Harry Potter y el error del Sombrero Seleccionador

2- Howgarts.

Levaban bastante tiempo en el coche cuando llegaron a una calle muy parecida a Privet Drive, sólo que ésta tenía las casa de color blanco.

-¿Qué hacemos aquí?- Preguntó Harry

-¿No sabes dónde estamos? Esto es Millers Wood, aquí vive Hermione. -¿En serio? Nunca había estado aquí antes.- Dijo Harry.

En ese momento el coche se paró enfrente de la casa número 21, en la puerta de la casa Harry pudo reconocer a Hermione y a sus padres. Harry se bajó del coche al tiempo que Lupin hechizaba las cosas de Hermione al igual que había hecho con las de Harry.

-Hermione también pasará con nosotros lo que queda de vacaciones.- Dijo Lupin.

-Aunque nos ha costado mucho convencer a sus padres. - Añadió Sirius al oído de Harry.

-Ron también vendrá, el señor Weasley dijo que os mandaría una lechuza para ver como quedar.- Dijo Harry.

-Y así lo hizo.- Contestó Sirius- Ahora tenemos que ir a buscarle y luego nos dirigiremos por fin a Londres.

En cuanto hubieron encogido todas las cosas de Hermione y ésta se hubo despedido de sus padres, todos partieron hacia la Madriguera.

Allí recogieron a Ron y media hora más tarde llegaron a Londres.

Aparcaron el coche en un garaje y entraron en un portal muggle.

- Profesor, ¿Vive usted en un piso muggle?- Preguntó Ron extrañado.

- Sí Ron, así es, y no me trates de usted, de momento no soy vuestro profesor.- Dijo Lupin abriendo una de 4 puertas de aquel rellano.

- ¿Qué habrá querido decir con "de momento"? - Preguntó Hermione a Harry.

- Ni idea.

En cuanto se abrió la puerta se dieron cuenta de que ese piso tenía muy poco de muggle. Había escobas barriendo por todas partes y trapos que limpiaban todos los rincones de polvo. Aunque por fuera no lo asemejara, aquella era una casa muy grande.

- Bueno, ¿Tenéis hambre?

-¡¡¡Sí!!!

- Pues habrá que preparar algo de comer... Remus hazlo tú, ya sabes que yo no puedo hacer magia.- Dijo Sirius poniendo cara de niño bueno.

- Eso no pareció importarte ayer cuando te mandé tirar la basura y la vi volando por la ventana hasta el cubo de basura.

- ¿Eso hiciste?- Preguntó Hermione - ¡¡¡Pero podría haberte visto alguien!!!

- Ya, por eso he decidido no hacerlo nunca más.- Dijo intentando hacer creer a todos que iba en serio, algo que, por cierto, no consiguió.

Cuando acabaron de comer todos, se marcharon al callejón Diagon.

- Hocicos estate quieto.- Decía Lupin a Sirius, ahora convertido en perro, que no paraba de saltar encima de Harry, Ron y Hermione.

- ¿Qué os parece si primero vamos a Flourish y Blotts?

Así lo hicieron, cuando hubieron comprado todas las cosas que necesitaban, Lupin recordó algo:

- Oye Hocicos, le debemos a Harry un regalo de cumpleaños. ¿Qué te parece algo para jugar al Quidditch?- El perro asintió con la cabeza.

Entraron en la tienda "Artículos de calidad para el juego del Quidditch"

- Bueno Harry, elige lo que quieras. El precio no importa.

- ¿Qué es esto?- Pregunto Harry al ver varios colgantes muy similares al que le había enviado el padre de Cedric, pero estos tenían distintos colores, el de Harry era gris brillante.

- Son una especie de amuletos que mejoran las características de las escobas mientras vuelan. Sinceramente, creo que solo funcionan en algunas personas, cuando era pequeño tenía uno que hacía que la escoba frenara más rápidamente y tuviera más precisión, para mí siempre fue inútil. Cuando se lo regalé a tu padre me dijo que funcionaba de maravilla. De todos modos ¿por qué lo preguntas?- Dijo Lupin.

- Amos Diggory, el padre de Cedric, me envió una carta y uno de esos amuletos. Me dijo que había sido de Cedric y que él decía que tenía que ser alguien muy valiente el que lo llevara. Por eso me lo dio a mí, pensó que yo sería lo suficientemente valiente.

- A ver... el tuyo es gris- dijo Ron rompiendo el silencio que había provocado hablar de Cedric.- El gris sirve para aumentar la velocidad de la escoba, ¡Vaya Harry, esto con tu Saeta de Fuego debe ser impresionante!

- Oye Harry, si a tu padre le funcionaban ¿Por qué no iban a funcionarte a ti?- Dijo Hermione.

- Sí Harry, elige algunos, serán tu regalo de cumpleaños- Dijo Lupin.

