Disclaimer: Los personajes de Naruto no son míos, son propiedad de Kishimoto. La historia tampoco me pertenece, es de EmbraceDiversity y fue beteada por geekgir7.

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Los ojos negros se abrieron de golpe y su espalda se arqueó mientras toma una dolorosa bocanada de aire. Inmediatamente las imágenes llenaron su mente, imágenes que habían sido reales y que se sintieron tan reales, aunque su cerebro registró débilmente como situaciones que ya habían sucedido, él estaba, nuevamente de regreso.

Qué simple. Observó cómo la sangre brotaba de su piel, cayendo por su pecho y sobre su estómago. Lentamente y con asombro, observó cómo levantó la mano, estaba demasiado asustado como para tocar el kunai, demasiado asustado como para simplemente hacer algo. La sangre salpicó sobre su mano levantada y pecho. Movió su mirada a la persona que sostenía el kunai que ahora estaba incrustado en su corazón.

Cabello rubio y ojos azules. Tenía contusiones por todo el rostro, la sangre burbujeaba de labios, lágrimas caían sin control por sus sucias mejillas. No pudo evitar notar su propia mano, la que estaba alzada sobre el corazón del otro hombre. La tela negra y naranja estaba rasgada, quemada y dejaba al descubierto la piel carbonizada. Vuelve a mirar ese rostro, la sonrisa que se tenía. Tan triste, tan dolido, tan… Aliviado.

S... Sasu... Ke... —el rubio se ríe un poco y no pudo evitar la pequeña sonrisa que emerge en su rostro también—. Yo... Se acabó.

Terminado. Venganza, lista. Madara, muerto. Esta batalla final, ¿había sido siquiera necesaria? Sí, después de todo estaba predestinado, ¿no? Los dos, muriendo a manos del otro.

Su último pensamiento fue: "Asesinado por un kunai. Qué simple". Luego se rindió a la acogedora oscuridad.

Sasuke estaba claramente consciente, de hecho, no estaba muerto; el fuego en su pecho era prueba de ello. Su espalda chocó contra algo suave mientras su respiración pasaba de pesada a rápida. Entrecerró los ojos porque maldita sea, le dolía como la mierda y necesitaba concentrarse. Concentración. Con algo de esfuerzo, pudo calmar su respiración, estaba acostado boca arriba en lo que creía era una cama. Cuando abrió los ojos, fue recibido por un techo familiar. Blanco con luces en el techo; un techo que había visto muchas veces durante su juventud. Cuando se dio cuenta de donde estaba, la rabia comenzó a llenarlo lentamente, sus ojos negros se volvieron rojos y luego...

Dolor. Dolor inimaginable.

Intentó mover los brazos y no pudo, estaba atado, no, esto era otra cosa. Un grito agudo se escapó de sus pálidos labios mientras alguien le insertaba algo similar a una larga y delgada aguja en el cerebro. Detuvo su tentativa de activar el Sharingan, en cambio, intentó una vez más calmar su respiración. Una vez hecho eso, su cerebro comenzó a trabajar frenéticamente sobre que carajo acaba de pasar.

Se ahorró un poco de análisis cuando una voz rompió el silencio de la habitación. Era femenina y desconocida. Tenía un tono autoritario y sonaba mayor.

—Me alegro de verte despierto Uchiha —dijo la voz con un toque de humor oscuro. Sasuke abrió los ojos y giró la cabeza, su mirada vagó por la mujer mayor de cabello rubio e interesantes ojos color miel. Parecía estar cerca de los cuarenta, tenía pequeñas líneas de expresión a lo largo de labios y de los ojos. Su cuerpo era alarmante, ella era alta y estaba bien constituida y poseía pechos increíblemente grandes que no se avergonzaba de mostrar mientras se sentaba en una silla. ¿Ella era Tsunade? La recordaba un poco diferente; la primera mujer Hokage que casi se suicidó al proteger la aldea de Pain. La que lo había sanado después del ataque de Itachi hace años atrás. El infame diamante, del que Orochimaru le había hablado, descansaba en su frente, pero se veía más pálido. ¿No era ella más joven?

—No eres la Hokage —¿esa era su voz? Sonaba horrible como si le hubieran reemplazado la garganta con papel de lija. Vio como los labios de la mujer se arquearon y uno de sus ojos se crispó. ¿Qué había dicho Orochimaru? ¿Algo sobre su temperamento?

—No, no lo soy —salió de sus apretados labios—. Sin embargo, dirijo este hospital, así que no me cabrees o la comida será terrible.

El Uchiha ignoró la advertencia, una vez más luchando contra una ola de rabia. Giró la cabeza y volvió a intentar mover los brazos. Frunció el ceño cuando no pudo. Miró hacia un lado y observo su brazo con curiosidad. Las marcas negras comenzaban en su muñeca y desaparecían bajo la tela de su bata de hospital. Si iba más lejos, no estaba seguro. Volviéndose hacia Tsunade, notó que el otro brazo tenía marcas similares.

