Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de Catriana.

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—¿Eh? —Hinata miró a su novio, notando el brillo de seriedad en sus oscuros ojos, la firme expresión de sus labios y mandíbula. Se veía completamente diferente, antes lucia torpe e incómodo, ahora estaba decidido y concentrado.

A veces le resultaba tan confuso; ella no entendía sus procesos de pensamiento. Quizás ni él entendía sus pensamientos; Sasuke por lo general se encontraba en un estado constante de confusión. Ella vio como las comisuras de sus labios se movían hacia arriba, lo divertía verla con los ojos bien abiertos.

—Quédate conmigo esta noche —repitió y cuando ella se puso roja, frunció el ceño por un momento, sin comprender. Entonces su propio rostro comenzó a calentarse y miró hacia otro lado. Interesante, él había querido eso hace un minuto—. No... No así —él murmuró—. Solo...—ahora se veía incómodo y se movió—. Hinata... —Sasuke estaba completamente perdido en cuanto a lo que quería decir. No, no era eso... Parecía saber lo que quería decir, simplemente estaba demasiado avergonzado para decirlo.

«—No tienes que forzarlo —Hinata pensó; finalmente entendiendo.»

La sonrisa de ella era cálida.

—Sasuke-kun, no tienes que…

—Dime cómo hago para retenerte —soltó y sus ojos blancos parpadearon de nuevo.

—¿Eh? —aunque todavía estaba confundida, su rostro comenzó a arder aún más ante la declaración—. Qué... Yo no...—¿Por qué estaba diciendo eso de repente?

—Mira, yo solo... —la miró con el ceño fruncido, como si ella tuviera la culpa por no ser psíquica y hacerle decir esas palabras en voz alta—. Yo no... Tengo a nadie más. Sé que no soy agradable, alegre o romántico. Ni siquiera sé por qué te agrado; nunca he sido amable contigo—. No solo eres la primera chica que me ha gustado; eres... —vaciló, luciendo incómodo—. Eres la primera persona que dejo que se acerque tanto a mí desde la masacre. No Naruto, ni Sakura, ni Kakashi, solo . Me alejé de ellos, pero si me hubiera sentido como lo hago por ti, entonces ahora...

Los ojos de Hinata se agrandaron cuando se dio cuenta de lo que estaba tratando de decirle. Sus labios se abrieron mientras trataba de evitar reaccionar con demasiada fuerza, su corazón latía con rápidamente en su pecho. Las lágrimas le picaban en los ojos y luchó por taparse la boca con las manos.

—Sasuke...

La agarró suavemente por la parte posterior de su cuello y juntó sus frentes. Fue leve, pero su respiración era inestable.

—No sé si te amo. No sé qué es lo que siento. Al final, si lo quiero o no, no importa; no puedo... Perderte. Así que dime que tengo que hacer, porque no quiero ahuyentarte.

Hubo cierta confusión porque su tono implicaba que ya lo había hecho antes y ella ciertamente no podía recordar el momento en que hubiera sucedido. ¿Quizás se refería a sus acciones de los últimos seis meses? Independientemente, sintió una gran cantidad de emociones ante esa confesión. Realmente no podía explicar qué había entre ellos; él también la confundía muchísimo. En este momento, sin embargo, sabía exactamente qué y cómo se sentía por él.

Sacudiendo la cabeza, puso su mano en la mejilla de él, Hinata todavía luchaba por contener las lágrimas. Él era muchas cosas, casi todas negativas, pero no era una persona malvada. Enojado, amargado, incluso deprimido; pero no malvado. Ni siquiera podía imaginar el dolor que había sufrido, cómo debió sentirse querer tener a alguien en su vida de nuevo después de años de soledad.

Era obvio que tenía miedo; la mayoría de sus acciones al comienzo de su relación habían sido por confusión o por miedo a que ella cayera en los brazos de otro. Sus celos eran por inseguridad, Hinata era una de las pocas chicas, si no la única que nunca había sentido algo por él. Su confianza en poder retenerla no era tan alta como lo hubiera sido con cualquier otra mujer.

