EL CREDO DEL SAMURAI


La Visión de Seta Soujirou


No tengo padres,

mi madre murió al poco de yo nacer,

mi padre era un infeliz y sucumbió bajo la espada

que me dio el señor Shishio

No tengo poder divino,

mi poder es el del más apto

y mi velocidad es más que divina

No tengo recursos,

solo la verdad que una noche de lluvia

comprendí, y bajo la cual viví

No tengo el don de la magia,

solo el de la fuerza, y aun ahora

debo descubrir mi fuerza para seguir viviendo

No tengo vida ni muerte,

y no las temo pues las merezco

pero viviré con mis culpas y penas

Mi cuerpo es el de un niño

que ha arrebatado muchas vidas

No tengo ojos,

me he dejado cegar por la verdad

la verdad que me dijeron

No tengo orejas,

para escuchar el dolor ajeno

pero ahora empiezo a escucharlo una vez más.

No entiendo lo de no tener

miembros, yo tenia un corazón

y lo he silenciado por años

No tengo proyecto,

hoy vivo el día a día, buscando de cuando en cuando

una casa de té en las montañas donde aliviar mis penas

No soy un prodigio,

pero así me dicen, el prodigio

la espada que cercena vidas a su paso.

No tengo principios,

solo el principio de que el débil ha de caer

para beneficio del fuerte

No tengo amigos,

pero espero conseguirlos.

No tengo enemigos

a los que he matado han sido victimas

de un dolor que no les correspondía.

No tengo armadura,

hago de la benevolencia y la rectitud mí armadura

Más benevolencia no he tenido con nadie, ni conmigo mismo

desde aquella noche de lluvia donde reía y lloraba

No tengo fortaleza,

de hecho me derrumbe ante un hombre

con un corazón más fuerte que el mío

No tengo espada,

más, aparte de las de mi mentor

conserve en mi corazón por diez años la wakizashi que

me salvo la vida una vez

Me llamo Soujiro Seta, me llaman el "Tenken", espada divina que arrasa con vidas a su paso. Sonrío todo el tiempo pero mi dolor es inaguantable. Creí fervientemente que el mundo es de los fuertes y los débiles están destinados a ser el alimento del fuerte, en una ley de supervivencia cruda en la cual yo estaba en la cima. Sin pensar masacre y arruine vidas, siguiendo ese ideal y un hombre me venció en mi espíritu y corazón y se convirtió en un maestro más rudo que mi maestro y padre Shishio. Ahora vivo, o al menos trato buscando mi propia verdad no en las batallas sino viviendo.