Los personajes de CCS pertenecen a CLAMP, pero los otros personajillos que aparecen son creados por mí al igual que la historia.

Summary: Jamás de los jamases pensó que por escribir una simple columna le traería un problema con nombre y apellido: Shaoran Li. Sinceramente nunca lo dimensionó: ¿Enamorada de un rockstar o "novia" casi por presión? He ahí el dilema.


No tan usual


Nota: He reeditado casi todos los capítulos (del 1 al 12) así que si eres algún lector que leía esta loca historia hace unos 10 años atrás te aconsejo re-leerla ya que tuve que hacer ciertos cambios en la trama, no muy grandes, pero cambios al fin y al cabo. Si eres un nuevo lector, ¡bienvenido!

Una parte del capítulo aconsejo leerla escuchando una canción, verán el aviso en esa parte.


Capítulo 14

Dos vodka, tres gin y medio, y un café

Thomas llevaba más diez minutos intentando encontrar un sitio donde estacionar y en lo posible lo más cerca de BM bar, lugar que al parecer era la sensación los días viernes o al menos esa impresión le estaba dando.

—¿Siempre está así? —le preguntó mientras miraba atenta la calle a ver si se desocupaba algún espacio.

—Los viernes y sábados en general sí, pero suele llenarse a eso de la media noche, aún es temprano, quizás haya algún show especial.

Asintió lentamente.

Mantuvo la mirada al frente y al parecer al fin la suerte los estaba acompañando: casi al terminar la cuadra un auto estaba dejando un espacio disponible, no fue necesario comentarlo, Thomas aceleró y logró aparcar rápidamente adueñándose del codiciado estacionamiento.

Apenas descendieron del auto una fría brisa los envolvió, claramente era una noche bastante helada así que agradeció el momento en el que decidió usar un abrigo largo para protegerse del frío aunque aún dudaba de los tacos que llevaba puestos.

A paso lento emprendieron rumbo a la entrada del bar y se sorprendió al ver una fila de al menos veinte personas queriendo entrar, ¿en qué momento llegó tanta gente?

"Y yo con tacos"

—Tranquila —Thomas le tomó la mano y la dirigió de inmediato a la entrada, saltándose la larga fila—. El dueño es mi amigo y me reservó una mesa.

Y sí, las palabras de Thomas fueron como bálsamo para sus pies.

—Todo fríamente calculado.

Escuchó la risa de Thomas tras su comentario, y sin previo aviso sus ojos celestes estaban muy cerca, casi a centímetros.

—Si sirve para ganarme otra cita —le comentó guiñándole un ojo.

Sintió un leve calor en sus mejillas, ¿acaso Thomas le estaba coqueteando? De seguro solo estaba bromeando, al menos esa idea le era mucho más racional, ¿no?

Sonrió algo nerviosa y soltó su mano suavemente intentando que la acción fuera lo menos incómoda, si es que eso era posible. La verdad a su mente le costaba encajar la imagen de Thomas coqueteándole aunque las palabras de Tomoyo resonaron en su cabeza.

¿No has pensando en que quizás él quiera algo más? No sé, ¿una segunda salida?

Dios.

Cómo odiaba cuando su amiga tenía la razón, lo que ocurría la mayor parte del tiempo.

Intentando salir de sus divagaciones llevó su atención al presente: la entrada a BM bar era una especie de túnel con bastante poca iluminación, con algunos espejos a los costados y fotos de bandas de rock. Caminó a paso lento, seguida muy de cerca por Thomas, quien rápidamente la adelantó y se detuvo frente a unas puertas con coloridos mosaicos y que marcaban el final del largo pasillo. Tuvo que entrecerrar sus ojos cuando la luz del bar la cegó por unos segundos, música a alto volumen, una mezcla de voces y meseros yendo de un lado a otro fue lo primero que sus sentidos captaron.

Su vista recorrió rápidamente todo, primero, gran fue su sorpresa al ver lo grande del espacio y lo genialmente decorado que estaba: el bar gritaba por todos lados rock. Y segundo, mucha gente y pese a eso aún había espacio para caminar sin chocar con todo el mundo. Cuadros de bandas clásicas y nuevas y también guitarras decoraban las paredes. Y una impresionante barra con al menos ocho bartender ocupaba todo el largo del bar.

El carraspeo de Thomas la trajo a la Tierra nuevamente, le estaba haciendo señas para que se sentara en la silla que le estaba acomodando.

—Gracias —comentó mientras dejaba su abrigo a un lado y tomaba asiento.

Thomas le sonrió como respuesta.

—¿Tienes hambre? —le preguntó el chico mientras recibía la carta que un mesero le acercó.

—No he comido nada desde las 2, así que sí, bastante.

Miraron la carta por unos minutos, Sakura apenas vio la imagen de una hamburguesa con papas fritas no necesitó mirar más. Para beber optó por una bebida de autor que tenía gin y otras cosas más que olvidó de inmediato, al menos la imagen del coctel le parecía llamativa.

—Definitivamente pediré las ribs con BBQ... y para beber una gaseosa, tengo que estar bien si me toca manejar.

—Muy considerado y responsable, no me esperaba menos de ti.

Si había que hacer una lista de personas extremadamente correctas de seguro Thomas Barker sería el primero.

Ambos entregaron su pedido a un mesero y se dispusieron a esperar. La música sonaba fuerte, pero a un volumen que permitía llevar una conversación sin gritar en exceso. Llamó la atención de Sakura el escenario que tenía a su espalda, se giró para mirar con mayor detención, había unos chicos acomodándose y seguramente habría música en vivo.