—¿Finalmente lo notaste? —Tsunade ahora sonaba presumida y él volvió su oscura mirada hacia ella. Si se vio afectada por esto, no lo estaba demostrando—. Son sellos vinculantes, obviamente. Solo las personas que lo activaron y las personas que te vigilarán mientras te recuperas podrán quitarte esos sellos e incluso entonces, solo será para que te alimentes, uses el inodoro o te bañes. Y te vigilarán atentamente mientras hace todas estas cosas. No podrás hacer movimientos bruscos, cualquier movimiento gracioso activara los sellos.

—Cubren todo mi cuerpo.

—Te cubren los brazos y las piernas —ella lo corrigió—. Te puse los sellos para que no haya escapatoria.

«Perra.»

—¿Mi Sharingan…?

—Sobre eso —ella sonrió y se levantó de su silla. Vio cómo sacaba un espejo de un cajón en el extremo izquierdo de la habitación. Cuando cerró la distancia entre ellos, levantó el espejo para que él pudiera ver.

Si hubiera podido, la habría matado en el acto. Le hubiera quitado la sonrisa de su rostro.

Descansando en su frente estaba el mismo símbolo que marcaba la frente de Hyūga Neji, excepto en la suya era de un color diferente y con poseía dos símbolos adicionales que parecían pequeños diamantes. Era de un azul oscuro en lugar de verde claro. Su rostro estaba pálido, más pálido de lo normal, sus ojos hundidos, pero muy abiertos por la conmoción; su boca estaba ligeramente abierta.

Tsunade se reclinó en la silla, llevándose el ofensivo espejo.

—Ese sello en particular fue diseñado solo para ti, Sasuke. Esos dos diamantes son restricciones adicionales. Podemos quitarlo y volver a aplicarlo en cualquier momento. Un diamante te permitirá usar el Sharingan, pero con una capacidad limitada. Quitarlos ambos te permitirá usarlo en toda su extensión, aunque aún podemos activar el sello en cualquier momento. Ambos diamantes te imposibilitan usar el Sharingan y sufrirás bastante dolor si lo intentas —entonces se inclinó hacia delante—. Escúchame Uchiha y escúchame bien. Si me hubiera salido con la mía, estarías muerto. No me agradas y no creo que merezcas una segunda oportunidad. Sin embargo, no fue mi decisión, así que agradéceles a tus malditas estrellas de la suerte. Estarás confinado aquí en este hospital hasta que crea que estés lo suficientemente sano para ser dado de alta. Tengo plena autoridad para desatar ese sello en tu frente y volver papilla tu cerebro si decides salirte de la línea. Realmente, realmente espero que me des una excusa para hacerlo.

Entonces, estaba en Konoha. Estaba vivo y en Konoha. ¿Qué había sucedido? Naruto lo había matado, esa herida había sido fatal, Sasuke había muerto. Había querido morir, todo se había terminado, él había terminado. No más Uchiha, logró su venganza; estaba listo para irse al infierno. ¿Qué diablos sucedió?

—Sakura te salvó —respondió Tsunade como si leyera su mente—. Los refuerzos llegaron poco después de su pelea. Hinata e Ino terminaron de tratar las heridas de Naruto, gracias por apenas fallar en tu ataque, después de que Sakura detuvo la hemorragia. Luego se puso a trabajar contigo. De hecho, moriste por unos pocos segundos, pero Sakura utilizo el resto de su chakra para traerte de regreso. Asegúrate de darle las gracias.

No. No era eso lo que él había querido. Había sido un vengador, el último vengador. Nunca había esperado vivir más allá, no había vida más allá de eso. Además, estaba aquí de todos los lugares, en el lugar que había condenado a su familia, arruinado a su hermano y lo había puesto en su camino de venganza en primer lugar. Cualquier lugar hubiera sido preferible a ese. Cualquier cosa hubiera sido preferible a esto.

Naruto estaba vivo.

Sakura le había salvado la vida.

«Que se jodan ambos.»

—¿Qué quiere Konoha de mí? —su voz salió tensa y áspera, pero eso fue comprensible—. ¿Debo luchar por ti una vez más, bajo sus fuerzas? ¿Vas a encerrarme en una celda y dejar que me pudra? —trató de reír, pero le dolió—. Estoy seguro de que no me estás reteniendo aquí por la bondad de tu corazón.

—Queremos que reconstruyas el clan Uchiha —respondió sin dudarlo.

Sus ojos se enfriaron.

—Me niego.

—Me alegro, porque es mentira, otro Uchiha con sed de venganza corriendo por Konoha no suena muy tentador, contigo ya tenemos suficientes problemas.

