Capítulo 25. No te apartes de mí
Habían pasado aproximadamente 7 horas desde que Jaejoong y Changmin secuestraron a los hijos del señor Ahn. Gracias a la intervención de Shim, Kim no cometió una acción de la que quizás se arrepintiera después, por lo que ambos optaron por no tener más interacción con los chicos y esperar un poco más de tiempo.
—¿Qué haremos entonces? —cuestionó el menor
Ambos se encontraban al otro extremo de la bodega
—Los dormiremos y dejaremos en algún sitio para que los encuentren después, pero no se lo haremos saber a su padre —respondió con seriedad, sin saber si Changmin se opondría a ese plan
—Me parece bien —emitió una pequeña sonrisa— ¿Te comunicarás de nuevo con ese señor?
—Claro —sonrió ligeramente, pero su sonrisa daba escalofríos
Changmin se abstuvo de indagar más, tan solo asintió, esperaría a qué acciones tomaría Jaejoong a partir de ahí
Pasada una hora más, Jaejoong preparó dos nuevas bebidas, Changmin y él obligaron a los chicos a beberlas y poco después se quedaron dormidos, así luego los subieron en el automóvil y se apartaron lo más posible evitando grandes avenidas, a esa hora seguro el auto ya tenía reporte de robo
Llegaron a un sitio apartado de Seúl, volvieron a amarrar a los jóvenes, pero esta vez para que pudieran desamarrarse sin problema. Uno de los celulares se los dejaron en la guantera del coche, mientras el otro se lo llevaron con ellos
—Llamaré de nuevo, aléjate para evitar que puedas salir, será videollamada
—Está bien
Changmin obedeció, apartándose lo más que pudo, mientras tanto, Jaejoong se colocó de espaldas contra un árbol, donde supuso, no sería identificable fácilmente el escenario tras él, entonces llamó, el señor Ahn no tardó en responder, se veía tan agobiado que daba lástima, pero para Kim eso se veía muy satisfactorio
—Te lo ruego Diamante Negro, devuélveme a mis hijos —suplicó alterado, sudaba copiosamente y su voz sonaba quebrada— Haré cualquier cosa
—Lo lamento —sonrió divertido— Tus hijos ya no existen en este mundo, no te los puedo devolver —rio esta vez, de forma hilarante
—¿Qué? —preguntó temblando, a punto de desmayarse
—Nunca pensé devolvértelos, lamentablemente, ellos pagaron por tus pecados, mejor, cuida de tu otra hija, sé dónde obtenerla
—¡Eres un monstruo! —gritó, comenzando a llorar— Ellos no te hicieron nada
—Ellos no, pero todos ustedes sí, bestias sin corazón, mientras tuvieran sexo a costa del sufrimiento de los demás todo estaba bien ¿no? Y en sus últimas horas suplican ¡Son patéticos!
—Basta —cerró los ojos, aturdido
—¿Cuántos fueron? ¿5, 10? Quizás 20 ¿Qué edades son mejores? ¿9, 11?
—Basta ya —volvió a suplicar
—Dime una cosa ¿cómo suplicaban? Los que no están entrenados como yo ¿suplicaron como tus hijos me suplicaron? —mintió para hacerlo sufrir, soltando una risa
—No, tú no…
—Claro que lo hice, quería saber lo que se siente, tal vez así podría comprender por qué les causa tanto placer usarnos como juguetes —comentó esta vez sin sonreír— ¿Por qué nos hicieron daño? —cuestionó, alejado de su papel como Diamante Negro, era Jaejoong quien quería saber
—Cállate
—¿Qué me calle? ¡Tengo años callándome! Y todos ustedes caerán, cerdos asquerosos, los haré comer mierda, no dejaré a ninguno, así tenga que arrastrar a sus lindas familias al infierno
—Te lo suplico —ya no tenía más fuerzas
—Ve a casa y cuida de la hija que te queda, protege a tu esposa, porque iré por ellas y no podrás detenerme —amenazó, colgando la llamada al instante, sin darle tiempo de replicar
—¡Diamante Negro! ¡Espera! —gritó desesperado, aunque ya no podía ver al otro, la llamada estaba colgada
Lleno de frustración y furia, aventó el teléfono contra la pared, dejándolo inservible, luego se tiró de rodillas y comenzó a golpear el suelo, llorando
—Señor ¿está bien? —se acercó uno de sus empleados
—¡Cállate! Largo de aquí ¡Vete! —dijo furioso
El otro no tuvo más remedio que irse, dejándolo devastado llorando su desgracia, sin saber qué más hacer, sus hijos fueron violados y asesinados por culpa de sus acciones, sus opciones se habían reducido, matar a Diamante Negro ya parecía incluso inútil, debía centrarse en lo que le quedaba.
Cuando vio a Jaejoong colgar la llamada, Changmin se acercó a él, parecía poco complacido, pese a que lo vio sonreír en más de una ocasión mientras hablaba. Dudó un segundo si hablarle o no, pero fue el mayor quien tomó aquella iniciativa
—Vámonos, terminamos con él —dijo con voz suave, luego se apartó, rumbo al automóvil donde aún yacían dormidos los chicos
Changmin lo miró marcharse y suspiró, no supo el contenido de la videollamada con el señor Ahn, pero a la distancia pudo ver el exabrupto en los gestos de Jaejoong, intuyó que se trató de una charla poco agradable para ambos
Apagaron el teléfono que dejaron en el auto para que no se gastara la batería y pudieran pedir ayuda una vez que despertaran, el otro, con el que Jaejoong hizo la llamada, lo tiraron lejos
—Vámonos
Ambos se alejaron de ese sitio, estaba ya oscureciendo y debían regresar al Hotel, estarían pendientes de las noticias por las actualizaciones que pudiera haber del escándalo que involucraba al empresario.
