THE DARK DEMON HUNTER

Capítulo 24 "Reconciliación"

En el inframundo, más específicamente en el territorio de los demonios, en la sala donde se suponía que se llevaría a cabo la reunión entre la heredera del clan Gremory y el heredero del clan Phoenix, había sucedido un acontecimiento inesperado. Koneko, Akeno, Yuuto y todos aquellos que presenciaron toda la escena que los aconteció sobre el destino del caballero de Rias, estaban completamente atónitos sin poder decir ni una sola palabra, donde al mismo tiempo, varios pensamientos de molestia y miradas de desagrado eran dirigidas hacia Raiser, quien observaba con fervor su mano, la cual permanecía extendida. Un fuerte silencio que fue bastante frívolo provocó, que ninguno quisiera refutar o dar su opinión sobre la decisión de Raiser y menos, cuando pudieron sentir la inmensa aura que se producía alrededor del maou Sirzechs Lucifer al ser literalmente ignorado y confrontado por un demonio de clase baja como lo era el caballero Gremory.

— Bien, parece que mi trabajo aquí terminó.

Dijo Raiser girando su cabeza en dirección del grupo Gremory, dando a su vez, una gran sonrisa en señal de satisfacción por haberse desecho finalmente de Issei. El séquito de Rias pareció no tomarse sus palabras de buena manera, y solo intensificaron su odio y desprecio en contra del rubio, quien los ignoró por completo, pero no fue hasta que Asami, quien había caído al suelo de rodillas en el mismo instante que su hermano Issei, había desaparecido a causa del círculo mágico, no pudo evitar escuchar las palabras de Raiser, haciendo que su instinto asesino volviera a hacerse presente, y nuevamente su masa de poder demoniaco proveniente de la guadaña, volvían a generarse por todo el largo de su brazo y pecho, miró al heredero Phoenix con el máximo odio que pudo infundir, su ojo se tiñó de un fuerte rojo carmesí, el cual brilló al mismo tiempo que gruñía como una bestia salvaje.

— ¡MISERABLE!

Gritó Asami siendo escuchada por todos quienes voltearon a mirarla, donde al mismo tiempo que la castaña menor había hablado, se arrojó a toda velocidad invocando a Rhast con el objetivo de matar a Raiser, pero no consiguió hacerlo, cuando de la nada, fue tomada de ambos brazos por Koneko quien le propinó una llave, evitando que tan si quiera pudiera realizar un movimiento. Asami con todas sus fuerzas y llena de su sed de sangre, trataba de liberarse del agarre a causa de su amiga peli blanca, pero por más que esta trataba de zafarse, no consiguió hacerlo, y no tardó mucho tiempo para que la ira del maou se hiciera presente.

— Ya fue suficiente. Rias controla a tu torre o tendré que castigarla como se debe.

Gritó Sirzechs a lo que Rias un poco nerviosa por el regaño de su hermano, solo hizo caso a sus palabras y acercándose rápidamente en dirección de Asami junto a sus demás piezas, trataban de evitar que la castaña se saliera de control.

— Asami Chan ya basta, si no te calmas, puedes recibir el mismo destino que tu hermano.

Las palabras de Rias parecieron funcionar y casi de inmediato, la guadaña que portaba la menor de los Hyoudou, desapareció casi sin precedente. No contenta con eso, Asami cayó al suelo impotente por saber, que ahora había perdido nuevamente a su hermano Issei, y no solo eso, sino que en ningún momento, tuvo la oportunidad de disculparse con él por lo que le dijo hace una semana atrás. No quería aceptarlo, pero ahora con este nuevo giro en los acontecimientos en tan solo una noche, no se sorprendería si su hermano la odiaba después de eso, y más, cuando ahora fue prácticamente expulsado del clan Gremory por culpa de Raiser. En ese momento, pequeñas lagrimas provenientes de Asami se hicieron presentes, mientras apretaba fuertemente sus puños por no haberse dado cuenta, que pudo haber aprovechado ese tiempo al lado de su hermano, pero su orgullo le impidió estar a su lado, culpándolo de un acontecimiento de hace 10 años.

