Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer.
Capítulo 24
Bella
Estiré mi cuerpo conforme regresaba a la conciencia.
Me removí entre las cálidas sábanas y me senté en medio de la cama. Limpié las lagañas que habían en mis ojos y miré la estancia; la habitación estaba completamente iluminada por la luz que se filtraba por la cortina.
Arrugué el entrecejo al ver que Edward no estaba en la cama.
Entonces, recordé algo que había escuchado hacía mucho tiempo y empecé a oler la piel de mis brazos, primero el derecho y luego el izquierdo. Olisqueaba como si fuese un gran sabueso y quisiera devorar mi piel con solo aspirar.
Pero no olía a nada que no fuese mi loción corporal, esa de frutos y flores.
— ¿Qué estás haciendo?
Me estremecí con la voz de Edward. Estaba perfectamente duchado y con una toalla enredada en su cadera.
Me aclaré la garganta y con mis dedos empecé a peinar mi grueso cabello, tratando de mantener en orden mi larga melena, seguramente parecía una bruja recién revolcada. Aunque pensándolo bien, sí me había revolcado, solo que de una manera placentera que me sacó de mis límites y me hizo gemir como una posesa en pleno exorcismo.
— Estaba oliendo mi piel —respondí la verdad.
Edward enarcó sus cejas y mis ojos debieron quedarse en su rostro, pero mi vista bajó… bajó un poco más de su cintura masculina y se quedó observando ese bulto que crecía.
»Bueno —continué, mirando fijamente su… erección— es que una vez escuché que el olor corporal de una mujer cambiaba cuando tenía sexo y… según dijeron que una adquiría el olor a su macho.
Edward empezó a reír fuertemente. No, no reía, sino que eran carcajadas estruendosas, así se dejó caer junto a mí, mientras seguía riendo y tocaba su estómago que se sacudía con su fuerte risa.
— Mi amor —articuló sin aliento— de verdad que eres muy graciosa.
Junté las cejas, molesta.
Estaba hablando muy en serio. Crecí creyendo que mi olor cambiaría cuando me entregara a un hombre.
Edward lo notó por eso me atrajo a su regazo.
— Quiero ir al baño —rezongué no queriendo su toque.
— No te enojes —me atrapó entre el colchón y su cuerpo. Deslizando su nariz por mi cuello y mandíbula.
No es que quisiera rechazarlo, desde luego que no, pero su aliento era fresco y el mío posiblemente era olor a podrido. Cubrí mi boca rápidamente y me sentí mejor.
— Necesito cepillarme los dientes.
Lo escuché resoplar dejándome libre, se puso de costado. Salí de la cama enredándome en la sábana y fui directo al baño.
Después de restregar fuertemente mis dientes, más de diez veces y vaciar media botella de enjuague bucal mi aliento mejoró. Mostré mis dientes en el espejo y los vi perfectos, no tenían caries ni estaban chuecos.
Me despoje de la sábana dejándola caer al piso y me senté en el váter liberando los tres litros de orina que había acumulado en la vejiga fue cuando sentí un leve escozor. Supuse que debía ser normal junto al dolor de piernas que tenía.
Descalza caminé bajo el fuerte rocío de la regadera, necesitaba agua caliente para relajar mi cuerpo. Cerré mis ojos y masajeé mi cuero cabelludo disfrutando del delicioso aroma del champú de coco.
— ¿Necesitas ayuda?
— Edward —musité alarmada y por reacción inmediata cubrí mis pechos.
Reí por lo idiota que parecía. Cómo si él no conociera mi cuerpo. ¡Y vaya que lo conoce! Anoche me dijo de algunos lunares que ni sabia que existían en mí.
Me rodeó con sus brazos y me acercó a su cuerpo ahora mojado y resbaladizo. Inclinó su rostro y sus labios estaban en los míos. Le respondí aferrándome a su cuello y mis piernas a sus caderas.
— Quiero que sigas oliendo a mí —su voz hizo estragos en mi vientre bajo y cosquilló mi vagina porque de verdad sentía que algo salía sin parar—. ¿Crees qué puedes…? ¿No estás cansada?
Negué con la cabeza.
— Por favor… —rogué con la mirada más tierna que podía tener— hazme el amor.
Edward me llevó hacia la pared de la ducha. Apoyó mi espalda en la fría cerámica mientras él se introducía en mí con un movimiento brusco que sentí había llegado a mi garganta.
Madre de Dios.
El aire había salido de mí o quizá había entrado.
— Bella… me estás ahorcando —el rostro de Edward era de un tono muy rojo.
— Ah, lo siento. Es que… —quería decirle que había sido muy brusco, solo que corría el riesgo de que se detuviera y no quería que lo hiciera—. ¿Qué hago? Tengo miedo de caer e ir a parar al hospital por un traumatismo, qué tal si me quedo en la unidad de cuidados…
— Amor, por favor, sigues ahorcándome. Sujetate de mis hombros y apoya fuertemente tu espalda que yo haré el resto.
