Recuerdos

Las ojeras sobresalían en la cara pálida de Lily. No quiso esperar más tiempo viendo el techo, cuestionándose su vida y sintiéndose perseguida por los fantasmas de su pasado. A las 5 am volvió a darse un baño, en el que se quedó disfrutando del agua caliente para calmar el frio por falta de dormir, volvió a transformar su ropa-le urgía comprar algo- y se entretuvo cepillando su cabello. Después de dos horas, bajó al salón principal para pedir algo de desayunar y se quedó varios minutos con la mirada fija al vacío y las manos sujetando su taza de café.

La noche de Scorpius no fue tan diferente, giró en su cama, se lavó la cara varias veces y sacudió la cabeza cada que en el espejo se le aparecían unos ojos marrones, un cabello rojo y una nariz pecosa. Quería irse de ahí, pero Lily necesitaba su ayuda en el idioma y se quedaría para ella. Aprovechó su insomnio para escribirles a Aleix y Helena pidiéndoles que lo ayudaran con sus pendientes de la empresa, omitiendo la parte donde se había ido a Albania con su protegida.

Cuando bajó se encontró a Lily, quien al verlo le sonrió. Lo invito a tomar asiento y le ofreció de su plato de hot-cakes.

—¿Dormiste bien? —preguntó la pelirroja.

—Sí, estaba muy cansado. ¿Tú?

—También, desperté super tarde.

Scropius pidió una taza de té para acompañar su desayuno y se quedaron unos minutos en silencio analizando su comida.

—¿En qué necesitas que te ayude hoy? —preguntó el rubio finalmente.

—Necesitamos dinero y ropa, después vamos al castillo para empezar a revisar.

Siguiendo las indicaciones de su compañera, Scorpius investigó hacia donde tenían que ir y después de desayunar atravesaron la puerta hacia el barrio mágico. La calle era muy angosta y colorida. La luz de del Sol iluminaba los locales de una forma muy distinta a que ellos presenciaban en Londres, pero la principal diferencia con su ciudad natal era que podían caminar sin que nadie los volteara a ver y eso les quito un peso de encima que reflejaron con una sonrisa de complicidad. Solo ellos sabían lo que significaba y lo aprovecharon mientras duró, pues una vez que entraron al banco mágico y tuvieron que dar sus varitas volvieron a depender de sus apellidos.

—¿Ahora entiendes por qué me fui de Londres cuando me gradué? —dijo Scorpius mientras compraban un helado—cuando no te identifican por tu apellido, puedes hacer una vida más o menos normal.

Lily parpadeó rápidamente. Apenas entendía por qué Scorpius había desaparecido y se sintió muy estúpida por llevar 7 años creyendo que se había ido por su culpa, pero es que fue lo que ella entendió cuando este despareció.

No pudieron seguir hablando del tema pues a Lily le urgía ir a comprar ropa y mientras lo hacía, por un momento se olvidó que estaba en una misión y se imaginó que solo viajaba por placer con un amigo, que en algún momento deseó que fuera algo más. Se probaron varias prendas y aprobaron el outfit de cada uno con miradas y señales. Ninguno de los dos sabía qué estaba haciendo, pero decidieron disfrutar ese momento.

Regresaron a medio día al hotel, decidieron almorzar pues no sabían a qué hora podrían volver del castillo o si es que tendrían que correr hacia otro lado por nuevas pistas encontradas. Por lo que se tomaron con calma la hora de la comida y después subieron a cambiarse. Cansada de estar transformando su ropa, Lily optó por un vestido floreado recién adquirido y fue así como Scorpius la recibió fuera de su habitación para sujetarla de la mano y desaparecer hacia el castillo al que habían llegado el día anterior.

Esta vez la rabia no estaba cegando a Lily por lo que pudo apreciar la construcción. Era muy distinta al castillo de Hogwarts, la diferencia de culturas se mostraba en las torres e incluso en el tamaño, aún así no dejaba de ser imponente y muy hermoso. Este no estaba oculto, al contrario, tenía muchas visitas de turistas muggles, pero Lily y Scorpius siguieron la huella de la magia y entraron por la parte trasera donde nadie los veía.

A diferencia del exterior, dentro de la instalación se sentía un frio que penetraba su piel. Lily se abrazó y se arrepintió de no haber llevado un suéter. La vibración de su bolsa llamó su atención, al abrirla se percató que el brazalete comenzó a flotar para después tomar su propio camino.

—¿Qué demonios? —preguntó Scorpius y miró a Lily que ya había comenzado a seguir la pieza—¿Crees que es sensato?

—Es la única pista que tenemos—se encogió de hombros.

Caminaron a través de todo el castillo hasta llegar a una habitación alejada, en el ultimo piso de la torre más alta. El brazalete quedó flotando ante la puerta cerrada, ambos se miraron en busca de una repuesta. Lily suspiró y asintió, tomó el picaporte y lo empujó hacia adentro. Apenas dieron un paso en la habitación cuando vieron una luz dorada dirigirse hacia ellos y empujarlos hacia los muros.