.
Por solicitud del Sr. Lee, Junsu se quedó esa noche en el edificio donde tenían las oficinas principales la organización, el mismo donde Jaejoong vivió mientras ejecutaba las órdenes como Diamante Negro y donde algunas veces, cumplía las retorcidas fantasías de su captor
Ahí, le ofrecieron uno de los departamentos vacíos, en los cuales, siempre había cámaras vigilando, claro que Kim no tuvo conocimiento de ello
En tanto esperaba alguna otra indicación, Junsu permaneció acostado en la cama, mirando al techo, mientras aun se debatía si continuar o no con aquello, sabía que estaba involucrándose con gente de muy dudosa moralidad, pero su deseo por proteger a Changmin y separarlo de Jaejoong era más fuerte
De pronto, llamaron a la puerta de la habitación y se levantó a abrir, un empleado le indicaba que se dirigiera al comedor, ya que el señor Lee lo invitaba a cenar con él. Junsu no dudó en aceptar, le esperaban en 15 minutos
Antes de que le asignaran ese departamento, le dieron opción a vestirse con la ropa que le ofrecían, pero él se negó, pues planeaba al día siguiente ya marcharse, seguramente entonces ya tendría una indicación de qué hacer
Salió del pequeño departamento y siguió las indicaciones para ir al gran comedor, ahí ya le esperaban el Sr. Lee, el socio Japonés y Berilo Rojo, este último sonrió y levantó la mano para saludar a Junsu, había recibido órdenes de ser amable y cariñoso, incluso el asiento a su lado era para él
—Buenas noches —saludó educadamente, dirigiéndose a donde le indicaban
—Eres invitado especial hoy, siéntate —dijo de modo amable
—Gracias
Con una llamada de sus palmas, a la mesa se acercaron dos meseros, ambos bastante jóvenes y apuestos, a Junsu le recordó los empleados de su padre, sintió escalofríos y un poco de molestia, pero se aguantó
Sirvieron la cena y los comensales empezaron a comer
—Me contó Berilo Rojo que no quisiste un poco de diversión ¿acaso no es de tu tipo? Dime cómo te gustan, buscaremos alguien para ti —comentó tranquilamente el señor Lee, enseguida Junsu negó
—No es necesario —dijo avergonzado
—¿Es por edad? Quizás te gusten… mucho más jóvenes
—Tampoco es eso —respondió, sintiendo asco, ese tipo insinuaba si acaso era pedófilo— No quiero "diversión"
—De acuerdo —sonrió con burla— Entonces disfruta de la cena
Tras decir eso, Junsu sintió como la pierna de Berilo Rojo rozaba la suya por debajo de la mesa, luego de eso, la traviesa mano del chico acarició su muslo, moviéndola hacia la entrepierna, Kim dio un sobre salto y se puso de pie
—Lo siento, yo… no tengo más hambre, si me disculpan —limpió la comisura de sus labios y se marchó, sin recibir respuesta
El señor Lee rio divertido, ese chico si que era extraño, ya no le cabía duda que ese joven estaba enamorado del tal Changmin, por eso rechazaba al otro muchacho, esa información era algo que sin duda usaría a su favor.
…
Regresaron al Hotel tras llevar a cabo los planes de venganza de Jaejoong hacia el señor Lee. Con ese plan, se habían llevado entre las patas a otros tantos más, socios y clientes menores del negocio, pero peces gordos quedaban realmente muy pocos
En el camino de regreso, no hablaron en absoluto, por alguna razón Changmin sintió que debía darle su espacio a Jaejoong, quien lucía pensativo desde que colgó la llamada con el señor Anh. Antes de llegar al Hotel, compraron comida para llevar, la que comieron apenas entraron, estaban agotados
Mientras comían, Jaejoong revisaba las noticias, en todos los medios se hablaba del empresario, sus negocios sucios y sus posibles nexos con altos mandos militares y de la policía, mientras tanto, uno a uno de los peces pequeños iban cayendo. Por primera vez Shim vio una pequeña sonrisa en el rostro de Kim
—¿Buenas noticias? —preguntó finalmente el menor, el otro asintió
—Tomaré un baño —comentó antes de alejarse de Changmin
—¿En qué piensas Jaejoong? —se cuestionó en silencio al verlo marcharse
Kim se despojó de su ropa y se metió bajo el chorro de agua, al primer contacto, sintió que todos sus músculos se relajaban lo suficiente, cerró los ojos mientras el líquido vital recorría su cuerpo, ayudándolo a pensar mejor
Recordó a Changmin confrontándolo en el almacén, eso lo hizo reflexionar sobre si estaba bien dejarlo acompañarle, después de todo, mientras él buscaba una venganza sin limitaciones, el otro lo frenaba de no cruzar cierta línea, y aunque eso lo veía como algo positivo y bondadoso, también significaba que podía llegar el día en que Changmin dejara de lado sus principios y virtudes e hiciera algo malo
—No quiero que termine corrompido —pensó con angustia— A mí lado solo verá lo podrido de este mundo
Agachó la cabeza, sintiendo el chorro de agua en su nuca
—Solo deseo, que él sea feliz, yo solo le traeré desgracias —admitió, sintiéndose triste
Intentó negarse y no escuchar su corazón, después de todo ¿Quién era él? ¿Qué tenía para ofrecer? Se veía a sí mismo como alguien sin futuro, dispuesto solo a cumplir con su venganza, no había lugar para el amor
En el pasado, cuando estuvo con Taecyeon conoció por primera vez el cariño y la bondad de otra persona, fue la primera vez en su vida que le trataron como a un ser humano, pero después de eso, nada le quedó, se volvió una simple máquina ¿Cómo iba a poder pensar en esos momentos en sus sentimientos?
