Capítulo 3 .- Día de nieve
Era una fría mañana de invierno; el sol brillaba en el cielo en un tímido intento de fundir la nieve que se amontonaba en las calles de la ciudad. Aredhel salió de casa, y al momento tuvo que volver a entrar, para coger s chaqueta más gruesa y la bufanda. Después corrió hacia la Casa de los Senescales. Tenía que ir a buscar rápidamente a Boromir y Faramir. El hecho que durante la noche hubiese nevado convertía automáticamente el día en un surtido inmenso de diversiones.
Trepó por las ramas de un árbol cercano al patio de la casa con más dificultad de la habitual, pues las ramas estaban heladas y resbaladizas y se asomó a ver quien había ahí. Vio a Boromir practicando con su espada, y Faramir sentado en los peldaños de la entrada de la casa mirándolo con los brazos cruzados y el mentón apoyado en ellos.
- ¿Os podéis escapar para ir a jugar? - dijo ella gritando un poco para que los dos niños la vieran
Ambos hermanos levantaron la vista para mirar a la niña de largo pelo negro que estaba subida en el árbol
- ¿Dhel? - exclamó Faramir levantándose
- Pues si - contestó la niña con una mueca - ¿Acaso esperabas al mago Gandalf subido en el árbol de tu jardín?
- Muy graciosa - contestó el niño sin fastidio
- ¿Pero venís o no? - insistió Aredhel
- Claro - dijo Boromir dejando su espada
Los dos niños se escabulleron por un agujero escondido detrás de unos matorrales que había en la pared del patio interior de la casa. Siempre habían usado esa salida, más por comodidad y pereza a dar toda la vuelta y salir por la puerta principal, que por que nadie supiera lo que hacían. Su padre nunca les había prohibido ir a jugar, y más ese día, que los profesores correspondientes a sus clases se habían quedado en sus casas a causa de la nevada de la noche.
...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...- ...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...
- ¿Sabes que creo? Que deberías tomar ejemplo de tu hermano y practicar un poco más con la espada, que eres un vago - dijo Aredhel al tiempo que iba formando una bola de nieve con las manos.
- Eso es lo que yo siempre le digo, pero no me hace caso - añadió Boromir mientras amasaba con las manos un montón de nieve
- ¡Ai! Dejadme tranquilo! Sabéis que no me gustan las espadas y estas cosas - respondió Faramir clavando unas piedras en medio de una de las bolas blancas.
Los niños estaban construyendo un muñeco de nieve justo delante de la Torre Blanca de Ecthelion, en la extensión que allí había. Un poco más allá, el pequeño lago estaba todo helado y Minas Tirith estaba sumida bajo una gruesa capa blanca.
- ¡Listo! - la niña dio un paso atrás para contemplar el muñeco que acababa de nacer de sus propias manos
- ¿Nos ha quedado bien verdad? - dijo Boromir
- Si, pero gracias a mí - repuso Aredhel con mirada desafiante
- ¿Gracias a ti? Tu estás soñando! - le contestó el niño siempre dispuesto a discutir
Una bola de nieve fue directa a la cara del hijo mayor del Senescal. Esta vez, Aredhel no había tenido la paciencia de aguantar las tonterías de Boromir. Pero no se lo pensó dos veces en devolverle la bola a su amiga.
- Ei! Venga! No empecéis! - Faramir intentó poner paz entre los dos, pero lo que consiguió fue sólo que una de las bolas blancas que ahora volaban por doquier le fuera a parar justo encima de la cabeza.
En definitiva, que en poco tiempo, hubo una guerra impresionante de bolas de nieve, y no hubiera habido ningún problema, si Faramir, en un despiste, al tiempo que recogía nieve del suelo, no hubiese cogido una piedra sin querer y luego, apuntando a Aredhel hubiese errado el tiro y la bola fuera directa a una de las ventanas de la Torre Blanca, que se rompió en mil pedazos.
- Ui - fue todo lo que pudo decir su hermano
La cabeza de un soldado asomó por otra ventana, para ver que había pasado.
- ¡Corred! - fue lo único que alcanzó a decir Aredhel
Los niños echaron a correr sin atreverse a mirar atrás
- Ei niños! Esperad! Volved aquí!
No se pararon a escuchar con detenimiento las palabras del soldado, tenían demasiado trabajo corriendo tan rápidamente como sus piernas les permitían, pero al tiempo que corrían por encima del lago helado, Faramir resbaló, y al caer, el golpe hizo que la capa de hielo se quebrara bajo él. Aredhel fue la primera en darse cuenta
- ¡Faramir! ¡Cuidado! - por suerte le agarró la mano antes de que se hundiera en el agua
- ¡Por todos los Valar! - Boromir se acercó corriendo también
- Estoy bien! - dijo Faramir - Yo soy valiente! Ni siquiera me he asustado!
