-Este fic es una reinterpretación del manga y anime "Dragon Ball" y "Dragon Ball Z" de Akira Toriyama. Los personajes pertenecen por completo a Akira Toriyama y a Toyotarō, más los personajes de carácter secundario y modificaciones las personalidades, hechos y trama corren por mi cuenta y mi entera responsabilidad. Les sugiero oír "Nothing I've Ever Know" de Bryan Adams para Goku, "I´m Alive" de Celine Dion para Milk, "Fire On Fire" de Sam Smith para Goku & Milk, y "Take On The World" de Sabrina Carpenter & Rowan Blanchard para Bulma.


—¡Tú puedes, Goku!— gritó de emoción Milk, absolutamente extasiada de lo que estaba atestiguando.

—¡Lo sabía! Goku es el más fuerte del mundo— secundó Krillin enormemente orgulloso de su amigo.

—El participante Majunia ha sido derrotado— proclamó el réferi cuando el resultado fue más que evidente. —El ganador del Torneo de las Artes Marciales es el participante Goku— señaló con orgullo y una irrefrenable sonrisa.

Aunque ahora sonase monótono de relatar, el combate entre Goku y el participante Majunia discurrió apaciblemente luego de que este último se revelase como el hijo del Rey Piccoro Daimaku para terror de los presentes y que un dudaron en salir huyendo, salvo por el réferi quien continuo oficializando el encuentro; habitualmente Goku acostumbraba a poner a prueba aquellos con quienes peleaba, ¿Qué quería decir eso? Que no peleaba realmente en serio hasta saber o conocer las habilidades de aquel a quien enfrentaba. Sin embargo esta vez y quizás tomándole peso al hecho de que se estaba enfrentando al hijo de Piccoro Daimaku, apenas comenzó la batalla el Son se encontró peleando con todas sus fuerzas, empleando toda su velocidad en propinar golpe tras golpe a su contrincante de tal modo que este no pudiera responder con presteza, necesitando neutralizarlo y hacerle ver que no le sería tan fácil sembrar el terror como había hecho su padre Piccoro Daimaku años antes. El momento en que—creyendo tener el control—Piccoro aumento su tamaño fue perfecto para Goku quien lo obligó a regurgitar la botella en que se encontraba Kami-sama, y a eso hay que añadir una aplastante derrota en que el Son apenas y pareció sudar mientras el réferi daba por terminado el combate. Parece que no podre vengar la muerte de mi padre…considero Piccoro ante el desalentador panorama que tenía delante.

—Puedo verlo en tus ojos, admites que has perdido— notó Goku de pie junto a su vencido contrincante. —Eres diferente del Piccoro que recuerdo— ese Piccoro no habría asumido la derrota. —Te dejare vivir; entrena y volvamos a luchar en el futuro— declaró aunque curiosamente su decisión no pareció sorprender a nadie.

—¿Qué?— cuestionó Piccoro incrédulo de lo que estaba escuchando, no podía ser cierto.

—Jajirobe, dame dos semillas del ermitaño— pidió el Son a su amigo que no dudo en acercarse aunque visiblemente extrañado.

—Con una debería bastar, pero bueno— aceptó Jajirobe, viendo al Son comer la primera semilla de inmediato.

—Gracias— sonrió Goku antes de arrodillarse a la altura de Piccoro. —Cómela, adelante— indicó al namekiano que lo observó con receló antes de aceptar y abrir la boca para recibir la semilla que tragó sin ceder en su desconfianza.

—¡Goku!, ¿Por qué hiciste eso?— interrogó Kami-sama ya libre, igual de sorprendido que el resto de los presentes pues ello permitiría Piccoro recuperarse a gran velocidad.

—Si él muerte, Kami-sama, tanto tú como las Esferas del Dragón desaparecerán, ¿Me equivoco?— mencionó él, sabiendo eso gracias a Mr. Popo. —Cuando Piccoro vuelva a ser una amenaza, yo estaré para detenerlo— eso no le quitaría el sueño a nadie.

Eliminar a Piccoro no era en lo absoluto una opción en la mente de Goku, interiormente una voz sanguinaria en su cabeza lo instaba a eliminar a Piccoro porque efectivamente podía convertirse en un serio enemigo a largo plazo, pero su abuelo Gohan le había enseñado desde pequeño a sublimar esa clase de ideas porque todos—incluso un villano—merecían tener una segunda oportunidad si había esperanza en su corazón, y quizás ni siquiera el mismo Piccoro pudiera sentirlo pero Goku lo veía en sus ojos, sabía que no era del todo malvado…y por otro lado no podría ser el responsable de la desaparición de las Esferas del Dragón, no cuando estás habían significado tanto y habían ayudado a tanta gente. Y ser responsable al mismo tiempo de la desaparición de Kami-sama no era una opción, aunque este mismo se empecinara en hacerle ver que era algo justo. Aunque desearon protestar por la acción de Goku, pronto todos entendieron el porqué de su decisión y lo que habría implicado realmente acabar con Piccoro…mas apenas y llegaron a una conclusión el grupo de peleadores Z tuvo que colocarse en posición defensiva cuando Piccoro—ya completamente recuperado debido al efecto de la semilla del ermitaño—se levantó del suelo con fuerzas renovadas para enfrentar a Goku quien simplemente le sostuvo la mirada, bien con pasividad o desafío—era difícil saberlo—pero eso pareció alentar al namekiano:

—¿A qué estás jugando, idiota?— interrogó Piccoro deseando entender a su rival.

—A nada, simplemente deduzco que puedes volverte mucho más fuerte— contestó Goku con absoluta sinceridad. —Matarte sería un desperdició y eso no va conmigo— aunque una voz en su interior le dijera lo contrario y seguiría ignorándola. —Vamos, vete antes de que cambie de opinión— sugirió sin dejar de sostenerle la mirada.

—Lamentarás haberme perdonado la vida, Goku— advirtió el namekiano únicamente, elevándose el suelo sin dejar de observarlo. —Hare que tus últimos momentos sean lo más desagradables posibles— esto no había terminado aún.

—No puedo esperar para verlo— sonrió el Son, entusiasmado por su futura revancha.

—Voy a apoderarme de este mundo, no lo olvides— recordó Piccoro sin haberse rendido aun. —Disfruta la vida hasta que nos volvamos a encontrar— él arruinaría cualquier prospecto de paz que tuviera para entonces.

—Así será— asintió Goku, teniendo mucho en mente para hacer hasta ese día.