Le había tomado unos días, pero Hinata entendió que su apatía con respecto a sus sentimientos y su relación se debía a que tenía miedo de nuevamente perder a alguien a quien amaba. Su admisión solo consolidó el hecho; lo que significaba que sus sentimientos eran genuinos. No quería esos sentimientos porque no deseaba volver a pasar por ese dolor. ¿Quién podría culparlo? No estaba del todo segura de qué había provocado la confesión, pero sabía lo que tenía que hacer.

—No tienes que hacer nada —dijo en voz baja y muy sonrojada, mientras pasaba su pulgar por la mejilla de él—. Tú también eres... La primera persona que dejo entrar en mi corazón desde Naruto-kun. No eres muy amable —Sasuke frunció el ceño ligeramente ante eso, pero permaneció en silencio—. Pero hay cosas buenas en ti... Y esas cosas son la razón por la que estoy aquí. Entonces, está bien. No tienes que preocuparte; no te dejaré a menos que realmente quieras que me vaya. Dije que estaría contigo y tú eres el primero... Así que... —miró hacia abajo—. L-lo que estoy tratando de d-decir es que yo... Me preocupo mucho por ti. Nunca tendrás que preocuparte de que te deje por otro chico... —ella lo miró—. Yo... Te elegí. E-entonces...

Ella fue interrumpida cuando él cerró la distancia entre ellos y la beso, Hinata se derritió en su abrazo. Su beso fue lento, como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Envolviendo sus brazos alrededor de él, le devolvió su afecto con igual intensidad. Sasuke hizo un sonido ahogado. El calor la llenó mientras los brazos de él prácticamente envolvían su cuerpo y profundizaban el beso.

No tenía idea de cuánto tiempo estuvieron así, todo lo que sabía era que se sentía genial. Sasuke era cálido, sus labios eran suaves y su lengua la provocaba. Nadie la había abrazado nunca tan íntimamente como él y ella se sentía segura. Era un pensamiento loco, pero en realidad se sentía segura en los brazos de Uchiha Sasuke.

—Hinata —susurró contra sus labios cuando se separaron, jadeando levemente. Sus manos estaban enmarcando el rostro femenino, tenía los ojos oscuros entrecerrados mientras la contemplaba. Su pálido rostro estaba ligeramente teñido de rojo y luego se inclinó de nuevo, este beso fue un poco más acalorado.

No fue hasta que escuchó un chisporroteo que los dos adolescentes se separaron. Dándose la vuelta, Hinata dejó escapar un suave grito cuando el contenido de una de las ollas comenzó a hervir, fue corriendo para encontrar un paño de cocina o guantes para moverla del fuego. A pesar de que sentía un leve pánico por la cena, también estaba pensando en lo que acababa de suceder entre ellos.

Sinceramente, ella había estado preocupada porque él había parecido tan molesto por tener esos sentimientos. Él acababa de "ceder" y esa era una manera horrible de comenzar una relación, pero, de todos modos, ella lo había aceptado, por dos razones. Uno, si lo hubiera rechazado, lo hubiera lastimado mucho y eso no era algo que ella quisiera hacer, aunque esa no era una buena razón para estar con alguien. Dos, tenía la esperanza de que tal vez las cosas cambiaran. También eso era una tontería, pero se negaba a creer que él fuera incapaz de sentir algo por alguien.

La Hyūga se alegró mucho de que hubiera aceptado sus sentimientos. Llevaría tiempo; Sasuke no era tan fuerte cuando se trataba de ciertas cosas. Debido a su pasado, probablemente seguiría siendo inseguro y celoso con cualquier chico que la mirara. Probablemente, se preocuparía por ella más de lo necesario porque su miedo era muy real y muy serio. Y se rompería si perdiera a la última y única persona que le importaba, ambos lo sabían.

