella llenando su vulva, Michiru se tensó por completo, sorprendida de lo fácil que había llegado a otro clímax infernal.
Jadeando y sudando, esta empezó a colgar de su atadura, esto acabaría con ella, no podría resistir mucho mas de esto.
Y por lo visto el aun no terminaba, sujetándola por su posterior, la coloco a su altura y le enseño lo que planeaba meter en ella.
Viendo esa enorme, palpitante y roja forma, Michiru ahogo un gimoteo mirando suplicante a la bestia.
"P-por fav… hmmp~" Su ultimo ruego fue silenciado por otro beso, la carne del lobo empezó a entrar en ella, cualquier sollozo o alarido fue silenciado por sus labios, a pesar del cruel asalto, este seguía siendo tan gentil con sus caricias y sus besos como si intentara compensarla.
Ella quería mostrarle desafío con todo su ser, pero su cuerpo estaba traicionándola y su mente empezaba a dar lugar al consuelo con su tacto, solo su lado racional le decía que estaba en peligro y que tenía que salir de ahí lo antes posible.
Llevaba años sin ver a más personas, su padre era prácticamente un fantasma que nunca le mostraba afecto desde que su madre se fue.
Quería ser fuerte por sí misma, pero también se sentía desolada, por eso quería resistirse a caer en su juego enfermizo.
Porque si se apegaba a él, sería su fin.
El dolor empezó a transformarse en bliss, no podía ser posible que recibiera placer de este monstruo quien la hacía saltar en su virilidad a su gusto.
Siguió bombeando despiadadamente dentro de ella, dándole intermitentes descargas de placer.
"¡Hahh~! ¡Hah~! ¡NGHAAH~!" ahí iba otro.
El clímax la alcanzo una multitud de veces que la dejaron atónita, tenía una noción vaga del tiempo, esa habitación estaba oscura y sin vista del sol, pero desde que estaba con él, habían parecido horas.
Solo podía apoyar su mentón contra su hombro, aun intentando morderlo con todas sus fuerzas, no podría atravesarlo con la poca energía que tenía.
En algún momento, su captor finalmente logro su propio alivio con ella, al tiempo que gruñía con satisfacción, su vientre se llenó de un calor tan intenso que la hizo gemir una última vez.
Estaba llena de su semilla, se repitió incrédula y derrotada.
"Lo hiciste muy bien, caperucita~" La felicitó, acariciándola con entrañabilidad, dejándola desvanecerse en sus brazos.
…
Brevemente tuvo la noción de que más que haber perdido la lucidez, simplemente había cerrado los ojos y había sido transportada a otro sitio.
Era una habitación diferente, más iluminada que la anterior, sorprendentemente mejor decorada y acogedora que su vieja habitación en la granja.
Ya no estaba presa de aquel barrote infernal, sus manos estaban libres y ella estaba aún desnuda, reposando sobre un montículo de suave pelaje, que parecía ideal para tomar una siesta, para su tormento, se encontró durmiendo sobre su anfitrión.
Se miraron por largos segundos, Michiru portaba una cara de completo pavor y este un rostro imperturbable.
La sujeto por la cintura y la hizo hundirse en su cómoda y abundante melena de blanco pelaje, la resistencia de Michiru era nula, su expresión de horror comenzaba a disolverse en una apacible resignación y comodidad.
La voz en su cabeza que le decía que tenía que luchar con uñas y dientes para volver al horrible, sucio y laborioso agujero en la tierra al que llamaba hogar, empezaba a ser silenciada por un ruido blanco dentro de su misma cabeza.
Se merecía dormir todo el día.
En algún lugar, un hombre barbudo y mayor, montado en un viejo caballo que cargaba un gran saco de equipaje, empezaba su partida de una modesta granja.
No estaba orgulloso de sus decisiones, su hija merecía un mejor destino, era solo que él no podía dárselo.
Tal vez Michiru sobreviva al bosque y encuentre algo mejor para ella… aunque lo dudaba ampliamente.
El tampoco viviría mucho tiempo de todas formas.
A paso lento, inició su partida sin mirar atrás.
De nuevo, abrió sus ojos, esta vez de vuelta en la granja, la renovada y prospera granja que ella tenía con…
"¿Qué ocurre?" Shirou le preguntó con una leve preocupación, viéndola despertar con una mirada perdida y alarmada.
Estaban en la renovada casa de campo, los dos metidos en la cama.
Michiru intento ordenar sus pensamientos, para separar la realidad de ese sueño demente…
Después de acomodar algunas piezas, le dio una mirada asesina a su peluda pareja y le siguió un golpe en la ingle.
Producto del ataque de la impredecible chica en camisón junto a él, este se encorvo a la vez que dejaba salir un sonoro quejido.
"¿… E-eso porque f-fue?" le cuestionó con dificultad mientras esta la miraba con cólera.
"¡Por tocar mis axilas!" Le recordó hecha una furia, dándole la espalda al volver a acostarse, después de darse cuenta de que era lo que le había provocado ese sueño.
Podía hacerle cualquier cosa, pero no hacerle cosquillas ahí.
Puede que no sea lo que algunos esperaban, tal vez algunos esperaban algo más fuerte o algo más suave, me lo pensé mucho antes de tocar un escenario parecido, pues la historia originalmente era sobre un rapto y ya, pero igual espero haberlos entretenido.
Este será el último donde veremos a las versiones de fabula de nuestro dúo favorito, ahora incluyo una breve descripción de cada uno.
…
Shirou Fabula; En algún momento de su vida vivió en la civilización como un trabajador de multi áreas o un Handyman, pero después de contraer licantropía en Londres, decidió exiliarse al bosque para vivir como una bestia, aun así, Shirou no ha abandonado del todo la necesidad de comodidades o higiene e incluso le siguen gustando las mujeres humanas… especialmente las del tipo de Michiru, Shirou es mucho mas grande en este mundo y mas animalístico.
Michiru Fabula/Caperucita; Una hija obediente de la gente de pueblo, pero ahora sin padres o su falsa abuela, Michiru no le ve sentido en ser estirada o mas respetuosa de lo necesario por lo cual ahora hace lo que quiere junto con Shirou, en un estilo de vida que los peregrinos verían como inaceptable, quería conocer a mas gente y cumplió su deseo, con el tiempo contrajo licantropía, pero le da igual y sigue actuando como humana, aun se pregunta si desarrollo alguna atracción rara por el aspecto de Shirou.
