Lubbock se encontraba en un gran problema en ese momento, debido al engaño orquestado por Courtney, ahora existía la posibilidad de que Najenda le odie por lo que ella presenció, el haber besado a otra mujer mientras ella no estaba, por esa misma razón estaba buscándola por todas partes para explicar lo sucedido.

- Maldición, Najenda-san, donde te has ido… - No quería dejar que todo termine de ese modo por lo que se movió lo más rápido que pudo, en ese momento vio a Sagiri salir de un establecimiento. - ¡Sagiri!

- ¡Wooaah! No tan rápido. – Se sorprendió al ver lo veloz que iba, el peliverde se detuvo en ese momento. - ¿Para que el apuro?

- ¿Has visto a Najenda-san?

- No realmente… - Eso causó que Lubbock gruñera por debajo. - ¿Qué sucedió? No me digas que hiciste algo para enojarla, como haber flirteado con otra mujer… - Entrecerró los ojos.

- No pasó eso realmente… quiero decir, algo parecido pero… - La pelinegra de cabello corto mantuvo un rostro inexpresivo lo que puso más nervioso a este. – Por favor, déjame explicarte lo sucedido… - Y en ese momento comenzó a contar lo sucedido desde que se separaron, acerca de Courtney y la trampa que le tendió, Sagiri escuchó todo con atención.

- Ya veo… ciertamente esa mujer tiene algo en tu contra.

- ¿Cierto? Ella busca arruinar el matrimonio con la única mujer que me ha aceptado por lo que soy. – Reclamó.

- Pero… igual es tu culpa por pervertido, dejarte engañar que vendía afrodisiacos… - Frunció el ceño, causando una risa nerviosa en el peliverde. – Como sea… movilizaré a los soldados para que la busquen, tu deberías enfocarte en lo más importante y eso es animar a Najenda ¿entendido?

- Claro que lo haré, como si mi vida dependiera de ello. – Respondió, Sagiri sonrió y le dio una fuerte palmada en la espalda a Lubbock.

- Ahora ve y arregla las cosas. – Dicho eso, Lubbock se fue en ese momento, Sagiri soltó un suspiro. – En serio que es un pervertido sin remedio… pero ahora es mejor hombre que antes.

Lubbock continuó corriendo en búsqueda de su esposa para poder arreglar la situación, no podía haberse ido tan lejos así que pensó en posibles sitios que a ella le gustara ir o tuviera algún gusto en común pero no tuvo suerte.

- Maldita sea… ella realmente nunca ha hecho esto, seguro… - En ese momento recordó algo y es que a ella le gustaba observar desde lugares altos sea en bosques y demás. – Ya sé a dónde ir.

Para alcanzar el sitio tuvo que ir a las afueras de la ciudad, solamente esperaba que ahí ella realmente estuviera y de ese modo pueda encontrarla, debía de arreglarlo todo antes de que sea demasiado tarde, ya en ese momento estaba avanzando por los árboles.

- Te encontré~ - Y una voz se hizo presente más ahí quisieron atacarlo, Lubbock saltó al costado, viendo que se trataba de Courtney. - ¿A dónde vas bombón?

- Tú, que diablos piensas hacer. – La pelinegra soltó una risa por debajo.

- Créeme que sé lo que piensas hacer y no lo permitiré, por eso voy a entretenerte hasta que vea como tu vida amorosa se cae por los suelos. – Respondió ella de forma burlona, Lubbock apretó su puño con fuerza.

- En serio que no entiendo esa fijación que tienes hacia mí, sé que eres una enemiga pero no tengo la más mínima idea del por qué te enfocas en mi persona. – En ese momento ella frunció el ceño.

- Por cual otra razón podría ser… se supone que todos acaban cayendo ante mis encantos, pobres y estúpidos hombres que caen rendidos ante mis pies para que hagan lo que yo quiero y entonces aprovecharme de ello, pero tú… no caíste y eso me molesta, más al proclamar que esa mujer marimacha es más hermosa que yo ¡Imperdonable!

- Parece que no entiendes lo que es estar enamorado, solo te has dedicado a jugar con el corazón de los hombres, los maltratas como juguetes y juegas con sus corazones, una perra como tú no entendería nunca lo que es ser fiel a alguien.

