-Este fic es una reinterpretación del manga y anime "Dragon Ball" y "Dragon Ball Z" de Akira Toriyama. Los personajes pertenecen por completo a Akira Toriyama y a Toyotarō, más los personajes de carácter secundario y modificaciones las personalidades, hechos y trama corren por mi cuenta y mi entera responsabilidad. Les sugiero oír "Blizzard" de Daichi Miura para Goku, "Middle of the Night" de Elley Duhé para Bulma, "Lay All Your Love On Me" de Amanda Seyfried & Dominic Cooper para para Milk, y "Cha La Head Cha La" de Ricardo Silva para el contexto del capitulo.


—Todas las personas que vienen a participar en el torneo, favor de inscribirse— anunció uno de los asistentes con un megáfono. —Si no se inscriben el día de hoy, no les será posible participar en las preliminares de mañana. Asegúrense de inscribirse el día de hoy— advirtió de viva voz para que todos lo escuchasen.

Resultaba increíble la forma en que todo había iniciado a partir de la búsqueda de las Esferas del Dragón, aquellos siete míticos orbes que podían conceder un deseo a quien invocase con ellas al poderoso Dragón Shenlong. Pero no era una mera historia o una leyenda casi infantil sino que era algo real, un grupo de amigos o peleadores eran la prueba viviente de ello aunque se hubieran distanciado en los últimos tres años. Goku había ido a entrenar con Kami-sama para el Torneo Mundial de Artes Marciales que el día de hoy—tres años después—se llevaría a cabo en la Isla Papaya como había ocurrido durante sus ediciones anteriores. Fuera del establecimiento en que tendría lugar el nombrado Torneo de Artes Marciales—un enorme edificio que albergaba las dependencias en que se combatiría y residirían los peleadores—, se hallaban dos mesas ante las cuales lentamente comenzaron a aproximarse los o las interesados en inscribirse con el personal para participar. Mientras la ligera lluvia caía desde el cielo, el Maestro Roshi—también conocido como Kame-Sennin—y su "asistente" Lauch aguardaban en la entrada esperando a que sus amigos llegaran, aunque se habían mantenido distanciados durante estos tres años, todos habían acordado reunirse este día y sin embargo solo los habitantes de Kame House se hallaban presentes, ¿Dónde estaban los demás?, ¿Qué podía estar tomándoles tanto tiempo?

—Todos se han retrasado, ¿verdad?— comentó Launch, dócil con su cabello azul oscuro.

—Espero que no se les haya olvidado que hoy es el torneo— secundó el Maestro Roshi inquieto ante esta demora. —Sin embargo, los tres años se han pasado muy rápido— parecía como si fuera ayer cuando se habían enfrentado a Piccoro Daimaku.

—Tiene razón— asintió la peliazul con nostalgia, extrañando a sus amigos igual que el Maestro.

—Solo espero que vengan pronto Goku y los demás— deseó Kame Sennin únicamente, queriendo ver cuánto habían mejorado sus antiguos estudiantes.

Goku, Krillin, Yamcha, Ten Shin Han y Chaoz, los cinco se había alejado para entrenar durante estos tres años, y sin embargo como Maestro era imposible para Kame Sennin no desear volver a verlos. Vistiendo una larga chaqueta impermeable de color negro de cuello en V con mangas ceñidas hasta las muñecas y larga hasta los muslos, Launch portaba un femenino vestido azul pastel de escote en V decorado por un encaje en el contorno y bajo el busto donde se ceñía la tela, de falda holgada hasta los muslos y etéreas mangas traslucidas que se ceñían en las muñecas, con su largo cabello azul cayendo sobre sus hombros pero protegido por la capucha de su chaqueta, con cortas botas negras a juego con su chaqueta. Los taxis o automóviles que pasaban y se detenían en la entrada del recinto para dejar pasajeros solo contribuyeron a que Launch y el Maestro Roshi se pusieran cada vez más nerviosos o ansiosos de ser posible, no sabiendo cuando llegarían sus amigos o de qué manera, y es que tantos se habían encontrado lejos durante estos tres años que era imposible saber que esperar. En ese tira y afloja de ansiedad, un nuevo taxi se detuvo en la acera frente a ellos y cuando ambos pensaban que estaban imaginando cosas, Oolong y Puar bajaron de este con radiantes sonrisas de emoción para ambos, resguardándose de la lluvia con un paraguas que era sostenido por el pequeño cerdito.

—¡Llegaron!— celebró Launch casi brincando de emoción y sosteniendo su propio paraguas.

—¡Puar, Oolong!— reconoció el Maestro Roshi, igualmente feliz de ver a esos pequeñines.

Espontaneo como siempre y haciendo gala de su peculiar personalidad, lo primero que hizo el Maestro Roshi tan pronto como vio a Oolong fue preguntarle si, tras tres años lejos, había aprendido a dejar de orinarse en la cama haciendo reír tanto a Launch como a Puar y ruborizando al cerdito que trato de dejar claro a Kame Sennin que había superado aquello desde hacía tiempo. El conductor del taxi bajo de su vehículo y abrió el portaequipaje para sacar las valijas mientras la pasajera restante en el taxi abría su paraguas y salía del interior de este; se trataba de una mujer de físico envidiable y curvilíneo, largo cabello lila azulado que caía sobre sus hombros y brillantes ojos azules, portaba una blusa celeste de cuello redondo y mangas ceñidas que dejaba expuesto su vientre, corta falda de cuero por encima de las rodillas y botines de tacón que la hacían parecer más alta, y entre sus cabellos relucían dos pendientes plateados en forma de rosa. Elegante y orgullosa como ella sola, Bulma entregó una propina al amable chofer del taxi y—acaparando las miradas de los hombres a su paso, naturalmente—esbozando una sonrisa se aproximó al Maestro Roshi y Launch a quienes no veía desde hace ya tres largos años. Aunque feliz de ver a sus amigos, no pudo evitar sentir algo de decepción al no ver a Goku, Yamcha y los demás.

—¡Bulma!— reconoció Launch, de excelente humor al volver a ver a su vieja amiga.

—Perdón por la demora— se disculpó la Brief con una sonrisa. —¿Los demás no han llegado aún?— más bien afirmó, viendo asentir a launch. —Vaya…— parece que todos llegarían tarde el día de hoy.

Una parte de ella estaba ansiosa por volver a ver a Yamcha, pero el muy maldito simplemente se había marchado de la nada diciendo que se iría a entrenar y Bulma no había sabido de él en meses que ahora se habían convertido en años, por lo que también estaba molesta y deseaba despedazar a su novio miembro por miembro…si no lo quisiera tanto, ¿Al menos Yamcha había pensado en ella una vez? Ella se había imaginado lo peor muchas veces, pero por supuesto que no estaba únicamente emocionada por volver a Yamcha, también a Ten Shin Han con quien había trabado amistad igual que con Chaoz, a Krillin por supuesto y en especial a Goku a quien le había tomado el afecto de un hermano menor. ¿Cuán fuerte se habría vuelto entrenando con Kami-sama? Deseaba poder verlo. Lascivo por defecto personal y con cualquier mujer bella que viera, el Maestro Roshi no pudo evitar recorrer con la mirada de los pies a la cabeza a la bella joven que acababa de llegar, hace tres años atrás había sido una adolescente temperamental y de carácter muy fuerte, indudablemente bella, pero ahora se había convertido en la mujer más bella que hubiera visto y no era broma, la mirada de los hombres cerca de donde ellos estaban era la prueba pues solo estaban enfocados en ella…y en Launch, por supuesto, solo que su actitud reservada—dócil en ese momento—le permitía pasar más desapercibida.

—Esto es realmente sorprendente, te has convertido en una hermosa señorita— elogió Kame Sennin, situándose a la diestra de la joven y palpando osadamente uno de sus muslos por encima de la falda.

—Deja ahí la mano otro segundo y la perderás— advirtió Bulma, extrayendo una pistola del dobladillo de su falda y apuntando al sabio tortuga.

