El Plan
Kisara: viste sus caras!
Mokuba: hace tiempo no me reía así!
hay que exorcizar esto o botarlo -dijo la albina señalando con el dedo hacia el cetro del milenio.
Seto: todavía no entiendo cómo pasó todo esto.
Kisara: no creo que las cosas paranormales tengan una respuesta.
Mokuba: Ya llamé para que limpien este desastre…
Bien! -dijo Seto mientras tomaba y llevaba sus cartas.
Los tres bajaron de la nave, sus ropas se habían arruinado.
La servidumbre parecía un grupo de hormigas que llevaban cosas, en este caso cosas de limpieza.
Amos Kaiba, ya tenemos listo todo para que se cambien, lo mismo, un vestido nuevo para la invitada.
Seto: Bien!
Kisara: ¿De que color es el vestido?
Sirviente: tenemos una colección puede escoger el que quiera. Sígame por favor!
Kisara: Ok!
Antes de irse la chica volteó a ver a Seto… recordándole su promesa.
Mokuba: sabes hermano ya no estoy molesto
Seto: Felicidades!
Por qué estás molesto? -preguntó Mokuba
Seto: mis cartas… las más poderosas, ¡empapadas!
Mokuba: el ventilador hará su trabajo.
Seto: y para el colmo tengo que pensar en un plan para destruir a Pegasus.
Mokuba: pero actualmente son socios…
Seto: da igual... el problema no llega para molestar a su compañía. Es un problema de locura
Mokuba: ¿locura?
Pegasus cree que esa mujer Lily… él cree que es su difunta esposa… -le contó Kaiba con expresión de horror.
Mokuba: está loco! y si le dices eso a Kisara.
no se si sea buena idea, esas cosas son privadas... -dijo Seto poniéndose un rolex.
Un grito resonó en la casa, no había duda que era de Kisara…
Seto y Mokuba salieron de inmediato
Seto: qué pasa?!
Kisara: no es nada!
Seto: qué pasa?
Sirviente: No lo se, amo.
Kisara avergonzada apuntó hacia un punto de la decoración de la habitación de invitados.
es un… dragón…
Mokuba: ah! el peluche!
Seto: Si te gusta, quédatelo. No grites!
Kisara fue al encuentro de lo que parecía un dragón de peluche talla xxl.
Era un poco más pequeño que ella.
No puedo aceptarlo, se ve más feliz aquí -dijo Kisara viendo fijamente los ojos de muñeco del peluche.
Seto: tengo más de cien de esos.
Kisara: Me lo llevo! jajaja
La servidumbre se puso mosca/ atenta sobre el comportamiento del magnate.
Sirviente: llamamos un taxi para que la lleve hasta su casa?
Kisara: me parece bien… sobre lo de Pegasus...
Seto: Hablemos de ello… siéntate
Kisara avanzó hasta el mueble principal junto con su peluche...
Mokuba: continúen con sus actividades...
Seto: tienes alguna idea de cómo vengarte de él
quisiera verlo bajo tierra… -empezó Kisara mientras movía las patas delanteras del dragón.
Yo no conozco a Pegasus, ni se de sus intenciones…
los ojos de la chica poco a poco se llenaban de lágrimas… Seto le alcanzó unos pañuelos.
Gracias.., Pegasus es alguien a quien se le puede confiar un ser querido? -preguntó Kisara
La mente de Seto divagó por el tiempo en que Pegasus metió en un calabozo a su hermano de 11 años…
No -dijo mirándola a los ojos
verás Kisara, lo que pasa es que Pegasus es extraño, es un tipo loco… que perdió a su esposa hace muchos años. Y que gusta de estúpidas caricaturas ridículas.
¡el conejo y el policía! -dijo Kisara mostrando su disgusto y abriendo las patas del dragón de peluche.
Seto: así es… las has visto?
¡Oh rayos! son tal para cual… Lily ¡ama! esa cosa… si es así, lo más probable es que se casen… ya no tiene sentido, ni disgustarse… dijo la albina.
Seto: Cecilia era el nombre de su esposa…
Kisara: ah! está enfermo!... bueno al menos es el nombre de su esposa, yo pensé que era de alguna otra…
Gracias Seto! ahora se que la perdí para siempre y que nuestros planes ya no van, más me vale amigarme de nuevo y quizás hasta me invite a la boda…
Mokuba: ya está el almuerzo chicos!
Todo avanzaba con tranquilidad… Kisara comía perfectamente su espagetti, Seto la estaba viendo, como podía ser tan pálida y haber vivido en egipto o por qué la soñó durante tanto tiempo y porque siempre era su muerte la visión que estaba en su mente…
Kisara estaba incómoda, lo suficiente como para fallar con su tenedor.
Mokuba que estaba sentado lejos cómo para poder llamarle la atención discretamente a Seto.
Kisara: se secaron tus cartas?
Seto: eso no importa!
Kisara: ...
Seto hizo una seña a su sirviente para que le retire el plato…
Disculpen -dijo el empresario y se fue.
Kisara: A dónde va?
Mokuba: Al trabajo...
Kisara: ¿Siempre es así de responsable?, yo creo que debes ir con él… Mokuba
No te parece extraño -dijo Mokuba algo desconfiado de lo que decía la chica.
Más extraña soy yo -dijo sonriendo y levantándose de la mesa al igual que Mokuba.
Esta chica definitivamente debió ser alguien especial para Seto, aunque por una extraña razón sentía que no se conocían -pensó Mokuba.
¡Chao Mokuba! -dijo la chica agitando una pata del dragón blanco ojos azules en el portal de la mansión.
¡Chao Kisara!, vuelve cuando quieras. -dijo Mokuba mientras notaba el parecido de la chica y el peluche. Y que probablemente no la verían más...
Seto por su parte estaba listo para cualquier desafío que se presentara en su vida laboral… lo demás era perder el tiempo… sabía que nada más iba a unir a Kisara a su destino, después de todo el mismo tenía ya algo que hacer con su vida y eso era La corporación Kaiba. En momentos así hubiera preferido no conocerla...
Pronto llegaría el invierno…
