Año 6: Prologo I
El sol del verano iluminaba temprano esa mañana primero de septiembre casi perfecto para el inicio de temporada escolar... sin embargo... Minerva Mcgonagall no lo siente de esa manera... admirando uno de los amplios jardines del colegio desde la ventana de una oficina que no es suya, suelta un largo suspiro torturado como cansado... no hubo verano para ella, considerando que tuvo que trabajar con Albus para la transición de poder interino.
Cierra sus ojos del mero recuerdo agotador de sus supuestas vacaciones y solo pide que este año se logre de buena manera, que resistan cualquier atentado... aun cuando Voldemort no ha hecho nada directo al castillo... pero lo duda, no es tan optimista como para no ver las señales claras de la guerra comenzando a alcanzarlos.
En un momento a otro, ese mago oscuro decidirá voltear a su amado colegio.
La hace angustiarse bastante el mero pensamiento.
A pesar de esto, Hogwarts trabajara con normalidad... luchara por algo de tranquilidad ofreciendo paz a quienes habitaran durante este periodo lleno de sombras.
-directora Mcgonagall- tal título dicho con un acento arcaico.
Suspirando al saber que su pequeña pausa de reflexión ha sido desplazada, la ahora directora se gira levemente para mirar esa pared distante donde hay una hilera de cuadros con todos los fallecidos directivos del colegio... el que habla... no es otro que Phineas Nigellus Black.
-Lord Black cuestiona si ha decidido aceptar su solicitud-
Si fuera menos digna, giraría los ojos, pero no lo hace al olfatear un tanto molesta de que no solo la presionen a decidir, sino que usen esas fuerzas de sangre aun en los retratos de los directivos... la lealtad Black nunca había sido usada hasta ahora... pero no es como Albus que realmente desconfía en esos niños... por lo tanto... solo suspira impaciente -Pensé que mi negativa le había llegado-
-Lo ha hecho, sin embargo, nuestro Lord dice que es muy pronto para que rechace su buena voluntad-
Resopla, suena tan Malfoy en su momento cuando llegaba con regalos que obviamente eran sobornos tiempo atrás... Minerva sin embargo se atiene a no distraerse en recuerdos... fulmina al retrato y maldice a ese niño arrogante cuyo manejo del poder encomendado ha demostrado ser asombroso -Phineas...-
-Lord Black está en su puerta- interrumpe el retrato tan digno como compuesto.
Minerva mira la pintura, luego el momento exacto en que su puerta tiene un toque cortes... no evita lanzarle otro vistazo iracundo al retrato... pensando, que tal vez el consejo de Albus sobre descolgar al antiguo directivo Black no suena tan mal ahora -Adelante- indica al tomar asiento en un escritorio que aun siente demasiado grande para sí misma.
Como fue anunciado, el chico, uno que ha dejado de crecer, pero sigue siendo tan alto... ha embarnecido, pero sigue teniendo esa complexión delgada... pálido que choca con los colores oscuros de sus túnicas ... no evita superponer la imagen del niño delgado que entro a primer año junto al ya adulto que ahora es, Minerva esta nostálgica del mero pensamiento.
-directora- Saluda finalmente con ese tono ya maduro pero que sigue teniendo ese acento extraño que saben todos le gusta fingir, porque una vez lo escucho sin eso... fue un día lleno de peligros... realmente el chico sabe cómo causar impresión como terror aun en magos adultos como ellos.
(Minerva no tiene miedo, no se asusta, al contrario, como leona aprueba el lado protector de ese Black y al contrario de Albus, no ve nada de malo en que sea de esa manera).
-Sientese señor Black...- indica con formalidad, cansada, dando ese gesto desaprobador dedicado a chicos tercos en no escucharla... el jovencito se sienta con toda la gracia... con esa sonrisa suya llena de malicia como misterio... tarareando alegremente como si fuera algo simple su presencia -Antes que nada, debo decir, que lamento su perdida-
El porte regio se diluye un poco, mínimo hasta casi ser doloroso para la empática anciana que adivina cuan duro debieron ser los días después del suceso... lo escucho... estuvo enterada de los rumores y la rapidez con la que aparentemente se recuperó.
Dafira simplemente afirma de haber escuchado.
Suspirando un poco decepcionada, pero sabiendo que nunca fueron tan cercanos para ver otra fase del infame Black... solo lo puede comparar con Severus en su comportamiento... eran tan similares en ocultar sus dolores emocionales, pero no era momento de tales pensamientos, la ahora directora mira con dureza al invitado no deseado -Hay protocolos para este tipo de reuniones- castiga abandonando la empatía un poco.
Zumba con diversión en toda su postura, negando el pálido chico se acomoda en su silla - ¿Me hubiera recibido? -
-Aunque no quisiera, es mi deber recibirte... Señor Black... sobre todo, al haber ocupado un lugar en la junta del consejo escolar- suspira cansada, una noticia tan reciente, Minerva aún recuerda el gesto impotente de Albus ante tal cosa.
-Mah, directora, nunca voy a usar mi poder para mi ventaja-
Mcgonagall le da su mejor vista de "no te creo" antes de abandonar tal discusión, mientras el chico no se extralimite con sus poderes -Entonces ¿Qué requiere para hacer tal visita? – finge demencia.
Un resoplido nada impresionado, aun sentado con tanta gracia, él una vez niño toma un aliento tranquilo -Pensé que Phineas le dijo- le da ese tono de que sabe lo que está tratando de hacer.
-Me gustaría escucharlo de ti, Black y agradecería, que no usara los retratos de la oficina a su conveniencia en el futuro- no miente en su postura, la ahora directora esta cansada de que use su influencia con los retratos del antiguo director, menos, para asuntos personales.
El chico mira largamente al retrato que resopla, antes de enfocarla de nuevo -Bueno, si respondiera mis cartas... no usaría a mi ancestro como mensajero, directora- el insolente tiene el descaro de arrastrar las palabras.
Minerva le lanza su mejor gesto de disgusto, antes de negar, no puede perder el temple al tomar una necesitada respiración -Cartas innecesarias, debo decir, además de un periodo tan saturado como el inicio del periodo escolar...- no era del todo mentira, realmente tiene tanto trabajo, sobre todo, con padres ya sea preocupados por la seguridad del colegio... la ausencia de Albus... sino bajas de otros tantos, ya sea que desaparezcan (en el extranjero o peor como mortifagos) o que se vayan directo a trabajar al ministerio -Además que ya di mi respuesta, Black- finaliza con dureza.
