"Junto a tu recuerdo"

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Un regalo para los amantes del quidditch y para aquellos que piensan que Glader no sirve más que para estar presente en momentos exactos y fastidiar a las personas idóneas.

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Siete: "Una posesión peligrosa"

La profesora Debbie entró al aula con dos pergaminos en sus manecitas. Su expresión cambiaba de incrédula a molesta y estuvo tan concentrada en ambas notas que tropezó con el desnivel que estaba cerca de su escritorio. Afortunadamente solo se tambaleó un poco antes de recuperar el equilibrio y mirar a todos sus alumnos.

-Como podrán notar no tengo lentes –comenzó ella con notable vergüenza y agitó los dos pergaminos que había estado mirando -, así que no puedo leer lo que escribieron mis dos adorables colegas en estos papeles viejos.

La niña chasqueó la lengua en clara señal de desagrado.

-Podría leerlos para usted, profesora –dijo Hermione de manera solicita.

-No tiene importancia –Debbie sonrió.

-Pero a Granger le gustaría ayudar en serio –siseó Malfoy con una burlona sonrisa –El trabajo extra que ha hecho para nosotros es tan completo que sería una pena no explotar su potencial.

-Al menos ella tiene un potencial adecuado para hacer un trabajo y no necesita lamer los zapatos de ningún profesor –Ron lo miró molesto.

-¡¡Basta!! –Debbie cortó la disputa golpeando uno de los escritorios de los alumnos. Al ver que el silencio volvía al aula sonrió y volvió a concentra su atención en los dos pergaminos –Señor, Malfoy, deje de perder el tiempo y léame esto.

El muchacho se levantó de mala gana sin dejar de ver a Ron hasta acercarse a la pequeña profesora y tomar ambos papeles.

-El profesor Snape ha pedido permiso para que los integrantes del equipo de Slytherin se reúnan.

-Que desconsiderado de su parte –Debbie frunció el ceño –Sabe que sin lentes no veo ni la punta de mi nariz... ¿Qué dice el otro pergamino?

-Lo mismo –Draco miró a Harry con desprecio -, pero esta escrita por la profesora McGonagall.

-Quidditch – la niña arrastró la palabra con desagrado –Alguien debería prohibir que los magos treparan a objetos tan inestables. En fin, es su vida.

Para completo disgusto de Harry, la profesora Debbie les indicó que tenían que salir al mismo tempo. El chico hizo lo posible por no hacer caso a Malfoy para estar con el resto del equipo, pero el tenerlo caminando a su lado le hacía difícil las cosas.

-Te vi el miércoles pasado –Malfoy arrastró las palabras y rió -... junto al pobretón Weasley, entre los arbustos... Y me pregunté si en espectáculo fue digno del gran Harry Potter.

-Lo que hagas me tiene sin cuidado, Malfoy –declaró el chico deseando que los caminos se separaran antes de que se enfadara lo suficiente como para echársele al cuello.

-Pero te importa ella –no era una pregunta – Y a ella le importas tu... ¿Cómo puedes ser tan estúpido?

-No sé de lo qué me estas hablando.

Malfoy se detuvo justo donde los caminos se separaban.

-Imbécil.  Hasta un Malfoy se entera de lo que te ocurre mucho antes que tu.

En definitiva Malfoy estaba actuando de forma extraña. Harry lo vio caminar hacia el lado opuesto y llegó a preguntarse si algo particularmente pesado le había caído en la cabeza para hacerle perder mas de la mitad de su encanto.

Pronto decidió que no tenía tiempo para pensar en eso y corrió para reunirse con el resto del equipo.

-Me alegra que esta reunión se realice sin percances –Angelina Jonson saludó a todos con una sonrisa –Así que no tendrán oportunidad de conversar sobre la melodramática caída de la profesora Montaigne o del gusto que les dio que la profesora McGonagall restara puntos a Slytherin.

Harry sonrió. En la reunión pasada habían estado conversando más de ello y Angelina desistió de sus intentos por centrar la atención en algunos nuevos programas de entrenamientos.

-Desde la ocasión pasada iba a presentarles a nuestro nuevo guardián. Las pruebas finalizaron la semana pasada.

El alumno entró. Harry habría esperado ver entrar a un alumno del último curso, en verdad lo habría preferido.

-Debes estar bromeando –George miró al alumno que se reunía con ellos al momento que Fred empezaba a reír.

-Esta bien, Angelina –Fred se controló -, es una buena broma, pero ¿quién es nuestro nuevo guardián?