Quería gritarle. ¿Qué pasaba con ella y estos juegos mentales? ¿Realmente lo odiaba tanto? Sasuke miró a esta Tsunade de aspecto mayor y se dio cuenta de que sí, esta mujer lo odiaba. Podía verlo en sus ojos, la forma en que lo miraba como si fuera escoria, sus ojos parecían entrecerrarse cada vez que él abría la boca para hablar. Había odio allí, un odio nacido de ver sufrir a un ser querido, un odio nacido de la frustración y la tristeza de querer ayudar a alguien a quien amabas, pero no podía hacerlo. Lo odiaba porque había hecho sufrir a Naruto y a Sakura, dos personas muy preciadas para ella. lo odiaba porque no podía ni quería perdonarlo. Eso estuvo bien; no quería ni merecía el perdón. No se arrepentía. Se miraron el uno al otro por un momento antes de que ella soltara un bufido de disgusto y se pusiera de pie. Obviamente, ella había terminado.

—En este momento, el Hokage está negociando tu vida con las otras naciones. El Raikage no quiere tu cabeza, ya que en realidad no mataste a su hermano menor. Analizándolo, los únicos crímenes que cometiste —levantó tres dedos para remarcar cada punto— ... Fue haber matado a Itachi, que de todos modos era un criminal de clase S. Intentar y finalmente asesinar a Danzou, un traidor a Konoha. Y asociarte con Madara para ayudarnos a matarlo. Eres un buen chico.

Él se sacudió, ignorando el dolor en su pecho, enojado por la forma en que ella mencionó tan casualmente a Itachi en esa ecuación.

—No sabes nada.

—Sí, sí, ya lo he escuchado —hizo un gesto desdeñoso con la mano—. Para ser honesta, todavía no sabemos qué vamos a hacer contigo, todo depende de lo que digan las otras naciones y de lo que decida hacer el Hokage. Está luchando por ti con todo su poder, créelo —ella no parecía contenta.

—Naruto —el nombre se le escapó de los labios antes de que el pensamiento se manifestara por completo. Naruto tenía la fuerza de un Kage, eso era seguro y había demostrado su valía una y otra vez. Sasuke había querido sorprenderse, aunque, de nuevo, el hecho de que Naruto se había vuelto más fuerte mientras él estaba estancado fue una de las razones por las que había dejado Konoha para unirse a Orochimaru. El rubio había entrenado tan duro como él, fue entrenado por uno de los poderosos Sannin. Había escuchado rumores sobre Kakashi convertido en Hokage, pero tal vez había renunciado en favor de Naruto. Eso tenía sentido; Kakashi nunca había sido tan ambicioso. Entonces, Naruto había logrado su sueño. A Sasuke realmente no le importaba tanto como pensaba que lo haría, había hecho lo que tenía que hacer y estaba listo para morir. Lo único que le molestaba era que con Naruto como Hokage sería casi imposible escapar. No es que eso lo disuadiera, eventualmente escaparía.

Un asentimiento confirmó sus sospechas.

—Has estado inconsciente durante unas tres semanas, él ya se ha convertido en Hokage —terminada la conversación, caminó hacia la puerta. Al salir, sin embargo, se detuvo y volvió la cabeza ligeramente—. Por cierto, están saliendo. Sakura y Naruto. Pensé que deberías saberlo. Ella finalmente te superó.

Eso le arrancó un bufido y no dijo nada más cuando Tsunade lo dejó solo. Inmediatamente comenzó a probar la fuerza de sus sellos y dejó que su mente vagara sin rumbo. Ella no había estado mintiendo, sus piernas y brazos no se moverían y no estaba suficientemente seguro para intentar pasar nuevamente por el dolor de activar el Sharingan. Esa había sido una dolorosa lección.

Así que se quedó tumbado en la cama, mirando el techo durante largos momentos, incapaz de moverse. De hecho, tenía que usar el baño y estaba hambriento. Tsunade no se había molestado en soltar los sellos como para que él hiciera algo y se negó a ensuciarse. Estaba atrapado, incluso si huía, el sello en su frente permanecería para siempre y nunca más podría usar su Sharingan. No solo lo habían arrastrado de regreso al último lugar donde quería estar, sino que también lo habían restringido de manera efectiva; era un prisionero en todos los sentidos de la palabra y estaba completamente a su merced. Lo odiaba. La ira lo llenaba tan intensamente que pensó que vería rojo para siempre. Le tomó uno o dos minutos volver a calmarse.

¿Cómo se atrevieron a hacerle esto? ¿Cómo podía Sakura negarle la muerte? Había hecho lo que estaba destinado a hacer y su vida había terminado, todo debería haber terminado. Realmente ni siquiera le importaba que Naruto hubiera sobrevivido, aunque de todos modos usó eso como una razón para estar enojado con él. Sasuke había deshecho de esos lazos y aun así...

«Deberían haberme dejado morir. ¿Qué se supone que debo hacer ahora?»

