Advertencia:
🔺Los personajes no me pertenecen, son de Disney y sus creadores.
🔺No existe relación entre los acontecimientos de esta historia y el desarrollo de la serie.
🔺Cambio de personalidad de los personajes.

Espero que lo disfruten.


La villana de largo pelo negro estaba en el gimnasio de la casa, entrenando, cuando Drakken entró con pasos firmes al lugar.

Enarcó una ceja al verlo, tenía una aura de poder y dominación rodeándolo, haciéndole preguntarse qué rayos estaba pasando.

- ¿Estás bien, Dr. D? - Le preguntó cuando llegó frente a ella, pero su única respuesta fue tomarla por la nuca y besarla con fuerza.

Shego se sobresaltó y miró su rostro azul tan cerca del suyo, sus ojos cerrados mientras su lengua invadía su boca desprevenida. Ella gimió al sentirlo profundizar el beso, llevando sus brazos a su cuello y cerrando sus ojos para dejarse llevar.

Sus manos grandes empezaron a recorrer su cuerpo, tocando sus muslos, su trasero, su espalda y enredando sus dedos en su pelo, sosteniendo su cabeza mientras dirigía el beso que cada vez se hacía más sucio y hambriento. Sus manos siguieron vagando y Shego se derritió bajo su toque, su vientre calentándose en lava y su boca abriéndose en un gemido.

Sus dedos bajaron por su cuello hasta sus pechos, tomándolos entre sus manos y rodando los tiernos pezones con dedos expertos para endurecerlos. Sus nervios se encendieron y sus dedos pusieron más presión, pellizcando los dos pezones ya duros entre ellos y ella echo su cabeza hacia atrás en éxtasis.

Sus manos se agarraron a sus brazos, sintiendo la dura forma de sus músculos bajo la piel. Ella los acaricio, sus dedos pasando con suavidad por el mapa de sus venas y él apretó su agarre sobre ella, al punto de hacerla lloriquear y pararse de puntillas en un intento de aligerar la presión.

No detuvo sus caricias suaves sobre su piel azul ni se le escapó la ironía de que mientras más suave se volvía su toque, más severo se hacia el suyo.

Drakken soltó sus pezones de golpe y la sensación de cosquilleos en ellos la hizo gemir desesperada, pidiendo más.

Antes de darse cuenta y casi de forma ausente lo vio inclinarse, posando su hombro contra su estómago y agarrando su trasero, lanzandola sobre su hombro como saco de papas.

Shego le mordió una nalga en venganza y él le dio un azote fuerte en el trasero como represalia, tan duro que picaba. Jadeo escandalizada y encendida a partes iguales.

Drakken estaba siendo un auténtico cavernícola y eso no pasaba siempre. Algo estaba sucediendo con él.

Shego rebotó sobre la cama cuando la dejó caer y le frunció el ceño.

- ¿Qué rayos pasan contigo, Drakken? - Su ceja se elevó hacia arriba cuando él se quitó la camisa como única respuesta.

Lo siguiente fueron sus pantalones. Y así fue cayendo cada prenda hasta que lo tuvo desnudo frente a ella. Se le encendió la piel en llamas.

Puro músculo y un muy bien dotado pene escalaron sobre ella hasta tenerla sujeta contra el colchón y ella abrió su boca ansiosa para recibir sus labios cuando lo vio inclinarse.

Por unos gloriosos minutos no fueron más que labios, dientes y lenguas encontrándose, acariciando y enloqueciendo al otro sin control.

Ella aprovecho para explorar su cuerpo. Su pecho de duros pezones, sus brazos, su espalda y su respingón trasero que se tensaba bajo sus atenciones.

Ambos se encargaron de deshacer su ropa hasta que estuvo desnuda como él. Piel con piel.

Ella se regodeo en la sensación. Se arqueaba para que sus pezones se rozaran con su pecho, levantaba sus caderas para presionar su erección contra su calor, sintiendo sus manos ásperas contra su suave piel.

Una mano se colo entre sus piernas y ella gimió cuando sus dedos la tantearon, sintiendo la humedad que salía de ella.

- Ya estás tan mojada. - Él gimió contra su oído y ella se retorció afiebrada, su toque llevándola al borde.