—¿Tocará alguna banda? —preguntó con cierto asombro.

—Siempre después de las diez hay música en vivo, bandas amateurs o si tenemos suerte puede tocar alguien más famoso.

Su mirada se fue de inmediato a su celular, no había vuelto a hablar con Shaoran. Debía reconocer que conversar con él a través de mensajes era bastante divertido, y al menos, sus usuales discusiones no se habían dado y todo parecía indicar que estaban de buenas y al fin, encaminándose el famoso plan. Esperaba tener noticias de él mañana y salir de las dudas frente a la "desaparición" de su querida hermana.

Ver al mesero acercarse a la mesa con la comida fue sinónimo de felicidad instantánea.

"Que veloces"

Su estomago pareció dar un brinco de felicidad apenas el aroma de su hamburguesa ingresó por sus sentidos. Observó su copa que venía delicadamente adornada con una ramita con flores: un sorbo, dos sorbos y sí, definitivamente había escogido bien.

—Deberíamos hacer un brindis —sugirió Thomas.

—¿Un brindis por..?

—Porque al fin estas pagando la deuda conmigo y eso que eran seis citas.

Soltó una risa y asintió lentamente a la palabras de Thomas.

—Brindemos por eso entonces y, me gustaría también hacer un brindis porque tuve un día muy movido, pero valió la pena.

—Salud por eso entonces.

Chocaron sus vasos y bebieron. Thomas mantenía su encantadora sonrisa, porque vamos, lo era. Mientras sus ojos claros la observan atentos.

—¿Sabes? Pese a que nuestras conversaciones siempre se han limitado a Suki y trivialidades sobre la ciudad y el clima, me siento a gusto de estar acá contigo, Sakura.

Sonrió al escuchar sus palabras, sí, era cierto, pese a conocerse de forma muy superficial, sí se sentía cómoda con él, y desde luego, su curiosidad por conocerlo más se apoderó de su persona.

—¿Te molesta si saco mi lado periodístico? —preguntó generando la risa en Thomas.

—Depende.

—¿De qué?

—De que tanto quieras ahondar.

Bebió un sorbo de su cóctel antes de hablar.

—Thomas, ¿acaso ocultas algún secreto? ¿Eres un agente estadounidense? ¿FBI o la CIA?

—Si fuera eso, no podría decírtelo.

—Serías el peor agente de la historia si me das esa información, claramente.

Lo vio negar con su cabeza y luego soltar una carcajada.

—Puedes preguntar lo que quieras, Sakura, te lo concedo.

Tras comer un poco de su maravillosa hamburguesa, comenzó con la ronda de trivia-para-conocer-a-un-estadounidense-de-ojazos-celestes.

—¿Por qué Japón?

—Porque me pareció desafiante y además, quería estar lejos para olvidar más rápido.

—¿Corazón roto?

Lo vio asentir lentamente mientras se llevaba un trozo de comida a la boca. No se esperaba esa respuesta, y por lo mismo, su hambrienta curiosidad necesitaba ahondar más.

—¿Y ha sanado?

—Van dos años, así que, sí, estoy bien, aunque no fue fácil.

Mordió su labio inferior y con ciertas dudas, y no queriendo sonar un poco entrometida, continuó preguntando.

—¿Terminaron... muy mal?

—Nos íbamos a casar y ella se arrepintió a última hora, sus palabras fueron "Ya no te amo como antes" —un suspiro le sigue a sus palabras—. y bueno, por lo que supe, está comprometida nuevamente.

—Lo siento, me imagino que debe haber sido muy difícil—tragó pesado y casi por inercia, se llevó su bebida a la boca y bebió dos sorbos largos.

—Sí, pero ya estoy bien, de hecho, pese a todo, le agradezco su sinceridad, si te vas a casar que sea con alguien a quien amas, ¿no? Siento que fue honesta y lo valoro. Y desde luego, le deseo lo mejor.

—Eres un buen chi…

La conversación fue interrumpida por la gente que había en el bar, que de un momento a otro, se llenó mucho más. Comenzaron a aplaudir, lo que llamó la atención de ambos, a los segundos el sonido de una guitarra inundó todo el ambiente. Los acordes de Come Together fueron reconocidos de inmediato por Sakura, sonrió porque la canción era de una de sus bandas favoritas. Como el escenario estaba a su espalda se giró lentamente en su asiento para poder tener una visión mucho más clara del show que estaba comenzando.

—Mierda —balbuceó casi en un susurro.

—¡Es Lobo! —le escuchó exclamar a Thomas quien parecía estar maravillado—. ¡No puedo creer nuestra suerte!

"Oh, sí, qué suerte"

Shaoran se movía por el escenario como si estuviera en su casa, su voz melodiosa y grave resonaba en todo el bar que estaba en llamas al tener al vocalista de The Wolfs en vivo.

Lo veía tan relajado, en su mundo, en cambio ella llevaba conteniendo la respiración durante toda la canción, y más aún cuando cruzaban miradas.

¿Debería ir y saludarlo? ¿Shaoran se podría molestar por estar ahí con Thomas? ¿Estaría saliéndose del plan por tener una "cita"?

Y pensar que las cosas estaban tan bien entre ellos, sacando el impase del beso, por supuesto. Esperaba que esto no ocasionara una nueva discusión en la que ambos acostumbraban a sucumbir.

La canción terminó y la gente comenzó a pedir otra más, Shaoran sonriente agradeció a todos y comentó que le daría el pase a otro chico de la banda y que más tarde tocarían todos.

