En algún lugar del bosque, a las afueras de la ciudad de Kuoh.

Varios choques y fuertes golpes, eran los que se escuchaban por todo el amplio del bosque en el que se encontraban Issei, Kanbe y Akame, donde los tres al estar varias horas intercambiando golpes con los Boken que tenían entre sus manos, las gotas de sudor que el castaño tenía por toda su sien, daban a entender lo cansado que se encontraba. Poco a poco, las respiraciones de Issei se volvían cada vez más pesadas y sus fuerzas comenzaban a pasarle factura, al estar en constante entrenamiento durante 3 horas seguidas.

— Levántate ya, recuerda que tu oponente no va a dejar que respires ni un minuto.

Dijo Kanbe enviándole un fuerte golpe a la cabeza del castaño, donde Issei bloqueándolo por muy pocos centímetros, no se esperó que su maestro se moviera a su costado, clavándole un codazo en sus costillas, arrojándolo al suelo de nueva cuenta.

— Vamos levántate, que aún no hemos terminado.

Dijo con suprema confianza y autosuficiencia, golpeando una y otra vez a su aprendiz sin tener la necesidad de detenerse. Issei por otro lado, con varios moretones en la mayoría de su cuerpo, se puso de pie no queriendo demostrar debilidad, aunque eso no evitó que no consiguiera levantar su espada de madera, dejando su guardia expuesta. Kanbe dando un suspiro de decepción, se arrojó a gran velocidad, moviéndose de izquierda a derecha tan rápido, que Issei le costaba poder seguirlo con la mirada. De un momento a otro, Kanbe golpeo a Issei en todo el centro de su abdomen, utilizando el mango de su espada, sacándole el aire de sus pulmones arrojándolo nuevamente al suelo.

— Sigues siendo muy débil. Jamás vas a derrotar a ningún demonio con el nivel actual que tienes.

Escuchando las palabras de su maestro, Issei no podía dejar de dar grandes bocanadas de aire tratando de recuperar el aliento, donde su frustración llegaba a tal punto que no se creía él mismo, que en ningún momento estuvo cerca de poder tocar a su maestro con la espada de madera. Kanbe por otro lado, solo envainó la espada de madera a un lado de su cintura mientras se cruzaba de brazos.

— Levántate ya, lo de hoy solo fue un puro capricho mío para ver que tanto habías mejorado, y lo mismo va para ti Akame.

Dijo hablando para Issei y al mismo tiempo, se dirigía hacia la peli negra de ojos rojos, la cual tenía unos leves raspones y golpes por todo su cuerpo, mientras daba respiraciones profundas inflando una y otra vez su pecho. Akame al escuchar las palabras de Kanbe, bajó su espada de nueva cuenta, clavándola en el suelo utilizándola como bastón para no caer por el pequeño cansancio que sentía.

— El entrenamiento de hoy ha terminado, así que váyanse a dormir a sus casas, mañana retomaremos desde donde lo dejamos.

Dijo Kanbe dando media vuelta caminando en dirección de la cabaña que claramente era su hogar. Issei al escuchar las palabras de su maestro, se levantó con algo de dificultad del suelo, soportando a su vez, el dolor generado por las heridas que le provocaron recientemente, habló en forma de reclamo.

— Oye espera, ¿Qué quieres decir con eso?

Dijo casi en un grito, queriendo una explicación por parte de su maestro a lo que había dicho recientemente.

— Acaso no es obvio, me voy a cenar y a dormir a mi hogar, deberías hacer lo mismo

Dijo Kanbe de forma natural, como si las reclamaciones de Issei no tuvieran la menor importancia para él. El castaño pareció no tomarse sus palabras de buena manera, y continuó con su reclamo.

— Para que lo sepas, yo ya no tengo a donde ir o algo para comer. Deberías ser al menos generoso y brindarme aunque sea algo de comida.

Dijo Issei mientras que podía sentir perfectamente como su estómago comenzaba a rugir, producto de no haber consumido nada de comida hace varias horas atrás. Kanbe por otro lado, al escuchar las palabras de Issei, se quedó algo extrañado por sus declaraciones y dándole un pequeño vistazo a Akame, habló en un tono serio.

— Akame, retírate por ahora, debo hablar con Issei sobre algo importante.

La peli negra escuchando las ordenes de su maestro, solo esbozó su rostro de poker, asintiendo a su vez con la cabeza, para después marcharse del lugar caminando hacia lo más profundo del bosque.

