¡Hola! Espero que se encuentren bien. Hoy les traigo un nuevo capítulo de Los Caballeros del Zodiaco. Lamento la demora, de verdad.
Les recuerdo que el manga original y los personajes son de Masami Kurumada, pero Hatsumi y otros personajes que salgan son de mi propiedad.
Y ahora ¡vamos con el capítulo!
En el capítulo anterior...
Después de la derrota del caballero del fuego, el Patriarca, Arles, manda a Misty de Lagarto, un caballero de plata, cuyos poderes sobrepasan a los de bronce, tiene la misión de eliminar a todo caballero del zodiaco de una vez por todas, como Seiya, quien estaba acompañado con Hatsumi, la única mujer caballero en todo el grupo.
Capítulo 30
El Vuelo de Pegaso
Misty se ríe al ver a ambos caballeros que salen del agua.
- Como soy tan generoso, les daré a los dos 10 segundos para enviarlos a que se reúnan con Marín y Orfeo en el infierno.
Seiya es el primero en recuperarse.
- ¿Qué le hiciste a Marín?
Interrogó el caballero de Pegaso.
- Aún nada, pero será castigada por desobedecer al Patriarca. Y les aseguro que su castigo será definitivo.
En el rostro del rubio se formó una sonrisa.
- Eres despiadado. Y ya te dije que mi maestro no está muerto, lo buscaré en cuanto terminemos contigo.
Ella dijo tratando de calmarse por la actitud de Misty.
- Ahora empezaré a contar.
Mientras lo hacía, la chica de pelo castaño dorado analizó los alrededores para encontrar un modo de derrotar al caballero de plata. Cuando llegó a uno, volvió a usar su poder, Hatsumi se puso de frente.
- No lo permitiré.
Pone sus manos como escudo y detiene la corriente, lo que pone algo asombrado.
- ¿Crees que serás capaz de permanecer de esa manera por más tiempo?
Preguntó él.
- No creas que por ser hombre, puedes pisar a las mujeres como una alfombra.
Dijo ella, tratando avanzar y desviar el ataque, sin embargo, a pesar de tener control del elemento, sus brazos le comenzaron a doler.
- Jajajaja, ni siquiera puedes resistir a mi ataque. Eso demuestra que estás debajo de mi nivel.
Se bufó el caballero rubio, mientras que aumentó más su poder y Hatsumi estaba atrapada.
- ¡Hatsumi!
Seiya tenía los ojos abiertos al ver como se elevaba ella.
- ¡Déjala en paz!
Cuando se levantó y correr a detenerlo, no supo como de repente estaba atrapado en la ventisca junto con la chica de pelo castaño dorado claro, hasta chocar el uno contra el otro y ambos derraman sangre, cayendo un poco sobre Misty y él claro que lo sintió al caer en su cuello y parte de su armadura.
- Pero que desastre. Me he manchado, tengo que purificar mi cuerpo.
Se dijo a sí mismo al ver el líquido rojo después de ver a sus contrincantes caer al mar.
- Cuando mi armadura se mancha, también mi cuerpo.
Entonces él se quita la armadura, camina hacia el mar y con sus manos junta agua para lavarse el cuerpo.
- Me lamento en acabar con Seiya y esa chica. Eran caballeros valientes como pocos, mientras que Hatsumi era una chica hermosa. Si esos ingenuos me hubieran escuchado, juntos habríamos hecho muchas cosas y nada nos hubiera detenido en el mundo.
Se detuvo un momento al contemplar el mar y luego agregó.
- Me simpatizaban. Lástima que quisieron hacerse los héroes.
Dijo el hombre rubio con rostro femenino con una leve sonrisa.
No obstante…
- Aún no hemos muerto.
El hombre rubio al escuchar esa voz, se gira hacia su derecha y ahí estaban ellos dos: él estaba parado y ella en una rodilla, ambos jadeando por estar en el agua un buen tiempo.
- Ah, son ustedes…Creo que los he subestimado.
Seiya no lo escuchó.
- En lugar de hablar, ponte tu armadura y pelea.
Misty sólo se bufó de lo que dijo.
- Siguen sin comprender que no tienen ninguna posibilidad en contra de mí. Sólo un milagro les permitiría vencerme.
Entonces ella se levanta y con una de sus manos mojadas, se arregló un poco su cabello.
- Entonces nosotros haremos lo imposible para hacer ese milagro. Te pediré amablemente: ¿Puedes volver a vestir tu armadura?
Dijo Hatsumi, algo seria.
- Creía que eran más inteligentes, ¿Acaso no comprenden que unos caballeros de bronce, como ustedes, no tienen posibilidades contra un caballero de plata?