Cuando iba bajando del escenario su mirada volvió a cruzarse con la de él y sintió que nuevamente dejaba de respirar. Una leve sonrisa apareció en el rostro del vocalista que interpretó como un saludo, acompañó el gesto con un leve movimiento de cabeza y luego cortó todo contacto visual.

Trago pesado.

Por alguna razón ese saludo, si es que se le podía llamar así, no le generó paz sino más bien un nudo de nervios en su estómago.

—Sigo sin creer que The Wolfs esté acá —comentó Thomas intentando mirar hacia la mesa en donde estaba la banda.

Sakura siguió su vista y maldijo lo despistada que era, ¿cómo era posible que no los haya visto? Shaoran tenía una vista directa hacia su mesa y de seguro la había visto hacía mucho rato y ella ni enterada.

Bebió un último sorbo de su bebida y llamó a un mesero para pedir otra.

—Sakura, aún te queda comida, debe estar ya fría, si quieres puedo pedir que la calienten —comentó Thomas atrayendo su atención.

Asintió.

Thomas tomó su plato y se alejó hacia la cocina, de seguro, tenía a más amistades en el bar.

Y como algo ya tan automatizado tomó su celular y de inmediato vio una notificación de whatsapp. Y por alguna razón su estómago pareció dar un vuelco, aunque está más que claro el motivo, existía una posibilidad que ese mensaje fuera de…

"Shaoran"

Suspiró al ver que sus sospechas eran ciertas.

Shaoran: No pensé que te gustaban estos tipos de bares, ya sabes, como no eres muy fan de las bandas de rock.

Su mirada buscó de inmediato la de él, quien desde luego la observaba sonriente.

Sakura: Yo tampoco, hasta hoy, es un lindo lugar.

(Que no me agrade tu banda no quiere decir que no me gustan otras bandas de rock)

Y sí, no pudo evitar hacer el último comentario, negó con la cabeza, ella misma se lo buscaba.

Shaoran: Por supuesto… ahí viene el chico de ojazos celestes.

Alzó la vista.

Thomas traía su plato y además, una porción extra de papas fritas.

—Cortesía de la casa.

—Muchas gracias.

Dio vuelta su celular para no ver más notificaciones e intentó centrar toda su atención en Thomas y disfrutar la velada.

"Tú puedes, Sakura"


Definitivamente la cerveza era de mala calidad ya que la tercera ronda le sabía a nada, era casi como estar bebiendo gaseosa, o quizás, el hecho de ya llevar varias rondas, estaban generando en él una especie de tolerancia.

Sea como sea, ahora tenía que dejar sus divagaciones a un lado e intentar centrar su mirada en el celular que tenía al frente: un grupo de personas se acercó a pedirle una foto y como siempre se caracterizaba, aceptó. Uno que otro autógrafo escribió como autómata y regresó su atención a la conversación que tenían los chicos o al menos simulaba hacerlo porque bastante desconcentración tenía al tener cerca a su novia ficticia.

—Deberíamos pedir algo más fuerte —le escuchó comentar a Kyle.

Negó rápidamente con su cabeza, hace un par de años su mantra era no mezclar bebidas alcohólicas por el simple motivo de que ya no estaba con ánimos para lidiar con una resaca segura al otro día.

—Vale, tú no —vio los ojos en blanco de su amigo y no pudo evitar sonreír—. ¿Qué dicen los demás?

Al parecer a todos les agradó la idea y a los minutos vio a Tanaka aparecer con una botella de vodka junto a una cubeta de hielo, se sorprendió al ver a Eriol bebiendo también.

—No me hago cargo de bultos —comentó mientras veía a los demás hacer un salud.

—Cambia esa actitud, Shaoran, que tu falsa novia esté con otro no es motivo para que andes así en modo cabrón.

—Vale, tomaré tu consejo, Kyle.

Su amigo y sus tan "acertados" comentarios.

Miró hacia Sakura casi por inercia, ella parecía feliz, reía bastante de lo que fuera que le estuviera diciendo su acompañante que la miraba casi como si se le estuviera comiendo. Al parecer la chica ya iba por su tercera copa, y sí, lo sabía porque evidentemente había estado pendiente de ella desde que la vio ingresar por la puerta.

Notó sus mejillas mucho más coloradas, lo que hacía que su ojos verdes se destacaran aún más, si es que eso era posible, al menos eso le pareció en el instante en el que ella le sostuvo la mirada para luego volver su atención a su cita.

—No quiero sonar entrometido, pero no has parado de mirarla —asintió lentamente a las palabras de Eriol.

—No puedo negarlo —confeso tras terminar de beber su cerveza—. Aunque no sé si lo que siento son solo ridículos celos porque ella me gusta de verdad, y no es solo deseo; o es un simple arrebato de mi ego.

—Tienes un ego bastante grande y cabrón —soltó una risa, maldito Eriol—. Pero creo que es una combinación de ambas.

—No debería, ya sabes, me he cuestionado bastante mi nivel de masoquismo al querer intentar ser solo amigos y seguir con esta locura…

—¿Sabes? Siempre está esa delgada línea, esa en el que jugar con fuego puede terminar quemándote, hablan a diario, se han visto seguido casi por un mes, y pese a que veces quieren matarse el uno al otro creo que a ambos no le es molesto compartir tiempo de calidad, y sumémosle que ella está haciendo un gesto bastante lindo por ayudarte —alzó su ceja apenas vio la sonrisa de su amigo, la típica sonrisa de Eriol, cuando sabe que tiene la razón—. Así que bueno, ya sea que solo la deseas o no, creo que estás complemente jodido, Shaoran.

—En eso concuerdo totalmente.