Iba a ser un camino largo y duro, Hinata lo entendía. Probablemente, tardaría años en sentirse cómodo y seguro de que ella sería una constante en su vida; si es que alguna vez lo entendía. Tendría que trabajar mucho, al igual que ella tendría que demostrarle que no iba a ir a ninguna parte.

Y además de Naruto-kun y algunos ancianos, todos los demás estarían en su contra. Lo cual no ayudaría en absoluto.

Pero no se arrepentía de su decisión y menos ahora. Estaba dispuesto a cambiar y hacer lo que fuera necesario para que funcionaran; y eso era suficiente para ella.

—Oh, bien, todo está bien —observó, complacida. Sintiéndose mucho mejor de lo que se había sentido en mucho tiempo, se volvió hacia Sasuke. Él la miraba fijamente, pero fue lo que le transmitía esa mirada lo que la hizo detenerse. El Uchiha parpadeó y sus sentimientos se intensificaron ante esa mirada.

«—Realmente quiere estar conmigo... Solo va a llevar tiempo —ella sería paciente y aunque nunca pensó que se sentiría así, sabía que valdría la pena.»

—Lo siento —no fue una disculpa genuina y ella soltó una risita, volviendo a preparar la cena. Si él seguía distrayéndola, la comida nunca estaría.

—En cuanto a quedarme —comenzó, echando un vistazo al horno, complacida al ver que el platillo especial que había hecho para él estaba casi listo—. Yo um, Naruto-kun me tiene anotada como que estaré de misión por los próximos tres días, así que yo um... B-bueno, yo iba a q-quizás quedarme donde alguien más, pero pensamos que q-quizás los días nos ayudarían um, a conocernos un poco mejor...

—¿Tres días? —cuando ella lo miró, él parecía pensativo—. Pues quédate aquí. Dormiré en el sofá o lo que sea y... —se detuvo, reflexionando mejor en lo que había planeado decir—. Solo si quieres.

—Bien —le dirigió una pequeña sonrisa mientras el temporizador del horno sonaba. Todavía podía sentir sus ojos en su espalda mientras sacaba la bandeja y empezaba a preparar todo para servir la mesa. Había hecho onigiri, sopa de miso, verduras en tempura y luego el platillo especial.

—¿Qué es eso? —preguntó y ella saltó, sorprendida de cómo se había posicionado detrás de ella. En realidad, estaba muy cerca, podía sentir el calor de su cuerpo y su rostro estaba junto al suyo y miraba por encima de su hombro. Señalando el plato, giró levemente la cabeza hacia ella antes de mirar hacia abajo abruptamente, él se había sonrojado otra vez.

Él era tan... Lindo. Nunca creyó que asociaría a Sasuke con "lindo", pero su incomodidad era tan normal e infantil que no pudo evitarlo. También calentó su corazón, porque Sasuke necesitaba una vida normal. La felicidad le había sido arrebatada a una tierna edad y la hacía sentir bien que pudiera hacer algo tan simple y tan significativo para él.

Después de años de dolor, él se merecía algo de felicidad, algo de normalidad.

—Son tomates gratinados —explicó y se rio del pequeño ruido que él hizo. Realmente amaba los tomates—. Es difícil saberlo por el pan rallado p-pero cuando vi la receta creí que tal vez... —ahora se sentía un poco tímida. No se podía evitarlo, él era su primer novio y su relación recién comenzaba—. Y-ya que es tu primera noche, eh, de estar fuera de la casa, pensé que tal vez p-podríamos celebrar...

—Hn —se echó hacia atrás y agarro el plato de onigiri para llevarlo al "comedor", que solo tenía una mesa con sillas—. Me gusta tu comida —ella no vio su rostro mientras se alejaba, pero tenía la sensación de que probablemente estaba avergonzado.

Él realmente lo estaba intentando; eso le dio mucha esperanza.

Sasuke la ayudó a poner la mesa y llevar la comida. No hablaron, pero el silencio fue muy cómodo. Se negó a mirarla mientras comía, aunque teniendo en cuenta cómo él solo se había comido todo el tomate, ella no era fanática de los tomates, era seguro decir que le había gustado.

