5.- Un café negro bien cargado, por favor
"...La perfección es consecuencia natural de la eternidad: basta con esperar el tiempo suficiente y todo llega a realizar su potencial. El carbón se convierte en diamante, la arena se convierte en perla, los monos se convierten en hombres. Pero no nos es dado ver esos logros durante nuestra vida, y cada fracaso se convierte en un recordatorio de la muerte." el enigma de los cuatro
Quizá fuese hora de irse a dormir.
Pensaba Harry mientras ya con la cafetería cerrada, leía los papeles que Hermione le habían traído, pero esperaba a que Tom apareciera.
Hacía una semana del incidente con Lestrange y Tom no había aparecido de nuevo.
Harry estaba ansioso. Leía un par de párrafos para luego levantar la mirada a la silla en frente de él. Hasta ahora solo había encontrado información inútil, hasta la muerte de esa otra niña, pero había sido muchísimos años antes que Tom y se había clasificado como accidente.
Hasta que finalmente Tom apareció.
Harry se tomó un par de minutos para estudiar al niño.
No había duda, era el mismo que el de las fotos de los periódicos viejos.
"Hola Tom. "
el niño alzó las cejas, quizá ligeramente impresionado por que Harry supiera su nombre.
"Gracias." dijo Harry. "Por lo de el … hombre ese, ¿fuiste tú? ¿verdad? Me salvaste. Gracias." Harry seguía observando a Tom, que lo miraba sin expresión en su rostro. Harry no dejaba de observarlo. parecía tan real, tan sólido, tan presente.
Harry tomó aire profundamente, luego: "Tom Riddle."
Harry no sabía si en verdad el niño había sonreído o solo había sido un truco de la luz de uno de los autos que pasó fuera del negocio, Pero Harry sonrió satisfecho.
La canela se movió una vez más.
"Tom..." susurraba Harry en la cocina. El negocio estaba lleno y él tenía que sacar algunos pedidos. "Tengo que poner un poco de canela a este postre, déjame trabajar."
La canela seguía cerca del techo,fuera de su alcance.
Harry suspiró. "Bien, no importa, hay algo de canela en la barra principal."
Algo molesto por tener que ocuparse de esto fuera de la cocina, con tantos otros pedidos, Harry tomó el embace con el arroz con leche y lo llevó a la barra, ahí se encontró con Dumbledore y Colin, este último, algo sorprendido, ya que generalmente con esa cantidad de clientes, Harry solo sacaba el pedido por una ventanilla y ellos se ocupaban de lo demás.
Harry sonrió con algo de disculpa. "Lo siento, la canela se negaba a cooperar." dijo mientras ponía el último toque al postre. "No sabía que este postre era para usted."
"No te preocupes, Harry." dijo Dumbledore guiñándole un ojo.
"No voy a dar información a niños metiches." dijo el hombre a Harry y le cerró la puerta en la cara.
"No soy un niño..." refunfuñó Harry, mientras se preguntaba si debió haber sido menos directo con el hombre.
Severus Snape, era justo como Dean lo había descrito, aunque Harry hubiera añadido desagradable, grosero y con una voz de robusta seda.
Harry solo quería mas información, Tom no había dicho ni una sola palabra a todas las preguntas que le había hecho Harry.
Harry dudó que más hacer. Había leído toda la información que Hermione le había dado, pero no había podido concluir nada. su siguiente paso, había sido ir a ver a Snape, el hombre que probablemente sabía mas sobre el caso.
Decidido, Harry tocó otra vez a la puerta; al no recibir respuesta se puso a medio gritar. seguro el hombre del otro lado de la puerta no lo dejaría ahí hablando con la puerta.
"Mi nombre es Harry, Harry Potter, escuché sobre el asunto de Tom Riddle y me gustaría saber más"
al parecer el hombre en verdad pensaba dejarlo ahí gritando como loco.