— Bien, ya que estamos solos ¿Qué quisiste decir con que no tenías a dónde ir?

Preguntó con simpleza mientras se mantenía de brazos cruzados.

— Bueno es un poco complicado de explicar.

— Entonces habla claro.

Comenzando a enfadarse, Kanbe expresó de manera concisa, queriendo que Issei le explicara sin entrar tanto en detalles, pues él odiaba que le dieran vueltas a una conversación, justo como Issei lo estaba haciendo.

— Bueno, para ser más franco, ya no me encuentro afiliado al séquito de la Gremory.

En ese momento, un fuerte silencio se apoderó de todo el lugar, en el que Issei al ver a los ojos a su maestro, podía percibir perfectamente el enojo y furia que este desprendía.

— Espera, ¿Me estás diciendo que te expulsaron del clan Gremory?

— Está en lo correcto maestro.

Respondió rápido y firmante, no queriendo hacer enojar más a Kanbe de lo que ya estaba, pues cuando su maestro se encontraba de mal humor, por lo general Issei recibía un entrenamiento extra doloroso de su parte como una excusa para salir de sus cavilaciones. Después de que Issei hablara, Kanbe aguantando su enojo, quiso saber la razón antes de querer hacer sufrir al castaño por lo que había escuchado. Issei notó esto, y no tardó en volver a responder.

— El culpable de eso fue Raiser Phoenix. Después del juego de clasificación entre la casa Gremory y Phoenix, pidió como recompensa mi expulsión del grupo Gremory. Por esa razón, no puedo volver a la casa donde viven mis hermanos.

Terminó de explicar el castaño, queriendo omitir detalles innecesarios, pues conocía perfectamente la actitud de su maestro. Kanbe por otro lado, se le notaba enojado y molesto, siendo que Issei al estar bajo la protección de la heredera y hermana del Maou, les traería ventaja para no ser eliminados por otras facciones, ya que en el pasado su orden era temida y odiada por los demonios, ángeles y ángeles caídos. Tomando una bocanada de aire, Kanbe trató de calmarse un poco para procesar toda la información que Issei le dio de golpe, donde al mirarlo a los ojos le preguntó de manera simple, pero concisa.

— Dime, ¿Acaso ahora eres lo que los demonios llaman callejero?

— Si, desde ahora soy un demonio callejero.

Bajando un poco la cabeza mientras se sentía algo decepcionado por su nuevo destino, Issei respondió ante la pregunta que le lanzó su maestro. Kanbe entendiendo sus palabras, dio un fuerte suspiro en señal de cansancio, pues en verdad no se esperaba que algo como eso sucediera, pero si era honesto, ver a su pupilo herido casi estando a punto de morir, era bastante extraño y podría en parte justificar el haber sido expulsado del grupo Gremory, aun así, estando ellos tres como últimos sobrevivientes de Ozunu, le hacía sentirse desesperado por no tener algo de ventaja, para protegerse no solo así mismo, sino a Issei y Akame que era lo que más le importaba.

— Bien, si te soy honesto, no me esperaba que algo como esto sucediera. Esperaba que siguieras estando bajo el mando de la heredera Gremory, pero por lo que veo nuestros planes cambiaran drásticamente.

Dijo Kanbe, mientras que no le quitaba la mirada a su discipulo.

— Escúchame Issei, debes entender que tu nueva naturaleza, es más problemática de lo que crees. Estoy seguro de que sabes lo que significa ser un callejero.

Volvió a hablar, dándole a entender al castaño sobre ese asunto tan delicado como lo era ser un callejero. Por parte de Issei, este no era ignorante de su nueva situación, y si era honesto, le preocupaba bastante volverse un ser, que solo busca matar y comer como un animal salvaje.

— Lo sé maestro, sé que al ser un callejero mis días están contados, y no podré evitar transformarme en lo que buscamos destruir.

Dijo Issei algo desmotivado y triste, mientras se cruzaba de brazos impotente por saber, que lo más probable era no poder evitar ese crudo destino. Kanbe notando las palabras y actitudes del castaño, dio una ligera sonrisa mientras se reía por lo bajo. Issei notó esto, y antes de poderle reclamar por creer que se burlaba de su situación, Kanbe le respondió una información muy importante.

— Escucha Issei, debes saber que existe una gran diferencia entre los demonios que hacen parte de un clan, y los demonios callejeros.