Él sonrió incrédulamente, pero ninguno de los dos retrocedió.
Luego todos caminaron hacia la orilla y después Seiya fue el que exigió lo mismo que Hatsumi hace unos momentos atrás. El hombre de cabello rubio se puso su armadura.
Al ponerse la última pieza, Seiya instantáneamente atacó. Hatsumi al ver que Misty iba a utilizar en su amigo cuando la técnica "falló", ella lo hizo a un lado para volver a tratar de detener la ventisca.
Aunque el viento la empujaba, sólo logro empujarla hacia atrás y ella cae por detrás, salpicando al instante.
- Es increíble ver que tan lejos llega la incredulidad humana. En verdad creía que uno de ellos sería capaz de vencerme.
Sin embargo, escupió sangre y en eso, bajó su mirada y notó que tenía un golpe en el costado de su estómago.
- No es posible… Me alcanzó.
Entonces Seiya caminó rápidamente hacía su amiga y le ofrece su mano para levantarla, la cual Hatsumi acepta y se reincorpora.
- ¿Ahora sientes dolor?
Preguntó la chica de pelo castaño dorado seriamente.
- ¿Cómo es que tú, Seiya, me hayas alcanzado? Nadie ni siquiera pudo rozarme. Ni lo sentí cuando me atacaste. Admito que son caballeros formidables.
Misty no pudo ocultar su sorpresa.
- Hay cosas que no sabes de nosotros.
Comentó Seiya.
- ¿Cómo cuáles?
Preguntó Misty.
- De las derrotas se aprenden que en algún entrenamiento. Y eso nos vuelve más fuertes.
Habló ella en el lugar de Seiya.
- A ti nunca te han derrotado, ¿Acaso sabes lo que es el afán de superación? Desconoces muchas cosas porque jamás has sufrido por ellas.
Pero como que hizo que no le hizo entrar en razón y volvió a sonreír arrogantemente.
- Palabras. Son nada más que palabras.
Entonces a ellos no les quedó más que pelear: él mueve sus brazos, trazando las trece estrellas de su constelación.
- Es una locura.
De nuevo se bufó el hombre de pelo rubio.
- No lo creas así.
Dijo Seiya al correr hacía Misty, al igual que Hatsumi que alzaba una mano e hizo un gesto como si fuera una garra y corrió justo detrás de su amigo.
- Ustedes lo han querido. Me han hecho perder la paciencia.
Se preparó para volver a atacarlos.
- No voy a tener más contemplaciones con ustedes dos. Sufran la ira de un caballero de Plata.
Antes de que la ventisca pudiera tocarlos, ellos saltaron.
- ¡Imposible!
Entonces Seiya con el puño en frente suyo, comenzó a girar.
- Se ha convertido en un auténtico meteoro.
Antes de que pudiera reaccionar, ya le habían golpeado en el abdomen, hasta hizo que lo arrastraran hacia atrás.
- Nadie me había golpeado como tú lo hiciste. Lo siento por ustedes, pero…
En ese instante sintió un dolor algo agudo en una de sus mejillas y cuando se la tocó, sus ojos se engrandecieron al sentir un líquido, hasta el punto de ver su mano cubierta de su propia sangre.
- Mi rostro… tiene un rasguño, pero ¿Cómo pasó?
Se preguntaba y justo en el siguiente instante, obtuvo su respuesta.
- Estoy aquí.
Miró sobre su hombro al sonido de la voz de la chica, que sonreía ligeramente.
- ¿Qué hiciste?
Preguntó Misty a la chica.
- Fue una técnica que usé al rasguñarte y por si te habrás dado cuenta o tal vez no, tiene la forma de las garras de un oso.
Sentía algo de miedo, pero supo como mantener la compostura.
- Nadie me había golpeado como ustedes lo hicieron. Lo siento por ustedes, porque lo pagarán muy caro.
Tomó una pausa para continuar.
- Aunque, antes díganme ¿Tú cómo haces para concentrar en tu puño la potencia de un meteoro? ¿Y cómo pudiste concentrar tu poder en la mano para hacerla una garra?
Seiya fue el primero en responder.
- Basta con tener suficiente fuerza de espíritu. Porque con ella nada resulta imposible.
Y ella dijo:
- Y si respetas a la naturaleza, tú te conviertes parte de ella.
Y Seiya agregó:
- Así es posible atesorar la fuerza que rige el universo.
Aunque Misty parecía conmovido, su orgullo de caballero de plata parecía que aún no se podía penetrar.
