THE DARK DEMON HUNTER

Prologo

Pude sentir como las heridas y moretones de aquella batalla final me acechaban, logrando imaginarme como sería estar al borde de la muerte, teniendo múltiples heridas por todo mi cuerpo, pero aun así estas heridas no son nada comparadas con el odio y resentimiento que tengo al saber que el sujeto que arruino mi vida yace al frente de mi cojeando y estremeciéndose en su sangre color escarlata, que a su vez adornaba el suelo y mis dos espadas. Lo cierto es que estuve esperando por mucho tiempo este día y desde que me convertí en espadachín, fui uno de los más débiles de mi grupo donde al final termine convirtiéndome en lo que alguna vez jure destruir. Mi ambición, deseos de fuerza y poder por demostrar mi gran valía condenaron a los que una vez considere hermanos. Tratando por mucho tiempo redimir mis errores me vi en la obligación de ser un desertor, un asesino, un traidor. Pero no puedo dejar que estos sentimientos de angustia y rencor me invadan, aunque si eso significa perder la vida, lo hare con gusto y abrazare a la muerte de ser necesario por salvar a aquellos que ahora me importan, sobre todo si eso significa mantener esa sonrisa, ojos azules oscuros y cabello tan dorado y brillante como el sol en un hermoso atardecer sigan iluminando mis sueños y esperanzas.

En el pasado cuando era un renegado no me importaban los demás, después de haberlo perdido todo, tuve algo que me decía en mi interior que involucrarme tanto con estos demonios me traería grandes consecuencias, pero, aun así, esta será mi última batalla y finalmente tendré un merecido descanso luego de tanto tiempo.

Lo único que sé, es que ahora vengare a mi gente y eso es porque yo soy...

"ISSEI, EL CAZADOR DE DEMONIOS"

Meses atrás.

Por un sendero lleno de tierra y alrededor de todo un espeso bosque se encontraba un chico de 16 años caminando ante la gran luz de la luna llena, siendo ahogado por una fuerte lluvia que mojaba cada rincón de su cuerpo y ropa. Mientras caminaba por el sendero sin un rumbo fijo al cual dirigirse o algún lugar al cual poder refugiarse de la plena lluvia, se quedaba con la cara baja teniendo una mirada vacía sin ninguna expresión en su rostro, donde lo único que miraba, era el sin cesante caminar de sus pasos bajo la lluvia donde a su vez pequeñas lágrimas de tristeza y dolor caían de su rostro.

- Ya debo de estar cerca.

Decía el chico mientras miraba desde lo más alto de un risco notando a lo lejos un gran pueblo bastante alejado de la civilización, sin perder más el tiempo se lanzó por aquel risco patinando entre el fango donde al estar muy cerca del final del risco, se tropezó con una pequeña roca cayéndose inesperadamente hacia un charco de lodo ensuciando por completo su ropa, solo esta pequeña escena le hacía pensar en la mala suerte que había tenido desde que abandonó su hogar. Poco a poco se levantó sin importarle el barro en su ropa, caminaba a un paso más acelerado teniendo cada vez más cerca el lugar que sería su nuevo refugio, al menos por el momento antes de que llegara la ocasión de tener que escapar una vez más. Mientras el chico caminaba por la espesa noche, era observado por los diferentes ciudadanos que miraban afuera de sus ventanas preguntándose si sería un viajero o algún tipo de vagabundo el cual tuvo la mala suerte de perder su hogar, pero sus caras se quedaron bastante impresionadas al ver que no se trataba de un hombre mayor de edad, ante sus ojos se encontraba un simple chico de 16 años siendo azotado por la fuerte lluvia. El chico con bastante valor en su espíritu intentaba tocar en cada una de las puertas de las diferentes casas que encontraba en su camino, teniendo la esperanza de que algún buen samaritano respondiera ante el llamado de una persona necesitada, pero entre más intentaba conseguir su objetivo, una y otra vez era rechazado y amenazas llegaban hasta sus oídos, si el chico no se iba del lugar llamarían a las autoridades para que se fuera, sin tener más opción prefería retirarse del lugar para evitar problemas.

- Es la décima hacienda que me rechaza, creo que tendré que dormir en un callejón.