- ¡Eso no me importa! Las mujeres hermosas como yo deben tener todo a sus pies y si alguien se rehúsa a ello, lo mataré. – Ella atacó con su teigu en ese momento, buscando retener a Lubbock, este extendió los hilos de Cross Tail para bloquear a Polaris, ella buscó jalarlo nuevamente pero el peliverde deshizo las ataduras de los hilos y en vez de ello se movió a espaldas de ella para patearla.

- No caeré en el mismo truco dos veces. – Respondió este, ella gruñó por debajo.

- Y no es que esa sea mi intención. – Ella usó a Polaris para amarrarse a una rama y elevarse, Lubbock hizo lo mismo con sus hilos, ahora los dos estaban sobre las copas. – Veamos quien tiene más dominio en esta zona, tú o yo.

- Tampoco es que haga demasiada diferencia. – Movió los hilos en su mano para atraer una roca la cual buscaba golpearla, ella manipuló su látigo para romperla. – Tsk.

- Los ataques sorpresa no servirán conmigo. – En ese momento Lubbock soltó una risa por debajo. - ¿Qué es gracioso?

- Yo realmente no soy muy adepto al combate cara a cara, por eso estoy más encargado de las trampas y los hilos de Cross Tail sirven para ese propósito, como, por ejemplo, dispersar los hilos cuando nadie se da cuenta.

- ¿Cómo? – Ella se dio cuenta muy tarde al ver hilos sosteniendo sobre la rama donde ella estaba parada, esta se rompió de repente y debajo esperaba una trampa de hilos.

- ¡No, Polaris! – Agitó su látigo para sujetarse a través de otra rama pero Lubbock igual vio que ella haría ese movimiento y en vez de eso colocó otros hilos en el camino. - ¡Maldito!

- Ahora serás tu la capturada en estos momentos. – Respondió él, confiado en que la tendría en ese momento, ella durante unos segundos parecía estar en problemas pero entonces sonrió. - ¿Qué?

- No creas que estoy en problemas por mucho. – Ella agitó su látigo para sujetar ahora la pierna de Lubbock.

- ¿Cómo?

- Seguro estabas tan confiado que no viste cual era mi verdadera intención y eso llevarte conmigo. – Respondió ella, el peliverde gruñó al no tener otra opción y esa fue deshacer la trampa de hilos, lo que Courtney esperaba. - ¡Perfecto, ahora Polaris!

- ¡Oh mierda! – Sintió como fue movido con fuerza hacia un árbol, impactando en ese momento, de forma consiguiente Courtney llegó a patearlo, siendo arrastrado por el suelo.

- Ahora quien está en problemas ahora. – Ella comenzó a reír de forma malvada, Lubbock buscó levantarse en ese momento pero otro ataque de ella y además ser sujetado del brazo para levantarlo y quedar frente a ella fue todo lo que pudo hacer. – Ya lo dije, yo soy quien tiene el dominio aquí y ahora y eso es algo innegable.

- Eso crees, pero no será por mucho, después de todo no soy el único que está aquí '¿sabes? Tengo a mis amigos que igual te están buscando.

- Entonces eso solo significa que tengo que acabar contigo cuanto antes y esconderme de nuevo, así los mataré uno a uno hasta que no quede nadie más, ese es el poder de Yintos, quienes ustedes se han estado resistiendo. – Courtney creía ya tenerlo todo seguro, iba a ganar y mataría a Lubbock en ese momento. – Muy bien, no sigamos perdiendo el tiempo, es momento de que mueras. – Sujetó su cuello para empezar a ahorcarlo, Lubbock deseaba resistirse pero no tenía las fuerzas suficiente, ella empezó a reír. - ¡Muere ahora!

- Hmph. – En ese momento algo llegó y golpeó con fuerza a la pelinegra, Lubbock cayó al suelo en ese momento, apenas y logrando ver lo que sucedió.

- Que pasó…

- En serio que eres un idiota. – Vio una figura que se paró frente a él, apenas y logró reconocerla, sonrió.

- Najenda-san… - La peligris estaba ahí, exhalando humo luego de haber fumado.

- Déjame esto a mí. – Respondió ella, ya entonces vio a Courtney la cual se estaba recuperando.

- Maldita perra… - En ese momento llegó Susanoo.

- Najenda-san, he acabado con los soldados enemigos de los alrededores, del mismo modo Sagiri-san y Run-san lo han hecho.