Mientras ella limpiaba, él se fue a tomar una ducha y Hinata pensó en lo que harían durante tres días. Estaba segura de que él no intentaría nada, no sin su permiso. Y se sentía segura a su alrededor, así que quedarse sonaba bien. Sin embargo, ella no iba a tomar su cama, eso era de mala educación.

Hinata decidió no decirle que después de esto en realidad se iría a una misión de rango B durante dos semanas; probablemente no le agradaría la noticia. No sería una misión difícil, pero eso no le importaría a Sasuke, el hecho de que ella estuviera en un lugar donde pudiera resultar herida sería suficiente para molestarlo.

Ella suspiró, aunque había una sonrisa en su rostro. Ciertamente, sería un camino largo.

Para cuando terminó, él ya estaba fuera de la ducha. Llevaba una camisa negra y pantalones a juego, todavía tenía el cabello húmedo. Hinata se preguntó brevemente si la razón por la que su cabello se veía de esa forma era porque él no conocía los secadores de cabello y comenzó a reír ruidosamente ante la imagen mental.

—¿Que es tan gracioso? —él le estaba dando una mirada que claramente expresaba que no tenía idea de cuál era su problema, lo que solo la hizo reír más. Cuando no recibió respuesta, negó con la cabeza y se dirigió al sofá—. Las chicas son raras —murmuró mientras se dejaba caer, se estiró y puso su brazo sobre sus ojos.

—Oh, ¿ya vas a dormir? —ella comenzó a acercarse.

—Sí. Aún no he dormido en la cama, así que no puedo decirte si es cómoda o no, pero...

Ella comenzó a entrar en pánico, sacudiendo la cabeza.

—N-no, no puedo... —él levantó el brazo para mirarla—. Es tu apartamento, no puedo...

—Sí, y tú eres mi novia —le recordó—. Sería un idiota si te hiciera dormir en el sofá mientras yo uso la cama —luego, como si se diera cuenta de lo que acababa de decir, se volvió para ocultar su vergüenza por reconocer abiertamente su relación—. Solo toma la cama.

—Pero... No está bien... —se miró los pies, molesta. Realmente no quería privar de su cama al dueño de la casa; simplemente se sentía mal.

—¿En serio? —se sentó, claramente confundido—. Pensé que las chicas esperaban que les dejáramos la cama mientras tomamos el sofá. Es como una especie de regla o lo que sea —hizo una pausa—. No importa, sigo olvidando que no eres como las otras chicas —sacudió la cabeza, como si no pudiera creer sus payasadas y se puso de pie.

Su nariz se arrugó un poco, ofendida.

—B-bueno... Puede que no sea como las otras chicas, pero…

—No dije que fuera algo malo —cerró la distancia y la agarró suavemente por la muñeca—. Vamos —comenzó a guiarla al dormitorio y la confusión se apoderó de sus rasgos.

—Um, Sasuke-kun... Qué…

—Un compromiso —dijo rotundamente. Con un movimiento fluido, de repente ella estaba en sus brazos. Hinata soltó un chillido y envolvió sus brazos alrededor de su cuello. Luego la dejó sin ceremonias en la cama y ella dejó escapar otro chillido mientras él se arrastraba detrás de ella. Un fuerte brazo se envolvió alrededor de su cintura antes de que pudiera recuperarse y el calor se apoderó de su espalda mientras la atraía hacia sí.

Cuando bostezó, Hinata se dio cuenta de que estaba realmente cansado. Se preguntó cuándo había dormido por última vez; no parecía el tipo de persona que se cansara fácilmente.

—Duerme —murmuró adormilado y volvió a bostezar—. Saldremos mañana por la noche.

Retorciéndose, trató de escapar, esto era increíblemente vergonzoso, pero él se negó a dejarla ir.

