Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

—Mis ojos están sangrando ...—dijo Bakugo, alarmado.

—No.—negó con la cabeza Pakkun.—No sólo te sangran los ojos ... Tus oídos ... Tu nariz ... Tu boca ...—Bakugo acabó de rodillas escupiendo una gran cantidad de sangre.—Tu cuerpo no está asimilando las píldoras del soldado. Te estás muriendo, Bakugo.—

Bakugo empezó a convulsionar violentamente , más grave incluso que aquellos que sufren ataques epilépticos. La sangre de sus orificios (oído, nariz, ojos ...) salía descontrolada. Estaba agonizando por el dolor

Pakkun comprendió que no podía hacer nada por el chico, solo podía acompañarle para no dejarle solo mientras se aproximaba su muerte.

—Debiste hacerme caso, baka ...—murmuró con tristeza Pakkun.—¿Cómo voy a decirle a Kakashi que no pude impedir que su alumno se suicidara?.—

Las convulsiones pararon pero Bakugo se sentía muy cansado de golpe. Apenas podía abrir los ojos y notaba como los latidos de su corazón se ralentizaban. Su ritmo cardiaco pasó de 100 pulsaciones por minuto a 80. Y bajando. 60 ... 50 ... 40 ...

—Y todo al final para nada ...—dijo Pakkun viendo como el Shukaku lentamente se movía en dirección a Konoha. Luego volvió su vista al casi inconsciente Bakugo con una mezcla de rabia y tristeza.—¡Ya que eres tan idiota como para suicidarte al menos que sirva para algo! ¡Dijiste que no permitirías que ese monstruo destruyera Konoha! ¡Despierta de una vez!—le dio un par de bofetones con sus patas pero no sirvió de nada. Pero luego recordó que entre las medicinas humanas que Kakashi le había colocado en su chaleco tenía un par de jeringuillas de adrenalina.—¡Si vas a morir que al menos sea luchando, Bakugo!—entre sus patas y la boca maniobró para inyectarle la adrenalina en el muslo.

N/A: la adrenalina utilizada como medicamente (las inyecciones de adrenalina) sirven principalmente para frenar las reacciones graves alérgicas. Si conocéis a alguna persona alérgica o soís vosotros mismos alérgicos supongo que esto ya lo sabíais. Pero las inyecciones de adrenalina también sirven para pacientes que se encuentren en parada cardiorrespiratoria como es, más o menos, el caso en el que se encuentra Bakugo.

Pakkun después de inyectarle la adrenalina esperó unos segundos expectante. Al no ver reacción alguna sacó la otra jeringuilla y cuando estaba por clavársela vio, aliviado, como Bakugo se incorporaba sobresaltado.

—¡JODER! —exclamó Bakugo, cabreado. —¿Qué cojones me has clavado, chucho? ¡Duele un huevo y medio!—se quejó.

—De nada chaval.—sonrió Pakkun.—Aunque no sé porque a ti te duele tanto. A Kakashi se lo he tenido que inyectar un par de veces por su alergia a los cacahuetes y no se quejó ...B...—

—¡Pues te digo que duele una jodida barbaridad! ¡Y no soy una nenaza que se queja por cualquier cosa!¡Tengo el umbral del dolor muy alto!—Bakugo se llevó la mano buena al corazón.—Joder, parece que me vaya a estallar el corazón ...—

—Mmmm...—Pakkun se acercó y trepó por el cuerpo de Bakugo hasta poner su oreja a la altura del corazón del rubio. Le latía a más de 200 pulsaciones por minuto. —Bien—asintió Pakkun con una sonrisa.

—¿Bien? ¿Cómo que bien? ¿Es que ya quieres verme muerto, jodido chucho parlanchín?—dijo Bakugo, enojado.

—Yo soy la única razón por la que sigues vivo así que no digas más tonterías. —dijo Pakkun, frunciendo.—La adrenalina que te he inyectado no aumentan por sí sola tanto el ritmo cardíaco. Eso quiere decir que las píldoras del soldado están empezando a hacer efecto. Lo malo es que tu ritmo cardíaco seguirá aumentando hasta que tu corazón no aguante más y te dé un infarto. Yo calculo que debes tener unos 5 minutos hasta pase eso—

—¿Me quedan 5 minutos de vida?—dijo Bakugo, preocupado.

Apretó con la mano en el pecho. El dolor era inaguantable. Notaba como las venas de todo su cuerpo se marcaban más y más hasta hacerse muy visibles llegando a parecer grotescas. Además, sentía como poco a poco sus músculos se ensanchaban. Se estaba transformando poco a poco. En el proceso se le desgarró el tríceps de su ya destrozado brazo derecho y el cuádriceps de su pierna izquierda.

