Capítulo 7 .- El ataque a Osgiliath

- ¡Capitán Faramir! Los Uruks están cerca. Al anochecer ya habrán tomado toda la ciudad!

Faramir miró a Arthalion.

- Sitúa a todos los hombres en la muralla este. No debemos dejar que entren! ¿Cuántos son?

- Yo diría que unos 400 señor

- Envía un mensajero a Minas Tirith. Informad de esto a mi hermano y a mi padre. Decidles que precisamos refuerzos

Arthalion salió de la estancia apresurado. Faramir miró un momento por una de las ventanas próximas. Era ya todo un muchacho alto y fuerte de 17 años. Había aprovechado enormemente el tiempo en Osgiliath y las enseñanzas de Arthalion, y ahora era digno del título que tenía : Capitán de los Montaraces.

Abrió una caja y sacó un trozo de pergamino arrugado, pasó suavemente la mano por él para alisarlo. Sonrió al ver la letra clara y grande de su amiga.

Querido Faramir:

Me dejaste completamente asombrada al decirme que te habían nombrado Capitán de Osgiliath! Ya sabía que lo conseguirías! Seguro que serás digno de este título. La próxima vez que nos veamos tendré que ir con cuidado de no meterme contigo si has aprendido a esgrimir bien una espada. Y no te desesperes con las clases de arco, seguro que pronto aprendes a usarlo.

Ahora sólo te queda practicar el tono autoritario de la voz, y a no ser tan bueno con la gente. Recuerda que ellos no lo van a ser contigo. ¡Adelante! ¡Demuéstrales quien es Faramir!

Ya queda menos para vernos! Seguramente casi ni nos conoceremos... ¿Debo buscar al guerrero más apuesto de toda la ciudad para encontrarte? Seguro que si.

Bueno, aquí todo está muy aburrido. Hay un chico extremadamente pesado que está todo el día aquí en casa... No sé si por mi o por mi hermana.... ¡Pero se lo podría ahorrar! Estoy pensando poner un cubo de agua encima de la puerta para que cuando entre se lleve una sorpresilla! Uf... Esta es la clase de actitud que mi hermana dice que no es propia de una chica de 17 años... Ya sabes, siempre me dice que debo madurar, crecer y comportarme como una señorita... ¿A caso no sabe que no tengo remedio?

Me despido, porqué a parte que ya no sé que más contarte mi hermana me está llamando....

Hasta muy pronto Faramir!!!!

DHEL

Faramir sonrió una vez más. Echaba de menos a Aredhel. Intentó imaginar como sería ahora, pero la única imagen que recordaba era la de aquella niña de siete años que era la última vez que la vio.

- Capitán Faramir, estas bestias inmundas de Mordor están ya aquí. - dijo uno de los montaraces

El chico cogió su espada y antes de abandonar la estancia lanzó un suspiro. Las batallas le disgustaban, y prefería abstenerse de ellas, pero esta vez no había más remedio. Se ató el espadón a la cintura, ajustándoselo y salió deprisa hacia la muralla.

* * *

En Rath Dínen, la calle principal de los Recintos Sagrados de Minas Tirth, donde yacía el cuerpo de Finduilas, su madre, se hallaba Boromir. Hoy hubiese sido su aniversario de haber estado aún con vida.

Boromir era ya todo un guerrero con sus 22 años. Era mucho más valiente que algunos de los soldados de más edad.

Se arrodilló frente al lecho de su madre y depositó algunas flores encima de su tumba. Eran niphredil, las flores favoritas de ella.

Permaneció en silencio unos momentos con la cabeza baja, mirando al suelo, recordando como era su madre. Era una cosa que hacía a menudo, pues no tenia ganas de olvidarla. Pero unos pasos apresurados y gritos fuera lo hicieron levantarse casi de inmediato.

- ¡Mensajero de Osgiliath! - oyó que decían.

Boromir se apresuró pues temió que la emboscada de Mordor que hacía tiempo que esperaban hubiese tomado por sorpresa a su hermano

- ¿Qué es lo que pasa? - preguntó a uno de los guardias que encontró por el camino

- ¡Señor Boromir! - exclamó el soldado al verlo - Por lo que parece un ejercito de unos 400 Uruks han atacado Osgiliath, el capitán Faramir ha pedido refuerzos

- Yo me encargo de esto - y se fue corriendo hacia el patio de guardia de la ciudadela

- ¡Quiero a un grupo de 300 hombres listos para partir antes de que se oculte el sol! - dijo con autoridad al tiempo que habría de golpe la puerta - ¡Nos necesitan en Minas Ithilien!

