Caminando Sobre el Agua
Escrito por Natalia

Capítulo 2: Amor y Odio

"No has terminado tu primer deseo," repitió.

Giré mis ojos. "¿No podemos hacerlo más tarde?"

Negó con la cabeza. Dios ¿acaso todos los genios son así? Tan persistentes... o talvez sólo quería mirarme mientras me bañaba. Lo vi mover la cabeza hacia un costado.

"Me recuerdas a alguien..."

"¿En serio?" dije sarcásticamente, sin saber si eso era un halago o no.

Él asintió con la cabeza. "Un amo que tuve hace mucho tiempo. Ella solía tomar baños y me hablaba desde la bañera."

Le levanté una ceja. "De todas maneras ¿qué edad tienes?"

Él parpadeó. "Soy tan viejo como el tiempo."

Lo miré. "No lo aparentas."

"Pero lo soy." Me observó cuidadosamente. "Tu no pareces mayor de veinte años."

Me encogí de hombros, y continué bombardeándolo de preguntas.. "¿Quién fue tu último amo?"

Hubo una mirada lejana en sus ojos, y sus cejas se juntaron. "Tuve tantos, pero creo que el último fue el emperador de la Dinastía Chian."

Por alguna razón, ya nada de esto me sorprendía. "¿Alguno te amó?"

Me miró fijo, sus ojos penetrando los míos. "Si, algunos pocos lo hicieron."

Hubo un gran silencio después de eso, sólo roto por los pequeños movimientos del agua. Ya no me sentía incómoda, pero me di cuenta que las burbujas se estaban disolviendo. Comencé a alcanzar la botella con las burbujas de agua, pero de repente la tina se lleno de burbujas blancas. Miré a Hao y noté un sonrisita en su rostro. Me di vuelta y agarré la esponja.

"¿Te puedes ir ahora?"

Movió las cejas. "No has terminado tu deseo todavía."

Le di una mirada fuerte e intensa y le dije entre dientes. "¿Por favor?"

Me miró antes de flotar fuera del baño. "Sus deseos son ordenes, amo."

Enojadamente me limpié, murmurando, "Maldito genio."

***

Vestida en mi sudadera de algodón negra larga, salí del baño sintiendo el aire frío de la noche moverse en el cuarto. Calor durante el día. Frío durante la noche. La alegría de esta ciudad. Hao estaba sentado en el sillón nuevamente, mirándome con esos ojos suyos.

Lo ignoré, lanzándome a la cama sobre mi estomago. Me agarré la pera con mis manos, levanté mis piernas en el aire, observándolo. "¿No te piensas ir hasta que yo no haga los otros dos deseos, cierto?"

Asintió con la cabeza. Parecía diferente en la oscuridad, más... misterioso y oscuro. Pero sus ojos brillaban como carteles de neón, y la luz de la luna dibujaba sombras en su rostro.

"Quiero decir," empecé, girando para ponerme sobre mi espalda, mirándolo de abajo para arriba, "tus amos anteriores... ¿qué pedían?"

Se apoyó contra el respaldo del sillón, desinteresado. "Algunos pedían riqueza, poder, conocimiento..." se quedó pensando y luego frunció el ceño. "Algunos pedían amor."

"¿Amor?" pregunté, sintiendo una jaqueca empezar por tener toda esa sangre en la cabeza. "¿Cómo puedes entregarles amor?"

Se cruzó de brazos, una extraña mirada en su rostro. "Un hombre solitario quiere una mujer... una mujer que quiere un hombre, es simple."

"Eso no es amor," dije volviéndome a poner sobre mi estomago.

"¿Quién eres tu para decir que eso no es amor?" me dijo, sus ojos acusando.

"Porque..." Titubeé, y él espero impacientemente. "No es lo mismo."

"¿Oh? ¿Entonces que es, humana?"