¿Qué le quedaba por vivir? No restauraría el clan Uchiha, ese legado moriría con él. No había otra venganza que realizar, e intentar vengarse de Sakura por haberlo salvado realmente parecía ridículo incluso para él. Oh, definitivamente la odiaba, pero no lo suficiente como para matarla. No todavía, de todos modos. Entonces, ¿qué le quedaba? No se iba a suicidar; tenía demasiado orgullo para eso. No podían obligarlo a trabajar para la aldea. ¿La cárcel? Incluso si Naruto no quería hacer eso, estaba bastante seguro de que el único recurso que tendría Konoha para complacer a las otras naciones sería ponerlo en una prisión de alta seguridad por el resto de su vida.

«Me salvó, solo para tenerme encerrado por el resto de mi vida. Tienes razón Tsunade, debería agradecerle.»

A pesar de que no había ventanas, estaba seguro de que habían pasado al menos unas horas desde la visita de la rubia. Había esperado ver a Sakura, o Naruto, había querido ver cómo sus rostros lucían tristes pero aliviados al saber que estaba vivo y bien incluso en circunstancias difíciles. Él ya había preparado una expresión de "piérdete y muere" para ellos y así borrar las posibles sonrisas esperanzadoras de sus rostros.

Lo que lo recibió en cambio fueron unos ojos pálidos, casi blancos, con un toque de lavanda. En lugar de un rostro bronceado y nervioso, apareció uno pálido y sin emociones. Le era familiar, esos ojos y ese rostro redondo y triste, ese flequillo y ese corte de cabello. El cabello ahora era más largo y ella era unos centímetros más alta de lo que recordaba, pero esos ojos, esos ojos Hyūga, nunca podría olvidarlos.

No recordaba su nombre y realmente no le importaba. Había estado interesado en pelear con Neji, no con la tímida y temblorosa chica. Sasuke mantuvo su sorpresa mientras la reevaluaba, sin embargo, los años la habían cambiado. Mientras caminaba en la habitación no parecía asustada ni tímida, su rostro era una máscara de perfecta tranquilidad. Sus pasos eran seguros y confiados, no parecía para nada nerviosa por estar en la misma habitación con alguien tan peligroso como él. Llevaba una bandeja en sus engañosamente delicadas manos y determinó que era comida, maldiciendo a su estómago traidor que gruñía con anticipación. Vio la diversión destellar en esos pálidos ojos y quiso refunfuñar, en cambio, giró la cabeza como si estuviera mirando al techo, pero continuó evaluando la apariencia de la mujer.

Obviamente, los años habían sido más amables con ella que con Sakura. La figura de Hinata era mucho más completa, aunque la escondía detrás de una enorme chaqueta. Donde Sakura era delgada y tonificada, Hinata era curvilínea y suave. Incluso el cuerpo de Karin se quedaba corto en comparación. No es que Sasuke tuviera un gusto particular en cierto tipo de mujeres, fue solo que Hinata tenía un cuerpo más femenino, similar al de su madre. Hablando de Karin...

—¿Dónde están mis compañeros de equipo? —demando.

Ella fingió no escucharlo, puso la bandeja sobre una mesa y él repitió su pregunta con más fuerza. La segunda vez, ella desvió la mirada hacia él y negó con la cabeza.

—No tengo permitido darle esa información —para su crédito, en realidad parecía triste por eso.

Definitivamente no era la chica tímida de antes. Atrás quedo su tartamudeo. Ella no levantó la voz, pero tampoco tembló. Fue tranquila, pero firme.

Bien entonces.

—¿Quién fue?

Alejándose de él, movió la mesa para que la bandeja quedara cerca de él. Luego se acercó más a su cama, sus ojos lo miraron por un segundo antes de que él escuchara el clic de un botón. La cama se sacudió y luego comenzó a levantarse hasta que estuvo lo suficientemente erguido como para comer, claro, solo si sus brazos funcionaran correctamente. Él la miró.

—Como voy…

—Puedo hacer que sus brazos se muevan —comenzó—, pero tengo la orden de hacer lo que sea necesario si intenta pelear conmigo. Yo... Realmente me gustaría evitar eso, si es posible, Uchiha-san —ella estaba de pie ahora, con sus manos cortésmente frente a ella. Por otra parte, supuestamente era de la casa principal de los Hyūga, por lo que debía estar bien educada—. Soy una de las personas que lo cuidará, Tsunade-sama y mi familia están informados sobre los sellos de su cuerpo —vio un destello de tristeza en sus ojos, pero ella no se disculpó por su situación como inicialmente pensó que haría. No es que hubiera importado, no quería ni necesitaba su compasión.

—¿Entonces eres mi enfermera? —preguntó con una ceja levantada.

—Supongo —fue la suave respuesta.

—Hn —no tenía mucho más que decir al respecto. La mujer Hyūga debía ser fuerte si la envían a cuidar de Sasuke. Trató de encogerse de hombros y falló—. Me dijeron que incluso si me movía, las marcas me detendrían.