Desde que estaba en la Tierra tras la muerte de su padre Piccoro Daimaku y cuya caída había significado su propio nacimiento, habían muchas cosas que Piccoro no entendía y la mayor parte del tiempo elegía pasar de ellas si no le eran importantes, como ahora o eso dio a entender mientras se elevaba al cielo y viendo a Son Goku como una diminuta hormiga, aunque interiormente solo tuviera preguntas que esperaba un día tuvieran respuesta, ¿Por qué Goku lo había dejado con vida?, ¿Por qué no lo había matado teniendo la oportunidad? Quizás nunca pueda entenderlo, se dijo el namekiano eligiendo marcharse y prepararse para la revancha, eso sería mejor. Observando la partida de Piccoro desde su lugar en la ruinosa plataforma de combate, Goku no se arrepintió de su decisión; pensar en el futuro no era algo que lo preocupara seriamente, no es como si viviera desentendiéndose de ello como muchos podían pensar pero sí que elegía cavilar en ello cuando llegara el momento de hacerlo y el caso de Piccoro no sería distinto. Entrenaría y se fortalecería de igual modo que sabía haría el hijo de Piccoro Daimaku, mas no se concentraría solo en ello pues habían muchas cosas que deseaba hacer, como volver a tener una vida por ejemplo...pero sí que estaría aguardando ansiosamente en su interior porque llegara nuevamente el momento de enfrentarse y entonces nuevamente pelearía con todas sus fuerzas, para probar que tan fuerte era y para volverse aún más fuerte…


Viendo a Piccoro desaparecer tras elevarse del cielo, Goku no creyó que la decisión que había tomado fuese errónea, quizás fuese muy ingenuo de su parte pero algo en su subconsciente le decía que el hijo de Piccoro Daimaku no era un villano como lo era su padre, que aún estaba a tiempo de enmendar su camino y aunque Goku deseó interiormente molerlo a golpes hasta saberlo neutralizado por completo, confiaba interiormente en que su abuelo Gohan aprobaría esta decisión de su parte. Preguntándose interiormente que clase de ideas daban vuelta por la mente de Goku para tomar una decisión como está pero intentando entender que él había decidido lo mejor o queriendo creer en ello, Milk se acercó a su prometido para situarse a su diestra, observando el cielo cuya espesas nubes lentamente comenzaban a dispersarse permitiendo que volviera a brillar el sol. La batalla contra Piccoro había terminado y todos lentamente debían asumirlo, y quizás la perfecta nota discordante fue el regreso del pequeño Chaoz quien cruzó volando el cielo directamente a los brazos de su mejor amigo Ten Shin Han, habiendo salido muy herido de su anterior enfrentamiento contra Tao Pai Pai, mas aun ligeramente envuelto en vendas, se sentía lo suficientemente bien para regresar, siendo bienvenido por todos sus amigos quienes pudieron dejar atrás el reciente combate con motivo de su llegada, por ahora.

—Espero que sepas lo que haces, Goku— mencionó Milk únicamente, pero confiando en su decisión.

—También yo— correspondió Goku volviendo toda su atención hacia ella. —Pero ahora solo quiero concentrarme en una cosa— redireccionó sonriendo ligeramente.

—¿En qué?— preguntó la princesa Ox con extrañeza y sintiéndose un tanto perdida.

—Tenemos que casarnos— recordó el Son en voz alta haciéndola jadear a causa de la sorpresa, habiéndolo olvidado por completo aparentemente.

—Es cierto, Goku está comprometido con Milk— rió el Maestro Roshi, recordando como todos la feliz noticia.

—Creo que lo mejor para todos ahora es olvidar todo esto celebrando— asintió Bulma, feliz con este drástico cambio de tema.

—Una boda será una ocasión perfecta— secundó Yamcha completamente de acuerdo.

No era lo ideal teniendo en cuenta como se habían desarrollado los acontecimientos en el último día u horas para ser más específicos, y quizás todos habían esperado mentalmente que Goku cambiara de opinión o se retractara de la propuesta que había hecho a Milk, y aunque el Son si se encontraba interiormente aterrado con la idea de decepcionarla, imaginarse pasando el resto de su vida con ella se le antojaba extrañamente apasionante, como la mejor aventura y él jamás se negaba a una aventura mucho menos de la mano de alguien tan valiente y decidida como Milk, quien por cierto sonrió encantada ante este recordatorio de su parte, abrazando efusivamente a su prometido que la elevó del suelo entre sus brazos entre risas de ambos, empezando a acostumbrarse a estas muestras de afecto. Un testigo de todo y que observaba lo que sucedía más como espectador que como participante sin duda era Kami-sama quien, tras la derrota—porque eso era—de Piccoro a manos de Goku finalmente podía concluir que su tiempo como Kami o dios de la tierra ya había durado demasiado y que debía llegar a su fin, lo que necesita hacer ahora era seleccionar y preparar a un sucesor que pudiera vencer a Piccoro en el futuro y Goku era perfecto para ello. Apoyándose en su bastón para caminar y aprovechando el presente estado de júbilo, Kami-sama se aproximó a Goku y su alegre prometida:

—Goku— llamó el namekiano obteniendo la atención del joven Son y su prometida. —¿No te gustaría reemplazarme y convertirte en Kami-sama?— preguntó esperando que él no se negara a semejante honor y designación.

—¿Qué?, ¿Qué yo sea…Kami-sama?— repitió el Son presa de la incredulidad.

—Reúnes todas las cualidades— asintió Kami-sama sin arrepentirse de su decisión. —Ustedes podrían vivir en el templo sagrado— agregó bendiciendo de ipso facto la futura unión entre ambos.

—¡No, no lo voy a hacer ni de broma, no estoy loco!— protestó Goku de inmediato y al entender que aquello no era ninguna broma. —Estar todo el tiempo en un lugar tan aburrido…si me quedo en ese lugar me moriría— no volvería a ese lugar, era horrible.

—Escúchame, Goku, tú debes convertirte en Maestro; debes ser Maestro de Maestros, solo tú puedes reemplazarme— insistió el namekiano con profunda seriedad.

—¡Nube Voladora, ven!— llamó el Son de viva voz, convocando a su fiel compañera que cruzó el cielo hasta detenerse frente a él. —Vámonos, rápido— apremió subiendo a la nube y sosteniendo las manos de Milk quien no dudo en seguirlo con una sonrisa nerviosa. —¡Hasta pronto, muchachos!, ¡Nos vemos en mi boda!— gritó a modo de despedida para sus amigos.

—¡No falten!— secundó Milk con una permanente sonrisa y siguiéndole la corriente.

—¡Adiós, Goku!, ¡Adiós, Milk!— correspondieron sus amigos, despidiéndose con resignación de ambos.

Había apreciado profundamente el entrenamiento de Mr. Popo en el Santuario de Kami-sama, pero este era por lejos el lugar más aburrido en que había estado en su vida, entrenar había sido divertido y emocionante pero no había nada más que hacer y lo mataba el tedio, era un lugar demasiado tranquilo para alguien acostumbrado a la actividad como él y ya vislumbraba las pesadillas que tendría por tan solo pensar en regresar y asumir semejante responsabilidad. Pero pensar en convertirse en el sucesor de Kami-sama y por ende en el dios de la Tierra envió escalofríos por la espalda de Goku quien tuvo que hacer acopio de su máxime autocontrol para no temblar como gelatina, sosteniendo las manos de Milk entre las suyas y ayudándola a equilibrarse sobre la Nube Voladora, prendado de la sonrisa de ella para quien todo parecía nuevo, sin olvidar que esta no era la primera vez que ella subía a su lado, aunque hacia mucho de aquello, años de hecho. Teniendo sus propias dudas que esperaba resolver durante el viaje al Castillo de su padre, Milk prefirió concentrarse única y enteramente en el ahora, sin soltar la mano de Goku mientras ambos se alejaban en la Nube Voladora hacia su futuro juntos y despidiéndose de los amigos de su prometido pero que esperaban pudieran unírseles próximamente en la celebración de su boda. Despidiéndose de Goku y Milk como todos los demás el Maestro Roshi temió que esta fuera la última vez que se veían. ¿Acaso esto significaba que todo iba a terminar?