Los soldados se pusieron en movimiento al oír las ordenes de su capitán

Mientras todos se preparaban Boromir se dirigió rápidamente a la Casa de los Senescales, donde Denethor estaba mirando por una de las ventanas

- Hola Boromir - dijo sin apartar la vista de la ventana cuando le notó entrar en la habitación

- Padre... No sé si te habrán llegado las noticias de Osgiliath... - empezó Boromir

- Sí, me lo han dicho. Tu hermano no sabe enfrentarse a unos Orcos y enseguida pide ayuda.

- Son 400 Orcos papá... Y Minas Ithilien sólo cuenta con 200 soldados. Necesitan ayuda! - exclamó Boromir. Estaba cansado de escuchar las constantes quejas de su padre respecto a su hermano menor - He ordenado a 300 de nuestros hombres que se preparen para partir antes de la noche hacia allí

- Bien. Cuida que no caiga la ciudad. Cuento contigo hijo

- Es en Faramir en quien tendrías que poner la esperanza. Al fin y al cabo es él el capitán. Yo sólo voy a ayudar. Algún día comprenderás que Faramir es igual o más buen guerrero que yo.

Dicho esto Boromir se marchó a preparar las cosas para partir.



* * *

- Estoy orgulloso de ti hijo. No has permitido que la ciudad cayera en manos oscuras. - Denethor miraba orgulloso a su hijo

- No ha sido sólo merito mío padre, me han ayudado

- ¡No seas modesto Boromir! Si hubiese sido por tu hermano ahora la ciudad estaría en manos de los Uruks de Mordor!

Faramir estaba apoyado contra una de las paredes de la estancia, viendo como su padre alababa a su hermano por haber salvado la ciudad y a él no le hacía ni un comentario acerca de haber retenido a los orcos tanto rato siendo 200 soldados y montaraces contra 400 criaturas oscuras. Sostenía un corte que tenía en un brazo apretándolo fuerte con la mano para impedir que sangrase demasiado.

Al final Denethor acabó de hablar con Boromir y este se acercó a su hermano.

- Vamos, te tienen que echar un vistazo a este brazo

- El brazo lo tengo mejor que el orgullo.... - murmuró Faramir

- Ya sabes que no le gusta mostrar sus sentimientos...

- Pues contigo no lo parece... - Faramir echó a andar hacía su habitación

- ¿Dónde vas? ¡Tenemos que ir a las Casas de Curación!

- No me voy a morir por un corte pequeño en el brazo

- ¿Te has enfadado conmigo? - preguntó Boromir

Faramir volteó y lo miró un momento

- ¿Cómo quieres que me enfade contigo? No tienes la culpa de ser mejor que yo...

Faramir se marchó en dirección contraria. Boromir se quedó sin saber exactamente que hacer, hasta que enfadado salió por la puerta principal dando un golpe. Casi choca con una muchacha que iba a llamar.

- Disculpe, pero estaba buscando a... - empezó la chica

- ¡No me moleste! - exclamó él de mal humor y se marchó

- Pero....

Boromir no se detuvo a escucharla. Se fue directamente al bosque, con la esperanza de encontrar a Sindezella. Necesitaba hablar con ella. En los últimos años se habían echo buenos amigos, aunque claro, nunca había confesado a Denethor tener amistad con uno de los Elfos del bosque, pues sabía que esto lo disgustaría.

Se subió al árbol donde ella solía estar, y en efecto, la Elfa estaba entre las ramas, recostada en el tronco. Lo miró al aparecer.

- ¿De donde vienes? Estás horrible - dijo arrugando la nariz

- Vengo de una batalla. Acabo de liberar Osgiliath que había sido tomada por los Uruks de Mordor - dijo Boromir hinchando el pecho y haciéndose el importante para impresionar a Sindezella

- Impresionante - dijo ella con sarcasmo

- ¿Te burlas? Prueba tu de hacer algo así - el muchacho se sintió decepcionado al ver que la Elfa no se había impresionado

- Aunque no pareces muy contento tampoco - comentó ella

- Es mi hermano... Él contuvo un grupo de 400 orcos con tan solo 200 soldados el tiempo suficiente para esperar que llegara yo con los refuerzos, y nuestro padre no se lo ha tenido en cuenta. Ni una palabra de animo ni de aprobación ha salido de su boca dirigida a Faramir. Me da todo el mérito a mi - dijo Boromir bajando la cabeza

- Muchos padres no saben apreciar lo que hacen sus hijos - dijo la Elfa - ¿Y cual es el problema? ¿Se ha enfadado Faramir contigo?

