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N/A 1: K.O.F y sus personajes son propiedad de SNK.

N/A 2: Imaginen a los personajes con los rostros y anatomías de "The King of Fighters for Girls".

N/A 3: De todo corazón gracias por sus reviews y por haber llegado hasta aquí, de nuevo jamás pensé que esta historia fuera tan comentada. Créanme cuando les digo que leo sus sugerencias y críticas constructivas. Esta historia ya es adulta, el final está cerca.


Iori pudo sentir una terrible molestia cerca de su brazo al abrir sus ojos, un dolor ardiente, casi tan intenso como el fuego que usaba en los combates.

Observó a sus alrededores sin levantar la vista; la luz del día se filtraba por los cristales. Era un lugar acogedor a pesar de todo: las instalaciones pulcras, algunas plantas para hacer el lugar más fresco y una leve música relajante que sonaba por el pasillo. Intentó incorporarse de golpe pero una punzada recorrió desde su brazo hasta sus piernas. Maldijo en silencio al tomarse del vendaje ya ensangrentado.

—Yagami-senpai. Veo que ha despertado. —saludó una bonita doctora haciendo acto de presencia. —Por favor no haga mucho esfuerzo, el dolor podría ser fatídico. —

—¿Qué sucedió? —

—Le dispararon con un arma de fuego y cayó desde lo alto. Si no hubiera sido por Kagura-senpai dudo que hubiéramos dado con usted. —

—¿Cómo fue posible? —se esforzó por hablar.

—La policía está trabajando en eso. Al parecer informes revelan que un séquito buscaba a un par de sujetos parecidos a usted y a Kusanagi-senpai. Un par de inculpados fueron descubiertos y agarrados cuando en el show de medio tiempo de las celebridades cinematográficas se quemaron el cabello en un intento de recrear una acrobacia. Nos dio un gran susto, por poco no la libra. Fue un gesto muy lindo que Asamiya-senpai haya donado un poco de sangre para usted. Se nota que le importa mucho. —

—¡¿Qué?! —

Yagami se levantó inmediatamente sin importarle el dolor que ese movimiento produjo. La psíquica se encontraba durmiendo en una silla alejada de la cama. Al parecer seguía usando su genial vestido de noche. Encima de su regazo había una frazada. La joven se mantenía dormitando de brazos cruzados y cabeza agachada.

—Ella estuvo toda la noche aquí velando por su vida desde el momento en que ingresó. Es curioso su caso ya que su tipo de sangre no era compatible con ninguno disponible en el hospital. En un intento desesperado por ayudar Asamiya-senpai nos suplicó que probáramos suerte con la suya para ver el efecto. Milagrosamente dio un resultado favorable. —decía sin dejar de verla.

—Ella… ¿Hizo eso por mí? —

—No quiero ser metiche, pero sabe… usted y ella harían una linda pareja. Así el sueño de muchos se haría realidad, incluyéndome. —sonrió con un pequeño rubor.

—Quiero quitarme esto. —comentó, refiriéndose al suero vía intravenosa.

—Oh, claro. Denos 10 minutos para hacer unos análisis y se lo podrá quitar entonces. También será dado de alta hoy mismo si así lo desea. —

El pelirrojo asintió seriamente observando a la doctora irse. Después se incorporó sobre la cama y clavó la mirada en la durmiente jovencita. No entendía el motivo por el que lo había hecho. Donar un poco de sangre. Incluso en ningún momento se preguntó lo que había sucedido con el evento de las bandas musicales. Tenía muchas cosas en mente.

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Cuando la ídol despertó lo primero que hizo fue voltear a ver su compañero. Ahí estaba él… comiendo una manzana mientras observaba hacia la nada. Athena se levantó rápidamente y se puso a un lado de la cama, colocando su cuerpo a la altura.

—Hola. ¿Cómo te sientes? —cuestionó preocupada al correrse un mechón de cabello.

—Me he sentido mejor. —dijo sin mirarla.

—Uff. Me alegra que estés bien. —sonrió para sí misma. —Fue una situación muy delicada; cuando salí del ba… ba… banco, me topé con una aglomeración cerca de la zona de celebridades deportivas. —sonrió estúpidamente al casi regarla. —Ahí estaba Chizuru, a un lado de tu cuerpo. Nos preocupaste. Después de eso Katakuri-san advirtió que unos impostores merodeaban por el hotel. No tienes idea del caos que generó todo eso. Al igual que tú escuché que Kyo tampoco… —

—¿Por qué lo hiciste? —interrumpió secamente de tajo.