No, se dijo interiormente, es solo el principio.


El viaje se hizo simplemente encantador para Milk, sentada a la espalda de Goku y envolviendo sus brazos alrededor de su pecho en un cómodo abrazó mientras Goku mantenía su mirada en el cielo o el horizonte; era evidente que le gustaba viajar de ese modo, sintiendo el sol y el viento contra su rostro, y aunque contrastaba muchísimo con el estilo de vida al que ella estaba acostumbrada como una princesa, Milk se encontró sonriendo con plenitud y asumiendo interiormente que podría acostumbrarse a un estilo de vida como este. Lo que en su mente seguía sin tener explicación—no pudiendo evitar prendarse o embelesarse con el paisaje, el cielo, el aire y el sol—fue el motivo por el que Goku había rechazado tan vehementemente la oferta de Kami-sama de sucederlo como dios de la Tierra, no es como si Milk quisiera cuestionarlo sin saber o conocer los motivos de su prometido pero a su entender no tenía motivos para pensar así o reusarse y quería entenderlo. Había pasado tiempo desde que habían comenzado su viaje, ¿Cuánto exactamente? Goku no podía decirlo con exactitud, no tenía un reloj a la mano y se sentía tonto midiendo el tiempo, pero por el color del cielo ya deberían ser un par de horas, el tiempo corría a gran velocidad sobre la Nube Voladora por lo que con certeza podrían llegar a su destino—el Monte Fry-pan—antes de que anocheciera; Goku no sabía si Milk era como el resto de las chicas y le temía a la oscuridad, pero él la protegería de lo que fuera.

—Goku, quería preguntarte algo— mencionó Milk finalmente creyendo que su viaje ya había sido lo suficientemente silencioso. —¿El templo de Kami-sama era un lugar tan terrible para vivir?— curioseó por su anterior reacción.

—Lo siento, con la huida apresurada no te había comentado nada— sonrió Goku a modo de disculpa y esperando no haberla molestado. —No es un lugar terrible pero si es mortificantemente aburrido, solo hay silencio y calma en extremo, nada de diversión…— el Son se encontró temblando de solo recordarlo, —incluso las peleas era monótonas, no había emoción— y eso sí que le resultaba intolerable.

—Suena horrible— jadeó la princesa Ox quien siempre disfrutaba de una buena pelea.

—¿Verdad?— asintió él, feliz de que ella pudiera entender su manera de pensar. —No me veo teniendo tantas responsabilidades, solo quiero seguir siendo yo, siempre ha sido así— las responsabilidades no iban con él, pero las asumía de ser necesario.

En su momento y mientras había entrenado junto a Krillin con el Maestro Roshi, Goku había sentido pánico con la idea de estudiar, tener que literalmente esposarse o amarrarse a un escritorio, escribir, leer y escuchar sobre teoría y cosas así lo aburría como nada en el mundo, ¿Por qué tenía que perder el tiempo de ese modo si esa clase de cosas ya podían dar vueltas por su cabeza una y otra vez varias veces al día? Su mente siempre estaba ocupada, pensaba en lo fuerte que ya de por si era y en lo mucho que podía mejorar o podría continuar progresando si se esforzaba, pensaba en los decenas de peleadores en el mundo que debían ser más fuertes y a quienes deseaba enfrentar y por las noches se encontraba cavilando extrañamente en que podía haber más allá del mundo que conocía, pero luego rechazaba esa idea atribuyéndola a los antiguos relatos o historias que su abuelo Gohan le contaba cuando era pequeño. Aunque completamente de acuerdo con la forma de pensar de Goku ya que ella misma estaba acostumbrada a lidiar siempre con protocolos, formalismos y responsabilidades, Milk jadeó interiormente a causa del temor porque quizás y aceptando casarse con ella o pidiendo su mano en matrimonio, Goku había olvidado o ignorado—ingenuamente—el hecho de que ella era una princesa y que de una u otra forma las responsabilidades estaban relacionadas con ella, ¿Quería decir eso que cuando Goku lo entendiera la rechazaría? Ella esperaba que no.

—Y sin embargo…vas a casarte conmigo— recordó Milk en voz alta, temiendo que él ignorase lo que ello implicaría.

—Sí, porque quiero hacerlo, Milk— asintió Goku volviendo la mirada hacia ella y sin arrepentirse de su decisión.

—Pero soy una princesa— remarcó ella esperando que él no fuera tan ingenuo y pudiera entenderlo.

—Y te gusta pelear tanto como a mí— replicó él sabiendo lo que ella quería darle a entender pero no tenía problema con ello.

—Me encanta, mi padre me enseño que hay que saber defenderse para sobrevivir— aseveró la princesa Ox con contagiosa alegría para él. —Pero si tenemos hijos también deberemos enseñarles a estudiar— la fuerza no podía serlo todo.

—Siempre que te ocupes de eso— delegó el Son entendiendo la importancia de eso, —la verdad no se me da nada bien— era mejor enseñando otras cosas pero ella era comprensiva y él no dudaba que juntos podrían con lo que fuera.

—Creo que podremos hacer algo— sonrió Milk abrazándolo todavía más para estar cerca suyo, —y si quieres yo te enseño— sugirió puesto que tendrían mucho tiempo juntos.

Una vez que estuvieran casados el tiempo les perteneciera a ambos únicamente, no es como si fueran a casarse e inmediatamente tendrían uno o dos hijos, eso tomaría su tiempo—Milk había aprendido todo lo que se debía saber sobre cómo ser una buena esposa, y estaba muy versada en múltiples materias como princesa—, mismo tiempo que Goku y ella aprovecharían para conocerse mejor, para aprender del otro y sobre aquello que no conocían mientras se preparaban para el futuro y en el proceso estarían preparados cuando un tercer o incluso cuarto miembro se les uniera como familia. Quizás sonaba demasiado idílico y Milk lo atribuyó a las novelas románticas que había crecido leyendo, quizás el único ambiente femenino en medio de los entrenamientos de Artes Marciales y peleas que llevaba disfrutando desde que era pequeña, pero sabía que al lado de Goku no se equivocaría, lo sentía. Sintiendo algo extraño en el centro del pecho y una especie de cosquilleo en el estómago, Goku volvió la mirada al frente, mas no podía distraer su mente del delicado y suave cuerpo de Milk abrazándolo por la espalda, no es como que alguna vez hubiera tenido interés en nada de lo que pregonaba el Maestro Roshi sobre las mujeres—la mayoría del tiempo no entendía lo que decía o prefería ignorarlo—, pero ahora y por alguna razón que no entendía no podía dejar de pensar en Milk de esa manera.