-Supongo que puedo entender, igualmente el ministerio esta rebosante de trabajo- suspira con tristeza, su sonrisa se vuelve molesta antes de negar -Sin embargo, mi sugerencia es pensando en las necesidades del colegio... como miembro de esta junta... quiero apoyarla al menos con lo que ofrezco-
Minerva no parpadea ante tal supuesta preocupación, solo se recarga en su silla con finalidad -Agradezco que se tome en serio su nuevo puesto... Señor Black... sin embargo, estoy segura de que nuestra enfermera es bastante capaz de llevar la carga de trabajo actual... considerando cuantas bajas hay entre los estudiantes- explica lentamente para que entienda que su negativa es definitiva.
La ahora directora puede no ver el escenario catastrófico que amenaza tener la sombra de Black a lo largo de toda la política actual, sin embargo, entiende lo básico para adivinar el tipo de intenciones que tiene tan astuto muchacho... y es que parece no bastarle su puesto en el consejo, algo que ya le da la posición suficiente para ser una molestia... sino que desea enraizar en Hogwarts sugiriendo a ese medico suyo como apoyo a la enfermería.
Albus seguramente no le perdonaría permitir que entre el personal exista el Doctor Ishida.
Un momento de tenso silencio, el muchacho niega totalmente hecho con su terquedad -Directora...- empieza con ese tono inflexible que en ocasiones le impresiona -No niego que esto sea totalmente la bondad de mi corazón...- acepta sin romper en nada la formalidad -Sin embargo, no es solo para colocar a Ishida-kun en un lugar de provecho... ni porque aunque lo intente, no logra encontrar otro puesto de trabajo...-
-Tengo entendido que les servía exclusivamente, Señor Black como para tener tal necesidad- interrumpe con una ceja arqueada ante lo último, porque Albus le informo, ella misma ha escuchado, la atencion que brinda a las casas aliadas es bastante sonoro.
Un vistazo que dice "grosero por interrumpir" pero soltando un suspiro, Dafira se encoge de hombros -Y ese chico quiere ayudar, quiere ser útil en esta guerra, aunque tengamos trabajo constante con el resto de nuestros aliados... no es suficiente para tranquilizar su jodida moral heroica-
Frunce el ceño indignado en nombre del médico -No es malo ser desinteresado ni empático, Señor Black- advierte sin ganas de quedarse callada al respecto.
Esos ojos plateados son bastante expresivos en su aburrimiento por su defensa, solo suspira -A lo que quiero llegar, es que aparte de mis deseos de utilizar esto como un punto de partida para el cambio... para la integración de squid en la dinámica mágica... utilizar a Hogwarts como ejemplo...-
Escandalizada de que admita sus intenciones políticas, la directora se pone de pie -No voy a permitir...-
-Señora, aun no termino- muerde el insolente chico silenciándola ante la dureza de sus ojos plateados -No solo usted no es prejuiciosa en admitir un squid en su nómina...- empieza con más tranquilidad -Sino, que ambos sabemos que la carga de trabajo aumentara cuando Voldemort decida levantar la pausa que tiene contra el colegio... contra Hogsmade... ¿No será injusto para una mera enfermera? -
Insultada por su amiga, Minerva no pierde el temple aun cuando la irritación no la puede controlar mucho de su rostro -Entonces pediré apoyo a San Mungo-
-Una localidad ya carente de tiempo para atender necesidades externas-
Minerva no le sorprende que tenga respuesta para todo, pero se mantiene terca en no ceder al negar con vehemencia -Ya tenemos todo preparado, Señor Black, por lo tanto, mantengo mi decisión al respecto-
Pomfrey es capaz, lo sabe, pero ¿Si hay más gente de la que puede atender? Hay varios estudiantes que pueden ayudar en lo básico, los profesores... sobre todo veteranos de guerra... igualmente están capacitados... puedes salir adelante sin tener que ceder un espacio a un peso político que son los Black.
-Realmente no va a ceder ¿no? -
-Mi respuesta es definitiva, Señor Black-
Una pequeña risa baja, el jovencito se aparta para cerrar de nuevo sus ojos, no hay sonrisa, simple nada unos latentes segundos de consideración -Tengo otro interés más personal en tratar de imponer a Ishida-kun entre su personal...-
No conoce bien al chico para adivinar que pretende, pero Minerva no detiene de mirarle poco impresionada de su nuevo intento de empujar el tema que ya da por terminado -Señor Black...- advierte.
-Solo déjeme explicarle mi verdadero objetivo-
Niega, mira la ventana calculando el tiempo perdido, pero al soltar un suspiro - ¿No pudo empezar por eso? - no detiene de preguntar.
-Tenia la esperanza que todo lo demás fuera suficiente-
Dando su mejor gesto impaciente, Minerva -Bien, pero que sea rápido, tengo más cosas que preparar- apura porque las preparaciones para la cena de bienvenida no se detienen, tiene ajustada la agenda y todavía hay que reportarle a Albus.
-El Doctor Ishida...- inicia primeramente con más respeto de lo que antes reflejo, la mira directamente -Aunque no tiene una especialidad al respecto, es una persona capacitada con las bases para dar una buena atencion psicológica... esto ultimo es la disciplina muggle que ayuda en aliviar desórdenes mentales- agita su mano como si fuera un resumen apenas justo para esta ciencia.
Minerva frunce el ceño no solo porque no comprende esta supuesta "disciplina" sino el objetivo de porque piensa que esto es suficiente pretexto para aceptar su "ayuda" en el colegio.
Black por supuesto que continua sin profundizar en la nueva variable -Usted no lo sabe, el ministerio como un montón de incompetentes minimizo y no priorizo...- aprieta sus labios, como si dudara en continuar antes de soltar un aliento -Mione-chan fue alcanzada por un grupo de atacantes-
Abre la boca, la cierra con un zumbido horrorizado en sus oídos... mira largamente... cuando sabe que no hay corrección, que si escucho bien se vuelve a poner de pie -Debe estar bromeando- escupe sin evitar su incredibilidad, no solo porque duda de que algo que suena serio haya sido sacado de los periódicos sino porque es uno de sus leones al saber cual es el mote que le han asignado a la señorita Granger por parte de ese niño.
El gesto del jovencito es peor que otros, la dureza de su gesto la hace trastabillar hasta sentarse, un resoplido poco digno antes de dar una negativa frustrada -Mione-chan apenas salió de eso, los daños fueron tratados en privado... sin embargo... me preocupa mucho que no sea tan fuerte como pensé alguna vez...- aquí no suena decepcionado, ni sarcástico... era una tristeza real que indica que esos rumores que escucho hace dos años eran reales.
Que este niño tiene algo por la jovencita Granger.