—Perfectamente comprendido— asintió el Maestro Roshi apresuradamente y ante lo que la joven arqueó una ceja antes de regresar su arma a su lugar. —A propósito, ¿Y Yamcha?, ¿Acaso no estaba contigo?— preguntó ante la ausencia del muchacho.

—Él fue una vez la ciudad del oeste y desde entonces no volvimos a saber nada de él— comunico Oolong en lugar de Bulma, teniendo los detalles de lo ocurrido.

—Imagino que se fue a entrenar solo— consideró Puar en voz alta y confiando en las decisiones de su amigo.

—Y el muy imbécil me dejo plantada— gruñó la Brief por lo bajo, maldiciendo a su novio que ni siquiera le había dicho cuando se iría, solo se había desvanecido y ya.

—Yamcha se fue, Krillin también y ninguno de ellos me dijo adonde— rio Kame Sennin sin poder evitarlo. —Parece que quieren seguir los mismos pasos que Goku— desde que el joven Son se había ido a entrenar, los demás no habían tardado en seguirlo.

—Me muero de ganas por ver que tan fuerte se ha puesto— confesó Bulma, preguntándose cuanto habrían cambiado las cosas en estos tres años.

Tres años era mucho tiempo e inevitablemente Bulma no solo sintió nostalgia del pasado sino también curiosidad de como habrían cambiado sus amigos en todo este tiempo y si es que Goku—tan infantil y despistado como ella recordaba—había adquirido algo de seriedad entrenando con Kami-sama. La última vez, Goku había sido tan fuerte que había derrotado al rey Piccoro Daimaku, un chico de menos de dieciocho años y que solo había doce al momento de iniciar la búsqueda de las Esferas del Dragón junto a ella; si había logrado tanto siendo tan joven, ¿Qué no lograría ahora que debía tener…unos veinte años? En el último Torneo de las Artes Marciales, Goku había quedado en segundo lugar tras no poder permanecer al enfrentarse con Ten Shin Han, ¿Pero ahora? Habiendo visto a ese niño—no podía dejar de verlo así, porque por alguna razón Goku se veía más joven de lo que era—convertirse en un joven adolescente, Bulma estaba emocionada y ansiosa por lo que el futuro les tuviera deparado a todos. Con idéntica perspectiva que la bella joven, el Maestro Roshi simplemente asintió en su lugar, mucho más enfocado en las peleas que tendrían lugar durante el torneo y los resultados en comparación con Launch, Oolong o Puar quienes únicamente pensaban en el reencuentro con sus amigos…


Igual que antes solo que ahora con Bulma, Oolong y Puar presentes, el Maestro Roshi y Launch suspiraron mientras sentían el tiempo pasar, al menos ahora estaban todos ellos juntos pero la demora de Yamcha, Tenshin Han, Chaoz y Krillin resultaba inquietante y ansiosa para ellos, también la de Goku pero él se había ido a entrenar con Kami-sama de manera tan fortuita o abrupta que nadie había tenido oportunidad de despedirse de él, de hecho algunos como Bulma no sentían que hubiera ocurrido tal despedida realmente, se sentía como si su amigo fuera a aparecer en cualquier momento pese a echarse mucho en falta su presencia, ¿Cómo no iba a ser así siendo Goku alguien tan particular, en el mejor de los sentidos? La lluvia parecía estar volviéndose más tenue y aunque aún era necesario sostener un paraguas sobre su cabeza para no mojarse, tampoco se correría un riesgo por solo cerrar dicho elemento o no prestarle mayor atención; en medio de esta creciente sensación de ansiedad comenzó a escucharse el llanto de una niña pequeña y pronto se supo la razón; la pequeña—de menos de diez años según se veía—se quejaba por haber perdido un globo de color amarillo que en vano trato de alcanzar brincando y viendo como el hilo de sostenía su globo se enredaba en una de las ramas del árbol contra el muro.

—No, mi globo…— se lamentó la pequeñita al borde del llanto y dando por perdido su globo.

—Tranquila, no llores— sosegó Bulma, acercándose a la niña que volteo a verla. —Yo te ayudare— prometió, entregándole su paraguas a Launch y parándose de puntillas para alcanzar el hilo del globo de la rama sobre ella. —¿Ves? Aquí está— justo cuando iba a inclinarse para entregar el hilo a la mano de la ahora sonriente pequeña, una brisa ligeramente fuerte movió el globo que se soltó de su mano. —No puede ser…— alargó la mano para intentar de alcanzar pero el hilo se elevó de su alcance.

—Lo tengo— tranquilizo una voz masculina, alzando su mano por encima de la de Bulma y atrapando el globo. —Aquí tienes, pequeña— tendió, arrodillándose a la altura de la niña.

—Gracias, señor— sonrió la niña, sujetando firmemente su globo esta vez. —Gracias, señorita— agregó sin olvidar a la joven que la había ayudado primero.

Sonriendo a la pequeña niña que procedió a marcharse, Bulma regresó su mirada al frente para observar al hombre que las había ayudado a ambas y frunciendo el ceño con extrañeza ya que aquel individuo le resultaba muy familiar por sus rasgos y no se debía a que tuviera una cara "común" sino que Bulma estaba segura de haberlo visto antes mas no recordaba de dónde mientras él la observaba con una ligera sonrisa. No solo ella pensó así por supuesto, ya que el Maestro Roshi, Launch, Oolong y Puar enfocaron toda su atención en el desconocido y acercaron sutilmente sus pasos hacia ambos; vestía una especie de chaqueta o abrigo azul oscuro de cuello en V con dobladillo color beige al igual que los bordes de las mangas acampanadas y el fajín que cerraba la tela, pantalones amarillos, largas botas azul oscuro con un borde amarillo y cordones rojos, sosteniendo un paraguas rojo en su mano izquierda. Al observar de arriba abajo el individuo con el afán de reconocerlo, Bulma frunció el ceño al ver el vistoso cabello negro del hombre; el paraguas abierto obstaculizaba la visión de la forma de su cabello y sin embargo la Brief contuvo al liento al ver lo que parecía el característico cabello rebelde de Goku que se erguía en la parte posterior, con dos flequillos sobre la izquierda de su frente…pero no, trato de convencerse de que aquello era obra de su imaginación y que no podía tratarse de él, ¿cierto?

—Mucho de no vernos, Bulma— comentó el hombre, disimulando su divertimento ya que ni ella ni sus amigos parecían reconocerlo.

—Disculpa, ¿Te conozco?— cuestionó Bulma aún más confundida. —¿Cómo sabes mi nombre?— sentía que lo conocía pero no se parecía a nadie que ella recordase.

—Vamos, no puedo haber cambiado tanto— sonrió él, enfocando su mirada en el resto de sus amigos y que parecían igualmente desconcertados. —Maestro me da mucho gusto que este bien, ¿Y ustedes, están bien?— preguntó ya que no parecían haber cambiado. —Todavía no han llegado Krillin, Yamcha, Ten Shin Han y Chaoz, según veo— y no podía sentir su Ki tampoco así que no estaban cerca aparentemente.

—No puede ser…— jadeó Bulma, sintiendo que le caía un balde de agua encima.

—¡Goku!— reconoció el Maestro Roshi, siendo el único que fue capaz de hablar.