—¿N-nosotros? —ella continuó retorciéndose hasta que se dio cuenta de que él no iba a responderle. Cuando pudo volverse para mirarlo, se dio cuenta del por qué.

Él ya estaba profundamente dormido.

Fue entonces cuando Hinata notó las oscuras ojeras. De hecho, parecía tranquilo, con los labios ligeramente separados mientras respiraba de manera uniforme. Ella lo miró fijamente durante un tiempo, sonriendo. Obviamente, se sentía muy relajado, aunque seguramente la comida lo ayudó. Había comido mucho; el platillo de tomate era como para alimentar a unas seis personas.

Así que se acomodó, entrelazó sus dedos con los de él y cerró los ojos. En realidad, no estaba cansada, pero no importaba. Al final, se quedó dormida, se sentía esperanzada, positiva y feliz.

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Hacía un calor insoportable en la habitación y jadeó mientras deslizaba sus manos por su cuerpo. Ella se retorció, provocando que su trasero se frotara contra su erección y ella soltó un gemido. Movió sus caderas, besando su cuello mientras ahuecaba sus pechos, haciendo rodar los sensibles pezones entre sus dedos. Ella susurró su nombre y deslizo una mano su estómago, acercándola a él mientras se mecían juntos.

—Hina… —susurró en su oído mientras su mano se movía hacia abajo y deslizo sus dedos entre los resbaladizos pliegues. Ella arqueó la espalda y extendió una mano hacia atrás para agarrarlo del cabello. Él arrastró la lengua por su cuello y oreja—. Abre las piernas por mí, Hina.

Ella lo hizo y él se deslizó dentro de ella, se le escapó un fuerte gemido. Se sentía tan asombroso como pensó que sería. Agarrando su muslo, se movió, empujando fuerte y profundo, amando la forma en que ella gemía su nombre. Ella igualando sus embestidas mientras le besaba el cuello y le clavaba los dedos en la piel.

—Eres mía, Hinata —dijo acaloradamente contra su piel y ella se estremeció. El sudor cubría sus cuerpos, pero a él no le importaba, no con lo bien que se sentía estando dentro de ella—. Nunca te dejaré ir.

—Sasuke —jadeó sin aliento y él aumentó el ritmo. Oh, sí, casi estaba allí. No podía creer lo bien que se sentía, no podía tener suficiente.

Envolviéndola con los brazos, sacudió sus caderas, moviéndose tan rápido como pudo, con la cabeza inclinada hacia atrás mientras comenzaba a alcanzar su punto máximo.

—Hina —hundió los dientes en su cuello cuando sintió esa sensación tan familiar. Solo un poco más—. Sí —fue un gemido bajo—. Sí, casi estoy allí, bebé; te siente increíble.

Ella tiró con fuerza de su cabello y él gruñó, mordiéndola con fuerza en el hombro cuando la tensión alcanzó su punto máximo.

—Mierda, Hinata, yo... —sus labios se abrieron y sus ojos se cerraron justo cuando llegó al borde...

Sus ojos se abrieron de golpe mientras se despertaba; jadeando, sudoroso y con una erección del infierno.

«—Tienes que estar bromeando.»

Odiaba esos malditos sueños, siempre se sentían tan bien, y luego, justo cuando casi alcanzaba el límite, se despertaba o se convertía en una pesadilla. Debería haberse dado cuenta de inmediato; solo hablaba como loco cuando estaba soñando.

Bueno, al menos ya no los tenía todas las noches como cuando él la besó por primera vez y ella tuvo ese ataque de pánico. Sus sentimientos homicidas habían sido genuinos en ese momento; se había sentido confundido y frustrado en más de un sentido.

Todavía estaba oscuro, pero podía decir que estaba amaneciendo. Cerró los ojos y suspiró. Bueno, al menos había dormido más horas de lo normal. Se había sentido tan exhausto después de la ducha que ni siquiera recordaba que paso después.

«—Hombre, hace mucho calor —¿Por qué se sentía más cálido de lo normal?»