La joven asintió con la cabeza.

—Sí. Me han dicho que… Le dé de comer en la boca —finalmente vaciló, obviamente incómoda con la idea de hacer tal cosa—. Pero, no quiero hacer eso. Um, mientras se mueva lentamente, los sellos no se activarán —le dio una mirada que decía: "Así que por favor no intentes nada, realmente no quiero darte de comer en la boca". Además, él no quería sufrir esa humillación. Sin embargo, a pesar de lo hambriento que estaba, tenía una necesidad más urgente y tampoco estaba de humor para ser cortés al respecto.

—Entonces, dado que Tsunade no cree que sus pacientes deban aliviar sus vejigas, ¿me vas a dar un orinal o me veré obligado a llamarte más tarde para cambiar las sábanas?

Observó, bastante divertido, como los ojos de la Hyūga se abrieron cómicamente y se apresuró, con cierta habilidad, a quitar la bandeja y las sábanas. El aire frío lo golpeó y se dio cuenta de que estaba casi desnudo y que no llevaba nada más que una bata de hospital. «¿Sin pantalones, Tsunade? Que desvergonzada.»

La chica realizo por varios con sus manos y su cuerpo se sacudió cuando de repente fue liberado. Incluso si hubiera querido escapar, su cuerpo se sentía anormalmente pesado y débil. ¿Cuánto tiempo había dicho Tsunade que había estado inconsciente? ¿Tres semanas? Y eso fue después de morir y volver a la vida. Odiaba admitirlo, pero iba a necesitar la ayuda de la chica para ir al baño. Su mandíbula se apretó y estaba a punto de abrir la boca cuando de repente ella se paró al otro lado de la cama, para dejar caer las barras de los lados y mover sus piernas. Luego, sin pedir permiso ni nada por el estilo, lo tomó del brazo y lo puso alrededor de sus hombros, su otro brazo se posó alrededor de su cintura. En lugar de protestar, simplemente movió su cuerpo y permitió que ella lo guiara. Bueno, permitir era algo exagerado, tenía que dejar que ella lo movilizara, no podía sostenerse solo. Tropezaron al principio, se sorprendió de lo completamente inútiles que eran sus piernas y el cambio abrupto de peso hizo que ambos casi colapsaran. Un familiar zumbido de chakra llenó el aire y luego los dos se pusieron de pie.

—L-lo siento —balbuceó. Esperó a que él se sintiera cómodo de pie y luego lentamente se dirigieron al baño. Al menos sería capaz de pararse solo. Había barras de apoyo para él a lo largo de las paredes, que utilizo para apoyarse. Cuando se levantó la bata, un rápido movimiento de ella llamó su atención. Ella le había dado la espalda.

—Pensé que se suponía que debías verme hacer esto en caso de que quisiera intentar huir o algo por el estilo.

La chica se puso rígida y sus orejas se tornaron de un rojo brillante.

—P-por favor sólo termine —fue su respuesta.

«Así que su tartamudeo no desapareció por completo. Interesante». Volvió a la tarea que tenía entre manos, fue incapaz de evitar soltar un suspiro de alivio cuando finalmente pudo hacer sus necesidades. Incluso él tenía necesidades básicas. Cuando terminó, ella lo ayudó a volver a la cama y le presentaron una vez más la bandeja de comida. No era mucho, un cuenco pequeño de arroz, algunos rábanos en escabeche, rodajas de manzana y un poco de pescado. Le era incómodo usar los palillos cuando se sentía tan fuera de sí, pero se las arregló y ella nunca se movió para ayudarlo. Estaba sentada en la silla en la que había estado Tsunade, con una postura apropiada, por supuesto, su mirada se centraba en su regazo mientras sus manos se movían inquietas. La miró mientras comía, asimilando todo sobre este nuevo enemigo, no quería subestimar a nadie. Sí, tenía toda la intención de huir de aquí; no iba a pasar el resto de su vida en este agujero. Como esta Hyūga era parte de la rama principal, no, era la heredera Hyūga y podía controlar el sello en su frente, era una de las personas que tendría que usar para escapar.

Una de sus cejas se arqueó cuando ella comenzó a moverse nerviosamente, su mirada pálida se movió rápidamente hacia él y luego de regreso a su regazo. Sus labios se abrían como para hablar, lo pensaban mejor y los cerraban de nuevo. Después de un minuto de esto, la paciencia de Sasuke se agotó.

—¿Qué? —casi le gruñó, su expresión coincidía completamente con su estado de ánimo—. Sólo dilo, sea lo que sea.

No había esperado que ella se levantara y lo mirara con determinación. La inquietud se detuvo y sus manos se cerraron en puños. Ella entrecerró los ojos un poco y él se dio cuenta de que ya no se veía tan frágil o cómica como antes. Esa mirada casi hizo que la respetara un poco. No del todo, pero estuvo cerca.