—Según recuerdo el castillo de Ox-Satan queda por aquí— mencionó Goku intentando distraerse de los extraños sentimientos que estaba experimentando.

—Goku, no debes llamarlo por su nombre— regañó Milk ligeramente haciendo que volviera la mirada hacia ella. —Él es mi padre y ahora también será el tuyo, no lo olvides— explicó recordando que él desconocía todo sobre los matrimonios.

—¿Pero por qué?— preguntó el Son enormemente confundido y extrañado por eso.

—Porque es la costumbre en los matrimonios— simplificó la princesa Ox, no siendo ninguna mentira pero prefiriendo saltarse las explicaciones largas o complicadas.

—Eso quiere decir que Ox-Satan también será mi papá...— meditó él en voz alta sin poder evitar sonreír. —Casarse es algo interesante, ¿verdad?— no imaginaba que finalmente tendría alguien a quien llamar "padre", en teoría.

—Sí que lo es— asintió ella recostando su cabeza contra su hombro izquierdo. —Ahí está el castillo— señaló pudiendo avistarlo desde la distancia ante lo enorme que era. —Goku, cuando estés ante mi padre tienes que pedir su permiso para casarte conmigo— agregó para que se preparara una vez llegaran.

—¿No hice eso en el torneo?— preguntó Goku al aire y con extrañeza. —No cambiaste de opinión, ¿o sí?— inquirió volviendo su preocupada mirada hacia ella.

—Nada de eso, claro que quiero casarme contigo— sosegó Milk, entrelazando una de sus manos contra la suya. —Pero tradicionalmente el hombre pide el permiso del padre de la novia— explicó, aun viéndolo bastante confundido, —solo debes hablar con mi padre y decir; "Rey Ox-Satan, he venido a pedir la mano de Milk en matrimonio"— instruyó, viéndolo repetir aquella frase en voz baja para no olvidarla. —Estoy segura de que papá dirá que sí— no tendría como negarse si ella solo quería a Goku como esposo.

—Y podremos empezar a planear la boda— sonrió el Son acercando su rostro al de ella para casi rozar su nariz contra la suya, —aunque no sé cómo se hace eso— confesó interiormente nervioso por lo que ello pudiera implicar.

—Tampoco yo, pero aprenderemos juntos— tranquilizó la princesa Ox, besándolo en la mejilla. —Y te conseguiré algo de comer, debes estar muerto de hambre— adivinó viéndolo sonreír en respuesta mientras escuchaba un ligero rugido; el de su estómago. —Tomo eso como un sí— decidió intercambiando una sonrisa de alegría con él.

La verdad y aunque no lo expresara de la misma forma que Goku—pues sus modales la instaban a contenerse—, Milk debía confesar que se encontraba igualmente hambrienta, por un lado durante los combates en el Torneo de las Artes Marciales y molesta como había estado con Goku había preferido prescindir de comer y aunque quizás en el descanso previo a la pelea entre Goku y el hijo del rey Piccoro Daimaku—a quien ahora todos simplemente llamaban Piccoro—debería haber aprovechado la ocasión para tomar un refrigerio, no lo había hecho al igual que los demás Peleadores Z al enterarse de la verdadera identidad del entonces conocido participante Majunia, y luego todo se había complicado aún más por lo que todos se merecían un descanso de tan peligrosa experiencia. Aún más entusiasmado con la idea de llegar al Castillo de Ox-Satan ante la invitación de Milk para comer, y ya teniendo claro que deseaba casarse con ella, Goku tuvo que hacer acopio de su máxime autocontrol para no pedirle a la Nube Voladora que fuera más rápido, sin olvidar que Milk viajaba a su lado y abrazándolo por la espalda, por lo que el Son eligió concentrarse en la visión del imponente Castillo que se mostraba cada vez más cerca y ante cuyas enormes puertas finalmente el Son hizo que su "transporte" se detuviera, bajando él en primer lugar y luego tendiendo la mano a Milk que intercambió una sonrisa con él…


—Princesa, la estábamos esperando— los recibió una mujer mayor en la entrada del Castillo, debiendo ser el ama de llaves.

—Me alegra volver, Myu— sonrió Milk saludando a antigua institutriz con una sonrisa. —¿Y mi padre?— consultó necesitando hablar con él cuanto antes.

Si necesidad de pronunciar media palabra y acostumbrada al protocolo que regía en aquel enorme Castillo cuya belleza parecía no tener fin—atrás quedaba el incendio que en años anteriores por poco y había parecido consumirlo según recordaba Goku hacía más de tres años atrás—, lady Myu caminó delante de la joven pareja guiándolos hacia la presencia del rey por el entrañado de pasillos que desconcertaron enormemente a Goku mientras caminaba junto a Milk quien, para tranquilizarlo, sostuvo una de sus manos entre las suyas en caso de que él temiera perderse y encandilado como se veía. Todo era demasiado desconcertante para Goku, ya había estado en lugares grandes anteriormente como lo había sido el Templo de Kami-sama y por ende en la habitación del tiempo, pero fue extraño a más no poder recorrer los pasillos y ver a múltiples personas limpiando las ventanas, cambiando las velas de los candeleros y puliendo lo que parecían ser jarrones de…¿porcelana? No había tomado peso al hecho de estar realmente en un Castillo hasta ese momento. Tras llegar a la esquina del pasillo, el grupo siguió a lo que parecía una especie de Hall que daba con una gran escalera y que era el foco de múltiples sirvientes que recorrían el Castillo llevando sabanas, bandejas o platos y que se detuvieron para reverenciar a la princesa Milk y al rey que emergió en lo alto de la escalera, permitiendo que la joven dispensara a lady Muy—quien se retiró con una ligera sonrisa— y se dirigiera hacia su padre.

—¡Milk!— saludó Ox-Satan dándose prisa en bajar las escaleras y envolver a su hija en un cálido abrazo. —Estaba muy preocupado por ti— siempre estaba preocupado de su pequeña princesa.

—Estoy bien, papá— sosegó ella rompiendo lentamente al abrazo y sonriendo a su padre.

—Saliste sin decirle a nadie a donde ibas— regaño el rey observando severamente a su hija que apartó la mirada como una niña inocente. —¿Cómo no iba a preocuparme?— no sabría qué hacer si le ocurriera algo a su hija.

—Quería participar en el Torneo Mundial de Artes Marciales, papá— justificó Milk habiendo encontrado algo maravilloso e inesperado. —Y hablando de eso...hay alguien que viene conmigo— volvió la mirada hacia Goku, varios pasos detrás suyo y que se acercó con nerviosismo. —¿Recuerdas a Goku?— preguntó envolviendo uno de sus brazos alrededor del de Goku para infundirle valor.

—¿Goku?— repitió Ox-Satan enfocando la mirada en el joven que asintió de pie junto a su hija. —Claro, el nieto de Gohan— recordó, sorprendido de ver a aquel pequeño niño convertido ahora en un hombre.

—Él derrotó a Piccoro y ganó el torneo— comunicó ella con el pecho hinchado de orgullo al saberse pronto su esposa. —Salvo al mundo— proclamó volviendo la mirada hacia Goku quien solo sonrió frotándose la parte posterior del cuello.