"¡Mi nombre es Anna, por el amor de Dios! ¡Y tu que puedes saber! ¡Sólo eres un genio!" Gateé al final de mi cama, y me metí profundamente bajo las cobijas, tratando de bloquear sus ojos de mirar mi cabeza. ¿Me lo estaba imaginando? ¿O de verdad se vio triste por un segundo?

***

Un brillante rayo de sol entró en forma de cascada al cuarto y abrí mis ojos lentamente. El cuarto estaba tranquilo... talvez aquello fue todo un sueño y recién me acababa de levantar del mismo. Me senté, y casi gritó por lo que parecía ser la vez numero cien. Hao estaba sentado al pie de la cama son las piernas cruzadas, una mirada de asombro adornaba su cara. Aunque esperaba un brazo alrededor mío, igual me asusto hasta los cielos.
"Buan día."

Giré fuera de la cama. "¿Puedes por favor nunca volver a hacer eso?"

"Si amo."

"Mi. Nombre. Es. ¡Anna!" Casi le gritó. "No me gusta que me llamen 'humana' y tampoco me gusta el apodo 'amo'."

En ese momento sentí a mi estomago crujir, pero me sentía demasiado molesta como para avergonzarme. En menos de un segundo, la mesa que se encontraba en la mitad de la habitación se lleno de repente con comida. Pasé por al lado del genio y me senté a la mesa, demasiado orgullosa como para darle las gracias. Él apareció en frente mío, y empezó a comer.

"¿Duermes?"

No levantó su vista de la comida. "Si, pero no es necesario."

Dejé de hablar y me concentré en la comida.

"¿Has decidido tu segundo deseo?"

Sacudí la cabeza en forma de negación, pero por dentro me puse triste. Talvez en realidad se quería marchar... pero yo no quería.

"¿Es difícil?"

Asentí con la cabeza.

"¿Por qué no pides fortuna y fama...?"

Sonreí, sacudiendo la cabeza. "No quiero ser famosa, y no necesito dinero. Todo lo que necesito es mi orgullo, y dignidad."

Por la primera vez desde que conocí a Hao, su mirada dejó de ser fría. "Tu no eres feliz."

"No tienes derecho a decir eso," le grité enojada.

Movió la cabeza para el costado de nuevo, dándome una mirada que preguntaba. "Ayer me dijiste que el amor que le daba a mis amos... no era amor. ¿Puedes explicármelo?"

Mis hombros se achicaron, y desvié mi mirada. "No puedo... es algo que se siente, no que se explica."

"¿Pero cómo sabes como se sentían?"

"No lo se. Creo que me equivoqué..." Me paré, y abrí mi cómoda para sacar mis ropas, sin darme cuenta de que me estaba mirando.

Me di vuelta furiosamente, y lo miré directo a los ojos. "La cosa que yo quiero, Hao, es algo que tu jamás podrás darme."

***

Odió a Hao. Lo odió porque piensa que yo no soy feliz. Lo odió porque tiene razón. Me comencé a cambiar en el baño, mirando la puerta para asegurarme de que no vaya a entrar. Talvez tenga que volver a tener citas. Me miré al espejo, observando mi remera amarilla escote en V con unas pequeñas flores negras en la parte inferior derecha de la misma, y mis mini shorts. Salí del baño, y agarré mi cartera, sin mirar ni un segundo a Hao cuando cerré la puerta. Pero cuando me di vuelta, me lo encontré ya afuera del cuarto, viéndose... diferente.

Había perdido sus ropas de genio, y vestía en cambio unos jeans negros, zapatillas, y una larga camisa que llevaba desabotonada, mostrando una gran porción de su pálida piel y pecho musculoso. Su flequillo rodeaba su cara, y su largo cabello - que hoy llevaba suelto - caía sobre sus hombros.

"¿Qué estás haciendo?" Le pregunté, regresando mi mirada a su rostro.

"Ir contigo," respondió, como si yo fuera estúpida o algo.