— Asami debes tranquilizarte.

— Tranquila hermanita, el tonto de nuestro hermano ya no será un problema para nosotros.

En ese preciso instante, Asami levantó su rostro, siendo que las palabras de Katashi y Katsumi habían llamado su atención, la castaña miró a sus dos hermanos mayores, quienes se mantenían con rostros de preocupación observándola queriendo saber si se encontraba bien. Por un momento la castaña asintió en confirmación de lo que habían dicho, pero internamente se sentía destrozada.

— Rias Kaichou ¿Mi hermano va a estar bien?

Una pregunta bastante tonta y ridícula, que ella misma sabía la respuesta, fue enviada hacia Rias, quien dudó por unos segundos ante lo dicho por su torre, pero sabía que tarde o temprano, Asami debería saber el destino que le deparaba a Issei.

— Bueno, Issei Kun estará bien. Aunque lo más probable es que eso no sea así por mucho tiempo. Lo que quiero decir es que él al volverse un demonio callejero, terminará por volverse aquello que debemos exterminar.

Dijo Rias con el mayor tacto que pudo en sus palabras, no queriendo hacer que su torre se sintiera peor de lo que ya se encontraba, pues, podía notar perfectamente que la perdida de Issei le dolía mucho.

— Que patético, ¿En serio les duele la pérdida de un demonio de clase baja como ese? Solo me pueden dar lástima todos ustedes.

Dijo Raiser mientras reía por lo alto, queriendo irritar más al grupo Gremory, quienes volvieron a mirar en su dirección algo molestos por el desprecio que les estaba dando.

— Ya basta Raiser.

Dijo Rias con enojo, a lo cual Raiser respondió.

— ¿Por qué te enojas tanto mi querida Rias? Según mi reina y hermana, él no tenía una buena relación con ninguno de tu grupo, así que pensé que lo mejor, era quitarte esa gran carga de tus hombros. Deberías agradecerme.

En ese momento, todos en la sala a excepción de su propio séquito, miraron con sorpresa a Rias esperando una respuesta de su parte. La peli carmesí tratando de refutar lo dicho por su prometido, sus palabras cayeron en oídos sordos cuando no supo que responder. Ninguno del grupo Gremory dijo nada, percatándose casi al instante que durante todo ese tiempo en el que Issei había estado con ellos, prácticamente lo habían ignorado sin darse cuenta. Todos a excepción de Asia, trataron de recordar alguna ocasión en la que pudieran dar de ejemplo su amistad y compañerismo con Issei, pero no encontraron ninguna ocasión que fuera creíble, y más cuando se dieron cuenta que todo el tiempo fue marginado por ellos mismos. Tanto Rias como los demás miembros de su séquito, se mantuvieron callados, no queriendo sonar como unos hipócritas, sabiendo de ante mano lo terribles que fueron con Issei.

Aunque si bien, Raiser había dicho esas palabras, en parte estaba mintiendo, pues en realidad la rubia conocida como Asia, se mantuvo callada y expectante de como todos sus compañeros de séquito, estaban perdidos en sus pensamientos. Ella lo sabía, sabía perfectamente que fue la única, quien formó una ligera amistad con Issei, aunque fuera por poco tiempo. Dando un paso hacia atrás alejándose de sus compañeros de clan, Asia miró en otra dirección no queriendo hacer contacto visual con nadie.

Raiser volviendo a reír en complacencia, estaba feliz de saber que con su decisión, se había no solo desecho de un problema, sino que logró quebrantar aún más al grupo de Rias, lo cual fue una victoria para él. Pero esa sonrisa no duró mucho, cuando Asami dando un paso al frente, habló con autoridad.

— Dime, ¿A dónde enviaste a mi hermano?

— ¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso quieres matarlo antes de que se transforme en esas criaturas? Si es así, entonces no tengo problema con decírtelo.

Dijo en tono de burla, a lo que la castaña menor apretó fuertemente sus puños aguantando la rabia que sentía. Raiser dando un fuerte suspiro, relajó su expresión y respondió ante la petición de Asami.

— Lo envié al mundo humano. En ese lugar podrá traer dolor y sufrimiento a los humanos, y cuando llegue ese momento, espero que estés lista para matarlo.

Dijo por ultima antes de marcharse de la sala, siendo acompañado por todo su séquito a excepción de una pequeña chica rubia de ojos azules, la cual miraba con algo de pena al grupo Gremory por la actitud de su rey.

Caminando a paso lento hasta donde se encontraba Rias y su séquito, la pequeña chica se paró con la mayor decencia que pudo, habló queriendo no sonar insensible por la situación que se había generado.

— Hasta luego séquito Gremory. En nombre del clan Phoenix nos retiramos.

Dijo Ravel girando en dirección por la que se había ido su hermano, sintiendo a su vez, miradas provenientes del grupo Gremory, las cuales se clavaban en ella generándole un pequeño sudor frio al sentir que su despedida, había resultado ser más un insulto que una muestra de respeto.

Por otro lado, cuando el séquito de Raiser se había marchado, Sona que se había mantenido expectante de toda la situación y no había dicho ni una palabra, comenzó a caminar lentamente pasando a un lado de Rias, quien se percató de la presencia de su amiga, notando al instante que esta parecía acercarse a la zona donde Issei fue arrojado por el círculo mágico. Por el lado de Sona, esta se agachó tomando al mismo tiempo la Katana, que ella le había regalado a Issei, la sostuvo entre sus manos por unos segundos, hasta dar un fuerte suspiro y guardarla en su estuche.

— Me llevaré esto conmigo, espero que no te importe Rias.

Dijo con su expresión neutra dando a entender que se llevaría la Katana que ella misma le regaló a Issei. Rias que no vio ningún problema, asintió con su cabeza dando a entender que podría proceder.

— Bien será mejor que yo y mi séquito nos retiremos. Fue un placer a todos, maou, Rias, séquito Gremory.

Dijo por última vez dando una pequeña reverencia en señal de cortesía, antes de crear un círculo mágico a sus pies, donde los demás miembros de su nobleza la acompañaron, y de casi un parpadeo, todo el séquito Sitri desapareció de la sala. Rias que miraba el lugar de donde Sona se había marchado, su atención fue captada de nueva cuenta por su hermano, que se colocaba en frente de ella con una expresión seria, que denotaba lo molesto que estaba.

— Hermano, ¿Qué sucede?

Preguntó nerviosa al ser observada por esos ojos, que le decían que algo se avecinaba.

— Escucha con atención Rias. Debes de saber que la desobediencia por parte de los miembros de tu séquito habla muy mal de ti. Así que, de ahora en adelante, procura mantenerlos a raya en situaciones de tensión como esta, porque de lo contrario, tendré que tomar medidas más severas no solo contigo, sino que con ellos también.

Dijo Sirzechs de manera muy directa, mientras que se le notaba lo frustrado que se encontraba, y en parte tenía razón. Él siendo uno de los cuatro Maou del inframundo, un demonio muy poderoso y alguien que infundía respeto a demonios de la talla de clase suprema, fue ignorado y menospreciado por un simple caballero de clase baja, el cual ignoró órdenes estrictas de él, sin importarle el daño que podría haber generado en la relación de dos casas de demonios, sobre todo el hecho de que esas casas, se trataban de la suya y la Phoenix. Rias que escuchó detenidamente las palabras de su hermano, no pudo evitar sentirse apenada y nerviosa por saber, que había fracasado en su labor como rey, generándole un poco de enojo y frustración.

