¡Hola! Aquí Saori-nee esta vez con una nueva idea de pequeños fics para las chicas de Hanahira!. Estas serán de no más de mil palabras (espero) sobre la vida amorosa de estás chicas y la estaré actualizando cada que se me ocurra una idea.
Espero disfruten mucho de estas pequeñas historias y sin más que decir por el momento ¡comenzamos! c:
Historias de Hanahira!
01. Haciendo la Tarea
Protagonistas: Kaori y Amane
Clasificación: K
Salón de Clases – Saint Michael's
Las clases han terminado y aunque el resto de las chicas ya se han retirado, mi mejor amiga Amane y yo, seguimos aquí atrapadas ya que a Amane se le olvido hacer la tarea, otra vez.
– Estoy muy aburrida, vayamos ya a casa Kaori-chan.
– De ninguna manera, si nos vamos a casa ahora te encerraras en tu cuarto a jugar videojuegos todo el día y ya no harás tu tarea.
– Eso no es cierto, también comeré, me bañaré y pasaré mucho tiempo a tu lado antes de irme y jugar videojuegos.
– No estoy jugando. Tienes que concentrarte más en hacer tu tarea, la maestra ya te regañó por no hacerla otra vez.
– Pero ya estoy cansada y aburrida. Vayámonos ahora y te prometo que la haré tan pronto llegue a mi casa.
– Aja ¿igual que la última vez? Te conozco de toda la vida Amane, desde que éramos niñas. Siempre que dices que harás algo responsable terminas haciendo lo contrario y te pierdes en esos videojuegos otra vez.
– ¡Pero esta vez fue diferente! Es cierto que me distraigo y me desvelé hasta las 2 de la madrugada jugando videojuegos, pero fue para una buena causa.
– ¿En serio?
– ¡Sí! Aproveché las gemas de poder de la campaña y subí mi nivel hasta a 50 en solo una noche – muy contenta, orgullosa de sí misma.
– ¡Eso es exactamente de lo que estoy hablando! Ya no eres una niña Amane, estamos en primer año de preparatoria y aún eres una inmadura, irresponsable y tienes que empezar a tomarte la escuela más en serio, ya.
Termino de sacar mi frustración y Amane voltea a ver su tarea un tanto frustrada.
La amo, no me gusta ser dura con ella, pero me preocupa que si no lo hago, dependerá de mí toda su vida y jamás será una adulta responsable como sé que puede ser.
Me empiezo a preocupar si fui muy dura con ella, cuando empieza a hablar.
– Lamento mucho lo olvidadiza que puedo ser a veces, Kaori. Te prometo que mi intención no es molestarte, se que soy muy olvidadiza y es cierto que el noventa por ciento de las veces se me olvida hacer la tarea, pero… a decir verdad, la razón de que desee no recordar mi tarea, es que me encanta que me la expliques al día siguiente en la mañana.
– Amane…
– Yo te admiro mucho Kaori, eres responsable, inteligente, aplicada, además de hermosa y mi mejor amiga, el hecho de saber que llegaré a clases, te veré y me ayudarás a hacer mi tarea olvidada, es algo que me hace muy feliz cada mañana y… me haces sentir segura de que siempre estarás ahí para mí para apoyarme, cuidarme y jamás me dejarás sola. El que me ayudes cada mañana, es mi parte favorita del día.
– Amane.
Estoy conmovida, las palabras de Amane han tocado mi corazón y ahora siento que voy a llorar. Pero no puedo permitirme llorar en un momento como este, así que me controlo y le digo.
– Amane, no… no tienes que sentir que si dejas de hacer tu tarea comenzaré a olvidarme de ti, sin importar lo que hagas, yo siempre estaré a tu lado para apoyarte y… explicarte tu tarea por las mañanas también me hace muy feliz.
– ¿De verdad? – muy alegre.
– ¡Pero no creas que por eso te dejaré andar de vaga! Ahora toma tu lápiz y sigamos con esto, que el día ya casi acaba y tenemos que volver a casa.
– ¡Por supuesto, Kaori! Aunque… ¿Crees que podamos continuar la tarea en tu casa? Prefiero seguir haciendo mi tarea en tu cama ¡Incluso podemos hacer una pijamada! ¿Por favor?
– Bueno… supongo que no hay problema si te quedas a dormir en mi casa, de todas maneras siempre te terminas escabullendo, ya que somos vecinas. Pero harás tu tarea tan pronto lleguemos ¿de acuerdo?
– ¡Sí! Gracias Kaori-chan ¡Te amo!
En ese momento, Amane se levanta de su lugar, me abraza y me da un gran beso en los labios.
Al separarnos una pequeña línea de saliva aún une nuestros labios.
– Geez, de verdad eres una impulsiva.
– Es que tu me vuelves así, Kaori.
Sonreímos, tomamos nuestras mochilas y salimos juntas del salón.
– ¿Vamos juntas a casa, Kaori? – me ofrece su mano.
– Siempre, Amane – sonrío y nos vamos.