Pero Minerva, que lleva años mirando a Severus, puede ver una emoción familiar que parece aquejar al prometedor jovencito -No fue su culpa, Señor Black-
-Fue por nosotros, directora, era mi deber protegerlos...- su infelicidad viene en oleadas insinuando que no solo es solo por la niña tal vez, ¿Sirius?, antes de detenerse, quizás recordar con quien habla y resoplar desdeñoso -Es mi mayor interés que se recupere, que sane-
Conmovida un poco por su sinceridad que dude sea un acto, Minerva toma un aliento acomodando sus ideas... lamentablemente... duda que Albus le perdone tal intromisión -Señor Black, estoy segura la normalidad traerá una recuperación segura en la señorita Granger-
Esos ojos plateados la vuelven a enfocar, pero ahora era algo feo.
-Señor Black...-
-Hogwarts no tiene la capacidad para sanar la mente y corazón de las personas que esta guerra destruirá... menos, niños-
XXXXX
Albus se ha tomado un momento en su oficina.
Entre sus manos tiene un pedazo de papel viejo, en el escritorio descansa una caja, aun no ha tenido el tiempo para repasar su reciente descubrimiento... siente... que solo ha tenido derrotas constantes ante la astucia de los Black y no le sienta bien -Son variables imposibles de controlar- dice lo obvio en voz alta.
No sabe que sentir al respecto con el hecho de saber, que un pedazo de Tom, esta en manos de esos niños malditos... niega... el tablero que una vez definió, esta cambiando ante sus ojos, resoplando con frustración las piezas asignadas se han movido de sus respectivos lugares desde hace tiempo.
Donde pensó que era un rey sin color, ahora sabe que es la torre... Dafira aunque aparenta, no son las riendas de los Black... Alphard... un chico que empieza a resaltar en ese tablero imaginario, Albus aun repasa su ultima reunión y es consciente que apenas ha rasgado la superficie de tal variable... suspira, se arrepiente de no haberlo visto.
Pero ¿Cómo verlo cuando era el niño más protegido?
Luego existe esa esencia que esos niños usan a su favor que nunca olvidara, las eventualidades que pasaron en el transcurso de los años... la profecía de Slytherin... siente en su pecho que esta relacionado, pero aun no comprende como todo encaja... ¿Esta relacionado con la profecía de Harry? Es ciego por primera vez a estos misterios... aun cuando ha investigado varios libros... no encuentra nada.
La magia no apunta claridad en el asunto.
Con las profecías desaparecidas, las espadas encontradas en la cámara de los secretos es lo único que ahora tienen en sus manos en lo profundo del departamento de misterios... pero... nunca han logrado encontrarle un significado tampoco.
Suspira.
Los Grimm reaper se menciona como las existencias absolutas de la muerte y que NO deben interactuar con los vivos, tan vago como confuso... aun en la epoca de los fundadores era un término que repentinamente apareció pero que nadie le dio seguimiento... es una leyenda pasada en generaciones con apenas una mención en los libros artúricos.
Todo esto lo tiene ansioso, tendrá que ser precavido y saber cómo enfrentar a esos niños.
Albus debe ganar ventaja en el juego que ellos están jugando, era cansado con Tom igualmente activo... pero de nuevo... el presentimiento que esto es más importante resalta en sus prioridades.
Un toque ligero lo saca de sus cavilaciones.
Una lechuza entra por la puerta aterrizando en el escritorio... el ahora consejero a tiempo completo observa confundido la carta en su pata con el sello del colegio... no duda en quitarla, adivinando que tal vez sea una emergencia siendo el día del inicio escolar... al acomodarse para leer... se vuelve a enderezar sorprendido.
Un patronus mensajero sale de su varita.
Es un mensaje corto, necesitaba a Moody para investigar la veracidad del asunto... igualmente... le duele la cabeza de pura irritación ante una solicitud que ya suena a un hecho, porque por supuesto, Minerva estaría conmovida y aceptara el acuerdo con los Black este o no a favor de tal intromisión.
Estaba por marcharse al área de aurores pero la puerta se abre bruscamente.
Un joven que aparenta estar perseguido toma una respiración fuerte -director, lo solicitan en sala principal- solicita entre jadeos.
El anciano quien aun responde a dicho titulo que duda ejercer los próximos meses, se pone de pie con agilidad que desmiente su edad - ¿Qué sucede? - solicita al seguir de cerca al joven oficinista que seguramente fue tomado como mensajero ante la urgencia.
-Yo...- el joven duda al encogerse de hombros como si no supiera poner en palabras lo que ha visto -Algo raro en las chimeneas- finalmente ofrece con un suspiro avergonzado.
Albus no voltea los ojos porque es demasiado viejo para eso, pero si niega impaciente, continúan por el largo corredor... puede notar cuantos voltean a verlo con tranquilidad... como el personal se agrupa temeroso, finalmente, llegan al atrio donde se detiene al borde con ojo especulativo.
Aparentan ser papeles, montones que se deslizan como marea entre los pies de los asustados magos que van llegando al cambio de turno... hay un ligero caos amortiguado... susurros se levantan cuando algunos tienen la astucia de ver lo que tiene escrito.
Albus por supuesto agita su varita para diagnosticar -No es magia oscura- dice en voz alta atrayendo muchos suspiros de alivio y más personas valientes de tomar uno de los aparentes folletos -Sin embargo, creo que debemos investigar al departamento que controla nuestras chimeneas- murmura ya viendo una agenda de nuevo apretada.
La velocidad de la marea baja en pocos segundos, con su varita, el anciano hace una barrera para que ninguno llegue a sus pies conforme avanza al centro... entonces, decide tomar uno de estos papeles entre sus dedos con cuidado... parpadea cuando lo que lee no es más que una ¿amenaza? ¿advertencia? Con un objetivo conocido, una acusación y burla a los Black.
Albus escucha más que ver que Amelia se abre paso entre la multitud susurrante.
-Esto es una acusación bastante grave, ministra- el anciano argumenta con pesadez, ajustando sus lentes para pasar el folleto con la intención de que sea leído.
La bruja observa el archivo detenidamente.
El anciano mira más allá de la mujer, un grupo que no duda en enfrentar con su gesto lleno de sombras sospechosas como desaprobadoras – Señor Black ¿Realmente estuvo involucrado? - exige con sus manos en la espalda.
Un niño que ha crecido tan alto como soberbio, uno cuyo anillo de poder esta firme en su mano, inclina la cabeza con su perpetua sonrisa maliciosa -Mah, Albus, no sea tan serio al respecto... obtuvieron lo que estaban buscando ¿no? - minimiza al encogerse de hombros.
