Â
Magia
Â
CapÃtulo 3: La hermanita pequeña de Ron
Â
- Hola.
- ¿Eh? ¡Ah! Hola. Me asustaste. No te habÃa oÃdo. - Ginny siguió a Harry con la mirada mientras se sentaba al lado suyo. Luego evitó mirarle.
- Lo siento. ¿No puedes dormir?
- No, llevaba un rato escribiendo en la cama y al final me he bajado aquÃ.
- ¿Tú escribes un diario? - Harry la miró a la cara por primera vez. Estaba muy sorprendido. Ella seguÃa mirándose las manos que estaban alrededor de sus rodillas en ese momento.
- SÃ, ¿por qué no podrÃa? Muchas chicas de nuestra edad lo hacen, e incluso algunos chicos, no sé porqué te sorprendes.
- Bueno, no es que me sorprenda que alguien escriba un diario, lo que me sorprende es que precisamente tú escribas un diario. Ya sabes, por lo de estar a punto de morir y todo eso.
- Ah, sÃ. Bueno, eso... . Éste al menos no contesta. - Ginny miró sonriente a Harry. A Harry le entraron de nuevo ganas de sonreÃr.
- Bueno, sÃ, supongo que ya se te ha pasado. - dijo mientras apartaba la mirada y esbozaba una sonrisa.
- No creas, aún me afecta. Pero no me gusta pensar en ello. - Un extraño silencio cayó durante unos momentos sobre los dos. Tras un rato, Ginny volvió de nuevo su atención hacia Harry. - ¿Y tú, tampoco duermes?
- No, no podÃa. Llevaba un buen rato dando vueltas en la cama. De hecho....
- ¿Qué?
- No puedo dormir desde principio de verano. - Casi no se oÃa a Harry.
- ¿Por Voldemort?
- Y por Cedric, y por Cho, y por todos. - Harry salió entonces de su ensimismamiento - ¡¿Has dicho Voldemort?!
- SÃ, ..., ¿qué pasa?
- Creà que todos tenÃan miedo de pronunciar su nombre.
- Bueno, cuando yo nacÃ, él ya no estaba y, hasta ahora, no sabÃa muy bien que era. Mis hermanos siempre me amenazaban con él como si fuera a venir por las noches, o estuviera en mi armario. Pero hasta ahora no he comprendido bien que era.
- Dumbledore me dijo una vez que no nombrarle ayudaba a tenerle más miedo.
- SÃ, pero a mà me ha costado mucho empezar a hacerlo.
- Pues no se ha notado.
- Es que he ensayado. - Harry la miró mientras comenzaba una sonrisa, pensó que Ginny estaba graciosa hoy. Pero la encontró seria, lo que acababa de decir era real. Harry volvió de nuevo su atención al paisaje.
- Todo es culpa suya. Si él no existiera.... Y si yo no hubiese caÃdo como un tonto en la trampa, Cedric seguirÃa vivo al menos. Lo hice revivir.
- Deja de decir tonterÃas, por favor. - Harry la miró sorprendido. Pues sà que estaba rara, tenÃa razón Ron. - Es cierto, sólo dices tonterÃas, no me mires asÃ. No vale arrepentirse del pasado; si lo volvieras a hacer, seguro que harÃas lo mismo. Y fue Voldemort el que provocó e hizo todo lo que pasó, no tú.
- No lo entiendes Ginny, ¡cogió mi sangre para revivir!
- ¡Pues mejor! A ver si asà se le pega algo bueno. - Ella se veÃa muy seria y Harry no sabÃa si llorar o si reÃr por cómo estaba ella.
- Eh...
- Déjalo. Será mejor que durmamos algo. - Dijo Ginny mientras se levantaba y se sacudÃa el pantalón. Harry aún la miraba sorprendido.
- Creo que ésta es la primera conversación de verdad que hemos tenido. - Ginny se paró. Pero ni tan siquiera se giró para verle. Aún asÃ, Harry notó que se ponÃa roja.
- Yo recuerdo unas cuantas más, pero da igual. - Ginny entró en la casa dejando a Harry aún sentado en la entrada. - Buenas noches, Harry.
- Er... Buenas noches, Ginny.
Harry se quedó un rato más mirando las estrellas. Poco después decidió subir a dormir, de algún modo la conversación con Ginny le habÃa alegrado un poco, o aliviado.
Â
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Â
Cuando Ron comenzó a zarandearlo para que se levantara, Harry comprendió que habÃa podido dormir al menos durante parte de la noche.
- ¡¿Quieres dejar de moverme?! ¡Ya estoy despierto!
- No es para ponerse asÃ. Yo sólo te digo que ya está listo el desayuno. Dentro de un par de horas llegará Hermione, para la hora de comer, supongo. ¡¿Pero quieres vestirte ya?!
