Seis: "Conocimientos inadecuados"
-Oye, Potter, ¿no ha pensado Madame Pomfrey en regalarte una membresía para la enfermería?
Harry apretó los puños y pensó que el par de gorilas que acompañaban a Malfoy no podrían ayudarlo a tiempo si le hacían enfadar de nuevo.
Ciertamente comenzaba a realizar visitas constantes a la enfermería, cosa que le molestaba ya que no recordaba tener un accidente que valiera la pena; pero lo que había logrado molestarlo más era recordar que Malfoy había arruinado su salida a Hogsmeade de manera absurda.
Y eso implicaba no haber tenido una charla con su padrino.
Estuvo a punto de contestar, pero una voz lo interrumpió a tiempo.
-Las membresías no se manejan en este colegio, señor Malfoy –intervino la profesora Debbie, quien venía caminando por el pasillo con su gata abrazada y miró a Harry con cuidado –Me gustas más así Harry: respirando y calientito.
Harry se ruborizó. Para su sorpresa no escuchó una risa burlona de Malfoy ni de sus acompañantes.
La niña soltó a su gata y la vio correr por el pasillo con un aire de notable orgullo al mismo tiempo que la voz de la profesora Montaigne se escuchaba cada vez más cerca.
-Oh, mira la hora –Debbie revisó su reloj justo al instante que Stelle aparecía con la clara intención de preguntarle algo –Acabo de recordar que tengo una clase importante.
Harry vio que Malfoy revisaba también su reloj y fruncía un poco el ceño para caminar en la misma dirección que la niña mencionando algo de una tarea. Crabe y Goyle no se molestaron en preguntar y caminaron hacia el gran comedor, pero Harry habría deseado hacer algún comentario, ya que la biblioteca no quedaba en esa dirección. Sin embargo la chillona voz de la profesora Montaigne lo detuvo.
-Harry. Las cosas se están poniendo difíciles allá afuera ¿No has sabido nada de esa persona?
Estaba claro que se refería a su supuesto pariente con vida.
Harry se movió un poco incómodo.
-¿Cómo cree que sea?
La señorita Montaigne lo miró confusa por esa pregunta y jugueteó con sus manos.
-Alguien con mucho poder, quizá –dijo finalmente -, solo de esa manera podría explicar que no la hubieran encontrado aun.
Harry notó algo de enfado en los ojos de la mujer. Por alguna razón no parecía gustarle que esa persona fuera, como ella decía, tan poderosa.
-Yo jamás he sabido de alguien más de mi familia que este con vida –dijo Harry con cuidado.
-Aún así ella aparecerá. Los Potter no pueden dejar de comunicarse entre ellos.
La señorita Montaigne caminó hacia el gran comedor.
Harry estaba seguro de que no había dicho las últimas palabras con intención de decirle algo, pero por alguna razón deseó que fueran ciertas y esa persona se comunicara con él.
-La profesora Montaigne es una persona muy peculiar –se escuchó la educada voz de Glader. Harry volteó a verlo.
¿Acaso iba a tener un encuentro desagradable detrás de otro?
El pequeño permanecía con los brazos cruzados y le miraba con tranquilo interés.
-¿Qué haces aquí? –preguntó Harry.
-Bueno... –Glader enderezó su cuerpo -... este es el camino al gran comedor y es hora de la comida. Pronto muchos pasarán por aquí también, pero me gusta adelantarme si es posible. No soporto estar detrás de nadie.
-¿Por qué tienes que ayudar a Hermione? –Harry lo miró con enfado. En especial por que no tenía intención de preguntar eso y mostrar demasiado interés.
-Alguien debe ayudarle a desarrollar sus admirables capacidades –declaró Glader y comenzó a caminar hacia el gran comedor –La señorita Granger necesita de mi ayuda ya que no tiene la de nadie más.
-Eso es una tontería.
-¿Por qué no aclaras tus sentimientos, Harry? Quizá así puedas ver más allá de esas peligrosas mezclas mentales.
-¿Qué quieres decir?
-La señorita Montaigne busca a un pariente tuyo... Tu mismo haz comenzado a buscarlo... Si alguien puede ver de quién se trata eres tu... pero estas tan distraído con algo, que simplemente no eres capaz de ver nada.
-¿También es un principio básico de magia oscura? –preguntó Harry al instante que el pasillo comenzaba a llenarse de alumnos.
Algunas de las chicas que alcanzaron a escuchar la pregunta se acercaron indignadas y se colocaron frente a un pálido Glader.
-¿Qué crees que estas haciendo? –demandó Hannah Abbott, una alumna de Hufflepuff.