Asentí.
— Nunca he hecho esto —era mi forma de disculparme por no saber.
Edward apoyó sus palmas sobre la pared y fijó su mirada en mí.
— Quiero enseñarte, nena, solo relájate y coopera.
Entonces, no supe si debí tomarlo como una advertencia porque mi cuerpo empezó a saltar mientras él se hundía y salía de mí de una forma para nada sutil, era fuerte y sin consideraciones.
Sus gruñidos de placer salían de su garganta y amortiguaban en mi oreja provocando que mi piel se erizara por completo ante la sensación de llenarme como lo hacía.
— Oh… Edward, oh…
Ni siquiera una frase coherente podía hilar.
— Eres mía, Bella… solo mía —sujetó mi mentón y estrelló su boca rudamente en la mía mordiendo mis labios—. ¡Dilo!
O sea, si, sí quería decirlo. Solo que en qué momento si mi cuerpo saltaba y saltaba sin descanso. Me dolía la espalda y no se diga la vagina. Edward parecía que la estaba masacrando, pero de forma buena, aunque no gentil.
Y justo la misma sensación que tuve anoche volvió. Era un remolino extraño que crecía desde mi vientre bajo y se acrecentó por mi cuerpo. Empecé a gritar como una gata en celo.
Lo sabía, era mi orgasmo.
Edward volvió a jadear viéndose débil, había terminado él también.
»Te amo —escuché que dijo besando mi frente, solo que no podía mantener mis ojos abiertos.
.
Abrí un ojo.
La tarde había caído y nosotros no habíamos hecho otra cosa que estar en la cama o en la ducha y el piso.
Suspiré disfrutando deliciosamente del cansancio de mi cuerpo. Quise estirarme, pero un brazo de Edward me rodeaba con posesión.
— Bienvenida de nuevo —murmuró hundiendo su rostro en mi cuello—. Debes comer algo, tus tripas no paran de protestar.
Mis tripas gruñeron como león enjaulado dándole la razón.
— ¿Qué hora es?
— Son las seis de la tarde. Ya casi oscurece. Anda, comamos y después vamos a caminar a la playa.
Lo vi ponerse de pie y vestirse frente a mí.
— Edward… ya sé que es follar.
Él rio despreocupado y con un deje de presunción.
.
Después de comer salimos a recorrer la solitaria playa. El clima era fresco, aunque soportable para poder disfrutar de lo que quedaba de la tarde.
Con nuestras manos unidas caminamos a la orilla de la playa.
No sabía si era el clima, la tranquilidad de la ciudad o simplemente mi estado de ánimo que todo me parecía hermoso y significativo.
— Esta ciudad me gusta —dije— es un buen lugar para vivir.
Edward suspiró.
— También me gusta —admitió—. Imagino a Bombón corriendo por aquí y riendo feliz, tal como es —me sonrió— también imagino a un par de niños junto a ella.
Mi pulso se aceleró. Inclusive mis ojos se abrieron muy grandes.
Edward nunca bromeaba, es decir lo hacía, pero sus bromas no eran muy graciosas, así que solo quedaban en un intento.
»Pareces asustada —añadió al mismo tiempo que molestaba mi nariz—. No creas que te pediré hijos ya, Bella. Aún no.
— ¿Hablas en serio?
Me rodeó con sus brazos.
— Por supuesto que quiero tener hijos, nena. Mas comprendo que no es el momento, debemos planear antes la educación de Lily y, también pensar en una casa, no podemos seguir durmiendo separados ni la niña en la misma cama que nosotros.
— Oh… —mi boca seguía abierta.
— ¿No quieres hijos?
Negué con la cabeza, pero rápidamente asentí. Es decir, sí quería bebés, muchos bebés. Era un sueño imaginarme con una barriga grande gestando un hijo de él.
— Quiero hijos —respondí decidida—. Aunque me considero una mamá para Lili, si me gustaría tener bebés.
— Estamos en el mismo viaje, Bella. Y considero de igual manera que es prematuro arriesgarnos por un hijo, es solo una idea a futuro, nena. Lo que quiero que hablemos es de una casa propia, ¿en serio te gusta aquí?
— Sí. Es tranquilo y me gusta la paz que puede sentirse —bajé mi vista— nunca me ha gustado el bullicio de Nueva York, menos el tráfico.
Suavemente levantó mi barbilla, exigiendo mi mirada.
— Sé que no estás feliz ahí. Por ello he pensado en opciones diferentes y creo que este lugar…
Me arrojé a sus brazos.
— Esta ciudad es perfecta, me gusta —envolví mis piernas en sus caderas haciéndolo trastabillar.
— Podemos seguir buscando más ciudades, nena. ¿Te parece?
Sacudí la cabeza mientras me aferraba a sus hombros y Edward afianzaba mi trasero en sus manos.
— No, quiero otra ciudad —me quejé como una cría berrinchuda—. Quiero vivir cerca del mar, Edward.
