Capítulo 4: Misión de Rango C
Disclaimer: Naruto no me pertenece, le pertenece a Masashi Kishimoto.
—Estoy en casa —Satsuki anunció mientras entraba en su hogar.
—Oh, bienvenida.
Mikoto recibió a su hija mientras se limpiaba las manos con el delantal que llevaba puesto. Satsuki quitó sus sandalias bajo la atenta mirada de su madre.
—Pareces un poco feliz —agregó mirando el rostro de su hija—. ¿Sucedió algo bueno con tu equipo?
—Mañana tendremos nuestra primera misión de rango C.
Mikoto se sorprendió por lo dicho por Satsuki.
—Pero creí que el Yondaime no les daría una misión de rango C hasta después de haber cumplido cierto número de misiones de rango D, ¿No es así?
—Al principio también pensé eso, pero Ikki lo consiguió.
Una sonrisa apareció en el rostro de Mikoto mirando la pequeña sonrisa de su hija y quizá para las demás personas sea un poco complicado conocer las emociones de Satsuki, pero Mikoto la conocía perfectamente y sabía que estaba realmente feliz, no por nada ha estado cuidando de ella durante tantos años.
—Parece que le estás tomando cariño —Satsuki abrió los ojos como platos ante la insinuación de su madre.
—¡Por supuesto! —Satsuki levantó un poco la voz, pero después hablo con normalidad—. Después de todo es mi compañero de equipo.
Mikoto quería seguir burlándose de su hija un poco más, pero miro el reloj y se dio cuenta de que Fugaku no tardaría en llegar y que sería mejor darse prisa.
—De acuerdo —aceptó—. Vamos que tenemos cosas que hacer.
—Sí.
Madre e hija se dirigieron a la sala de estar para tratar de resolver esas "cosas".
—¡Regrese! —anunció Narumi alegremente mientras entraba en su hogar procediendo a quitarse las sandalias.
—¡Bienvenida, cariño! —Kushina recibió fugazmente a Narumi mostrando una gran sonrisa.
—¡Mamá he conseguido que papá nos dé a mi equipo y a mí una misión de rango C! —Narumi le contó a su madre mientras rebosaba de felicidad.
La gran sonrisa de Kushina se convirtió en un ceño fruncido.
—Tu padre me prometió que no te daría una aún —entrecerró los ojos mientras desviaba su mirada en dirección al reloj como si esperara la hora para confrontar a su esposo por su decisión.
—¡Pero mamá yo quiero ir a una misión de rango C! —se quejó Narumi. Kushina soltó un suspiro.
—Las misiones fuera de la aldea suelen ser algo peligrosas y no quiero que te pase nada, cariño.
—Tu y papá me han estado entrenando durante años además no estaré sola —Narumi trató de tranquilizar a su madre—. También estará la teme, Ikki y Kakashi.
Kushina miro la alegría y la emoción de su hija por tener una misión de rango C, soltando nuevamente un suspiro termino aceptando el hecho de que esto llegaría tarde o temprano.
—Parece que te está gustando el hecho de que ese chico llamado Ikki este en tu equipo.
—¡Si! —respondió Narumi sin titubear—. Él es alguien poderoso e inteligente, creo que es más inteligente que Shikamaru.
—Vaya —Kushina alzó una ceja con curiosidad—. ¿Tanto así?
—Me contó que calculo las probabilidades para guiar a Kakashi a donde él quería para hacerlo caer en su trampa.
Kushina se sorprendió, pero asintió mientras su hija comenzó a narrar nuevamente los hechos que ocurrieron durante su prueba, ella ya lo había escuchado de Narumi y de Minato, pero ese chico Ikki no dejaba de sorprenderla y más cuando escuchó que gracias a él, el equipo 7 ya tenía una misión de rango C. Ese chico no debía de ser subestimado.
Ikki abrió la puerta de su hogar sin anunciar su llegada ya que sabía que sus padres estarían fuera durante un rato así que entro.
—Bueno será mejor que deje todo preparado para la misión de mañana, no quiero tener más presión mañana además de los nervios.
Ikki se sentía algo nervioso al saber que tendrían una misión de rango C mañana y que muy posiblemente tendrían que salir de la aldea por quizá algunos días, él nunca había salido de la aldea, pero sabía por su padre que fuera de la aldea era algo peligroso por todos los criminales que existen.
—Huh, tengo que prepararme.
Un nuevo día había llegado a Konoha y el cielo mostraba una tonalidad entre oscura y naranja debido al amanecer, pero ya había movimiento en las calles de Konoha siendo adultos que se dirigían a sus trabajos, niños a las academias y otros más a disfrutar del lugar.