El disgusto viene en oleadas por parte del anciano - ¿Sabes lo que has provocado? - espeta molesto pero el muchacho solo estira más esa sonrisa llena de malicia como arrogancia.
Amelia se aclara la garganta interrumpiendo el duelo de voluntades, da un paso en medio para ver a ambos con severidad -Dafira, debes dejar de antagonizar a tus colegas...- dice más cansada que como consejo -Albus, sobre este incidente, ya fue reportado como es debido por Dafira- informa casualmente sin un gramo de recriminación.
Asombrado como horrorizado, el antes director mira abiertamente a la mujer antes de oscurecerse con recriminación - ¿No pensó decirme? - cuestiona con una dureza que es palpable aun para todos los ojos que observan ávidamente la discusión en medio del atrio.
-Es mejor llevar esto en privado- corta la ministra antes de ver seriamente al señor Black -Dafira, es mejor que reportes esto al departamento... asegura una evidencia... y por las barbas de Merlín, no causes estragos en el departamento de aurores... este o no Marian a tu favor- apunta con firmeza.
-Es bastante aburrida, ministra- el insolente muchacho chasquea los dientes.
-Y quiero ese trabajo de escritorio limpio...-
-Pero ministra...-
-Tu castigo por llegar tarde, no me importa si la directora Mcgonagall te ampara al respecto- apunta al despedirlo como si fuera una mascota mal portada, mira al anciano -Vamos, es mejor aclarar esto antes de que se haga conspiraciones que no son-
Ofendido por tal acusación, mirando una ultima vez al joven Black, niega porque por supuesto, todos los pendientes que tiene deben esperar... solo camina detrás de la bruja esquivando varios grupos de magos atentos... cruzado de brazos, adivina que los rumores de una división en los altos mandos del ministerio estarán circulando al finalizar el turno.
El recorrido es algo largo, en silencio incomodo, Albus es el ultimo en entrar en esa oficina llena de magia protectora... se sienta delante del escritorio carente de personalidad y bastante cargado de trabajo para aguardar a que empiece con la gravedad de este encubrimiento que esta notando.
-Albus, primeramente, debes comprender que no apruebo los actos agresivos de Dafira...- empieza Amelia mirándole directamente a los ojos con una firmeza dura -Sin embargo, entiendo que la situación lo ameritaba-
-El asesinato no es la única respuesta para situaciones de ese índole- mira por encima de sus anteojos con la sabiduría en su tono.
Negando como si esperara su respuesta, la bruja entrelaza sus dedos encima del escritorio - ¿Qué hubieras hecho en una desventaja numérica con magos con los que no se puede negociar y un civil en medio? -
El anciano casi resopla, pero no lo hace al apretar sus labios de puro disgusto ante la estrategia tomada por la bruja -Amelia, debes de comprender... que no importa la situación ni la desventaja... Dafira Black es una persona perfectamente capaz de haber hecho otra cosa que asesinar a sangre fría sin un gramo de arrepentimiento-
Porque pudo verlo, como un veterano que ha visto tanto... es la enorme diferencia que existe entre jóvenes arrepentidos de su primera muerte... a alguien que parece tan natural con tal responsabilidad sin esa sombra perseguida llena de culpas.
Otro descubrimiento que le hace aumentar el disgusto por esos jóvenes.
La bruja se recarga en su silla nada perturbada por su comentario, al contrario, parece consciente del desorden que es Dafira antes de simplemente suspirar - ¿Qué quiere que haga? – pide como si fuera la necesidad de no alargar una discusión que no va a ningún lado.
Molesto por la manera de hacerlo sentir un exagerado, el anciano detiene su temperamento siendo suplido por mero cansancio... se quita los lentes para limpiarlos -El joven Black tiene objetivos que no logro comprender... sus acciones tambien coinciden con otro incidente que hubo en hogwarts hace pocos años...- empieza, sin ganas de mencionar a Quirrell cuya muerte nadie profundizo -Solo deseo que no le de tanta influencia, que empiece a quitarle responsabilidades en el ministerio y analice cada una de sus acciones dentro o fuera del edificio-
Amelia le mira largamente -Sabe que no puedo hacer eso-
-Ministra...-
-Albus, no solo es mi estudiante... uno que forme para suplirme en casos de necesidad...- empieza al recargarse en el escritorio con la dureza en sus ojos.
-No puede simplemente perdonar sus acciones-
-Estamos en guerra, Albus y no puede simplemente disponer de una persona... que, aunque sea molesta e intrigante... es de confianza-
Estaba por insistir, era grave que no hicieran alguna acción de reprimenda... que dejaran ir al chico que asesino a tantas personas... necesitaba de una vez por todas estabilizar el poder de ese tablero... pero Albus como cualquier ligado a la magia base del ministerio sienten el vibrar antes de que las alarmas se activen iluminando los corredores sobre una amenaza encima de sus cabezas.
Una explosión viene primero desestabilizando cuadros como provocando gritos externos.
XXXXX
Gira los ojos fastidiados, nada urgido por toda la alarma alrededor del ministerio... ni preocupado por los ligeros temblores a lo lejos... resopla... Dafira se desliza en su oficina encendiendo la luz con su varita, mira a quien invade -Entonces, fuiste tú de tan ingeniosa distracción en tal desperdicio de papel... aunque... innecesario ahora con tanto caos ¿no lo crees? –
Se asegura mostrar su sonrisa más afilada, que entienda que apenas se sostiene en esa delgada cortesía... con sus manos ocultas en sus anchas mangas... con su aura ensombrecida apenas cordial... Ichimaru desea simplemente tirar al aire todo esto y solo matarlo.
El invasor ensombrecido por magia seguramente, como una silueta al lado del escritorio de Weasley... no da un paso cercas... inteligente en leer el ambiente, solo suelta un sonoro suspiro -No tenía posibilidades de adivinar que atacarían de esa manera- su voz suena como antes, solo un poco más áspera, cansada y cruzado de brazos.
Un zumbido desdeñoso -Pensé que eres parte del grupo de inútiles como para no estar enterado de esto- hace un ademan a los temblores actualmente moviendo los cimientos, el grito en los corredores, el intento de algún cobarde de ocultarse en su oficina... pero la ha cerrado para evitar ser interrumpidos.
-Siempre me impresiona la manera en que subestimas a otros, Dafira-
-Has perdido el derecho de hablarme por mi nombre, Severus- advierte con un peso severo, un límite infantil que ha levantado para quien ha elegido traicionarlos.
Un silencio latente, antes de que otro suspiro largo se escuche lleno de impaciencia -Lord Black...- suena tan resignado como hecho con el asunto -Debo indicar que sus defensas alrededor de su oficina son débiles y poco confiables- era el tono de lección que usaba cuando estaba siendo tonto.