En la mente de todos sin excepción persistía aquel pequeño niño que era mucho menor de lo que parecía y con una actitud tan inocente, despreocupada e inmadura que resultaba entre irritante, divertido y peculiar por igual, muy diferente del hombre delante de ellos y no solo en altura y cambios físicos como la voz que era notoriamente más grave pero con ese tono propio de Goku, sino también por su seriedad y la forma en que se expresaba, muy tranquilo. Dando un paso más cerca de Goku, Bulma parpadeó con incredulidad mientras lo observaba de arriba abajo, y aprovechando que había dejado de llover, Goku cerró su paraguas dejando en evidencia su característico peinado haciendo que sus amigos se observaran entre sí con ligeras sonrisas, vestía diferente pero era él, se veía idéntico a lo que recordaban solo que ya no era un niño sino un adulto. Volviendo a pasar su mirada por sus amigos que se veían casi caricaturescos debido a sus expresiones desencajadas a causa de la sorpresa, Goku no pudo evitar sonreír ya que desde su propia perspectiva no sentía haber cambiado tanto en estos tres años, había entrenado y se había vuelto más fuerte, y quizás había crecido en altura y desarrollado más músculos precisamente por su entrenamiento con Kami-sama, ¿Pero se veía tan diferente? Era difícil para el joven Son saberlo.

—Mírate, pero si…¡estas más alto que yo!— Bulma sonrió aceptando la verdad y apreciando los cambios en su amigo.

—Por eso no te reconocimos, no nos puedes culpar— respaldó Launch igualmente anonadada.

—Desde mi punto de vista, son ustedes los que se encogieron— contrario Goku con escepticismo y parte de aquella inocencia infantil en él.

—Sí que eres Goku— rió la Brief por lo bajo, aprendiendo a conocer al nuevo Goku.

—¡Las personas que participaran en el torneo, favor de inscribirse lo más rápido posible!— anunció uno de los encargados con su megáfono, llamando la inmediata atención del grupo.

—Goku, debes inscribirte cuanto antes— instó el Maestro Roshi para que no perdieran tiempo esperando a los demás, confiando en que ellos llegarían a tiempo.

—Sí, Maestro— asintió el Son, mas se detuvo al dar un paso hacia las mesas de inscripción. —¿Krillin y los demás ya se inscribieron?— preguntó en caso de que sus amigos supieran algo respecto de los demás.

—Bueno, espero que lo hagan pronto— suspiro Kame Sennin ya que no tenían noticias de ellos.

No era intención de Goku perder tiempo, y en cualquier caso sus amigos ya habían estado esperando por largo tiempo antes de que él llegara, por lo que ahora él mismo podría sumarse a la espera que seguiría en tanto llegaran Krillin, Yamcha, Ten Shin Han y Chaoz, lo que les serviría para ponerse al día con todos los años en que no se habían visto. Era curioso o cuando menos extraño, Goku estaba inmensamente feliz de volver a ver a sus amigos luego de tantos años de arduo entrenamiento y también estaba emocionado por participar en el Torneo Mundial de la Artes Marciales—aproximándose a la mesa de registros y donde procedió a inscribirse cuanto antes—, queriendo superarse como había sucedido años atrás cuando había perdido contra Ten Shin Han…pero de nada le serviría tener todo aquel entusiasmo si sus demás amigos no aparecían o si en el peor de los casos no había un enemigo u oponente digno de desafiar; no, se dijo Goku mientras llenaba sus datos en la hoja de registro y observando muy por el rabilo del ojo a sus amigos, ya fuera que no hubieran peleadores desafiantes durante el torneo, este no sería aburrido ni podía permitirse bajar la guardia, sabía que el hijo de Piccoro Daimaku participaría para pelear con él, así se lo había hecho saber Kami-sama desde el inicio de su entrenamiento.

Ojala y sus años de entrenamiento pudieran dar sus esperados frutos.


—¡Dentro de muy poco terminaran las inscripciones!, ¡Favor de apresurarse las personas que faltan por registrarse!

El aviso por parte del personal o asistentes del torneo solo contribuyo a hacer más pesado el ambiente para los guerreros Z presentes, aunque solo se hallaba Goku pues el resto—salvo el Maestro Roshi—no calificaban como guerreros exactamente sino en otras aptitudes. La lluvia había parado hace tiempo permitiendo algo de sosiego pero el sol que comenzaba a perderse lentamente en el horizonte dejaba claro que el tiempo era algo que se estaba agotando a cada instante. Aunque felices por el reencuentro, resulto sorprendente para los guerreros Z lo mucho que Goku había cambiado en estos tres años, no solo porque ya no fuera un niño sino un hombre visiblemente, mucho más alto pero en especial serio, podía mantenerse en silencio y pensando de pie junto a Bulma quien lo observaba por el rabillo del ojo como si no alcanzara a creer que era su viejo amigo pero admirando también lo guapo que era. Tenía ojos en la cara, ¿Qué esperaban? Sosteniendo su bastón como Kame Sennin, el Maestro Roshi se alejó del grupo y avanzó hacia una de las mesas donde debían registrarse los participantes, deseando saber si sus antiguos alumnos podían ser registrados aunque no se encontraran presentes en ese momento, de lo contrario de nada les servirían sus capacidades si no estaban ahí a tiempo.

—Disculpe pero todavía faltan algunas personas por inscribirse, ¿Podría registrarlas?— solicitó Kame Sennin esperando que se pudiera hacer una excepción.

—Lo sentimos, pero no podemos aceptar eso— negó el encargado del registro, —los participantes deben inscribirse, no pueden hacerlo otras personas— ello incumpliría las reglas.

—¿No puede haber excepción?— preguntó Goku situándose a la diestra de su antiguo Maestro.

—Se trata del ganador de la vez pasada; Ten Shin Han— comentó el Maestro Roshi en caso de que ello pudiera marcar alguna diferencia.

—Disculpe, pero…— el encargado solo pudo negar pues estaba atado de manos al respecto.

—Ya veo— asintió el sabio tortuga, comprendiendo la situación. —¿Cuántos minutos faltan para que terminen las inscripciones?— quizás aún hubiera una oportunidad.

—Faltan cinco minutos— contesto el encargado, aumentando la tensión al ver como comenzaba a pasar rápidamente el tiempo.

—Veré si están cerca— decidió Puar, elevándose en el aire y esperando volver con respuestas positivas para todos.

Comprendiendo la difícil situación y que poco o nada se podía hacer si sus antiguos alumnos no estaban presentes, el Maestro Roshi regresó sus pasos hacia el grupo que se mostraba visiblemente inquieto pero en distintos grados, Launch llevándose una mano al centro del pecho al pensar en Ten Shin Han y Chaoz, Oolong pensando en Krillin y Puar indudablemente en Yamcha al marcharse, nadie quería creer que no llegarían sino todo lo contrario, ¿Cómo sería posible que entrenaran durante estos tres años…para no llegar? Con las manos cruzadas tras su espalda y apartando la mirada para dejar libre un suspiro, Goku se negó a creer que sus amigos fueran a estar ausentes de un evento tan importante como el Torneo Mundial de las Artes Marciales, todos habían acordado que se verían ese día, ¿Podían acaso ser tan olvidadizos? Cualquiera pensaría que no teniendo en cuenta como había terminado todo hace tres años, luego de la muerte de Piccoro Daimaku. Aunque molesta con Yacha por la forma abrupta en que se había marchado, dejándola plantada en lo que era su cena de aniversario, Bulma se mordió el labio inferior y se apretó nerviosamente las manos, deseando poder hacer algo para permitirle a él y a sus otros amigos participar en el torneo como habían acordado, mas ningún esfuerzo de su parte tendría sentido si ellos no llegaban. ¿Dónde estaban?, ¿Qué les estaba tomando tanto tiempo?


Escuchando el eco de sus tacones al caminar, Bulma trato de enfocar su mirada en cualquier lugar el cielo que diera una pista de que Puar estaba de regreso…pero no se veía nada salvo las ligeras nubes rosa suave ante el color anaranjado del cielo, cruzando los brazos sobre su pecho y tratando de pensar pero en circunstancias como aquellas ni siquiera su inteligencia de nivel genio podía ser de utilidad, no cuando todo dependía de la presencia de determinadas personas. Cansada y sintiendo que comenzarían a dolerle los pies ante sus tacones pese a estar sobradamente acostumbrada a ello por enaltecer su vanidad—todos le decían que era hermosa y ella lo sabía, arrogante como ella sola—, Bulma retrocedió para apoyarse en el muro de ladrillo de la entrada de la sede del torneo junto a Goku quien mantenía las manos cruzadas tras su espalda y la mirada perdida entre el cielo y la calle vacía esperando que sus amigos llegaran, se negaba a creer que ellos pudiera ausentarse. Volvió la mirada hacia Bulma quien se situó a su lado, intercambiando una mirada y ambos sonriendo ligeramente antes de regresar la mirada a la calle como si estuvieran sincronizados mentalmente; la única diferencia—en contraste con el Maestro Roshi, Oolong y Launch—es que ambos no daban a entender que estuvieran inquietos como los demás; se sentía como si la tensión pudiera contarse con un cuchillo.