- ¿No? ¿Entonces porqué tiemblas? - preguntó Aredhel con una sonrisa burlona
- Porque tengo frío - dijo Faramir con orgullo
- Claro... - dijo Aredhel
- Por cierto... ¿qué vamos a hacer con....? - Boromir indicó con un movimiento de cabeza la Torre de Ecthelion
- Nos la vamos a cargar... Vamos a morir - anunció Faramir con certeza
- Entonces venid conmigo - Aredhel echó a andar
- ¿A dónde? - preguntó Boromir
- A mi casa
- ¿A qué? - preguntó Faramir
- No seáis tan preguntones y venid conmigo - dijo la niña con una sonrisa
Los hermanos siguieron en silencio a Aredhel hasta su casa, donde su hermana Haleth estaba limpiando.
- Hola chicos ¿cómo es que estabais jugando con este frío? - le dijo la chica
- En casa nos aburríamos - respondió la niña - Nos vamos a mi habitación
Una vez estuvieron los tres en la habitación de Aredhel, la niña sacó pergamino y una pluma y se las acercó a Boromir y a Faramir.
- ¿Qué se supone que debemos hacer con esto? - preguntó Boromir confundido
- Sencillo. Si vais a morir, quiero que hagáis testamento a mi favor. Quiero vuestras espadas y vuestros juguetes
- ¡Dhel! - exclamó Faramir
- Venga, venga! - dijo la niña
- Está bien - Boromir mojó la pluma en la tinta y empezó a escribir : Boromir y Faramir, hijos del Senescal de Minas Tirith, Denethor II, concientes que van a morir dentro de muy poco, dejan a su amiga Aredhel sus espadas de madera
- Y los caballos también podemos dárselos - apuntó Faramir
- Cierto - Boromir apuntó algo más en el papel
En ese instante Haleth entró en la habitación con tres tazas de chocolate caliente.
- ¿Qué hacéis? - preguntó al tiempo que las dejaba encima de la pequeña mesita que los niños utilizaban para escribir
- Testamento - dijo muy convencido Boromir al tiempo que no dejaba de escribir
- ¿En serio? - Haleth intentó leer un poco de lo que había escrito en el pergamino, pero la letra del niño de 12 años aún distaba mucho de ser perfecta, y no pudo entender mucho - Que cosas tenéis
En cuanto su hermana se hubo marchado los niños se abalanzaron sobre el chocolate
- Que bueno - dijo Faramir con los alrededores de los labios de color marrón
- Que suerte poder tomar este chocolate como última comida- dijo Boromir con tono dramático
- ¿Has puesto lo de... "y todo lo que pueda coger de nuestra habitación"? - dijo la niña echando un vistazo en el papel
- Si, creo que ya está todo
- Bien - Aredhel cogió el pergamino, lo dobló y lo guardó cuidadosamente en el cajón de su cómoda - Ahora ya podéis ir a vuestra casa si queréis
- Vaya! Que gran apoyo! Muchas gracias amiga! - dijo Boromir con tono burlón
- ¿Qué quieres que haga? No puedo hacer nada para que vuestro padre no se enfurezca con vosotros. Sólo soy una niña de 7 años
- Claro, eres una niña de 7 años para lo que te interesa. Para otras cosas ya eres una señorita, como tu dices - le dijo Boromir
- Parad de discutid y vámonos a casa... - dijo Faramir con un hilillo de voz
Aredhel y Boromir miraron a Faramir.
- Tienes mala cara ¿te encuentras bien? - dijo la niña
- Me duele mucho la cabeza, y tengo frío - anunció el niño
- ¿Ahora te vas a poner malo? Anda vamos! Ya nos veremos Dhel - los niños se fueron hacia la Casa de los Senescales
...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...- ...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...
Al contrario de lo que los niños esperaban, Denethor, al ver el estado de Faramir decidió perdonarles la travesura de la ventana de la torre, y mandó llamar un médico inmediatamente al tiempo que llevaba él mismo a Faramir a su habitación. Boromir se quedó mirando como Denethor se preocupaba por su hermano menor y no pudo evitar pensar:
- Aunque no lo demuestre en el fondo le quiere...
...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...- ...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...
Bueno, no es mucho la verdad.... Para el próximo ya viene una cosa un poquillo triste, pero es necesaria para el argumento que tengo pensado. Y prometo que será más largo el próximo cappy!! Dejen reviewssssssssssss!!