Sus dedos frotaron lentos círculos sobre su clítoris, bajando hasta su entrada para recolectar su humedad y usarla para lubricarla y seguir frotando. Shego cerró sus ojos, concentrada en el placer de sus dedos sobre ella.

Drakken jugo con sus pechos en su boca, chupando y mordiendo los pequeños guijarros que eran sus pezones, los suaves maullidos y gemidos de apreciación de la mujer bajo él enloqueciendo su sistema.

Introdujo lentamente uno de sus dedos en su interior y una sarta de improperios salió de su boca cuando ella lo succiono por completo, entrando rápido y sin problemas en su mojado canal. Shego gimió y él le dio un azote en el trasero solo para sentirla apretarse aún más.

- ¡Ay! - Chilló sorprendida, mirándolo con el ceño fruncido. Él la ignoro por completo mientras alineaba sus caderas, sacando su dedo. Estaba caliente y duro contra ella, mojándose con su humedad mientras se frotaba sus sexos.

Una y otra vez froto su miembro en su sexo, estimulando su clítoris sin control y tentando su entrada. Shego se retorció ansiosa, llevando sus manos a su cuello para pegarlo más a su cuerpo y besarlo.

Drakken siguió frotándola, ella mojándose cada vez más. Su beso se hizo más profundo y gimió en su garganta mientras sentía sus manos grandes y callosas por su cuerpo. Se creía capaz de correrse ahí mismo, estaba justo al borde, su vientre desesperado por una liberación a toda la tensión contrayéndose.

- Drakken, jódeme ya. - Demando malhumorada, ansiosa por sentirlo en su interior. El hombre solo le sonrió, canalla y desvergonzado.

- Está bien, Shego. Tú lo has pedido. - Su voz profunda, usualmente capaz de encenderla cuando le hablaba en momentos como este, en realidad la hizo sentir algo inquieta por la amenaza velada entre sus palabras.

Sus brazos tomaron sus piernas, acomodando sus rodillas en sus codos, y le abrió las piernas por completo. Shego jadeo, sus caderas levantándose y sus ojos rodaron hacia atrás en éxtasis cuando se introdujo de una estocada en su interior. Nada podría haber detenido el ruidoso gemido que soltó.

- ¡Oh, joder! - Gimió cuando sus caderas no le dieron tregua, martillando en su interior profundo y constante. - Te sientes tan bien. - Shego no podía evitar moverse a su ritmo, elevando su trasero para sentirlo más profundo, llevando sus manos a su largo pelo negro, desparramado sobre la almohada, y jalando de él para tener a donde sostenerse.

Usualmente ella era la vocal en su relación. No tenía tapujos en decirle lo bien que la hacía sentir durante el sexo o informarle de dónde quería que la tocara. Pero esta vez él se unió a ella, sus gemidos siendo más altos, sus jadeos más fuertes, y eso la llevó al borde.

Drew golpeo su interior una y otra vez, entrando por completo antes de salir y repetir el proceso, extasiado mientras las pequeñas manos de su mujer le recorrían el cuerpo. Tocaba su pecho, le rasguñaba la espalda, y sus dedos se agarraban a cualquier espacio de él que encontraba, apretándose y sosteniéndose mientras todo su cuerpo se sacudía con sus embestidas.

Se sentía tan llena y extasiada que moriría feliz en ese momento. Su pelvis frotaba su clítoris con cada giro de sus caderas y podía sentir sus bolas contra su trasero. La habitación rápidamente se llenó con sus sonidos de placer. Los gemidos y jadeos, el crujir de los muelles de la cama, el golpe de piel contra piel.

El olor a sexo y a Drakken, ese aroma tan característico suyo le hizo delirar y se sostuvo de sus musculosos brazos, apoyados a cada lado de ella para sostenerse, sus uñas clavándose en la piel de placer.

No le tomó mucho tiempo más correrse, y se vino con la fuerza de un tsunami a su alrededor. Gimoteo mientras el placer le nublaba el sentido y no la dejaba sentir nada más que un dulce olvido. Sus piernas se tensaron y temblaron en su fuerte agarre, su cuerpo se estremeció y lloriqueó cuando sintió dientes contra sus tiernos pezones erectos.

