Historias de Hanahira!
Capítulo 10 – Amane Juega Videojuegos
Protagonistas: Kaori y Amane
Clasificación: M
Habitación de Kaori – Noche
Es otra noche de fin de semana y al igual que la semana pasada, Amane ha venido a mi casa para pasar la noche y jugar videojuegos.
No es de sorprender que Amane pase muchas más noches en mi casa que en la suya, después de todo somos vecinas de toda la vida y la ventana de su cuarto queda justo al lado de la mía.
Pero antes, el que se escabullera a mi cuarto, significaba para mí una noche llena de diversión y buen rato entre amigas, acompañada de un beso ocasional en los labios y quizás… algo más.
Pero desde que sus papás le regalaron aquella nueva consola de videojuegos portátil, Amane la ha estado trayendo con ella todas las noches cuando se escabulle y ahora apenas si me nota o me toca.
– Vamos, solo un poco más...
– Ahh…
Suspiro frustrada a un lado suyo en la cama.
– Amane ¿ya piensas apagar eso pronto? Ya quiero dormir.
– Lo sé, lo siento mucho Kaori, pero ahorita en verdad no me puedo desconectar. ¡Tú, el de enfrente! ve hacia la derecha ¡Ahora! – Grita a la consola con sus audífonos puestos.
– Cielos.
Siendo justas, Amane ya me había comentado que esta semana estaría muy ocupada en una campaña especial con su equipo o algo así, pero eso no cambia el que desearía que me prestara más atención.
Y además…
– ¡Las 00:15! – reacciono sorprendida al ver la hora en mi celular – ¡Amane! Ya pasa de la medianoche. Ya apaga esa consola ¡Ahora!
– ¡Espera, ya casi nos recuperamos! ¡Solamente un nivel más y lo continuaremos mañana!
– ¡Eso mismo dijiste hace cinco niveles!
Al final me rindo y levanto de la cama, molesta con ella.
– Iré al baño y cuando vuelva, quiero que ya hayas apagado esa consola ¿Entendido?
– ¡De acuerdo, Kaori-chan!
– Cielos.
Salgo frustrada de la habitación y me dirijo al baño.
Baño de Kaori
Al entrar, bajo los pantalones de mi pijama y me preparo para orinar todavía molesta por lo sucedido.
– Esa idiota ¿Por qué nunca puede hacer nada de lo que le pido? ¿Es que acaso es más divertido pasar la noche jugando con esa cosa que conmigo? – Suspiro – Dudo mucho que siquiera haya notado que llevo una pijama nueva.
Al terminar de orinar, me tomo un momento antes de levantarme y me quedo ahí sentada pensando en ella.
– Esa tonta, aunque no entiendo porque estoy tan molesta con ella ¿Qué es lo que deseo de ella?
Suspiro recordando con nostalgia todas las noches anteriores en que Amane se ha escabullido a mi casa y cómo en cada una, ella siempre se lanzaba a mis brazos feliz de verme. Y a mis labios.
– Amane…
Empiezo a recordar el sabor de sus labios, el tacto de su lengua en mi boca, su saliva entremezclándose con la mía y la sensación de cuando pasa por mi garganta.
Al hacerlo, empiezo a sentir un ligero cosquilleo ardiente en mi entrepierna, y para calmarlo, sin darme cuenta dirijo mi mano hacia ella y empiezo a darle vueltas con la punta de mis dedos.
– Amane…
Recuerdo el sabor de su boca, su cuerpo pegándose al mío, sus manos tomando las mías y después rodeándome con sus caderas, atrayéndome con ella hacia la cama, la pared o al suelo, mirándome a los ojos y diciéndome que soy suya y va a hacer conmigo lo que le plazca.
La seguridad de su sonrisa, la fuerza de sus manos, el amor sincero que refleja en sus ojos y finalmente…
– Amane… ¡Aaaahh! ¡Espera, no!
Justo en el momento que estoy por meter mis dedos, me levanto del asiento y tomo un papel para limpiar los jugos que habían comenzado a salir de mí.
– Pero qué vergüenza, masturbándome en mi propio baño con mi… Amane en el otro cuarto. Definitivamente no le daré el gusto.
Termino de limpiarme y al subir mis pantalones, estoy lista para volver.
– Ahora verá con quien se está metiendo.
De Regreso al Cuarto
Al salir del baño, regreso a la habitación y tal como me imaginaba, Amane continua bajo las sábanas pegada a su consola.
– ¡Ah, Kaori! En verdad lo lamento mucho. Mi equipo esta acorralado y no puedo dejarlos atrás. Te prometo ahora sí solamente jugaré este nivel y ya me acostaré a dormir.
Pero esa excusa ya no le funcionará otra vez.
En lugar de regañarla o gritarle, descubro a Amane de sus sabanas y la tomo de sus shorts y panties, bajándolas y deslizándolas por sus piernas hasta dejarla desnuda de la cintura para abajo.