—¿Va a intentar matar a Naruto-kun de nuevo? —ella hizo la pregunta, pero no había nada amenazante u hostil en su tono. Su pregunta fue recompensada con una mirada en blanco.

—No —y esa era la verdad. ¿Por qué querría matar a Naruto ahora? No se había interpuesto en su camino de venganza; y Sasuke no tenía ningún deseo poseer alguna posición de poder, por lo que Naruto podía mantener su asiento de Hokage en lo que a él respectaba. Déjenlo dirigir este inútil lugar. Sus labios se arquearon un poco mientras continuaba contemplando sus determinados rasgos—. ¿Intentarías matarme si lo hiciera?

Ni siquiera lo dudó. Ni siquiera parpadeó. No espero ni un segundo para responder.

—Sí.

Esta definitivamente no era la misma chica Hyūga que tartamudeaba y jugaba con los dedos cada vez que alguien la miraba. A pesar del hecho de que Sasuke había descartado todos sus lazos pasados, conservaba una excelente memoria, aunque a veces era horrible con los nombres. Si bien nunca le había dado a la chica de cabello oscuro una segunda mirada en la academia, la recordaba. Cómo se sentaba sola en el almuerzo y lo callada que era. Ella se escabullía después de la escuela para ver a Naruto; la había visto varias veces y lo había descartado con la misma rapidez. La recordaba siendo una estudiante ligeramente superior al promedio cuando se trataba del ámbito académicos y casi por debajo del promedio cuando se trataba de la práctica. Ni siquiera era como si hubiera sido una terrible shinobi, su habilidad había estado bien; ella era alguien "sin confianza", "sin autoestima". Un ninja sin valor, si es que eso existiera. Aunque había apreciado que ella nunca se hubiera unido a su "club de fans". Entonces, en una escala de irritación, Hinata ni siquiera había aparecido en su radar en ese entonces. En una escala de cualquier cosa, ella no había sido nada.

Ahora era dolorosamente consciente del hecho de que la marca en su frente provenía de su clan y que ella podría activarla en cualquier momento. La idea de que esta mujer de aspecto frágil tuviera ese tipo de poder sobre él era más que frustrante. ¿Tsunade había enviado a esta chica para recordarle eso? ¿Quizás para cabrearlo? ¿Tratando de mostrarle lo inútil que era intentar luchar y escapar?

—¿Va a intentar destruir Konoha de nuevo? —la segunda pregunta había sido un poco más tranquila que la primera y Sasuke solo había estado prestando atención a medias. Ella no lo estaba mirando directamente esta vez—. Escuché que había planeado destruir Konoha.

—Pain hizo un buen trabajo con eso, aunque los dejó a todos con vida al final —y habían vuelto a resurgir como cucarachas. ¿Qué sentido tenía volver a destruir la aldea de nuevo? Además de eso, no podía hacerlo solo. Si tuviera a Suigetsu o Juugo y un montón de lacayos quizás las cosas irían mejor, pero no era tonto. Suigetsu había desaparecido, estaba seguro de que Juugo estaba muerto y Karin era inútil como luchadora; Sasuke no podía destruir este lugar por sí mismo. Deseaba saber lo que realmente les sucedió, pero estaba bastante seguro de que nadie aquí le daría esa información—. Además, ¿parece que puedo destruir Konoha como estoy ahora?

La Hyūga se estremeció, pero no se disculpó. Observó con curiosidad cómo su mano se movía hacia su pecho, frotando un punto en particular. La mención de Pain era obviamente delicada para ella. ¿Fue porque había destruido el pueblo y había matado a la mayoría de su familia antes de devolverlos a la vida? ¡Qué tontería! Si vas a cometer un asesinato en masa, hazlo bien o no lo hagas en absoluto.

Dejó que el silencio se prolongara mientras comía despacio. Era molesto tener que moverse muy lentamente para no activar los sellos en sus brazos, pero lo logró. Cuando terminó, ella se levantó silenciosamente y comenzó a limpiar.

—¿Quiere que deje la cama así? —ofreció, sus ojos estaban ocultos por su flequillo mientras bajaba la cabeza para mirar una de las máquinas.

—Sí —prefería sentarse y mirar a las personas que sabía que eventualmente entrarían por esa puerta a estar acostado. Así se sentía menos vulnerable. Decidió que probablemente ahora sería un buen momento para ver cuánta información podía obtener. Estaba seguro de que, si ella estaba aquí, estaría al tanto de algunas de las cosas más secretas que estaban sucediendo, especialmente si los Hyūga estaban directamente involucrados. Ella no era ingenua y usar su apariencia no lo ayudaría como lo haría con otras mujeres. Ese hecho en realidad no fue tan apaciguador como lo había sido hace cinco minutos.