—No, te quedan 5 minutos para que te dé un infarto ...—Pakkun dudó al ver la transformación física de Bakugo.—Puede que menos. Pero la mayoría de humanos sobrevivís al primer infarto ... Si se trata con rapidez ... Cosa complicada en mitad del bosque ... Voy a buscar ayuda ... Alguien que tenga conocimientos médicos suficientes para mantenerte con vida el tiempo suficiente hasta que llegues al hospital de Konoha. Pero no habrá hospital ni nada remotamente parecido si no detienes a ese monstruo...—

—Así que tengo 5 minutos para derrotar a ese mapache gordinflón ...—dijo Bakugo con una sonrisa arrogante ya que sentía como el chakra fluía como un torrente. El chakra era tan fuerte que era hasta visible. Estaba embriagado por el poder que sentía. Jamás había experimentado tanto poder dentro de él.—¡Perfecto!—mostró aún más sus pronunciados dientes caninos.

—Más bien 4 minutos ...—Pakkun dudó.— O puede que 3 ...—

—¡Me sobra con un minuto!—Bakugo empezó a volar a toda velocidad con el quirk en dirección al Shukaku

—¡Suerte, chico!—gritó Pakkun, pero ya Bakugo ya estaba demasiado lejor para que escuchara sus palabras de ánimo.—¿Y ahora dónde encuentro ayuda? Los humanos que más cerca están de aquí son el grupo de Kiba, Shikamaru, Sakura y Sasuke. Pero todos están hechos polvo —empezó a olisquear por todas partes.—Esa chica de Suna está yendo hacia el Shukaku, ¿vendrá a ayudar a Bakugo? ¿Sabrá algo de primeros auxilios? ¡Debo encontrarla y explicarle la situación!—corrió en la dirección del rastro de olor de Temari pero se detuvo en seco.—¿Y si en verdad ha venido a rematar a Bakugo? —Pakkun negó con la cabeza.—¡No puedo pensar en eso ahora de todas formas es la única esperanza de Bakugo! —volvió a continuar corriendo a toda velocidad hacia la ubicación del rastro de Temari.

Pero mientras Pakkun corría un aroma casi imperceptible le recorrió por todo el hocico que hizo que volviera a detenerse. En el horizonte, discernió una figura se movía entre los árboles como una especie de sombra a una velocidad vertiginosa yendo hacia donde se hallaba el Shukaku

—¡Es imposible! ¿Cómo es que no he percibido su olor antes?—pensó alarmado Pakkun.—¿Quién podrá ser? ... Pero lo más importante ...¿es amigo ...?—el perro tragó saliva con dificultad.— ¿... o enemigo?—

En el aire, Bakugo aceleraba más y más, gracias a las explosiones en sus pies, hasta alcanzar una velocidad de 300 metros por segundo (N/A: unos 1.000 kilómetros por hora) pulverizando su record personal y acercándose a la velocidad inhumana del sonido.

N/A: la velocidad del sonido es de unos 350 metros por segundo o 1.250 kilómetros por hora. Como nota curiosa, los cazas de . superan ampliamente la velocidad del sonido, alcanzan los 3.500 km/h.)

El Shukaku, por instinto, giró la cabeza hacia la amenaza que tenía en su espalda a un par de kilómetros de distancia.

—¡¿ASÍ QUE SIGUES VIVO?! ¡JAJAJA!—rugió el Shukaku, divertido. Volvió a inspirar profundamente una gran cantidad de aire y a golpearse el estómago.—¡¡FUUTON RENKUUDAN! (N/A: Elemento viento, bala perforadora de aire). La bala de aire impactó de lleno en Bakugo haciendo que nuevamente provocara una superexplosión de aire.—¡SOBREVIVE A ESTO, CUCARACHA! ¡JAJA ...! ¿EH?—la risa del Shukaku se esfumó. Cuando la onda expansiva se disipó lo suficiente, pudo ver el resultado de su ataque. La bala de aire había conseguido un profundo corte en Bakugo, justo por debajo donde tenía la bandana de Konoha. La sangre recorría nuevamente el rostro del chico. Y también era cierto que el ataque le había reducido algo la velocidad, pero el rubio seguía pareciendo un proyectil humano deseoso de alcanzar su objetivo, el Shukaku. Y es que la onda expansiva no le había alcanzado ya que la velocidad de Bakugo seguía siendo superior a la velocidad en que surgía la explosión de la bala—¡GRRRR...!—gruñó molesto.