Entonces conoció a Changmin y todo cambió, su otra personalidad y él conocieron lo que era ser visto como una persona, ser tratado de nuevo como ser humano. Fue abrazado y besado con dulzura, sin intenciones sexuales, haciéndolo sentirse extraño ¿Qué era esa calidez que le envolvía cada vez más hasta el último rincón de su ser?
Tenía miedo, cosas como la felicidad y el amor nunca fueron opción en su vida ¿Cómo podía siquiera atreverse a pensar en estar junto a Changmin y ser feliz? Sentirse pleno, querido y cuidado, él era Diamante Negro, un asesino despiadado a quien le obligaban a usar su cuerpo como objeto de placer ¿Cómo diablos era capaz de pensar que merecía un futuro al lado del hombre que amaba?
Amor, la palabra que nunca antes conoció, la que jamás tuvo un significado, ahora resonaba en su cabeza y le hacía sentir que en cualquier momento estallaría. Al principio le costó trabajo entender lo que representaba, ahora, la sola mención de esta le revolvía las entrañas y quería llorar
Anhelar una vida normal, pero ¿era opción para él? Quien fue vendido a cientos de hombres que hicieron con él todas las vejaciones que se les vinieron a la mente, él que asesinó a sangre fría a decenas de hombres sin siquiera pestañar, Kim Jaejoong, no, Diamante Negro ¿merecía ser feliz?
Cubrió sus orejas con ambas manos y gritó internamente ¿Qué debía hacer?
—No soy bueno, no soy como él, Changmin, mereces algo mejor —sonrió con amargura, decidiéndolo, dejaría que el chico se alejara de él.
Mientras esperaba su turno para tomar un baño, Changmin pensaba en lo que pudiera estar analizando Jaejoong en silencio, pero por más vueltas que le diera a la situación, no lograba comprender
—¿Acaso es por algo que hice? —recordó lo sucedido cuando Kim le pidió fingir que violaría a los gemelos, eso sin duda lo había hecho enojar
Se sintió inútil ante los propósitos de venganza de Jaejoong, pero no quería dejarlo hacer todo cuanto pensara, después de todo lo comprendía, una persona que vivió toda su vida en el dolor solo conocería sobre este, entonces bajo un juicio equivocado, podía acabar con la vida de inocentes
A Changmin no le importaba que todos esos cerdos asquerosos murieran o terminaran en la cárcel, si Jaejoong quería acabar con todos y cada uno de ellos, él estaba de acuerdo, pero no era justo que inocentes como los hijos del señor Ahn terminaran con el mismo fatídico destino
—No se puede acabar con la injusticia cometiendo más injusticias —pensó decidido, bajo esa brújula moral acompañaría a Jaejoong en su venganza
No dejaría que los demonios internos de Kim lo terminaran consumiendo, después de todo, él también era una víctima en todo eso y debía ser salvado, si se arrastraba cada vez más hacia la oscuridad, sería difícil el poder ayudarlo después, no lo dejaría caer, sostendría su mano hasta el final.
…
Mientras revisaba en su tableta electrónica el estado de algunos de sus negocios, el señor Kim recibió una llamada en su celular, un teléfono previamente registrado, se trataba del señor Lee, por lo que respondió enseguida, sintiéndose nervioso, no era normal ser llamado por él
—A sus órdenes, dígame —habló lo más tranquilo que pudo
—Debo felicitarte —comenzó a hablar con tono sarcástico
—¿Perdón? —preguntó confundido
—Conocí a tu hijo —sonrió con cinismo— Es un chico bastante educado
En cuanto escucho aquellas palabras y lo malintencionadas que parecían, el señor Kim comenzó a sudar frío
—¿Cómo es que usted…?
—También es un joven bastante apuesto, muy atractivo
—Se… señor —habló nervioso— Sea directo
—Calma hombre, tu querido Junsu está bien y a salvo, de hecho, es mi invitado de honor esta noche —informó con toda alevosía
—No entiendo ¿Qué está pasando? —preguntó esta vez asustado— No lo lastime por favor, ese malcriado me saca de mis casillas, pero haré cualquier cosa para remediar cualquier falta que haya comedido
—Que padre tan ejemplar —comentó en burla— Pero ya te dije que te calmes, será bien tratado
—No entiendo el motivo de su llamada entonces
—Verás, el joven Junsu ha recurrido a mí por ayuda…
—Ese idiota, le advertí que se alejara —pensó con enojo— Todo por ese muerto de hambre de Changmin —completó para sí mismo
—Y ya que me dio información valiosa, pues decidí ayudarle, solo que no le dije como ayudaría
—Sea más específico, se lo ruego
—Seguro estás enterado, pero tu hijo siente algo por su amigo, un tal Shim algo —fingió no recordar el nombre
—Sí, lo sé
—Entonces me dijo que todo el tiempo que Diamante Negro desapareció de mi radar es porque estuvo con él, eso solo confirmó lo que ya sabíamos
—¿Y en qué puede ayudarle mi hijo?
—¿En qué? Será la carnada, por supuesto
—Espere ¿de qué habla?
—Nadie le diría a otra persona que ha encontrado a alguien extraño y decidió "adoptarlo" si no fueran cercanas ¿no crees Kim? Es obvio que tu hijo y ese muchacho tienen una buena relación, son cercanos, haré con él un interesante intercambio —explicó
—No, por favor
—Tranquilo, tu querido hijo no será lastimado, a menos que ese Shim no acepte el trato, claro está
—He sido buen socio y cliente ¿Por qué lo hace?