El chico no espero más y empezó a dirigirse hacia el callejón más cercano que pudo encontrar y al adentrarse en ese lugar, pudo notar que no se encontraba solo, varias de las personas que vivían en la calle se habían hecho un hogar en aquel callejón donde el chico empezó a adentrarse para averiguar si sería bien recibido, donde para su sorpresa, nadie, ni siquiera un alma volteaba a mirarlo, esto generaba más preguntas que respuestas en él y sin vacilación comenzó a hacerse un lugar bastante apartado de los demás callejeros del lugar. En el momento que tomo asiento y se cubrió de la lluvia con unos restos de cartón, a su lado se acercó un sujeto el cual se sentó frente a él. El chico dejo de enfocar su mirada al suelo y comenzó a mirar al hombre a los ojos, el cual lo observaba de pies a cabeza de manera seria y a la vez algo cansado.

- Hombre: Hola muchacho, parece que has tenido un mal día como todos aquí.

Decía el hombre mientras daba una ligera sonrisa tratando de disimular el cansancio que tenía por no haber comido nada en casi todo el día.

- ¿Quién eres?

Preguntaba el chico algo cortante y serio mientras daba una mirada fría y con algo de pesadez en sus palabras.

- Hombre: Disculpa mi descortesía, debí presentarme... Hola mi nombre es Akira un gusto conocerte.

Decía el hombre con algo de dificultad por la falta de energía en su cuerpo. El chico noto esto y de su gabardina saco un trozo de pan que le había sobrado y se lo entrego al hombre que yacía en frente de él. El hombre al ver ese gesto de amabilidad se quedó bastante impresionado de que alguien que vivía también en la calle fuera capaz de regalar algo tan valioso como un pan, aunque no estuviera completo seguía siendo para él como un tesoro.

- Akira: ¿Estás seguro chico? ¿Tú no tienes hambre?

Sin decir ni una sola palabra el muchacho solo asentía con la cabeza en señal de que no le importaba compartir algo de su comida con él. El hombre bastante feliz tomo el pedazo de pan y empezó a devorarlo rápidamente acabando con la comida en menos de 1 minuto, donde el chico lo miraba inexpresivamente, pero al mismo tiempo con una mirada vacía y con falta de emociones en su ser, el hombre al percatarse de esto le llamo un poco la atención y decidió comunicarse un poco.

- Akira: Chico ven conmigo, allá es donde suelo quedarme, si quieres puedes quedarte conmigo hasta que deje de llover.

Decía el hombre mientras señalaba hacia un pequeño cubículo de basura. El chico no sabía que decir y solo se quedó meditando por unos segundos la generosa oferta del hombre, y en el momento que escucho un fuerte estruendo en el cielo entro en razón y decidió aceptar la generosa oferta. Ambos se levantaron y se dirigieron rápidamente hacia el hogar del hombre, donde al haber ingresado en el lugar el cual se componía de un gran cubículo de basura donde adentro se encontraba una colchoneta vieja y sucia y en la parte del techo del lugar lo cubrían grandes pares de plástico unidos con cinta y ligas dejando a la vista el claro resplandor de la noche, pero era suficiente para que la lluvia no entrara en el lugar.

- Akira: Siéntate muchacho, hace tiempo que nadie viene de visita a mi hogar.

- Chico: Cuando la lluvia desaparezca me iré, así que no pienso quedarme mucho.

- Akira: Entiendo, porque no hablamos un rato mientras que te marchas, te haría bien hablar con alguien.

Ambos tomaron asiento encima de la colchoneta y procuraron a mirar hacia las afueras mirando la incesante luna llena que adornaba todo el cielo de la noche.

- Hombre: Dime muchacho ¿Qué te trae a este pueblo miserable?

Vacilando un poco en su respuesta, se quedó callado unos segundos mientras que pensaba en que decirle al hombre que se encontraba a su lado esperando una respuesta.

- Chico: Podría decirse que... ¡Estoy huyendo!

Estas palabras hicieron que el hombre se quedara mirando en la dirección del chico y se quedara impresionado por su respuesta la cual obviamente no se esperaba, donde solo se quedaba escéptico y trataba de formular una pregunta que lo sacara de sus dudas.

- Akira: ¿Huyendo? ¿Huyendo de quién?

- Chicos: Bueno digamos que estoy huyendo de mis hermanos.

Aún más confundido que antes el pobre hombre quería saber más del muchacho que se encontraba a su lado, sentía en lo más profundo de su ser, que el muchacho se encontraba sufriendo y necesitaba a alguien con quien desahogar esa tristeza en su interior.

- Akira: No te obligare a contármelo, aunque si lo necesitas estoy aquí para escucharte.

El chico se quedó un rato pensativo mientras se preguntaba si debía contarle la verdad de lo que había sucedido en su pasado, tal vez no debería contarlo todo, solo lo necesario para que no supieran lo que en realidad había hecho.