—... suke...

Los ojos oscuros se abrieron de par en par mientras su mente luchaba contra el aturdimiento. Esa voz era distintivamente femenina y... ¿Gemía?

—Sasuke...

Cada músculo de su cuerpo se puso rígido cuando se dio cuenta de tres cosas. Uno, Hinata estaba acostada en la cama con él, exactamente en la misma posición que en su sueño, excepto que aquí estaba vestida. Dos, su rostro estaba sonrojado y era muy obvio que estaba gimiendo en sueños, lo que la hacía ver... Realmente sexy. Tres, probablemente estaba haciendo eso porque su mano estaba debajo de su chamarra y tenía firmemente agarrado uno de sus grandes pechos.

Cómo no se había dado cuenta de eso al despertar estaba más allá de él, pero como su mano ya estaba allí, apretó suavemente, ganándose otro pequeño gemido. Ella se retorció y, como en el sueño, su trasero se frotó contra él. Dejó escapar un ruido bajo, resistiendo el impulso de mover sus caderas contra ella para aliviar algo de tensión.

Si esto hubiera sido hace años atrás, se hubiera levantado y prácticamente se habría escapado, horriblemente avergonzado y sintiéndose como un pervertido. Sin embargo, ya no tenía doce años. Él tenía dieciocho, era hormonal, estaba muy excitado, gracias a su muy sexy novia que haciendo todo tipo de ruidos maravillosos porque él, básicamente, estaba tocando su pecho. Todo pensamiento lógico fue alegremente arrojado a un lado y la bruma llena de lujuria tomó el control.

Apoyándose lo suficiente para poder mirarla, sus oscuros ojos ardieron de deseo. La vio jadear y gemir bajo su toque. Él fue gentil, no quería despertarla y romper el hechizo. Su mano apretó y sus dedos hicieron rodar el endurecido pezón a través de su camiseta de malla. Como ella, sus labios también estaban separados y su respiración era irregular.

Ella susurró su nombre y no sonó como en su sueño; lo real era mucho mejor. Hinata era impresionante y se maravilló de cómo la estaba haciendo moverse, retorcerse y decir su nombre. Aunque no quería hacer nada más que enterrarse profundamente dentro de ella como lo había hecho en su sueño, darle placer, le proporcionaba a él placer y alimentaba su ego.

Inclinándose hacia adelante, paso los labios por su mejilla y arrastró su lengua a lo largo de su oreja. ¿Qué tan lejos podría llevar esto? Se sentía tan bien y despertarla no le atraía. Él sonrió cuando se dio cuenta de que ella realmente lo deseaba sexualmente; eso era increíble.

—Mm —ronroneó contra su oído, presionando tan cerca como se atrevió, movió sus caderas contra ella—. Eres hermosa, Hinata —ella gimió en respuesta y él besó su cuello. Satisfecho de que ella respondiera a su voz, se volvió más atrevido—. Di mi nombre, quiero escucharlo.

Sasuke se humedeció los labios cuando ella medio gimió su nombre. Su respiración era cada vez más superficial. En este punto, mataría por la oportunidad de deslizarse dentro de ella como lo había hecho en su sueño. Con la idea en mente, comenzó a deslizar su mano por el cuerpo de ella mientras le besaba la oreja. La deseaba inmensamente y, sin embargo, verla así también era satisfactorio.

Hinata dejó escapar un grito ahogado cuando Sasuke lentamente deslizó su mano dentro de las bragas y sus dedos rozaron suavemente la intimidad de ella, sin hacer demasiado. Dejó escapar un suspiro tembloroso, porque ella estaba húmeda para él y eso era...

—¿Se siente bien, Hinata? —su respuesta fue un jadeó. Él estaba probando las aguas y presionó los dedos ligeramente. Sabía lo que estaba haciendo gracias a ese "entrenamiento", pero eso no le había provocado la misma respuesta que estaba sintiendo ahora con ella. Tal vez era porque no había estado dispuesto a hacer nada con otra persona, mientras ahora quería hacer esto con ella. Hinata era hermosa, increíblemente sexy y era de él.

