Los recuerdos de sus días felices pasaban en la mente de Candy haciendo que de poco a poco sus ojos se hicieran cristalinos, sus lágrimas querían salir por qué sabía que esos días felices nunca regresarían.
Pues su presente ahora según Candy, estaba muy lejos de ser felicidad.
- Cualquier cosa que pase no dudes en decirlo, novato - había dicho aquel funcionario llamando la atención de Candy quien volvía de sus pensamientos al presente.
- Eduard, espera - había dicho Candy haciendo que aquel funcionario detuviera su paso - Esto, esto es un error...¿No hay forma de que pueda arreglarse? - preguntaba Candy de manera suave, como no queriendo que Terry no escuchará sus intenciones de querer deshacerse de el.
- Me temo que no - respondió el funcionario mientras se soltaba del agarre de Candy quien soltó un suspiro.
- Eduard por favor...te pagaré con lo que sea si logras cambiar al novato de celda - había intentado decir Candy como una súplica, pues si era cierto que la presencia de Terry ahí no era un problema, su problema era que no quería tener a Terry cerca.
- Tengo esposa y hijos, no voy a caer en tus estúpidos juegos otra vez, Andrew - había dicho el funcionario con cierto aire de molestia
- ¿¡Pero por qué tiene que quedarse aquí cuando hay más celdas vacías!? - había dicho Candy comenzando a perder la paciencia, como sabiendo que aquella pelea ya la había perdido.
- Digas lo que digas este novato se quedará aquí. Así que será mejor que cierres tu boca y que te mantengas alejada - había dicho el funcionario antes de irse sin importar lo que Candy sentía.
- !No!, !Eduard por favor regresa! - había dicho Candy tras correr hacia la entrada, misma que había sido cerrada sin darle la oportunidad de que pudiera decir algo más.
- Si te incómoda mi presencia, puedes hacer lo que quieras - había comentado Terry con algo de molestia y dolido al mismo tiempo tras darse cuenta de lo que aquella rubia había tratado de hacer.
- No voy hacer nada en contra de ti - había dicho Candy aún de espaldas - Puedes quedarte si así quieres - había dicho Candy mientras soltaba un suspiro - La verdad eso ya no es importante - había susurrado tan suavemente que dudaba que Terry la hubiese escuchado.
- ¿Puedo dormir? - pregunto su compañero llamando la atención de Candy.
- Si quieres.
- ¿Cuál será mi cama? - pregunto Terry tras ver qué lo que había en la celda no era una cama individual si no un viejo y sencillo camarote.
- Tu cama será la de abajo - había respondido Candy mientras señalaba la cama misma que sin tanto pensarlo Terry había tomado para intentar al menos dormir después de haber vivido un día verdaderamente pesado de tantas emociones
- Buenas noches, Candice - dijo Terry tras su cuerpo estar en la cama listo para dormir y de paso ignorar a aquella rubia que sin querer tal vez había despertado cierta mestiza en su interior.
Y es que aunque la rubia hubiera negado sus hechos, Terry no era un idiota como para no darse cuenta de las intenciones que había tenido Candy tras el estar ahí.
Sin tener consciencia de como se sentía Terry, Candy le resto importancia a todo para después dirigirse hacia la cama de arriba cuál era su cama. Para cuando estuvo ahí soltar un suspiro mientras que su mirada estaba en el techo.
Los recuerdos de Terry estando en el mismo lugar que ella, comenzaron a pasar por la mente de Candy haciendo que tragara grueso, sintiendo hasta en ese entonces como su corazón latía igual de lento como de fuerte tras encontrar a Terry en su celda como su nuevo compañero.
Tal y como había soñado una noche hace mucho tiempo.
- ¿Por qué ese sueño se cumplió?, ¿Por qué ahora que lo encontré aquí sentí exactamente lo que sentí en ese sueño?, ¿Acaso todo esto también es su sueño? - se preguntaba Candy a mismo tiempo que desviaba su mirada, queriendo no pensar más por qué sabía que si lo hacía una tormenta en su cabeza, comenzaría sin dejarla dormir por el resto de la noche - Mañana será mejor día, estoy segura - había pensando Candy antes de cerrar sus ojos tras sentirlo pesados con la esperanza de que su pensamiento se haría realidad tal y como había sucedido con su sueño.
El sonido de la sirena siendo tocada había hecho que Candy abriera sus ojos dándose cuenta que un día más había comenzando, sin mucho ánimo Candy abrió muy bien sus ojos para después de asegurarse de estar 100% despierta, levantarse de su cama para tirarse de ella hacia el suelo, en dónde para su mala suerte se había dado cuenta que su realidad seguía siendo una realidad.
