Los personajes de Candy Candy no me pertenecen. Esta historia no es apta para menores de edad.
Encontrándome
Capítulo 6
No era la primera vez que Candy viajaba en jet privado, pero era la primera vez que viajaba en un avión privado tan lujoso. Al ingresar, Candy se quedó casi en shock. Terry y ella solían viajar en avión privado pero ninguno como el de Albert. Claro que sería una mentira decir que el avión no la había impresionado pero su impresión era porque ese avión no encajaba con la imagen que ella tenía de Albert. Claro que ella sabía que la familia Andrew estaba en la lista de los billonarios del mundo pero Albert nunca se había comportado como uno. Archie, Stear, Anthony y hasta Annie conducían autos que costaban una exageración también vivían en mega mansiones hechas a su gusto. Pero a Albert nunca le había interesado el conducir autos ostentosos, él conducía lo más práctico. Ahora que lo pensaba era raro que Albert fuese ahora el dueño de Lakewood. El podría haberse mandado construir cualquier tipo de mansión o casa. La mansión Andrew en Lakewood había pertenecido a ellos por generaciones y por ende conservaba casi todos los detalles originales a excepción de la cocina y algunos baños. Esa mansión era una obra de arte, era casi como un museo. Los padres de Albert habían decidido vivir un tiempo en ella y gracias a eso Candy había conocido a su amiga Annie y a sus hermanos. Lo que la intrigaba en sobremanera era el porque los padres de Albert no remodelaron la cocina y las partes de la casa que no encajaban. Apenas la próxima semana Candy empezaría con la remodelación de la casa de Albert y moría de la emoción de poder restaurar ese pedazo histórico a su máximo esplendor.
-Albert, en verdad que cuando me dijiste que viajaríamos en tu avión privado yo imaginé algo más pequeño.- Tom estaba igual o más sorprendido que Candy.
-¿Candy tú habías viajado antes en un avión privado? -Dorothy igualmente estaba muy impresionada.
-Sí, pero en ninguno como este. Albert no pensé que te gustaran los aviones a este extremo.-Dijo Candy secamente mientras observaba el área del avión en la que se encontraban que más bien parecía una sala de estar. Ella en verdad se preocupó y pensó que tal vez Albert no era el tipo de persona que ella se había imaginado.
-Candy, ¿no te gusta mi avión? A mí tampoco me gustaba en un principio. Pero desafortunadamente ya no me imagino viajando de otra manera y todo es culpa de mis hermanos.
-¿Culpa de tus hermanos?-Candy fue interrumpida por el capitán.
-Sr. Andrew estamos listos para despegar. Llegaremos a nuestro destino aproximadamente a las 4:30. Por favor de ponerse sus cinturones de seguridad.
Una vez que ya habían despegado y una de las azafatas les indico que ya podían quitar sus cinturones de seguridad y les ofrecía algo de beber o comer continuaron con su conversación.
-Es algo vergonzoso decirlo: este avión fue un regalo de divorcio por parte de mis hermanos Stear, Archie y Anthony.
-¿Un regalo de divorcio?- Candy había quedado atónita.
Tom empezó a toser porque al darle un trago a su coñac, con las palabras de Albert, se había sorprendido en demasía.
Todos empezaron a reír a carcajadas al ver como a Tom le salían hasta lágrimas por toser y no parar de reir al mismo tiempo.
-Esos tres son incorregibles.- Candy decía entre carcajadas.
-¿Pero cómo es que a tus hermanos se les ocurrió precisamente regalarte un avión para celebrar tu divorcio?- El cerebro de Tom no podía procesar eso. No tenía idea del valor de un avión así pero pensó que cada uno debió gastar una fortuna.
-Mi ex esposa siempre quiso que compraramos un avión privado, lo que a mi me parecía algo innecesario y nunca di mi brazo a torcer en ese asunto. Mis hermanos al regalarme el avión me dijeron que era su forma de celebrar que por fin Cecilia no formará parte de nuestra familia.- Albert se sorprendió de ser tan sincero con ellos y se sonrojo al darse cuenta de lo que había dicho.
