Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de IIII AZEM IIII.

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Prólogo

Hades, Señor del Inframundo, era conocido por quedarse en su reino, ocupándose de sus propios asuntos y gobernando como le parecía. Sin embargo, en una de sus raras excursiones a la superficie, se encontró con la doncella Perséfone y se enamoró. Como suele ocurrir, inmediatamente tomo la determinación de que sería su esposa. Perséfone era la única hija de Zeus y de la diosa de la agricultura, Deméter. Era una muchacha hermosa e inocente, que se contentaba con pasear por los prados floridos de la eterna primavera. Era todo lo contrario del Señor del Inframundo. Pero eso no disuadió a Hades y en cuanto pudo apartar sus ojos de Perséfone, viajó inmediatamente a ver a su hermano, Zeus. Le pidió permiso a Zeus para tomar a Perséfone como esposa. Su hermano lo consintió... O al menos, no se opuso. Pero le dio a Hades con una advertencia: la madre de la muchacha no estará de acuerdo.

Decidiendo saltarse el proceso de cortejo, ya que sabía que los oscuros salones del inframundo no serían atractivos para la diosa de las flores. Hades decidió que debía secuestrar a Perséfone. Un día, mientras ella recogía flores, el suelo se abrió repentinamente y del abismo apareció Hades, montado en un carro que era tirado por cuatro caballos negros. Antes de que ella pudiera reaccionar, el dios la recogió en sus brazos y descendió a su reino, cerrando el profundo agujero tras ellos, dejando solo un rastro de flores como pista de lo que había ocurrido.

Al poco tiempo, Deméter llegó para recoger a su hija, pero no pudo encontrar ningún rastro de Perséfone. Desesperada, buscó a su hija día y noche, pero fue en vano. Finalmente, fue a visitar a Helios, el dios del Sol, que veía todo lo que ocurría en la tierra. Él le reveló que el dios de los muertos se había llevado a su hija. Mientras intentaba convencer a la angustiada madre de que Hades, como hermano de Zeus y gobernante de un tercio del universo, no era un mal marido para Perséfone. Sin embargo, Deméter no estaba convencida y montó en cólera al conocer la noticia. Se negó a regresar al Olimpo y se dedicó a vagar por la tierra, prohibiendo que los árboles dieran frutos o que los cultivos crecieran, provocando una gran hambruna que amenazo a toda la humanidad. Pasaron cuatro años y el mundo que la rodeaba se convirtió en un páramo. El sufrimiento de la gente era cada vez mayor. No obstante, la furia de Deméter no se calmó y Zeus se vio obligado a actuar, para que no perecieran todos sus adoradores. No tuvo más remedio que ceder a su demanda y prometió devolverle a Perséfone.

A Hermes se le encomendó la tarea de ir donde Hades y reclamar a Perséfone. Sorprendentemente, el dios de los muertos se mostró tranquilo y accedió a liberarla. Sin embargo, temiendo que su esposa no volviera a él tras ver de nuevo el mundo de la superficie, le regaló una granada.

Cuando regresó a la superficie, la fertilidad de la tierra se restableció inmediatamente, ya que su madre se alegró mucho de tener a su hija de vuelta. Pero con el paso del tiempo, Perséfone comenzó a extrañar a su marido, él había sido amable y cariñoso con ella durante el tiempo que estuvieron juntos. Sabiendo que cualquiera que probará la comida regalada por Hades, quedaría atado al inframundo por toda la eternidad. Perséfone mordió la fruta que él le había ofrecido y así selló su propio destino.

Ahora, incapaz de alterar el destino de su hija, Deméter a regañadientes aceptó el compromiso. Perséfone pasaría la mitad del año en el inframundo con Hades y la otra mitad en la superficie con su madre. Así comenzaron las estaciones climáticas en el mundo, ya que cuando Deméter tenía a su hija, se alegraba y las cosechas crecían en abundancia, pero cuando llegaba el momento de su regreso al inframundo, la diosa se lamentaba y olvidaba sus obligaciones, dejando que la tierra volviera a ser estéril.

La propia Perséfone acabaría convirtiéndose en la reina del inframundo, temida y respetada por los mortales, pues personificaba el cambio entre la vida y la muerte. Con el paso del tiempo, la relación entre ella y Hades se fortaleció, convirtiéndose en algo real y poderoso, a pesar de su poco convencional inicio.

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Naoko Ichigo