...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...- ...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...
Era una fría mañana de invierno; el sol brillaba en el cielo en un tímido intento de fundir la nieve que se amontonaba en las calles de la ciudad. Aredhel salió de casa, y al momento tuvo que volver a entrar, para coger s chaqueta más gruesa y la bufanda. Después corrió hacia la Casa de los Senescales. Tenía que ir a buscar rápidamente a Boromir y Faramir. El hecho que durante la noche hubiese nevado convertía automáticamente el día en un surtido inmenso de diversiones.
Trepó por las ramas de un árbol cercano al patio de la casa con más dificultad de la habitual, pues las ramas estaban heladas y resbaladizas y se asomó a ver quien había ahí. Vio a Boromir practicando con su espada, y Faramir sentado en los peldaños de la entrada de la casa mirándolo con los brazos cruzados y el mentón apoyado en ellos.
- ¿Os podéis escapar para ir a jugar? - dijo ella gritando un poco para que los dos niños la vieran
Ambos hermanos levantaron la vista para mirar a la niña de largo pelo negro que estaba subida en el árbol
- ¿Dhel? - exclamó Faramir levantándose
- Pues si - contestó la niña con una mueca - ¿Acaso esperabas al mago Gandalf subido en el árbol de tu jardín?
- Muy graciosa - contestó el niño sin fastidio
- ¿Pero venís o no? - insistió Aredhel
- Claro - dijo Boromir dejando su espada
Los dos niños se escabulleron por un agujero escondido detrás de unos matorrales que había en la pared del patio interior de la casa. Siempre habían usado esa salida, más por comodidad y pereza a dar toda la vuelta y salir por la puerta principal, que por que nadie supiera lo que hacían. Su padre nunca les había prohibido ir a jugar, y más ese día, que los profesores correspondientes a sus clases se habían quedado en sus casas a causa de la nevada de la noche.
...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...- ...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...
- ¿Sabes que creo? Que deberías tomar ejemplo de tu hermano y practicar un poco más con la espada, que eres un vago - dijo Aredhel al tiempo que iba formando una bola de nieve con las manos.
- Eso es lo que yo siempre le digo, pero no me hace caso - añadió Boromir mientras amasaba con las manos un montón de nieve
- ¡Ai! Dejadme tranquilo! Sabéis que no me gustan las espadas y estas cosas - respondió Faramir clavando unas piedras en medio de una de las bolas blancas.
Los niños estaban construyendo un muñeco de nieve justo delante de la Torre Blanca de Ecthelion, en la extensión que allí había. Un poco más allá, el pequeño lago estaba todo helado y Minas Tirith estaba sumida bajo una gruesa capa blanca.
- ¡Listo! - la niña dio un paso atrás para contemplar el muñeco que acababa de nacer de sus propias manos
- ¿Nos ha quedado bien verdad? - dijo Boromir
- Si, pero gracias a mí - repuso Aredhel con mirada desafiante
- ¿Gracias a ti? Tu estás soñando! - le contestó el niño siempre dispuesto a discutir
Una bola de nieve fue directa a la cara del hijo mayor del Senescal. Esta vez, Aredhel no había tenido la paciencia de aguantar las tonterías de Boromir. Pero no se lo pensó dos veces en devolverle la bola a su amiga.
- Ei! Venga! No empecéis! - Faramir intentó poner paz entre los dos, pero lo que consiguió fue sólo que una de las bolas blancas que ahora volaban por doquier le fuera a parar justo encima de la cabeza.
En definitiva, que en poco tiempo, hubo una guerra impresionante de bolas de nieve, y no hubiera habido ningún problema, si Faramir, en un despiste, al tiempo que recogía nieve del suelo, no hubiese cogido una piedra sin querer y luego, apuntando a Aredhel hubiese errado el tiro y la bola fuera directa a una de las ventanas de la Torre Blanca, que se rompió en mil pedazos.
- Ui - fue todo lo que pudo decir su hermano
La cabeza de un soldado asomó por otra ventana, para ver que había pasado.
- ¡Corred! - fue lo único que alcanzó a decir Aredhel
Los niños echaron a correr sin atreverse a mirar atrás
- Ei niños! Esperad! Volved aquí!
No se pararon a escuchar con detenimiento las palabras del soldado, tenían demasiado trabajo corriendo tan rápidamente como sus piernas les permitían, pero al tiempo que corrían por encima del lago helado, Faramir resbaló, y al caer, el golpe hizo que la capa de hielo se quebrara bajo él. Aredhel fue la primera en darse cuenta
- ¡Faramir! ¡Cuidado! - por suerte le agarró la mano antes de que se hundiera en el agua
- ¡Por todos los Valar! - Boromir se acercó corriendo también
- Estoy bien! - dijo Faramir - Yo soy valiente! Ni siquiera me he asustado!
