Hola a todos! He aquí traigo otra actualización doble! Espero que les gusten ya que adoré escribir estas dos historias, las últimas debo decir de este espacio. Después de esta temporada no creo poder escribir más historias de terror, al menos no tan seguidas. Como sea, gracias a todos por el apoyo que le han dado a este espacio de miedo año con año, y todavía sigo esperando un especial de Halloween QUE EN SERIO ESTÁN TARDANDO! Pero bueno, ya sin más qué decir… COMENZAMOS!
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Capítulo 69.
Amiga imaginaria.
En los últimos días, Marinette había notado algo extraño en su hija Emma. La pequeña a veces reía o hablaba sola en la intimidad de su habitación y hasta a altas horas de la noche y eso empezaba a ponerla nerviosa.
-¿No será un amigo imaginario?- dijo Adrien al escuchar sus preocupaciones mientras ponían la mesa.
-¿Amigo imaginario? ¿No dicen que un amigo imaginario se crea si el niño se siente solo?
-No siempre es verdad. Por ejemplo, yo tuve amigos imaginarios de niño pero hay artículos que dicen que lo niños sociables y con gran imaginación también crear uno.
-¿En serio? ¿Y cómo era tu amigo imaginario?
-Mmmm… no lo recuerdo. Era muy pequeño, pero es parte de crecer.
-Ya veo. Tal vez tengas razón y me esté preocupando de más.- Adrien se acercó y la abrazó besando su frente.
-Está bien que te preocupes, pero debemos aprender que Emma tendrá sus cosas al igual que nosotros tuvimos las nuestras cuando jóvenes.
-Vale, tienes razón… ¡Emma, a cenar!- le llamó comenzando a subir las escaleras para buscarla.- ¿Emma?- se acercó a su habitación cuya puerta estaba cerrada, escuchó la risa de su hija en el interior y al abrir la encontró sola con un par de sus muñecas en manos y otras dos tiradas en el suelo.- Emma, la cena ya está lista.
-¿Ya? ¡Yupiii!- dejó sus muñecas en el suelo para ir a con su madre, aunque había algo en ese cuadro que no le gustaba del todo.
…
Adrien se fue a trabajar temprano, como era fin de semana Emma no tenía que ir a la guardería y Marinette ya había arrullado a Hugo que dormía apacible en su cunita.
-Mami, mami, ¿estás dibujando un vestido nuevo?
-Sí, un vestido de novia.
-¡Quiero ver!- Marinette la cargó y sentó en sus piernas, para que así Emma mirase su trabajo.
-Emma, ¿estabas jugando hace rato en tu cuarto?
-Sí, estaba con mi amiga.
-¿Tu amiga?- preguntó curiosa.
-¿Y cómo es tu amiga?
-Es muy bonita y tiene el cabello más negro que yo.
-Oh, ya veo. ¿Y qué hacen? ¿A qué juegan?
-Jugamos a la casita, a las muñecas, a modelar, y me gusta ver cómo se mueve por el cuarto y trepa las paredes.- aquello tomó con la guardia baja a Marinette.
-¿Cómo?
-Sí, también tiene dos grandes colmillos así.- dijo haciendo además con sus deditos.- Ahorita mismo estaba trepada al techo.
Marinette de repente imaginó lo peor, quizás por las constantes peleas con akumas la ponía demasiado a la defensiva e imaginaba los peores escenarios.
-Ya veo… ¿por qué no me muestras a tu amiga?
-¡Sip!
De un salto Emma bajó del regazo de su madre y corrió hasta las escaleras con su madre siguiéndola de cerca. Marinette sentía el corazón latir con fuerza en su pecho, y un escalofrío recorrió su espalda hasta instalarse en su pecho formando una bola pesada.
Emma llegó a su puerta y la abrió para con una sonrisa señalar el techo.
-Mira mamá, allí está.- Marinette se asomó y lo que vio fue…
-¿Qué? ¿Esa no es la mascota de Marissa?- dijo al ver a la tarántula domestica que Nino le compró a su hija trepada a su techo. Grande, peluda, negra y… bueno, al menos no tenía colmillos.
-Marissa me la prestó, porque tía Alya amenazó con aplastarla si la volvía a ver.
-Ya… creo que llamaré a tu tío Nino. La araña no puede quedarse Emma.
-Owww.
Marinette se dio la vuelta y rio de su propia paranoia. Vaya que casi se montaba una película. ¿Qué había creído que estaba en el cuarto de su hija? ¿Un monstruo? ¿Un fantasma? Debía de dejar de ver esas películas que Alya le instaba a ver. Por ahora, debía llamar a Nino y pedirle que recogiera a la araña o Alya sería la última de sus preocupaciones.
…
Emma lanzó un largo suspiro al saber que la araña tendría que irse, luego corrió a su armario y lo abrió un poco.
-Lo siento, pero parece que ya no tendrás a nadie que pueda trepar contigo las paredes.- de la oscuridad del armario se dejó ver el pálido rostro de una jovencita con un cabello largo y corto. Esta suspiró mostrando dos filosos colmillos.
-No importa. Tampoco es tan divertido jugar con una araña.
-¿Jugamos a la casita en la noche?
-Sí, pero por ahora quiero dormir.
-Vale, ten buena siesta.
Emma volvió a cerrar su armario y escuchó el timbre anunciando que su tío Nino había llegado. Ansiando la hora de jugar con su amiga que vivía en su armario y que odiaba la luz del sol.
….
Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer! Y ahora sí, pasen a la siguiente historia, la última con la que corono estas fechas.
