Ya no importa cada noche que esperé
Cada calle o laberinto que crucé
Porque el cielo ha conspirado a mi favor
Y, a un segundo de rendirme, te encontré
-Rin, sabíamos que eras tú quien se robaba los peces!
Los hombres del pueblo me golpean sin piedad, mientras dicen cosas horribles y me maldicen.
Los escucho alejarse hablando de que al menos al crecer seré un poco útil para los hombres de la aldea.
Siento el sabor de la sangre en mi boca, me cuesta andar y casi no puedo ver bien, uno de mis ojos está cerrado por tantos golpes.
Ya no me quedan fuerzas para llorar. Estoy demasiado agotada, cansada y no hay una parte de mí que no sienta dolor, pero me las arreglaré para volver hasta el bosque donde lo encontré.
Por qué razón nadie siente pena por mí?
Por qué me golpean solo por un mísero pez? Por qué me culpan incluso cuando nada malo he hecho y desahogan su furia en mi cuerpo?
Extraño tener a mi familia a mi lado. Quiero que mamá me abrace y me arrulle para sentir al menos una vez más su calor. Quiero que mis hermanos jueguen conmigo otra vez. Quiero volver a preguntar mil cosas a papá, sentada en su regazo, como solía hacerlo.
La oscuridad de la noche casi llega a su fin y el frío viento del amanecer me golpea la piel expuesta sin darme tregua, sin embargo aquel hombre sigue herido y solo, quizás él también necesita ayuda. Él debe tener hambre y sed.
Aunque él se esfuerce, pude ver la tristeza en sus ojos, la soledad que sentía y el dolor de una pena muy grande. Yo sé bien lo que es sentirse así y por absurdo que parezca quiero protegerlo con todo mi corazón.
Piel con piel
El corazón se me desarma
Me haces bien
Enciendes luces en mi alma
-Quién le hizo eso?...-me cuestiono mentalmente y, sin quererlo, hago en voz alta la pregunta
Ella sonríe y puedo ver en su rostro la enorme felicidad que mis palabras le han causado.
El aroma de su sangre humana es distinto a cualquier otro. El aroma de esta niña es muy singular. Agradable. Me llena de calma su compañía aunque ver su rostro en tal estado me hace sentir...
Quisiera saber quién te lastimó de esa forma, quisiera poder ver su sangre recorrer mis garras!
¿Cómo pudieron los tuyos hacerte algo tan vil?, no eres más que una niña.
No eres más que una niña humana, me repito mientras te veo de soslayo convenciéndome a mí mismo de no sé muy bien qué exactamente.
Yo, el gran Sesshomaru, he asesinado a cientos, tal vez miles, de los de tu clase, pero en este instante me veo obligado a soportar tu existencia mientras juegas en silencio y me sonríes de vez en vez.
Sigues aquí un poco más, antes de marcharte en medio del atardecer y no tengo idea del por qué quieres volver a ese lugar.
Es verdad, aunque te maltraten tú eres parte de ellos. Una humana, igual a la que causó la muerte de mi padre.
Creo en ti y en este amor
Que me ha vuelto indestructible
Que detuvo mi caída libre
Empecé a seguir a mi señor Sesshomaru desde aquel día en el que yo fui...yo fui asesinada por esos lobos.
Estuve en un lugar tan frío, tan oscuro, tan vacío. Tenía muchas ganas de llorar, pero me tragué las lágrimas y empecé a caminar en aquel desolado sitio.
No había nada, ni nadie y aunque hubiesen no me habrían ayudado. El camino era estrecho y sinuoso y mis pasos se hacían cada vez más lentos y pesados.
Entonces, escuché en advertencia la voz de mamá, la de mis hermanos y la de mi padre:
"Aún no, pequeña Rin", repetían sin cesar, "Aún no es tiempo de reunirse, debes volver"
Abrí mis ojos y me encontré apoyada en su pecho. Todo parecía un sueño lejano. No sentía dolor, ni angustia, solo la calidez que desprendía su cuerpo.
Sus ojos y los míos chocaron por un instante y lo supe de inmediato. Nunca me alejaría de él, nunca. Lo seguiría hasta el fin del mundo y jamás, jamás me alejaría de él.
Me quedaría a su lado para siempre, incluso si para siempre duraba solo lo que el aleteo de una mariposa.
Creo en ti, y mi dolor
Se quedó kilómetros atrás
Mis fantasmas hoy, por fin, están en paz.
- Amo Sesshomaru, amo bonito, ya regresé
-Jaken, conseguiste el regalo para Rin?-pregunto sin dejar de mirar la aldea en la que la he dejado hace ya muchos años.
-Sí, cómo cree que no? Aquí está el kimono para la chamaca, digo, para la señorita Rin.
Miro con atención la prenda que mi sirviente ha conseguido, la tela es delicada, fina y hermosa, igual a ella. Los detalles y el color también son bastante únicos. Estoy seguro de que a Rin le gustará, ella se ha convertido en una hermosa doncella.
-La viste hoy?. Cómo está ella?-pregunto dando media vuelta. Jaken me sigue sin prisas, a cierta distancia.
-Rin, bueno, ella está emocionada por su cumpleaños!-respondió con entusiasmo tras de mí- Me preguntó si usted irá a verla está vez-la voz de Jaken es apenas perceptible en este punto
-Le dijiste que iría?-cuestiono deteniéndome a medio andar.