- Chico: Tal vez me ayude de algo.

El chico acomodándose mejor en donde estaba mientras que lentamente se quitaba la capucha de su gabardina, dejaba al descubierto su verdadera apariencia la cual era un simple muchacho de 16 años con pelo de color castaño y a su vez tenía varios flequillos que cubrían parcialmente sus cejas y dos extensiones de cabello que colgaban paralelamente a su nuca y por ultimo un par de ojos color marrón.

- Chico: Mi nombre es Hyoudou Issei.

- Akira: Gusto en conocerte chico.

El hombre se quedó estupefacto de lo que estaba viendo, ante él se encontraba un simple muchacho que no aparentaba ser un vagabundo, lo único que lo diferenciaba de los muchachos de preparatoria de su edad, era su rostro joven que parecía más maduro gracias a unas cuantas marcas de peleas, una ropa bastante maltratada llena de cortes y unas pequeñas manchas de sangre cubrían parte del torso, una sudadera de color negro que se pegaba a su cuerpo y unas sandalias algo raras para su gusto, si se veían bien se parecían más a un mazefeng japonés. El hombre seguía observando de pies a cabeza al muchacho, pero de la nada el chico decidió comunicarse un poco más con él.

- Issei: Voy a contarte una pequeña parte de mi vida y eso será todo.

- Akira: Claro, después de todo para eso estamos aquí.

Issei tomo una gran bocanada de aire mientras que seguía mirando hacia el cielo observando las estrellas de la noche pensando en que, si quería contar su historia, lo mejor era empezar desde que todo inicio. Akira expectante de lo que quería decir el chico solo se quedó mirando en la misma dirección que Issei.

- Issei: Aun recuerdo cuando todo inicio, el día que mi antigua familia me dio la espalda.

- Akira: ¿Espalda?

Con mucha confusión en sus palabras Akira se quedaba pensativo al saber que posiblemente había sido echado de su casa, un pequeño sentimiento de lastima se apodero de Akira y solo lo miraba con tristeza. Issei sin hacer esperar más al hombre a su lado decidió empezar a contar un fragmento de su pasado.

FLASH BACK.

Se podía ver a un pequeño Issei de unos 6 años de edad preparándose para asistir a la primaria de su escuela, mientras que guardaba sus libros en la mochila fue sorprendido por una de sus hermanas la cual había abierto la puerta sin su permiso y solo lo miraba de manera seria al mismo tiempo que se mantenía callada. Issei al percatarse que su hermana había entrado si su permiso otra vez en su habitación solo dio un profundo suspiro y volteo a mirar a su hermana.

- Issei: ¿Vienes a molestarme de nuevo Katsumi?

Preguntaba con un tono monótono a la ahora conocida chica como Katsumi la cual tenía unos 6 años de edad siendo mayor que Issei solo por unos cuantos meses de diferencia.

- Katsumi: Jajaja Tranquilízate solo vine porque nuestro padre me pidió que te dijera que ya es hora de irnos, así que deja de perder el tiempo y vámonos.

Decía con un tono arrogante y al mismo tiempo con algo de burla hacia su pequeño hermano menor. Issei al escucharla no pudo decir nada y solo dio un pequeño asentimiento con la cabeza mientras que la miraba con una cara de molestia.

- Katsumi: Vámonos o sino llegare tarde por tu culpa.

Abandonando la habitación Katsumi se retiraba satisfecha de haber podido molestar a su hermano pequeño, aunque sea un poco, Issei sabía que no podría hacer anda, ya que en múltiples ocasiones siempre su hermana Katsumi y su hermano Katashi lo molestaban de manera constante, la única en la que podía encontrar, aunque sea un pequeño refugio era en su hermanita menor Asami la cual siempre hacía lo posible por defenderlo de sus hermanos mayores. Sin perder más el tiempo Issei empezó a salir de su habitación dirigiéndose hacia la sala donde pudo ver que ya todos se encontraban desayunando.

- Señora Hyoudou: Ven hijo a comer tu desayuno.

Quedándose un rato pensativo por las palabras de su madre, al final decidió asentir a sus palabras y procuro a tomar asiento al lado de sus hermanos, donde ya tenía un plato de desayuno listo para él. Al intentar comer el palto de huevos revueltos sintió un sabor amargo y horrible al mismo tiempo, donde tuvo que escupir al instante la comida de su boca sintiendo las risas de Katashi y Katsumi los cuales se burlaban a carcajadas de lo sucedido.

- Katashi: Jajajaja Te dije que funcionaria.