—No tiene que ver contigo, es tu hijo quien vino por ayuda, le ayudaré, pero obvio no será gratis —manifestó tranquilamente
—Pero si Changmin no acepta ¿Qué le harás?
—Venderlo, por supuesto
—¿Qué?
Luego de soltar una risa divertida volvió hablar
—Es broma. Tú jugarás un papel importante
—¿Yo? ¿Cómo?
—Enviaré la advertencia al muchacho, tú lo contactarás después para suplicarle que te ayude, terminará accediendo, algo me lo dice
—Haré lo que me pide, solo por favor, mantenga a salvo a mi hijo
—Él estará bien, muy bien —sonrió con cinismo, luego simplemente colgó
—¿Bueno? Señor Lee, señor Lee —llamó, aunque ya la llamada estaba colgada. Nervioso se rascó el lomo de la mano derecha, mientras vociferaba contra su hijo por ponerse en peligro.
…
Después que Jaejoong tomara su baño, continuaba evitando hablar con Changmin, mientras este seguía dándole su espacio, también decidió meterse a bañar, esta vez se cercioró de haber puesto el seguro
Terminó lo más rápido posible y salió, al hacerlo, se encontró con Jaejoong sentado en el suelo, al otro extremo de la cama, contrario a donde estaba la puerta de la habitación, no comentó nada, pues lo vio concentrado en el teléfono celular, el cual estaba conectado a la corriente eléctrica
Agarró su propio teléfono y revisó las noticias mientras se sentaba en la cama, en todos los portales continuaban hablando del señor Ahn y todos sus negocios, que por desgracia, todo lo relacionado con el señor Lee no estaba asociado, Anonymous y otros "justicieros cibernéticos" prometían no dejar de lado la noticia y aportar algo más, pues se sabía que estaba envuelto en un negocio de tráfico de personas, más no había más detalles
El menor levantó la vista y miró hacia Jaejoong, ya no parecía tan concentrado en el teléfono, sino más bien ensimismado. La situación lo tenía preocupado, si bien, no es que conversaran todo el tiempo, pero antes sintió que había logrado una mejor conexión con Kim, una que simplemente ahora parecía no existir
—Jaejoong —llamó al mayor mientras se levantaba de la cama, avanzando hacia él
El aludido alzó la cabeza y lo miró, por un instante mirarlo a los ojos lo hizo sentirse débil, así que rápido agachó la cabeza y miró su teléfono
—¿Qué quieres?
—¿Estás molesto por algo?
—No —respondió secamente
—Me estás mintiendo —dijo con tristeza
—¿Por qué lo haría? —cuestionó aún sin verlo
—Creí que habíamos avanzado, que nos entendíamos mejor —comentó, luego se agachó hasta ponerse de cuclillas frente a él— ¿Por qué no me miras?
—¡Porque hoy casi lo arruinas! —gritó alzando la cabeza
Tras decir eso, miró en silencio a un sorprendido Changmin, quien no fue capaz siquiera de defenderse o decir algo, tan solo apretó los labios, mirando fijamente a Jaejoong
El mayor sintió que aquella mirada sobre él era como una lluvia de agujas, pero se mantuvo sereno en su posición, dejó el teléfono en el suelo y se puso de pie, dándole la espalda al menor, quien lo miraba desde abajo
—Tu moralismo excesivo casi arruina la operación
—Pero —se puso de pie, mirándole fijamente— Todo salió bien ¿no? Habría sido injusto hacerle algo malo a esos muchachos
—No me importa en absoluto —mintió, manteniéndose firme— El caso es que en otra ocasión no podría salir tan bien, así que
Changmin lo miró con expectativa durante la pequeña pausa, algo le decía que lo que escucharía después no sería para nada agradable
—Es mejor que te largues
—¿Qué? —sorprendido pese a que ya esperaba algo así, Changmin avanzó hacia Jaejoong, sin estar muy cerca— Pero
—¿Estás sordo? —preguntó con desprecio— No me sirves, es mejor si te vas
—No estás hablando en serio
—¿Crees que bromeo? —finalmente volteó hacia atrás, compartiendo con él una mirada, por segundos Kim estuvo por flaquear— Estoy a punto de lograr mi meta, no esperaré a que lo eches a perder
—Perdóname
—Solo vete y no me estorbes —dijo con enojo, tratando de mirarlo de la forma más dura posible
Changmin se quedó callado por largo tiempo, luego agachó la cabeza
—Es verdad, estorbo para esos fines —sonrió con tristeza, luego levantó de nuevo la mirada— Pero no te dejaré solo, sácame a patadas si quieres, no me rendiré contigo
Aquella declaración dejó sorprendido a Jaejoong, no podía entender cómo es que ese chico era tan necio y tonto. Apretó con fuerza los puños, sin dejar de mirarlo
—¿Por qué me lo haces tan difícil? —cuestionó, ablandando la mirada, pero había algo en su voz que confundió a Changmin— Solo vete y déjame en paz
—Jaejoong —susurró, aun confundido, pero pronto entendió todo, por algún motivo la intención del mayor era alejarlo, aunque no estaba realmente molesto porque detuvo sus planes— ¿Estás preocupado por mí?