— Si Maou, lo tendré en cuenta la próxima vez.

Dijo Rias, dando una reverencia en señal de disculpa hacia su hermano y maou del inframundo.

— Bien dejando este tema de lado, quiero saber un asunto importante.

Dijo Sirzechs en un tono más alto, llamando la atención de todo el séquito Gremory, quienes lo miraron expectantes de lo que diría.

— ¿A qué se refería tu ex caballero con que es un cazador de demonios?

Preguntó nuevamente, haciendo que todo el séquito Gremory se miraran entre ellos algo confundidos, ya que en realidad si lo meditaban de mejor manera, Issei antes de haber atacado a Raiser, dijo palabras extrañas que nadie se esperaría, logrando que todos se confundieran en gran medida al no entender nada.

— No estoy muy segura, lo único que sabemos, es que al encontrarlo prácticamente muerto, lo reencarné como mi caballero, pero...

Rias hizo una pausa en sus palabras, percatándose al instante que lo poco que sabía de su caballero, era el día en que lo reencarnó como demonio a su servicio, después de eso, no tenía ni la más mínima información sobre él, ni si quiera le preguntó la razón de haber estado casi al borde de la muerte ese día.

— ¿Solo sabes esa información sobre él?

Preguntó el Maou, demostrando una obviedad que se percibía en el ambiente, y no solo era su hermana, sino que todos los del séquito Gremory, parecían no saber nada acerca del caballero conocido como Issei. Aunque eso fue lo más evidente que pudo descifrar Sirzechs, dio un fuerte suspiro antes de volver a hablar.

— Por suerte, la expulsión del caballero Issei Hyoudou de tu séquito fue en realidad una gran suerte. Si soy honesto, será mejor asegurarme que toda esta situación no afecte la relación entre ambas familias. Así que por el momento, tú y tu séquito pueden quedarse en el inframundo, hasta que se haya arreglado todo este altercado.

Dijo Sirzechs dejando de lado todo el tema que correspondía a Issei, y se enfocó principalmente en temas más políticos.

— Por cierto, cuando haya terminado de arreglar todo este asunto, necesito que todos vayan a mi oficina para hablar de un asunto, pero antes de eso, debo asegurarme de que mis sospechas son ciertas.

Dijo por última vez, comenzando a caminar en dirección de la salida de la enorme sala, desapareciendo del lugar, dejando al séquito de su hermana en un silencio imperturbable.

Dos días después, en algún lugar del bosque a las afueras de Kuoh.

Cerca de una cabaña por un espeso bosque, se encontraba Issei Hyoudou descansando de sus heridas profundas, provocadas por Raiser hace tan solo dos días atrás. Parecía ser que las heridas del castaño, eran más serias de lo que se pensaba, cuando tuvo que tomar reposo por dos días enteros.

Despertándose lentamente a causa de la luz que se filtraba por las persianas de la habitación, Issei al instante de abrir sus ojos, pudo sentir casi de inmediato un fuerte dolor que se extendía por todo su pecho, el cual dolía como los mil demonios. Sin entender la razón de eso, se quitó la sábana que cubría su cuerpo, mirando de reojo la profunda herida que se encontraba en el centro de su abdomen formándose a su vez, una cicatriz más parecida a una quemadura de segundo grado. Sujetándose con fuerza, el castaño daba leves quejidos por todavía sentir el golpe, que le conectó Raiser antes de arrojarlo por el círculo mágico. Tratando de recordar lo que sucedió en ese momento, sus recuerdos estaban borrosos dejándole un trago amargo, cuando solo pudo visualizar el momento, en que fue marginado por los demonios, y no solo era eso, sino que su séquito no hizo nada para impedirlo.

Sintiendo asco y desprecio, sus puños se apretaron con fuerza cuando no pudo aceptar que de ahora en adelante, su vida estaría ligada a la de un demonio callejero. Estando distraído en sus pensamientos, no notó como una silueta masculina que se encontraba al otro lado de la habitación, lo miraba con detenimiento. El individuo dio un suspiro en señal de cansancio y se acercó lentamente hasta donde se encontraba Issei.