Una Narumi radiante arrastraba a una Satsuki que se veía un poco molesta. Ambas llevando un par de mochilas.
—¿Por qué me has hecho venir más temprano? —se quejó Satsuki—. Se supone que no nos reuniríamos hasta dentro de un rato que nos den nuestra misión.
—Tenemos que llegar temprano para escoger la mejor misión y prepararnos —explico Narumi felizmente—. ¡Vamos!
—Se supone que ya estamos preparadas.
—¡Necesitamos revisar nuestro equipaje y verificar que tenemos todo!
Satsuki soltó un resoplido mientras se quejaba mentalmente. Narumi, por otro lado, saluda con una sonrisa a las personas que se detenían para saludarlas y desearles un buen viaje. Ambas chicas lograron divisar a Ikki quien parecía ir a la torre del Hokage.
—¡Ikki! —grito Narumi mientras comenzaba a trotar para alcanzarlo. Satsuki soltó un gruñido mientras era obligada a acelerar su paso para alcanzar a su amiga/rival.
Ikki se giro al escuchar su nombre.
—Buenos días, Satsuki, Narumi —saludo mostrando una sonrisa. Narumi por fin soltó a Satsuki quien suspiro de alivio.
—Parece que también ibas un poco temprano —comentó Satsuki acomodando su vestimenta y su mochila.
—Si —asintió Ikki—. Mi padre me dijo que fuera a ver al Hokage a esta hora porque era la mejor opción y tenía razón.
Tanto Narumi y Satsuki notaron que Ikki parecía estar nervioso.
—¿Es tu primera vez saliendo de la aldea? —preguntó Narumi ladeando su cabeza. Ikki mostró una pequeña sonrisa nerviosa.
—Realmente sí.
—Oh.
Era la primera vez que Ikki abandonaba la seguridad de la aldea mientras que Satsuki y Narumi ya lo habían hecho antes, pero con compañía de sus padres y eso era mayormente como entrenamiento. Los tres genin continuaron con su camino.
—Un momento —Ikki detuvo su andar mientras las chicas lo imitaban—. ¿Kakashi-sensei no ira con nosotros? Se supone que debe de estar presente cuando nos de nuestra misión, ¿No?
—No te preocupes —sonrió Narumi—. Papá dijo que se encargaría de avisarle a Kakashi-sensei que llegaríamos temprano.
Satsuki frunció el ceño.
—Solo espero que no nos haga esperar —resoplo. Narumi también se quejó mientras Ikki se mantenía en silencio, pero este noto un extraño accesorio que tenía la mochila de Narumi, sin embargo, no dijo nada.
Los genin continuaron su camino a la torre Hokage donde su tan esperada misión de rango C se les sería dadas.
La puerta de la oficina del Hokage fue golpeada levemente.
—Adelante.
El sonido de la puerta abriéndose fue escuchada. Narumi, Satsuki e Ikki entraron tranquilamente a la oficina mientras Ikki cerraba la puerta detrás de él.
—¡Mamá! —Narumi grito felizmente acercándose a donde estaba una mujer pelirroja.
—Vaya, si que llegaste temprano —Kushina sonrió a su hija.
—Mamá, papá —Satsuki se veía sorprendida de ver a sus padres en la oficina del Hokage.
—¿Ese es nuestro recibimiento? —Mikoto resoplo al ver la actitud de su hija, pero sonrió.
—Es lo que esperaba —Fugaku asintió ya esperando una respuesta así de su hija menor.
Ikki se vio algo sorprendido, pero miró en dirección a donde se encontraba su padre y lo saludo con un asentimiento de cabeza. Takeshi sonrió saludando a su hijo.
—Supongo que han venido por su misión de rango C.
—¡Por supuesto!
Minato sonrió nerviosamente al ver a su hija rebosante de energía.
—Esperemos a Kakashi entonces.
Los genin asintieron mientras se relajaban un poco ya sabiendo de ante mano que la puntualidad no formaba parte del diccionario de Kakashi. Ikki se acercó a su padre para poder conversar un poco mientras sus compañeras tenían su propia conversación.
—Entonces —comenzó Satsuki—. ¿Has empacado solo ramen como comida?
—El ramen me proporcionará todo lo que necesito.
—Por favor, dime que no lo dices en serio —suplico Satsuki, pero al ver el rostro feliz de Narumi suspiro profundamente—. No entiendo como Kushina-sama te permitió hacer tal tontería.
Kushina y Mikoto veían el intercambio con unas sonrisas.
—Parecen que se llevan bastante bien.
—Solo espero que algo de la energía de Narumi se le pase a Satsuki —comentó Mikoto—. Quisiera una hija un poco más energética.
—Créeme, algunas veces es agotador.