—Tonterías —cruzó los brazos y volteó la cabeza hacia la derecha, evitando mirarlo
Changmin sonrió conmovido, por momentos creyó realmente que Jaejoong estaba furioso con él, que quería alejarlo porque le estorbaba. No conocía el motivo por completo, pero estaba seguro que el mayor pensaba en él
—Me das motivos para continuar arriesgándolo todo
—¿Motivos? ¿Cuáles motivos? —preguntó molesto
—Tú, eres tú mi motivo —afirmó, acercándose a él
—Patrañas —comentó, sintiéndose nervioso al verlo acercarse. Sus pies intentaron alejarse, pero fue incapaz
El más alto llegó hasta él y le sujetó el rostro con ambas manos, sin apartar la mirada de sus ojos, por un momento Jaejoong creyó que lo besaría, pero en cambio, Changmin lo estrechó en sus brazos poco después
Sintiendo que las rodillas le temblaban, pensó en empujarlo, pero no pudo, poco a poco descruzó los brazos y los cerró entorno a la cintura de Changmin
—Pero ¿Qué estoy haciendo? —se preguntó; confundido, nervioso, triste. No deseaba que permaneciera a su lado para que no resultara herido, pero sabía que lo necesitaba, que lo quería a su lado
—Estamos juntos en esto, aunque pienses que soy un moralista, aún puedo serte de ayuda y lo seré
—Eres un idiota —musitó, escondiendo su rostro en el pecho del menor
Tras unos segundos, Jaejoong alzó la cabeza, encontrándose con los ojos de Changmin, le miraba tan fijamente que el mensaje fue más claro que el agua. El mayor sonrió
—Si quieres besarme, solo hazlo
—No haré nada que no quieras —respondió, alzando la mano derecha le acarició la mejilla— Jamás hagas algo solo por el deseo de alguien más
—Solo cállate y bésame, eso quiero —interrumpió, fingiendo fastidio
Changmin volvió a sonreír, se agachó lentamente y al mismo tiempo cerraron sus ojos, separando sus labios, al primer roce fue como un choque eléctrico, no era la primera vez que se besaban, pero desde el primer instante, sus labios supieron que necesitaban del otro
Lo hicieron tan lento que no importó la duración, la suave boca de Jaejoong y el delicado movimiento de los labios de Changmin junto con su tímida lengua completaron el sensual compás
Al separarse compartieron una mirada, el menor no dejaba de sonreír, aquel maravilloso beso, lo había deseado por tanto tiempo que sentía deseos de llorar. En cambio, la mirada llena de duda de Jaejoong lo hizo sentirse preocupado después
—¿Qué sucede?
—Creo que yo… tal vez
—¿Sí? —lo miró atentamente, con expectativa
—Creo que yo también te amo —confesó, sintiéndose avergonzado
Al inicio Changmin se sorprendió, abriendo más los ojos, quedando boquiabierto, luego reflexionó en esa forma tan peculiar de decirlo y rio un poco, divertido. Al instante, Jaejoong lo miró de forma adusta
—¿Qué es gracioso? —preguntó molesto
—No es gracioso —contradijo— Me pareció adorable —aseguró, volviendo a acercarse a él
—Adorable —repitió, al principio no entendió la palabra— Soy Diamante Negro ¿lo olvidas? No soy en absoluto adorable —regañó, sonrojándose y apartándose más
—Eres Kim Jaejoong, solo eso —sonrió de nuevo
El mayor asintió, Changmin era lo suficientemente humano para tratarlo como a un igual, aquello lo hizo sentirse feliz, por primera vez en mucho tiempo
—Bueno y ahora ¿Qué sigue?
—¿Qué sigue? —preguntó confundido
—Me has dicho que me amas, y yo, bueno, lo que dije —comentó avergonzado— ¿Ahora qué?
—Lo que tú quieras —respondió sin dejar de sonreír
—Entonces quizás —se acercó a él con paso firme, al estar frente a frente de nuevo colocó sus manos sobre el pecho de Changmin— Fóllame —pidió con naturalidad, esta vez el sonrojado fue el menor, pues no lo esperaba
—¿En verdad es lo que quieres? ¿Ahorita? —el otro asintió
—Es lo que conozco
—No hablo de eso —aclaró, sintiéndose triste, quería que Jaejoong pensara por sí mismo— ¿Lo deseas?
—No lo sé —comentó confundido— Eso creo —dudó— Sí, lo deseo
—Será mejor esperar —aseguró, acariciándole de nuevo la mejilla
—¿En verdad no te provoco nada?
—¿De qué hablas? —cuestionó sorprendido— Me encantaría hacerte el amor —afirmó sin pena— Es solo que no siento que de verdad lo deseas. Jaejoong, quiero que tomes tus decisiones solo pensando en ti ¿de acuerdo?
Changmin agarró la mano de Jaejoong y le besó el dorso, sin dejar de mirarlo a los ojos, luego le sonrió. El mayor estaba confundido ¿tomar decisiones solo suyas? Eso era nuevo para él, hasta antes de su venganza, ni siquiera había matado por decisión propia, además, salvo su tiempo junto a Taecyeon, el sexo tampoco fue algo que decidiera por él mismo
—No importa el tiempo que necesites, yo esperaré por ti
—¿De dónde saliste Changmin? Eres la persona más rara que he conocido —comentó con sorpresa el mayor
—No es eso, es que solo habías conocido a basura de personas —dijo con tristeza, Jaejoong asintió, eso sonaba lógico
—Entonces solo enfoquémonos en el plan
—De acuerdo —asintió Changmin
Esta vez, Jaejoong tomó la iniciativa y lo abrazó por la cintura, sintiendo su calidez, Changmin no dudó en corresponder, se sentía tan bien tenerlo entre sus brazos, el mundo podía acabarse en ese momento y no le importaría.