Harry eligió uno dorado que hacía que los giros bruscos fueran más rápidos y sencillos de realizar, uno morado que hacía que la escoba emitiera un sonido algo molesto si te salías del campo de Quidditch, y otro de color rojo sangre, o rojo Gryffindor como prefería llamarlo Harry, que hacía que la escoba cambiara de color a rojo cuando un jugador de Gryffindor se le acercara demasiado, a verde si era de Slyherin, amarillo si era Hufflepuff y azul si era Ravenclaw.

Cuando hubieron comprado todas las cosas que necesitaban para Hogwarts decidieron ir a tomar algo al Caldero Chorreante. Allí encontraron a Hagrid que se alegró mucho de ver al profesor Lupin otra vez.

- Bueno chicos, este año no voy a poder daros clase a principio de curso, tengo que irme a Escocia a la misión que me encomendó Dumbledore. Por cierto ¿Habéis reunido ya a los miembros de la orden?- Preguntó Hagrid.

-En cuanto a eso, está todo controlado.- Contestó rápidamente Lupin dando a entender que no quería hablar del tema delante de Harry, Ron y Hermione.

Después de eso, volvieron a casa de Lupin. Por fin Sirius pudo volver a transformarse.

- Bueno, espero que os gusten las habitaciones, no son gran cosa, pero Lupin no da para más.- Dijo Sirius en tono bromista.

Entraron en una habitación muy espaciosa, con dos camas y un gran escritorio debajo de la ventana.

- Harry, Ron, ésta será vuestra habitación mientras estés aquí, ven Hermione, tu habitación está por aquí.

La habitación de Hermione era más pequeña, algo lógico ya que era para una sola persona.

- Bueno, podéis colocar vuestras cosas o dejarlas en el baúl, como queráis. ¿Tenéis hambre?- Pregunto Lupin.- ¿Preparo algo de comer?

- ¿Tienes leche fría y patatas fritas?- Preguntó Harry.

Sirius y Lupin se quedaron parados por un momento.

- Harry ¿Te gusta la leche con patatas fritas?

-Ehh...sí, ya sé que es algo un poco asqueroso pero. ¿No conocéis a nadie que le guste? -¡Claro que no! Eso podrían utilizarlo mis hermanos como uno de sus sortilegios. Es verdaderamente repugnante.- Dijo Ron con cara de asco.

- Yo si conozco, bueno, conocí a alguien así. Harry, tu madre era fanática de la leche con patatas fritas, la tomaba a todas horas... ¿sabes? puede que físicamente te parezcas a James, pero tienes unos gustos muy similares a los de Lily.- Dijo Sirius.

Las últimas semanas de las vacaciones las pasaron todos en casa e Lupin, allí podían hacer casi todo lo que querían, podían jugar al Quidditch en un parque para magos muy cerca de la casa, pero la mayor parte del tiempo se quedaban en ésta ya que Sirius no tenía que transformarse.

Pero todo lo bueno acaba y así también las vacaciones, sin embargo aún iban a descubrir alguna cosa más antes de subir al Expreso de Hogwarts.

Ese día todos estaban impacientes, en pocas horas subirían al expreso de Hogwarts y volverían al colegio dónde pasarían el resto del año.

-Daros prisa- Dijo Lupin- Tenemos que coger un taxi.

Al poco tiempo todos tenían ya sus maletas preparadas y se encontraban en mitad de la calle cargados con tres baúles, un perro negro (Sirius), un gato canela y dos jaulas con dos lechuzas que no paraban de aletear.

-Debemos admitir que tenemos una pinta un poco extraña con todo esto- Dijo Ron.

-Sí, no sé que cara pondrá el taxista cuando le digamos que "todo esto" tiene que entrar en su taxi, oye ¿por qué no encoges los baúles?- Preguntó Hermione.

-No, ahora no, y además mira, por allí viene nuestro taxi.

De mala manera metieron los tres baúles y las jaulas en el maletero, después subieron todos al taxi.

-A la estación King's Cross, por favor.- Dijo Lupin.

Hedwig y Pig, que no estaban acostumbradas a ir en coche y menos en el maletero de éste, estuvieron todo el camino haciendo ruidos extraños y, a su manera, quejándose de la situación.

-Esto va a hacer que Hedwig vuelva a estar sin mirarme durante por lo menos un mes, pobrecilla, no tiene muy buenos recuerdos de los coches...- Dijo Harry. Ron y Hermione sabían a que se refería Harry, y es que, unos años antes, cuando iban a empezar segundo, Ron y Harry habían tenido un pequeño accidente con un coche volador. Hedwig había estado sin mirar a Harry bastante tiempo.

-Oye chicos, recordadme que os comente una cosa antes de subir al tren- Dijo Lupin con una sonrisa en la cara.

Por fin llegaron a la estación, atravesaron la barrera del andén 9 y 3/4 y se encontraron ante el imponente Expreso de Hogwarts. Allí estaban también los padres de Ron que habían ido a llevar a Ginny, Fred y George.

-Buenos días señores Weasley.- Saludó Lupin.

-Buenos días Lupin y...a ti también Hocicos.- Dijo el señor Weasley.- Espero que Ron no haya molestado mucho.