- Buen trabajo, ahora déjame esto a mí, ve por los alrededores en caso de que uno haya escapado.

- Como usted diga. – El teigu humanoide se fue volando, quedando solo ellos, la peligris encaró a Courtney.

- ¿Qué diablos piensas hacer? – Preguntó la pelinegra, Najenda solo pudo endurecer la mirada.

- No creas que lo que hiciste es algo que pasará impune, atacar el imperio que tanto nos costó a nosotros, el ejército revolucionario recuperar es una cosa, pero buscar arruinar el matrimonio con la persona que amo es algo fuera de los límites… hace tiempo que no peleó en líneas frontales desde que era general y perdí tanto mi brazo como mi ojo, pero… - Ella miró fijamente a la pelinegra. – Ahora estoy muy enojada al respecto.

- Inténtalo si puedes, perra. – Retó Courtney. Najenda fue la primera en atacar, lanzándose a los puños contra ella, lanzando varios golpes que ella esquivaba. - ¿Acaso vas a peleas con tus manos? Tu teigu se fue lejos y eso es el peor error que has cometido.

- No es necesario. – Respondió la peligris de regreso. – Después de todo mis puños serán más que suficientes para derrotarte, tengo la experiencia de mi lado. – La pelinegra empezó a reír.

- ¡En tus sueños, Polaris! – El látigo se movió con la intención de atacarla y con ello lo enrolló alrededor de su brazo. - ¡Te tengo!

- No, yo te tengo. – Usando su fuerza, jaló el látigo y con ello a Courtney hacia ella y en ese momento ella le golpeó en el rostro con fuerza.

- ¡Gaargh! – Ella cayó al suelo, sintiendo la sangre caer de su boca y escupió unos cuantos dientes. – No puede ser… mi rostro… mi hermoso rostro… ¡Hija de puta! – Ella se levantó para atacarla. - ¡No saldrás de esta ilesa!

- La ira solo nublará tu juicio y eso es un error muy común en el campo de batalla. – Esquivó el ataque de la pelinegra para darle otro golpe. – Ir al ataque sin un plan en concreto es lo mismo que ir desarmado a la guerra, es una pérdida de tiempo.

- ¡Deja de esquivar! – Ella siguió con sus ataques hacia ella que esquivaba con facilidad, a pesar de tener la ventaja de poseer un teigu. - ¿Por qué diablos no puedo lastimarte?

- Ya te lo dijes, careces de experiencia. – Ahora fue su turno de atacar, lanzando varios golpes al rostro y abdomen de Courtney, ella se doblaba del dolor en cada ocasión que recibía un ataque de ella, su cuerpo estaba lleno de heridas y su rostro sangrando, apenas y lograba respirar.

- No… caeré aquí, no hasta vengarme…

- Es una lástima… - Najenda se veía muy relajada. – Ante mí no logro ver más nada que a una excusa de mujer, ahora, acabemos con esto.

- No será así… yo aún puedo ganar ¡Eso haré! – Courtney buscaba atacar pero en ese momento un golpe la hizo caer hacia atrás en ese momento, la peligris le golpeó con su brazo metálico, al final esta cayó totalmente derrotada al suelo, con sus ojos blancos y rostro lleno de sangre.

- Se acabó… - Soltó un suspiro, ya entonces miró a ver a Lubbock. – En cuanto a ti…

- N-Najenda-san… yo realmente quiero disculparme por lo sucedido, fue una trampa.

- … Descuida. – Esta sonrió. – Sé que no harías nada para engañarme, después de todo, cuanto tiempo llevamos casados, sé que nunca voltearías la mirada a otra mujer.

- Najenda-san… - Eso pudo traer alivio al peliverde. – Menos mal se terminó.

- Pero solo déjame decirte algo… - Lo sujetó del cuello de su camisa. – La próxima vez que te atrevas a besar a otra mujer, no dudaré en darte una paliza tan grande que nunca olvidarás ¿entendido?

- … Entendido. – Respondió él con nervios, en ese momento ella sonrió y le besó profundamente, sorprendiéndolo.

- Considera eso como tu disculpa aceptada.

- … Que bien… - Ahora Lubbock se veía feliz. De ese modo terminó todo y Lubbock logró arreglar las cosas con Najenda.