Issei se calmó, notando la seriedad con la que dijo sus palabras.

— Cuando un individuo es reencarnado para servir a un demonio de clase alta, por lo general no pueden controlar bien el poder de la pieza que se encuentra en su interior. Por esta razón, su rey se encarga de nutrir de manera adecuada a sus sirvientes, para que estos puedan madurar de mejor manera sus poderes, en cambio, los demonios callejeros, son individuos que al abandonar el clan al que pertenecen, o como en tu caso ser expulsado, en algún punto toman más energía de la pieza demoniaca en su interior, volviéndola incontrolable. Es por eso que los callejeros terminan por mutar en criaturas horribles.

Explicó de la manera más explícita y resumida posible, a lo que Issei entendió perfectamente a que se refería, pero aún tenía una duda bastante clara en su cabeza que necesitaba una respuesta.

— ¿Entonces me estás diciendo que debo volver a tener contacto con el grupo Gremory si no quiero transformarme en un callejero?

Preguntó sonando algo escéptico, pues si era sincero, no estaba muy de acuerdo con esa idea.

— Bueno, en parte sí, pero he escuchado que no necesariamente tiene que ser el rey del séquito, creo que cualquier miembro podría ayudarte con ese problema. ¿Se te ocurre alguien del grupo Gremory que estaría dispuesto a compartir algo de su poder contigo?

Pregunto Kanbe, a lo que Issei sin perder más el tiempo, comenzó a meditar por unos minutos, tratando de recordar el último mes que pasó con el grupo Gremory, preguntándose a su vez, quién estaría dispuesto a ayudarlo. Rias Gremory, descartada. Akeno Himejima, linda por fuera, pero su personalidad lujuriosa y masoquista, le daba en parte miedo de lo que podría hacerle, así que estaba descartada. Koneko Toujou, una loli seria y sin sentimientos, la cual nunca le dirigió la palabra o trató de hablar con él en el último mes, así que no lo ayudaría. Yuuto Kiba, bastante amable, pero al igual que Koneko, nunca lo trató como miembro del grupo Gremory. Sus hermanos, ni loco les pediría ayuda, tal vez Asami sería una buena opción, pero no estaba dispuesto a estar con personas tan hipócritas como ellos y menos, cuando le dijo aquellas crudas palabras durante los días de entrenamiento.

Estando bastante desesperado, Issei sintió un pequeño dolor de cabeza, al creer que no tuvo ninguna relación con el grupo Gremory, hasta que de la nada, en su cabeza se visualizó la imagen de cierta chica rubia, la cual había estado a su lado en casi todo momento durante el último mes. Recordando el día en que la conoció, el día en que ambos fueron atacados por el exorcista renegado, el día en que ella fue a su habitación solo para estar a su lado, y saber que ella lo cuidó de sus heridas después del termino del juego de clasificación, fueron motivos suficientes para tomar una decisión.

— Si, creo que Asia estaría dispuesta a ayudarme.

— Perfecto, entonces cuando sientas exceso de poder mágico, pídele a esa chica que intercambie su poder demoniaco con el tuyo. Eso debería aliviar la enorme carga de la pieza adentro de ti.

Kanbe dijo con simpleza, dando a entender que el problema sobre la situación de Issei estaba casi solucionado. Por otro lado, cuando el castaño escuchó a su maestro, algo lo tenía confundido, y en vez de buscar una explicación de su parte, prefirió preguntar.

— Disculpe maestro ¿Cómo se realiza el intercambio de poder demoniaco?

En ese momento, la sorpresa por parte de Kanbe era notable, tanto que no pudo evitar dar pequeñas risas por lo bajo, al percatarse de la ignorancia de su aprendiz.

— ¿Qué es tan gracioso?

Preguntó Issei un poco molesto al sentirse nuevamente la burla de su maestro.

— No es nada, solo que me gustaría ver tu cara de sorpresa, cuando te des cuenta de lo que tienes que hacer.

Dijo mientras daba una sonrisa socarrona, imaginándose lo que tendría que hacer Issei con Asia. El castaño sin entender nada, solo levantó una ceja en señal de confusión, queriendo una mejor explicación sobre ese asunto.

— Espera, ¿Qué quieres decir con eso?

Preguntó el castaño notando como su maestro le daba vueltas al asunto, como si este no tuviera importancia.