- En absoluto, no ha sido ninguna molestia, Harry, Hermione y él pueden venir a casa siempre que lo deseen.

Harry, Ron y Hermione se quedaron hablando con Ginny, Fred y George, luego todos subieron al tren a dejar sus cosas en uno de los compartimentos. Cuando hubieron dejado todo volvieron a bajar.

-Bueno chicos que os lo paséis bien en Hogwarts.- Dijo la señora Weasley dando abrazos y besos a cada uno de ellos.

Harry se despidió de los señores Weasley, de Remus Lupin y por último de Sirius, en su forma de perro, que se puso a dar saltos sobre él.

Cuándo todos estaban ya subidos en el tren, Hermione se acordó de algo.

-¿No dijo Lupin que tenía que contarnos algo?

Harry se bajó corriendo del tren y fue a preguntarle.

-¿Qué era eso tan importante que tenías que decirnos?

-Bueno...A partir del mes de octubre yo volveré a ser vuestro profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras y Hocicos también vendrá, pero no puedo asegurarte en cual de sus formas.

-Es...¡¡Genial!!

Harry se quedó atónito con lo que acababa de oír, tanto que no supo como reaccionar y se subió al tren sin apenas pronunciar palabra.

-¿¿Que te a dicho??- Preguntó Ron impaciente al ver la cara de asombro de Harry.

-Me ha dicho que a partir de Octubre él volverá a darnos clase y qué Hocicos estará con él.

-¿En serio? ¡Eso es estupendo!- Dijo Hermione.

Los tres se quedaron hablando de las clases que daría Lupin, de por qué Sirius estaría con él y haciendo conjeturas sobre la razón por la que todo esto no sucedería hasta Octubre. Mientras hablaban llegaron los hermanos de Ron.

-¿Qué tal van los Sortilegios Weasley?- Preguntó Harry a los gemelos recordando que el año anterior les había dado 1000 galeones que había ganado para que los invirtieran en sus bromas.

- Muy bien, mi madre se pregunta continuamente de dónde sacamos el dinero para los ingredientes, no cree que los hayamos ganado nosotros solos...- Dijo George guiñando un ojo a Harry. Hermione lo notó.

-Y vosotros tres ¿Qué os traéis entre manos?- Preguntó mirando a los gemelos y a Harry.

-¿Nosotros? Nada.- Respondieron los tres. Hermione prefirió hacer como si se lo creyera, ahora tenía que pensar en qué iba a gastarse el poco dinero que le quedaba en el bolsillo.

La señora con el carrito de las golosinas no tardó mucho en llegar solucionando así las dudas de Hermione.

El resto del viaje transcurrió sin problemas y, en unas cuantas horas, pudieron ver a lo lejos el gran castillo de Hogwarts.

Cuando llegaron se subieron a una de las cien diligencias tiradas por caballos invisibles y pusieron rumbo a la entrada del castillo. Al poco tiempo ya estaban todos sentados en el gran comedor esperando que los nuevos alumnos de primer curso fueran seleccionados.

Cuando el sombrero seleccionador acabó su canción la profesora McGonagall empezó a llamar uno por uno a los nuevos estudiantes.

-¡Addams, Rachel!

-¡GRYFFINDOR!

-¡Boot, Ann!

-¡SLYTHERIN!

-¡Benille, Robert!

-¡HUFFLEPUFF! (...)

Y así hasta el último niño (¡Zagal, Kate! ¡RAVENCLAW!), después de esto le tocó a Dumbledore el turno de palabra.

-Queridos alumnos- Comenzó- Me gustaría informaros de que, como ya dije al final del curso pasado, Voldemort a regresado.- Al pronunciar ese nombre la mayoría de los alumnos se encogieron en sus asientos.- Por otro lado me gustaría deciros que este año a partir del día uno de octubre se unirá a nosotros el profesor Lupin, mientras tanto yo seré vuestro profesor de Defensa Contra la Artes Oscuras. Así mismo las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas se cancelan hasta ese mismo mes ya que el actual profesor Rubeus Hagrid a tenido que partir a una misión que yo mismo le encomendé. Dicho esto ¡¡a comer!!

Después de cenar todos se fueron a sus respectivas casas, Harry se dio cuenta de que por el momento Malfoy no había, ni siquiera ido a "saludarles", algo que, por otra parte le alegró mucho. Esa noche Harry se durmió rápidamente pensando que aquel año iba a poder ver más tiempo a su padrino y que además se iniciaría la nueva temporada de Quidditch y tendrían por fin a un buen profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.

Fin Capítulo.

Piperfiction: Gracias por el review que me dejaste, me alegro de que te haya gustado mi historia y espero que la sigas leyendo. Yo también leeré las tuyas.

A los demás: Sé que no ha habido mucho tiempo para dejar reviews, a penas ha sido un día, pero me gustaría que me dejarais vuestra opinión. Si alguien no quiere dejar un review también puede mandarme un e-mail a luba_fanfiction@hotmail.com ¡¡Gracias a todos los que leéis mi historia!!