— ¿Cuánto tiempo más planeas estar ahí? Levántate ya mismo.

Las palabras del individuo llamaron la atención de Issei, quien miró en dirección de lo que produjo la voz, quedándose literalmente sin palabras. Frente a él, se encontraba el hombre que al igual que Souma, le enseñó a pelear desde que era un niño. Aquel hombre que lo reclutó ese día cuando se separó de su antigua familia. Pero también era el hombre que lo intentó asesinar ese día durante la ejecución después de la invasión al templo.

— ¿Maestro Kanbe? ¿Qué significa esto?

Preguntó incrédulo y confundido al ver nuevamente a su maestro Kanbe. Algo nervioso y exasperado, Issei pensaba que, aunque se hubiera salvado esa noche, cuando fue expulsado del clan Gremory, sabía perfectamente que con su maestro quien lo intentó matar en el pasado, no tendría posibilidades de escapar ante un maestro como lo era el hombre frente a él. No lo admitía, pero si tuviera que hacer una comparación entre el Maou del inframundo y su maestro, era claro que su maestro lo intimidaba mucho más, porque lo conocía de prácticamente toda su vida, aunque no negaba que el hermano de Rias, era mucho más poderoso y temible por su densa aura demoniaca.

— Si ya te encuentras mejor, levántate y ven conmigo.

Dijo Kanbe mientras se daba media vuelta y salía por la puerta de la pequeña cabaña. Issei sin entender nada, se levantó de la cama, se colocó su ropa, y se dispuso a seguir a su maestro, donde al salir, se dio cuenta que se encontraba en lo profundo del bosque cerca de un río cristalino, junto a un extenso bosque rodeado de árboles, los cuales decoraban todo el bello paisaje.

— ¿Y bien? Vas a contarme ¿Qué te sucedió?

Llamando la atención de Issei, Kanbe se recostó al lado de un árbol con los brazos cruzados, queriendo escuchar todo lo que había pasado Issei ese último mes que estuvo con los demonios.

— Espera, ¿No piensas matarme?

El castaño preguntó dudoso, no entendiendo porque su maestro era tan familiar con él, cuando se supone que era buscado para ser asesinado por Akame por órdenes del hombre en frente suyo. Dando un suspiro en señal de cansancio, Kanbe sabía perfectamente que debía explicar bien todo lo que estaba sucediendo, antes de tan si quiera obtener respuestas por parte de Issei.

— Se que piensas que en este momento, debería matarte y para ser honesto, no estás equivocado del todo. Pero créeme cuando te digo, que nunca tuve la intención de lastimarte.

—¿Qué?

Ante las palabras de su maestro, Issei estaba aún más confundido que antes, y solo quería una buena explicación ante toda esa situación.

— Antes de que protestes por todo lo que has tenido que pasar, déjame explicarte detenidamente. Bien ¿Por dónde empiezo?

Preguntándose para sí mismo, Kanbe relajaba su expresión mientras miraba a Issei directamente a los ojos, comenzó a explicar con lujo de detalle.

— El día en el que el templo del clan Ozunu, fue atacado por un ejército de demonios, muchos de los nuestros fueron asesinados, o mejor dicho, todo rastro de nuestro clan fue exterminado casi en su totalidad. Ese mismo día, cuando te encontré junto con Akame, supe al instante que esa masacre, no podía realizarla el discípulo más débil del templo.

Sintiéndose humillado e insultado cuando era catalogado como el más débil del clan, Issei tuvo una ligera depresión en su ser, donde solo pudo bajar la cabeza al saber que su maestro no lo apreciaba como debería.

— No te sientas mal porque te estoy diciendo la verdad. ¿En serio pensabas que un gran maestro de la espada como Souma, y otros 10 de mis mejores estudiantes caerían ante alguien como tú? Solo un idiota creería semejante tontería.