Ambos gimieron cuando él se arriesgó y deslizó sus dedos dentro de ella. Estaba tan caliente y húmeda. Se estaba volviendo cada vez más difícil no mover sus caderas y arriesgarse a despertarla. Se movió lenta y suavemente, a pesar de que el ritmo fue agonizante. Había una pequeña parte lógica de su cerebro que le decía que necesitaba detenerse porque esto estaba muy mal, pero estaba tan cachondo y hormonal que felizmente ignoraría su lado racional.

Cerró los ojos cuando ella comenzó a moverse contra su mano y su espalda se arqueó. Los músculos se apretaron alrededor de sus dedos mientras aumentaba la velocidad. Sus ojos se habían abierto un poco, pero era obvio que todavía estaba fuera de sí. Eso estaba bien; ella estaba cerca y quería llevarla al límite. Tenía que hacerlo, aunque no estaba muy seguro de por qué y eso ni le importaba.

—Hinata —murmuró, besándola suavemente en la sien—. Déjalo ir. Quiero verte —no había nada en el mundo que quisiera ver más que eso.

Un fuerte jadeo llenó el aire cuando ella se arqueó contra él, su nombre escapó entre suaves gemidos cuando alcanzó el clímax. Era la cosa más hermosa que había visto en su vida y su cuerpo le gritaba que la tomara ahora, pero se contuvo.

Él se apartó, todavía mirándola mientras ella jadeaba pesadamente, sus ojos blancos se movieron para ver a su novio. El Uchiha se lamía los dedos y prácticamente la desnudaba con la mirada. Ella incluso sabía bien y él se movió incómodo al sentir la tela de sus pantalones contra su erección. No, definitivamente nunca había deseado a nadie tanto como la deseaba a ella.

«—Mía.»

—¿Sasuke-kun? —preguntó, somnolienta y saciada, pero confundida. Sonriendo, se movió para quedar medio encima de ella, moviendo los labios sobre los de ella. Instintivamente, Hinata envolvió sus brazos alrededor del cuello masculino y él movió sus caderas contra ella, necesitaba sentirla, precisaba el alivio. Ella dejó escapar un sonido de sorpresa y él se apartó—. ¿S-Sasuke-kun? —esta vez cuando preguntó se veía más alarmada y un poco asustada; como si no estuviera segura de lo que estaba pasando o de sí todavía estaba soñando. Su mirada de pánico lo abofeteó con fuerza.

«—Qué... ¿Qué diablos estoy haciendo?»

Alejándose de ella, se levantó de la cama, su cabeza daba vueltas. Se sentía desorientado, confundido y realmente necesitaba hacer algo con su excitación antes de hacer algo estúpido. Con eso en mente, se dirigió al baño, cerró la puerta y abrió el grifo del fregadero.

Salpicándose el rostro con agua fría, se miró en el espejo. Lo que le devolvió la mirada le resultó desconocido.

«—¿Qué acaba de suceder?»

Gruñidos y jadeos llenaron el baño minutos después; tenía firmemente agarrado el mostrador mientras su espalda se arqueaba. Su cuerpo en realidad se estremeció por el intenso orgasmo que lo desgarró. Respirando irregularmente, se limpió rápidamente, la cabeza le daba vueltas ahora que la sangre finalmente regresaba al lugar que le correspondía.

Aunque estaba extremadamente avergonzado por su comportamiento; no podía arrepentirse. A pesar de que no tenía ganas de salir del baño y enfrentarse a su novia después de lo que acababa de hacer, admitía que lo había disfrutado. Ahora que su cabeza no estaba nublada por la lujuria y volvía a pensar racionalmente, trató de averiguar qué podía hacer para reparar el daño que acababa de causar.