—¿Cómo? —

—¿Acaso tus oídos no funcionan? Dije que por qué lo hiciste. [?] —

—No… no podía dejarte morir. Tenía que ayudar. —

—La doctora dijo que estuviste insistente en que probaran con tu sangre aún sin saber si funcionaría. —

La chica se sonrojó al escucharlo. Desvió su mirada y sobó su mejilla. Por primera vez maldijo que un ajeno hubiera hablado de más.

—No era tu obligación ayudar. —habló con frialdad.

—Quise hacerlo. —bajó su vista sin desaparecer su sonrojo.

—¿Por qué? —

—Porque tú me gu… gu… —se apresuró a decir. —…guardas cierto aprecio, Iori. Era lo menos que podía hacer. —cambió al último momento su frase. No tenía el valor para decirlo.

—Bueno, eso no es del todo mentira. —

El pelirrojo se incorporó un poco hacia ella sin darse cuenta de eso. En un impulso Athena hizo lo mismo, lentamente fue perfilando su cara a la de su compañero, ahora no estaban tan lejos el uno del otro.

—¿En serio? —musitó con una leve sonrisa.

Él no dijo nada, solo entrecerró un poco más sus ojos respondiendo con eso. La ídol sintió un poco de nervios al encontrarse en esa situación, no recordaba estar en esas circunstancias con Yagami a pesar de todo lo que ya había hecho con él. Sentía una vibra demasiado diferente, usa sensación desconocida pero a la vez agradable y temerosa.

—¿Y qué va a suceder ahora? —cuestionó, esperando verdaderamente una respuesta.

Iori no dijo ni hizo nada al respecto. Lo que fuera a suceder él no sería el responsable ni tampoco el de la iniciativa. Pasados quizás 5 segundos así Athena se acercó lentamente hacía él y con miedo se fue acercando cada vez más hasta que juntaron sus bocas. Esperó un rechazo de su parte pero no fue así, sin embargo, Yagami no hizo nada para continuar. La adolescente movió sus labios para que los de su compañero se complementaran con los de ella. El varón quitó tensión en sus comisuras permitiendo ser guiado.

Sin duda alguna era una sensación totalmente diferente. No había prisas, ni adrenalina, tampoco se sentía esa euforia… ahora era algo lindo, tranquilo y tal vez con un sentimiento más allá de solo satisfacer el deseo. Era un beso real.

Asamiya tomó al pelirrojo de una mejilla y profundizó un poco más; en un movimiento audaz pero respetuoso introdujo la punta de su lengua en la boca ajena provocando que chocara con la de él en un movimiento recíproco. Fue ahí cuando supo que algo era diferente ya que esperó que al hacer eso Iori la acercara a él para empezar a acariciarle las caderas o besar su pecho, pero nada de eso sucedió. Solo eran besos. Entonces entendió la fuerte diferencia entre besarse por placer y besarse por saciar.

El gusto y el deseo fueron interrumpidos cuando el pelirrojo sintió en su cabeza un indescriptible 'click' acompañado de una sensación fresca en todo su cuerpo por un par de segundos. Notó su vista nublarse por una fracción de segundo, acción que lo obligó a cerrar y abrir con fuerza. Yagami se alejó de ella, terminando con aquel beso.

—¡Perdón! ¿Te mordí muy fuerte el labio? —cuestionó avergonzada, tomándose de la boca.

Iori miró a todas direcciones sin poder explicarse lo que acababa de suceder. Eso había sido sumamente extraño pero de alguna manera no se sentía mal o débil. Observó a la joven parpadear sin comprender nada. El varón se recostó de nuevo en la cama, tomándose de la cabeza. Athena lo entendió, necesitaba privacidad. Sin decir nada tomó la frazada.

—Descansa, Iori. Te estaré esperando afuera del hospital. Ah, bueno… si no te molesta, claro. —dijo tímidamente.

Al confirmar con el silencio Athena sonrió y fue a la puerta.

—Oye, chica ídol. —la nombrada volteó a verlo. —Antes de que te vayas quería decirte algo. —

Apretó sus puños y juntó coraje, tratando de hacer a un lado su orgullo, pero de su boca no salió nada. La niña lo miró confundida aun sin moverse de su lugar; una vez más Iori tomó aire y apretó sus puños.

—Gra… gra… "grasas". —masculló.

—¿Grasas? —

Maldita sea. Si entendió la palabra. —pensó con furia. —Dije… graz-nas. —musitó de nuevo sin verla.