-Él es nuestro nuevo guardián –repuso ella molesta.

-¿Glader? –preguntó Harry.

-Como ustedes estaban muy ocupados persiguiendo a la gata de la profesora Debbie –Katie miró a los gemelos –tuvimos que hacer la prueba nosotras solas.

Alicia Spinnet hizo un ademán afirmativo y dijo:

-Glader reúne los requisitos.

-¡Mucho gusto! –saludó el pequeño con empalagosa educación -¡Haré mi mejor esfuerzo!

-¿Podrías ser un poco más rudo en el juego? –George lo miró con el ceño fruncido.

-No queremos que Slytherin tenga más razones para burlarse de nosotros –explicó Fred.

-No se preocupen –Araon miró a ambos. Harry no notó nada de agresividad en sus ojos -¡Ganaremos ese partido!

-Habría preferido que dijera: "Los haremos papilla" –dijo Fred al oído de Harry.

*  *  *

Harry pensó que no solo ocuparían de un milagro para ganar el partido con semejante guardián. También ocuparían guardaespaldas para evitar que las muchachas se acercaran demasiado a Glader.

La situación llegaba a casos realmente ridículos, en especial por que había chicas de Slytherin entre las animadoras del nuevo guardián de Gryffindor en las gradas.

-El efecto que tienes en las muchachas resulta interesante –señaló Katie con una risita despeinando a Araon –Cuando seas mayor vas a tener que quitártelas con espátula.

-Espero no tener que hacer algo tan grosero –el niño las miró con clara preocupación.

-Angelina –Fred se acercó a ella de manera discreta –Esta broma me pone los nervios de punta. No tienes que ser así con nosotros solo por distraernos un poco con el Nundu de la profesora Debbie.

-No es una broma –insistió la capitana.

-No te preocupes, hermano –George dio un fraternal golpecito a Fred para animarlo –Hagamos nuestro trabajo y dejemos que Harry haga el suyo.

Harry sonrió. Buscaría la snitch y la atraparía antes de conocer las habilidades del su nuevo guardián.

Finalmente la hora llegó.

Para ser un niño de apariencia frágil, Glader pisó el terreno de juego con bastante seguridad al momento que los espectadores explotaban en gritos y aplausos.

Ambos equipos se reunieron en el centro del campo y esperaron a que la señora Hooch anunciara el inicio del partido.

Claras risas de burla comenzaron a escucharse, pero Glader se mantuvo atento a las recomendaciones de la profesora como si nada más existiera.

¿Cómo lo hacía?

Finalmente todos montaron en sus escobas y un largo pitido marcó e inicio del partido.

Harry se colocó sobre el resto de los jugadores observando con cuidado. Ambos equipos se movían con un nivel semejante hasta que Slytherin logró robar la quaffle maniobrando para anotar el primer tanto, cosa que fue evitada por el guardián de Gryffindor, tras ello se envió un pase a Katie quien aprovechó la confusión y se acercó a los postes de gol evitando al guardián de Slytherin al mandar un pase a Angelina.

-¡¡GOL DE GRYFFINDOR!!

-¿Puedes creerlo? –preguntó Fred cuando se acercó a Harry evitando que una bludger le pegara en la nariz.

-Esta claro que tiene algunas sorpresas –dijo Harry viendo a Glader evitar otro tanto –A los jugadores de Slytherin no parece hacerles gracia.

-Si sigue jugando así soportaré su fastidiosa caballerosidad –rió Fred y voló rápidamente para evitar que una bludger golpeara a Alicia Spinnet.

El segundo tanto a favor de Gryffindor provocó aun más escándalo que el primero. Harry suspiró sintiéndose más tranquilo hasta que notó que habían golpeado una bludger en dirección de Glader. El niño volteó demasiado tarde ya que había evitado un punto más para Slytherin y solo pudo moverse un poco para que el golpe se impactara en su hombro y no en su cabeza.

Hubo varios gritos de protestas por parte de las chicas.

Justo en ese instante Harry notó que Malfoy se movía de manera brusca y enfocó la vista hasta ver la snitch.

Ambos buscadores volaron a una velocidad semejante. Harry notó a un callado y concentrado Malfoy y estiró la mano para atrapar la esfera dorada, pero un codazo  le hizo ver que no sería sencillo.

Para total horror de Harry, Malfoy ya casi atrapaba la snitch. Pero la esfera se escapó de entre sus dedos haciendo un movimiento totalmente brusco para dirigirse al pecho de Harry. El chico estiró las manos por acto de reflejo y la atrapó antes de sentir el impacto. Cuando reaccionó notó el fino hilo que los labios de Malfoy dibujaban por estar tan apretados.