Ver a Terry aún dormido sobre aquella cama había hecho que Candy soltará un suspiro, dándose cuenta que no tenía más remedio que aceptar la realidad de su presencia ahí en ese lugar.
Queriendo ignorar su realidad, Candy se distrajo ordenando su cama para poder salir hacia el recuento mañanero que se hacía todas las mañana antes de bañarse para después tomar su "desayunó". Sin embargo, terminar de ordenar su cama y darse cuenta que Terry seguía dormido hizo que por un segundo Candy quisiera salir y dejar a Terry ahí a su suerte.
Pero ese fue un impulso que efectivamente, no hizo.
- Terry - lo llamo Candy suavemente esperando que con su llamado el joven finalmente despertará - Terry, despierta - había dicho Candy está vez sonando más fuerte mientras se acercaba hacia el cuerpo Terry quien seguía con una respiración profunda - Terry, levántate debemos salir afuera - le había dicho Candy esta vez sonando como si su paciencia se estuviera acabando.
Recordar que eran aproximadamente las seis y cuarenta y cinco de la mañana, había hecho que Candy por un momento se calmara. Pues ella ya estaba acostumbrada a despertarse a esa hora, pero al parecer Terry no y eso le resultaba un problema puesto a qué a Candy sabía que debían salir de ahí si es que no quería tener problemas con dirección.
Y problemas era lo menos buscaba Candy en aquellos momentos.
- ¡Oye Terry ya es hora, despierta! - había gritado Candy a tiempo que con un fuerte almohadazo al fin había logrado que Terry despertará.
- ¿Qué es lo que te pasa para despertarme de esa manera, Candice? - pregunto Terry tras abrir sus ojos y sentir dolor en una parte de su cara tras aquel golpe dado por Candy.
- Ya es tarde - informo Candy - Levántate si no tener problemas - había dicho antes de dejar aquella almohada en su lugar y finalmente dirigirse a la puerta sin darle más atención a Terry quien después de unos segundos se había dispuesto a finalmente levantarse con pesar de su cama.
Y es hasta ese entonces que las puertas de la celda son abiertas haciendo así que todos los presentes de aquella área salieran hacia afuera para hacer una fila y esperar a que un funcionario entrara para revisar de una a una todas las celdas correspondientes.
- ¡Recuento correcto¡, ¡Pueden ir a las duchas! - había gritado un funcionario mismo que Terry reconoció tras verlo, pues era el mismo que lo había llevado hacia su celda.
- Lo que usted ordene, respetable señor Eduard - había dicho la voz de Candy con cierta malicia en su tono de voz tras tener de cerca a aquel hombre.
- Andrew no insistas, por mas que hagas no puedo cambiar al novato de celda - había dicho el hombre con su mirada gris puesta en Candy.
- Yo no estaba pidiendo eso, solo estaba obedeciendo tus ordenes.
- Si bueno, como tu digas. Vete a las duchas antes de que mi paciencia contigo se acabe.
- Si señor - había dicho Candy sin mas opción antes de volver a su celda con la intención de tomar la caja donde tenia aquellos productos de aseo personal.
- ¿Por que hacen eso?.
- ¿Hacer que? - había dicho Candy ante la pregunta de Terry.
- Eso de revisar las celdas, ¿Por qué lo hacen? Es decir, ¿adónde mas iríamos si estamos encerrados?
Una pequeña y fugaz sonrisa se había formado en el rostro de Candy tras escuchar aquella clase de pregunta, que a Candy le parecía demasiada graciosa.
- En este lugar, nunca se sabe lo que puede pasar. Cabe la posibilidad de que alguien pueda escaparse o morir en algún lugar o peor es el caso cuando las personas...intenta por voluntad propia acabar con su vida. Entiendes a lo que me refiero, ¿verdad? - había dicho Candy llevando su mirada hacia Terry.
- Si, ya entiendo - había dicho Terry después de unos segundos de silencio tras sentirse como perdido en la niebla ante aquella nueva y escalofriante información.
- Bien, entonces me voy.
- ¿Adonde vas?.
- Debo ir a las duchas para ir a la cafetería y tomar el desayuno de asco que nos dan en este lugar.
- ¿Con quien tomaras el desayuno?
Tras la pregunta de Terry, Candy llevo nuevamente su mirada hacia su compañero, sin saber si decir la verdad ante esa pregunta.
- La verdad no lo sé, tal vez lo haga sola o con compañía.
- Si estas sola, ¿puedo hacerte compañía? - había preguntado Terry haciendo que Candy se odiara así misma por no responder anteriormente como debía responder.