- Ya voy, ya voy.
- Voy bajando
- Vale. - Una vez que su amigo se habÃa ido, Harry dejó de intentar levantarse y se quedó sentado en la cama. HabÃa sido una noche extraña. HabÃa hablado con Ginny y habÃa dormido. Aunque ahora parecÃa tener más sueño. Se levantó ya más animado, se vistió y se marchó a desayunar.
Cuando llegó abajo, se dio cuenta de que era el último en llegar. Percy no estaba, ni el señor Weasley, pero a esas alturas de la mañana seguramente ya se habrÃan ido al ministerio. Se sentó donde siempre, entre Ginny y Ron.
- Harry, cariño. ¿Has dormido bien? - La señora Weasley comenzó a servirle el desayuno.
- SÃ, muy bien, gracias.
- ¡Y tan bien! No habÃa quien le levantara.
- No te quejes, normalmente tú te quedas dormido.
- No es verdad.
- SÃ, si lo es.
- Bueno, sólo a veces.
- Oye Harry, aún no te hemos enseñado ninguno de nuestros inventos. ¿Quieres ver alguno? - Harry sintió que Ginny se ponÃa tensa a su lado, aunque no levantaba la vista del desayuno.
- Quizás más tarde, Fred.
- Bueno, como quieras. Nosotros nos vamos. Nos vemos luego.
- Hasta luego, mamá.
El desayuno se tornó más tranquilo que la cena después de que los gemelos desaparecieran. Ginny, Ron y Harry terminaron casi al mismo tiempo de desayunar y salieron hacia la escalera.
- ¡Ron!
- ¿Qué quieres, Ginny?
- ¿A qué hora viene Hermione?
- No lo sé, dentro de poco. ¿Tantas ganas tienes de verla?
- Tengo ganas de hablar con una persona inteligente. - dijo Ginny mientras les adelantaba y comenzaba a subir por la escalera.
- ¿Y no te valemos nosotros? - Ginny se volvió hacia su hermano como si éste hubiera dicho una tonterÃa
- ¿Contesto?
- ¡Cómo te pille vas a ver! - Ginny salió corriendo escaleras arriba mientras se reÃa.
Â
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Â
- ¡RON, HARRY! ¡HERMIONE YA ESTÃ
Magia
Â
CapÃtulo 3: La hermanita pequeña de Ron
Â
- Hola.
- ¿Eh? ¡Ah! Hola. Me asustaste. No te habÃa oÃdo. - Ginny siguió a Harry con la mirada mientras se sentaba al lado suyo. Luego evitó mirarle.
- Lo siento. ¿No puedes dormir?
- No, llevaba un rato escribiendo en la cama y al final me he bajado aquÃ.
- ¿Tú escribes un diario? - Harry la miró a la cara por primera vez. Estaba muy sorprendido. Ella seguÃa mirándose las manos que estaban alrededor de sus rodillas en ese momento.
- SÃ, ¿por qué no podrÃa? Muchas chicas de nuestra edad lo hacen, e incluso algunos chicos, no sé porqué te sorprendes.
- Bueno, no es que me sorprenda que alguien escriba un diario, lo que me sorprende es que precisamente tú escribas un diario. Ya sabes, por lo de estar a punto de morir y todo eso.
- Ah, sÃ. Bueno, eso... . Éste al menos no contesta. - Ginny miró sonriente a Harry. A Harry le entraron de nuevo ganas de sonreÃr.
- Bueno, sÃ, supongo que ya se te ha pasado. - dijo mientras apartaba la mirada y esbozaba una sonrisa.
- No creas, aún me afecta. Pero no me gusta pensar en ello. - Un extraño silencio cayó durante unos momentos sobre los dos. Tras un rato, Ginny volvió de nuevo su atención hacia Harry. - ¿Y tú, tampoco duermes?
- No, no podÃa. Llevaba un buen rato dando vueltas en la cama. De hecho....
- ¿Qué?
- No puedo dormir desde principio de verano. - Casi no se oÃa a Harry.
- ¿Por Voldemort?
- Y por Cedric, y por Cho, y por todos. - Harry salió entonces de su ensimismamiento - ¡¿Has dicho Voldemort?!
- SÃ, ..., ¿qué pasa?
- Creà que todos tenÃan miedo de pronunciar su nombre.
- Bueno, cuando yo nacÃ, él ya no estaba y, hasta ahora, no sabÃa muy bien que era. Mis hermanos siempre me amenazaban con él como si fuera a venir por las noches, o estuviera en mi armario. Pero hasta ahora no he comprendido bien que era.