Nuevamente, las palabras de Kanbe hirieron profundamente el orgullo del castaño, quien sintió como un fuerte puñal se clavaba en su pecho, producto de la dura realidad de ser el más débil del clan Ozunu.

— Aunque sea así, al menos tu sigues vivo y ellos no.

— Eso no me hace sentir mejor.

Estando literalmente destrozado por las palabras que le dijo su maestro, Issei literalmente quería largarse de ese lugar y estar solo, que ser hecho menos por el hombre que lo entrenó de niño.

— Bien entonces si sabías que no fui yo, entonces ¿Por qué trataste de matarme ese día?

Aún con el ánimo por los suelos, Issei preguntó para esclarecer esa incógnita, que todavía su maestro no le había explicado.

— Bueno, digamos que necesitaba una excusa para que fueras inculpado por todos. Prácticamente el plan que tenía era apuñalarte en el pecho a milímetros de tu corazón, tratando de evitar penetrar cualquier órgano vital en el camino.

Explicó de manera simple, no entrando tanto en detalles y mucho antes de que Issei pudiera protestar, Kanbe continuó hablando.

— Básicamente el plan era darte por muerto, y después de eso, lograr que fueras revivido por uno de los clanes de demonio de la ciudad de Kuoh. Es por eso que cuando Akame te asesinó esa noche en la cascada, tuve que atraer a esa chica peli blanca y a la rubia hasta ti, para que su rey te trajera de nuevo a la vida.

Estar incrédulo y enojado ya era poco el sentimiento que Issei estaba transmitiendo. Literalmente el castaño al escuchar que todo ese tiempo en el que estuvo soportando estar al lado de un clan de demonios, siendo a su vez convertido en uno, fue todo un plan orquestado por el hombre que lo entrenó de pequeño.

— No puedes estar hablando en serio. ¿Acaso no sabes lo que tuve que soportar todo este tiempo?

En ese momento, el rostro de Issei se arrugó por la pura rabia que sentía, y antes de poder seguir reclamándole a su maestro, Kanbe decidió volver a hablar.

— Lo hice por una simple y sencilla razón. Tengo entendido que escapaste del templo ese día para buscar al asesino de Souma, ¿O me equivoco?

Relajando su expresión por lo escuchado, Issei se tranquilizó un poco y prefirió terminar de escuchar lo que diría.

— La única forma de poder encontrar al verdadero culpable de la destrucción de nuestro clan, es que uno de los nuestros lograra infiltrarse entre los demonios y conseguir información desde adentro. Así que dime, ya sabes ¿Quién es el responsable?

Preguntó de forma directa, queriendo saber si Issei había hecho bien su labor, donde el castaño asintiendo con su cabeza en señal de confirmación, habló no queriendo ocultar más la verdad.

— Si, fue el heredero del clan Phoenix y futuro líder de la casa Gremory. Su nombre es Raiser Phoenix.

— ¿Sabes la razón del por qué lo hizo?

Kanbe volvió a preguntar ante las declaraciones del castaño, a lo que Issei negó con la cabeza.

— Bien, esto será bastante problemático. Esperaba que el causante fuera un demonio con menos prestigio que el Phoenix, pero al ser el heredero de su respectivo clan, me temo que hacerlo pagar no será tan fácil como parece.

— ¿Qué? ¿Por qué es eso?

Sin entender nada, Issei preguntó algo dudoso, con lo cual Kanbe prefirió responder a sus palabras.