-Ten cuidado con lo que dices –apoyó otra.
-No hay cuidado –aseguró Glader con admirable educación e hizo una inclinación en dirección de ambas chicas –Estoy seguro de que Potter no lo ha dicho con mala intención. Con permiso.
Harry habría deseado caminar también hacia el comedor, pero una joven de la casa de Slytherin lo detuvo con fuerza.
-No me importa quién seas o lo que la gente cree que hiciste, vuélvete a acercar a Glader para lastimarlo y te haré otra cicatriz en la cabeza.
La chica se alejó sin hacer caso a las miradas de las otras dos y empujó a una compañera suya al gran comedor.
Era una extraña manera de reaccionar, pensó Harry cuando pudo entrar al comedor, buscar a sus amigos y sentarse con ellos. De reojo miró el lugar que ocupaba Glader y descubrió a Lavender tocándole el hombro como si deseara darle ánimos.
-Oye, Hermione.
-Mmm –la muchacha levantó la cabeza de un libro y lo miró.
-¿Has conversado con Glader sobre aquel asunto?
Ron frunció el ceño.
-¿A ti también te importa lo que le pase al acaparador?
-¡¡Ron!! –exclamó Hermione molesta.
-Dinos, señorita prefecta –Ron la ignoró -¿El pequeño Glader esta en peligro?
Hermione se levantó e hizo una seña para que la siguieran. Harry fue el primero en levantarse y caminaron hasta un solitario lugar donde ella se detuvo y los miró con seriedad.
-Platique con Araon –confirmó ella.
-¿Te has vuelto loca? –Ron la miró molesto, pero la chica lo detuvo con una mirada fría.
-Araon tiene muchos conocimientos de magia oscura gracias a influencia de su padre: Allan Glader.
Harry no dijo nada. En realidad no sabía que tenía que ver una cosa con otra.
-Allan J. Glader es un auror –informó Ron con la cara roja –El ministerio de magia lo encontró un mes después de que tu-sabes-quien regresara. Fue emboscado y no pudo salir con vida.
-Así es –confirmó Hermione –Araon dijo que estaba adquiriendo todos esos conocimientos para ocupar el lugar de su padre.
Parecía una explicación aceptable, pero Harry no podía quitarse de la cabeza que había algo que no estaba bien. Así que evitó hablar más del tema y recordó a sus amigos la siguiente clase; cosa que ganó una mala cara de Ron. La siguiente clase era con Snape.
* * *
Pensar que el incidente con Glader pasaría desapercibido fue un poco inocente. Harry se irritó al notar las miradas asesinas y otras tantas molestas de todas las chicas que pudo encontrarse. Alguna de ellas se atrevió a hablarle solo para amenazarlo de manera ridícula mientras era apoyada por otras amigas más. Otras, simplemente, agachaban la cabeza para conversar entre ellas.
Eso era en verdad molesto. Y hasta Ron tuvo que discutir con un grupo de chicas, entre las cuales estaba incluida su hermana menor, para ganar un golpe que le dejó la nariz roja.
Hermione tuvo la acertada decisión de defender a Ron y avergonzar a las muchachitas, pero Harry estuvo seguro que su amigo no había agradecido el ultimo comentario.
-... a Araon no le gusta la violencia, ¿lo olvidan?
Ron bufó y agarró a Harry para caminar a las afueras del colegio ignorando la discusión que Hermione había iniciado sobre los gustos del niño como si se tratase de una teoría importante.
-Claro que no le gusta la violencia –ironizó Ron -, solo engatusa al total de las chicas del colegio para que peleen por él, ¿Por qué habría de mostrarse violento? No lo necesita.
Harry no podía estar más de acuerdo.
-¿Crees que a Hermione le guste? –preguntó Harry odiándose al instante por intentar averiguar aquello.
-¡Es un niño de 11 años! –exclamó Ron indignado –Hermione ya tiene 15, no debería fijarse en un bebe que se limpia la nariz con la túnica a mitad de una clase.
-¿Hace eso?
-Las chicas le toman fotos con la excusa de hacer un artículo –Ron torció los labios –Lo único interesante de Glader es que podría ser humillado por Malfoy en cualquier momento. Espero poder ver eso.
Pero Harry dudaba que Malfoy tuviera tiempo para desperdiciarlo, aun si era humillando a Glader, ya que al llegar al campo de quidditch lo vio muy ocupado con un libro en las rodillas y la profesora Debbie frente a él haciendo algunos movimientos con la varita que el rubio miraba con atención.