—¡Solo faltan tres minutos!— anunció el encargado a través de su megáfono.

—¿Acaso no vendrán?— se preguntó Bulma casi con un hilo de voz y tratando de no estar nerviosa.

—Lo harán, estoy seguro— negó Goku, queriendo creer que sus amigos no incumplirían su promesa. —¿Y dime?, ¿Desde cuando eres una especie de femme fatale?— preguntó intrigado por su actitud y lo que el Maestro Roshi le había comentado.

—Me sorprende que conozcas esa palabra, y prefiero el término "guerrera amazona", suena más cool— difirió la Brief con su característica arrogancia. —Tengo un doctorado en dinámica aplicada y una maestría en armamento táctico— aclaró ya que había estado cursando la primera de esas carreras la última vez que se habían visto. —No eres el único que entrenó estos tres años, una chica necesita ser fuerte para sobrevivir— si se era débil, se desaparecía.

—Genial— asintió el Son, admirando su decisión de aprender a pelear pese a su inclinación para con la ciencia.

Mientras sus amigos se habían volcado a entrenar para el actual Torneo de las Artes Marciales hace tres años, Bulma se había enfocado en sus estudios como sucesora de su padre en dirigir la Corporación Capsula cuando fuera mayor, ya que su hermana Tights era un espíritu libre y las responsabilidades no iban con ella, pero en medio de ello y tras haber hablado con su padre, Bulma había comprendido que ser capaz de defenderse y tener nociones de combate no la perjudicaría en nada, por lo que había contratado a un instructor que sabía había sido discípulo del Maestro Roshi, aprendiendo las mismas bases que tenían Goku, Krillin, Yamcha, Ten Shin Han y Chaoz. No era una artista marcial pero sabía lo suficiente y tenía una puntería excelente si del manejo de armas se refería, por ello llevaba una consigo; nunca se era demasiado precavida. Todos querían recuperar el tiempo perdido y enfrascarse en conversaciones personales para saber qué es lo que cada uno había vivido o experimentado en estos tres años, pero si buscaban hablar de ello en ese momento concreto se debía principalmente para palear el lento pasar del tiempo y que parecía transcurrir gota a gota...hasta que finalmente de lo alto comenzó a descender la pequeña Puar que floto de regreso hasta su grupo de amigos que alzaron la mirada hacia ella.

—Puar, ¿Qué paso?— interrogó Bulma conteniendo el aliento mientras su amiga se detenía frente a ella.

—No pude ver a nadie— negó la felina con evidente preocupación por los resultados obtenidos.

—No…— jadeó la Brief, apartando la mirada y tratando de pensar rápidamente.

—¡Solo falta un minuto!— anunció el encargado en la entrada con su megáfono.

—Rápido, transfórmense en Yamcha y en Krillin— instó la pelivioleta a Puar y Oolong conociendo sus habilidades.

—¿Qué hay de Ten Shin Han y Chaoz?— cuestionó Launch notando que los había dejado al margen en su plan. —Ellos tienen el mismo derecho— eso no era justo.

—Diablos…— gruño Bulma por lo bajo, sintiendo como el tiempo se les acababa.

Aunque comprendiera las buenas intenciones de su amiga. Launch no pudo evitar molestarse e ir en auxilio de Ten Shin Han, ¿Acaso él no merecía la oportunidad de participar en el torneo tras haber sido el vencedor en la edición anterior hace más de tres años? Tenía el mismo derecho que Yamcha, Goku, Krillin y cualquiera de participar y también Chaoz. Bulma no había dado aquella idea con malas intenciones y para solo permitir que Yamcha fuera inscrito en el torneo, simplemente lo había visto desde el lado más emocional y tenía más trayectoria o pasado con Yamcha que con Krillin, Ten Shin Han o Chaoz, pero si Goku fuera quien estuviera ausente ella no dudaría en inscribirlo de la forma que fuera necesario porque sabía la importancia que tenía pelear para él y cuanto se esforzaba en su entrenamiento. Sus amigos, pese a tener habilidades por debajo del nivel de Goku, hablando seriamente, debían haberse esforzado con igual vehemencia y ahínco, ¿Cómo no desear ayudarlos? Paseándose cual animal enjaulado, Goku se llevó una mano a su rebelde flequillo alborotándolo más a causa de su propia ansiedad por volver a ver a sus amigos pero también su nerviosismo e incertidumbre de que ellos no llegaran a tiempo, lo entusiasmaba enfrentarse a los más fuertes en el torneo, ¿Pero qué sentido tendría si sus amigos no podían participar? Era injusto y no solo él lo pensaba, todos sentían lo mismo.

—¡Se cierran las inscripciones!— anunció el encargado, cumpliendo con el plazo acordado.

Apenas se escucharon esas palabras, se sintió una ráfaga de viento y se hizo el silencio:


—¡Llegaron!

—¡Yamcha!

De forma rápida y como si solo se tratase de una brisa ligeramente, pues así se sintió; Yamcha, Krillin, Ten Shin Han y Chaoz aparecieron delante de las mesas de registro con abrumadora velocidad sobresaltando a sus amigos pero también a los encargados y que los observaron con incredulidad antes de tenderles un lápiz y permitirles llenar sus datos en las hojas de registro. La primera persona del grupo en reaccionar y esbozar una inmediata sonrisa fue Bulma que, aunque estuviera molesta con su novio, no dudo en correr a abrazar a Yamcha quien envolvió sus brazos alrededor de ella elevándola del suelo, un abrazo al que también se unió Puar haciéndolos reír a ambos pero eligiendo quedarse así unos instantes. Por otro lado, más serio y respetuoso, Ten Shin Han se aproximó al Maestro Roshi inclinando la cabeza y volviendo la mirada por sobre su hombro hacia Chaoz quien fue prontamente abrazado por Oolong y Launch. Fuera de los cambios físicos en cada uno como consecuencia de estos tres años separados—en menor medida en Yamcha y Ten Shin Han al ser mayores—, era entrañable la forma en que su vínculo se había mantenido intacto pues para ellos irse a entrenar o lo que fuera un tiempo—años—solo implicaba poner en pausa dicho vinculo pero no terminar con ello o debilitarlo, eso nunca. Pasando inadvertido hasta entonces ya que sus amigos parecían no reconocerlo, Goku acerco sus pasos a Krillin:

—Veo que estas muy bien, Krillin— comentó el Son para extrañeza de su amigo que frunció el ceño mientras lo observaba. —Ahora todos estamos juntos nuevamente— podían hablar y pasar tiempo juntos, y a partir de mañana comenzarían los combates.

—¿Go…Goku?— tartamudeó el pequeño a causa de la impresión. —¿Eres tú?— no había manera, se veía casi como una persona completamente distinta.

—No sé por qué parece tan difícil de creer— rió Goku asintiendo ante la duda de su amigo para sorpresa de los demás que acababan de llegar.

—¡Goku!— reconoció Krillin con efusividad. —¡Tenía muchas ganas de verte, hermano!— había querido verlo y darle las gracias por todo desde hace mucho.