El monstruo volvió a inspirar aire, solo que esta vez mucho más aire que la vez anterior, hasta tal punto que con el aire en su estómago casi triplica su tamaño. Por contra, a riesgo de perder velocidad, Bakugo empezó a dar vueltas sobre su eje con explosiones con su única mano utilizable, la izquierda, hasta crear un tornado gigantesco. Estaba realizando su técnica más fuerte, el Howitzer Impact (quitando el Big Bang que requiere el sacrificio del usuario), en su máximo poder para poder recibir entero las futuras balas de aire del Shukaku.

—¡¡FUUTON RENKUUDAN! ¡¡FUUTON RENKUUDAN!el Shukaku se golpeaba una y otra vez la tripa hinchada.— ...¡¡FUUTON RENKUUDAN! ¡¡FUUTON RENKUUDAN! ¡¡FUUTON RENKUUDAN!—la velocidad de Bakugo bajaba y bajaba por cada bala de aire, pero gracias al tornado del Howitzer Impact, limitó mucho el daño en su cuerpo pudiendo continuar su avance. —¡MUÉRETE DE UNA MALDITA VEZ, CUCARACHA!—

—¡HOWITZER ...!—Cuando estaba apenas a 20 metros de la cabeza del Shukaku, Bakugo apenas tenía una velocidad de 80 kilómetros por hora, pero la suficiente para conseguir su objetivo. Bakugo estaba apunto de detonar su técnica, pero la última bala le había impactado de lleno en el antebrazo izquierdo desgarrando músculos y huesos.—¡Arggg!—gimió de dolor Se había quedado con los brazos completamente inútiles. Tenía tan cerca al durmiente Gaara. Solo un par de metros ...Solo le quedaba una cosa por hacer. Usar su cabeza como arma.—¡KILLING HEADSHOT! (N/A:disparo en la cabeza asesino). ¡DESPIERTA DE UNA JODIDA VEZ TAPÓN PELIRROJO!—

La colisión entre ambas cabezas hizo que la herida en la frente de Bakugo fuera aún más profunda, pero lo bueno para el rubio ceniza es que Gaara se despertó de su jutsu. El Shukaku de Arena se empezó a resquebrajar en el momento en que Gaara abrió los ojos hasta que se transformó todo en arena cayendo al suelo. Bakugo permaneció en el aire gracias a su quirk en los pies, pero Gaara caía al vacío sin chakra y sin arena que le protegiera.

—¿Mi existencia desaparecerá así?—pensó Gaara, con la gravedad acelerando su caída hasta tal punto de que moriría irremediablemente. Cerró los ojos esperando el desenlace fatal, pero los abrió al sentir como alguien le rodeaba en el aire.—¿Eh?—vio como Bakugo, con ayuda de sus dientes y de lo poco que quedaba de su brazo izquierdo desgarrado lo sostenía en el aire con un extraño abrazo

—Tsk...—masculló entre dientes, le costaba mucho esfuerzo el peso que debía sostener su mandíbula al morder la ropa de Gaara.

Pero aún estaban a más de 20 metros de altura cuando un dolor intenso en el pecho y un olor metálico hizo que le entrara un terror repentino. El infarto que había predicho Pakkun estaba sucediendo.

—¡Ahora nooooo!—pensó Bakugo molesto consigo mismo. Y es que el dolor del infarto le hizo que no pudiera seguir usando el quirk en sus pies. Ahora ambos caían a gran velocidad a tierra sin freno alguno —¡Joder!—

Bakugo abrazó con más fuerza a Gaara y lo protegió para que el impacto de la caída recayera en su espalda. El golpe fue brutal con un doloroso crujido en las costillas.

—¡ARGGG!—gimió Bakugo quedando postrado boca arriba. Vomitó una gran cantidad de sangre, parte de ella salpicando a Gaara que se encontraba a escasos centímetros de él, completamente inmóvil de cuello para abajo por la falta de chakra.—Brgg ...—volvió a vomitar el rubio, pero esta vez algo menos de cantidad.

—¿Por ... qué ... me... has ... salvado?—preguntó Gaara con esfuerzo y con temblor en el cuerpo.

—Mi ... cuerpo ... simplemente ... se ... movió ...—dijo Bakugo recordando la vez que Deku le salvó del villano del pantano, soltando entre tanto esputos de sangre.

—¿PERO POR QUÉ?—exigió saber Gaara, molesto con su salvador.—¡TE HE INTENTADO MATAR! ¡Y CUÁNDO ME RECUPERE ME PEDIRÁN QUE COMPLETE MI MISIÓN! ¡SABES QUE DESTRUIRÉ TU VILLA! ¿POR QUÉ ME HAS SALVADO?—

—Porque ...porque ... No lo sé ...—Bakugo cada vez estaba más débil. Veía cada vez más negro a pesar de tener los ojos abierto. Las pulsaciones de su corazón volvían a reducirse drásticamente—Supongo ... que ... no ... quería ...volver ... a ... matar ... a un crío. —y es que el recuerdo de la chica bandida muerta por sus manos aún le atormentaba por las noches.