— Escucha Issei, aún eres joven y a tu edad, no está mal disfrutar de los placeres carnales de vez en cuando.

Dijo Kanbe por última vez, antes de girar su cuerpo nuevamente y dirigirse en dirección de la cabaña poniendo fin a la conversación. Issei por su parte, solo se quedó pensativo por unos momentos. '¿Qué quiso decir con placeres carnales?', no estaba seguro, pero si quería saber lo que eso significaba, debía preguntárselo a Asia, ya que de su maestro no tendría una respuesta concreta.

— Por cierto, casi lo olvido.

Volvió a hablar Kanbe, antes de ingresar por la puerta de la cabaña llamando la atención de Issei.

— Lo primero, es que por tu propia seguridad, te recomiendo que no le menciones a Akame sobre tu naturaleza como callejero. Aunque no lo creas, ella te quiere demasiado, tanto que cuando le ordené matarte ese día, me amenazó con asesinarme si no funcionaba mi plan de que te reencarnaran como demonio. Entonces si le mencionas que ahora eres un callejero, podría terminar de matarte para evitar verte como un monstruo.

Dijo, haciendo que Issei entendiera lo que decía, pues, conocía bien a Akame y sabía el desagrado que tenía hacia los demonios, así que por su propia seguridad, lo mejor era ocultárselo, al menos por un tiempo.

— Lo segundo que debes saber, es que ahora que no estás con el grupo Gremory, lo mejor es que hagas algunos aliados por la zona. Escuché que otro clan de demonios, vendrá para cuidar la ciudad de Kuoh como lo hacen el clan Gremory y Sitri, así que sería buena idea familiarizarte con ellos. Tal vez así evites la muerte al menos por un tiempo. Eso es todo lo que tengo que decirte, ahora largo de aquí, y no vuelvas hasta mañana.

Habló en un tono más serio que antes, donde al terminar de hablar, cerró la puerta de la cabaña dejando al castaño totalmente solo en la espesura de la noche. En ese momento, Issei que se quedó mirando la dirección por la que se había marchado su maestro, dio un fuerte suspiro de cansancio y dando media vuelta en la dirección contraria, se marchó a paso lento quedándose muy pensativo de lo que sucedería en los siguientes días. Pues si era honesto, emparentarse con otro clan de demonios tal vez no era mala idea, después de todo, aunque tuvo una muy mala experiencia con el grupo Gremory, estando a su vez al lado de sus hermanos por todo un mes, lo terminó por estresar más de lo que ya había estado cuando abandonó su hogar. Pero quitando todo eso de lado, no todos los demonios eran tan malos como él creía, pues a parte de Asia, aún estaba la líder del clan Sitri, quien se comportó de una manera amistosa con él, incluso le regaló un arma para defenderse en el Rating Game. Así que conseguir aliados entre los demonios no sería tan problemático como pensaba, o al menos esos eran los pensamientos que inundaban su cabeza.

Pasando un par de minutos en los que Issei se encontraba caminando sin un rumbo fijo al cual dirigirse, gotas de lluvia comenzaron a caer desde el cielo, alertando al castaño al instante. Buscando un lugar en el cual pudiera refugiarse, notó no muy lejos de su ubicación, un edificio bastante maltrecho y viejo, el cual parecía estar abandonado. Sin perder más su tiempo, el castaño se dirigió rápidamente hasta aquel edificio, el cual tenía una apariencia muy similar al club de ocultismo de la academia Kuoh. Ignorando ese hecho, ingresó por la puerta refugiándose de la lluvia, donde echando rápidamente un vistazo por el lugar, el edificio en el cual se refugiaría, estaba bastante viejo y descuidado, del cual se percibía a simple vista, que había estado abandonado por un largo tiempo.

— Que pocilga.

Dijo con algo de desagrado.

— Pero bueno, es mejor que nada

Esbozando una ligera sonrisa por tener al menos donde quedarse por esa noche, Issei se dirigió a una de las habitaciones, se recostó en el suelo para que al momento siguiente, quedarse dormido profundamente.

Cambio de escena, inframundo, territorio Gremory.