De manera igualmente efusiva que sus demás amigos, Krillin abrazó a Goku con todas sus fuerzas; durante estos tres años no había podido olvidar que tras haber muerto a manos de Piccoro Daimaku, Goku había luchado arduamente por traerlo a la vida empleando las Esferas del Dragón al igual que al Maestro Roshi y a Chaoz, nada lo había detenido si de proteger a quienes le importaban se trataba aun si ello implicaba arrancarlos de las garras de la muerte, entonces Krillin no había podido darle las gracias por su amistad y compromiso para con él, con todos, ya que Goku se había ido a entrenar con Kami-sama, y no era hasta ahora—tres años después—que volvían a verse. Poco proclive a las muestras de afecto—ya que había crecido solo desde la muerte de su abuelo Gohan—, estos tres años le habían permitido a Goku analizar y comprender muchas cosas, correspondiendo al abrazo de Krillin que era uno de sus mejores amigos e incluso su hermano como él lo había llamado. Era un momento realmente entrañable de contemplar o experimentar por igual, aun cuando hubieran pasado tres años desde la última vez en que se habían visto y preparado para el torneo que tendría lugar, nada había cambiado, su vínculo seguía ahí y ello alegró y enorgulleció al Maestro Roshi que observó todo con profunda satisfacción.

—He hecho reservaciones en un hotel para esta noche, ¿Por qué no vamos?— propuso Kame Sennin ya que todos tendrían mucho de qué hablar como grupo. —Ahí podrán platicar, deben guardar las energías para mañana— las horas estaban comenzando a correr y si querían pelear mañana debían comer y descansar.

Pensando lo mismo que el Maestro Roshi, Goku volvió la mirada por sobre su hombro hacia el sol que lentamente comenzaba a ocultarse haciendo cambiar el color del cielo del naranja a un tenue purpura; habían estado esperando pacientemente a que sus amigos llegaran, y ahora que se habían inscrito y no tenían nada por lo que permanecer en las calles, podían dirigirse al hotel que el Maestro Roshi había reservado para ellos, para rememorar los viejos tiempo, hablar de que habían hecho en estos tres años y descansar hasta el día de mañana. Escuchando su estómago gruñir, lo que detono que todos voltearan a verlo, Goku no pudo evitar reír mientras se rascaba la parte posterior de la nuca y provocando que el ambiente se distendiera de ipso facto, contagiando a todos con su alegría. También necesitaba comer; había viajado hasta el lugar del torneo en la Nube Voladora, pero así como había cambiado mental y físicamente, Goku también comprendía que su apetito voraz—poco común según tenía claro—también había cambiado, y si quería pelear mañana en óptimas condiciones lo mejor sería que comiera hasta quedar satisfecho, todos de hecho. A partir de mañana las cosas se tornarían muy serias, con consecuencias serias…


Sumergido en sus propios pensamientos de las preliminares y eventuales finales del Torneo Mundial de las Artes Marciales el día de mañana, Yamcha permaneció de pie junto a la ventana de su habitación viendo hacia el exterior como la lluvia chocaba contra el suelo y se deslizaba como hilos por el cristal de su ventana. El hotel en que el Maestro Roshi había hecho reservaciones para que todos pudieran alojarse era perfecto para esta noche de descanso previa a los combates de mañana, no era el lugar más lujoso del mundo pero si cómodo y estaba bien abastecido, prueba de ello había sido la cena de la cual habían disfrutado en el comedor, cortesía del Maestro Roshi, oportunidad que les había servido para reencontrarse y hablar del pasado. Pero ahora y a medida que la noche avanzaba, solo reinaba el silencio; Puar estaba compartiendo habitación con Oolong y Launch; el Maestro Roshi tenía una habitación para él solo igual que Ten Shin Han y Chaoz, y Goku compartía habitación con Krillin. Debía suponer que Bulma también tenía una habitación para ella sola pero Yamcha no se había atrevido a preguntar, ¿Cómo disculparse con ella? Aunque hubiera tenido razones, la había dejado de lado durante tres años para irse a entrenar y no le había dicho básicamente nada. En medio de su debate personal, escuchó que llamaban a la puerta de su habitación, haciéndolo volverse lentamente.

—Pase— consintió viendo cómo esta se abría rebelando a aquella en quien pensaba. —Bulma...— suspiro, no sabiendo que decir al verla cerrar la puerta a su espalda.

—Esperaba mayor reacción de tu parte cuando nos vimos— comentó Bulma, acercando lentamente sus pasos hacia su novio, —pero supongo que a estas alturas no sé qué pensar— había demasiado en que cavilar y muy poco tiempo.

—No quería irme así pero era necesario— trató de disculparse él, sin despertar reacción en su novia, —si no lo hubiese hecho me habría arrepentido y ello no era una posibilidad— estos tres años habían servido y no solo él lo sabía, los demás también y no podían arrepentirse de ello.

—Lo sé, pero no cambia las cosas que pasaron ni lo que siento por ti— asintió ella sosteniéndole la mirada y deteniéndose a un par de pasos de él. —Eres el único chico con el que he salido, por cinco años, eso oficialmente te ubica en el primer lugar— su vínculo era muy importante para ambos; para ella.

—Y tú eres única para mí, lo sabes— secundó Yamcha dando un paso más cerca de ella. —Espero que lo sepas—corrigió temiendo que ella dudara de sus sentimientos.

La mayor parte del tiempo Bulma daba la imagen de una chica—o ahora mujer y muy hermosa—frívola, arrogante y mimada debido a la fortuna de su padre como presidente y dueño de la Corporación Capsula pero en su alma era una persona muy distinta; aventurera, fuerte, apasionada y muy bondadosa, además de inteligente como nadie y de pensamiento ágil, tenía la costumbre de hablar sin desparpajo si un chico le resultaba atractivo aun en presencia suya pero eso se debía a la gran seguridad personal que tenía y el hecho de que era transparente, sin fingimientos. Por ello Yamcha se había enamorado de ella, llevaban años juntos y habían sido la primera vez mutua del otro en todo lo implicaba una pareja; durante la búsqueda de las Esferas del Dragón, Bulma había querido desear un novio y Yamcha dejar de temerle a las chicas, al final ninguno de los dos había podido obtener su deseo pero se habían dado cuenta de que quizás el destino los había llevado a conocerse por una razón y un año después—durante el Torneo Mundial de las Artes Marciales de aquel año—ya tenían una relación seria. Eliminando los pasos de distancia que los separaban, Bulma haló de la camiseta de Yamcha acercando su rostro al suyo de tal manera que solo unos efímeros centímetros los separaban, encontrando su mirada con la suya y sonriendo ladinamente con aquella arrogancia tan encantadora era en ella.

—Oye, sexy— nombró Bulma con tono burlón haciéndolo sonreír. —Aun me gustas, en serio— aseguró queriendo de igual manera que él no dudara de sus sentimientos. —Aunque eso no significa que no esté molesta contigo— su ira duraría un tiempo más.

—Lo sé— asintió Yamcha comprensivamente, mas frunciendo el ceño cuando Bulma alzó su camiseta haciéndolo alzar los brazos para quitársela.

—Pero no estoy tan molesta ahora— diferenció ella mordiéndose el labio inferior.

continuaba molesta con él, pero lo había extrañado más a él que a cualquier pelea o discusión que pudieran tener, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Yamcha y encontrando sus labios lentamente, haciéndolos gemir contra los labios del otro por todo el tiempo que había pasado; apasionado y placentero como era el beso, nada impidió a Bulma sentir como Yamcha sujetaba su blusa y la alzaba hasta despojarla de esta, haciendo que el volver a encontrar sus labios tras esto fuera aún más placentero y hambriento, desesperado incluso. No queriendo perder el tiempo y como en tantas ocasiones tres años atrás, ambos se fueron deshaciendo de la ropa en medio del beso en que no se daban tregua encontrando sus lenguas y pareciendo buscar algo en el otro pero sin lograr encontrarlo; entrelazando una de sus manos con la de Yamcha, Bulma la guio hacia su intimidad escuchándolo gruñir antes de romper el beso y enterrar su rostro en el valle entre sus pechos mientras retrocedían hacia la cama...sin prenda de ropa alguna que los molestase y recostado sobre la calma, Bulma echó la cabeza hacia atrás en medio de aquella acompasada ola de placer, sintiendo a Yamcha amasar sus pechos y guiar el vaivén de sus caderas cada vez más rápido y profundamente contra su interior.

