Harry Potter, pertenece a J.K. Rowling.
Cazadores de Sombras, pertenece a Cassandra Clare.
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48: Detención con Dolores.
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Después de la clase de DCAO, fueron a Pociones, y después, fueron a Herbología, logrando que la tarde fuera más amena. Pero tan pronto, como estuvieron en el Gran Comedor, Janeth fue bombardeada, con preguntas, siendo la primera de todas, de su novia: —Entonces, ¿A qué vino, el ganarte una detención con la profesora Umbridge? —preguntó Daphne, a su novia.
—Sí, la verdad es que yo también, quiero saber qué te propones con esto, hermana —dijo Alex, mirando preocupado a su hermana.
Janeth les enseñó sonrisas a Daphne y a Alex, abrazándolos. A Alex, le dio un beso en la frente, y a Daphne, la besó en los labios. —Umbridge está aquí, porque yo no le agrado a Fudge. Porque no le agradó la invocación de los demonios, y todo eso. Yo la traje a nosotros, no solo el que Dumbledore no pueda callarse, ni bajo el agua. —lo dijo con una sonrisa —Dumbledore, ha estado intentando convencer a cuánta persona se le cruza, dentro del Ministerio de Magia, de que Ryddle ha resucitado, lo cual le ha permitido a Fudge, marcarlo como Persona Non Grata. Y como Fudge no desea que nada malo ocurra en su gobierno, entonces ha enviado a Umbridge, para hacerse cargo de la situación en el colegio —volvió su mirada, hacía su hermano —y de nosotros dos.
— ¿Y nosotros qué le hemos hecho, a Fudge? —preguntó Alex algo sorprendido y asustado.
—Pregonar que Tom ha resucitado —contestó Daphne calmadamente. Janeth asintió ante eso. Con el asunto resuelto, Janeth se levantó.
—Bien, Dolores me espera —aseguró Janeth, alejándose de su novia, y su hermano.
—Merlín ayude al sapo —dijo Daphne, viendo a Janeth irse.
Alex suspiró. —Raziel se apiade de su alma.
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-/-/-/Oficina personal de Umbridge/-/-/-
Janeth entró en la oficina pintada de rosa, y encontró en las paredes, un montón de platos con gatos pintados. Frunció ligeramente el ceño. —Pobres gatos. —Se sentó en la silla, a esperar a Umbridge, solo para ver algo, mientras se preguntaba, como es que no lo vio antes. — ¡¿Plumas de Sangre?! Maldita zorra. —Pensó enfadado. —Con que es esto, lo que ella desea hacer, ¿Eh? —Extendió su mano derecha, y un cúmulo de chispas de colores rosa y negro, salieron contra las plumas, estallando, al golpear las plumas.
Umbridge entró en la oficina, en ese momento. —Por favor, señorita Fairblue, tome asiento.
Janeth agarró el asiento... literalmente, solo para molestar a Umbridge. — ¿Qué le gustaría, que hiciera con él?
Umbridge la miró con enfado. — ¡Me refería a que se siente! —gruñó. Janeth fingió sorpresa. Se sentó en la silla, y cruzó sus manos en la mesa. Umbridge le colocó en frente, un pergamino, y una de las plumas de sangre. —Va usted, a escribir unas cuantas líneas para mí, señorita Fairblue. —Decía, con los dientes apretados.
—Entendido —dijo la quinceañera, haciendo girar la pluma entre sus dedos, despreocupadamente. —Entonces, ¿Qué quiere que escriba? —lanzó un hechizo sobre el pergamino, al tocarlo con la punta de la pluma.
—No debo decir mentiras —dijo Umbridge.
—No debo decir mentiras, entonces... —murmuró ella, mientras comenzaba a escribir, pero sosteniendo el hechizo, sin liberarlo todavía. En realidad, escribía "Zorra de Fudge", gracias al hechizo que sostenían, entonces Umbridge todavía no sufriría dolor alguno. Escribió la misma frase, una y otra vez. Finalmente, cuando llevaba diez repeticiones, soltó el hechizo.
— ¡Auch! —se quejó ella, al sentir el dolor lacerante en el trasero. — ¡¿QUÉ HICISTE?! —preguntó enfadada, poniéndose de pie.
—Escribir —el Glamour se activó sobre el pergamino. Janeth bajó la pluma, y se lo enseñó a Umbridge, quien miró el papel con las palabras «No debo decir mentiras», en ella.
Umbridge le agarró la mano bruscamente a la pelinegra. — ¡Auch! ¡¿Qué le pasa?! —gruñó la pelinegra, girando su muñeca, y logrando liberarse del agarre de la mujer.
Umbridge se congeló. Usar a la mocosa para este castigo, no fue buena idea.
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No.
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No lo fue. La mocosa es hija de James Potter y ahijada de Sirius Black, ambas eran Casas Ancestrales y Antiguas, y ellos podrían destruirla, si la mocosa acusaba que era torturada. —Puedes retirarte, Fairblue —así lo hizo ella.