Minato y Fugaku miraban a sus hijas con tranquilidad, pero después miraron a Ikki quien seguía hablando con su padre.
—¿Deberíamos advertirle que existen límites con nuestras hijas? —preguntó Fugaku alzando una ceja. Minato lo pensó y asintió levemente.
—Deberíamos tener una pequeña charla.
—Ustedes dos no harán nada —ambos hombres fueron detenidos por sus respectivas esposas.
—Será mejor que no intentes nada, Fugaku.
—También tú, Minato.
Tanto Minato como Fugaku suspiraron al ser superados nuevamente. Takeshi e Ikki miraban con sorpresa la escena, pero se mantuvieron en silencio.
—Así que tu debes ser Ikki.
—Ah, si así es —Ikki se enderezo un poco al ver a la esposa del Hokage hablarle mientras hacía una reverencia—. Mi nombre es Takahashi Ikki, un placer conocerlas Kushina-sama, Mikoto-sama.
—Eres compañero y amigo de mi hija, así que no tienes que ser tan formal, Ikki-kun —Kushina sonrió al chico frente a ella—. Pero es un placer conocerte también Ikki-kun, mi hija me ha hablado maravillas de ti.
—Satsuki también me ha hablado de ti —Mikoto se acercó—. De hecho, eres de lo único que habla.
—¡Mamá! —Satsuki y Narumi gritaron simultáneamente a sus madres mientras se sonrojaban levemente. Ikki se sorprendió, pero también se sonrojo un poco.
Minato y Fugaku entrecerraron los ojos mirando la escena, quizá deberían de comentar que sus hijas no saldrían con nadie hasta que por lo menos hayan pasado unos 30 años.
—Creo que llegue un poco tarde —una voz llamo la atención de todos.
Kakashi entro a la oficina del Hokage por la ventana sacando un suspiro por parte de Minato. Kakashi llevaba en sus manos su mítico libro, cosa que hizo enfurecer tanto a Kushina como a Mikoto.
Al darse cuenta de lo que iba a suceder, Kakashi guardo rápidamente su libro mientras intentaba disimular.
—Kakashi —hablaron Kushina y Mikoto con voz profunda mientras Kakashi sonreía nerviosamente.
—Bueno, Hokage-sama —comenzó tratando de desviar el tema—. Queremos darnos prisa en avanzar, así que venimos a pedir la misión de rango C.
Minato casi se echa a reír mientras veía la mirada de súplica de Kakashi para darles la misión y escapar de ahí antes de que su precioso libro sea destruido nuevamente.
—De acuerdo —el ambiente en la habitación cambió a uno de seriedad. Minato saco un pergamino.
—Les daré una misión que dependiendo de cómo se desarrolle, aumente de rango.
—Minato —Kushina iba a refutar, pero Minato negó con la cabeza.
—Esta misión trata de llevar este pergamino al país del rayo, concretamente a Kumogakure y entregárselo al Raikage personalmente.
Kushina mordió su labio inferior mientras Mikoto se veía reacia a que su hija tomará como primera misión algo así. Fugaku simplemente escucho atentamente.
—Así que tenemos la misión de proteger el pergamino hasta que esté en manos del Raikage —comentó Kakashi tranquilamente. Minato asintió.
—Esta misión la harán en conjunto con el equipo 8 para asegurar las probabilidades de éxito —agregó Minato—. No deberían tener problemas en su viaje, pero les servirá una ayuda extra.
—El equipo de Kurenai —Kakashi se vio pensativo—. Hyuga Hinata, Inuzuka Kiba y Aburame Shino.
Minato asintió en silencio. Kushina decidió intervenir.
—Minato —comenzó—. No creo que debas de darles algo así en su primera misión fuera de la aldea, es peligroso.
—Debo de estar de acuerdo con Kushina —asintió Mikoto.
Ikki se vio pensativo.
—¿Ocurre algo, Ikki? —preguntó Narumi mientras pensaba que él tenía miedo. Los adultos miraron a Ikki y tuvieron el mismo pensamiento.
—Realmente no, como dice Kushina-sama la misión en sí es peligrosa ya que nada garantiza que no nos ataquen para evitar que el pergamino llegue a manos de Raikage —comenzó Ikki—. Sin embargo, parece que ha tomado sus medidas en caso de que algo así suceda.
—¿Medidas? —cuestionó Fugaku alzando una ceja. Ikki asintió.
—Pienso que el pequeño kunai que lleva Narumi en su mochila no es un simple adorno —fijo su mirada en la mochila de Narumi donde ahora todos miraban—. Además el equipo 8 nos acompañara. Hinata posee el byakugan, Kiba su sentido del olfato más avanzado que el nuestro y Shino posee diferentes tipos de insecto así que ellos representarían un equipo de búsqueda, sin embargo, en esta misión fungirán el trabajo de detectar a los enemigos y así prepararnos, ¿No?