Harry decidió ignorarlo y estiró una mano mostrando la snitch al momento que Gryffindor gritaba alegre.

Desde abajo, Glader miraba la acción con satisfacción. Había bajado a tierra firme y sujetaba su hombro roto con una ligera mueca de dolor.

-Un hueso roto por una victoria vale la pena –susurró con suavidad y miró hacia el palco de los profesores –No soporto estar detrás de nadie.

*  *  *

Una de esas mañanas el exterior del colegio amaneció totalmente blanco. La nieve había cubierto cada rincón del castillo dándole un bello espectáculo a la vista más exigente.

La mayoría de los estudiantes ya habían preparado sus cosas para regresar a casa y pasar la navidad con su familia. 

Y aun con el enfado de hace días, la profesora Montaigne sonreía mientras ayudaba al profesor Flitwick a adornar el gran comedor y aprovechaba para conversar sobre dulces y regalos.

Harry también se sentía muy contento ya que tendría una nueva oportunidad para conversar con su padrino el día de Navidad y estaba seguro de que nadie se lo arruinaría esta vez.

Ron y Hermione se quedarían. Su amigo había comenzado a hablar de dulces cuando Harry mencionó su futura visita a Hogsmeade hasta que Candy maulló y le robó la pieza de pollo que había sujetado entre sus dedos.

-¿Por qué no iras a casa Hermione? –preguntó Harry.

-¿Bromeas? Hay demasiados deberes por hacer y se acercan los exámenes.

Que pregunta.

-¿Por qué no le pides al adorable Glader, guardián estrella, que te haga la mitad de la tarea?

-Podría ayudarte a hacer la tuya, Weasley –dijo Glader, quien venía caminando y se sentó a un lado de Hermione para disgusto de Harry. -, me da la impresión de que necesitas más ayuda que la señorita Granger.

No parecía decirlo con burla, pero igual molestó al pelirrojo.

-Cuando pida tu opinión te lo haré saber, Glader –Ron le volteó la cara de manera grosera.

-¿Te quedarás en las vacaciones de Navidad? –preguntó Hermione ignorando a Ron.

-No tengo otro lugar al que quiera llegar –declaró el niño con dulzura y miró a Harry –No encontraré sitio más seguro.

Dunkel Weich llamó la atención de los alumnos que comían en esos momentos. La enorme lechuza pasó volando por todas las mesas con las espléndidas alas extendidas hasta posarse en la mesa de profesores y ulular  frente al profesor Snape.

-¿Correo? –preguntó Debbie mirando al profesor y sonrió -¿Para ti, Severus?

-No creo que sea para mí –gruñó el profesor.

La niña extendió una mano hacia la lechuza y tras darle una galleta y hacerle una caricia leyó el mensaje.

-No sabía que se podían enviar amenazas de muerte por correo –rió la niña entregando la carta a Snape –Si que es para ti...

Snape leyó la carta y apretó los labios dedicando una asesina mirada a Harry.

-Como si a alguien le importara lo que ese piensa –siseó quemando la carta con una vela cercana.

-Oh –la niña continuó acariciando la lechuza y le dio un suave empujecito para que se retirara –Así agradeces que Dunkel Weich se moleste en buscarlo por ti. Me ofenderé si se siguen escribiendo a mis espaldas.

-Come y cállate, Debbie.

Seguramente habría sido interesante averiguar el tema central de esa conversación, pero Harry dejó de ser consciente de los sonidos. Parpadeó al notar una extraña sensación de vacío. El eco de una suave voz envolvió el repentino silencio regalándole una extraña paz junto con algo que parecía mirar directo en su mente.

"La pluma" susurró la voz y una bella sonrisa masculina se dejó oír "Que conveniente invento, ¿no?"

-¿Harry?

El chico miró a Hermione confundido y se dio cuenta que solo estaban ellos en el Gran Comedor.

-¿Qué te ocurre? –preguntó Ron –De repente te quedaste callado.

-Nada –mintió Harry y se acordó de algo –Malfoy tiene una pluma como la mía, el profesor Dumbledore dijo que en malas manos podría ser peligrosa.

-No sabemos si es como la tuya –intervino Hermione.

-Y de cualquier manera no sabe usarla, Harry.

Cierto. Pero lo que acababa de ocurrirle le hizo pensar que debía tener un poco más de cuidado con lo que lo rodeaba.