— Bien, bien —dio una palmadas a mi trasero antes de ponerme sobre mis pies—. Ahora me gustaría saber, ¿qué planes personales tienes? ¿Has decidido alejarte de las redes?
Arrugué la nariz.
— Hacer contenido me genera ingresos y con ello puedo ayudar con los gastos —le expliqué—. El único problema es que consume mucho de mi tiempo y es necesario cuidar de Bombón, ella está a meses de ingresar a preescolar y sé que quizá tendré un poco de tiempo libre, pero… —suspiré— también estas tú, quiero cuidar de ti como lo haría cualquier esposa o todas esas locas que apenas te ven y se quieren lanzar a tus brazos.
Edward rio.
— ¿Entonces?
— No sé, si esto que hago sean los empleos del futuro —encogí mis hombros— no me pondré a debatir, pero mientras pueda sacar provecho sin descuidar de ustedes, aprovecharé la oportunidad.
— ¿Eso quiere decir que les dirás que estás casada? —inquirió con una sonrisa.
— ¿Quieres que lo haga? Te recuerdo que no traigo un anillo —le mostré mi mano izquierda libre de anillos.
Inclinó la cabeza y movió su pierna izquierda a la vez que sacaba algo del bolsillo de su pantalón.
— ¿Será buena idea ponerme en una rodilla? —era justo lo que hacía, estaba sobre una rodilla, ofreciéndome un delicado anillo—. Sé que nuestro inicio fue diferente, no estaba en los planes de ninguno casarnos y por ese motivo no te ofrecí un anillo. Sin embargo, es necesario que ahora uses el símbolo de mi compromiso contigo. Prometo amarte cada día, Bella.
Deslizó el anillo en mi dedo mientras mis lágrimas caían.
»Te amo, pequeña enojona —agregó sonriente— estoy listo para una vida contigo y Bombón.
Me abalancé sobre él haciéndolo caer de espaldas. Reímos, dándonos vueltas sobre la arena sin importar lo frío de la noche y que nuestras ropas se arruinaran.
Llené de besos su cara cuando quedé a horcajadas de él.
— Ahora verás tu suerte, Edward Cullen —bromeé, sujetando en un puño su camisa—. Mi amado fanfarrón.
— No soy fanfarrón —se quejó.
Besé sus labios rápidamente y me incorporé caminando hacia la cabaña, empezaba a sentirse más frío.
— ¡Lo eres! —Grité al momento que me tomó en sus brazos y me puso sobre su hombro.
— Eso no dices cuando estoy dentro de ti, Bella.
— No. Ahí es donde pido más —dije mientras mi cabeza colgaba junto a mi cabello—. Así que quiero más.
Dejó una nalgada en mí.
— Tú lo pediste, nena. Sabes que soy tu maldito esclavo. Esta noche prometo no dejarte dormir —prometió.
Esa idea me gustaba.
Aviso: Sé que me tardé en volver cuando prometí capítulo, pero todo tiene una razón. Les cuento que acabo de entregar a las chicas betas, el primer capítulo de mi nueva historia, les dejo el summary.
Just Married 💍
Isabella creyó haber encontrado una segunda oportunidad para ella y su hijo cuando conoció a Edward, pero cuando vio a su suegra siendo la mejor amiga de la ex de su marido supo que la guerra había sido declarada, ¿podrá su reciente matrimonio contra el pasado y las intrigas?
Bueno, hoy decidí por escribir solo algo ligero. Ojalá sea de su agrado y bien, me gustaría saber sus opiniones, ¿quieren otro? Les recuerdo que estamos en la recta final.
Para ver imágenes alusivas respecto al capítulo y saber noticias sobre la nueva historia, les recuerdo que pueden unirse a mi grupo en Facebook: link en el perfil
Infinitas gracias por sus reviews:Jade HSos, Noriitha, Veronica, Claryflynn98, NaNYs SANZ, Pepita GY, Dulce Carolina, ShirlyM Cullen, Car Cullen Stewart Pattinson, Tata XOXO, ALBANIDIA, Valeria Sinai Cullen, nydiac10, dery 05, Kaja0507, cocoa blizzard, Celina fic, Torrespera172, Adriana Molina, PaolaValencia, ElizabhelSwan23, francicullen, Cary, paramoreandmore, rociolujan, EriCastelo, Antonella Masen, Lili Cullen-Swan, Lizdayanna, Mar91, saraipineda44, Gabby352, Diana, Diannita Robles, bellaliz, sandy56, jupy, Edbell mansen, LissaPattinsonCullem, Patty, Maribel 1925, Daniela Masen, solecitopucheta, Adriana Ruiz, Flor McCarty-Cullen, Elizabeth Marie Cullen, Maryluna, marisolpattinson, Cinthyvillalobo, mrs puff, y comentarios Guest (Por favor, si me falto un nombre no dudes en dejarme un mensaje, realmente intento no fallar, solo que muchas veces no logro hacerlo)
Gracias totales por leer 🍭