Ambos se quedaron en silencio, el rubio mirando a las nubes y Gaara observando con atención el rostro moribundo del rubio ceniza

—¡GAARA! ¡GAAARA! ¿DÓNDE ESTÁS?—Gaara oyó la voz de su hermana.

—Aquí, Temari.—respondió secamente el pelirrojo sin perder de vista a Bakugo.

—Menos mal ...—respiró aliviada al ver a su hermano vivo y con solo una herida en la frente. Pero al ladear un poco la cabeza y ver el cuerpo de Bakugo repleto de sangre y cicatrices se llevó las manos a la boca.—¡Oh Dios mío! —y más se horrorizó cuando vio tosía sangre sin parar—¿Aún sigue vivo?—le preguntó a su hermano.

—Sí, aunque no por mucho tiempo.—respondió Gaara.—Me ha salvado la vida. Me ha protegido con su cuerpo de una caída de más de 50 metros.—

—...—Temari al ver que el chico rubio expulsaba una gran cantidad de sangre por la boca dedujo lo siguiente:.—La caída le ha debido romper un par de costillas con la mala suerte de que ha acabado perforándole o como mínimo rasgándole un pulmón. Morirá atragantándose con su propia sangre.—

—¿Oís ... eso?—preguntó Bakugo a nadie en particular. Ya veía completamente todo negro a pesar de tener los ojos abiertos. Temari se tensó y se llevó la mano al kunai en caso de que alguien de Konoha viniera a por Gaara.—Es ... mi ... madre ...—lágrimas con sangre le resbalaron de sus ojos ...—Me ... está ... cantando ... mi ... canción ...de bebé ...—alzó la mano izquierda hacia, ignorando el dolor del desgarro por la bala de arena.—¿Mamá ... has ... venido ... a ... por ... mí?—preguntó con una débil sonrisa al cielo, para él negro.

—Bakugo, no puedo salvarte, pero puedo ahorrarte el dolor que estás padeciendo. Solo sentirás un pinchazo y todo se acabará. En lugar de estar aquí postrado agonizando durante minutos.—dijo Temari en tono cariñoso. Bakugo negó con la cabeza con más lágrimas de sangre saliéndole del rsotro. Temari se acercó a él y le limpió el rostro lleno de sangre con un pañuelo.—Déjame ayudarte, por favor. Te lo debo por lo que has hecho por Gaara y por mí.

—No ...—dijo Bakugo a la vez que negaba con la cabeza. Le costó tragar la sangre acumulada en su garganta.—Quiero ... terminar ... de ... escuchar ... la ...canción ...—explicó con una débil sonrisa.

—Cómo quieras ...—dijo Temari secándose los ojos vidriosos. Le dio un beso en la frente al chico y luego recogió a su hermano inmóvil del suelo

—Un momento, Temari.—dijo Gaara.

—Debemos irnos antes de que los de Konoha ...—dijo Temari, nerviosa.

—Solo será un momento.—Gaara miró el rostro moribundo del rubio.—Katsuki... Bakugo ... Si te sirve de consuelo allá donde vaya cuando mueras, que sepas que no permitiré que me vuelvan a utilizar para atacar a Konoha. No lo permitiré. Y ... —Gaara se lo pensó dos veces. Un rubor se extendió por todo su rostro.—...Gracias.—

—Gracias por todo, Bakugo. No lo olvidaré jamás.—pensó Temari, yéndose de allí a toda prisa de regreso a Suna.—

—Twinkle ... twinkle ... little ...star ...How.. I ...—empezó a tararear débilmente Bakugo la canción de cuna favorita de su madre. N/A: la canción ¿Estrellita dónde estás? en inglés Por cada palabra que pronunciaba, con menos fuerza se sentía. La mano extendida al cielo caía poco a poco hasta quedarse pegada a su cuerpo.—...wonder ... what... you ... are...—Los párpados le parecía que le pesaban toneladas y los cerró poco a poco.— Up ... above ... the ... world ...so ... h...—

No pudo acabar la canción de nana ya que el cansancio acumulado hizo que se durmiera. Pumpum ... pumpum ... Los latidos en su corazón eran cada vez más débiles. 50 pulsaciones por minuto ... 40 ... 20 ... 10 ... 5 ...

Pum ... pum. Ese fue el último latido hasta que su corazón dijo basta.

.

.

.

.

.

Y así acaba la historia de Katsuki Bakugo en Konoha ... ¿o no?