Disclaimer: Twilight pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de DaniDarlingxx, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from DaniDarlingxx, I'm just translating with the permission of the author.

Capítulo beteado por Yanina Barboza

Grupo en Facebook: Tradúceme un Fic


Ciento diez

Es algo triste y jodidamente patético cuando tu hermana te obliga a entrar a la ducha.

Literalmente, me empujó aquí y me exigió que no saliera hasta que estuviera limpio y me hubiera afeitado la "ratonera" de la cara.

Difícilmente se puede discutir con eso, ¿verdad?

Cuando por fin salgo, es asombroso el progreso que ha hecho en la casa. El lavavajillas está funcionando; la comida podrida ha sido metida en bolsas y llevada al basurero. La ropa sucia se ha reunido en una pila para que yo pueda lavarla, pero ya hay una carga en la lavadora.

―Rose, no tienes que limpiar mi desorden.

―Siéntate y cierra la puta boca, Edward ―espeta. Pero conozco ese tono. Es el mismo tono que le da a mamá cuando cree que se está esforzando demasiado.

Rose ama más fuerte que nadie que conozca. Cuando uno de nosotros se tambalea, asume como su misión personal volvernos a levantar.

Sinceramente, me sorprende que haya tardado tanto en aparecer.

Unos minutos más tarde, trae dos tazas humeantes de café, pasándome la mía antes de sentarse en la mesa de café frente a mí para poder mirarme directamente a mis estúpidos ojos.

―Háblame, Edward. Habla con alguien. Haz algo. Bella no querría que te revolcaras así.

Mi risa es amarga antes de hablar.

―A Bella le importa una mierda lo que me pase.

―Sabes que eso no es cierto. Pero entiendo que estés sufriendo en este momento, así que si es lo que necesitas decirte a ti mismo. De cualquier manera, Edward, tienes que averiguar qué vas a hacer a partir de aquí. No puedes esconderte aquí y desaparecer.

El café todavía está demasiado caliente; me quema cuando toca mi lengua y se desliza por mi garganta. Pero es un recordatorio bienvenido de que todavía puedo sentir algo más que vacío.

—Obsérvame —ladro.

Salto un poco cuando Rose presiona su mano en mi rodilla. La última que me tocó físicamente fue ella, y olvidé lo reconfortante que podía ser.

―Si no lo vas a hacer por ti o por mí, hazlo por mamá.

―Mamá está muy bien.

―¿De verdad quieres correr el riesgo en caso de que tenga una recaída? Además, sabes tan bien como cualquiera de nosotros que nada de nuestro tiempo aquí está garantizado.

Joder, tiene razón. Odio cuando tiene razón.

―Ni siquiera sé cómo empezar a salir, Rose ―suspiro, con los largos dedos envueltos alrededor de la taza para absorber el calor.

―Bueno, para eso estamos aquí. Tu familia, Ang, el jefe. Te amamos, Edward. Todo lo que tienes que hacer es pedirlo y te ayudaremos.

Asintiendo, fijo mis ojos en la superficie negra de la taza. Ella está en lo correcto. Puede que no sepa qué debe cambiar, pero algo debe cambiar.

―¿Puedo preguntarte algo? ―evade suavemente.

―Ya irrumpiste en mi apartamento, me obligaste a bañarme y limpiaste mi desorden; por favor, no dejes de entrometerte ahora —me quejo, agitando mi mano.

―¿Alguna vez realmente quisiste estar en Inteligencia Humana, o simplemente admiraste a papá y seguiste sus pasos?

Tengo que pensar en eso por un momento. Supongo que realmente nunca hubo un momento en el que tomé una decisión sobre qué carrera seguir. Solo sucedió. Sin esfuerzo. Sabía que tenía un trabajo esperándome. Sabía que admiraba a papá. Simplemente parecía lo más lógico. Y luego me lancé con tanta fuerza que ni siquiera me di la oportunidad de considerar otra cosa.

―Supongo que fue algo que simplemente se dio. ―Me encojo de hombros.

―¿Y lo disfrutas?

―Lo hacía, antes. Pero... no, creo que ya no lo hago.

Rose asiente, tomando un sorbo de su café mientras piensa.

―¿Qué es lo que te gustaba de ello?

―Uh… ―Me rasco la nuca, pensando―. Me gustaba proteger a las personas antes de que supieran que estaban en peligro. Mi cerebro es realmente bueno para clasificar la información y ver lo que es importante, descartando lo que no lo es, así que surgió de forma tan natural.

―Pero, Edward, hay toneladas de trabajos en el FBI que todavía pueden darte eso. Creo que necesitas hablar con el jefe. Y ven a cenar el domingo. Deja que mamá vea con sus propios ojos que no estás muerto.

Me obligo a mirarla a los ojos entonces, tan tristes y llenos de preocupación, y me odio por haber puesto esa mirada allí.

Rose tiene razón.

Es hora de arreglar mi enorme montón de mierda y empezar a vivir de nuevo.