El golpe fue lo ultimo que Lily sintió antes de poder abrir los ojos. Al hacerlo, se extrañó de no estar en el castillo de Albania, si no que estaba en el lago negro de Hogwarts. Su corazón se sobresaltó al ver a una Lily más joven mirando al vacío, sabía exactamente dónde estaba y quiso despertar de inmediato.

—¿Dónde estamos? —preguntó Scorpius.

Lily sintió su cuerpo desvanecerse, no había llegado sola a ese recuerdo, Scorpius estaba con ella.

—En Hogwarts, el día de tu graduación—respondió fríamente.

Scorpius miró alrededor y al ver a la Lily de 15 años, entendió por qué su compañera estaba tan nerviosa.

—¿Qué tiene que ver esto con Bellatrix? —preguntó el rubio.

—Es un hechizo de defensa, qué mejor forma de debilitar a tu enemigo que mostrarle aquel recuerdo que le atormenta.

—¿Sigues sintiéndote culpable por ese día? —tomó su mano.

—Al parecer sí y ahora tengo que vivirlo de nuevo.

Diciendo esto, se sentó en un árbol alejada de su versión más joven. Inhaló, mantuvo la respiración, exhaló y se mentalizó para verse de nuevo.

…..

Esperaba verte en la Sala Común—le dijo un Scorpius recién llegado a la Lily que miraba el lago.

No sabría como despedirme de ti y de Helena al mismo tiempo—respondió melancólica.

Scorpius se sentó a su lado y colocó su mano sobre la pierna de Lily.

Ahora tienes más amigos—susurró el rubio—ya hiciste las paces con Hugo, ¿no?

Creo que sí, pero solo porque Rose y Albus lo convencieron de que entre nosotros no hay nada, ya no cree que le estoy quitando al novio a su hermana—sonrió, pero tenía un toque de tristeza en su rostro—no sé por qué tenía ese miedo. ¿Quién se fijaría en mí teniendo a Rose Weasley?

Lily, no digas eso—le giró su rostro para verla a los ojos—no me gusta que hables así, tú sabes que eres…

Tu mejor amiga, lo sé—completo la frase—con la que puedes hablar de quidditch y de otras tonterías, pero de la que estas enamorado es de Rose.

Scorpius se llevó la mano a la cabeza y suspiró.

Siento por ti algo más que una amistad—confesó—y estoy bastante seguro de que desde hace tiempo, es solo que creo que no sé cómo manejarlo.

No había terminado la frase cuando Lily se sentó delante de él, colocó las manos en su rostro y sin pensarlo se acercó a él, a sus labios. A Scorpius lo tomó por sorpresa, pero no tardó en reaccionar, la tomo del cuello y de la cintura y la jaló mas hacia él. Sus respiraciones se unificaron al mismo tiempo que sus labios se coordinaban para estar uno en medio del otro. La electricidad que corría por sus venas y las cosquillas en su abdomen bajo era algo que Lily nunca había experimentado y que en ese momento le pareció adictivo.

¡Scorpius! —escucharon a lo lejos—¡Scorpius!

Con premura, Lily se levantó y echó a correr hacia su sala común donde se encontró a Helena empacando sus últimas prendas.

¿Estas bien?

Quiso contarle lo que acababa de pasar, pero no sabía como explicarlo, así que se limitó a asentir.

Te voy a extrañar—agregó y abrazó a su amiga.

Un humo negro trasladó a Scorpius y Lily a otro recuerdo, pocos meses después del anterior.

El escenario era el aula de posiciones que compartían los Slytherin con los Gryffindor. El profesor Thompson estaba explicando la amortentia y al entender a quién le recordaba ese aroma, Lily comenzó a dar golpecitos en sus piernas.

Por la graduación de Albus, los Potter habían ido a Rusia, lo que a Lily le había permitido distraer su mente de lo ocurrido unos meses atrás. Pero estando en Hogwarts no podía dejar de darle vueltas al asunto.

Terminaron, ¿sabías? —le dijo Hugo de repente sacándola de sus pensamientos.

Lo miró sin entender.

Rose y Scorpius—aclaró—terminaron una semana después de la graduación.

Sintió como si un hielo recorriera todo su cuerpo.

Dicen que te vieron platicando con él ese día—continuó.

Nos estábamos despidiendo nada más—respondió Lily cortante—todos saben que es mi mejor amigo.

Es lo que yo digo, además tu no provocarías que Rose estuviera triste todas las vacaciones, todos nosotros somos como hermanos, ¿verdad?

Thompson habló y Lily agradeció que no pudieran seguir con esa conversación.

Lily miraba la escena con lágrimas en los ojos.

—Lily, yo no sabía que Hugo lo había tomado así—dijo Scorpius a su lado.

Pero la pelirroja no respondió y dejo que el humo negro los envolviera nuevamente para llevarlos a dos años más tardes.