"Bien, si se decide ha hablar conmigo, señor, me encuentra en la calle Patronus, esquina con Cruciatus, es la cafetería Grifindors, está al lado de la dulcería 'Dulces sueños'..."
La puerta se abrió. La enojada mirada del hombre rivalizaba con la de Tom.
"Entra." dijo el hombre entre dientes.
ahora, algo dubitativo, Harry entró.
El hombre señaló una silla y Harry tomó asiento. la sala de estar y suponía también comedor, estaba llena de libros, a Hermione le encantaría, pero la incómoda silla y escasos muebles, se veían viejos y descuidados, al contrario de los viejos pero cuidados libros.
"¿Por qué?" La profunda voz del hombre hizo saltar a Harry de su asiento, lo que hizo al hombre verse aún mas molesto.
"¿Perdón?" dijo Harry.
Tomando una imposible cantidad de aire por su enorme nariz, el hombre se trató de tranquilizar. "¿Por qué quieres saber de Tom Riddle?"
Harry se quedó en blanco. por que le estaba agradecido, por que le parecía injusto que una vida fuese apagada tan joven... por que de alguna extraña manera se sentía identificado con él.
Harry no sabía que contestar y el hombre parecía más irritado a cada segundo.
"Fuera." dijo el hombre
"Pero."
"¡Fuera!" demandó ahora.
"Espere... está bien.. es.. es su fantasma, o eso parece." contestó finalmente Harry.
"Farsante." calificó con enojo el hombre.
"¿¡qué?! ¡No! Yo solo... jamás... no."
El imponente hombre señaló su puerta.
"no.. yo... Tom me ayudó, le estoy agradecido.. eso es todo..."
esta vez el hombre tomó a Harry de la oreja y lo arrastró hasta su puerta.
"Tom me ayudó... me..¡Señor? ¿está loco? me está lastimando." Hacía mucho que Harry no se sentía tan humillado. "Un hombre entró a mi cafetería, el quería... iba a ..."
Snape abrió la puerta, dispuesto a patear al chico fuera de su casa cuando la puerta se cerró de golpe frente a ambos.
"¿Tom?" susurró Harry.
El hombre soltó a Harry, miró todo con ojos interrogantes, su puerta, a Harry...
"Habla." ordenó después de un momento.
Harry habló. le contó todo lo que había sucedido desde que llegó a su negocio.
Finalmente, Snape habló.
"Sé quien lo mató. No tengo pruebas, pero tampoco dudas. creo que lo intentó conmigo."
Harry no lo entendía. "pero si lo sabe debe de ir a la policía."
el hombre resopló en burla. "Lo he hecho." Snape se reclinó en su asiento y estudió a Harry. asintió para si mismo, como si hubiese encontrado algo en Harry que le confería confianza. "Lamentablemente el asesino es una persona querida por la comunidad, con una imagen de hombre que no ropería un plato... No me creen."
Harry frunció el ceño. parecía estar resolviendo la ecuación de su vida. "¿quién es?"
Snape lo miró a los ojos y a pesar de lo profundos, e intimidante de estos, Harry no evadió la mirada.
El hombre se acercó inclinó en su asiento, acercándose un poco a Harry.
"¿y si te digo que fui yo?" la sedosa voz tomó un tinte bastante macabro.
Harry se sintió helar.
el hombre resopló. "¿Importa realmente?" el hombre alzó una ceja. "La policía ha investigado, ¿no?" sonrió. "Y estoy libre..."
Harry se sentía casi mareado con el confuso hombre.
No podía ser él, Tom no hubiera evitado que el hombre lo echara del lugar y aunque no sabía bien la edad del hombre, suponía que era demasiado joven cuando sucedió lo de Tom.
"No." Harry negaba con certeza. "No fuiste tu. No creo que Tom me hubiera cerrado la puerta en dicho caso."
"Pudo ser una simple corriente de aire." respondió el hombre, serio.
Harry negó con mas fuerza. "Solo lo sé."