Si, lo había extrañado más a él que a su pelea.


—¡Las preliminares están a punto de comenzar!, ¡Las personas que se han inscrito, favor de pasar al gimnasio!

Los reencuentros y conversaciones continuaron a la mañana siguiente durante el abundante desayuno, ya que Goku no podría pelear apropiadamente sin tener el estómago lleno, solo que a diferencia de hace años atrás en que la cuenta bancaria del Maestro Roshi había caído casi a la quiebra por alimentar a Goku, esta vez fue Bulma quien pagó por todo como hija de la familia más adinerada del mundo y con tarjeta de crédito ilimitada, lo que todos agradecían sumado a su ineludible generosidad. Esa mañana todos acudieron al establecimiento en que tendría lugar el Torneo Mundial de las Artes Marciales para despedir a Goku, Krillin, Yamcha, Ten Shin Han y Chaoz así como para desearles suerte ya que no podrían verlos pelear durante las preliminares, eso sería algo privado hasta las finales, teniendo que permanecer afuera y esperar. Saliendo de los vestidores en el breve tiempo que les habían dado a todos los participantes del torneo para prepararse, Krillin se acomodó el característico dogi naranja con el emblema de Kame Sennin, sin mangas y de amplios pantalones naranja con zapatos negros, fajín negro y muñequeras azules, un atuendo que había elegido usar para este torneo igual que Yamcha con su rebelde cabello oscuro recogido en una coleta, y también Goku solo que bajo la parte superior de su dogi vestía una camiseta negra de mangas cortas y aquellas pesadas botas azul oscuro.

—¿Qué les parece?— preguntó Krillin aun ajeno al hecho de que sus amigos también usaban sus respectivos dogi, como él. —Desde un principio me temía que el maestro Roshi no nos iba a dar el traje de siempre y por eso me mande a hacer uno— las otras dos puertas de los vestidores se abrieron cuando se volteó, haciéndolo comprender que no solo él había pensado en ello.

—Pues creo que pensamos en lo mismo— respondió Yamcha cruzando ambos brazos sobre su pecho.

—Yo también— coincidió Goku con una sonrisa y terminando de anudarse el fajín del dogi.

—Oh, pensé que iba a ser el único— se decepcionó el pequeño, aunque ello no era necesariamente malo.

Sonriendo para sí ante las palabras de Krillin, Yamcha y Goku intercambiaron una mirada únicamente ya que pese a haber tomado caminos propios como guerreros hacía ya tiempo, seguían considerándose discípulos del Maestro Roshi y como tal querían llevar sus trajes de pelea en este torneo, el Son en particular se sentía feliz de poder volver a usarlo y en especial porque Mr. Popo lo había hecho para él precisamente para el torneo por lo que representaba su pasado entrenamiento y el nuevo camino que decidiera tomar. Interiormente Goku estaba ansioso de poder demostrar los frutos de su entrenamiento y también para dejar a un lado tanta pasividad ya que entrenando con Kami-sama y Mr. Popo había comprendido que aquel templo en que residía el dios de la Tierra…¡Era el lugar más aburrido del mundo! No habría soportado tanto allí de no ser por su entrenamiento y le daba escalofríos solo pensar en regresar. Sonriendo al ver a Goku temblar en lo que parecía ser un escalofrió, probablemente porque estaba pensando o recordando algo, Yamcha frunció el ceño con extrañeza descendiendo la mirada hacia la parte baja de la espalda de Goku y dándose cuenta de que algo faltaba, algo en lo que ninguno de los Guerreros Z había reparado; Goku ya no tenía cola, ayer quizás habían pensado que no se veía por la ropa que usaba pero ahora era evidente que ya no la tenía.

—Goku, ¿y tú cola?— preguntó Yamcha haciendo que Krillin notase lo mismo que él.

—Kami-sama me la quito, dijo algo sobre que la luna debía regresar al cielo— contestó Goku rascándose la parte posterior de la nuca al no tener idea de que hablaba el dios de la Tierra. —La verdad no acabo de entenderlo, pero según él era un estorbo— había pasado tiempo de aquello y se había acostumbrado a no tener cola, pero la extrañaba.

—Tal vez tenga razón, Goku— consideró Krillin en voz alta, prefiriendo callar como su amigo.

Ingenuo o inconsciente de muchas cosas, Krillin y Yamcha no pudieron evitar sonreírse disimuladamente pues ellos—igual que Bulma, el Maestro Roshi, Oolong, Launch y Puar—habían visto a su amigo cambiar de la amable persona que era a aquel enorme simio destructor cada vez que veía la luna llena, quizás Kami-sama había hecho lo más sensato quitándosela aunque ninguno de los dos supo si considerarlo así ya que en el pasado y al contar con su cola Goku había tenido ciertas habilidades que lo habían hecho "más fuerte". con unas marcadas comillas ya que no tenían idea de lo fuerte que se había vuelto entrenando estos tres años, mas ellos también se habían fortalecido y esperaban poder demostrarlo, y ver quién de ellos era el más fuerte. Sonriendo ante las palabras de sus amigos y tratando de no pensar en la nostalgia que sentía cada vez que pensaba en que ya no tenía cola ni la tendría—Kami-sama le había dicho que se la había quitado de manera permanente—, Goku frunció el ceño al sentirse observado, una sensación que le recordaba de sus días en el monte Paozu, volviendo la mirada por sobre su hombro y encontrando justo a quien sabía que vería. Krillin y Yamcha le preguntaron a quien estaba viendo y a lo que él fingió no saber, pero de brazos cruzados y a varios metros de distancia, con la espalda apoyada contra la pared, el hijo de Piccoro Daimaku y él se veían las caras por primera vez…


Los primeros combates transcurrieron sin contratiempos, fue fácil para Goku vencer al rey Chapa sin tan siquiera emplear toda su fuerza, también para Krillin y Yamcha haciendo que los tres—además de Ten Shin Han y Chaoz—destaran rápidamente de entre todos los participantes del torneo. Pero estos triunfos que eran nada para Goku pues no se había enfrentado a ningún peleador que le significara un reto ni involucrara a sus amigos, observando de vez en vez al hijo de Piccoro Daimaku que si bien se mantenía al margen, no dejaba de observarlo; hablando seriamente, Goku esperaba que su enfrentamiento no tuviera lugar hasta el final del torneo para que nadie saliera lastimado y para que no fueran interrumpidos. Las cosas habían cambiado en estos tres años, bajo la tutela de Kami-sama y Mr. Popo, Goku había adquirido una madurez y seriedad que no había tenido anteriormente, aún era ingenuo respecto a muchas cosas pero no iba a arriesgarlo todo por una pelea y menos si ello involucraba a sus amigos. En medio de todo esto se anunció el próximo combate, pero el grupo de amigos había estado tan inmersos en su propia conversación que no habían escuchado quien participaría, despertando su curiosidad y deseos de observar que ocurriría.

—Acerquémonos para ver— animó Yamcha esperando que este nuevo combate fuera más emocionante.

—¿Quién se enfrentara?— preguntó Krillin en voz alta, intercalando la mirada entre sus dos amigos.

—No alcance a escuchar— negó Goku con una nerviosa sonrisa ante su descuido.