Fijo su vista en la botella de vodka, no es que quisiera ahogar su confusión en el alcohol, para nada, sin embargo, si había algo de alcohol quizás, solo quizás, su atención estaría en otra cosa y no en cierta chica.

—Sírveme un vaso, Kyle.

—Así se habla, Lobo, hasta que te unes a la fiesta.

Apenas sintió como el vodka puro le quemaba por dentro, el arrepintiendo por romper su regla de bebidas alcohólicas se apoderó de su persona. De seguro su rostro estaba todo fruncido, y el escuchar las risas de sus amigos le dio la confirmación a lo que pensaba.

—Y eso que fue un shot, anda, vamos por otro, esta vez todos —comentó Kyle, todos incluido Shaoran alzaron su vaso.

—¡Noche de rock and roll! —exclamó Tanaka mientras hacia el típico gesto de los cuernos con una de sus manos.


Tenía su vista fija en el escenario del bar, The Wolfs recién había tocado dos canciones, entre ellas una nueva, según lo expresado por Shaoran.

Y bueno, no debería sorprenderle, pero al público le había encantado, y vamos, objetivamente, Shaoran cantaba bien y su banda no es mala: eso ya lo había aclarado en sus divagaciones y sería una mentirosa si continuara negándolo.

¿Quién pensaría que hace un mes parecía repeler todo lo relacionado a Lobo?

—Me gusta este cover —la voz de Thomas la hizo volver al centrarse en el momento y detener por un rato sus divagaciones que tenían nombre y apellido.

Asintió con la cabeza, en el bar sonaba Beggin, versión de una banda que estaba bastante de moda, Maneskin, y que al parecer también era gusto de varias personas que estaban en el escenario del bar, ya que todos estaban coreando la canción. Entre ellos estaba Shaoran, por supuesto. Una sonrisa apareció en sus labios cuando lo vio saltando junto a sus amigos, era como si esa etiqueta de Lobo, el rockstar arrogante y seductor, hubiera desaparecido y solo veía a un chico joven, alegre y disfrutando de una noche de viernes con sus amigos y que pese a sus diferencias, ya le estaba cayendo más que bien.

Sin embargo, esa sensación duró poco porque a los segundos una chica bastante guapa de cabello rubio y labios rojos apareció junto a Shaoran y comenzó a bailar con él, de cierta forma que le hacía pensar que quizás se conocían de antes. Y sí, debía reconocer que el ver cómo él la acercaba a su cuerpo le dolió un poco, principalmente porque la idea de que Shaoran no era el típico rockstar se rompía a pedazos al ver la escena que estaba frente a sus ojos.

Trago pesado y decidió darle la espalda al escenario, no era necesario seguir martirizándose con algo que desde un inicio siempre supo.

—¿Todo bien?

Asintió rápidamente con su cabeza.

—Me gustaría otro de estos cocteles —comentó moviendo su copa.

La ceja alzada de Thomas le generó que cierto calor trepara por sus mejillas.

—Llevas ya tres copas… puedo pedir algo más para comer, para ayudar a que mañana la resaca no sea tan dura.

Mierda, al frente tenía a un chico guapo y que estaba preocupado en que no fuera a tener una reseca y ella solo tenía espacio para el enojo contra un cantante de rock.

—Solo si le dices al mesero que quiero otro.

—Vale, pero que conste que te advertí de tu segura resaca.

Agradeció cuando vio a Thomas alejarse hacia la barra, estaba tan lleno que ningún mesero se acercaba a la mesa, así que optó por ir directamente a pedir.

No entendía porque estaba tan, tan…

¿Molesta?

"Eso mismo"

Sentía rabia con ella misma por creer que Shaoran era diferente, cuando muy en el fondo debía confiar un sexto sentido que desde un inicio le dijo que aceptar algo de cercanía con el cantante no llegaría a buen puerto.

Y lo peor que hasta había permitido que él la besara, dios, de seguro al otro día debe haber besado a cuantas más.

"Eres tan boba, Sakura"

Agradecía que al menos decidió ponerle punto final a lo que fuera que pudiera pasar entre ellos, porque definitivamente ese estúpido beso había sido un error y con mayúscula, ahora con lo que acababa de ver más confirmaba este punto. Y como adulta que era, sabía que esto del plan debía terminar lo antes posible y se encargaría de que eso fuera así, cumpliría con su palabra de ayudarlo, pero pondría un límite de tiempo.

—Pedí que lo hicieran más suave —comentó Thomas muy sonriente mientras volvía a tomar asiento frente a ella.

—Thomas, soy una adulta y sé cuidarme.

—Está bien, me dijiste que ha sido un lindo día y me gustaría que tu viernes no finalice a causa de beber en exceso, mucho alcohol nubla y quiero que recuerdes este día, sobre todo si ha sido uno bueno.

—Eres demasiado bueno, Thomas, estoy segura que ya encontraras a la chica ideal para ti.

—Si me aceptas una segunda cita podría avanzar en ello.

Atinó a reír, una carcajada algo nerviosa.

—Hey, no estoy bromeando, eres muy inteligente, buena conversadora, amable y te encuentro hermosa, ¿acaso no es lógico que quiera intentar una segunda cita teniendo en cuenta lo suertudo que fui de que hayas aceptado al fin una?

—Thomas yo…

—No es necesario que me respondas ahora, solo quiero dejar en claro mis intenciones, quiero una segunda cita contigo, Sakura, y sí, soy directo.

Soltó un largo suspiro, la mirada de Thomas impaciente esperaba alguna respuesta a su declaración.

—Me gusta que seas directo, honesto, no todas las personas son así —oh sí, ojalá Shaoran la estuviera escuchando.