- Dumbledore me dijo una vez que no nombrarle ayudaba a tenerle más miedo.
- SÃ, pero a mà me ha costado mucho empezar a hacerlo.
- Pues no se ha notado.
- Es que he ensayado. - Harry la miró mientras comenzaba una sonrisa, pensó que Ginny estaba graciosa hoy. Pero la encontró seria, lo que acababa de decir era real. Harry volvió de nuevo su atención al paisaje.
- Todo es culpa suya. Si él no existiera.... Y si yo no hubiese caÃdo como un tonto en la trampa, Cedric seguirÃa vivo al menos. Lo hice revivir.
- Deja de decir tonterÃas, por favor. - Harry la miró sorprendido. Pues sà que estaba rara, tenÃa razón Ron. - Es cierto, sólo dices tonterÃas, no me mires asÃ. No vale arrepentirse del pasado; si lo volvieras a hacer, seguro que harÃas lo mismo. Y fue Voldemort el que provocó e hizo todo lo que pasó, no tú.
- No lo entiendes Ginny, ¡cogió mi sangre para revivir!
- ¡Pues mejor! A ver si asà se le pega algo bueno. - Ella se veÃa muy seria y Harry no sabÃa si llorar o si reÃr por cómo estaba ella.
- Eh...
- Déjalo. Será mejor que durmamos algo. - Dijo Ginny mientras se levantaba y se sacudÃa el pantalón. Harry aún la miraba sorprendido.
- Creo que ésta es la primera conversación de verdad que hemos tenido. - Ginny se paró. Pero ni tan siquiera se giró para verle. Aún asÃ, Harry notó que se ponÃa roja.
- Yo recuerdo unas cuantas más, pero da igual. - Ginny entró en la casa dejando a Harry aún sentado en la entrada. - Buenas noches, Harry.
- Er... Buenas noches, Ginny.
Harry se quedó un rato más mirando las estrellas. Poco después decidió subir a dormir, de algún modo la conversación con Ginny le habÃa alegrado un poco, o aliviado.
Â
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Â
Cuando Ron comenzó a zarandearlo para que se levantara, Harry comprendió que habÃa podido dormir al menos durante parte de la noche.
- ¡¿Quieres dejar de moverme?! ¡Ya estoy despierto!
- No es para ponerse asÃ. Yo sólo te digo que ya está listo el desayuno. Dentro de un par de horas llegará Hermione, para la hora de comer, supongo. ¡¿Pero quieres vestirte ya?!
- Ya voy, ya voy.
- Voy bajando
- Vale. - Una vez que su amigo se habÃa ido, Harry dejó de intentar levantarse y se quedó sentado en la cama. HabÃa sido una noche extraña. HabÃa hablado con Ginny y habÃa dormido. Aunque ahora parecÃa tener más sueño. Se levantó ya más animado, se vistió y se marchó a desayunar.
Cuando llegó abajo, se dio cuenta de que era el último en llegar. Percy no estaba, ni el señor Weasley, pero a esas alturas de la mañana seguramente ya se habrÃan ido al ministerio. Se sentó donde siempre, entre Ginny y Ron.
- Harry, cariño. ¿Has dormido bien? - La señora Weasley comenzó a servirle el desayuno.
- SÃ, muy bien, gracias.
- ¡Y tan bien! No habÃa quien le levantara.
- No te quejes, normalmente tú te quedas dormido.
- No es verdad.
- SÃ, si lo es.
- Bueno, sólo a veces.
- Oye Harry, aún no te hemos enseñado ninguno de nuestros inventos. ¿Quieres ver alguno? - Harry sintió que Ginny se ponÃa tensa a su lado, aunque no levantaba la vista del desayuno.
- Quizás más tarde, Fred.
- Bueno, como quieras. Nosotros nos vamos. Nos vemos luego.
- Hasta luego, mamá.
El desayuno se tornó más tranquilo que la cena después de que los gemelos desaparecieran. Ginny, Ron y Harry terminaron casi al mismo tiempo de desayunar y salieron hacia la escalera.
- ¡Ron!
- ¿Qué quieres, Ginny?
- ¿A qué hora viene Hermione?
- No lo sé, dentro de poco. ¿Tantas ganas tienes de verla?
- Tengo ganas de hablar con una persona inteligente. - dijo Ginny mientras les adelantaba y comenzaba a subir por la escalera.
- ¿Y no te valemos nosotros? - Ginny se volvió hacia su hermano como si éste hubiera dicho una tonterÃa
- ¿Contesto?
- ¡Cómo te pille vas a ver! - Ginny salió corriendo escaleras arriba mientras se reÃa.
Â
-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Â
- ¡RON, HARRY! ¡HERMIONE YA ESTÃ