—¿Es eso cierto?— se sorprendió el rey Ox, viendo asentir al nervioso joven. —Habíamos escuchado algo en las noticias pero se cortó la transmisión antes de que supiéramos más— mas si su hija lo decía, él sabía que era así. —Te felicito, muchacho, no esperaría menos del nieto de Gohan— celebró golpeándole amistosamente el hombro y viéndolo sonreír más animado. —Mereces un reconocimiento y la mejor forma es un banquete en tu honor— las celebraciones siempre eran bienvenidas.

—Eso suena fantástico, tenemos mucha hambre— suspiró ella, ya sintiendo gruñir su propio estómago, —pero antes hay algo que Goku quiere preguntarte, papá— advirtió para que todo estuviera más claro para todos.

No quería presionar a Goku, pero hasta ahora y solo por la presentación efectuada Milk ya tenía claro que su padre no tendría modo alguno en oponerse a una boda entre ambos, en el pasado su padre mucho le había dicho que solo consentiría que se casara con un hombre que estuviera a su nivel; es decir que o fuera un príncipe como ella—lo que era poco probable ya que la mayoría eran unos snob aburridos y frívolos—o que fuera un campeón de las Artes Marciales y que fuera más fuerte que su padre, algo que Milk había buscado a lo largo de todos estos años sin éxito…salvo por una única excepción, llegando a la inequívoca conclusión de que el único candidato perfecto para convertirse en su esposo no era otro que Goku, ¿Pero su padre lo aprobaría realmente? Esa era la cuestión. Aunque llevaba todo el camino repitiendo las palabras que Milk le había dicho que debía decir en presencia de Ox-Satan—un mero formalismo pero que parecía muy importante—, esperando no equivocarse, en ese momento Goku sintió como si su mente fuera literalmente un lienzo en blanco con nada escrito, su nerviosismo y sorpresa al verse en ese enorme Castillo lo había abrumado de tal manera que no podía recordar que debía decir exactamente. Pero volviendo brevemente la mirada hacia Milk quien esbozó una sonrisa, confiando en él y en sus capacidades de una manera que Goku aún no podía entender, el Son recordó las palabras exactas e infló ligeramente el pecho para pararse derecho.

—Rey Ox-Satan— inició Goku viendo al rey Ox centrar toda su atención en él, —he venido a pedir la mano de Milk en matrimonio— se expresó con seriedad, quizás más que nunca en su vida hasta entonces.

—Ya había dado mi permiso hace años, Goku— recordó el rey Ox con una inequívoca sonrisa, —pero si lo pides de esa forma no puedo negarme— era el candidato perfecto. —Tienes mi bendición para casarte con Milk— concedió haciendo sonreír de alivió al joven y de genuina alegría a su hija.

—¿Podemos comer ahora?— preguntó el Son en voz baja, muriéndose de hambre.

—Si...— suspiró Milk a su lado, teniendo el mismo deseó y puede que apetito incluso.

—Por supuesto, planearemos mejor todo con el estómago lleno— invitó Ox-Satan indicándoles que lo siguieran al comedor.

Como todo padre que tenía una hija joven y hermosa, Ox-Satan llevaba años esperando que su princesa comenzara a vivir sus pasiones juveniles enamorándose de algún joven apuesto y de buena familia perteneciente al reino—que no eran pocos, todos muy interesados en ella aunque quizás algo espantados por su fuerte carácter para no haberle pedido matrimonio hasta ese momento—y que finalmente se casara antes de que fuera mayor. Sonaba cruel o duro de su parte, pero Ox-Satan anhelaba el ruido de actividad en su enorme Castillo, la vida femenina de su hija era silenciosa y elegante pero no bulliciosa como solo lo serían los pequeños pasos de uno o dos infantes, el eco de juegos y bromas…lo que Ox-Satan quería era tener nietos y para ello su hija debería casarse, e increíblemente ahora Son Goku—nieto de su amigo de la infancia Son Gohan—llegaba caído del cielo para convertirse en su yerno, contando además con la entera aprobación de Milk, formando ambos una bella pareja que siguió los pasos del rey Ox hacia el comedor del Castillo, ordenándole a uno de los sirvientes en su camino que tuvieran todo preparado y en abundancia. Su hija llevaba años preparándose para convertirse realmente en la princesa y esposa perfecta, y Ox-Satan llevaba años planeando tan feliz acontecimiento, por lo que con certeza todo saldría a pedir de boca cuando aquella celebración tuviera lugar, y cuanto antes mejor.

Habría boda.


En el salón privado del Castillo del rey Ox-Satan se encontraba reunido el soberano almorzando o más bien cenando—por la hora—junto a su hija Milk y su ahora futuro esposo Goku, sentados ante una gran mesa redonda repleta de comida mientras los sirvientes iban y venían con bandejas repletas de comida y platos ya vacíos. Decirse hambriento sería un eufemismo para Goku quien en ese momento devoraba ansiosamente la comida servida sobre la mesa a un ritmo tan grande que los sirvientes debían apresurarse en retirar los platos vacíos para dejar otros llenos sobre la mesa; después de una pelea siempre tenía muchísima hambre, evidentemente más que la mayoría de la gente que solía quedársele observando con incredulidad. Pero en esta ocasión el Son no se sentía fuera de lugar en lo absoluto pues tanto Ox-Satan como Milk comían con casi su mismo ímpetu; el rey devorando una enorme pata de pollo y la princesa Ox volviendo a llenar su plato con carne que desmenuzó antes de llevársela a los labios, sintiéndose lo suficientemente cómoda para comer sin cubiertos, sonriendo para si cada vez que veía a Goku vaciar un plato en segundos para luego tomar otro y repetir el proceso con un apetito que parecía inagotable. Sin embargo y no olvidando sus modales, Milk se limpió los labios de vez en vez por respeto a los sirvientes presentes al igual que su padre, el único que no lo hacía—engullendo despreocupadamente la comida—era Goku sentado a unos pasos de ella.

—Goku— llamó la princesa Ox en voz baja y tan disimuladamente como le fue posible.

—¿Qué?— preguntó el Son, con la boca llena, viéndola señalarle con los ojos la servilleta. —Ah, sí...— comprendió, tragando por modales y limpiándose los labios.

—Tienes un magnifico apetito, muchacho, comes igual que tu abuelo Gohan— apreció el rey Ox-Satan con una sonrisa de agrado. —Cuando entrenábamos con el Maestro Roshi una mesa llena de comida no era suficiente para ambos— aun recordaba esos viejos días y estaba seguro de que el Son había experimentado lo mismo.

—Casi siento comer más lento— rió Milk, tomando otro plato para continuar llenando el suyo. —Para la boda habrá que preparar un gran festín para que alcancen los invitados, y el estómago de Goku— señaló volviendo la mirada hacia su prometido que no dejo de comer en ningún momento.

—Sera la boda más grande que este pueblo haya visto jamás— aseguró el rey Ox, queriendo lo mejor para su hija.

—No estás pensando en invitar a todos, ¿Cierto, papá?— se aventuró en cuestionar ella, conociendo muy bien a su progenitor.