Pero para su suerte aun había una pequeña oportunidad de enmendar su error, pues solo dependía de su respuesta negativa para que su deseo de tener a Terry lejos sin lastimarlo se hiciera realidad.
- No, no puedes hacerme compañía, Así que será mejor que busques tu propia compañía, Terry - había dicho Candy antes de irse sin esperar respuesta de Terry.
- Al fin un poco de paz - había dicho Terry quien aun a pesar de lo recién sucedido comenzaba a sentir paz tras estar en soledad. El comportamiento de Candy había sido muy tenso al igual que el ambiente de ese lugar, y el hecho de estar solo por unos segundo había sido como un tranquilizante que le ayudo a darse ánimos de tomar su propia caja para salir hacia afuera en donde para su salvación habían más hombres que también buscaban tomarse un baño y que para Terry habían sido como su guía hacia donde eran las duchas.
En donde al entrar no pudo evitar mirar al lugar para al segundo arrepentirse de aquella acción, pues nunca en su vida había visto a tantos hombres en un mismo lugar luciendo sin ningún tipo de prenda que cubriera su desnudes. Y lo peor de todo es que estaban por todos lados, algunos con una toalla cubriendo su cintura, mientras que otros hablaban mientras se vestían de una manera tan tranquila que parecía no impórtales para nada su aspecto físico.
Sin tener más opción, Terry soltó un suspiro antes de llenarse de valor suficiente y seguir con su camino ignorando todo, aunque eso le resultara incomodo, pues no paso mucho para los susurros llegaran hasta sus oídos tras el llegar a un cubilo y comenzar a quitar la ropa de su cuerpo. Hecho que ignoro convenciéndose así mismo que aquello no era la gran cosa y que por sobre todo el sabia actuar muy bien como para lograr ignorar todo tranquilamente hasta terminar su baño.
Para después de ponerse su uniforme, ir hacia donde suponía era la cafetería que parecía mas bien como un comedor escolar en donde cada persona tomaba una charola para después hacer fila en espera a que su desayuno fuera servido por personas de prisión que parecían ser una especie de chef en ese lugar.
Ver la comida disponible después de unos minutos de estar hacendó fila hicieron que Terry creyera por un segundo que aquello era una broma, no era que despreciara la comida pero, ver la comida que para su desgracia comería, hizo de su estomago un revoltijo.
- Eso es todo, puedes seguir con tu camino - había dicho la voz de aquella mujer de avanzada edad haciendo que Terry volviera en si.
- Gracias - había dicho antes de tomar su comida correspondiente y girarse para comenzar a buscar alguna mesa disponible para intentar comer en ese lugar, lograr ver una mesa sola hizo que Terry sin dudar comenzara a caminar hacia ella para después tomar asiento y ver su comida con mucha mas atención.
Su comida, no era mas que un arroz entre crudo junto con unos fideos que parecían blancos y sin terminar de calentarse.
Debo ir a las duchas para ir a la cafetería y tomar el desayuno de asco que nos dan en este lugar.
Fue tras recordar esas palabras que Terry trago grueso, pues si era cierto que la comida no daba apetito, si no mas bien la quitaba con solo verla.
- Deberías darte prisa si es que no quieres ser castigado - había dicho la voz de un chico al mismo tiempo que tomaba asiento en el mismo lugar que Terry.
- Pero esto no es comida - había dicho Terry tras llevar su mirada hacia el dueño de aquella voz que le había hablado quien no era alguien mas que el mismo chico de ayer que le había advertido sobre su muerte.
- Es una mierda, lo se. Pero es lo que tenemos y es obligatorio acabarlo antes de que se termine el tiempo.
- ¿Cómo puedes hacerlo? - había preguntado Terry tras aquel chico comenzar a comer.
- Solo piensa que al menos después tienes la opción de ir al baño y vomitar hasta lo que no tienes si quieres. Por ahora te recomiendo que comiences a comer.
Tras escuchar las palabras de aquel chico, Terry se dispuso aunque no quisiera comenzar a comer de poco a poco haciendo que a los segundos aquella comida aun con todos sus defectos, le resultara soportable como para terminar con su comida para después proseguir con la bebida que era una especie de avena simple.
- Pensé que ya no logaría verte después de ayer, realmente me parece un milagro que aun estés con vida.
- ¿Qué?
- ¿Cómo te ha tratado Candy?, ¿Ya te dio su bienvenida?.
- ¿Tu la conoces?
- Si, la muy mal humorada es como mi amiga.
- ¿Tu amiga?
Tras la pregunta de Terry el chico asintió.
- Pertenecemos a un mismo grupo.