…
Eran alrededor de las 11 de la noche cuando Junsu finalmente se preparó para dormir, colocó el teléfono celular sobre el mueble junto a la cama e indicó al sistema de la habitación que apagara las luces. Tardó unos pocos minutos en comenzar a sentir sueño
De pronto, un movimiento sobre su cama lo despertó y puso en alerta, por lo que pidió al sistema que encendiera las luces de nuevo. En cuanto la habitación se iluminó, vio al causante de su despertar, se trataba de Berilo Rojo, que subió a su cama y estaba por acercarse
—¿Qué haces? —preguntó alterado, mirando hacia la puerta— ¿Tienes llave?
—El señor Lee me mandó a hacerte compañía —explicó sin expresión en el rostro, una sonrisa vacía
—Ya le había dicho que no era necesario —comentó molesto— Por favor vete
—¿Por qué no te relajas? ¿Una copa? —preguntó mientras se levantaba de la cama, avanzando hacia el buró junto a la cama, ahí estaba una cubeta con una botella de vino y dos copas
—¿En qué momento pusiste eso ahí?
—Ni cuenta te diste cuando entré —rio discretamente— Tranquilo
Abrió la botella sin dificultad alguna, sus movimientos eran tan sensuales que Junsu no dudó de los servicios que él prestaba, además del sexo, era obvio que sabía entretener de otras formas. Berilo rojo sirvió el vino en ambas copas, bebió de una y luego ofreció la otra
—No bebo alcohol —aseguró, rechazando la bebida— Vete
Sin obedecer, el otro chico bebió un trago, dejó ambas copas en el buró y sonrió, de pie donde estaba, comenzó a desnudarse, Junsu se sorprendió por aquel descaro, el muchacho no pestañeaba siquiera
—Vístete —ordenó, volteando la cara a otro lado
Pero Berilo Rojo no obedeció, se despojó por completo de la ropa, sonrió descaradamente y avanzó de nuevo a la cama, subiendo una rodilla en el colchón, estiró la mano y sujetó la barbilla de Junsu, volteándole la cara hacia él, Kim lo miró, estaba perplejo, la sonrisa de ese chico era hipnotizante
—Fóllame, por favor —suplicó con voz sensual, mirándolo directamente a los ojos
Junsu tragó saliva, por segundos recordó aquella noche en la que Jaejoong trató de seducirlo, en ese momento casi lo logra, pero pudo contenerse, ahora, por alguna razón, ese chico le atraía de una forma extraña, le hacía sentirse inquieto. Berilo rojo sonrió, se abalanzó hacia él y se posesionó de sus labios
No hubo mucha resistencia por parte de Kim, sin analizar mucho la situación, besó con deseo al chico, rodeándole con fuerza el cuello, atrayendo su nuca, fundiéndose en un apasionado beso. Cuando reaccionó, empujó a Berilo con todas sus fuerzas, respiraba agitado
—Tú…
Temblaba, sintiendo miedo y angustia, pero una parte de él quería seguir. El chico sonrió, agarró de nuevo la copa y sorbió un poco del líquido, la dejó en su lugar y se acercó a Junsu de cuclillas, buscando sus labios de nuevo, esta vez dejando el alcohol en la boca ajena, dándose de nuevo un beso
Esta vez, Berilo jugueteó su boca en el cuerpo de Junsu, bajando hacia su cuello, mientras lo lamía y besaba, su mano bajó hasta el boxer de Kim, ya que no llevó ropa y tampoco aceptó la que le prestaban, se había ido a dormir solo en ropa interior
Cuando la mano fría le rodeó el miembro, dio un pequeño sobresalto, luego de eso, ni siquiera intentó alejarlo, dejando que esta lo tocara por toda la extensión, comenzando a endurecerse
—¿Ves como si quieres? —susurró cerca de su oreja
Aprovechando ese momento de debilidad, Berilo bajó a besos por el pecho de Junsu, comiéndole las tetillas lento, haciéndolo jadear, luego, siguió bajando hasta toparse con el abdomen, depositando varios besos ahí, en todo momento no dejó de masturbarle despacio
Cuando llegó abajo, Junsu ya estaba por completo excitado, no fue difícil despojarlo de la ropa interior y ponerse entre sus piernas. Kim miró como su miembro se perdía dentro de la boca de Berilo, cuyo trabajo era excepcional, jamás le habían hecho sexo oral de esa forma tan experta
Bajó las manos y le sujetó la cabeza, mordiéndose los labios para no gemir, no tenía idea de que tan delgadas eran las paredes. De pronto Berilo rojo dejó lo que hacía, Junsu abrió los ojos y lo miró incorporarse, luego se sentó sobre su cadera, agarrándole la entrepierna, dirigiéndola a su ano
Completamente doblegado, Junsu solo dejó que el chico descendiera por su erección hasta penetrarse por completo, el chico no hizo gesto o sonido en absoluto, como si aquella intromisión no significara nada
Con gran maestría comenzó a moverse, fingiendo gemidos, placer que no sentía, pero no importaba, lo único importante era satisfacer a los demás. La sonrisa maliciosa y la mirada fría de Berilo hicieron sentir a Junsu como si lo hiciera con un muñeco sin vida, no importaba lo bien que se moviera, no había ninguna conexión, solo placer sexual
No recordaba la última vez que se lo hizo a alguien, prefería ser pasivo, siempre lo prefirió, pero debía admitir que lo estaba gozando mucho, aunque esa satisfacción lo hizo sentirse culpable ¿Qué demonios estaba haciendo? Ese chico, entrenado solo para complacer había sido usado por cientos, tal vez miles de hombres más, y ahí estaba él, siendo uno más, despreciable
Junsu no soportó más y eyaculó, esta vez no pudo ocultarlo y gimió sin tapujo alguno, sintiéndose liberado por completo. Una vez que terminó, Berilo rojo simplemente se levantó, quedándose ahí, esperando una orden más, como un autómata. Kim recuperó el aliento y lo miró
Tenía un cuerpo hermoso, algunas viejas cicatrices se divisaban, pero no le quitaban lo estético, su rostro también era bello, de pies a cabeza una obra de arte, pero su mirada no tenía vida. Junsu miró su entrepierna, dormida por completo, en ningún momento vio lo contrario, eso lo entristeció más, cayó bajo, lo más que pudo, se dejó seducir por alguien que toda su vida se vio obligado a ofrecer su cuerpo para satisfacción de los demás, menos de sí mismo
—Ven acá —le indicó, señalando el otro lado de la cama
Obediente y sin cuestionar, Berilo fue ahí, acostándose a su lado, lo miró, esperando recibir otra orden, Junsu lo miró a los ojos y le acarició la mejilla
—Es mi turno de hacerte sentir bien —sonrió, quizás aquello no solucionaba nada, pero quería devolver el favor
—No entiendo ¿Qué quiere que haga?