*  *  *

El día de navidad había acordado verse con Sirius. Así que Harry despertó animado y corrió a donde Ron dormía para despertarlo también.

-Esta bien, esta bien –gruñó Ron malhumorado -, ya estoy despierto.

-Si no te levantas pronto alguien más tomará tus regalos –sonrió Harry y comenzó a mirar las cajas envueltas. Una de ellas era de su padrino. Era pequeña y al abrirla se encontró una fotografía fascinante.

En la foto se veían los cuatro amigos. Su padre se movía en una esquina intentando meter a alguien en una esquina a quien Harry no pudo reconocer y del otro se veía a su madre saludando con una encantadora sonrisa.

Además de eso encontró un reloj nuevo y una nota maltratada escrita por su padrino.

Feliz Navidad, Harry:

Todos estamos bien. Lord Voldemort parece estar más interesado en encontrar a sus seguidores más fieles y castigar traidores que en el resto de la comunidad mágica y no mágica. Así que tuve tiempo de mandarte este sencillo regalo.

Esta foto nos la tomamos cuando estábamos en tercer curso; si notas, tu padre intenta meter al margen a una chica (es una pena que no lo lograra)... Bueno, pues ella fue mi novia un tiempo. Su puedo robar una foto suya a alguien odioso te la mandare.

Nos vemos en Hogsmeade.

Sirius.

P.D. El reloj es un regalo de Remus, aun no sé donde lo compró ya que no le encuentro mucha utilidad.

Harry miró de nuevo la foto. Por instantes parecía que su padre estaba a punto de lograr su objetivo, pero la chica parecía tener más fuerza. A pesar de ello pudo ver el cabello negro y ondulado que le cubría el escudo junto con una roja mejilla.

-Una pena –coincidió Harry y guardó la foto en su álbum. Miró el reloj descubriendo que era muggle, no era de extrañar que Sirius no le encontrara mucha utilidad.

Al chico abrió su siguiente regalo.

La caja estaba encantada  y al abrirla se escuchó un bello canto que agradó a los amigos. Cuando la canción finalizó Harry miró el paquete encontrándolo vacío, a excepción de una nota con perfecta caligrafía.

Feliz Navidad.

Ten cuidado cuando salgas a Hogsmeade.

"Maximus Possittium"

No la uses con alguien que no sea de tu confianza. Y no olvides colocar un nombre o una pregunta antes de recitar el hechizo.

Cuando termines pronuncia "Finite incantatem "

-¡Es de la persona que me envió la pluma! –Harry llamó a Ron y se apresuró a ir por la pluma y un pergamino –Dime un nombre.

-¿Para qué? –Ron se sintió ridículo.

-Solo dilo –pidió Harry.

-¿Hermione?

Harry apuntó el nombre con la pluma y suspiró.

Maximus Possittium!

No pasó nada.

-¿Estará rota? –preguntó Ron.

Harry estuvo a punto de repetir el hechizo cuando vio que su pluma se elevaba y comenzaba a escribir.

-¡Wow! –exclamó Ron.

Granger Hermione. Hija de padres muggles, ambos dentistas. Tiene 15 años y actualmente brinda ayuda como Prefecta de la casa de Gryffindor. Sus notas son excelentes y simpatiza a la mayoría de los profesores.

La pluma se detuvo como si pensase en lo que escribiría a continuación.

... En estos momentos camina hacia los dormitorios de los varones en la casa de Gryffindor con su gato en brazos...

... ¿Desea saber algo más?...

Especifique pregunta.

Finite incantatem! –dijo Harry al escuchar que alguien abría la puerta. La pluma cayó inerte y las letras del pergamino se borraron.

-¡Hola, chicos! –saludó Hermione con una sonrisa y soltó a su gato -¡Feliz Navidad!

-Sorprendente –musitó Ron.

Pero Harry no estaba tan contento. Había comprendido la razón por la que su pluma era peligrosa.

*  *  *

La profesora Montaigne insistió en abrazar a todos los alumnos que se habían quedado llenándolos de empalagosos besos. Harry pudo esquivar la felicitación  al morder una pieza de pastel y llenarse la mejilla de betún.

Mientras tanto, la profesora Debbie tenía los codos recargados sobre la mesa y miraba todo con algo de fastidio bajo la atenta mirada de la profesora McGonagall. Finalmente la niña apoyó las manos en la mesa con la más bella sonrisa en su cara y se apresuró a bajar para correr por entre las mesas y abrazar la cintura de un muy molesto Snape.