—No todos los días se casa la princesa del reino, y naturalmente todo el pueblo querrá asistir— justificó él, viendo a su hija entornar lo ojos mas no la escuchó negarse ni protestar. —Supongo que querrás invitar a tus amigos, muchacho— mencionó volviendo la mirada hacia el joven Son.

La intención más primordial por parte del rey Ox era consultar la opinión de su hija sobre cómo realizar la boda, verla feliz era su mayor deseo en la vida, de hecho él no dudaba en respaldar todo lo que ella tuviera en mente si de decoración, diseño u orden se trataba—Milk era muy madura y Ox-Satan no dudaba que ella debía tener planes en mente para tal evento desde hace años—, pero la boda también involucraba a Goku y como futuro patriarca de la familia—sabiendo por antiguas cartas de su amigo Son Gohan que Goku no tenía familia—todo lo que Ox-Satan quería era que la joven pareja fuera feliz y tuviera un futuro prometedor. Escuchando atentamente la conversación pese a no dar a entender eso, Goku dejo sobre la mesa una gran olla de sopa ahora vacía con un ligero repiqueteo, alzando la mirada con sus mejillas ligeramente hinchadas como mofletes, tomando la servilleta—sin necesidad de que Milk se lo dijera—y limpiándose los labios mientras tragaba, sintiéndose infinitamente satisfecho. Usualmente las personas a su alrededor se impresionaban e incluso asustaban por la forma que el Son tenia de comer, pero no en esta ocasión lo que en cierto modo le hizo sentir en casa por primera vez en mucho tiempo mientras Ox-Satan y Milk lo observaban atentamente esperando que diera su opinión, fuera cual fuera; el Son no tenía claro que debía hacer, pero está dispuesto a intentar dar lo mejor de sí.

—Antes de venir hacia aquí les dije que la boda seria pronto— respondió Goku esperando que sus amigos pudieran estar presentes.

—¿Tendremos que enviarles una invitación?— preguntó Milk al aire solo para estar segura. —Ni siquiera sé dónde viven todos— sonrió nerviosamente esperando poder familiarizarse mucho más con ellos en el futuro.

—No, conociéndolos ya deben estar preparándose para venir— sosegó el Son dirigiéndole una despreocupada sonrisa, confiando en el poder de convencimiento de Bulma en el peor de los caos.

—Perfecto, entonces tenemos una o dos semanas para esperarlos y planearemos todo a la perfección; el banquete, la lista de invitados, decoraciones— enumeró el rey Ox solo por llevar un registro mental. —Debemos conseguirle un traje a Goku y el vestido de tu madre estará listo para ti, Milk— agregó viendo sonreír a su princesa.

—¿No puedo casarme con lo que tengo puesto ahora?— preguntó Goku confundido, bajando la mirada y no viendo sucio su dogi si esa era la cuestión.

—Las bodas son ocasiones especiales, Goku, y debemos vestir muy bien— explicó Milk con una comprensiva sonrisa, entendiendo sus dudas. —Te tomaran medidas para el traje que vas a usar y yo me probaré el vestido de mi madre para que le hagan cualquier arreglo y me quede— desarrolló viéndolo asentir al entenderlo mejor.

Desde pequeña había atesorado el vestido de novia de su madre, hecho de seda y gasa blanca con hermosos bordados plateados así como con un largo velo con encaje dorado, aunque habían marcadas diferencias entre el físico de su madre y el suyo por lo que debería probárselo para que las modistas pudieran hacerle todas las correcciones pertinentes pero lo más importante sin duda seria fabricar el traje de novio de Goku quien alzó la mirada en un gesto pensativo como si meditase en la situación antes de sonreírle. Estaba claro para Milk, desde que se había reencontrado con Goku, que así como ella sabía mucho sobre cultura, historia y ciencias, su prometido era un as de las Artes Marciales y en estrategia física pero no era un gigante intelectual, no es que no tuviera nada que decir pero sí que prefería pensar las cosas antes que decirlas. Usar más ropa de la que ya usaba cotidianamente no podía evitar resultarle extraño a Goku, normalmente tenía un dogi de descanso o más bien desgastado que llevaba consigo para su uso cotidiano, fuera de su dogi como antiguo discípulo de Kame Sennin y que había vuelto a usar con motivo del reciente Torneo de las Artes Marciales, y el Son debía confesar que no sabía cómo sentirse al respecto, mas—volviendo la mirada a su futura esposa—cada vez que pensaba en casarse con Milk se sentía emocionado al respecto tanto o más como por participar en una pelea, por lo que aprendería a sentirse cómodo con ello si así la hacía feliz.

—Hablando de eso, ¿Tienen pensando donde van a vivir?— preguntó el rey Ox, desconcertando a ambos jóvenes. —Por mí no hay problema que se queden aquí, el castillo es grande y hay espacio suficiente— y le complacería atestiguar los frutos de un matrimonio tan joven.

—Pues, aun no lo hemos pensado, pero creo que todo se dará sobre la marcha— consideró Milk en voz alta tanto en su nombre como en el de su prometido. —¿Estas satisfecho, Goku?— consultó volviendo la mirada hacia el Son.

—Momentáneamente— asintió Goku con su abdomen ligeramente hinchado ante lo pleno que se sentía, —pero ya tendré hambre otra vez— agregó a modo de broma.

Normalmente solo diría que aún tenía hambre después de haber comido el equivalente de diez o más personas mientras sus amigos lo observaban con incredulidad y se quejaban sobre quien debería pagar por todo—que habitualmente era Bulma con su tarjeta de crédito ilimitada—, y al final Goku tenía que mentir y decir que ya no tenía hambre solo para no hacerlos sentir mal...pero ahora no, se sentía extrañamente satisfecho por todo lo que había comido, su estómago estaba lleno y se sentía más que capaz de hacer lo que fuera ante toda la energía que tenía aunque también mentiría si dijera que no se le antojaba una pequeña siesta luego de su pelea contra el hijo de Piccoro Daimaku a quien sentía debía acostumbrarse a llamar solo Piccoro. Riendo ante la naturalidad con la que hablaba Goku, Milk no pudo evitar bajar la mirada hacia su propio plato ahora vacío y otros entre cinco u ocho que había devorado antes y que en otras condiciones la habrían hecho sentirse avergonzada por comer despreocupadamente y como solo haría de estar a solas con su padre, mas esta vez se sentía a gusto y más porque Goku no veía ningún problema con su apetito sino que parecía muy a gusto con su forma de ser. Albergando interiores dudas sobre las intenciones de Goku para casarse con su princesa, Ox-Satan sonrió ladinamente deshaciéndose de cualquier posible prejuicio mientras veía el intercambio de miradas entre ambos jóvenes—fuera de los platos vacíos de la comida ya consumida—que no parecían concentrados en nada que no fuera ellos mismo...