-¿Dime que puedo hacer para que tus padres me adopten?- Ahora bromeaba Candy.- Mi divorcio no amerito ningún regalo, esos tres tienen que ser mis hermanos.
-Tengo la solución perfecta,-Albert la miró con intensidad y no hizo falta más palabras: Candy entendió perfectamente a lo que se refería y sin darse cuenta dejó caer su copa de vino sobre ella misma.
Ahora fue el turno de Candy de sonrojarse y tanto Tom como Dorothy se miraron con una sonrisa cómplice. Ellos pensaban que Albert y Candy hacían una hermosa pareja.
-No puede ser,-inmediatamente se puso de pie Candy mientras intentaba limpiarse con unas servilletas.
-Candy, vamos a la habitación para que puedas cambiarte. Estás totalmente empapada.- Albert la tomó de la mano automáticamente y la guió a la habitación.
Al abrir la puerta, Candy, quien casi no se sorprendía dijo: -Wow esa cama esta enorme.
Albert trago saliva y limpio su garganta, la verdad que en ese instante a su mente vinieron muchas fantasías con esa rubia como protagonista sobre esa enorme cama. Pero ese no era el momento.
-Deja y traigo tu maleta para que te cambies.
-¿Estaría bien si me doy un regaderazo?
-Por supuesto Candy. Deja y voy por tus cosas.- Albert la miró a los ojos mientras colocaba un rizo rebelde tras su oreja.
-Albert, aun no me dices a dónde vamos.- Candy puso su mano sobre el pecho masculino. Al instante sentía derretirse bajo la mirada azul del rubio y el desenfrenado latir del corazón de este, ¿o sería el acelerado latir de su mismo corazón? Esa mirada que usualmente semejaba al tranquilo cielo en un día soleado en ese instante parecía que en ellos se formaba una tormenta.
-Candy…-susurró el rubio mientras se apoderaba de los labios de su amada.
Para la desgracia de la mujer el beso terminó muy rápido y el rubio se alejó de ella unos pasos.
-Lo siento preciosa. Pensaba darte tiempo pero tal parece que es casi imposible. Dos semanas sin probar tus labios han sido una tortura; al igual que no poder hacerte mia en este instante y hacerte olvidar todos esos besos y caricias que estuvieron antes que yo…
-Albert…- Candy con tres pasos eliminó la distancia y se lanzó a abrazarlo. En su garganta se asfixiaron las palabras que quería decirle. No sabía cómo explicarle que no se trataba que todavía sintiera algo por Terry; sino que lo que temía era el darle su corazón. Estaba segura que al paso que su corazón latía por él, terminaria total y completamente perdida de amor por Albert. Eso era lo que ella no quería: perderse a ella misma y entregar todo su ser a otra persona. Ella apenas sentía que se estaba encontrando a sí misma después de vivir por años bajo la sombra de su ex. En un último intento de sobrevivencia de su corazón decidió que lo mejor era hablar de algo neutral.
-Albert, de verdad no piensas decirme a dónde nos dirigimos. - El caballero solo negó con su cabeza. -Teniendo en cuenta que el vuelo tardará aproximadamente 2 horas…deduzco que se podría tratar de Nueva York, además considerando que Dorothy siempre ha querido conocer Nueva York y Tom comentó que él había ayudado a planear el día.
-Si algún día decides dejar de restaurar casas podrías dedicarte a ser detective.- Albert expresó mientras se alejaba por el equipaje de Candy. Como pensaban viajar en avión y después ir a su cita. Albert le había sugerido a Candy que llevara un cambio de ropa por si luego quería cambiarse. El convencerla de pasar toda la noche fuera no había sido fácil porque ella no quería dejar a sus hijos por toda una noche.