—¿De verdad Konoha espera que reviva al clan Uchiha? —no le había creído a Tsunade cuando dijo que había estado mintiendo. Quizás ella no tenía planes de revivir a los Uchiha, pero estaba seguro de que algunos de los ancianos no estarían de acuerdo. Si fuera posible restablecer a los Uchiha y controlarlos por completo, tal vez con un sistema similar al de los Hyūga, estaba seguro de que intentarían hacerlo. «Bastardos.»

—No lo sé —respondió ella y él supo de inmediato que estaba diciendo la verdad—. Supongo que eso tendría sentido, el Sharingan es poderoso y útil para cualquier pueblo. Naruto-kun mencionó que una vez usted dijo que quería restaurar su clan, así que si escuchó ese rumor probablemente sea verdad.

—Bueno, diles a los idiotas que prefiero morir antes que producir descendencia para que este pueblo lo controle —escupió, endureciendo su mirada. Sí, años atrás había dicho que quería reconstruir su clan. Pero eso fue antes de que supiera la verdad sobre Itachi, antes de darse cuenta de la total traición de Konoha. ¿Intentarían convencerlo para procrear como una forma de compensar la matanza de los inocentes? Ahora que los responsables de ordenar la aniquilación Uchiha estaban todos muertos, ¿los poderes políticos querrían acercarse a él y decir: "Lo siento, intentémoslo de nuevo"?, resopló en voz alta ante lo absurdo que era.

—Me van a encerrar —no fue una pregunta, pero definitivamente fue suave sondeo. No confiaba en que Tsunade no mentiría, aunque parecía que esta chica no era buena para eso.

Ella le dio otro movimiento de cabeza.

—Naruto-kun está luchando para mantenerlo bajo custodia, así que nadie sabe qué pasará —hizo una pequeña pausa—. Está muy feliz de que volviera. Y vivo.

—Estoy seguro de que lo está —fue la seca respuesta. Estaba seguro de que tanto Sakura como Naruto estaban muy felices, pero a ellos nunca les había importado realmente lo que él quería.

—Nunca perdió la fe en usted, incluso cuando todos le dijeron que debía hacerlo —sus manos estaban agarrando la bandeja con fuerza, sus delicadas cejas estaban fruncidas. Ella no estaba frente a él, pero podía decir por su perfil que estaba molesta. Naruto, al parecer, era un tema muy delicado para ella—. No importa qué, él luchará por usted.

Como si realmente quisiera escuchar esto.

—Eso no le impidió clavar un kunai en mi pecho —le recordó bruscamente.

—No con Sakura-san alrededor —le recordó. Y de repente pensó en lo duro que había luchado Naruto después de que llegara Sakura, lo serio y decidido que había sido. Cómo había dejado que Sasuke le diera el golpe final con el Chidori justo como él había permitido que Naruto lo apuñalara en el corazón. Había estado dispuesto a morir, incluso lo había abrazado. ¿Naruto lo había planeado? ¿Había planeado que Sakura lo salvara? Sonaba como algo muy de Naruto, realizar el máximo sacrificio para "salvar" a alguien más. Naruto nunca había tenido la intención de que Sasuke muriera en primer lugar.

Naruto lo había burlado. Si lo pensaba honestamente, todos lo habían hecho. Había actuado tan decidido a matarlo, como si esa fuera la única forma, como si estuviera convencido de que era la única forma de obtener la carta de triunfo. Naruto sabía que Sakura no los dejaría morir a los dos, así que esperó, prolongó la pelea hasta que ella llegó y luego hizo su mejor actuación. Si la idea de eso no lo enfurecía tanto, probablemente estaría impresionado con la astucia de Naruto. Sin embargo, no estaba impresionado, estaba enojado. Naruto le había negado una muerte legítima y ahora pasaría sus días aquí, contra su voluntad, para apaciguar a sus amigos egoístas que no podían dejarlo ir.

Ahora mismo realmente quería romper cualquier mierda.

Desafortunadamente, "romper cualquier mierda" no le daría la información que necesitaba ni le permitiría evaluar si podía manipular a esta chica. Así que se obligó a calmarse y relajar su cuerpo. Dio un par de buenas y profundas respiraciones.

—¿Entonces supongo que estas del mismo bando que Tsunade? ¿Me quieres muerto?

La pregunta la sorprendió y finalmente se volvió hacia él, con la bandeja vacía en sus manos.

—N... No, por supuesto que no —ella pareció casi ofendida—. Nunca le desearía eso a nadie. Es solo que Naruto-kun todavía quiere salvarlo y...

—¿No soy salvable?

—Esa es su decisión, creo. Yo no... No confío en usted. Ha lastimado tanto a Naruto-kun, ya no es el mismo y duele verlo así.

—Él superará sus sentimientos lastimados —su voz bajaba cuanto más se enojaba. Honestamente, no debería importarle un carajo lo que pensara esta chica o lo obsesionada que estaba con los "sentimientos" de Naruto—. Y no quiero tu confianza ni la de nadie de Konoha. Ustedes hicieron que mi clan fuera aniquilado. ¿O Konoha sigue manteniendo a la gente ignorante de la verdad?