-¿Qué diablos...? –Ron arrugó la frente enfadado y estuvo a punto de caminar hacia la pareja, pero Harry lo detuvo y lo obligó a caminar hasta un lugar discreto desde donde podrían mirar sin ser descubiertos.
-¿Un combate con espadas? –preguntó Malfoy arrastrando las palabras -¿No es arcaico para un mago?
-Ninguna habilidad estorba –contestó Debbie cruzando sus bracitos –Yo sé esgrima. Es muy útil cuando no tienes una varita a la mano.
-¿Y que tal si tu oponente si tiene una varita? –el rubio la miró con fastidio – Un Avada Kedavra aventaja a una espada.
La niña pareció estar a punto de negar eso, pero cerró de nuevo la boca mirando a Draco hasta torcerla un poco.
-Si, puede ser un problema –admitió –Pero hasta el oponente más tranquilo tiene un orgullo por el cual pelear. El combate en esgrima es el más usado, aun en los círculos oscuros.
Malfoy pareció satisfecho con esa explicación. Pero Harry no lo estaba, y al ver un poco a su amigo supo que coincidían en ello.
-¿Usted lo ha hecho? –preguntó Malfoy con clara curiosidad.
-Mi vida esta llena de experiencias que valen oro –declaró ella agachándose para recoger una espada y entregarla al rubio -, claro que alguien de 11 años no tiene mucho de qué conversar, ¿Cierto, señor Malfoy?
-Eh... si –dijo él ruborizándose.
-Perfecto –ella tomó la otra espada y miró al chico –Veamos si las admirables habilidades de los Malfoy siguen intactas.
Un duelo.
Harry vio que Ron preparaba su varita y pensó que no sería necesario salir a proteger a la niña; quien, tras los primeros movimientos, había mostrado una agilidad digna de su oponente.
También había que admitir que Malfoy era un buen esgrimista, la verdad es que Harry no le habría atribuido esa cualidad de no estar viéndolo personalmente.
-No tenemos nada que hacer aquí –declaró Harry deseoso de no ser notado. Ron lo miró con incredulidad hasta que suspiró y ambos emprendieron el camino de regreso.
-¿Por qué ese idiota tiene que recibir clases individuales?
Si. Por qué.
Harry se acomodo los lentes al ver a una molesta señorita Montaigne caminar hacia ellos y detenerse de manera brusca.
-¿Han visto a la profesora Debbie? –preguntó al instante.
Harry y Ron se miraron.
-No –contestaron al mismo tiempo.
-¡Rayos! –Stelle se mordió el labio inferior -¡Me ha estado evitando!
Molesta como estaba no notó que una niña se acercaba de manera gradual. A Harry le habría gustado avisarle para que dejara de hablar de esa manera de la señorita Debbie, pero ya era muy tarde.
-Stelle –se escuchó la adorable voz de la niña –Tienes una no muy brillante manera de hablar de los demás.
-¡Me provocaste una lesión mágica! –la profesora Montaigne pareció olvidarse que él y Ron continuaban ahí y colocó sus manos en las caderas –No puedo hacer ningún hechizo correctamente.
-¿Pero podías hacer uno de manera correcta? –preguntó la niña sorprendida.
-Retira la lesión –exigió la profesora.
Debbie permaneció callada gasta que una adorable sonrisa apareció en sus labios.
-No –dijo finalmente y continuó con su camino hacia el castillo.
Harry habría deseado que eso terminara ahí, sin embargo la profesora Montaigne parecía en verdad enfadada.
-Una lesión de este nivel no corresponde a una niña de 11 años... Eres huérfana, ¿No?... ¿O podría resultar que todo lo que se relaciona contigo es mentira?
-Yo no haría una aseveración semejante –Debbie se detuvo.
-Yo no ocultaría tantas cosas –Stelle cruzó los brazos –Crías a un Nundu y vienes a este colegio a dar clases... Tu eres más de lo que aparentas, mi pequeña Debbie.
La niña giró para ver a la profesora directamente. Su expresión permanecía fría, bastante en realidad. Pero sus ojos dorados no lucían ajenos a cada palabra que acababa de escuchar y un tenue brillo apareció en cuestión de segundos. Tan rápido que Harry se preguntó su había existido realmente.
-Usted.... –masculló la niña frunciendo el ceño -... usted...
-¿Vas a hacer otra niñería? –la señorita Montaigne enarcó una ceja -¿Qué tal una maldición para que mi varita aparezca flores? Eso parece ir contigo, Debbie.