- No, eso es lo peor. Faramir nunca se enfada... A veces pienso que es demasiado bueno... Porqué creo que si fuera al revés, yo estaría rabioso contra él. -

- Eso es porqué tu eres mucho más orgulloso y cabezota

- ¡No es verdad! - dijo el muchacho poniéndose a la defensiva

Sindezella lo miró sonriente y luego pareció que se acordaba de algo importante

- Me tengo que ir - dijo de golpe

- ¿Qué? ¿Porqué? - preguntó Boromir confuso

- Mmmm... Digamos que tengo una cita - dijo ella al tiempo que se deslizaba hasta el suelo

- ¿Una cita? - preguntó él con una sonrisa burlona - ¿Con un Elfo?

- No, con una Elfa si te parece - contestó ella con sarcasmo - ¡Pues claro que con un Elfo!

- Vaya, vaya... Yo creí que era usted la señora Elfa "no me interesan en absoluto los Elfos" - dijo Boromir deslizándose hasta el suelo junto a ella

- Es en contra de mi voluntad, para que lo sepas. Mi padre me la ha organizado. Tenemos visita del lejano Bosque Dorado, y un amigo suyo viene a verlo con su hijo que es aproximadamente de mi edad. Ayer me lo dijo y no pude protestar. Y ahora me voy corriendo que si hago tarde aún será peor

Boromir vio como la Elfa se alejaba entre los árboles.

- "Ni tan siquiera se ha arreglado un poco" - pensó con una sonrisa - "No tiene remedio"

* * *

Faramir se dirigía muy a su pesar hacía las Casas de Curación. El brazo había empezado a dolerle.

Pero entonces vio a una chica que caminaba por uno de los pasillos de la Casa de los Senescales. No recordaba haberla visto nunca. Tenía una larga melena negra que llevaba recogida en parte y su vestido marrón oscuro se veía arrugado. Sin duda había llegado de un largo viaje.

- Perdone señorita, pero aquí sólo pueden estar los que pertenecen al cuerpo de guardia de la ciudadela, la familia del Senescal o alguien que tenga un permiso especial. - le dijo con tono educado. Nunca le había gustado echar a la gente de ninguna parte.

- Es que, verá, yo iba a tocar la puerta cuando un soldado la ha abierto de golpe y se ha ido, dejándola abierta, así que he pensado de entrar... Verá, estoy buscando al capitán general de Gondor - dijo la chica

- ¿A Boromir? - Faramir pensó al instante que era otra de las muchas chicas que a veces se presentaban buscando desesperadas a su hermano afirmando que estaban enamoradas de él - No sé donde está en este momento. ¿Qué desea de él?

- Bueno, en realidad.... Nada en especial... - dijo ella

- Lamento informarla señorita que Boromir ya está saliendo formalmente con una chica, o sea que le aconsejo que no pierda el tiempo - Faramir hizo ademán de marcharse

- ¡Oh no! No me ha comprendido usted. Soy una vieja amiga de Boromir

Faramir la miró un momento y se dio cuenta que reconocía ese brillo especial en los ojos.

- ¿Dhel? - preguntó

Aredhel abrió mucho los ojos :- ¿Nos conocemos?

- Ahora no sé si debería tomarme esto como un cumplido o no... ¡Soy Faramir!

La chica se abalanzó sobre él dándole un fuerte abrazo.

- Pero... ¡Faramir! ¿Cómo es posible? ¡Si parecías todo un soldado! Ah claro... Estúpida de mi... ¡Si eres el capitán de los montaraces de Osgiliath! Que guapo estás! La verdad es que impresionas mucho! Que cambio has dado! Si ni te he reconocido! ¿Pero como es que estás aquí? ¡Yo te creía en Minas Ithilien!

Faramir observaba sonriente

- ¡Santo cielo! ¿Qué es lo que tienes en el brazo? - preguntó fijándose de pronto en el brazo de su amigo

- Nada, sólo un corte sin importancia.

- ¿Qué es lo que tienes en la cabeza Faramir? - dijo ella mostrándose enfadada - Un corte, por pequeño que sea se debe curar de inmediato. Ahora mismo vamos a ir a las Casas de Curación

- Pero...

- ¡Nada de peros! - Aredhel estiró a Faramir del brazo bueno y lo llevó casi a rastras hasta fuera

Mientras la encargada de las casas le vendaba el brazo, el chico le explicó toda la historia de la batalla de Osgiliath.

- ¿Entonces el chico maleducado de la puerta era Boromir? - preguntó ella cuando Faramir concluyó el relato

- Supongo - contestó él encogiéndose de hombros

- No recordaba que fuera tan guapo... - murmuró Aredhel

Faramir oyó el comentario, pero no dijo nada, sólo sonrió.