Oh no, ella lo sabía. Por la forma en que reaccionó, pudo decir que sabía o tenía alguna idea. Quizás ahora que Danzou se fue, todo lo dicho y hecho quizás ya no estaba completamente oculto. De cualquier manera, ella cuadró los hombros y lo enfrentó por completo, con determinación y resolución en esos ojos tristes.

—Sin embargo, iba a matarlos a todos —argumentó—. Eso no lo hace mejor.

—Como si pudieras entenderme a mí o a mi razonamiento —la enfrentó lo mejor que pudo. No había planeado discutir con ella, eso no produciría respuestas. Esto iba cuesta abajo demasiado rápido, sin embargo, no podía detener la ira que había estado burbujeando dentro de él desde que se dio cuenta de lo que sucedió—. Todavía tienes a tu familia. Todavía tienes a tu clan, un clan que incluso liderarás algún día. ¿Qué podrías entender sobre mi dolor o sufrimiento? ¿Por qué hice lo que hice? Hablas pura mierda.

En lugar de responder, se volvió rápidamente y comenzó a caminar hacia la puerta. Ella se detuvo, dándole la espalda por un momento, antes de volverse hacia él. Dolor, rabia, tristeza y, lo que era peor, la piedad brillaba en esos profundos pozos lavanda.

—Si entender su razonamiento, significaría que acepto la matanza de inocentes solo por venganza. No importa qué, no importa lo que le hayan hecho a usted, a mí o a alguien... Eso no justifica herir a gente inocente. Lo que le hizo la aldea... Lo que Danzou-san y los demás decidieron... No estaba bien. Todavía no estoy de acuerdo con las acciones de Itachi-san y no estoy de acuerdo con las suyas. Danzou-san ordenó que su clan fuera aniquilado porque amenazaban a la aldea, hizo que Itachi-san matara a inocentes y lo llevara a la venganza. ¿Y luego usted decide que aniquilar la aldea, matar a inocentes en respuesta no es tan malo como lo que hizo Danzou-san? Creo... Que ustedes dos son más parecidos de lo que le gusta pensar.

La Hyūga no había levantado la voz, no había sonado enojada. Ella todavía tenía ese tono tranquilo; simplemente estaba mezclado con acero y determinación en lugar de odio e ira. Él no dijo nada cuando ella se fue; uso toda su fuerza de voluntad, pero no dijo palabra alguna, nada para arremeter contra ella, para lastimarla, para hacer algo por lo que ella le acababa de decir. Sus dientes rechinaron dolorosamente, sus dedos se curvaron lentamente en las sábanas hasta que apretó los puños. Cuando las puertas se cerraron, su cuerpo se sacudió cuando ella reactivó los sellos en sus brazos y piernas, sus manos todavía estaban cerradas. Sasuke luchó contra el impulso de activar su Sharingan, tuvo que recurrir a toda la disciplina que poseía mientras miraba a la puerta, deseando poder destruirla en ese mismo momento.

¿Cómo se atrevía? ¿Cómo se atrevía ella? Ella no sabía una mierda, no entendía nada. No era más que una Hyūga mimada, todo se le había dado, no tuvo que preocuparse realmente por nada. Esa pequeña perra, simple, mansa e ignorante...

Obligó a sus pensamientos a calmarse. Enfurecerse aquí no lo liberaría. Le guste o no, esa chica y algunos otros tenían un poder absoluto sobre él. Si quería huir, tendría que idear un plan. Usar a Sakura no funcionaría; obviamente era más despiadada que esta Hyūga. Tsunade lo quería muerto, Naruto no iba a confiar en él lo suficiente como para dejarlo ir o hacer nada y no sabía quiénes eran las otras personas que lo estarían cuidando. Le guste o no, la Hyūga era una buena candidata para ser utilizada y obtener su libertad, destruirla no sería bueno. Todavía.

Eso no significaba que no la haría pagar por sus palabras. Ni por asomo.

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Fin capítulo uno

Notas: ¡Hola! ¿Cómo les va? Sí, se que dije que ya no iba a publicar nuevos SasuHina y que me iba a retirar del fandom, pero… Pasaron un par de cosas y aquí estoy publicando un nuevo fic. Como verán, recupere mis ganas de seguir en el fandom XD

El año pasado conocí una página de Facebook llamada "SadoHuana Posting", allí comencé a ver un montón de fanarts preciosos que me hicieron volver a pensar en el SasuHina. Y este año una de sus admin Radke hizo un meme graciosísimo sobre mí, el cual comente y comenzamos a hablar. Ella me hizo recuperar esa chispa que creía perdida.

Por lo que mi queridísima Radke, esto es para ti. Gracias por todo el apoyo y las lindas palabras que me dices. Y gracias por traerme devuelta al fandom. Love ya!

Naoko Ichigo