En una gran oficina ovalada llena de artilugios raros y despampanantes, donde en su centro un escritorio color marrón de un buen material, se encontraba el Maou Sirzechs Lucifer haciendo el papeleo respectivo de la semana sobre los contratos entre las diferentes casas de demonios como la Phoenix, Sitri, Bael, entre otras. Poco a poco, la montaña de papeleo que era claramente vista y que estaba en frente suyo, no lo distraía de lo que invadía por completo sus pensamientos, y ese era el tema que había tenido que tratar el día anterior con la familia Phoenix, sobre el insulto provocado por un demonio de clase baja a uno de alta. Si era honesto, el problema que pudo haber generado el ex caballero de su hermana, lo había dejado muy preocupado, pero al llegar a un acuerdo con el líder de la casa Phoenix, pudo aliviar ese inconveniente, al menos por el momento. Aunque si bien, ese fue su mayor dolor de cabeza el día anterior, ahora no podía quitarse de su mente las palabras que dijo el diablo de clase baja y ex caballero de su hermana.

'Yo fui hecho para exterminar demonios con el filo de mi espada. Yo fui entrenado desde pequeño para este momento. Yo debo cumplir la voluntad de mi clan y eso es porque yo soy... un cazador de demonios'

Parando de leer el documento que descansaba en sus manos, Sirzechs comenzaba a meditar una y otra vez lo que eso significaba, no queriendo enfocarse en nada más, cuando la sola mención de la palabra cazador, hacía eco en su cabeza, logrando que un fuerte dolor en su sien se hiciera presente. Los minutos pasaban y la desesperación del Maou se hacía notar, cuando estuvo a la espera de que su esposa, le trajera la información que necesitaba. Los minutos pasaron y mucho antes de que Sirzechs pudiera seguir perdido en sus pensamientos, un pequeño círculo mágico de color rojo con el emblema de la familia Gremory, se dibujó en todo el centro de la habitación, llamando al instante la atención del Maou, quien notó como la figura de su esposa y reina, hacía acto de presencia ante él .

— Con su permiso, Maou Sirzechs Lucifer Sama.

Dijo Grayfia de manera respetuosa, a lo que Sirzechs con una leve sonrisa en su rostro por ver a su esposa, dejó a un lado todo el manojo de documentos que estaba revisando, para enfocarse en algo más importante.

— Es bueno verte Grayfia, así que dime, ¿Conseguiste lo que te pedí?

Habló Sirzechs de manera respetuosa, donde a su vez y sin perder más su tiempo, quiso ir al grano de la conversación. Grayfia pareció entender la insistencia del Maou, pues en verdad parecía bastante ansioso por obtener la información que le había pedido hace tan solo dos días atrás.

— Si Lucifer Sama, pero antes de eso, quería comentarle que la señorita Rias Sama, ya se encuentra esperándolo para la reunión que le solicitó.

En ese momento, el Maou había acabado de recordar ese asunto, que debía tratar con su hermana. Tal vez no era algo tan importante, pero lo mejor era ser precavidos en caso de que sus sospechas fueran ciertas.

— Entiendo, por favor que pase.

Grayfia asintió con la cabeza y dirigiéndose hacia la gran puerta color chocolate, la abrió para que al momento siguiente, la heredera Rias Gremory, hiciera gala de su presencia.

— Con su permiso Lucifer Sama.

Dijo Rias con decencia mientras que daba una pequeña reverencia en señal de respeto hacia el Maou del inframundo. Por otro lado, Sirzechs sin perder más su tiempo, le hizo una seña a su hermana, para que tomara asiento.

— Bien, entonces ¿De qué querías hablar Onii Sama?

Preguntó Rias, estando algo curiosa por saber la razón de que su hermano solicitara tener esa pequeña reunión con ella. Sirzechs no dijo nada, y mirando hacia su costado derecho donde estaba parada Grayfia, asintió con su cabeza, a lo que la peli plata entendiendo ese gesto, procedió a crear un pequeño círculo mágico alrededor de sus manos, apareciendo casi al instante, lo que parecía ser una caja de madera con tonos cafés y negros. Rias notando ese pequeño objeto, la gran curiosidad que ella poseía, la dejó algo aturdida al no entender que estaba pasando, pero sabía perfectamente que esa caja, debía contener en su interior información de suprema importancia.

— Onii Sama, ¿Qué contiene esa caja?

Preguntó Rias algo confusa llamando la atención del Maou, quien volvió a dirigir su rostro hacia su hermana, mostrando algo de preocupación.

— Dime Grayfia, ¿Averiguaste lo que te pedí?

— Si Lucifer Sama, buscando información relacionada con lo que me pidió, encontré varios documentos antiguos que hablan sobre un solo tema en particular.