- Ah ya entiendo - había dicho Terry mientras desviaba su mirada claramente sin entender lo que aquel chico había dicho.
- Ayer un estúpido funcionario interrumpió nuestra platica y no tuve tiempo para saber tu nombre. - había dicho el chico después de unos segundos de silencio - ¿Cuál es tu nombre o apellido? - pregunto el chico llevando su mirada café hacia Terry.
- Mi nombre es Terruce Granchester.
- ¿Terruce Granchester? - repitió a lo que Terry asintió con su cabeza como respuesta - ¿Y que hace un Granchester como tu en este lugar?
Tras la pregunta de aquel chico, Terry guardo silencio sin saber exactamente que decir, tenia muchas respuestas pero ninguna de ellas le parecía correcta como para compartir con aquel chico que parecía no ser de buenas intenciones al igual que los tres hombres que recién entraban al comedor con una mirada que parecían que venían a matar a todos los presentes.
- ¿Quiénes son ellos? - pregunto Terry ignorando por completo la pregunta de aquel chico mismo que había llevado su mirada hacia donde Terry había dicho.
- Ellos son hombres del grupo de Hans - había respondido el chico - El hombre mayor se llama Benjamín, el segundo se trata de Caleb y el tercero es su líder, Hans - había dicho aquel chico de mirada café - Son los hombres que te hacen la vida de mierda en este lugar si te metes con uno de ellos.
- ¿Son tus enemigos?
- Se podría decir que si.
- ¿Para que irán a esa mesa? - pensó Terry en voz alta haciendo que el chico que estaba con el devolviera su atención hacia aquellos hombres.
- Mierda - había exclamado el chico para después ponerse de pie, y comenzar a caminar hacia la misma dirección que aquellos hombres.
- Andrew - la llamo una voz haciendo que ella levantara su mirada verde esmeralda hacia quien le hablaba.
- Hola, Hans - saludo ella con una tranquilidad que no fue capaz de contagiar al hombre que tenia al frente.
- ¿Sabes por que he venido?.
- Mmmm, no.
- Tenemos una cuenta pendiente, ¿recuerdas?.
- Claro, ahora lo recuerdo - habia respondido con una sonrisa de malicia dibujándose en su rostro
- ¿Por qué lo hiciste? - pregunto Hans a tiempo que ponía su cuerpo en frente de Candy quien sonrió, recordar a lo que se refería me causaba gracia.
- No se por que preguntas de algo que tu sabes por qué lo hice.
- Por un maldito carajo Andrew, nadie merece lo que tu hiciste - había dicho Hans con un cierto tono que comenzaba a sonar molesto - Alejandro estuvo a nada morir.
- Es una pena saber que siga vivo - dijo Candy después de soltar un suspiro.
- ¡Tu no eres quien para decir eso!, Alejandro es un ser mas inocente que tu y yo juntos, Andrew.
- Ese chico es un asco, lo que dices, lo dices solo por que es tu pareja - dijo Candy sin dejar de sonreír, al mismo tiempo que Hans la tomaba por la camiseta para apretar con sus manos, haciendo así que Candy se pusiera de pie - Si el estúpido de ese chico hubiera pagado lo que me debía estuviera sin ningún rasguño - comenzó a decir sabiendo que estaba activando la molestia de Hans y de paso la suya misma.
- ¿Tanto te costaba esperar?
- El me dijo que me pagaría en menos de una semana, pero paso una semana y yo no podía seguir esperando, sobre todo cuando tú estúpido novio es un asco y no te atrevas a negarlo por qué tú...- las palabras de Candy fueron interrumpidas tras Hans con su mano hecho puño dar un fuerte golpe que había hecho que Candy cayera al suelo sintiendo el saber metálico de su propia sangre en su paladar. - ¡Suéltame! - había gritado Candy tras sentir a Hans subirse encima suyo para así con sus manos apretar su cuello.
- Escúchame muy bien hija de mierda, no me importa un carajo si mi condena aumenta, pagarás con tu vida por lo que hiciste - dijo mientras apretaba con sus manos el cuello de Candy, haciendo que el aire comenzará a faltar.
- Hans, podemos hablarlo...suéltame - había pedido Candy en apenas un hilo voz sintiendo entonces como la falta de aire comenzaba a faltarle factura, y lo peor es que no podía hacer nada mas que ver con sus propios ojos como la muerte se apoderaba cada vez mas de si misma, dejándola sin salida alguna mas que aceptar su realidad.
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PD : extrañamente Wattpad me devolvió los capítulos que se habían borrado lo que significa que apartir de este capítulo, yo Belinda Gray solo voy a publicar los capítulos restantes hasta llegar al final siguiendo la idea original de esta historia.