Inmensamente satisfecho al tener el estómago verdaderamente lleno por primera vez en mucho tiempo—desde la muerte de su abuelito Gohan que había podido entender su apetito desde siempre—, Goku se sentía pleno y con la mente despejada para pensar, no tendía a hacerlo mucho en cualquier caso porque sabía que otras personas de su entorno como Bulma o el Maestro Roshi eran mejores en eso, pero en esta ocasión alguien si quería opinión, alguien quería escuchar lo que él tuviera que decir y ese alguien era Milk quien abandonó el salón junto a él mientras las puertas se cerraban a sus espaldas por obra de los guardias que parecían custodiarlo todo. Con las manos cruzadas sobre su vientre mientras caminaban, Milk volvió de vez en vez la mirada hacia su futuro esposo mientras caminaban, ilusionada por su inminente boda y ya emocionada por la idea de vivir bajo el mismo techo a partir de ahora, porque cuando probablemente dejaran el Castillo de su padre ya estarían casados y sus caminos se convertirían en uno solo. Pensado precisamente en ello, Milk no pudo evitar cavilar en qué lugar elegirían ambos—porque la decisión debía pasar por los dos como matrimonio—para vivir como esposo y esposa, debían comenzar a pensar en ello para prepararlo todo y mudarse una vez que la boda se hubiera llevado a cabo, ¿Pero en qué lugar exactamente? Quizás el mejor lugar no sería el Castillo de su padre pues Goku y ella necesitarían de su espacio e intimidad propia.

—¿A qué se refería Ox-Satan cuando pregunto dónde viviríamos?— preguntó Goku como si leyera los pensamientos de su prometida.

—Es una costumbre que al casarse una pareja viva junta, bien con los padres de la novia o del novio, o donde ellos prefieran— explico Milk teniendo aun presente que el matrimonio era algo sobre lo que él aún estaba aprendiendo. —Pero no quiero hacer nada sin considerar tu opinión, Goku— agregó volviendo la mirada hacia su prometido. —¿Quieres quedarte aquí o ir a otra parte?— preguntó directamente para que aprovecharan de hablarlo.

—No estoy seguro, no sé a dónde podríamos ir. No he tenido un hogar real en mucho tiempo, no desde que mi abuelo murió— meditó el Son en voz alta. —Luego viaje con Bulma a buscar las Esferas del Dragón, viví con el Maestro Roshi, entrene con el Maestro Karin y luego pase tres años entrenando con Kami-sama— nombró con una inevitable sonrisa. —Ha pasado tanto tiempo que me gustaría volver al Monte Paozu al menos una vez— desearía tener la ocasión de volver ahí otra vez.

Los años más felices de su vida habían sido en el Monte Paozu, había vivido ahí desde que tenía uso de razón y memoria, ahí había crecido y aprendido lo necesario para vivir junto a su abuelito Gohan y estando únicamente los dos, sin otras personas; luego de que su abuelo hubiera muerto Goku había aprendido a sobrevivir por su cuenta hasta que había conocido a Bulma quien le había abierto un mundo de posibilidades, se había convertido en una especie de hermana mayor para él pero en medio de toda la búsqueda de las Esferas del Dragón y su lucha contra la Patrulla Roja y el rey Piccoro Daimaku, Goku nunca había podido volver a encontrar otro lugar que llamar hogar, no había tenido esa oportunidad. Por un momento Milk se sintió como una tonta; Goku había visitado su hogar en el pasado y ahí se habían visto por última vez años antes durante su errónea pedida de matrimonio, y por inercia al ser una princesa ella había creído que vivirían en ese Castillo y serian felices para siempre...pero ese era un sentir egoísta y más para ella teniendo en cuenta que no conocía el hogar de Goku y sí que quería hacerlo, quería saber más del hombre con el que iba a compartir la vida. No sabía nada del Monte Paozu, es decir, su padre se lo había mencionado una o dos veces y le había dicho que su viejo amigo Son Gohan había vivido ahí pero no era un lugar que hubiera visitado, no sabía cómo era pero sí que quería hacerlo, si era un lugar importante para Goku entonces ella quería verlo con sus propios ojos.

—Tengo una idea; los preparativos para la boda tomaran días, incluso una o dos semanas— mencionó Milk en justificación de lo que iba a sugerir. —¿Qué te parece si vamos juntos en la Nube Voladora al Monte Paozu?— sugirió volviendo la mirada hacia Goku quien la observó con sorpresa. —Y si quieres podríamos ir a vivir allí después de casarnos— pero sería todo un proceso, no algo de una sola vez.

—¿En serio, Milk?— preguntó Goku, simplemente extasiado con esa sola idea.

—Claro, además nunca vi donde vivías antes de conocernos, será toda una experiencia— asintió la princesa muy emocionada mientras subían las escaleras hacia la planta alta, con él sin dejar de observarla. —Quizás podamos ir mañana—agregó mientras se conducían por el pasillo con el Son aun observándola visiblemente embelesado, —Bien, llegamos— anunció deteniéndose frente a una habitación cuya puerta abrió invitándolo a pasar.

A propósito y mientras cenaban, aprovechando la distracción de su padre y Goku quienes estaban visiblemente más concentrados en la comida que en cualquier otra osa, no expresándose con la boca llena por supuesto—aunque sí que le había costado trabajo por el apetito que tenía—, Milk le había pedido a una de las sirvientas que prepararan la habitación frente a la suya para que Goku pudiera quedarse ahí. La princesa Ox se figuraba que luego de pasar años entrenando con Kami-sama—cuyo puesto por cierto había rechazado aunque ahora ella entendía porque—él merecía tener un lugar que pudiera llamar propio y Milk había elegido uno especialmente cercano al suyo para que él no se perdiera en un lugar que debía parecerle muy grande y no parecía equivocarse. Goku había estado en viviendo en muchos lugares por lo que no le provocó nada en particular entrar en la habitación en que se quedaría aunque si le impresionó su tamaño, era más grande que ninguna otra habitación en que hubiera estado anteriormente, de paredes color beige opaco, con una gran cama de dosel gris claro y colchas blancas que se veía extremadamente cómoda; una chimenea encendida y crepitando, un gran espejo empotrado contra la pared y que le permitía ver su reflejo, además de múltiples repisas con libros pero que no llamaron su atención, y la estancia era iluminada por múltiples velas estratégicamente ubicadas en la habitación. Todo se veía muy bien y más si Milk caminaba delante de él y mostrándole todo.

—Esta será tu habitación y la mía está al frente, así podrás hablar conmigo cuando necesites algo— explicó Milk mientras lo veía recorrer el lugar con ojos asombrados. —Imagino que el castillo te resulto muy apabullante— mencionó confiando en no haberse equivocado y en estar aprendiendo a leerlo.

—He estado en lugares grandes antes, pero con tantos olores mezclados siento que me perderé si no te tengo conmigo— reconoció Goku, dejando su báculo distraídamente sobre la cama.

—Y me agradara mucho poder guiarte— aseguró la princesa Ox con una deslumbrante sonrisa cuando él volteo a verla, recorriendo todo el lugar.

—Vaya, hay un baño aquí— observó Goku abriendo la puerta junto al enorme espejo.