Respondió Grayfia ante la pregunta de Sirzechs mientras que colocaba aquella caja en todo el centro del escritorio, siendo vista por los dos demonios de la sala, quienes supieron al instante, que había llegado el momento de que el Maou explicaría a su hermana, el tema que le había dado vueltas los últimos dos días.

— Escucha con atención Rias, adentro de esta caja se encuentra información clasificada que no debe ser revelada a ningún demonio del inframundo por pura seguridad. Debes entender que este tema es bastante delicado, pues podría causar desconciertos y miedo entre los demonios, ¿Está claro?

Dijo Sirzechs de manera muy seria, a lo que Rias notando el tono con el que dijo sus palabras, se percató que debía tener cuidado con lo que escucharía a continuación. Cambiando la dirección de su mirada entre la de su hermano y Grayfia, Rias comenzó a sentir presión y dudas, al no saber que responder, pues en verdad no entendía por qué sería un asunto tan serio. Pero asintiendo con la cabeza en señal de confirmación, el Maou continuó con la conversación.

— Bien, el tema del cual quiero hablar, tiene que ver con tu ex caballero. Me refiero a ese chico, Hyoudou Issei.

Aún más confusa que antes, el rostro de extrañeza de Rias se hizo notar, tanto que cuando se percató que el tema del cual quería hablar su hermano, tenía que ver con Issei. Sin entender la razón, la peli carmesí levantó una ceja demostrando al mismo tiempo, su desconcierto ante lo escuchado, pero, aun así, decidió seguir escuchando lo que su hermano diría.

— No comprendo, ¿Qué tiene que ver mi caballero en todo este asunto?

Sin entender nada, Rias preguntó buscando una respuesta ante la incógnita.

— Muy sencillo. Ese día en el que ese chico desobedeció mis ordenes, mencionó ser él, un cazador de demonios. ¿Es correcto?

— Si, pero, no entiendo por qué eso sería relevante.

Sirzechs escuchando a su hermana, tragó saliva por lo que estaba a punto de contar.

— Es muy relevante, porque si estoy en lo correcto, es posible que tu ex caballero Hyoudou Issei, pertenezca a la orden de espadachines conocida como, "Los nueve clanes".

Dijo, mientras que lentamente quitaba la tapa de la caja, dejando ver en su interior varios manuscritos grabados en un lenguaje muy antiguo, donde en su centro, resaltaba un pergamino con el papel tan viejo, que el ancho de su hoja ya estaba cubierto por un profundo amarillo, muy parecido a las hojas en un bello otoño. Por otro lado, Rias quedó aún más extrañada por la revelación que su hermano le había dado, y con la curiosidad en alto, la peli carmesí no pudo evitar en preguntar.

— ¿Nueve clanes? ¿Qué es eso?

— Los nueve clanes, eran un selecto grupo de humanos, que en el pasado lograron oponerse no solo a la raza demoniaca, sino a todas las tres facciones. Ellos tuvieron una participación muy importante en la gran guerra que tuvimos hace años atrás, donde se aliaron a ángeles y ángeles caídos por igual, con la única misión de destruirnos. Algo más que debo aclarar, es que ellos son solo una de las pequeñas razones, por las que solo quedamos 34 familias de sangre pura en el inframundo.

Dijo el Maou, terminando de dar una breve explicación, a lo que Rias queriendo refutar sus palabras, la sola mención de que humanos fueran responsables de la eliminación de la mayoría de los 72 pilares del inframundo, sonaba en parte ridículo, pero si en dado caso fuera cierto, entonces la raza humana sería más peligrosa de lo que ella pensaba. Estando literalmente con la boca abierta, al no entender lo que estaba pasando, Rias volvió a preguntar.

— Espera, si todo esto es cierto, entonces ¿Por qué en la historia que corresponde a los demonios y a las tres facciones no se menciona a ese grupo?

— Eso se debe a que fue prohibido.

Respondió Sirzechs con suma seriedad, a lo que Rias sin interrumpir, siguió escuchando.

— Debes saber que este grupo causó grandes problemas para los demonios. Cuando se terminó la guerra entre las tres facciones, se nos prohibió hablar sobre ellos, debido a que su sola mención, producía pánico en la mayoría de las familias de sangre pura, así que los ancianos decretaron que todo registro sobre ellos, fuera borrado de nuestros libros de historia, y que nunca se volviera a mencionar de su existencia. Bueno, al menos hasta este día.