—¿Graznas? —levantó una ceja con el ceño fruncido.

—Gra… —

—Está bien, Iori. No tienes que decirlo. De nada. —levantó su mano con una comprensible sonrisa. —Tengo que irme. Te veré afuera. —

—Gra-cias. —dijo una vez estando solo.


Los integrantes de B.O.F. se encontraban en la lujosa cafetería del hotel. Yuki no soltaba a su novio ni un segundo a medida que le daba besos en la mejilla. Para Kyo no fue ninguna molestia, más bien aún le daba risa imaginar los hechos cuando Yuki le contó la odisea que tuvo que hacer para dar con él en aquella habitación. Jamás se imaginó que su adorable Kushinada fuera capaz de tanto, y ella no paraba de disculparse por haber sido tan distante cuando pensó que se había acostado con Yagami.

El castaño ya se había encargado de explicarle a la joven que todo ese mal entendido había sido por culpa de su sonambulismo.

Los muchachos se encontraban desayunando plácidamente mientras terminaban de contarle a Kusanagi lo que sucedió la noche anterior.

—Les juro que no recuerdo nada. Solo una pizza y una extraña invitación a una rifa para ganarse una barra de jamón. Jejejeje. —se sobó la nuca.

—Eso no importa, bombón. Lo que importa es que ya estás con nosotros. —lo abrazó su novia.

—Por cierto ¿Creen que Yagami esté bien? No supe más información además de que había sido herido por una bala. —cuestionó Mai, bebiendo de su jugo de naranja.

—Solo sé que lograron estabilizarlo ayer en la madrugada. Está fuera de peligro. —comentó el mayor de los Bogard.

—Buhaaa… espero que con ese accidente haya perdido la memoria y olvide quien soy. Así dejará de perseguirme para buscar pelea. —

—No es gracioso, Kyo. A pesar de todo deberíamos alegrarnos de que Yagami-san esté fuera de riesgo. —comentó Nakoruru con seriedad.

—Es verdad. Aun me debe 1,000 yenes por haberle cedido la cama al lado de la ventana. No te mueras hasta que me pagues, Yagami. —sonrió con sorna.

La mayoría de los presentes rieron ante aquel comentario y siguieron desayunando a medida que hablaban de los planes a futuro. Sin embargo una llamada en el celular de Kusanagi atrajo la atención de todos, pensaron que seguro se trataría de Goda o Athena quienes los buscaban para compartir información al respecto.

—Diga. —contestó. —¿Yabuki? Sí todo bien ¿Por qué la pregunta? ¿Qué? ¿Qué revise Twitter? ¿Publicación que se mofa de B.O.F.? —

Los muchachos prestaron atención a lo que Kyo contestaba. Sin hacerse esperar Terry tomó su móvil y entró a dicha aplicación para ver de lo que se trataba.

—Con que el ridículo más grande en los eventos musicales ¿Eh? Yabuki… literalmente no entiendo nada de lo que estás hablado. Nada de eso pasó. Claro, lo veré. Sí yo creo que estamos de regreso en 2 días allá en Tokio. Adiós. ¿Qué necesitas? Sí así es… dos tazas de agua por una taza de arroz. Hasta luego. —terminó de decir al momento de colgar. —¿Pueden creerlo? Yabuki me llamó para decirme que B.O.F. es el hazme reír en redes sociales. Jajaja. —

Los demás chicos que habían estado atentos al celular de Terry lo miraron con seriedad y después le mostraron al castaño el video que habían subido a la plataforma. En él se mostraba a Terry haciendo un show poco ortodoxo en un intento por ganar tiempo en lo que intentaban dar con él y con el pelirrojo. La peculiaridad era que el video estaba editado por secciones colocando emojis, textos, y reseñas de lo mal que habían quedado esa noche ante el público, motivo por el cual las burlas crecieron, además de haber sido subido a la plataforma por otra celebridad musical —por supuesto— con un mensaje despectivo:

"Oh-por-dios… no te puedes perder esto. B.O.F. se supera a sí mismo y entrega el mejor espectáculo a lo largo de su historia. #Qué oso estar en sus zapatos. #B.O.F. apesta.

#C.Y.S. les manda un saludo, perdedores."

Kyo observó cómo los "compartidos", "me encanta" y las respuestas eran enormes, inclusive otras celebridades en el ámbito deportivo, actoral y musical se burlaban de ellos.

—Ay no. ¿Pues de qué tanto me perdí? —