"Solo lo sabe..." el hombre hizo una incómoda pausa, mientras miraba por la ventana. a Harry le recordó la forma en que tom hacía lo mismo... y quizá igual que Harry aveces lo hacía; un viejo mecanismo para sobrevivir encerrado en la casa de sus tíos, una salida, un pequeño escape eran esas largas miradas por la ventana.
"Yo también." Snape tomó aire profundamente. "Solo lo sé. No tengo nada concreto más que sospechas."
"Podemos repasarlo todo, tengo una buena investigación sobre el lugar, no solo de la cafetería, sino de todo el pueblo." dijo Harry pensando en la caja que le entregó Hermione.
Harry se hizo una nota mental de no presentarlos, le parecía que Snape sería el tipo de persona que Hermione podría amar u odiar. pensaba mientras pasaba la vista por todos los libros.
"¿Crees tener una mejor investigación que yo?" dijo el hombre con desdén.
Harry pensó en Hermione. "Si." dijo con absoluta confianza.
Una vez mas, Snape hizo una larga pausa, si él seguía con esas pausas, Harry tendría que traerse un crucigrama. "Trae lo que tengas." resolvió el hombre y se levantó de su silla, algo que harry también hizo, pero antes-
"¿quién es?" Preguntó Harry.
Snape era más alto que Harry,pero el chico estaba acostumbrado a enfrentarse con gente arrogante.
"¿No lo sabes? ¿no tienes idea?" Snape se acercó un poco mas a Harry, cara a cara. "¿No te lo ha dicho tu amiguito imaginario?"
Harry se molestó por como había llamado a Tom, pero decidió dejar la cuestión para otra ocasión. "Ya te dije que Tom no habla."
Snape alzó una ceja, casi divertido. "Pero se manifiesta. Piensa Potter." Snape se alejó y abrió la puerta para que Harry saliera. "Tráeme lo que tienes y piensa en ello. Si sigues sin saberlo, te lo diré, pero me gusta fantasear con que la gente tiene un poco de cerebro." Snape azotó la puerta.
El pan de elote era bueno... pero algo faltaba.
Harry pensaba mejor cuando cocinaba, y que mejor momento para resolver un crimen, que probar una receta nueva.
"stá felisoso..." Decía Ron con la boca llena. "Pero tienes razón, falta algo... algo que le de un toque extra." se metió otro pedazo de pan de elote a la boca.
"Si no te parece, deberías dejar de comértelo." regañó Hermione.
"No dije que no estuviera bueno, solo dije que le falta algo para ser excepcionalmente Harryesco." dijo esta vez guiñándole un ojo a su amigo.
Hermione eligió ignorar la monstruosidad que cometía Ron al comer.
Harry estaba de acuerdo con Ron y con Hermione, esta última le había dicho lo mismo aunque con mucha mas delicadeza. Faltaba un toque personal.
Algo faltaba, un detalle mínimo para que todo encajase, para poder encontrar al culpable.
Cuando Harry entregó los papeles a Snape, insistió en que este no le dijera nada, quería pensarlo mas tiempo. acordaron entonces, que Snape repasaría la información que Harry le había llevado, la evaluaría y cuando se volviesen a reunir, esperaba que Harry lo hubiera resuelto.
Harry suspiró.
La campanilla sonó y Harry se levantó para atender al cliente, era Albus.
"Buenos días." saludó el hombre y se acercó a la mesa donde estaban los tres amigos. "¿Interrumpo algo? el letrero decía 'Abierto'."
Harry le quitó importancia. "No, claro que no Albus, ¿Lo mismo de ayer?" Preguntó Harry ya listo detrás de la barra. "Solo estamos probando una nueva receta, puede probar si lo desea."
"oh, si, gracias, Harry, lo mismo de ayer, la tarta de manzana es excelente y mi paladar ya no saborea tan bien como antes mis propios dulces." con infantil deleite, tomó un trozo. "si, te tomaré la palabra." masticó con deleite.