— Algo que debes entender bien, es que entre las facciones del inframundo existieron un total de 72 pilares o familias de sangre pura, de los cuales solo quedan 34 de estos, después de la gran guerra que hubo entre demonios, ángeles y ángeles caídos. Por lo tanto, el clan al que pertenece ese tal Raiser, es el Phoenix, siendo este uno de los clanes más prestigiosos y poderosos de todo el inframundo. Así que las familias como Gremory o Sitri, no tienen tanto poder como el clan Phoenix quienes a través de sus contratos, tienen a todos los clanes detrás de ellos por su tesoro más sagrado, las lágrimas de Phoenix. Por esta razón, es que no podemos simplemente eliminarlo, si llegáramos a hacerlo, nos volveríamos enemigos de no solo el clan Phoenix, sino que de prácticamente todos los demonios restantes del inframundo.

Entendiendo de mejor manera la explicación, que le había dado su maestro sobre la raza de demonios, ahora comprendía perfectamente que si quería derrotar o matar a Raiser, tendría que idear una estrategia en la cual tuviera la oportunidad de pelear contra él, pero eso no sería nada fácil, teniendo en cuenta que su personalidad era la de un engreído y arrogante, que se cree superior a cualquiera que se le ponga en frente. Dando un suspiro en señal de decepción, el castaño decidió no pensar más en eso, y mejor dejaría que con el tiempo, la oportunidad se presentara por si sola.

— Bien, por el momento será mejor que te fortalezcas a partir de ahora, y que mejor forma que hacerlo con el oponente adecuado.

Dijo Kanbe mientras miraba en dirección de las espaldas de Issei, donde la figura femenina de la misma mujer de cabello largo color carbón, ojos rojos como la sangre y ropas negras con detalles rojos, caminaba lentamente hasta donde se encontraba el castaño.

Issei sintiendo nuevamente un sudor frío que se extendía alrededor de todo su cuerpo, giró lentamente con el claro terror reflejado en su rostro, miró a Akame la cual se acercaba a paso lento hacia él. Creyendo que moriría ese día, el castaño cerró sus ojos, esperando la espada que atravesaría su corazón acabando con su vida. Segundos pasaron en el que no sintió el más mínimo dolor de ser asesinado, y abriendo sus ojos de nueva cuenta, vio como Akame le dedicaba una hermosa sonrisa, provocando que Issei se sonrojara por lo hermosa que se veía su amiga.

— Es bueno saber que te encuentras mejor Issei.

— Espera, ¿No vas a matarme?

Preguntó algo confundido, notando que la peli negra, negó con su cabeza ante su pregunta, donde el castaño no entendía el cambio en la actitud por parte de Akame con él.

— Debes de saber que al igual que yo, Akame en ningún momento tuvo la intención de matarte. Se que esa noche en la cascada literalmente trató de asesinarte, pero en realidad solo estaba cumpliendo mis órdenes.

Issei ya para este punto se encontraba totalmente sorprendido por la revelación, que le acababa de dar su maestro. Internamente se sentía feliz de que su amiga de la infancia no lo mataría, pero tampoco podía quitarse de la cabeza, que fue apuñalado en el pasado por la espada de Akame.

— Bien, ya que hemos aclarado todo este asunto, es mejor que empecemos.

Dijo Kanbe mientras tomaba dos espadas de madera, lanzándole una a Issei y la otra a Akame.

— Prepárense ambos, porque es hora de retomar nuestro entrenamiento.

Notando ese claro desafío que era enviado no solo en su contra, sino que a su mejor amiga, el castaño solo dio una pequeña sonrisa, mientras miraba a Akame directamente a los ojos.

— Recuperemos el tiempo perdido.

Dijo el castaño, a lo que la peli negra solo asintió con su cabeza, y ambos relajando su expresión, se colocaron en posición de ataque, a la espera de poder arremeter en contra de su maestro.

— Muéstrenme lo que han aprendido este último mes. Issei, Akame.

Sin perder más el tiempo, ambos candidatos a cazadores se arrojaron a una gran velocidad, donde el choque de la madera creaba un sonido mudo en todo el ambiente, que se hizo más prominente a medida que la luz del día, se volvía en un profundo atardecer.

Fin Capítulo 24