—Y aprovechando que vienen nuestras bebidas propongo un segundo brindis por esta noche y porque quizás existe la posibilidad de una segunda cita con Sakura Kinomoto.

Negó con la cabeza, ¿desde cuándo paso de estar eternamente soltera a tener un "pretendiente"?

Y un novio falso.

"Gracias por recordármelo"

Acercó su copa al vaso de gaseosa de Thomas y sellaron el brindis con un largo sorbo.

—Iré a ver qué pasa con la comida, ha demorado y eso que pedí un par de bocados.

Antes de ponerse de pie él tomó su mano izquierda y acarició con su pulgar su piel. Fue un gesto que con suerte debe haber durado unos segundos, pero por algún motivo sentía que había más de un espectador observando la escena. Miró en dirección a la mesa de la banda y la mirada de Shaoran fue lo primero que encontró, mierda, sentía que casi podía quemarla. De inmediato, cortó el contacto y llevó su vista hacia la chica rubia que estaba casi pegada a él y tomándole uno de sus brazos.

"Por supuesto"

¿Si estaba con ella por qué seguía abrasándola con la mirada?

Volteó rápidamente, miró buscando a Thomas, apenas vio que regresaba se puso de pie.

—Demorará un poco más la comida, The Wolfs tiene vueltos locos al bar.

—No hay problema, voy al baño, ¿dónde…?

—Al costado de la barra, debes llegar al final y giras a la izquierda.

Oh, sí.

Necesitaba un respiro, la banda, la música, y esa mirada la tenían casi al límite.

Caminó rápidamente haciéndose espacio entre la gente, quizás fue suerte, pero como nunca no había fila para entrar al tocador de chicas.

"Algo bueno después de todo"

Abrió la llave de agua fría y se llevó una buena cantidad al rostro intentando despejarse. Sus ojos observaron detenidamente su reflejo: sus labios habían perdido algo de color, pero su delineado pese al agua, no se había estropeado.

Suspiró.

Tras repasar su labial y acomodar su flequillo, se dispuso a volver con Thomas, bueno, ese era el plan que tenía pero algo, o mejor dicho alguien no se lo estaba haciendo fácil.

Apenas salió del baño se encontró con un muro llamado Shaoran Li. Alcanzó a poner las manos al frente para no chocar directamente con su pecho.

—¿Qué mier...?

El hecho de que él apresara su mano, y ahora la llevara a otra parte del bar la estaba sacando totalmente de sus casillas.

—Tenemos que hablar —le escuchó comentar mientras caminaban por un corredor del bar.

—¿Tenemos? Yo que sepa no tengo nada que hablar contigo, salvo si es por lo del plan.

Le escuchó resoplar, y su enojo comenzó a aumentar al notar que él no tenía intenciones de soltarla.

—Eres tan testaruda, Sakura Kinomoto.

—Hey, tengo que volver, me están esperando, ¿podrías soltarme?

—No, hasta que hablemos.

Rodó sus ojos, si ella era testaruda, de seguro Shaoran le ganaba, al menos esta noche.

"Te odio, Shaoran Li"


No supo que impulso lo llevó a pararse apenas vio a la castaña perderse hacia el final de la barra.

Dudó por unos segundos, pero que no fueron suficientes para dar un pie atrás. La vio entrar al baño de chicas así que comenzó a hacerle guardia mientras hacia el intento por ordenar sus ideas.

¿Por qué estaba ahí?

Quería hablar con ella, sí, eso lo tenía claro, ahora, ¿qué era lo tan apremiante que tenía que decirle para haberla seguido como un loco?

Primero, no le gustaba ese chico para ella. Segundo, sí, estaba celoso, y tercero, quería besarla nuevamente.

Sí, eso era, simple, ¿no?

Claramente la música tan fuerte del bar no le permitió estar atento a cuando ella salió del baño así que a duras penas logró frenar para no chocar de lleno con su cuerpo.

Su ceño fruncido, sus labios rojos y sus mejillas arreboladas solo le llevaron a pensar en cambiar el orden de las cosas que tenía planeadas hacer: el alcohol claramente lo tenía más desinhibo que otras veces.

Optó por tomar su mano y cortar sus ganas de besarla, tenía que llevarla a otro lugar en donde al menos pudieran hablar sin tener que gritar tanto. Sakura no se lo estaba haciendo fácil, exigía que la soltara, pero sabía que si lo hacía quizás lo primero que haría para retenerla sería besarla y ella de seguro le daría una bofetada porque no se puede tener tanta suerte dos veces, ¿verdad?

—Hey, tengo que volver, me están esperando, ¿podrías soltarme?

—No, hasta que hablemos.

El corredor era largo y al fin una puerta que decía "Solo personal autorizado" apareció en su camino.

Abrió rápidamente e ingresaron, cerró con rapidez: la música se escuchaba fuerte, pero al menos a un volumen en el que se podía conversar.

Soltó la mano de Sakura y apenas cruzaron mirada pudo ver el enojo que estaba aumentando en ella, su ceño cada vez más fruncido la delataba.

Tragó pesado.

—Shaoran, ¿Qué diablos…?

—El vodka quizás —atinó a decir atropelladamente.

—¿Eh?

—El alcohol me desinhibe, por eso no suelo beber, hoy claramente pasé mi límite de copas.

—¿Y eso que tiene que ver conmigo y con esta situación en la que prácticamente me raptaste?

Se encogió de hombros, claramente estaba haciendo el ridículo y gracias al vodka le estaba costando hilar sus ideas.