"Está delicioso..."
"Crees que le haga falta algo?" preguntó Ron.
el hombre frunció el ceño para luego abrir los ojos grandes. "¡limón!" y rió para si mismo.
Harry se quedó boquiabierto. Claro, limón...
Hermione y Ron se miraron confundidos. Sabían poco sobre cocina, pero al pasar tanto tiempo con Harry tenían una leve idea sobre los sabores. ¿Limón?
"¡Claro! ¡ralladura de cáscara de limón!" se golpeó el rostro Harry. "es tan básico.. contrasta perfectamente..." Harry casi podía saborearlo.
Albus rió alegre .
se disponía a tomar asiento, cuando la silla en donde iba a sentarse se movió un poco, lo suficiente para que el hombre terminase en el suelo.
Los tres amigos estaban confundidos. Ni Hermione ni Ron habían visto la silla moverse por el ángulo, pero Harry si.
"¡oh Dios." reía el hombre en el suelo. "Ya estoy viejo." Los amigos se coordinaron para levantarlo y acomodarle la silla.
Hermione fruncía el ceño. "La silla parece bien, está firme."
"Se encuentra bien?" preguntaba Ron preocupado y sacudiendo las ropas del hombre.
Albus los trataba de tranquilizar mientras Harry se disculpaba profusamente y le prometía que el pedido del día iría por la casa.
Tom no apareció en su sitio habitual. Harry se preguntó si Tom estaba apenado por lo que había hecho... No lo creía.
Una vez ya en la cama, satisfecho por el día, en ese momento en el que todos tus pensamientos se mezclan como masa de galletas... justo antes de que pases a ese suave onírico mundo, imágenes y olores se mezclaban, el ingrediente faltante, Albus, el incidente con Tom..., Limón... Tom... el ingrediente faltante... era... era...
Harry cayó dormido.
su teléfono sonó.
Harry, aún desconcertado con sus pensamientos o sueños, no estaba seguro ya,se levantó tambaleándose al teléfono.
era bastante tarde, por lo que podía significar dos cosas: una mala broma, o alguna emergencia. Eran ambas y ninguna.
"¡Lo tengo! ¿lo tienes?"
aunque la tersa voz no se presentó, era inconfundible. era Snape.
Harry terminó de quitarse las nubes del sueño.
"Eso creo... yo.. " ¿Qué, tienes ya pruebas?"
Snape resopló. "Estaba repasando todos tus papeles. debo admitir que tu investigación fue impecable e increíblemente completa; además ya que no te enfocaste en el crimen, pude obtener buena información."
Harry se rascó la nuca. "Si... bueno..."
"Tenemos que reunirnos ahora." exigió Snape.
"¿ahora?" Harry miró el reloj, eran las 3:45 de la madrugada.
Snape hizo una pausa, Harry supuso que también mirando su propio reloj.
"Vendrás mas tarde, entonces." demandó el hombre.
Harry parpadeó un poco, repasando lo que tenía que hacer en el día. Negó con la cabeza... recordando que Snape no estaba ahí, respondió. "No, no puedo, es viernes, es un día lleno de gente, no puedo dejar la cafetería así."
El hombre gruñó. "Iré entonces."
Harry tuvo una imagen del obscuro hombre sentado en su luminosa cafetería. resaltaba como la luna entre la noche, tan contrastante y armónico...
"Si, está bien, abrimos a las siete... ¿quiere algún postre en especial?"
Snape hizo una larga pausa. Harry se imaginó al hombre refunfuñando, pero Harry no podía evitarlo, alimentar a la gente era su vida.
"Le tendré lista una taza de té negro, es una mezcla especial de la casa y... rollos de canela..." Harry pensaba en el hombre, si, era el tipo 'rollos de canela'...
Snape colgó.
*escuché del té negro con naranja, bueno, no salió muy bien mi intento…
...
6.-Unos rollos de canela con algo de discordia, por favor,