Cuando el Maou Sirzechs terminó de hablar, nadie sabía que decir. Prácticamente Rias había quedado muda ante la revelación que le había acabado de dar su hermano, pero eso no terminó ahí, cuando de la nada, Grayfia tomando el pergamino entre sus manos, lo abrió y antes de comenzar a leer, Sirzechs dijo unas últimas palabras.

— Escucha Rias, este pergamino es el primer y único testimonio que tenemos sobre este grupo. Así que escucha con atención.

Dijo, a lo que Grayfia comenzó a leer un texto grabado en un dialecto raro y antiguo.

Un pergamino que data del siglo XIV se refiere al más antiguo de los 9 clanes. Como el clan de la arena negra. El explorador Israelí, Iben Batuta viajó con un grupo de huérfanos que fueron llevados a un remoto Shido, oculto entre las montañas cubiertas de nieve. Batuta describe una cena ceremonial, seguida de una exhibición de habilidades marciales. Los combatientes eran niños, ninguno con mas de 10 años.

Sus anfitriones explicaban que la vida de un hombre debe ser insignificante comparada con la vida del clan. "Aduéñate del significado de la vida de un hombre y poseerás su corazón."

Cuando Grayfia terminó de leer, un profundo silencio se apoderó de toda la habitación, en la que nadie pudo decir nada, pues parecía ser que hace rato, la incredulidad hacía parte de Rias, quien se quedó ya estupefacta por el testimonio de ese hombre. '¿Niños? ¿En serio niños?', fueron las dos preguntas que se hizo la peli carmesí en su cabeza, pero no contenta con esto, a su mente llegó la imagen de cierto peli castaño conocido como Issei, el cual Rias creía un inútil por no poseer un engranaje sagrado, ahora todo ese estigma había cambiado casi de un momento a otro. Si de verdad su ex caballero pertenecía a un grupo así, entonces sería posible que fuera más fuerte de lo que ella pensaba, no por nada a su amiga Sona le había atraído la atención, y no solo eso, sino que aún podía recordar cuando se enfrentó a la caballera del clan Phoenix hace dos días, cuando fue expulsado de su séquito por Raiser.

— Escucha con atención. Estoy prácticamente desobedeciendo a los ancianos hablándote de esto, pero con la gravedad del asunto, creo que es necesario que tú y tu séquito lo sepa cuanto antes, pues, si no estoy equivocado, y tu ex caballero fue entrenado por la orden, entonces significa que Hyoudou Issei en un futuro, podría volverse un peligro para nosotros. Según tengo entendido, enviaste a todo tu séquito devuelta a Kuoh para vigilar la ciudad en tu ausencia, así que te recomiendo que mantengas a ese chico vigilado.

— Si Onii Sama. Pero no comprendo ¿Por qué sería una gran amenaza? lo digo porque su fuerza y destreza, no es mayor a la de Kiba y mucho menos a la de Koneko, a parte que su nivel no está cerca a la de un demonio clase media, entonces no entiendo Por qué deberíamos preocuparnos tanto.

Sirzechs advirtió sobre una posible amenaza futura, a lo que Rias confusa, refutó estando incrédula.

— La razón, es porque cada uno de ellos domina un poder diferente que los hace extremadamente peligrosos. Mira esto.

En ese momento el Maou sacó de la caja una hoja pergamino pequeña, en la cual se mostraba a la orden en todo su esplendor.

A continuación, otras nueve hojas pergamino fueron mostradas ante la heredera Gremory, mientras que el Maou contaba sus historias.

Clan ShadowMoon

— Asesinos hábiles, maestros en el asesinato sigiloso, y creían que la muerte es el primer paso, para dominar el antiguo arte del dominio de las sombras.

Clan BlackSand

— Información limitada, solo se sabía que poseían una regeneración parecida al clan Phoenix, pero no tan poderosa como este.

Clan Shaarj

— Proezas en todo sentido cuando se trata de dominar el elemento rayo, con el cual imbuyen sus espadas volviéndolas 10 veces más poderosas.

Clan Refuu

— Poderosos espadachines que utilizaban el arte de la creación del fuego, dando poder a sus armas caza demonios.

Clan Zhenn

— Información bastante limitada, se cree que dominaban el elemento agua y que en dados casos especiales, eran capaces de crear hielo.