- Seiya y Hatsumi, ha llegado su última hora. Porque no volverán a sorprenderme. Puedo asegurárselos.
Volvió a poner su mano en frente suyo.
- Que las fuerzas demoníacas acaben con ustedes.
La chica de pelo castaño claro dorado miró a su amigo, el cual notó casi instantáneamente y sin decir una palabra, él asintió y ella le devolvió el gesto.
Ambos usaron sus manos para detener la ventisca.
- No es posible. Nadie resiste mi campo de fuerza ¡Acabarán por ceder!
Claro que eso lo que Misty pensaba, pero de pronto vio algo que no comprendía.
- "¿Qué está pasando? Siento como si mis músculos están adormeciéndose."
Una gota de sudor bajaba por su mejilla, pero no perdió su objetivo y le restó importancia, aunque se llevaría otra sorpresa.
- "No puedo creerlo. Están consiguiendo en rechazar mi ataque."
Mientras que el joven caballero de Pegaso recordaba las palabras que le dijo su mentora y la chica de Ninfa sobre el consejo que le dijo al hombre frente a ellos.
Entonces ellos le devolvieron el ataque.
- "Han destrozado mi campo de fuerza, ¿De dónde sacan semejante poder? A menos que… que hayan igualado en poder a los caballeros de plata. Pero eso no es posible, no hay manera."
Pero alguien lo sacó de sus pensamientos.
- ¿Por qué nos das la espalda?
Misty ya no los vio delante de él.
- ¿Acaso estas intentando escapar de nosotros?...
El hombre de pelo rubio no les respondió.
- Ya sé lo que pasa. Tienes miedo, ¿verdad?
Y como Misty sintió su orgullo siendo herido, se volteó a ellos.
- No me asustarán con eso.
Pero antes de que pudiera decir algo más.
- ¡No te muevas!
Él sintió que algo estaba mal.
- ¿Cómo...? ¿Por qué mi cuerpo no se mueve?
La chica suelta una risita ligera.
- Debiste haber revisado una de tus botas, porque ahí se encuentra un alga, que tiene una de mis técnicas. Como puedes ver, estas paralizado. Y con otro detalle: la cadena que tenías enredada en tu mano anteriormente tenía algo que haría que tu cuerpo se adormeciera.
Ella sin contarle nada más, Seiya lo tomó por detrás.
- ¡Dame tu fuerza, Pegaso!
Al estar ambos de cabeza, el caballero del mítico caballo alado pensó:
- "No se mueve porque está aterrorizado. Bajaré de todas formas al fondo del mar, será un lugar mucho más propicio para derrotarlo. "
Pensó el caballero de Pegaso y ambos cayeron al agua.
En la quemada Mansión Kido
Saori Kido se encontraba tocando piano y sin darle importancia a los restos calcinados a su alrededor, pero cerraba los ojos estando concentrada y parecía que tenía la vista hacia el mar y en una parte en específico, brotaba un líquido rojo que se expandía más y más hasta cubrir toda el agua.
Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos porque alguien la llamó y al voltear, era Hyoga.
Ella se levanta del banco y lo mira, pero no resiste en contener su angustia.
- Hyoga… Seiya y Hatsumi están en problemas. Se están enfrentando a nuestros enemigos en la playa. Ayúdalos.
Le dio la espalda al decirle.
- ¿Qué? ¿No están los demás?
Preguntó él.
- No he podido avisarles. Date prisa, aún puedes salvarlos.
Le pidió la chica de pelo morado.
- Voy para allá.
Y así se fue el caballero de Cisne.
De vuelta en la playa
Una cabeza con cabellera rubia salía, con la frente sangrándole y cuando trató de nadar, no podía mover sus extremidades, se sentía pesado y la armadura no ayudaba en nada.
Antes de que siguiera hundiéndose, sintió que la corriente lo estaba empujando y antes de que supiera lo que ocurrió, ya estaba en la orilla del mar y no tan alejado del agua.
- "Seiya y Harumi tienen razón. Aún no estoy lo suficientemente entrenado para derrotar a mis enemigos. Ellos en cambio, no le temen a nada, no vacilan en nada. Eso es lo que les da fuerza. Además, ella dijo que al alardear de mi poder, más dura sería la caída. Jajaja, por eso han triunfado."
En eso, escucha unos pasos acercándose a él, pero pierde la consciencia.
- Misty…
La chica de pelo castaño dorado se acerca al caballero derrotado, con un rostro triste y al escuchar agua moviéndose, vio por detrás suyo a Seiya, que salía del agua.
- "Qué lástima. Tenía madera de él."
Pensó el caballero de Pegaso.