"Concéntrate, Shaoran"

—Nadie me ha obligado —respondió tras unos segundos de silencio—, pero de alguna forma sí tiene que ver contigo.

—¿Yo te obligué a embriagarte?

—Sí… Indirectamente.

La escuchó resoplar y luego negar con su cabeza.

(Sugiero escuchar esta canción acompañando la lectura: Vielleicht Vielleicht de AnnenMayKantereit)

—Claramente estás algo ebrio, Shaoran, y la verdad, yo también, he bebido bastante hoy, así que somos dos que han pasado su cuota de alcohol. Por esto mismo, creo que lo mejor sería que habláramos en otro momento, no sé si sea buena idea conversar en este estado, además, no sé de qué quieres hablar, de verdad, esto es ridículo.

—Tan ridículo como ese estúpido que te come con la mirada —qué bien se sentía decirlo aunque sonara el hombre más celoso del planeta.

—¿Hablas de Thomas? —preguntó Sakura mientras hacia una pausa entre cada palabra.

—De quien más —masculló y ya no había retorno, a veces maldecía a su lado impulsivo, sobre todo cuando aparecía en situaciones en las que debería tener algo más de tacto.

—Esto no tiene sentido.

—Lo tiene y mucho.

—¿Con qué cara hablas así de Thomas cuando hace minutos tenías a una chica restregándose encima tuyo?

Parpadeó con algo de confusión.

—¿Quién? ¿Leah? —frunció su ceño—. Es solo una amiga de la banda.

—Oh sí, con amigas así.

La vio rodar sus ojos y una idea cruzó por su cabeza, ¿es que acaso…?

—Sakura Kinomoto, ¿estás celosa?

Quiso reír apenas escuchó el gruñido impaciente de Sakura.

—Estás loco si piensas que tengo celos.

—¿Loco? Okey, puede que esté loco, pero hay cosas que son demasiado evidentes y no entiendo el por qué temes asumir que sientes celos.

La vio negar y fruncir sus labios: fuego y más fuego, parecía que en cualquier momento explotaría un volcán de apellido Kinomoto.

—Tú me acabas de demostrar que eres tal cual a cómo te describí en esa columna, ¿acaso crees que soy tonta? No soy como esa chica o como todas las que caen frente a tu parada de rockstar.

Una risa amarga salió de su boca reverberando en la oficina en la que se encontraban, y que por las fotos colgadas podría asegurar que era la oficina de Tanaka.

—Eres una excelente mentirosa, Sakura Kinomoto —comentó provocando que Sakura apresara su labio inferior con su dientes, intentando quizás reprimir lo que estuviera a punto de salir de su boca.

—Si yo soy la mentirosa acá, ¡¿qué eres tú?!

—¡Yo no soy el mentiroso! He intentado ser lo más honesto contigo y conmigo mismo, para mí no fue un error besarte el otro día, Sakura —a paso lento acortó la distancia que había entre ambos. Con cierto nerviosismo se tomó la licencia de soltar el labio inferior, que tanto apresaba Sakura, con un suave movimiento de su pulgar. Su suspiro con notas de alcohol invadieron sus sentidos—. Me tienes demasiado confundido, la verdad, no sé si es solo deseo, de querer repetir eso que llamaste error y querer más, pero verte así, tan hermosa como siempre y sumado a que ese tipo no te deja de coquetear, generó en mí más confusión si es que esto es posible.

—Shaoran, no sigas con esta escena, por favor, tú eres un…

—"Rockstar" —le interrumpió casi mascullando, qué manera de odiar esa palabra—. Tengo un ego grande… sí, arrogante, a veces, pero mentiroso no soy. Lo que acabo de decir es cierto, me tienes confundido, ¡ridículamente celoso! y…

No pudo finalizar ya que los labios de Sakura sellaron los suyos, en un roce tímido, pero que de a poco comenzó a tomar ritmo. Apenas salió de la impresión del sorpresivo beso con apremio apresó su cintura y la acercó a su cuerpo. Sintió como sus manos se acomodaron en su nuca jalándolo aún más hacia ella, mientras su beso se hacía más y más exigente. No supo en qué momento pasaron de estar de pie a estar en un sofá besándose como si la vida misma dependiera de ello. Su sabor, una mezcla de dulce con toques amargos de alcohol le pareció la combinación más adictiva que hasta hoy había probado.

—Definitivamente me está gustando errar —bromeó mientras se alejaban unos segundos para tomar aire—, ¿bebiste gin?

La sonrisa de Sakura apareció en su rostro que tenía solo a centímetros.

—Tres y medio —le confesó negando con su cabeza.

Si había una nueva imagen a retener en su retina sería la de Sakura en estos momentos: sus mejillas rojas, su labial algo corrido y sus inmensos ojos verdes que lo miraban con algo de confusión, estaba seguro que ella estaba teniendo una gran lucha interna, y él después de este beso sentía que estaba igual o incluso peor.

—Vaya, me ganaste, por acá, dos vodka, sin contar un par de cervezas que la verdad las sentí como gaseosas, así que no cuentan.

—¿No cuentan?

—Por supuesto que no —acarició sus suaves mejillas y vio cómo sus ojos se cerraron por unos segundos.

—Debo volver —le escuchó decir casi en un susurro.

La vio ponerse de pie y de inmediato la imitó, tenía que volver, sí, pero no sin antes detenerla para ahora él "robarle" otro error: quería alargar un momento más lo que sea que estuviera pasando entre ellos sin tener que cuestionarse mañana si lo ocurrido estaba bien o no.

—Nos vemos, Shaoran —asintió y unas ganas tremendas de llevársela lejos le invadieron, sin embargo, las cuotas de impulsividad ya las había agotado, así que simplemente la dejó alejarse.