Harry y sus dos amigos habían estado desayunando, pero al ver esa escena interrumpieron su actividad para mirar atónitos.

-¡Feliz Navidad, Severus! –exclamó la niña y comenzó a reír.

-No más poción para ti –bufó el hombre y se las arregló  para separar a la niña y levantarla sobre una de las mesas, casi vacía -¿Cómo has podido verme?

-Alto, negro, siniestro... –enumeró Debbie con los dedos de sus regordetas manecitas y rió aun más – aparte de eso, la profesora Montaigne dijo tu nombre en cuanto entraste. Solo había que correr hacia la mancha mas oscura y la única que estaba de pie.

Harry comenzó a toser para no estallar en risas.

Snape no pareció muy contento con la explicación. Aún así no dijo nada y sacó unas gafas de su túnica para acomodarlas en la carita redonda de la niña.

-¡¡Puedo ver de nuevo!! –exclamó Debbie y saltó de la mesa para correr hasta McGonagall -¿Ahora puedo irme? Ya no me romperé la nariz al chocar con una pared.

La mujer miró a la niña con algo de recelo.

-La profesora Debbie necesita nivelar sus... energías –dijo Snape con fría elegancia –Estaremos listos para la cena de Navidad, si no surge algo más importante.

-Si se te olvida puedo ir por ti, Sevy –se ofreció la señorita Montaigne con voz chillona.

-No lo olvidaré –dijo el hombre con desprecio al momento que una niña se abrazaba a él de manera protectora. -¿Nos vamos, Debbie?

-Si –respondió ella con energía y se apoderó de una mano del profesor de pociones para caminar con pasos veloces y alcanzarlo.

Después del desayuno, Harry y sus amigos salieron del castillo directo a Hogsmeade. Cuando el chico pudo ver  a su padrino lo abrazó con fuerza sintiéndose muy contento.

Le llevó más de una hora ponerlo al tanto de todo lo que había ocurrido. Incluso hizo comentarios sobre los extraños accidentes que lo había llevado a la enfermería y notó la preocupación de sus amigos, en especial cuando narró su encuentro con el extraño espejo del despacho de la señorita Debbie.

A pesar de ello Sirius no pareció muy sorprendido por que una niña de 11 años tuviera en puesto de profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras. Le importaron más sus arranques de furia y se mostraba tan preocupado como lo hizo el profesor de pociones.

Tampoco se sorprendió cuando Harry le informó que la cicatriz había dejado de dolerle y que no tenía esos perturbadores sueños. Permanecía atento a cada palabra hasta que todo quedó en silencio.

-La señorita Montaigne dijo que un pariente mío estaba en peligro –recordó Harry viendo, por primera vez, una expresión de genuina sorpresa en cara de su padrino. -¿Puede ser la persona que Voldemort busca?

Ron bufó, pero Harry no lo notó.

-Hay un Potter con vida –confirmó Sirius con seriedad –Pero no hay razón alguna por la que tu profesora de Cuidado de Criaturas Mágicas lo sepa. Es información altamente clasificada.

-Ella dijo que era un auror –dijo Hermione tras permanecer en silencio.

-No es información que cualquier auror pueda saber –Sirius frunció el ceño -, no a menos que halla tenido algo que ver cuando la escondimos.

-¿La escondieron? –preguntó Harry -¿Entonces tu la conoces?

-Por supuesto, pero es demasiado peligroso que sepas de ella ahora, Harry... Peligroso para ambos.

-¿Podría ser quien me mandó esto? –Harry sacó su pluma de plata para mostrarla a su padrino.

El rostro de Sirius se llenó de una ligera ternura y sonrió.

-La pareja de esa pluma metió en muchos problemas a James... Te recomiendo que no la pierdas.

Harry se incomodó un poco, su padrino no parecía saber el uso de la pluma.

-¿Y donde esta la otra pluma? ¿Es de plata también?

-Jamás la encontramos, se perdió. Y fue fabricada de oro, quizá era simbólico que James conservara la pluma con más valor, pero la perdió tras un partido de quidditch.

Continuará.

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Lolo:- Bueno si... demasiadas dudas... Cuando la historia acabe y no se resuelva mas de la mitad me vas a matar XD.

La relación de Debbie se resume así: deber, amistad y fraternidad... la manera en que se acomoden ya es asunto de cada quien. También hay un poco de odio, y todo lo que haría esta historia una total cursilería, pero procuro no hablar tanto de ello.

Un Harry / Hermione? Ju ju ju... bueno, eso ya se verá en un futuro...