Drakken no se detuvo, embistiéndola a través de su orgasmo, chupando sus pechos en su boca mientras su sexo lo exprimía. Shego se arqueó delirante y sus manos apretaron su trasero, sosteniéndolo en un intento de retenerlo dentro. Una, dos, tres estocadas después se corrió junto a ella.

La calidez en su vientre encendió una pequeña alarma en su cerebro que apagó rápidamente al sentirlo palpitando dentro de ella. Apretó sus paredes a propósito a su alrededor, ordeñando su miembros mientras él disparaba su semen dentro de ella, pintando su interior de blanco.

Shego se regodeó en los sonidos que él dejaba salir, roncos y sensuales en su oído, y le dio un beso duro en la boca cuando todo terminó.

Sus respiraciones aún no recobraban su ritmo normal cuando ella ya tenía su lengua dentro de su boca, besándolo a consciencia, queriendo comérselo entero, pegarse tanto a él que se volvieran uno solo. La intensidad de sus sentimientos la golpeo como una marea y solo pudo envolver sus brazos en su cuello para evitar perderse.

Drakken bajo sus piernas con cuidado, sus manos masajeando los tensos músculos hasta que se relajaron bajo sus dedos, rompiendo su beso para bajar por su mandíbula y su cuello, besando toda su extensión con su sabor aún en la lengua.

Se abrazaron por un largo momento, envueltos en el otro incluso mucho después de que sus corazones retomaran su latido normal. Él tenía su rostro contra su cuello, acomodando su peso sobre sus codos para no presionarla, pero sin estar listo para apartarse todavía.

- Tienes visitas. - Fue lo primero que su voz ronca le dijo después del largo silencio y Shego le frunció el ceño.

- ¿A qué te refieres? Nadie puede llegar a la isla. - Estaban literalmente en medio de la nada, rodeados solamente por agua, escondidos en su cuartel secreto mientras se tomaban unas secretas y bien merecidas vacaciones.

- Pues el chico asegura haber estado aquí antes y que por eso la seguridad de la casa no lo atacó. - Drakken se puso de pie sin mirarla, volviendo a ponerse su ropa.

Shego observó consternada su actitud molesta. Acababa de follársela sobre su cama hace cinco segundos y ahora parecía estar molesto con ella. Pensó en sus palabras y su ceño se frunció aún más cuando se dio cuenta. Señor Senior Jr. El pequeño incompetente seguía siendo una molestia incluso después de haber pasado años desde la última vez que lo vio.

Pensó en todas las formas en que esa situación podría malinterpretarse y se bajo de la cama.

- Bueno, detén tu carro y lo que sea que estés pensando, Drakken. - Camino desnuda y se puso de pie frente a él, para que no pudiera ignorarla. - Ese chico que mencionas es Señor Senior Jr. Es el tonto al que le di lecciones para ser "villano" y las que falló estrepitosamente.

Tomo su barbilla en su mano y lo obligó a mirarla a los ojos.

- Deja de hacerte ideas extrañas. Vino una sola vez aquí a acompañarme a buscar algo que ni siquiera recuerdo. - Lo dejó examinarla hasta que estuviera convencido de que hablaba la verdad. Solo cuando asintió se permitió soltarlo y dar un paso atrás, para atacarlo de inmediato con su plasma y mandarlo directo contra la pared. - ¡Eso es por ser tan estúpido como para dudar de mí!

Se puso la ropa y salió rápidamente de la habitación. Enojada y frustrada como estaba no notó su imagen hasta que estuvo frente a la cara de plástico del niño mimado. Senior Jr. elevó sus cejas hasta casi alcanzar la línea de su pelo al verla, soltando un silbido bajo.

- Parece que llego en mal momento, querida. - Solo entonces se vio reflejada en los ventanales. Tenía el pelo despeinado, alborotado por todas partes por el sexo, el cuello lleno de chupones, la ropa arrugada y apestaba a sexo.

Gruño y se devolvió pisoteando hacia la habitación a ponerse presentable antes de saber qué rayos querría Senior Jr. ahora. Drakken lo había hecho completamente a propósito y ya estaba ideando cómo se las pagaría.