- ¿No? ¿Entonces porqué tiemblas? - preguntó Aredhel con una sonrisa burlona
- Porque tengo frío - dijo Faramir con orgullo
- Claro... - dijo Aredhel
- Por cierto... ¿qué vamos a hacer con....? - Boromir indicó con un movimiento de cabeza la Torre de Ecthelion
- Nos la vamos a cargar... Vamos a morir - anunció Faramir con certeza
- Entonces venid conmigo - Aredhel echó a andar
- ¿A dónde? - preguntó Boromir
- A mi casa
- ¿A qué? - preguntó Faramir
- No seáis tan preguntones y venid conmigo - dijo la niña con una sonrisa
Los hermanos siguieron en silencio a Aredhel hasta su casa, donde su hermana Haleth estaba limpiando.
- Hola chicos ¿cómo es que estabais jugando con este frío? - le dijo la chica
- En casa nos aburríamos - respondió la niña - Nos vamos a mi habitación
Una vez estuvieron los tres en la habitación de Aredhel, la niña sacó pergamino y una pluma y se las acercó a Boromir y a Faramir.
- ¿Qué se supone que debemos hacer con esto? - preguntó Boromir confundido
- Sencillo. Si vais a morir, quiero que hagáis testamento a mi favor. Quiero vuestras espadas y vuestros juguetes
- ¡Dhel! - exclamó Faramir
- Venga, venga! - dijo la niña
- Está bien - Boromir mojó la pluma en la tinta y empezó a escribir : Boromir y Faramir, hijos del Senescal de Minas Tirith, Denethor II, concientes que van a morir dentro de muy poco, dejan a su amiga Aredhel sus espadas de madera
- Y los caballos también podemos dárselos - apuntó Faramir
- Cierto - Boromir apuntó algo más en el papel
En ese instante Haleth entró en la habitación con tres tazas de chocolate caliente.
- ¿Qué hacéis? - preguntó al tiempo que las dejaba encima de la pequeña mesita que los niños utilizaban para escribir
- Testamento - dijo muy convencido Boromir al tiempo que no dejaba de escribir
- ¿En serio? - Haleth intentó leer un poco de lo que había escrito en el pergamino, pero la letra del niño de 12 años aún distaba mucho de ser perfecta, y no pudo entender mucho - Que cosas tenéis
En cuanto su hermana se hubo marchado los niños se abalanzaron sobre el chocolate
- Que bueno - dijo Faramir con los alrededores de los labios de color marrón
- Que suerte poder tomar este chocolate como última comida- dijo Boromir con tono dramático
- ¿Has puesto lo de... "y todo lo que pueda coger de nuestra habitación"? - dijo la niña echando un vistazo en el papel
- Si, creo que ya está todo
- Bien - Aredhel cogió el pergamino, lo dobló y lo guardó cuidadosamente en el cajón de su cómoda - Ahora ya podéis ir a vuestra casa si queréis
- Vaya! Que gran apoyo! Muchas gracias amiga! - dijo Boromir con tono burlón
- ¿Qué quieres que haga? No puedo hacer nada para que vuestro padre no se enfurezca con vosotros. Sólo soy una niña de 7 años
- Claro, eres una niña de 7 años para lo que te interesa. Para otras cosas ya eres una señorita, como tu dices - le dijo Boromir
- Parad de discutid y vámonos a casa... - dijo Faramir con un hilillo de voz
Aredhel y Boromir miraron a Faramir.
- Tienes mala cara ¿te encuentras bien? - dijo la niña
- Me duele mucho la cabeza, y tengo frío - anunció el niño
- ¿Ahora te vas a poner malo? Anda vamos! Ya nos veremos Dhel - los niños se fueron hacia la Casa de los Senescales
...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...- ...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...
Al contrario de lo que los niños esperaban, Denethor, al ver el estado de Faramir decidió perdonarles la travesura de la ventana de la torre, y mandó llamar un médico inmediatamente al tiempo que llevaba él mismo a Faramir a su habitación. Boromir se quedó mirando como Denethor se preocupaba por su hermano menor y no pudo evitar pensar:
- Aunque no lo demuestre en el fondo le quiere...
...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...- ...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...
Bueno, no es mucho la verdad.... Para el próximo ya viene una cosa un poquillo triste, pero es necesaria para el argumento que tengo pensado. Y prometo que será más largo el próximo cappy!! Dejen reviewssssssssssss!!
...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...- ...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...-...