Apenas vio que la puerta se cerraba se lanzó nuevamente al sofá y fijó su vista al techo.

No quería dejarse sucumbir por la confusión tras la locura que acababa de pasar. Al menos tenía dos cosas claras: primero, Sakura lo había besado, y segundo, el gin sería su nueva bebida alcohólica favorita.

"Oh, sí"


Había pasado un día desde su discusión con Caleb y se seguía sintiendo la mujer más estúpida del planeta por caer tan fácilmente.

Si tuviera a Caleb frente suyo le daría una buena bofetada porque nadie, absolutamente nadie, se burlaba de Feimei Li.

Pero había algo, una leve esperanza, que apenas aparecía en un rincón de sus pensamientos luchaba por ahogarla lo más rápido posible. Y si tuviera que ponerle nombre sería "Caleb no mintió".

Pero vamos, el historial de sus historias fallidas de amores no era larga, pero lo suficiente para no caer tan fácilmente en esa retorcida idea.

Y bueno, además, de estar enfadada con Caleb, también lo estaba con sus padres, ellos idearon el estúpido plan de los matrimonios arreglados y debería ir a reclamarles por querer obligarla a algo tan absurdo y además, aliándose con su dichoso "prometido".

Soltó un largo suspiro y fijó su mirada en su bolso: necesitaba salir de la casa, porque estaba segura que si se cruzaba con su madre o con su padre ardería Troya.

—Tía, ¿a dónde vas?

La cantarina voz de Liang la hizo detener su paso firme hacia la entrada.

—Necesito tomar aire.

—¿Acaso acá no hay aire?

Sonrió al ver lo literal que Liang había tomado sus palabras.

—Lo hay, es solo que necesito salir un momento.

—¿A la biblioteca?

Un jalón en el estómago le trajo el recuerdo de Caleb, seguramente si iba a la biblioteca se encontraría con él y ella no estaba lista para ese momento.

Al menos no por ahora.

—Voy por un café.

—Acá hay café también.

—Liang…

—¿Quieres estar sola? Mamá a veces dice que los adultos necesitan tiempo para estar así solos y que tienen que salir a ordenar sus ideas.

Parpadeó sorprendida, ¿acaso estaba hablando con su sobrino de 7 años? ¿o era un adulto disfrazado de su sobrino?

—¿Sabes? Eso es justo lo que necesito.

—Ve, les diré a los demás que vas a la biblioteca para que no te llamen.

Una sonrisa apareció en su rostro, Liang y su extraña madurez. Se agachó un poco para revolver sus cabellos oscuros y dejar un beso en su cien.

—Gracias, pequeño.

Decidió caminar, sus pasos casi automáticamente la llevaron en dirección a la biblioteca, sin embargo, apenas notó lo que estaba haciendo tomó la dirección opuesta. Habían varias opciones de cafetería en los alrededores y como libros más café eran la mejor mezcla, conocía la gran mayoría de cafeterías que habían cerca.

Optó por escoger una que estaba dentro del parque a cuatro cuadras de la biblioteca y que tenía una buena vista de la naturaleza, apenas llegó pidió un latte y se acomodó en una mesa junto a la ventana.

Sacó la versión de bolsillo que tenía de Jane Eyre y centró su atención al libro que desde luego ya había leído más de una vez en su vida. Acompañó su lectura con música: necesitaba aislarse por un momento y solo concentrarse en leer.

Habrán pasado unos cuarenta minutos hasta que su momento de introspección fue interrumpido por una de las meseras. Se sacó uno de los auriculares y levantó su mirada a la chica que recién le había hablado, pero como tenía la música fuerte con suerte notó que intentaba decirle algo.

—Disculpe la interrupción, pero le envían un café.

—¿Cómo? —parpadeó con algo de confusión.

—Ese chico le envía un café —siguió la mirada de la chica y vio a un hombre que tapaba su cara con un libro, libro que tenía escrito en su portada Persuasión.

"Maldito seas, Caleb"

Asintió lentamente y acomodó el auricular en su oreja.

Miró el café y luego negó con su cabeza, cómo era posible que Caleb estuviera ahí, vamos, hay muchas cafeterías en Tokio y tenía que justo aparecer ahí.

Pero no le daría en el gusto, si esa era su forma de llamar su atención estaba muy equivocado.

Después de intentar leer a duras penas por unos cinco minutos, su mirada nuevamente fue al café, odiaba sentir ganas de beberlo, pero vamos, no podía negarse a unas cuotas de cafeína y vaya que las necesitaba.

Acercó la taza y apenas el café inundó sus papilas gustativas tuvo que acercar con rapidez una servilleta a su boca y botar lo que había intentado beber.

"¿Qué mierda es esto?"

Era un café imposible de beber: estaba tan cargado que sintió hasta ganas de vomitar.

Su mirada fue de inmediato a Caleb, quien la observaba con la máxima seriedad posible, quería fulminarlo, si es que eso era posible, así como en los monitos animados de superhéroes.

Se sacó rápidamente los auriculares, dejó su libro en la mesa y se paró llevando con cuidado la taza con la bebida tan mal preparada.

—Gracias por enviarme el peor café que he probado en mi vida —le comentó mientras dejaba la taza en su mesa.

—Para mí es el mejor —rodó sus ojos—. Logró que vinieras.

Quería lanzarle la maldita taza de café, pero eso sería dejarse llevar por su impulsividad y eso no terminaría bien, teniendo en cuenta que la última vez que se dejó llevar por ella ocurrió el día de ayer.