Los dos caballeros se quedaron viendo por un instante, sin decir nada.
Más tarde
Seiya se encontraba en su residencia, recostado en la cama de su habitación, con las manos detrás de su cabeza.
- "¿Qué habrá pasado con Marín?... Bueno, de todas formas ahora que Misty ya no está, nadie se dará cuenta de que salvó mi vida. Marín, te lo agradezco tanto."
Sin embargo, en la playa: la mencionada mujer caballero no estaba sola.
- Pobre Misty, ¿Qué pudo haberle ocurrido? ¿Por qué habría venido aquí?
Preguntó uno de ellos, examinando el cadáver.
- Esto es muy extraño. Nos había citado aquí para unir nuestras fuerzas y derrotar a los caballeros del Zodiaco.
Marín sólo se quedó en silencio y el caballero que habló, la estaba mirando sospechosamente, pero el otro hombre lo llamó.
- ¡Asterion, ven aquí! ¡No está el cadáver de Seiya o de Hatsumi!
Asterion, el Caballero de Perros de Caza, confirmó la sospecha que tenía.
- Marín, ¿No nos dijiste que acabaste con ellos?
Preguntó Moses (de un solo ojo azul).
- Nos debes unas explicaciones, ¿no te parece?
Pero ella no decía una palabra.
- Has salvado a Seiya y Hatsumi, quienes mataron a nuestro jefe.
Como veían que no sacaba palabras para defenderse, Asterion le exigió que le respondiera, pero la mujer arrastró sus pasos hacia atrás.
- "Es necesario que huya. Pero, ¿Cómo?"
No obstante, el hombre de pelo verde aqua la atrapó desprevenida.
- Marín, no te serviría de nada. Te atraparíamos enseguida.
La mujer de pelo castaño retrocedió, pero ellos caminaron hacia ella.
- ¿Por qué dices eso?
Fingió no saber lo que pasaba, pero…
- Marín, sabes que tengo la facultad de leer el pensamiento como un libro abierto. He leído el tuyo también. Estabas pensando en huir, ¿no es así?
Asterion se puso detrás de ella, para no dejarle una salida.
- Enhorabuena. Asterion, deberás estar orgulloso de tu habilidad.
Dijo al principio en un tono sarcástico.
- Es cierto que estaba tratando de huir. Al tener tu esa capacidad, tendría que dejar de hablar.
Admitió finalmente.
- En efecto, has traicionado al Patriarca y a nosotros, haciéndonos creer que mataste a Seiya y a Hatsumi, la estudiante de Orfeo. Serás castigada por tus acciones ¡Y lo único que mereces es la muerte!
Al escuchar la sentencia, Moses decidió ser el que acabe con ella, pero Marin saltó para tener ventaja.
- ¡Ten cuidado! ¡Es muy poderosa! ¡Detrás de ti!
Le advirtió Asterion y allí estaba la mujer de águila, atacando al hombre de un solo ojo con la técnica que usa constantemente su alumno.
- ¿Qué esperas? ¿Vas a dejarte vencer por una mujer?
Cuando ella estaba a punto de darle el golpe, Moses detiene su puño.
- ¿Lo ves? No sirve de nada. No mientras pueda leer tus movimientos.
En eso, Moses agarra a Marín de su muñeca y la lanza hacia arriba con una gran fuerza.
- Vas a pagar muy caro tu traición ¡Bombardero Propulsor de la Ballena!
En eso, un chorro de agua se alza donde estaba Marín, dando unos pocos giros sobre si misma, hasta que cae de cabeza en picada, con unos anillos que rodean su cuerpo y restringen que se mueva. Al estar muy cerca del piso, Moses le propina un golpe en la cabeza, causando que sangrara y ella quedara inconsciente.
- Voy a acabar con ella.
Cuando iba a dar el darle el enlace, Asterion lo detuvo.
- ¡Espera! La utilizaremos como anzuelo para capturar a Seiya. Y probablemente vendrá Hatsumi.
Propuso el caballero de Perros de Caza.
Y así lo hicieron. La encadenaron de cabeza en la cruz.
- La marea esta subiendo. Se ahogara si Seiya y Hatsumi no la salvan.
Moses duda de la efectividad de esta trampa.
- Él hizo una promesa. Oí decir a Marín que fue a Grecia para encontrar a su hermano menor, del que había sido separada en su infancia. Acogió a Seiya como su discípulo y se convirtió en caballero.
Explicó Asterion, dejando una conclusión.
- Quieres decir que Marín y Seiya…
Moses no pudo decir lo último por la sorpresa.
