Deseo y Lujuria
"¿Cómo termine así?", era lo único que la castaña podía pensar en aquel momento, el único pensamiento lógico, de entre tantos que abarrotaban su mente, que al mismo tiempo producían en ella un sentimiento de mente en blanco. Ella no sabía si estaba pensando lo que hacía o solo se estaba dejando llevar; tantos pensamientos en su cabeza, tantos sentimientos que explotaron todos al mismo tiempo en su corazón, tristeza, felicidad, rencor, afecto, rabia, tranquilidad; todos estos la llevaron a creer que la única forma de eliminarlos de su cabeza era dejarse llevar por aquellos sentimientos extraños para ella, el deseo, la lujuria, la excitación.
"¿Cómo termine así?", se cruzó por su mente, entretanto el agua tibia caía sobre su cara quitando a su paso las lágrimas que habían brotado por el rechazo de su amado, humedeciendo su cabello, su camisa, su falda, sus medias, sus zapatos; borrando a su paso todo huella de aquellos sentimientos que hace menos de cinco minutos se produjeron en su interior, dejando a su vez solo la lujuria y el deseo por tener a aquel hombre que la envolvía entre sus brazos.
"¿Cómo termine así?", mientras este pensamiento cruzaba su mente, podía sentir como un par de grandes manos recorrían de forma dulce y salvaje todo su cuerpo por encima de su mojado uniforme, como un par de labios saboreaban su delgado cuello grácilmente, mientras que una mirada penetrante color esmeralda se posaba en sus ojos de forma lujuriosa y dulce.
"¿Cómo termine así?", fue lo último que la joven pensó antes de dejarse llevar por completo por aquel hombre que la besaba, la acariciaba, produciendo en ella un sentimiento cálido y reconfortante, un sentimiento que nunca pensó que aquel peli plateado le llegaría a producir; el deseo había tomado control de su cuerpo, lo único que la chica sabia era que aquel italiano, sabía exactamente cómo y dónde besar y tocar para que su cuerpo reaccionara de manera que ella nunca imagino que lo haría.
Sus brazos rodearon el cuello del hombre y sus pequeñas piernas abrazaban las desnudas caderas del mafioso, mientras tanto sus labios saboreaban el néctar de los labios de aquel que alguna vez creyó el hombre más desagradable del planeta; cada beso la incitaba a más, sus manos querían recorrer cada parte de él, sus piernas quería aprisionarlo para siempre, sus ojos no querían perder aquella verde y viciosa mirada, y su lengua quería conocer cada milímetro de su boca , quería ganar la batalla que estaba aconteciendo en sus bocas.
Su cuerpo le exigía que siguiera, que besara cada parte de él; su ropa comenzó a estorbar entre los dos, haciendo esto un impedimento para el peli plateado el cual quito el buso de la joven de una forma ágil y rápida, profundizando más el deseo que la chica sentía por el ojiverde.
Cuando sintió que los besos y las caricias ya no eran suficiente, cuando sintió que no le importaba lo que sucediera a su alrededor, que lo único que quería era aquel hombre la hiciera suya…
Poof! Todo se volvió de nuevo oscuro.