—Okey, sí —lo vio arrugar su rostro mientras intentaba tragar el sorbo de café de su taza—. Definitivamente es el peor.

—Caleb, ¿qué haces acá? —soltó bruscamente.

—Las cafeterías son públicas, ¿no?

—Sabes a lo que me refiero.

—Recorrí todas las cafeterías que hay cerca de la biblioteca, y cuando ya me estaba rindiendo, se me ocurrió alejarme y abrir el perímetro, porque vamos, si no quieres encontrarte con alguien te alejarías del lugar donde posiblemente sepas que puedes verlo. Y bueno, sabía que había una posibilidad de encontrarte teniendo en cuenta lo que ese pequeño me dijo…

—¿Qué pequeño? —preguntó interrumpiéndolo.

—¿Liang? Si mal no recuerdo ese es su nombre.

Abrió sus ojos a más no poder.

—¿Fuiste a mi casa?

—Te dije que iba a ser persistente, me gustas y no me quedaré tranquilo hasta que me escuches.

—Caleb.

—¿Te parece si caminamos por el parque?

—Caleb, no me gusta que me presionen.

Los ojos avellana de Caleb la observaron por unos segundos que le parecieron eternos.

—Lo siento, Feimei… tienes razón, necesitas tiempo, entiendo, pero solo quiero saber si me darás el chance de explicarme.

Tragó pesado.

—Yo… —la mirada de Caleb, sus ojos suplicantes, dios, estaba cayendo, esa esperanza se abría camino entre el millar de dudas que la invadía y no podía detenerla—. Está bien, yo te aviso.

—¿Cómo me avisarás? Te daré mi número.

Negó con su cabeza.

—Yo te aviso.

Lo vio rodar sus ojos.

—Vale, pero si no sé nada de ti en unos días, te llamaré.

—Suenas bastante desesperado, Caleb —se sorprendió al escucharse, al menos los ánimos para bromear habían vuelto.

—¿Bastante?

—Muy —la risa de Caleb acompañó la suya.

—Bajaré la intensidad, pero solo un poco, espero tu llamado, Feimei.

Una sonrisa fue su despedida junto a un toque sutil en el dorso de su mano que lo sintió cómo si de verdad él la quemara.

Respira.

Soltó el aire que llevaba conteniendo apenas lo vio desaparecer por la puerta de la cafetería, cuánto odiaba sentirse así con él. Volvió su mirada a la mesa en la que estaba Caleb, sus ojos a los segundos se posaron en la hermosa edición de Persuasión que claramente Caleb estaba olvidando.

"¡Mierda!"

Tomó rápidamente el libro y salió del lugar casi corriendo para darle alcance.

—¡Caleb, se te queda esto! —le habló casi gritando, vaya que camina rápido.

—¡No es mío! —le exclamó mientras se acercaba unos metros a ella.

—Lo estabas leyendo.

—Sí, pero no es mío, es tuyo, tómalo como parte de mis disculpas anticipadas, ya que aún no me dejas explicarme.

Su corazón se agitó al observar el libro que sostenía en sus manos y que al parecer ahora era suyo.

—Uno de tus favoritos, ¿no?

Asintió lentamente, ¿por qué tenía que ser tan, tan…?

—Si crees que con libros con ediciones tan hermosas lograrás ablandarme, déjame decirte que necesitaras muchos para aflojar un poco la rabia que te tengo.

La risa de Caleb inundó todos sus sentidos.

—Si es necesario quedar en la ruina para conseguir las mejores ediciones para ti, lo haría una y mil veces.

"¡Dios!"

—Eres tan…

—¿Encantador? —el guiño que le lanzó provocó que toda su postura de seriedad se fuera por un tubo.

—Jodidamente exasperante, ya vete, por favor.

Su sonrisa fue su despedida y ella solo quería seguirlo, darle una bofetada para luego besarlo.

Definitivamente no estaba en sus cabales.

¿Te puede gustar alguien a quien odias al mismo tiempo?

Al parecer sí, y ella podía dar fe de eso.


Notas de Caris:

Nuevo cap y he vuelto con esta historia, ¡al fin! Espero que no se me hayan pasado muchos errores ortográficos, soy más sueño que persona.

Siento que ha sido uno de los caps que más me ha gustado escribir, costó tanto que me inspirara y quizás por esto mismo es que me ha gustado mucho.

Primero, agradecer en demasía a quienes han vuelto a leer esta historia y han dejado un bello comentario (ya los responderé) y segundo, gracias a quienes se estén motivando a leer una historia que lleva años en esta plataforma.

De verdad, muchas gracias.

La canción Vielleicht Vielleicht de AnnenMayKantereit me gusta mucho y me ayudó a plasmar las ideas de esa escena, por eso sugiero escucharla, si gustan pueden buscar la traducción en youtube, la banda es alemana.

Quedo atenta a sus comentarios, espero se animen a dejar un review con sus percepciones, teorías, lo que gusten, me gusta leerlos y de verdad me motivan un montón a seguir escribiendo.

Ahora sobre el cap, la relación falsa avanza a algo más real (?), y ambos están llenos de dudas mezcladas con pasión, claramente el alcohol ayudó a que se soltaran un poco jajaja Y al final tenemos un poco de Feimei y Caleb, adoro a esta pareja.

Como avance, próximo capítulo se viene el almuerzo del "terror" del cual Sakura aún no se da por enterada.

Muchos saludos y que tengan un lindo inicio de Noviembre.

Pd: Aprovecho de comentar que Check List también tendrá pronta actualización, el cap nuevo ya está escrito, pero me falta editarlo.