Solo una apertura a sus ojos, Ichimaru estira aún más su sonrisa complacida para indicar cuanto quiere que algún tonto como él ingrese a su oficina intentando algo... una invitación... un regalo para regresarle otro gesto educado al señor que esta intentando manchar lo suyo, no olvida su más reciente ofensa y cuanto su leona tardara en brillar como lo hacia antes.
(Mione-chan no es Ran-chan)
Otro largo silencio una exhalación ruidosa de alguien que comprende su deseo, negando el visitante... Severus... sale de las sombras, su vestimenta es la de siempre, sin embargo, se nota su cabello más largo... menos cuidado... su rostro ensombrecido por malas noches de sueño... un mal alimentar... son sus ojos que aun sostienen todo el peso de su personalidad -Has crecido bastante problemático-
-Se hace lo que se puede- alega jovialmente.
El antes pocionista niega impaciente -Debes dejar de retar al señor oscuro-
Su sonrisa se reduce un poco -Entonces que deje de meterse con mi propiedad-su tono abandona el acento para igualar su poca paciencia en el asunto, otro que cree conocerlo mejor, otro que espera "salvarlo" de malas decisiones... nadie aquí lo entiende... nadie que no sea su Ototo-san o Ariana puede ver la sangre en sus manos.
Todos son un montón de niños ignorantes.
Puede ser un buen actor, un hombre de una mascara inmutable, pero para un mentiroso... un lugarteniente... un monstruo... es tan sencillo saber cuan preocupado, triste y angustiado esta por su comportamiento provocador ante un enemigo que creen es el peor de los males actuales.
-Pero dudo que te hayas arriesgado solo para esto, Severus, es mejor que digas tus intenciones... no tenemos el tiempo para perderlo en tonterías- advierte, porque no era mentira, puede sentirlo, el peligro de fuera apenas se sostendrá y cuanto desea descargar toda la frustración que no deja de crecer.
(Mione-chan no sale de su habitación)
Snape se detiene de seguir insistiendo, de obligarlo a ser prudente, porque entiende su postura... desgraciadamente, comprende muy bien sus pensamientos y cuanto desea no hacerlo porque al final de ese camino no hay más que dolor... no puede ayudarlo cuando él mismo no se ayuda... al menos Dafira logro salvar a su Lily... dejando tal tema de lado, se acerca a su ahijado para tender su mano abriendo el encargo reluciente en su palma -Lucius lo envía... desistan de los trámites para absorber a su familia de nuevo a los Black... es él el que renuncia a los Malfoy entregando el poder a Draco como heredero y Narcissa como su albacea hasta la mayoría de edad-
Tal cosa, mirar el símbolo de poder Malfoy en la mano del mensajero... es algo que asombra al antes Shinigami... no comprende que piensa ese hombre, pensó conocerlo mejor, como una persona capaz de usar a todos a su alrededor, una molestia que se aseguraría matar en el futuro en nombre de algunas ofensas acumuladas con los años... pero esto, es inesperado, lo confunde y al tantear la magia ancestral con su propio anillo, sabe es real sin ninguna trampa.
El techo tiembla, los gritos a lo lejos se escuchan con fuerza, pero por un momento, en esa apretada oficina, no hay más que silencio.
Snape empuja el anillo en su mano, dando un paso atrás -No te veas confundido, aun cuando no lo aparenta... Lucius ama a su familia-
Resopla altanero, sin ganas de admitir cuanto le confunden como asombran los actos que en ocasiones hacen las personas a su alrededor... (como los Granger que aun preguntan por él cuando asusto tanto a su hija) ... cierra su puño mirando directamente al pocionista -Al menos es prudente, no es tan tonto como imaginaba... esto facilitara bastante los tramites considerando cuan asustados dejo mi querido Ototo-san a los duendes- canturrea con alegría falsa.
Porque tampoco olvida que esas estúpidas criaturas intentaron leer la última voluntad de Sirius sin su permiso, aún no están preparados, duda que lo estén los próximos meses, no hay prisa para saber que les preparo su tío (seria aceptar su muerte, una que aunque ya enterrado al lado de Walburga, se niega a admitir).
Afirmando como alguien que sabe, Snape lo mira largamente -No lo hubieras dejado explicarse- añade astutamente.
-Por supuesto que no- acepta sin ganas de pretender que es buena persona, matar es simple, sencillo, Lucius no tendría la poca cortesía que le mantiene a su padrino.
-Yo, lamento...-
-No-
Severus cierra el intento de dar el pésame, de disculparse y abrir esa herida fea que hay entre ellos que, aunque no se diga... no se mencione... existe.
Ichimaru ahora abre sus ojos con una dureza firme, negando cualquier intento de reconciliación que deseara dar -No escuchare ninguna excusa... ni una disculpa... ni compasión... me mantengo educado solo por los años de Hogwarts... por mi Ototo-san... pero nunca pienses que perdonare lo que permitiste hacer... lo que decidiste abandonar...- puntualiza crudamente -Soy rencoroso, Severus, no lo olvides-
XXXXX
-Moe y Jackie no han regresado... me temo... que debemos darlos por muertos-
-Es de nuevo por culpa de ellos... siempre metiéndonos en sus peleas... si no fuera por Kurosaki-
-O por Urahara...-
-No hubiéramos alcanzado a llegar contigo-
Susan es lo único que logra escuchar de la conversación antes de que la puerta se abra delante de sus ojos repentinamente, da una sonrisa incierta a su tío Shukuro que la observa desde su altura sin nada en su rostro -Traje un poco de té- ofrece al levantar un poco la bandeja preparada.
-Oh, esta es tu sobrina...- un adulto rubio, con ojos azules y rasgos extranjeros arruga sus ojos asomándose por el costado de su pariente -Mucho Gusto, Yukio Hans Vorarlberna- saluda con un acento remarcado muy cordial aun cuando su sonrisa le da algo de escalofríos.
-Se ve muy normal- por el otro costado, más pequeña, quizás de la misma edad o un poco mayor... pelirroja con ojos ¿iguales? Le analiza con desdén.
-Riruka- advierte su tío mirando seriamente a la adolescente extranjera.
-Mi nombre es Riruka Dokugamine- se presenta de mala gana con su propio acento.
-Mucho gusto, mi nombre es Susan Bones ¿Son amigos de mi tío? ¿Están bien? – no evita pedir mirándolos con empatía, la guerra está alcanzando a todos, decide y no se pone a pensar que, hasta ahora, aun en la pequeña ceremonia con su tía Amelia, nunca había escuchado de un familiar o conocido de él.