Probablemente, se sentiría como si él hubiera tratado de aprovecharse de ella; lo que no era cierto. No había intentado hacer nada; su cerebro se había tomado unas vacaciones y había actuado según sus deseos. No debería haber pasado, no debería haberse dejado llevar, pero tampoco le importaría repetir. Sasuke no estaba del todo seguro de cómo sentirse acerca de esto y se preguntó si tal vez su cerebro aún estaba confundido.

«—No puedo esconderme aquí para siempre —se pasó las manos por el pelo, suspirando con fuerza.»

¿Por qué había hecho eso? Ahora que estaba pensando con claridad, sentía que debió haberse detenido, pero había sido como si hubiera estado borracho y drogado al mismo tiempo. ¿Podría arreglar esto? ¿Lo consideraría un mentiroso por lo que había dicho anoche?

«—No te dejaré.»

Dioses, eso esperaba. Él había querido decir cada palabra que había dicho.

Cortó el agua y abrió la puerta de la habitación para encontrarla todavía en la cama, abrazándose a sí misma. El miedo se apoderó de él; ella se veía... Molesta.

—Estoy... —ella no lo miró y su pecho se sentía incómodo—. Perdón —mirando hacia otro lado, resistió el deseo de suspirar—. Puedes usar el baño para darte una ducha; no volveré a tocarte a menos que tú me lo digas —continuó con la mirada baja y su rostro estaba muy rojo—. Hinata, no estaba tratando de... —se interrumpió; realmente no había nada que decir.

«—No puedo creer que perdí el control así.»

Deseó poder arrepentirse y sentirse culpable, pero no podía. Estaba enojado porque Hinata estaba molesta, porque no quería que ella lo dejara, pero eso era todo.

—Eso... No volverá a suceder.

Cuando llegó a la puerta, Hinata finalmente habló.

—Yo... Está... E-está bien —cuando se volvió hacia ella, se sobresaltó. Parecía muy avergonzada y nerviosa, pero no enojada—. Yo... Um... —volvió a apartar la mirada con timidez—. No estoy molesta. No... Me importó —ella susurró las dos últimas palabras, pero él lo captó, los ojos oscuros se abrieron con sorpresa.

Por primera vez, Sasuke sintió que tal vez ella se sentía de la misma forma que él. Aun así, incluso él podía ver que la intimidad no era algo que necesitaban en su relación en este momento. Sinceramente, apenas se conocían, a pesar de la fuerte atracción que parecían tener el uno por el otro.

A pesar de que estaba con ella, todavía se sentía muy confundido. Era enloquecedor y al mismo tiempo era... Estimulante. Se sentía vivo de nuevo. Ella lo hacía sentir vivo.

«—Yo... Tal vez...»

—Adelante, toma una ducha. No vi que trajeras un bolso, pero hay algo de ropa que debería quedarte bien. Haré el desayuno o algo.

Los ojos blancos se agrandaron.

—¿Sabes cocinar? —estaba tan asombrada que hasta había olvidado su vergüenza.

«—Qué chica más rara —puso los ojos en blanco.»

—Sí, sé cocinar —dijo con una sonrisa y salió de la habitación, dándole la privacidad que ella necesitaba.

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Notas: ¡Penúltimo capítulo! Ni yo creo que ya estamos por terminar este fic, pero… Así es. No tengo mucho más para decirles, hoy tuve un día atareado y ahora estoy muerta de sueño. Por lo que subiré el capitulo y me iré a la camita. Mañana tengo que madrugar y yo odio hacerlo. Me despido por ahora. Nos estaremos leyendo próximamente. Bye!

Guest Guest: ¡Ay! Me alegro mucho que te gustara el capítulo anterior.

Guest Guest 2: ¡Hola Lorena! ¡Oh wow! ¿De verdad? Yo… Realmente me alegro de que las historias te ayudaran en esos malos momentos. Jejej, sí, aun me gusta aportar al SasuHina. También lo uso como método de distracción cuando las cosas se ponen feas. Gracias a ti por tu comentario, fue muy lindo.

Naoko Ichigo