- Si. Son hermanos. Ella olvidó todo su pasado cuando se puso esa máscara.
Agregó Asterion.
En otro lado
Seiya estaba afuera, mirando como el sol se ocultaba y meditando.
- "¿Qué habrá sido de Marín? Tal vez haya regresado al Santuario. "
De pronto, escucha una voz familiar en su mente, al mismo tiempo que Kiki lo encuentra.
- ¡Seiya! ¡Marín está en peligro!
Sin perder tiempo, él con la armadura puesta y al lado del discípulo de Mu, corren a la playa y no estando lejos, reconoce a la persona que estaba de cabeza.
- ¡Marín, ya voy!
En eso, interviene Moses.
- No tan rápido. Si quieres salvar a Marín, tendrás que librarte de mí y no te será fácil.
Seiya detiene su carrera.
- Mientras combatimos, verás como se ahoga, poco a poco.
Agregó el caballero de ballena.
- ¡Eres un mosntruo!
Y el caballero de Pegaso le propina un golpe al hombre de un solo ojo, quien cae fácilmente. En eso Seiya prepara su técnica.
- "Tiene una fuerza descomunal ¿De dónde saca esa energía? No parece de este mundo… ¿Serán hermanos como dicen?"
Se preguntaba Asterion.
Seiya detiene su ataque y encamina nuevamente a su maestra, pero Moses se levanta y se interpone de nuevo, recordándole de vencerlo si quería salvar a la mujer.
El joven caballero pensaba volver a golpearlo, pero esta vez el hombre de un solo ojo lo esquivó y agarrándolo del brazo, hizo su misma técnica que como lo hizo con Marín.
- ¡Que las fueras del mar te lleven al infierno!
Seiya podía imaginarse estando en el lugar de la mujer contra él, un hombre que tenía una fuerza extraordinaria como el de una ballena blanca.
Cuando Moses le golpea la cabeza, Asterion pidió que se detuviera.
- ¿Qué dices? Voy a acabar con él ¡Adiós Seiya! ¡Saluda a tu hermana Marin en el infierno!
El chico de pelo castaño oscuro quedó pasmado por esa información, como si le hubieran tirado una cubeta de agua fría.
- "¿Qué fue lo que dijo? ¿¡Marín es mi hermana!?
Recordó ese momento cuando a él lo separaron de ella.
- "¿Y si eso fuera verdad? Si Marín fuera mi hermana… Oh cielos ¡Mi hermana!" ¡Marín!
Él se libera de sus ataduras.
- ¡Cuidado, Moses! ¡Ha recobrado sus fuerzas!
Advirtió Asterion.
- ¡¿Cómo?! Es imposible ¿Cómo ha podido hacerlo? ¿¡Cómo se explica eso!? ¡Adiós Seiya!
Cuando quería volver a intentarlo, Seiya saltó al aire y destruyó la protección de la mano, además que la dejó sangrando.
- ¡¿Moses, que pasa contigo?! ¡Vuelve a atacar!
Pero el caballero de Perros de Caza no fueron escuchadas.
- ¡Meteoro de Pegaso!
Y los golpes le llegaron, causando que su armadura se destrozara.
Al caer en la arena, quiso volver a levantarse, pero por la pérdida de sangre ya no pudo y pierde la conciencia.
Seiya jadea algo cansado y al estar relajado, decide encaminarse de nuevo hacia Marín.
- ¿Acaso te has olvidado de mí?
Dijo Asterion, interponiéndose entre ellos.
Mientras que no tan lejos de ellos: Hyoga corría por el muelle, yendo al rescate por sus amigos.
- ¡Marín, resiste! Y tu… ¡Apártate!
Exigió el muchacho.
- Caballero, ni siquiera me das miedo. Puedo leer uno de tus pensamientos y podré predecir cada uno de tus ataques. No te será fácil acabar conmigo.
¿Podrá Seiya derrotar a Asterion?
Y hasta aquí el capítulo de hoy.
Lamento mucho haber estado ausente el año pasado. Luego van surgiendo nuevos proyectos. Ahora estoy escribiendo un Twisted Wonderland fanfic, pero eso no significa que pondré de lado los que ya tengo.
De verdad me dio algo de coraje con estos dos al escribir, aunque trato de contener mi ira.
xever231: Gracias por leer este fanfic, ojala que la sigas disfrutando. Con este comentario me da más ganas de hacer más.
Si quieren estar pendientes de cuando suba un nuevo capítulo, sigan esta historia. Y aquellos que no les gusta, tengan la libertad de buscar un fanfic de su preferencia y no critiquen a los que si.
¡Nos vemos en el próximo capítulo!