-Estamos bien-
Un resoplido de parte de la pelirroja, con sus brazos costados aun al lado de su pariente y debajo de la puerta de ese salón donde estaban... niega un tanto exasperada como curiosa -Apenas nos conoces para preocuparte-
-Pero son amigos de mi tío- excusa sin ofenderse, es después de todo, un amable Hufflepuff.
-Apenas- dice el rubio con un tono bastante mordaz.
Susan frunce el ceño ante lo dicho.
-Por supuesto que estamos bien- la adolescente pelirroja aparta la mirada desdeñosa, pero sus mejillas han tomado un color de su vergüenza.
El ahora sexto año estaba por cuestionar, interrogarlos, pero se calla, es de esa manera que empieza a cuestionar seriamente lo que sabe de su tío Shukuro... de nuevo... es nada y su tía apenas le cuenta cosas sobre su relación... salta cuando alguien suaviza su ceño repentinamente.
Tsukishima es quien aparta su índice de su impulso de tocar la frente de su sobrina, afirma con un brillo ¿divertido? En sus ojos y da la sombra de una sonrisa -Pensar de más te arrugara, Susan...- advierte en ¿broma? Sus invitados lo miran como si fuera a morirse ahí mismo, entre horror o confusión -Es mejor que me dejes atender a los invitados, según tengo entendido, debes partir a la estación- advierte.
Susan arruga su nariz sintiéndose corrida, pero tenía razón, otra normalidad en tiempos tan sombríos - ¿Estarán bien? -
-Nos las arreglaremos- ¿Yukio? Replica con sus manos en los bolsillos.
-Mis primos están dormidos, los atendí y no molestaran en la próxima hora- informa Susan a su pariente.
-Buen trabajo, Susan... solo avísame cuando lleguen por ti-
-Por supuesto, Tío- indica al entregar finalmente la bandeja en manos del mayor, dar una última mirada a los invitados y a él... pero antes de marcharse, un patronus entra por la ventana a espaldas de los mayores.
-Shukuro deben salir de ahí de inmediato- el suelo se simbra al finalizar la advertencia de su tía.
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La casa está limpia de cualquier pertenencia.
Sin muebles... sin tapices... sin recuerdos... es la casa como alguna vez compraron hace tantos años... verlo desde el centro, es desgarrador... sin embargo, es necesario quitar todo de ellos en el caso que encuentren la manera mágica de rastrearlos en el momento en que den con su hogar abandonado los próximos meses.
Adam Granger siente el pecho pesado de solo pensar que tomaran sus maletas sin mirar atrás.
Imagina los momentos memorables de todos esos años de matrimonio... el embarazo de su mujer... el nacimiento... conocer a su niña... sus primeros pasos... dientes... su primera palabra... su primer libro... Hermione creció bajo ese techo, ellos pensaban pasar su vejez ahí mismo... quizás, cuando superara las ganas de ahorcar a sus posibles novios, vendrían los nietos.
Una mano en su hombro lo hace saltar, Adam no le extraña ver a Alphard ya a su lado... es cada vez más alto... igual a embarnecido... se está convirtiendo en un espectacular hombre como su primo... y solo le puede dedicar una sonrisa incierta aun con el nudo de malestar en su estómago.
No olvida esa noche, Dafira en su puerta... con Hermione entre sus brazos tan mal... con un aspecto como aroma a acero que impregno toda su casa... aun el mero recuerdo le hace aguar sus ojos, ahogar su pena y crecer ese acido en su estómago de pura impotencia... si ese muchacho no la hubiera salvado ¿Qué sería de su hija ahora?
-De verdad, gracias por salvar a mi hija- no evita decir como tantas veces, aun cuando al que desea decirle sea a ese terco muchacho que no se ha presentado ante ellos desde ese día.
Dafira es un chico complicado de entender, con manías extrañas... tan descarado con su hija... un poco perturbador... pero algo que pudo ver durante ese evento, durante la larga espera del médico de confianza de los Black... es que se culpa, algo horrendo que apenas fue visible en su mascara imperturbable.
-Dile, que no lo culpo de nada... que tampoco, juzgo sus acciones... soy un padre, Alphard, un padre que agradece que la hayan traído de regreso- insiste con la firmeza de su veracidad, que lleguen sus palabras a través de ese mensajero.
Afirmando como alguien de tanta paciencia -Lamento que no haya venido a despedirlos-
Adam baja la mirada -No debemos empujarlo, además, sé que de verdad tiene mucho trabajo en ese ministerio suyo-murmura aun cuando duda, el incidente de su niña sea prioridad de esos tontos.
-Lamento que se tengan que ir-
Niega a un nostálgico, aún con ganas de llorar, el padre toma un aliento necesitado sin mirar a su actual consuelo -No, no nos vamos a disculpar de nuevo Alphard...- advierte -porque si no fuera por ustedes... no hubiéramos tenido alguna oportunidad-
-Supongo que admiro su entereza aun en estos momentos-
Un toque en su puerta corta la conversación... Adam gira para ver un grupo ingresando con sus debidos permisos... entre todos, puede notar al doctor Ishida quien lo reconoce como un colega a otro... no viene solo.
Harry Potter es presentado a los Granger.
El chico que ve incomodo, inseguro, como si lo hubieran traído a ciegas sin ser consciente de los planes de escolta de los médicos... Adam, si no estuviera de pocos ánimos, le gustaría alentarlo a abrirse, burlarse un poco y asegurar otro amigo de su hija en ese mundo tan inseguro.
Ahora son un grupo diverso en la sala vacía.
-No hay de que preocuparse, Doctor Granger- el mayor se ajusta los lentes despreciando su preocupación por no ofrecer las básicas cortesías a causa de la mudanza -Nos mantendremos en contacto- asegura con una discreta sonrisa.
No sabe si serán amigos en el futuro, Adam no tiene esa habilidad, pero afirma permitiendo tal cosa... porque el hombre es amable, tiene ese aire de misterio, pero es un buen medico y muy discreto... ayudo tanto a Hermione cuando despertó, esta feliz porque haya logrado colocarse en Hogwarts donde continuara monitoreando el progreso de su niña con ellos tan lejos.
- ¿Está bien que te marches solo? -
Alphard que continua a su lado lo mira, antes de darle una cálida sonrisa -Estaré bien-
Frunce el ceño preocupado, porque si a ellos los persiguen por ser amigos ¿No será más inseguro al pequeño pariente del Lord?
-No tiene que preocuparse, Ririn-san es bastante capaz de protegerme- la convicción de mencionar a un personaje que apenas conoce, que sabe existe en esas tiendas que ahora están cerradas por la guerra, no alivia en nada el corazón angustiado del padre -De verdad, además, es mejor no forzar nada... Mione-chan, no desea verme- alienta.