Los Potter habían decidido hacer la fiesta de graduación de Lily en Grimmauld Place, el último piso era el escenario donde la familia y amigos estaban reunidos. Los Weasley – Grange no habían podido ir porque Hermione tenía un asunto que arreglar en América y sus hijos quisieron acompañarla, algo que Lily agradeció mucho pues no había visto Rose en dos años y no pensaba hacerlo ese día. Sus últimas navidades quiso pasarlas en Hogwarts para evitar cualquier encuentro y en sus vacaciones de verano convenció a sus padres para irse de viaje familiar.

Había intentado superar su culpa, al final solo había sido un beso y seguramente el motivo de la separación era que ya no estarían en Hogwarts. Además, Scorpius se había ido a Egipto, seguramente para olvidarse de lo que había pasado y para sanar su corazón por la ruptura con Rose. Pero cuando recordaba las palabras de Hugo volvía a sentirse mal.

No has respondido mis cartas—dijo una voz por su espalda.

¿Qué haces aquí? —se quejó Lily.

Todos saben que eres mi mejor amiga, se iban a preguntar por qué no estaba hoy. Además, tenemos que hablar.

La razón por la que Lily no había quedado en Gryffindor se mostró en ese momento. No quería afrontar la situación, así que caminó escaleras abajo alejándose de su compañero, el que la siguió con pasos más rápidos. Cuando estuvo a su lado le sujetó el brazo.

Liy, por favor—inisitió Scorpius.

Resignada, señaló con la cabeza la habitación más próxima y pusieron un hechizo para que nadie los molestara.

¿Qué quieres? —preguntó Lily de mala gana.

Scorpius no respondió con palabras, sujetó la nuca de Lily y la besó.

A ti—dijo sin despegar sus labios.

La cabeza de Lily comenzó a dar vueltas, la sensación de cosquilleo volvió a inundarla y olvidó porque estaba enojada con Scorpius. Era novata en una situación así, pero sentía que la ropa les estorbaba y quitó la chaqueta de Scorpius, para después ser ella la que lo condujo a una silla y así poder quedar encima de él.

No era a lo que me refería—jadeó Scorpius mientras presionaba la cadera de Lily—¿Estás segura de esto?

Sí—respondió contundente y se quitó la blusa para despejar cualquier duda.

No dijeron más, se entregaron al placer en esa habitación silenciada de Grimmauld Place. Por momentos Lily no entendía lo que estaba sintiendo, pero cuando los labios de Scorpius se posaban sobre su piel sabía que no quería que se detuviera.

Wow—expresó Lily agitada al concluir—con que así se siente.

Después de vestirse, Scorpius la jaló hacia él de espaldas y la besó detrás de la oreja.

Te quiero, Potter—susurró—quiero hacer las cosas bien y no sé cómo empezar, pero lo único que sé es que quiero estar contigo.

Por primera vez en dos años, Lily dejó de tener culpa y sonrió, había estado con el chico que llevaba años enamorada y al parecer, él también quería estar con ella. Estaba recogiendo su chamarra, cuando vio una nota en el piso.

Claro que también me gustaría arreglar las cosas contigo.

También te extraño.

Nos vemos en Londres.

Rose.

¡Lily, no es lo que crees! —se adelantó Scorpius—puedo explicártelo.

La mandíbula de Lily se tensó, toda la felicidad que había sentido se esfumó de repente causándole temblor en todo el cuerpo.

Lárgate de mi casa—expresó-vete, no te quiero volver a ver.

Lily, yo no tengo nada con Rose.

Pero yo sí—murmuró agitada—es mi prima, ¿qué acabo de hacer?

Lily—la sujetó por los brazos—hablaré con ella de todo esto que siento, se lo debo.

Lily negó varias veces con la cabeza, las palabras de Hugo volvieron a su mente y unas nauseas aparecieron de repente.

Vete, por favor—sollozó—ya no quiero que estes en mi vida. Esto nunca debió haber pasado.

Al ver que no podía tranquilizarle y muchos menos explicarse, Scorpius salió de la habitación.

Más lágrimas.

Humo negro.

Los siguientes recuerdos era una misma escena con un diferente acompáñate. Lily en una fiesta. Lily besando a alguien. Lily en alguna habitación.

La escena final, Lily sonriendo con Philip.

Como si una fuerza mayor los hubiera absorbido, ambos chicos despertaron en el castillo albanés. Un montón de piezas de oro se mostraron frente a ellos junto con el brazalete.

—Lo logré—susurró Lily.

Estaba agitada, con los ojos llorosos y el cuerpo adolorido.

—Tienes que volver a Londres—le dijo a Scorpius sin mirarlo—fuiste de demasiada ayuda, pero necesito ir sola a partir aquí, fue un error pedirte que te quedaras.

Scorpius se acercó a ella y tomó sus manos, como lo había hecho en sus recuerdos.

—Necesitamos hablar, llevas muchos años cargando tu sola con esto y no has querido saber mi versión de las cosas.

Lily parpadeó, tenía que ser realmente una vez en su vida.

—De acuerdo.


¿Review?

Luriana