- Katsumi: Jajajaja que divertido.

Tratando de recuperar el aliento Issei tomo de su vaso de jugo de naranja para quitarse ese horrible sabor amargo que impregno su comida, luego de sentirse mejor iba a reclamarles a sus dos hermanos, pero Asami la cual se molestó por lo sucedido decidió meterse en el conflicto.

- Asami: Ya dejen de molestar a nii san.

Asami sin ningún remordimiento le grito a sus dos hermanos mayores, los cuales la miraron un poco sorprendidos y a la vez algo incrédulos. Issei al ver que su hermanita lo estaba defendiendo no hizo nada más que quedarse callado y dejar pasar el problema.

- Katashi: Tranquila hermanita no te enojes solo queríamos gastarle una pequeña broma a nuestro pequeño hermano menor.

Decía Katashi de manera burlona mientras que Asami miraba a Issei con una sonrisa y le ofrecía la mitad de su desayuno. Issei al ver esto solo se le quedo mirando a su hermanita para darle una pequeña sonrisa.

- Issei: Gracias hermanita.

- Asami: Te quiero Onii chan.

Un rato más tarde se podía ver a Issei en la parte trasera de la camioneta junto a sus tres hermanos, pero este no le prestaba ni la más mínima atención a Katashi y a Katsumi por lo que le habían hecho a su desayuno, y solo se enfocaba en su pequeña hermanita menor mientras que ambos disfrutaban de una bolsa que en su interior se encontraban unas deliciosas golosinas de diferentes colores.

- Issei: Están deliciosas Asami, gracias.

- Asami: De nada Onii chan, lo hago porque te quiero.

Ambos solo disfrutaban el pequeño momento juntos mientras eran observados por Katashi y Katsumi los cuales habían ideado una nueva forma de molestar a su hermano. Sin perder el tiempo pusieron en marcha su plan donde tomaron una lata de soda agitándola por al menos unos segundos, el paso siguiente fue ofrecérsela donde Issei por estar tan centrado en estar con su hermanita menor, no se percató que estaba recibiendo una lata de soda de parte de uno de sus hermanos, donde al abrirla un gran chorro de soda cubrió por completo su rostro empapando su uniforme de pies a cabeza, acto seguido lo que se pudieron escuchar fueron risas de parte de ambos donde Issei ya arto de esa situación, estallo en enojo y se abalanzo hacia su hermano Katashi propinándole un fuerte golpe en el rostro generándose una pelea en la parte trasera del vehículo. Ambos padres trataban de evitar que ambos chicos se pelearan, pero de un momento a otro por el descuido el señor Hyoudou no se dio cuenta que al doblar la esquina un gran camión estaba por estrellarlos. La señora Hyoudou se percató del gigante camión y tan solo dio un fuerte grito.

- ¡Cuidado!

El señor Hyoudou respondió al llamado y trato de quitarse del camino del camión dando vuelta hacia la izquierda, pero esa jugada desesperada hizo que la camioneta fuera fuertemente golpeado en el costado derecho con tanta fuerza que la camioneta empezó a volcarse varias veces hasta que finalmente se detuvo quedando boca abajo casi destruido donde los cuatro hermanos recuperaron poco a poco la consciencia, pero aun así quedaron profundamente lastimados donde procuraron a salir rápidamente, pero aun así sus heridas eran bastante notorias quedando Katsumi y Asami con varios moretones y sangre cayendo de sus rostros, Issei con un pedazo de metal incrustado en uno de sus brazos y a su vez con varios moretones por el impacto y Katashi siendo el ultimo que salió de la camioneta con unas pequeñas heridas no tan graves como las de sus tres hermanos.

- Asami: Por favor Nii san ayuda a mamá y a papá.

Decía Asami entre un mar de lágrimas por ver a sus padres completamente heridos por el impacto, donde la señora Hyoudou peleaba por liberarse de un trozo de metal que le había perforado la parte baja del abdomen y mientras el señor Hyoudou se encontraba completamente inconsciente por el impacto. Issei al ver esa situación un miedo incesante por perder a sus padres se apodero de él y corrió lo más rápido que pudo hacia la camioneta ignorando por completo el dolor que sentía en su brazo mientras que un pequeño olor a gasolina salía a chorros inundando la calle dirigiéndose hacia un pequeño fuego muy cerca de la camioneta. Con mucha fuerza Issei trataba de sacar a su madre de la camioneta, pero esta no podía moverse, el gran trozo de metal había perforado un órgano importante de su cuerpo evitando así el correcto flujo de sangre hacia sus extremidades, pero esto no le importaba a Issei y solo seguía jalando una y otra vez de la ropa de su madre tratando de sacarla. De un momento a otro Katashi se acercó rápidamente hacia Issei tomándolo por el cuello alejándolo del lugar.