En conflicto, un tanto angustiado de que sepa el motivo por el que su esposa no ha bajado... por el que Mione-chan no se ha asomado desde la planta superior... es porque no quiere ver a su mejor amigo -Lo siento- ahora es el que se disculpa.
-Es natural, algo como lo que vio, no es simple para superarse...- Alphard mira a lo lejos nada ofendido ni sentido por la manera en que su hija se está apartando, al contrario, compresivo como un tanto triste pero respetuoso a su postura -Lo que me sorprende, admito, es que ustedes...-
-Alphard, es mi hija, sé lo que pudo haberle pasado... he leído bastante de la comunidad mágica últimamente y licántropos hambrientos no serían amables con mi niña...- niega el padre con un tono cargado de su misma furia al interrumpirlo de continuar -Lo que Dafira hizo, lo hubiera hecho tambien si tuviera tales capacidades- acepta sin pretender ser bueno.
Ese jovencito, uno que parece entenderle, afirma pacifico -Encubrimos todo, sin embargo, esto no será aprobado por la gente educada-
-Como si ellos les interesara intervenir en el lado muggle- Añade el padre sin miramientos, el desastre aumenta de su lado y simplemente lo cubren con mentiras sin pretender ayudar.
El doctor Ishida que ha estado callado resopla -Uno no puede borrar una línea tan marcada como esa- su tono es como si supiera, pero al mismo tiempo, encontrara lo irónico en el asunto.
Alphard le da un gesto divertido de comprender.
-No pido que la borren, pero a veces me pregunto, si nuestros lideres saben y lo permiten- admite el muggle porque no entiende cómo funciona.
-Cuando Dafira sea ministro, se comprometerá en un trabajo en conjunto de ambos lados- promete el jovial Black en un cambio radical de tema.
Y tal recuerdo de algo que sabe el chico ha empezado desde hace años, con su ayuda en enviarle cosas tan simples como libros o ejemplos... Adam se ilumina golpeando el costado del niño confabulador... porque siempre es optimista pensar en un futuro mejor.
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El sonido grotesco de cortar carne, hueso y salpicar los suelos con manchas de todos los tamaños carmesí que parecían solo brillar bajo el tenue sol... el eco amortiguado de voces que van perdiendo el valor, que se apagan al apagar sus ojos de una vida llena de salvajismo... el aroma que empieza a flotar tenuemente a su nariz tan difícil de olvidar... hay pedazos de carne... hueso... órganos... es una escena donde en medio de todo esto, esta Dafira Black con su ridícula espada resaltando cual mensajero de la muerte.
Se despierta con las arcadas, reteniendo apenas de vomitar el suelo donde esta.
- ¿Hermione? - una voz pregunta preocupado.
Saltando lejos del agarre consolador, la asustada niña enfoca reconociendo el entorno... escuchando el sonido tranquilizador de un tren... el sonido ligero del viaje... su corazón se obliga a tranquilizarse al sonreír incierta - ¿Harry? - aclara su garganta al haber salido más rasposo de lo debido.
-Lo siento, parecías tener una pesadilla- el chico, uno que no esperaba compartir el viaje desde el inicio admite con un suspiro, acomodándose inseguro en su asiento apretado.
-Esta bien- miente al ajustarse en su asiento, mirar alrededor de ese vagón un tanto solitario.
-Ron no quiso sentarse con nosotros- admite Harry con un triste suspiro de haber tenido una pelea, negando como si tratara de comprender la postura del pelirrojo sobre ciertos temas.
Sintiéndose como la última opción, se remueve incomoda al notar cuan vacío esta alrededor... aun fuera de los corredores... no ve el caos que normalmente habría en otros años... piensa, que la diferencia se notara en Hogwarts e ignora con vehemencia lo que la persigue en cada sueño -Ya entenderá- trata de consolar.
-No entiendo porque Neville y Alphard no llegan-
Su estomago se aprieta feamente, el sentimiento abrumador entre vergüenza y miedo luchan en su pecho... apenas controla su gesto... pero sabe es tan acartonado para no pasar desapercibido para su inesperada compañía -Ellos... tienen otros asuntos-
Harry la mira largamente - ¿Pelearon? – pide demostrando cuanta astucia ha desarrollado.
-No- respondió tan rápido que se delato.
Frunciendo el ceño -Sé que Alphard te perdonara si conversan, no es como Dafira- alega como alguien que no sabe nada.
Aprieta los labios en disgusto, no solo por hacer tal comparativa, sino, por mencionar al monstruo que la persigue en sus pesadillas... la incapacidad de ella de ver a ambos como personas distintas cuando años anteriores promovió que no los igualaran, que ambos eran distintos a pesar de ser de la misma familia... pero Hermione en ese momento no puede.
No puede ver a Alphard tan casual cuando Dafira se puso de pie deleitándose en la matanza.
- ¿Hermione? -
-No entiendes- muerde con dureza al girarse airada sin ganas de explicar.
Mira por la ventana el paisaje pasar, con toda su postura tensa... se obliga a pensar en otra cosa... en sus padres, su viaje fuera de Londres... en su hogar, ahora vacío y próximo a vender... en lo que le esperara el siguiente verano, si esto de la guerra no se pone peor... pero, sobre todo, en su error.
Ese día, de ese incidente, Hermione estaba lejos visitando a uno de sus pocos amigos muggles con los que aun contacta de vez en cuando... viajo tan lejos solo para verlo... entonces, sintió el peligro a través de su brazalete, era tan lenta en adivinar cuando ya estaban rodeados y sus anfitriones no tenían ninguna protección.
Se expuso para salvar no solo a la familia de su amigo, sino a los vecinos.
Fue tan arrogante de pensar que tenia oportunidad, pero con tantas limitaciones, con su magia sellada por el estúpido decreto de menor de edad que sigue vigente a pesar de la guerra... la llevo a pensar que su final se acercaba, nadie la iba a ayudar... pero el alivio que sintió de ver a Dafira, se apagó bruscamente ante su acto.
Ahora tiene su cabello corto hasta sus hombros... unas constantes pesadillas y tantas inseguridades... cierra sus ojos un momento, deseando que ese día no existiera.
-Hermione, debo buscar a Neville y Alphard ¿Estas bien sola? – Harry rompe sus pensamientos, parece un tanto inseguro a su lado.
Resopla, pero afirma porque sabe, tiene otros asuntos ¿verdad?
