Disclaimer: Twilight pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de DaniDarlingxx, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from DaniDarlingxx, I'm just translating with the permission of the author.
Capítulo beteado por Yanina Barboza
Grupo en Facebook: Tradúceme un Fic
Ciento once
BPOV
Cuando tenía dieciséis años, mi mejor amiga, Carmen, besó a mi novio en una fiesta en la que se suponía ninguno de ellos dos debía estar.
Nunca hablé con ninguno de ellos después de eso.
Cuando tenía dieciocho años, finalmente le entregué mi virginidad a mi entonces novio Seth, solo para que él me dijera que era gay.
Estaba tan destrozada que salí de la habitación y nunca lo volví a ver.
Cuando tenía veintiún años, me inscribí en una pasantía que podría haber cambiado mi vida, pero en cambio fue para mi rival, Lauren Mallory.
No es que hablara mucho con ella, para empezar, pero entiendes el punto.
No confío fácilmente, y es aún más difícil para mí perdonar.
No porque alguna vez haya pasado por algún tipo de trauma terrible que destruyera mi corazón y me obligara a construir muros de hierro a su alrededor, simplemente no es quien soy. No soy blanda ni me ganan fácilmente por algo más profundo que un par de citas y un jugueteo entre las sábanas.
Así que el hecho de que Edward pudiera penetrarme... ja... significa mucho...
Significaba mucho.
Porque ahora se acabó. ¿Todas esas cosas que mencioné antes? Ninguna de ellas se compara a la traición que siento a manos del hombre del que estoy segura que estaba enamorada.
Seamos realistas; todavía estoy enamorada de él, pero... no importa.
Él me mintió. Me observó. Se corrió mientras me miraba correrme, y eso debería hacerme sentir mucho más sucia de lo que lo hace.
Pero sigue estando mal.
Todavía duele. Tanto, que ni siquiera pude soportar volver al bar donde él solía sentarse y verme trabajar, durante una semana después de que rompimos.
Lavo mis sábanas más veces de las que me gustaría admitir, pero todavía lo huelo en ellas.
Encuentro su camisa entre mi ropa y la meto en la parte de atrás de mi cajón.
Las fotos que tomamos con mi teléfono las borro... pero no vacío la papelera para deshacerme de ellas para siempre.
Y, aun así, cada vez que llama, cada mensaje que no leo, cada vez que toca a mi puerta...
Hay una pequeña parte de mí que quiere ceder. Que necesita sentir sus labios sobre los míos otra vez. Incluso sentir su cuerpo contra el mío, meterme en ese espacio seguro que hacía que todo lo demás desapareciera.
Pero no puedo. Mi corazón no puede permitírselo. Nunca seremos los mismos, nunca podremos construir una relación duradera sobre esta base de mentiras.
Así que finalmente, en la semana tres, bloqueo su número.
Y empiezo a buscar un nuevo apartamento.
