Disclaimer: Twilight pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de DaniDarlingxx, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from DaniDarlingxx, I'm just translating with the permission of the author.

Capítulo beteado por Yanina Barboza

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Ciento nueve

Todo apesta.

Mi apartamento apesta a descompuestos recipientes de comida para llevar que nunca terminé, alcohol rancio y cigarrillos, y ese olor a polvo y humedad que se siente en un lugar cuando ha estado cerrado demasiado tiempo.

Y también apesto.

Ni siquiera puedo recordar la última vez que me duché. No he salido de casa en más de una semana, así que ¿por qué molestarme?

El jefe me obligó a tomarme unas merecidas vacaciones. Las primeras vacaciones que tomé en mi vida, y ni siquiera quiero tomarlas.

Ya no quiero nada. Excepto estar con Bella.

Angela ni siquiera me deja mirarla, ya que bloqueó su transmisión de mi computadora, y todo lo que me dice sobre cómo está es que está a salvo.

Ojalá fuera suficiente, pero no lo es. Nunca lo será.

Mis ojos están llenos de costras cuando finalmente parpadeo para abrirlos en algún momento alrededor de las dos de la tarde, el sol entra a raudales por la ventana, luciendo gris por toda la suciedad. Mi mano me rasca el estómago, la cabeza me palpita mientras alcanzo y tomo el resto del whisky del vaso de la noche anterior. La cura para la resaca y todo eso.

No he dormido en mi propia cama en más de un mes porque es donde ella estaba. Donde la tuve por última vez. No puedo tocarla sin olerla, aunque estoy seguro de que el olor es más que nada mi imaginación en este punto.

Y duele demasiado olerla. O pensar en ella, para el caso, pero apenas soy capaz de detenerme.

Mis huesos crujen cuando me siento, ya no soy tan joven como solía ser, y mi cabeza descansa en mis manos mientras le doy la oportunidad de dejar de palpitar.

Pero mi cabeza no es lo único que palpita.

Duele. Tanto dolor cuando alguien golpea la puerta. Suena como si hubieran aprendido de la policía por lo fuerte que están golpeando la madera.

―¡Edward, abre la puta puerta! ¡Juro que la derribaré si no lo haces!

Mi hermana. Fantástico.

―¡Vete a la mierda, Rose! ―trato de gritar, pero mi voz no ha sido utilizada en tanto tiempo que es ronca y patética en lugar de lo amenazante que busco.

―¡Vete a la mierda, pendejo! ¡Mamá y papá están preocupados por ti, y no voy a dejar que te autodestruyas como si fueras el único que ha sufrido de un corazón roto!

Gimiendo, me levanto y camino hacia la puerta. Debido a que es una Cullen, absolutamente derribará la puerta si es necesario.

Ella está allí de pie en todo su esplendor perfectamente maquillado, con el rostro torcido de disgusto y su mano tapándose la nariz.

―Dios mío, Edward, ¿mataste a alguien aquí o algo así?