Ikki miro a Minato quien estaba algo sorprendido, pero mostró una sonrisa mientras asentía con la cabeza.
—Justo como Ikki lo ha dicho —respondió—. Ya he preparado algunas contramedidas de ante mano, el kunai que lleva Narumi en su mochila puede traerlos de regreso a la aldea o llevarme a ellos en caso de ser necesario y el equipo 8 será ahora un equipo de detección en esta misión.
—Es increíble como este chico puso atención a los pequeños detalles —pensó Fugaku sorprendido viendo a Ikki bajo una nueva luz—. Creo que será un buen ninja.
—No había pensado en eso, es increíble —Kushina igualmente estaba sorprendida.
—Parece que si es algo especial como Satsuki lo había mencionado — pensó Mikoto mientras miraba a Ikki.
—Entonces tomaremos una misión, Hokage-sama —Kakashi se acercó al escritorio donde estaba Minato quien asintió.
—Se los encargo —Minato entrego el pergamino a Kakashi quien al recibir el pergamino se giró en dirección a su equipo.
—Hablaré con el equipo 8 —anunció—. Nos veremos en las puertas dentro de media hora.
Con eso dicho, Kakashi desapareció en una nube de humo. Ikki hizo una pequeña reverencia a su padre para después mirar a los padres de sus compañeras de equipo.
—Un placer conocerlos.
Ikki sin perder tiempo se dirigió a la puerta para ir en dirección a su punto de reunión con su equipo, pero antes de eso quería hacer un par de cosas.
—Ah —Narumi miro como su compañero de equipo salía de la habitación—. ¡Nos vemos después mamá, papá!
Narumi siguió a su compañero de equipo.
—Me retiro Hokage-sama, Kushina-sama —Satsuki se despidió haciendo una pequeña reverencia para después mirar a sus padres—. Nos veremos más tarde padre, madre.
Satsuki, de igual manera, decidió seguir a sus compañeros de equipo para evitar ser dejada atrás.
—Parece que se están llevando bastante bien —Minato mostró una pequeña sonrisa. Kushina enfoco su mirada en Minato.
—¿Por qué decidiste enviar a nuestra hija y a su equipo a territorio enemigo? —cuestionó seriamente—. Sabes que aún hay tensiones entre ambas naciones y solo los enviaste a la boca del lobo.
—Eso también quería saberlo, Minato —habló Fugaku tranquilamente. Minato suspiro.
—Si bien es cierto que aún existe algo de tensión, es parte de crear una alianza que espero que con el tiempo se solidifiqué y evitar más guerras que terminen afectando a nuestros hijos.
—Entonces deberías haber ido tú —intervino Mikoto mirando seriamente a Minato.
—Si hubiese ido yo, entonces no habría podido recibir a nuestros amigos que vienen de Kumo.
—¿Visitas de Kumo?
—Si —asintió Minato—. El Raikage y yo hemos intercambiado mensajes y decidimos que él enviaría a su hijo a Konoha mientras yo enviaba a mi hija a Kumo y así garantizar la seguridad de los nuestros en ambas aldeas.
Kushina guardó silencio procesando la información que su esposo le estaba dando. Por otro lado, tanto Fugaku como Mikoto tenían sus diferentes tipos de pensamientos ya que habría sido mejor que ambos Kages se encontraran en una zona neutral y aclarar sus cosas ahí mismo, pero parece que tienen ideas diferentes.
De repente, Kushina pensó en algo.
—Por favor, no me digas que quieres involucrar a nuestra hija en un matrimonio político con el hijo del Raikage —pidió Kushina, pero su ira comenzó a crecer—. Si es así, no te lo permitiré.
—¡No, no es nada de eso! —Minato se alarmó al ver a su esposa enfurecerse—. En un principio el tema salió, sin embargo, ambos estuvimos de acuerdo de que eso solo generaría más tensión ya que nuestros hijos se verían obligados a contraer matrimonio generando así disgusto en el pueblo y por ende, un rechazo a una alianza.
—Es bueno saberlo.
—Cierto —comenzó Mikoto con una sonrisa—. Es bastante bueno ya que nuestras hijas parecen interesadas en cierta personita.
Las miradas de todos se enfocaron en Takeshi quien se había mantenido en silencio durante toda la conversión de los demás, pero al sentir una mirada intensa se puso nervioso.
—¿Hablan de mi hijo, Ikki?
Mikoto y Kushina sonrieron mientras Minato y Fugaku soltaron un suspiro.
—Creo que debimos tener una charla con ese chico.
—Si, creo que sí.
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