Naruto no me pertenece


Karin era una buena planeadora. Inteligente y astuta. ¿Cómo terminaron las cosas de esa manera ¿Qué tenía que hacer para que las cosas vuelvan al curso original? Pensó todo eso mientras estaba sentada en la banca de un parque. El frio mordía sus brazos, sentía tristeza el pecho y la vista se le nubló por las lagrimas no derramadas.
Las posibilidades eran infinitas, ¿Cómo estaría el Naruto de su tiempo? Ay, solo pensar en él, un millón de sentimientos brotaron de su interior. Las estrellas brillaban, y era lo suficientemente temprano para que la gente paseara por las calles en busca de una distracción en familia o comprar víveres de ultima hora. Karin observaba esto, era la víspera de fin de año y en vez de estar en compañía de su familia y seres queridos, estaba allí sentada en solitario, aspirando el frio viento del crepúsculo.

Calentó sus manos, después de un tiempo. Había muchas cosas que hacer, tenía consigo su billetera y con ella, algo de dinero. Necesitaba encontrar información de buena mano, explicar lo sucedido a alguien de confianza y encontrar la manera de traer consigo a Hinata a su verdadero tiempo y devolver a Karin al pasado para que se restablecieran las cosas.

Se dio palmaditas en las mejillas. Tenía un gran trabajo por delante.