-No. No. No, definitivamente no le dije nada a Rin.-se apura a responderme.
Rin cumplirá en unos días la edad suficiente para tomarla por esposa. Han pasado muchas lunas desde la última vez que nos vimos, pero mi corazón aún se siente igual.
Y tú, aún recuerdas mi confesión?
Para mí, Rin es la única respuesta a tal pregunta. La pregunta es si esta lista y ha tomado ya una decisión. Siempre he confiado en que ella me elegirá, pero aún si no es así nada cambiaría entre nosotros.
Este Sesshomaru te protegerá por siempre, Rin.
-Dame el kimono, se hace tarde-ordeno a mi sirviente
Parto hacia la aldea sin más demora y pronto su dulce sonrisa me da la bienvenida, llevo conmigo la mejor prenda confeccionada, una prenda simbólica entre los humanos cuando desean cortejar a una doncella.
Padre, te juzgue débil por ceder ante la existencia de una simple humana. Pero, heme aquí, lo admito, he caído yo ante la dulzura de su sonrisa.
Lo he entendido y finalmente tengo alguien a quien proteger.
El pasado es un mal sueño que acabó
Un incendio que en tus brazos se apagó
-Sesshomaru-sama, Rin realmente quiere volver con usted esta vez!-hago una pausa esperando por una respuesta, negativa o afirmativa, pero él solo me miró atentamente-Con usted y con el señor Jaken.-añado sintiendo como las mejillas se me encienden de vergüenza.
-No estás cómoda aquí?-preguntó devolviendo su mirada al horizonte
-No es eso. Todos son muy amables...pero, yo solo quiero servirle a mi señor, quiero estar a su lado, amo sesshomaru.-las lágrimas de impotencia pugnan por llenar mis ojos, pero son barridas con el dorso de mi mano sin la menor duda.
-Aún no es posible.-escucho su voz cercana y su mano derecha me reconforta brindándome una cálida y gentil caricia en el rostro.
-Pero, es que yo!...-intento alegar mientras él aleja despacio su mano de mí.
-Rin, no me interesa una sirvienta-mi adolescente corazón enamorado casi se detuvo al escuchar esas frías palabras-Cuando veas que regrese, será para tomarte como mi compañera de vida. Si has cambiado de opinión para ese momento, házmelo saber.
Ya perdí la cuenta de cuántas lunas han pasado desde entonces y él no se ha mostrado ante mí.
Los labios de Sesshomaru-sama son tan suaves y gentiles, que mi corazón late con más fuerza cada vez que recuerdo el beso que hemos compartido hace dos años atrás y la promesa con la cual espero día y noche, descontándole fechas a los meses hasta que el momento de unirme a él llegue. Aunque no estoy muy segura de cuándo será ese momento.
Cuando estaba a medio paso de caer
Mis silencios se encontraron con tu voz
-Ahora las tres copas de sake, san-san-kudo, serán compartidas entre los recién casados-anunció con gracia la anciana Kaede
Nuestra boda es un rito por demás sencillo. Los demonios no cumplen con las tradiciones humanas, generalmente, pero Sesshomaru-sama no se negó a la petición de Kaede-sama y poco después de que él me pidiera ser su esposa en mi cumpleaños 18, realizamos nuestra boda en el rio cercano a la aldea, con la bella cascada adornando el paisaje a nuestra espalda y la melodía de las aves alrededor nuestro.
Ni Sesshomaru-sama ni yo deseábamos seguir esperando más, menos aún yo que de sobra sé que mi tiempo a su lado será breve en comparación a su vida. No temo a morir, yo ya he estado allí, pero realmente no deseo separarme nunca de él. Ese día solo nos acompañaron Kagome-sama e Inuyasha, además de Kaede.
-Rin-él me llama para compartir el sake conmigo, no hay nada que disfrute más que escucharlo decir mi nombre y ver su rostro ligeramente sonrojado por el alcohol.-no creo que debas beber mucho esto.-me susurra al oído
-Sí!-respondí a su sugerencia y apenas probé de aquella bebida.
La rápida noticia de mi embarazo no fue una sorpresa para nadie. Sesshomaru-sama lo supo al percibir un cambio en mi aroma y desde entonces aumentó sus muchos cuidados por mí. El pobre señor Jaken ya no sabía qué más hacer. Kagome me ha felicitado y Sango-sama me ha dado todos los consejos posibles al respecto.
Te seguí
Y reescribiste mi futuro
Es aquí
Mi único lugar seguro
-Aún no han despertado?
-Están agotadas de jugar fuera hasta tarde-me responde acariciando a nuestras hijas con una sonrisa en los labios.
-Rin-me recuesto a su lado en la cama, abrazándola para sentir su calor y contemplo a las niñas, una perfecta amalgama entre mi esposa y yo. Ella ríe y gira el rostro hacia a mí para besarme. Towa y Setsuna se remueven, también en busca del calor de su madre, que es como el sol para todos nosotros.
-Sesshomaru-sama también debería descansar un poco-me sugiere y no puedo estar más de acuerdo con ella.
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Nota de la autora:
Holisss!. Esta es mi humilde participación en la semana SessRin Song-fic. No es mucho, pero es trabajo honesto XD. Inspirado en la canción ''Creo en ti'' de Reik del año 2011-2012, no estoy segura pero me la escuché mil veces cuando era más joven, delgada y tenía más tiempo libre jajaa lloro. Bueno, besitos!