– ¡Kyaaaaa! ¡Kaori-chan! ¿Qué es lo que estás haciendo?
– Silencio, Amane. Estás en una partida ¿lo recuerdas? No puedes distraerte por nada.
Sabe que tengo razón y aunque esta avergonzada, vuelve su atención hacia su videojuego mientras uso mis manos para abrir sus piernas.
Dejo su rosada y húmeda entrada expuesta ante mis ojos.
– Veamos a quien le prestas más atención ahora. Buen provecho.
– Kaori-chan, no vayas a… ¡Aaaaaaaahhhhh! ¡Kaori!
De inmediato apaga su micrófono para que no la oigan e intenta contener sus gemidos lo mejor posible mientras la lamo y limpio su vagina con mi lengua, haciéndole círculos en ella.
– Así que este es el sabor de Amane-chan. Hacía tiempo que no lo probaba. Esta tan húmeda, pegajosa… y deliciosa.
Beso sus labios exteriores, haciendo que arqueé su espalda y me ruega entre suplicas y susurros que me detenga.
– Para, ya basta, Kaori-chan, si sigues así… a este ritmo voy a… voy a…
– Es tu culpa por haber sido tan desatenta conmigo, Amane. Ahora tienes que atenerte a las consecuencias y elegir. O terminas esa partida ahora y ya te acuestas a dormir conmigo, o...
– Kaori-chan ¿A qué te refieres con…? ¡Aaaaaaaaahhhhhh!
Utilizo mi pulgar para descubrir su clítoris y masajearlo con fuerza, al tiempo que ella muerde su dedo e intenta contener sus gritos lo mejor posible.
Al verla de esa manera, intentando concentrarse en su juego mientras la lamo y saboreo sus jugos, empiezo a sentir un cosquilleo en mi propia entrepierna. Por lo cual aún de rodillas, bajo un poco mi pantalón y panties e inserto mis dedos en mi vagina, comenzando a masturbarme mientras continúo lamiendo y dándole placer oral a Amane.
– Kaori-chan, por favor, ya basta – aún intentando concentrarse en la partida.
– No puedo, no hay manera en que pueda detener. Debes elegir ¿Qué prefieres? ¿Tu partida o a mí?
– Kaori-chan… Kaori-chan…
Al verme de esta manera, chupándola allá abajo y dándome placer a mí misma, no puede resistirse más y comienza a jugar con una sola mano, para acariciarse las tetas mientras la lamo.
Después de todo, estoy segura que Amane también esperaba hacer estas cosas conmigo, solo que no contaba con que la campaña se extendería tanto y ahora también tiene ganas.
– Kaori-chan… ¡Aaaaaahhhh! Kaori-chan…
Al final la excitación es demasiada y Amane suelta su consola, olvidándose por completo de la partida y utiliza su mano izquierda para acariciarse las tetas y la derecha para tomarme de la cabeza y meter mi lengua más profundo en ella.
– Kaori-chan, sigue así Kaori-chan. Ya casi, ya casi termino. Kaori-chan… Kaori-chan… ¡AAAAAAAAAAHHHHHHH!
Al final, Amane se termina viniendo y sus jugos salen disparados a mi rostro, al mismo tiempo que yo también alcanzo el orgasmo y mis jugos se derraman sobre mis panties y piernas hacia la cama.
Ambas descansamos, recuperando la respiración sobre la otra.
Al recuperarse un poco, Amane voltea a ver su consola y ve que su equipo ya ha perdido.
– ¡¿Ya-Ya Perdimos?!
– Descuida Amane, después de todo ya llevaban varias horas en último lugar, iban a perder en cualquier momento. Ahora ya podrás descansar y mañana podremos…
– ¡KAORI, BAKA!
– ¡Kyaaaaa! ¡Amane!
Amane se lanza sobre mí, descubriéndome de mi pijama y dejándome completamente desnuda sobre la cama.
– ¡Amane! ¿Qué es lo que estás…?
Me silencia poniendo su pie desnudo sobre mi boca y me apunta mirándome desde arriba.
– ¡No pienso escuchar nada más de lo que me digas esta noche! ¿Querías tanto mi atención que te pusiste a hacer esas cosas conmigo, no es cierto?
Quita su pie de mi cara, así como el resto de su ropa, y se sienta a mi lado.
– Bien ¡Pues ahora, iniciaré una nueva campaña de sexo contigo, Kaori! ¡No te dejaré descansar hasta el amanecer!
– ¡¿Eeeeeeeeehhhhh?! Pero…
– Considera esto tu castigo, Kaori – sonrisa tierna y pervertida a la vez.
– ¡Pero Amane! Si yo ya quería dormir, no vamos a… ¡Aaaaaaahhhh! ¡Amane!
A la mañana siguiente, no nos levantamos hasta la hora de la comida y una vez acabamos, Amane no volvió a poner atención a su consola en todo el fin de semana para hacerlo conmigo.
En verdad debo tener más cuidado con lo que deseo.