Candy se abrazó ella misma y cerró sus ojos por un instante intentando tranquilizarse pero a su mente vino la mirada triste y tormentosa de Albert. Ella se dio cuenta que Albert pensaba que ella aun sentía algo por Terry, eso no podía estar más lejos de la realidad... Posteriormente sacó su celular y marcó a casa. Después de asegurarse que los niños estaban bien Candy pudo por fin tranquilizarse al pensar en sus hijos. Era la primera vez que los dejaría solos por tanto rato pero ellos sonaban felices. Para ellos era como una gran aventura el quedarse con la Srta. Pony y la Srta. Maria.
-Aquí está tu maleta.-Albert dejó su equipaje sobre la cama y se retiró inmediatamente cerrando la puerta.
Candy suspiró y se desvistió pensando en que hubiera sido mucho mejor que fueran las manos de Albert las que desabotonaran sus blusa. En poco tiempo se dio un regaderazo y se arreglo.
Al regresar a la sala de estar del avión lo primero que escucho Candy fue a Dorothy gritar emocionada. -¡Candy, ya Tom me dijo que vamos al concierto de Fleetwood Mac! ¡No puedo creerlo!- Dorothy se lanzó a tomar a Candy de las manos mientras casi brincaba de la emoción.
-¿A Fleetwood Mac? No lo puedo creer.- Candy igualmente se emocionó. Esa banda había sido la favorita de sus padres y ella siempre los escuchaba para sentir una conexión con ellos. Dorothy también era fan porque igualmente sus padres siempre los escuchaban cuando era niña y sus canciones siempre le traían lindos recuerdos.
-¿Albert, a ti te gustan?-Candy realmente estaba emocionada.
-Claro.-Albert le contestó con una sonrisa que no llegó a sus ojos.
Como el concierto sería hasta más tarde dieron un paseo por la ciudad y después fueron a cenar a un restaurante italiano. Dorothy estaba que no podía con la emoción y eso contagió a Candy a pesar de ella sentirse un poco incómoda al percibir que Albert estaba más callado que de costumbre.
Una vez que el concierto dio inicio Candy olvido sus preocupaciones y disfruto del concierto. En su mente se agolparon los recuerdos de su niñez, de sus padres escuchando esas canciones. Cuando la canción de Landslide empezó, sus ojos se llenaron de lágrimas y al instante sintió como los fuertes brazos de Albert la abrazaban. Los dos se perdieron el uno en el otro mientras sus almas se comunicaban mucho mejor que con palabras. Sin poder evitarlo, sus labios se unieron en un beso.
Los dos disfrutaron del concierto, sin darse cuenta que fueron captados por el lente de una cámara. En los conciertos siempre solían estar miembros de la presa pero hoy en especial el periodista de un famoso medio tenía órdenes explícitas de captar a la ex esposa de Granchester con uno de los hombres más ricos del mundo.
Hacía unas horas que unos periodistas los seguían después que salieron del restaurante italiano, el cual era un lugar muy exclusivo, a donde solían ir tanto personalidades del medio del espectáculo como las personas mas importantes en los negocios, por ende era un lugar favorito para los paparazzis. Ellos solían ir a espiar la calle del lugar con la esperanza de captar a algún famoso entrar o salir del lugar. Ese día habían captado a la ex de Granchester y al elusivo millonario William Albert Andrew.
Continuará…
***Nota especial sobre Fleetwood Mac: Realmente la razón por la que me tarde tanto en publicar fue porque no me decidía a cual concierto asistirían los rubios. Siempre son las cosas más simples las que me causan un bloqueo mental. Cuando decidí que fuera el concierto de Fleetwood Mac, porque unas de sus canciones me parecen tan nostálgicas, recordé que hace tiempo había leído un libro en donde el prota llevaba en un jet privado a su interés romántico a un concierto de ellos. Obviamente que al darme cuenta que había "plagiado", sin querer, algo de otra historia me di a la tarea de encontrar de qué libro se trataba para dar crédito por la idea. Sin embargo por más que lo busque no di con el libro en mi historial. Es que durante la cuarentena leí tantos libros que me es casi imposible encontrarlo, con decirles que ni recuerdo de que se trataba la historia en sí. En fin, ya para no seguiré cantinfleando, después de cambiar el capitulo muchas veces; los personajes no me dejaban (ellos querían ir a ver a Fleetwood Mac) no podía fluir la historia. Así que al final me rendí y no cambié eso de ir a un concierto en jet privado a ver a Fleetwood Mac. Disculpen porque no es una idea original mía y el crédito se lo doy a quien corresponda.