Un par de horas después, llevaron a la destrozada Courtney para encerrarla y buscar sacar información al respecto una vez esté recuperada, Sagiri se encargó de todo, al menos no habría problemas con la llegada de los demás, algo que acabó sucediendo.

- Ronnie, estás bien. – Vio al castaño llegó junto a su grupo.

- Claro, pudimos encargarnos del asunto que teníamos en la ciudad. – Respondió.

- Además, tenemos información del ejército de Yintos. – Respondió Tatsumi, en ese momento Esdeath soltó una risa por debajo.

- Esa mujer y yo pasamos buenos momentos juntas jejeje…

- No quisiera saber que le hicieron… - Expresó la pelinegra por debajo. – Ahora solo falta que llegue Kanno.

- ¿Me hablaban? – En ese momento lo vieron llegar y no estaba solo.

- Traemos a viejos conocidos. – Ya detrás de Akame aparecieron ellos dos, a quien Esdeath vio con asombro.

- Esto… general Esdeath, estamos de regreso. – Respondió Wave, estando junto a Kurome, la peliazul sonrió de forma suave.

- Wave, Kurome… me alegra verlos de nuevo.

- Igualmente general. – Respondió Kurome haciendo un saludo junto a su esposo, en ese momento ella no dudó en ir a abrazarla. – La extrañé.

- Igualmente a ustedes dos, ahora estamos todos juntos. – Por detrás Seryuu sonrió al ver a su general y compañeros abrazarse, la misión que se había puesto, logró cumplirla.

- Ahora que estamos todos juntos de nuevo, hay que hablar, seguro hay mucho de lo cual informarse. – Señaló Kanno. Así se movieron a uno de los hoteles, sentándose en la sala, para compartir la información que habían recabado.

- Así que acabaron con uno de los miembros importantes del ejército. – Expresó Ronnie, Kanno asintió.

- Aquí Akame y Kurome lo consiguieron, así que ese de los gemelos no será un problema.

- Pero aún queda el que controla a Aniki, debemos liberarlo. – Comentó Tatsumi por debajo.

- Seguro volveremos a verlo, por parte de Ronnie y Esdeath, capturaron a esa mujer que es la mano derecha de su general y por Sagiri, también derrotaron a otra de sus soldados importantes, con sus fuerzas disminuidas, no podrán resistirse demasiado cuando finalmente vamos.

- Así que ya cruzaremos el mar. – Expresó Ronnie, todos se pusieron serios.

- Es el momento, nuestro objetivo es directamente su rey Nathan, hasta que él no sea derrotado, el imperio no estará en paz.

- Acabaremos con ese idiota, de eso no hay duda. – Señaló Mine, el resto asintió.

- Los barcos ya están listos. – Informó Run, así ya todo estaba para cruzar el mar e ir finalmente a Yintos, donde llevarían a cabo la batalla final.

- Muy bien, todos, hay que prepararse, que las tropas suban, este será el combate más duro que tendremos.

- ¡Sí! – Todos salieron para alistarse, finalmente irían a la tierra enemiga y lo que fuera a ocurrir ahí, es algo de lo que dependerían sus fuerzas, no iban a caer sin antes dar pelea.

En otro sitio, justamente en Yintos, NF estaba sentado, las noticias se propagan rápido cuando se enteró de varias derrotas que han sufrido.

- Así que han caído Alissa, Sullivan y Courtney, Kayzo seguro debe de resentirlo pero no quiere decir que todo esté perdido, después de todo yo empecé esto… y debo de terminarlo.

- Mi señor, los vigías han enviado un mensaje, las fuerzas del imperio empezarán a cruzar el mar hacia nuestra tierra. – Informó un soldado, el rey sonrió.

- Muy bien, hay que prepararse, debemos de darle una cálida bienvenida y con eso… sé muy bien qué hacer…


Ninja Britten 11: A Lubbock sí que por poco ahí estaba de perderlo todo respecto a Najenda que es la única mujer que lo ama, ya fue duro pero es bueno que como tal se haya arreglado.

Ya lo voy a señalar, estamos entrando en la recta final del fic, el fin de esta historia se encuentra cerca y pasaremos con momentos importantes como los enfrentamientos que están por llegar, ya con eso veremos si es que logran salir victoriosos en esta batalla y lo que pueda venir, por el momento eso es todo, nos vemos en el próximo cap. Saludos.