Comencé a caminar por el pasillo y él me siguió, copiando cada uno de mis pasos. Resistí el discutir con él y, mientras alcanzábamos la puerta que daba con a la calle, ya se sentía el intenso calor. Polvo y tierra giraba alrededor de mis pies, pero lo ignoré, y seguí caminando. La calle estaba igual de llena y ocupada que ayer, pero igual me fascinaba. Después de un par de horas, Hao parecía un poco aburrido. Estaba a punto de gritarle que fue SU idea el acompañarme, pero me sentí fatigada. Nos detuvimos en un restaurante y lo primero que ordené fue vino. Hao no pidió nada, sólo se cruzó de brazos y me miró. No sé cuantas copas de vino me tomé, pero como Hao me hacia subir la presión sanguínea, no me importó. El vino te baja la presión, pero sólo una copa. Está bien, al diablo con eso. Todos se veían un poco borrosos y Hao me miró severamente.

"Estás tomando mucho."

Parpadeé. "¿En serio?"

"Creo que estás borracha."

Sacudí mi mano en gesto de desprecio hacia sus palabras. "Estoy bien." Estaba a punto de servirme otra copa cuando la botella desapareció. Gruñí. "No, ¡eso es mío! Lo pagué."

Me miró cansado, cosa que me molestó. ¿Qué se cree que soy? ¿Una niña? El vino me estaba haciendo sentir un poco cansada, así que apoyé mi cabeza en la mesa. Pero no me dormí antes de ver a Hao girar sus ojos.

*********************

Notas de la Autora:

Pues, decidí hacer a Hao el genio porque el es muy poderoso y no hay nadie más poderoso que un genio en esta vida (bueno, en realidad no existen... pero síganme el juego ¿quieren?) Y que mejor pareja para Hao que Anna... Aunque no se, he leído un fic en el que Hao es emparejado con Tamao y no me disgusta (tres hurra por Eleone y su originalidad)

Para aclarar lo de las edades, en el fic Anna tiene 17 años casi para 18. Lo que pasa es que debo hacerla algo más madura ya que luego van a venir capítulos más subiditos de tono, bueno no tanto...

Cambiando el tema ¿alguien sabe cómo se llamaba la verdadera esposa de Hao? Esa que tuvo hace 500 o quien sabe cuantos años atrás... Quien pueda responder la pregunta será recompensado con... ¿un beso a través de la web?

Mejor me dejo de tonterías y paso a los reviews. ¡Pero el pedido del nombre de la esposa sigue en pie!

Sweet G: Muchas gracias! Es verdad, la gente ha dejado de escribir HaoxAnna... lo que pasa es que Anna queda más tierna con Yoh ^^

Bratty: Pues, gracias! Sabes que me gusto? Que tu misma te reprendieras por no actualizar tu fic ^^ Eso es tener cargo de conciencia y si no yo también tengo métodos muy convincentes *anna-chan loads her pistol* I'm more modern than you!

Sakura Himura: Yo también quiero un Hao que me conceda deseo. Umm, ya me lo estoy imaginando...

Hidrazaina: Pues gracias! Debes de ser una de las pocas personas que disfrutan mis fics de doble sentido. Pero eso no viene al caso. Si, yo también soy fanática de YohxAnna pero debo admitir que no me molesta la pareja que estos dos hacen. Además hace mucho que no leo un HaoxAnna por el FF.net.

Hiyono: Gracias! Y no te preocupes que continuar lo voy a continuar.

Sakura-chan: Pues a mi se me caía la baba mientras lo describía también. Es algo común en mi dejar charquitos de baba por mi casa, pero ahora les estoy pasando mis síntomas a los lectores de mis fics. ¡Es genial! Como te interesa acá va la continuación, y Annita la hice de unos 17 años, casi para 18.

Anna Asakura: ¡Te equivocas! Anna jamás va a pedir que Hao sea mortal, entonces ¿cómo hará para quedarse con él? Te vas a sorprender... o no. Por cierto, leí el review que me dejaste en Escuchando al Amor y me alegra que te haya desconcertado tanto, después de todo esa era la idea. Y la verdad es que tenes razón me salí con cualquiera al final.