Quejas a una neurótica:
Terry: Vamos Albert, ayúdame a atrapar a ese gallo enano.
Albert: No puedo ayudarte. Bien sabes que los niños lo adoran.
Terry: Albert tienes que ayudarme, mira que no he podido dormir bien en muchos días.
Albert: Pues atrápalo tú.
Terry: Ya lo intente pero ese enano me picoteo todo (temblando de miedo al solo recordar el ataque).
Albert: Si tú no pudiste atraparlo: ¿Qué te hace pensar que yo puedo hacerlo?
Terry: Tú eres el encantador de animales, siempre hacen lo que les dices.
Albert: Si eso fuera verdad ya no estarías aquí dando lata.
Terry: ¿Qué quieres decir con eso?
Cris: ¿Chicos que hacen aquí afuera? Está muy frío, vamos a mi "oficina" para que me den ideas (obviamente solamente estoy intentando evitar una pelea).
Unos momentos después…
Terry: Tu "oficina" es un desastre (levanta del suelo un Lego). Mejor me retiro a descansar un rato. No sé porque sigo aquí contigo.
Cris: Ay no puede ser, los niños tienen prohibido entrar aquí; por culpa de sus interrupciones no he podido concentrarme a escribir las escenas que quería (llorando de frustración).
Candy: "Amiga," como te lo he dicho, no me gusta en cómo estas llevando la estoria: vas muy lenta. Ya para este momento tus lectores esperaban algo más… tu sabes…(susurrando)...candente.
Cris: Lo siento amiga del alma, pero ¿quien te entiende? Primero me regañas por ponerte como una mujer fácil y ahora que intento que te hagas del rogar te molestas. En fin, que tienes razón, prometo ponerme las pilas.
Candy: He perdido la cuenta de cuántas veces he escuchado esas mismas palabras sin ningún resultado…
Albert: Estoy de acuerdo con lo que ha dicho Candy (la toma de la mano y se retiran dejándome sola y sin ninguna nueva idea).
Millones de gracias por sus comentarios! No imaginan lo feliz que me hicieron. Realmente pensé que nadie comentaría porque tengo mucho tiempo sin estar en el mundo de Candy Candy. Disculpen que no publique tan seguido pero intentare seguir con la historia hasta donde me lleve. Espero y disculpen mis numerosos errores al escribir. Como es obvio soy pésima editando.
Fabaguirre167: Muchas gracias por comentar. Eso también quiero. Candy y Albert merecen ser felices.
Gabriela: Muchas gracias por comentar. Me alegra en sobremanera que te guste la sección de Quejas a una Neurótica, a veces pienso que solo a mi me divierte.
Sincity12345: Muchas gracias por comentar. Todo está bien con mi familia, gracias por preguntar. Espero que tú y tus seres queridos esten muy bien. Millones de gracias a ti por seguir con mi historia a pesar de lo tardado de las publicaciones..
Mj-20: Muchas gracias por comentar. A mi me alegro mucho tu comentario. Aquí seguiré, aunque sea poco a poco, actualizando esta historia.
MariaGpe22: Muchas gracias por comentar. La verdad me alegraste el día al leer tu comentario. Exactamente mi plan era ese, el escribir una historia algo diferente. Solo que mi mente loca siempre anda saltando por todos lados. Espero no decepcionarte con la historia.