—Nada, esta vez lo haré yo solo —afirmó, dándole un beso en los labios
Junsu se colocó frente a él y lo besó hasta llegar a su abdomen, se colocó entre sus piernas y le sujetó el miembro, comenzando a besarlo, lenta y delicadamente, degustando centímetro a centímetro
Confundido, Berilo miraba hacia abajo, la devoción con que Kim lo besaba y chupeteaba jamás la había sentido, o quizás, tal vez… cuando era más joven, un vago recuerdo de un chico, joven como él, que le sonreía con amabilidad, escuchó una voz lejana
—Lee Joon, que bonito nombre —un eco que retumbó en su cabeza, cerró con fuerza los ojos y dejó caer la cabeza sobre la almohada
Junsu continuó, sin darse cuenta del cambio que operó ligeramente en el otro, cuyo dolor de cabeza se extendió, llevándolo a tocarse la frente, intentando callar las voces en su mente
Hasta que finalmente explotó la semilla en su boca, Junsu no pudo apartarse y tampoco evitó comer aquel líquido, solo limpió la comisura de sus labios y miró hacia arriba, Berilo rojo respiraba agitado, pero no lucía del todo satisfecho
—¿Estás bien? —preguntó preocupado, subiendo de nuevo
El otro abrió los ojos y lo observó, habiendo pasado su lapsus se recuperó, luego solo asintió, levantándose de la cama
—¿Está conforme? ¿Hay algo más que puedo hacer por usted?
—No —respondió con tristeza, volvía a parecer un muñeco sin vida— Puedes irte, gracias —sonrió con amabilidad
Berilo rojo asintió, recogió su ropa y sin vestirse salió del pequeño departamento, Junsu respiró profundo ¿Qué demonios acababa de pasar? Tuvo sexo con un prostituto y luego de eso le hizo una felación por culpa, aquella era la noche más extraña de toda su vida, se sintió sucio, por lo que fue a tomar una ducha.
Mientras tanto, del otro lado de un monitor, la cámara que se encontraba en la habitación de aquel apartamento fue apagada, luego de eso, la activada en el baño fue la que ahora llamaba la atención de quienes miraban del otro lado
El señor Lee sonreía divertido, hasta ese chico terminó seducido por los encantos de una de sus joyas, eso sí que lo estaba disfrutando. Junto a él, su socio japonés, los dos habían sido testigos de la relación sexual y ahora miraban a Junsu mientras se bañaba
—Que desperdicio de cuerpo, si lo hubiéramos tenido de más pequeño habríamos sacado buen dinero —comentó con cinismo el señor Lee
—Sí, pero el señor Kim nunca tuvo falta alguna, no había motivo para tomar a alguien de su familia —secundó el otro
—Es una lástima —suspiró profundo— Bueno, mañana podremos llevar a cabo el plan —sonrió ampliamente, ese muchacho si que fue ingenuo al pedirme ayuda.
…
Acostados en la cama y bajo las sábanas, Changmin y Jaejoong veían las noticias en uno de los teléfonos, el que no estaba cargando la batería, aun los portales más importantes de noticias nacionales estaban llenos de la nota escandalosa que involucraba al empresario
—¿Cuál será el siguiente paso? —preguntó el menor
Jaejoong, que estaba junto a él, con la cabeza sobre el hombro de Shim, meditó en esa pregunta, aún era momento de ir directamente por Lee, pero sus opciones se estaban limitando, después de todo, seguramente media organización estaba en su búsqueda
—Esperaremos un tiempo aquí cómo avanza la situación —respondió— Pero debemos buscar un nuevo sitio, durmamos un poco de momento
—De acuerdo —sonrió al responder
Changmin lo abrazaba por el hombro. Era gratificante y cálido estar así, junto al otro, como una pareja normal mirando algo en el celular
—¿Sabes? Estuve pensando en tus compañeros
—¿Mis compañeros?
—Zafiro y Berilo Rojo, ellos también son asesinos ¿verdad? —preguntó el menor, desde que supo de ellos pensaba mucho en eso
—Sí, exactamente como yo
—¿De verdad no es posible que los usen para atraparte? Eso me inquieta mucho
—Te lo dije antes, están en otros países, el negocio pierde mucho dinero si dejan de venderlos, no los traerán solo para matarme —expresó con confianza
—Conoces mejor la organización que yo, confío en tu palabra —respondió sintiéndose más tranquilo— Aun tengo curiosidad ¿Cómo son?
—¿Cómo son? ¿sus rostros?