La pequeña bajó la cara y el flequillo le cubrió los ojos. Empuñaba las manos hasta que volvió a levantar la barbilla con una mirada colérica.
-¡¡Usted me irrita!! –exclamó la pequeña al momento de sacar su varita y dirigirla hacia la mujer mayor. –Cruc-...
-¡Detente! –tronó una voz potente y fría.
La niña cerró los labios apretándolos. Al mismo momento Harry y Ron vieron a un molesto Snape caminar hacia ellos con una velocidad envidiable.
-Solo un poco –susurró Debbie con un encanto que erizó la piel de los presentes. La propia Stelle la miró horrorizada.
-¡¡Por supuesto que no!!
Snape pareció sospechar que la situación estaba por escapársele de las manos y se inclinó para abrazar a la niña ignorando su exclamación de sorpresa. Tardó un poco en someterla y ello provocó que los lentes de Debbie resbalaran por su nariz estrellándose en el suelo. Ella parpadeó como si tratara de averiguar lo que estaba pasando hasta que miró a la señorita Montaigne y gimió escondiendo la carita en el pecho del hombre.
-¡Ella me hace perder el control! –sollozó la niña.
Snape apretó los labios dedicando una fría mirada que Stelle no vio por estar sacudiéndose el polvo. Dirigió una clara advertencia a Harry y a Ron y se dio la vuelta sin decir nada con una llorosa niña en sus brazos.
-¡¡¡A un lado!!! –rugió Snape con energía a un alumno que había tenido la mala suerte de atravesarse en su camino –¡10 puntos menos a Slytherin!
Algo en verdad extraño estaba ocurriendo, decidió Harry y volteó a ver la cara de incredulidad de Ron. Le cruzó por la cabeza preguntar a la señorita Montaigne, pero ella ya se había levantado y caminaba hacia la cabaña de Hagrid diciendo innumerables palabras que Harry no esperaba oír precisamente de ella.
Un ambiente tenso inundó el lugar hasta que Ron se atrevió a romper el silencio.
-Ni mi madre es tan protectora.
-¿Te parece? –preguntó Harry sin estar seguro de entender lo que acababa de decir.
-Ahora que lo pienso la profesora Debbie trata a Snape con mucha familiaridad... como si se conocieran perfectamente. Si no fuera por que ella tiene 11 años me atrevería a decir que son íntimos amigos...
-No estarás insinuando que son familia, ¿verdad?
-No la culparía de no decir su apellido si fuera así –Ron hizo una mueca de asco –Yo también ocultaría mis orígenes si tuviera que estar relacionado con Severus Snape.
Pero no parecía ser algo muy coherente. Snape estaba al pendiente de la niña como si temiera que algo fuera a lastimarla o a enfurecerla. Lo último parecía más adecuado a las acciones del profesor.
¿Qué pasaría si algo enfurecía a la niña y él no estuviera cerca para evitar que actuara?
-Ella iba a lanzar un Cruciatus –dijo Harry con seguridad.
-Creo que solo quería asustar a la profesora Montaigne. Nuestra Debbie es terrible en clases, pero no creo que sea tan estúpida como para practicar algo siendo tan pequeña.
-Es profesora, ¿No? Somos de quinto grado. Ella debería saber de esas cosas y más... después de todo se supone que aprendemos de ella.
Notas de la autora.
Bueno, otro corto y quizá uno de los más extraños por insinuar tanto y no responder nada.
Algunos, quizá, ya notaron que esta historia trata de respetar algo de la narrativa original... O sea... todo se narra alrededor de Harry... Si Harry no se da cuenta de algo, nosotros tampoco... Claro, afortunadamente tenemos más pistas y menos problemas para ver algunas cosas, pero fuera de eso no estamos más enterados de lo que pasa.
La razón por la que decidí hacer este tipo de narración fue mera curiosidad y también el reto que representa... Desde el capitulo 4 estuve a punto de usar otra narración desde otros personajes... incluso tarde bastante tiempo en lograr continuar... Pero Oh inspiración... llegó la luz que estaba esperando XD y pues estos son parte de los resultados.
Bueno, ahora a los reviews:
Melianay: Muchas gracias por tu apoyo, las respuestas serán resueltas (la mayoría) no desesperes.
Lolo: Bueno, espero que las notas de autor se relacionen con el comentario que hiciste favor de dejar, sin embargo debo confesar que algunas características de los personajes serán variadas... temo que es cosa mía y la costumbre que tengo de narrar, espero no cambiar mucho. Respecto a la pluma y a lo demás se resolverán pronto... unas revisiones más y veremos si lo escrito realmente queda. Gracias.