Había tanta gente dentro del recinto que ya de por si fue difícil moverse, pero con Yamcha y Goku al frente fue fácil para los tres llegar lo más cerca posible del ring y observar la pelea que daba inició; se trataba de un sujeto más alto incluso que Goku, de corto cabello oscuro y piel ligeramente bronceada que usaba amplios pantalones azul oscuro, zapatos negros y una cómoda camiseta blanca sin mangas que se apegaba a sus músculos; su oponente por otro lado era una chica de aspecto muy elegante y delicado, delgada y de curvas sugerentes ataviada en un dogi femenino de color rojo de cortas mangas por encima de los codos, cuello alto y escote en V, pantalones rojos—con detalles negros en los lados de las piernas y los lados de las costillas—y botas negras, de largo cabello negro como la tinta recogido en una coleta para despejar su rostro de piel blanca como el alabastro, mejillas sonrosadas e intensos ojos oscuros, con una expresión tanto determinada como fiera. En resumen, era una belleza que fácilmente podría haber competido con su amiga Bulma, y eso lo pensaron tanto Krillin como Yamcha que se encontraron sorprendidos no solo por su atractivo sino también por su manera de pelear, enfrentándose como igual al sujeto que parecía una mole en comparación con ella. No era usual ver a mujeres que manejaran tan bien las artes marciales y menos siendo tan joven, ¿Quién era?

—Es una chica muy fuerte— apreció Yamcha genuinamente impresionado.

—Sí, nunca vi pelear así a alguien— secundó Krillin, además de que la chica era muy bella. —¿Qué pasa, Goku?— preguntó volviendo la mirada hacia su amigo que tenía una expresión de evidente confusión.

—Conozco ese olor— comentó el Son con expresión pensativa al no poder identificar de quien se trataba.

—¿Olor?— repitió el pequeño con idéntica o más extrañeza al no percibir nada.

Confundido por las palabras de su amigo—quien para variar no se fijaba en el atractivo femenino a diferencia de ellos—, Krillin volvió la mirada hacia Yamcha quien simplemente se encogió de hombros al no tener claro de que hablaba Goku la mayor parte del tiempo, prefiriendo enfocar su atención a la pelea que tenía lugar y en aquella chica. Por otro lado y aunque tuviera diecinueve años, Goku continuaba teniendo una mentalidad bastante simple y en su inconsciente no sabía diferenciar a una chica linda de una que no era tan atractiva, pero si sabía estudiar a los peleadores o artistas marciales y sus capacidades, había crecido teniendo las habilidades de combate como segunda naturaleza e incluso la única posible, por lo que observó con atención la forma fluida de los movimiento de aquella chica al bloquear los golpes del hombre con el que estaba peleando, ella era ligera y delicada, graciosa en movimientos mientras que su oponente era alto, corpulento y tosco pero su habilidad para defenderse era tal que a ojos de Goku que tenía todas las de ganar. En medio de ese análisis de la pelea y olfateando el aire nuevamente para tratar de identificar que había llamado su atención, Goku por poco y abrió los ojos como platos al reconocer aquel aroma de hace tantos años; solo conocía a una chica que tenía ese aroma.

—¿Es Milk?— más bien afirmó Goku, completamente incrédulo ante lo que veía.

Recordando a una niña muy distinta de la mujer que ahora veía, Goku pensó en gritar su nombre para comprobar que su olfato no lo engañaba, pero se contuvo por temor a interrumpir aquella pelea, si para él las peleas tenían gran importancia no quería interrumpir a Milk quien ya hace años atrás era la mejor chica que conocía en artes marciales, es más, con mayor razón quería ver como terminaba todo. Enfocada en su pelea, Milk no alcanzó a bloquear un golpe de su rival que le volvió el rostro y la hizo apretar los ojos ante el seco dolor que sintió en la mandíbula pero también de ira, volviéndose la mirada hacia aquel sujeto masajeándose el costado de la mandíbula y con los dientes apretados dio un ágil salto, dando una vuelta y golpeando a aquel hombre en la nuca con una poderosa patada, haciéndolo caer inconsciente al suelo. Para cumplir las reglas, el réferi conto hasta diez y cuando quedó claro que su contrincante no iba a levantarse, Milk se enorgulleció de ser declarada vencedora aunque sí que había esperado un reto mayor. Bajando los brazos y recibiendo ovaciones a su paso mientras bajaba del ring, no pasó desapercibida para ella la figura de un apuesto hombre esperándola al pie del ring, y fue muy fácil para ella reconocer aquel rebelde cabello negro tan característico haciéndola esbozar la mayor sonrisa que había mostrado en todos estos años, ¿Realmente era él?

—¡Goku!— gritó Milk, saltando a abrazar al Son que envolvió sus brazos alrededor de la cintura de ella para no perder el equilibrio a causa de la sorpresa. —Tenía la esperanza de verte, me alegra no haberme equivocado— celebró rompiendo el abrazo para verlo mejor mientras ambos alejaban sus pasos del ring. —¿Estás compitiendo?— supuso aunque se sintió como tonta por no haberlo asumido.

—De hecho sí— asintió Goku con una sonrisa ante lo distinta que se veía. —¿Estás bien?— preguntó señalando la mandíbula de ella y que asintió sin problema. —También me alegra verte— era maravilloso volver a ver a sus viejos amigos. —Te ves totalmente distinta, casi no te reconocí— afirmó sintiéndose como un bobo pues cuanto más la veía, mas podía ver a la antigua Milk.

—Tú también eres diferente del Goku que recuerdo— comparó la princesa con idéntico sentir. —Me gusta lo diferente— ahora él no era una niño ni ella una niña sino que eran un hombre y una mujer.

Aunque sonara tonto, las palabras de Milk tuvieron un efecto que Goku nunca hubiese esperado; habían tratado poco en el pasado por la búsqueda de las Esferas del Dragón, un proceso que le había permitido a él conocer el mundo, pero nunca había comentado a nadie lo extraño o diferente que se sentía del resto de las personas y no en un buen sentido, pese a su pasión por las peleas y la aventura siempre había sentido que no encajaba, pero ahora Milk le decía que no estaba mal ser diferente e incluso que a ella le gustaba que lo fuera, lo mismo que su fallecido abuelo Gohan le había dicho muchas veces, que solo tenía que ser el mismo y todo estaría bien…pero era la primera vez que alguien más se lo decía. Alejándose lo suficiente del grupo de peleadores para estar a solas, Milk trato de no apartar la mirada de Goku y no ruborizarse; en su mente inocente recordaba que en su último encuentro Goku le había dicho que se casarían cuando volvieran a verse, puede que hubieran pasado años de eso pero Milk entendía la pasión de Goku por las peleas pues era la propia y comprendía si eso lo había mantenido ocupado, pero como princesa del Monte Flypan ella estaba preparada para cumplir con lo que quizás él esperaba; casarse y formar una familia. Siendo ahora un hombre y una mujer, Milk seguía pensando que Goku era todo cuanto ella había soñado, y sabía que su padre aprobaría su matrimonio.

—Goku— nombró Milk viéndolo asentir mientras la observaba. —Ahora que hemos vuelto a vernos supongo que cumplirás con la promesa que me hiciste, ¿cierto?— solo hacía falta que él dijera si y ella daría cuanto antes la buena noticia a su padre.

—¿Promesa?, ¿Qué promesa?— Goku no pudo evitar fruncir el ceño, desconcertado ante su pregunta.

—¿Qué?— ahora fue el turno de la princesa de mostrarse confundida. —No me digas que lo olvidaste— ella no había pensado en otra cosa durante estos años.

—No sé de qué hablas— negó el Son, no pudiendo recordar a que se refería ella.

—Goku, ¡eres un tonto!— insultó Milk, absolutamente furiosa porque él hubiera olvidado algo tan importante, ¿Era tan poco importante para él acaso?

—Pero, no entiendo— intento explicarse Goku, entre preocupado por haberla ofendido como asustado por el carácter de la joven. —Milk…— nombró a lo que ella únicamente se volvió y le dio la espalda.