- Escucha, le quiero gastar una broma ¿me ayudas? - dijo con ese brillo en los ojos que Faramir conocía tanto

- Claro, pero... ¿en que estás pensando?

* * *

Boromir entró en su habitación con expresión cansada. Ni tan siquiera se había cambiado la ropa después de la batalla. Se quitó la armadura, echándola sobre la cama y se quedó en mangas de camisa. Entonces se dio cuenta de que había alguien en la habitación. Al principio pensó que era Faramir, pero cuando miró mejor se dio cuenta de que era una chica.

- ¿Se puede saber que está haciendo en mi habitación? - preguntó con voz potente y frunciendo el ceño

- Sólo le estaba esperando para darle las gracias por ser tan amable con alguien recién llegado a la ciudad... Me ha ayudado mucho - dijo ella con una sonrisa

- Perdone que no le diga de nada, pero he tenido un mal día, estoy cansado y no estoy para bromas, así que le pediré que se vaya

- No, de echo aún no me voy - dijo la chica sonriendo más

- Entonces iré a llamar a la guardia - dijo haciendo ademán de salir de la habitación

- Que decepción.... Tenías fama de tratar mejor a las chicas... - dijo ella fingiéndose ofendida

Aredhel tenía que hacer grandes esfuerzos para no estallar a reír, y Faramir escondido dentro del armario también.

- ¿Entonces sois otra de esas locas que aseguran estar enamoradas de mi sin tan siquiera conocerme?

- ¡Oh no! Eru me libre de estar enamorada de ti

- ¿Entonces porqué no te marchas de una vez?

- Pero.... No mentían cuando hablaban de lo guapo que eras... Aunque personalmente creo que con un poco de barbita estarías aún mejor

- ¿Pero se puede saber que quieres de mi? - el tono de voz de Boromir sonaba exasperado

La chica no pudo más y se echó a reír y él la miró sin entender nada en absoluto. Entonces Faramir también salió del armario riéndose mucho también.

- ¿Faramir? ¿Qué hacías dentro del armario? - Boromir se planteó la posibilidad de estar soñando

- ¿Es que ya no reconoces a una vieja amiga? - preguntó Aredhel al tiempo que intentaba contener el ataque de risa

- Ahora si que definitivamente no entiendo nada... Faramir ¿tu la conoces? - preguntó señalando a Dhel

- Por supuesto, y tu también. ¡Es Dhel bobo! - dijo Faramir visiblemente divertido

- ¿Dhel? - preguntó Boromir aún más sorprendido que antes

- ¡Pues claro! - Aredhel se adelantó a abrazarlo y sólo entonces Boromir le encontró la gracia a la broma y empezó a reír

- ¡Maldita seas! No has cambiado ni un poco! - dijo abrazándola él también

Dhel pegó con el puño a Boromir en la espalda.

- ¿Qué quieres decir con eso? - preguntó separándose con el ceño fruncido

- Nada, sólo que aún continuas siendo como un muchachuelo - dijo Boromir sonriendo

- ¡Pero que dices! Te recuerdo que era mejor que tu con una espada y apuesto a que aún lo soy! Podría retarte por este comentario - dijo ella frunciendo el ceño y dejando de sonreír

Pero para su sorpresa Boromir rió más :- Y te continúas enfadando con la misma facilidad. Pero... ¿estás segura de poder vencer a un duelo de espada al capitán general de Gondor?

- No me impresionas en absoluto con este título - dijo ella sacando la lengua

- ¿Pero como es que has vuelto? - preguntó Faramir - Creí que dijiste que no podrías venir hasta cumplir la mayoría de edad

- Oh sí, pero un amigo del marido de mi hermana ha sido destinado aquí, desde la guardia personal de Theoden rey de Rohan, y he venido con él.

- ¿Así te quedas aquí? - preguntó Boromir

- Pues si, y si no te gusta te vas tu, porqué yo no pienso volver a marcharme

- ¡Pero que carácter! ¿Quién te ha dicho que no me gusta la idea?

Faramir se echó a reír, y al momento también Aredhel y Boromir. Los tres se miraron sonrientes un momento... Parecía exactamente como si el tiempo no hubiera pasado....

* * *

Bueno, parece que las vacaciones de navidad en verdad me inspiran!! Espero que les haya gustado el capítulo! No me he podido resistir a poner a Aredhel de nuevo.... Tenía ganas de escribir el reencuentro. ^^U

En fin.... ¡Dejen reviews please!!!!! Y seré la escritora de fics más feliz del mundo

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