- Issei: Déjame Katashi tengo que salvar a mamá.

- Katashi: Cállate y deja que nos ayuden.

En ese momento Issei pudo notar como el hombre que había conducido el camión que los había chocado recientemente estaba tratando de ayudarlos para sacar a su madre. El hombre con una gran fuerza logro abrir la puerta de la camioneta logrando sacar con mucho cuidado a la señora Hyoudou dejándola al lado de los niños que se quedaron con ella para auxiliarla, pero en el momento que el hombre iba a ir a sacar al señor Hyoudou que se encontraba aun inconsciente en la parte delantera de la camioneta se percató de como una chispa al lado del charco de la gasolina empezó a encenderla creando un fuego que se esparció por todo el lugar rápidamente. Lo único que se le pudo ocurrir fue arrojarse al suelo donde pasaron no menos de 3 segundos cuando el auto estallo en una gran explosión matando por completo al señor Hyoudou.

Los cuatro hermanos se quedaban expectantes de la escena donde habían quedado en shock por la explosión. Un silencio se apodero del lugar cuando fue completamente roto por las lágrimas y lloriqueos de Asami la cual no se creía que su padre hubiera muerto.

- Asami: Papá (Snif snif), no puedes estar muerto.

Los lloriqueos de la menor de los Hyoudou eran consolados por Katsumi la cual al igual que ella tenía lágrimas en sus ojos por lo sucedido, Katashi solo miraba esto y solo seguía en shock por haber perdido a su padre. Issei que miraba a su pequeña hermanita menor llorar trato de acercarse a Asami para tratar de calmarla, pero no se esperaba que un fuerte golpe en su cara lo mandara nuevamente al suelo. Al levantar su cabeza pudo notar a Katashi con su brazo extendido y su puño cerrado mirándolo con mucho enojo.

- Issei: Katashi, pero ¿Por qué?

- Katashi: ¡Cállate!

Sorprendido porque su hermano lo golpeara de esa manera, trataba de buscar una respuesta, pero solo conseguía que tanto Katashi como Katsumi lo miraran con rostros enojados y de rechazo hacia él.

- Katashi: Por tu maldita culpa nuestro padre está muerto, y no solo eso, ahora nuestra madre puede morir.

- Issei: Pero yo no...

No pudo terminar de hablar ya que Katsumi le propino una cachetada en su mejilla derecha mientras que sus dientes crujían por la ira.

- Katsumi: Si no hubieras ocasionado esa pelea, nuestro padre estaría vivo, eres... eres... ¡Un asesino!

Las palabras de Katsumi fueron las únicas que se pudieron escuchar en el lugar, donde un silencio incomodo se sintió por completo, Issei sabía que no era del todo su culpa y quería saber si su hermanita Asami lo culpaba de igual manera, pero al intentar nuevamente acercarse a ella fue nuevamente detenido por Katashi y Katsumi los cuales le evitaban el paso.

- Katashi: Aléjate de ella, ya sufrió suficiente, no quiero que por tu culpa tenga que sufrir más.

- Katsumi: No quiero que estés cerca de nosotros.

Issei sin más opciones se dio media vuelta mientras corría aceleradamente abandonando el sitio del accidente y sus ojos empezaban a cristalizarse llorando a mares por lo sucedido.

FIN DEL FLASH BACK.

Issei había terminado de hablar con Akira el cual se quedó completamente impactado por lo sucedido, el solo pensar que había sido injustamente culpado por lo sucedido ese día, le generaba un sentimiento de enojo por lo inmaduros que habían sido sus hermanos en aquella época.

- Akira: En serio lo siento chico.

- Issei: No importa, eso sucedió hace 10 años y ya logré superarlo.

Paso un rato en el que ambos se quedaron hablando de diferentes situaciones de la vida, cuando de la nada la lluvia empezó a desaparecer, haciendo que ambos se percataran que había llegado el momento de que sus caminos se separaran. Issei sin esperar ni un minuto más se levantó y abandono el hogar de Akira donde lo último que este le dijo fue

- Cuídate muchacho.

Issei comenzó a caminar sin un rumbo fijo tratando de seguir su camino, él sabía que debía abandonar ese pueblo lo antes posible, o sino ellos lo encontrarían.

FIN PROLOGO