—No, sus personalidades
—¿Personalidades? ¿Te parece que tenemos? —rio divertido
—La tienes —respondió convencido— Al principio pensé que eras como un cubo de hielo, pero conforme hemos convivido, me doy cuenta de tu carácter, no eres como una máquina, aunque lo afirmes
Jaejoong alzó la mirada hacia Changmin y lo observó fijamente, era extraño como el chico aseguraba cosas de él como si realmente lo conociera, o tal vez es que vio en él lo que nadie más, se sentía confundido, aún así, lo abrazó por la cintura, mirando hacia el vacío
—Berilo rojo parece ser muy dócil —comentó entonces para dar respuesta— Pero lo he visto pelear, no se anda con juegos, Zafiro tiene una apariencia más adusta, pero es más tranquilo. De cualquier modo, ninguno de los tres es lo que aparenta, supongo
—Todos son muy fuertes entonces, si dices que tuvieron el mismo entrenamiento
—No el mismo, al menos en combate, me atrevería a decir que el mejor es Berilo rojo, es probable que ni Zafiro ni yo juntos pudiéramos vencerle
—¿Qué? —preguntó sorprendido— ¿Tan bueno es?
—Mi entrenamiento está basado en habilidades militares, Zafiro es mejor en las artes marciales, fue entrenado en el Kung-Fu, pero Berilo Rojo en Japón aprendió muchas disciplinas, los japoneses son en verdad de temer al momento de entrenar —explicó tranquilamente, pero para Changmin eso sonaba de terror
—Entonces estoy feliz de que no los hagan enfrentarse —comentó aliviado, aunque aun en el fondo se sentía preocupado
—Será mejor dejar de charlar y descansemos
—Está bien —consintió el menor, dejó el teléfono en el buró y apagó la lámpara que había a un lado, quedando sumidos en la oscuridad
Incluso si no habían intimado sexualmente, estar así juntos era relajante para los dos, ninguno sabía lo que pasaría en un futuro, pero en ese momento, estar juntos era lo único que importaba.
…
Después que Berilo rojo saliera de la habitación y él tomara un baño, a Junsu le costó mucho trabajo volver a dormirse. Antes de eso, no podía sacar de su cabeza el cómo permitió que ese chico lo sedujera de esa forma hasta lograr su cometido
Si él sentía tan terrible culpa, no entendía cómo es que su padre era capaz de vivir una vida como la que llevaba, llevando a vivir con él a un grupo de jóvenes que no solo ofrecían sus servicios como empleados de servidumbre, sino también como piezas de entretenimiento
—¿En qué me estoy convirtiendo? —pensó aturdido, casi a punto de llorar
Cuando recién encontraron a Jaejoong y vio cómo Changmin se obsesionó por ayudarlo, nunca pensó que las cosas llegarían hasta ese punto, su amigo desaparecido quien sabe dónde, buscando a un prostituto asesino, poniendo en riesgo su vida
Pero no importaba cuánto tuviera que hacer, seguiría según lo planeado, el tal Diamante Negro no seguiría representando un peligro para Changmin, él, Kim Junsu, salvaría al hombre que amaba de todo riesgo
Finalmente, pudo dormir con una sonrisa en su rostro, convenciéndose a sí mismo de que estaba actuando correctamente.
…
Se removió entre las sábanas cuando la luz del sol le anunció un nuevo día, junto a él, un acogedor cuerpo le abrazaba, hacía tanto tiempo que no se sentía tan protegido que olvidó por completo lo que era aquella sensación tan agradable
Sonrió y finalmente abrió los ojos, al mirar hacia arriba para observar el rostro de quien le custodiaba tan cálidamente, un grito de horror se atoró en su garganta, pues frente a él, media cabeza ensangrentada y con los sesos por fuera reposaba sobre la almohada
Asustado miró el resto de las sábanas, estás se encontraban cubiertas de sangre, al igual que su propia ropa, miró sus manos y el rojo carmesí que las adornaba le causó escozor
Finalmente pudo gritar con todas sus fuerzas, sujetándose las sienes y cerrando los ojos, un dolor que hace tiempo no sentía lo hizo perder la cordura
—Jaejoong, cálmate por favor —escuchó una voz cerca de él
Abrió los ojos y miró el techo, una habitación oscura salvo la luz de la lámpara junto a la cama, observó rápido a su lado, un preocupado Changmin lo miraba angustiado
Había sido una pesadilla, una que hace tiempo no lo devoraba
—Estabas gritando y pataleando, debía despertarte —se disculpó el menor
No hubo respuesta, Jaejoong simplemente se abrazó a él y ocultó su rostro en el pecho de Shim, aún estaba temblando y la imagen de Taecyeon muerto junto a él continuaba en su mente
—Por favor, nunca me dejes —suplicó en un momento de debilidad
Aquel no era el peligroso Diamante Negro, tampoco era una segunda personalidad creada para sobrellevar el trauma, era simplemente Kim Jaejoong, un hombre en sus 20 que solo había conocido el dolor, la angustia, el abuso y el miedo, era él quien estaba ahí, suplicando para no volver a su espantosa soledad
—No lo haré —aseguró, estrechándolo tan fuerte como pudo
Una terrible impotencia envolvía a Changmin, no sabía cómo podía ayudarlo a superar todos sus horribles recuerdos. Una vez que terminara todo ese asunto de la venganza, si los dos sobrevivían, iba a ser un camino muy largo por recorrer, uno que estaba dispuesto a caminar a su lado.
Hola! Qué tal? Gracias por seguir aquí leyendo este fanfic, espero me dejen sus comentarios, que tengan excelente fin de semana