Milk sintió como si Goku le hubiera dado el golpe más bajo que había recibido hasta entonces; durante todos estos años había entrenado para convertirse en la mejor peleadora que pudiera ser, para estar a la par de Goku y ser una digna esposa para él así como para llevar orgullosamente su título de princesa, para cumplir con todo lo que se pudiera esperar de ella y habiéndose preparado para cumplir con su rol de mujer y esposa...¿Y para qué?, ¿Cómo era posible que tras haberle dicho que se casarían ahora Goku no lo recordara?, ¿Para qué la había embelesado con promesas que no iba a cumplir? Apretando los puños con todas sus fuerzas, Milk se alejó de Goku sin voltear en ningún momento, sintiéndose como una tonta pero ansiando que por obra del destino pudieran pelear para demostrarle cuando menos los frutos de su arduo entrenamiento. Paralizado en su lugar a causa del miedo, algo que nunca había experimentado con las mujeres que conocía pero que curiosamente lo hizo sonreír ligeramente, Goku siguió con la mirada a Milk hasta perderla de vista entre la multitud de aquellos que rodeaban el ring mientras transcurría el nuevo combate pero aunque no la viera ahora sí pudo sentir su olor, suspirando sonoramente al no entender ni recordar que le había prometido mientras sus amigos se acercaban a él.

—¿Realmente es la Milk que conocimos, la hija de Ox-Satan?— preguntó Yamcha visiblemente sorprendido.

—Es una chica muy linda— comentó Krillin sin poder evitarlo, aunque también tenía mucho carácter.

—Sí, es ella— asintió Goku observando a la multitud con la esperanza de verla, —pero no sé qué está pasando— comentó para si en voz baja, demasiado confundido.

Aunque fuera egoísta de su parte, Krillin deseó insultar a su amigo Goku y cuestionar si es que realmente había entrenado con Kami-sama durante estos tres años para haber ilusionado tanto a una chica tan linda como Milk y a quien el pequeño calvo no conocía, a diferencia de Yamcha quien sintió algo de nervios interiormente al temer que aquella chica recordara la falsa declaración romántica que él le había hecho hace años, durante la búsqueda de las Esferas del Dragón...ojala y lo hubiera olvidado. Manteniendo su expresión pensativa, Goku trato de entender lo que Milk había querido decirle mas le fue imposible, aunque había entrenado con Kami-sama y Mr. Popo durante tres largos años, no le habían explicado todo ni lo habían formado intelectualmente de forma que pudiera enorgullecerse, solo con lo básico y por lo que ya no era un niño inmaduro pero continuaba sin ser capaz de entender o dimensionar todo lo que le recordaba. ¿Qué era casarse o tomar esposa a todo esto? Su fallecido abuelo nunca se lo había comentado o no que recordara, ni tampoco el Maestro Roshi, Launch o Bulma, y ella sí que sabía de todo. Negando para sí y dejando libre un nuevo suspiro al no entender bien lo que pasaba, Goku se preguntó si en algún momento dejaría de sentir que su vida era un mundo aparte del de los demás.

Crecer no era más fácil sino más complicado.


Los próximos combates fueron igualmente monótonos y hasta divertidos de observar en el sentido de lo ridículos que parecían...hasta que a los enemigos a enfrentar—contando hasta ese momento solo al hijo de Piccoro Daimaku y a quien solo Goku y Ten Shin Han reconocían—se sumó Tao Pai Pai a quien Goku se había enfrentado en el pasado y que derroto al pequeño Chaoz para preocupación e indignación de los Guerreros Z. A ello había que sumar un nuevo peleador bastante curioso llamado Shen que parecía haber ganado en sus enfrentamientos por pura suerte ya que parecía un sujeto...normal, es decir que no se dedicaba a las artes marciales ni parecía tener conocimiento de ello, detonando la confusión de Goku quien callo su presentimiento o sentir a sus amigos para no preocuparlos, ya era suficiente con el hijo del rey Piccoro Daimaku. Afortunadamente la amenaza que podría haber sido Tao Pai Pai se desvaneció gracias a Ten Shin Han que se enfrentó a él, superando así al mayor discípulo—y hermano—del Maestro Tsuru que lo había instruido a él en las artes marciales. Yamcha, Krillin y Goku notaron visiblemente afectado a Ten Shin Han, porque si bien había vencido al hermano de su Maestro para vengar la derrota de su amigo Chaoz, también se había desligado de las enseñanzas de su antiguo mentor.

Aunque no habían estado particularmente cerca el uno del otro mientras se desarrollaban estos combates, Goku se encontró observando por el rabillo del ojo a Milk cada vez que tenía oportunidad, debería estar pensando en la amenaza que sería el hijo de Piccoro Daimaku y lo tenía muy presente, pero también no cesaba de intentar entender la razón por la que ella estaba molesta, quería entender que había hecho para ofenderla…y para su alegría, Milk también desvió la mirada de vez en vez hacia su dirección aunque continuaba mostrándose molesta por su pasada discusión. Antes de que Ten Shin Han se enfrentara a Tao Pai Pai, Goku había revisado el tablero que determinaba los enfrentamientos que sucederían y sintió emoción ya que en su próximo combate—que sucedería luego de que Ten Shin Han venciera al hermano de su antiguo Maestro—se enfrentaría con Milk, quizás por fin tuvieran ocasión de aclarar el malentendido entre ambos pues era más fácil para Goku comunicarse a través de algo que le resultaba tan apasionante como eran las peleas. Cuando la pelea de Ten Shin Han termino y el réferi concedió unos momentos libres antes de que sucediera la próxima pelea, Goku se encontró estirándose y calentando en su lugar, ansioso por esta pelea y esperando que cuando todo terminase Milk ya no estuviera enojada…


PD: Comenzar una nueva historia siempre es un proceso emocionante para mi, y más si se trata de representar otro anime de aquel en que me he enfocado hasta ahora pero espero que esta no sea la ultima vez pues siempre tengo muchos proyectos en mente y este en particular quizás de para largo :3 Como señala el titulo, este fic no es sobre Goku únicamente, de hecho a lo largo de la trama serán dos las parejas que protagonicen la historia; Goku & Milk y Vegeta & Bulma, mi intención es reformular la idea de Dragon Ball pero ciñéndome a las respectivas sagas de Akira Toriyama :3 Este prologo e historia están dedicadas a mi querida DULCECITO311 (agradeciendo su apoyo desde el principio y apreciando su amistad), y a todos quienes siguen, leen o comentan todas mis historias :3 Como siempre, besitos, abrazos y hasta la próxima.

Diferencias & Una Historia Mas Amplia: crecí viendo Dragon Ball y teniendo buenos recuerdos pero nunca me pareció una historia tan excepcional, mas al volver a verla comprendí muchas cosas que había pasado por alto y halle inspiración para crear esta historia que engloba el cierre de Dragon Ball y todo Dragon Ball Z e incluso puede que Dragon Ball Super. La mayor diferencia de mi para con esta historia es que Goku no será el protagonista inmaduro y bobo que muchas veces se presenta, siguiendo lo que se vio en Dragon Ball Z pretendo hacer de él un personaje mas serio, humano y con un concepto de la vida distinto a lo que nos mostro el anime y ello se refiere a vida personal, amorosa, vínculos emocionales y recuerdos como Kakarotto. Otra diferencia es que Bulma tendrá un rol mucho mas dinámico en la trama vinculándola a casi todo lo que sucederá y haciendo de ella una mujer digna de convertirse en la esposa del Príncipe de los Saiyajin. Además y como detalle extra, mientras escribía el capitulo no pensé en Rocío Garcel como la voz de Bulma sino en Kerygma Flores que tiene una voz mas madura y seductora, y que por cierto es la esposa de Rene García, la voz de Vegeta; además el cabello de Bulma en violeta en el manga como el de Trunks, por que mantuve ese color. Lo mismo con el personaje de Milk (Chi-Chi en el resto de los idiomas) a quien trate de darle mayor profundidad como personaje y para su voz no pensé en Patricia Acevedo sino en Gaby Beltrán.

También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "Avatar: Guerra de Bandos" (una adaptación de la película "Avatar" de James Cameron y que pretendo iniciar pronto), "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul") :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3