Clan Alakir

— Clan que en el pasado tuvieron una buena amistad con la facción de los ángeles, de quienes obtenían armas y artículos con el poder de matar demonios, haciendo uso del elemento sacro.

Clan Loaa

— Lo único que se sabe de este clan, es que consiguieron dominar la magia negra con la que imbuían sus armas, transformándolas en poderosas espadas capaces de exterminar demonios. Básicamente eran los herreros de la orden.

Clan Argus

— No existe información relevante sobre este clan, ni si quiera sabemos si en verdad existieron. Pero según testimonios de hace siglos, los asesinatos a demonios de sangre pura, fueron cometidos cuando esta marca se encontraba presente en la mayoría de los casos. Y, por último.

Clan Ozunu

— Era el clan más poderoso y líder de toda la orden de los nueve clanes. Se creía que todo alumno que pertenecía a este clan se convertía en una gran proeza, tanto que a cada discípulo se le entregaba una misión de asesinato para que fuera cumplida en solitario, haciendo uso de su técnica y estilo más poderoso, "La legendaria técnica del viento".

Cuando Sirzechs terminó de hablar, todos observaron con asombro aquellos pergaminos, sabiendo de antemano, que en el pasado existió una orden como esa. Al principio Rias creyó que todo ese asunto relacionado con Issei, se trataba de una mala broma inventada por su hermano, pero notando la seriedad con la que dijo sus palabras, lo atribuyó a que estaba diciendo la verdad.

— Como puedes ver Rias, la situación que concierne a tu ex caballero es más seria de lo que crees. Si no estoy equivocado y él pertenece a alguno de los nueve clanes, entonces necesito que lo vuelvas a poner de tu lado lo más pronto posible.

Rias al escuchar a su hermano, levantó su cabeza mirándolo con detenimiento y sorpresa.

— ¿Me estás pidiendo que lo vuelva a unir a mi séquito?

Rias preguntó queriendo esclarecer esa pequeña duda, a lo que Sirzechs asintió con su cabeza, confirmando lo que ya era evidente.

— Es necesario que lo hagas. Porque si en dado caso las otras facciones incluyendo las mitologías, se enteran de su existencia, podrían creer que la orden sigue operando y tratarían de reclutar a sus miembros para ellos mismos, pues la fuerza de esta orden, es bien reconocida por la mayoría de las razas sobrenaturales. Sé que tu ex caballero es tan solo un clase baja por ahora, pero la mayoría de los miembros de esta orden, estuvieron a la par de demonios de clase suprema en el pasado.

Terminó de explicar Sirzechs, dejando a Rias sin poder decir ni una sola palabra, en donde ella pensando en el último mes, se preguntaba cómo podría lograr que Issei volviera a su servicio, pues en verdad por más que tratara de convencerlo, este no lo aceptaría ya que en el último mes, había sido tratado como una escoria, durante todo ese tiempo que estuvo como caballero del grupo Gremory. A parte de eso, parecía ser que les tenía un profundo rencor a sus hermanos, aunque desconocía por completo la razón de ello. Dándole vueltas a ese asunto, el Maou Sirzechs Lucifer se levantó de su asiento, mirando por una de las ventanas de la habitación, volvió a hablar dando otra información.

— Para tratar este asunto y ayudarte en esta tarea, he asignado a otro clan de demonios para que cuide la ciudad de Kuoh junto a tu séquito. El día de mañana ya deben de haberse instalado a las afueras de la ciudad, así que necesito que les avises a tu séquito sobre este asunto lo más pronto posible.

Dijo el Maou, no queriendo mirar a su hermana por lo preocupado que se le veía, ya que en verdad ese asunto le estaba produciendo más estrés del que ya tenía.

— Si Onii Sama, me encargaré de este asunto.

Dijo Rias abandonando la oficina dejando al Maou y a Grayfia solos.

— ¿Fue buena idea hablarle sobre ese asunto Lucifer Sama?

Preguntó Grayfia con suma seriedad, a lo que Sirzechs respondió escéptico.

— Si, después de todo, ella es la única demonio que ha conseguido reencarnar a humanos con ese potencial, considero que estará bien. A parte de eso, la orden casi en su totalidad fue eliminada hace varios años atrás, así que no me preocupa demasiado ese tema.

Dijo Sirzechs dando fin a la conversación.

Fin Capítulo 25