Un toque a su puerta la salva de nuevo de sus nefastos pensamientos parpadea un tanto intrigada cuando Ginny y Luna ingresan a su vagón - ¿Podemos hacerte compañía? -
-Por supuesto-
Con un suspiro de ¿alivio? Ambas niñas menores entran ocupando el lugar delante de ella, por un momento solo se miran inciertos antes de que Hermione decida iniciar la conversación con algo neutral como es las tareas de verano muy lejos de la guerra o problemas que han tenido en ambos lados... solo fluir con la naturalidad que permite Hogwarts.
(Aun cuando el tren esta tan vacío, aun cuando hay maestros tomando el tren a su lado, aun cuando la estación de tren estaba fuertemente custodiada y todo el ambiente le hacia tener los pelos de punta... casi recuerda... su propio ataque)
-Harry estaba aquí ¿no? - Ginny finalmente pregunta.
Un tanto confundida por tal cuestión, la castaña afirma.
Un suspiro solitario -Sabes, no vino con nosotros este verano-
No, no lo sabe, apenas esta enterada de los chicos fuera de su circulo cercano y con lo sucedido a ella, corto los últimos días de cartas... fue tomada por sorpresa saberlo entre su grupo para tomar el tren... apenas platicaron durante el lapso, acepta, se distancio y se siente culpable de saber, que ninguno de los Black se impuso.
(Tiene miedo).
La pelirroja niega, al mirarla confabulador -Se ha vuelto bastante unido a los Black, uno pensaría, que mantendrían la distancia con todo el peligro alrededor de ese nombre-
Hermione quiere encontrar su voz para defenderles, para indicar como un valiente león que no debería importarles... que el peligro está en todos lados, la muerte es constante en los periódicos, no hay distinciones ni preferencias... es imposible pensar que solo por conocer a los Black es un límite para tal exclusividad en esa guerra.
Sabia a lo que se metía cuando no se aparto desde el momento en que corrían tantos rumores en el colegio... ni cuando ellos mismos intentaron apartarla por su seguridad... se mantuvo firme a sus convicciones, su lealtad y valor ¿Por qué no puede defenderlos ahora?
Porque recuerda la sonrisa siniestra, el aire asfixiante, el aroma a muerte... lo recuerda... teme.
-Entiendo que seas amiga de ellos... pero ¿Harry? El no encaja con esa gente... debería permanecer al lado de nosotros, los Weasley somos honrados y muy leales- Ginny la mira como si fuera la voz de la razón -Los Black no son confiables- dice en voz alta algo que ha guardado para sí misma la mayoría de las veces.
-Ginny- Luna aun en su tono soñador advierte apretando la mano de su amiga -No es momento-
La pelirroja fulmina a la rubia, antes de negar -Nunca será el momento, ellos siguen tomando ventaja de todo esto... – hace un ademan del entorno, como si realmente supiera lo que sucede fuera y donde se está colocando los Black en la carrera imaginaria que piensa -solo arrastraran a Harry a su desgracia si no lo detenemos-
- ¿Qué pretendes al decirme esto? - Hermione lanza sin tapujos, encontrando su voz y expresando su cansancio de algo que no le compete, tiene suficiente con sus propias crisis como para ser mediadora según entiende - ¿Qué hable con Harry para que se aparte de su familia? - (sin darse cuenta, que su tono como postura desinteresada es tan propio de Dafira)
Ginny aprieta la mandíbula en un respingo, la observa largamente antes de resoplar -No son familia-
-Sirius...- decir el nombre del fallecido tío, uno que trato muy poco para su gusto, es un tanto triste, nostálgico, al menos la parte empática del asunto no murió con su crisis – Es el padrino de Harry, la ultima voluntad de los Potter lo dejaron como su tutor... entra como familiar de la cámara Black por estatuto- explica porque es algo interesante que acaba de leer, las tradiciones sangre pura, las bases legales muy arcaicas pero importantes por la magia que rigen mucha de las bases actuales.
La pelirroja amordaza un comentario ingenioso, al suspirar -No vamos a llegar a nada...- admite como una persona sensata -Solo, dile que hable con Ron... no quiero que pierda su amistad por otras personas-
Hermione que sigue sin entender a qué viene esa campaña de la pelirroja, pero igualmente se detiene de extender una discusión innecesaria al negar tranquilamente -Ginny...- impide que replique -No entiendo porque piensas que puedo influir en esa situación-
-Puedes decirle a Alphard, entonces, que le diga a Harry que se acerque a Ron-
Arquea la ceja ante su lógica, pero tampoco va a informarle que en ese momento no se siente cómoda de enfrentar a su amigo... que las pesadillas la persiguen y no desea empezar a hiperventilar como lo hizo ante la mera idea de hacerlo... solo niega – No comprendo muy bien el asunto, apenas tengo contacto con Harry durante el verano...- no era mentira -Pero según lo poco que escuche, es Ron el que esta siendo terco-
-Ron tiene la razón- espeta Ginny ofendida.
Luna suspira intranquila al mirar por la ventana, entonces palidece repentinamente... las otras dos estaban más enfocadas en su duelo de voluntades que cuando se dieron cuenta del malestar de la tercera... era demasiado tarde, de golpe, haciendo que las maletas caigan casi golpeándolas, el tren se detiene.
Hermione se tensa asustada para ver finalmente el exterior... estaban pasando por un puente en medio de la nada de un paisaje hermoso... sin embargo, no era esto su objetivo, sino los enormes seres con garrotes que se acercaban como un grupo amenazante... el zumbido de sus oídos, el pánico la hace congelarse.
-Merlín, finalmente están haciendo lo que tanto temía el ministerio... atacar el tren- Luna suspira.
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Fin del capítulo.
Queria abarcar tantas cosas en este capítulo, pero no me dio tiempo, si lo ponía, no seria en la amplitud que queria... por lo tanto... lo dividiré en dos... trabajo, escuela, vida adulta, no es de dios cuando tienes tantos proyectos de ocio como escribir
Notas:
Hermione tiene pesadillas como sabrán, pero tambien, quedo con una secuela de inseguridad cuyo corazón de Leon deberá aprender a luchar... es distinto a ser torturada por Bellatrix, como hizo en el canon... es ver a un conocido hacer cosas atroces sin un gramo de piedad, aun cuando fue por salvarla, no puede superarlo tan pronto.
El legado de Alphard será mencionado más adelante.
Dafira es una persona rencorosa.
Esta vez no pase a Ariana, pero actualmente, NO va en el tren, algo que Harry descubrió con tristeza ya que fue uno de los motivos del que salió del vagón de Hermione.
Próximamente pasare la sociedad de almas o mejor dicho, a Urahara.
Vienen cosas estresantes e intervenciones inesperadas.
Neah 20 fuera.
