EL CREDO DEL SAMURAI
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La Visión de Aoshi Shinomori
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No tengo padres,
hago del cielo y la tierra mis padres, aunque para mi no esta
de más el tener a mi familia Oniwabanshu.
No tengo poder divino,
hago del honor mi fuerza; pues aunque mi honor
es cuestionado en mi condición de Ninja yo me defiendo
mi honor y mi fuerza hasta el final.
No tengo recursos,
mis únicos recursos son mi fortaleza de espíritu
y mi convicción.
No tengo el don de la magia,
hago mi magia con mi fuerte deseo de vencer.
No tengo vida ni muerte,
pues por delante solo veo un largo camino por recorrer.
Mi cuerpo es simplemente el deposito
de mi espíritu eterno.
Tengo ojos, aunque a veces no me percato
de lo que tengo delante de mi.
No tengo orejas,
hago del buen sentido mis orejas, eso desde que desperté de
mi cruzada mortal la cual casi acaba con mi vida.
No tengo miembros,
pues los miembros más poderosos del Oniwabanshu dejaron este
mundo protegiendo mi vida.
No tengo proyecto,
y en estos momentos no se que le espera a mi vida
solo estoy seguro deque los dulces ojos de una chica esperan
por el momento en que me decida.
No soy un prodigio,
pues no pude vencer a un hombre;
pero este hombre me devolvió mi vida y ese
es un prodigio en mi.
No tengo principios,
más que los de un nuevo respeto
por la vida del que carecía.
No tengo amigos,
Ya que quizás yo mismo los he alejado de mi
solo espero recuperar la confianza de algunos viejos amigos
y ser amigo del hombre que me devolvió al camino.
No tengo enemigo
mi único enemigo soy yo mismo y mis actos.
No tengo armadura,
y no creo necesitarla ante lo que me espere.
No tengo fortaleza,
tengo una gran fortaleza nacida de
mi aprendizaje y experiencia.
No tengo espada,
llevo dos kodachis para luchar y con ellas
tengo el control de mi vida.
Me llaman el Okashira, Aoshi Shinomori. A mis 15 años me convertí en un ninja oniwabanshu a cargo del castillo de Edo, pero no pude luchar y me volvi un ser errante en busca de luchas donde mostrar mi poder y fortaleza. Luego enfrente a un hombre que se hizo mi obsesión y me llevo a la locura. Este hombre, Kenshin Himura, me saco del infierno y abrio mis ojos a la luz de la gracia y ahora lucho para vivir y hallar mi tan anhelada felicidad.