—Prueba la cama, creo que te gustara mucho— aconsejó Milk creyendo que él se merecía un buen descansó. —Dejare tu báculo aquí para que nadie tropiece con él— advirtió tomando este de la cama antes de que su prometido saltara a recostarse sobre el colchón.

Ella había dejado ese tiempo de su vida en que todo le parecía nuevo y emocionante hace ya mucho tiempo, no es que ya no fuese así sino que simplemente había madurado, pero no pudo evitar reír por lo bajo ante la contagiosa actitud despreocupada de Goku mientras se volvía para dejar el báculo del Son contra la mesa de noche junto a la cama para que él pudiera encontrarlo fácilmente al día siguiente; y fue mientras se volvía hacia Goku que se dio cuenta que su futuro esposo había caído rendido ante el sueño y se encontraba profundamente dormido sobre la cama, con tanta plenitud que de hecho estaba roncando lo que la hizo sonreír todavía más. Milk quería creer que—pese a no haberlo demostrado—Goku había estado profundamente preocupado debido a todo el asunto del hijo del rey Piccoro Daimaku durante estos tres años en que había estado entrenando con Kami-Sama, por lo que y dirigiendo sus sigilosos pasos hacia el armario o banca tras la cama, la princesa Ox extrajo una manta con la que cubrió a su futuro esposo para que no sintiera frio, inclinándose para besarlo en la frente. Descansa, deseó Milk viendo a Goku sonreír entre sueños y esperando que se tratara de algo agradable, abandonando la habitación básicamente en puntillas para no despertarlo, y deteniéndose en la puerta que cerró lentamente tras de sí pero no sin antes dirigirle una última mirada. Mientras dirigía sus pasos hacía su propia habitación, Milk intento consolarse teniendo una certeza esta vez:

Vería a Goku al día siguiente.


Capital del Oeste/Hogar de la familia Brief

Luego de eternas horas de viaje y que la hicieron maldecir interiormente por lo tener elemento alguno que volara a la misma velocidad que la Nube Voladora de Goku, Bulma finalmente podía decir con júbilo que estaba de nuevo en casa, aunque fuera a esa hora de la noche y solo quisiera irse a dormir; no, no era una opción aun y teniendo equipaje que hacer para poder salir a la tarde del día siguiente rumbo al Monte Fry-pan, aunque en esta ocasión en uno de los helicópteros de la Corporación Capsula. La heredera Brief cruzó la puerta principal de la casa cargando su propio equipaje o parte de él mientras Yamcha seguía sus pasos cargando otra valija de igual tamaño fuera de la suya, mientras Oolong y Puar se dirigían directamente a sus habitaciones; la pelilila portaba una elegante chaqueta carmesí forrada el piel color rojo, entallada a su esbelta figura por un fajin negro, de cuello alto y cerrado con una especie de capa que se mimetizaba con las mangas, corta falda roja estampada en rosas lila azulado por encima de las rodillas y cómodos tacones negros que la hacían verse más alta, con sus largos rizos lila azulado cayendo sobre sus hombros y casi haciendo pasar inadvertidos unos largos pendientes de rubí en forma de lagrima. A toda aquella estampa inalcanzable que evocaba su apariencia debía añadírsele el gesto profesional que tenía al hablar por teléfono con gran seriedad haciendo que el propio Yamcha se vez en vez se quedara prendado observándola.

—¿Qué parte de darse prisa no entienden?— cuestionó Bulma ya perdiendo la cuenta de la cantidad de veces que repetía aquello. —No me importa, Krillin, Goku cuenta con nosotros y no vamos a retrasarnos— espetó no aceptando un no como respuesta. —¿Seguro?— corroboró mientras recibía una respuesta afirmativa. —Okey, pero iré con una alarma por si acaso y cinta adhesiva por si debo subir a alguien a la fuerza— advirtió pues nunca se era demasiado precavido, finalizando la llamada.

Lo último que Bulma quería llegar a hacer seria atar a alguien de pies y manos para que asistiera a la boda…¿A quién quería engañar? Si todo seguía como hasta ahora ella estaba dispuesta a callarle la boca a todo súbdito del rey Ox que osara tan siquiera en interponerse a la boda entre Goku y Milk, pero por supuesto que era una dama y el ideal sería no llegar a tanto, eso sería un extremo, pero a circunstancias desesperadas; medidas desesperadas. Claro que eso no incluía o debería incluir a Krillin o al Maestro Roshi—a quienes creía capaz de todo—, ya Launch era controlable siempre que se tratara de su parte benigna, Chaoz era un encanto y Ten Shin Han era el único cuerdo del grupo solo por decir algo, junto a Yamcha. De hecho, el antes forajido tenía sus dudas o reservas sobre si es que la princesa Ox y el Son realmente se casarían pero las había callado hasta ahora mientras acompañaba a Bulma a su propia habitación—ella abriéndole la puerta para permitirle pasar e ingresando primero—y dejando su valija sobre la cama, abriendo el seguro de esta para facilitarle el deshacerla y llenarla luego. Pero fue en su camino hacia la salida de la habitación—sabiendo que en el hogar de los Brief siempre tenía un lugar que poder llamar suyo pese a sus constantes peleas con su novia—que Yamcha sintió que ya no podía callar, necesitando como todos verbalizar en algún punto sus dudas sobre este matrimonio, solo para convencerse de que esto ocurriría y que Goku sería el primero en tomar una decisión tan trascendental.

—Bulma— nombró Yamcha haciendo que su novia volteara a verlo. —¿Estás segura de que Goku va a casarse con Milk?— preguntó aun sin alcanzar a creerlo del todo.

—La verdad no estoy segura de nada, pero por si las dudas empacare solo dos vestidos para la boda y el resto será ropa normal— condicionó Bulma justificando esta decisión en cualquier posible situación. —Conozco a Goku desde hace años, y nunca le había visto la mirada que tenía cuando veía a Milk, llámalo sexto sentido o lo que quieras pero creo que si habrá boda— manifestó en voz alta, queriendo creer en ello.

—Okey, empacare mis cosas— asintió él, haciendo abandono de la habitación de su novia.

—Me asombra que trajeras equipaje— mencionó ella en voz alta y volviéndose hacia sus valijas por desempacar.

—¡Me gusta sorprenderte!— contestó Yamcha en casi un grito pero contenido para no despertar a sus padres.

—Idiota— masculló la Brief negando para sí. —Por fin te la devolveré, amigo— pronunció en voz baja y con una ligera sonrisa.

Con sumo cuidado Bulma extrajo del interior de su equipaje y solo para cerciorarse un estuche que a ojos de cualquiera parecería un mero estuche de maquillaje pero no era eso en absoluto y ella lo demostró al abrirlo y sostener entre sus manos una reluciente esfera de lo que parecía ser cristal, color anaranjado con cuatro pequeñas estrellas que parecían nadar u oscilar en su interior y cuya sola visión hizo sonreír a la heredera Brief. En la mente de Bulma continuaba muy presente todo lo ocurrido primeramente con la Patrulla Roja y luego contra el rey Piccoro Daimaku, la Búsqueda de las Esferas del Dragón…y todo había iniciado con la esfera que estaba sosteniendo en ese momento, la de cuatro estrellas y que cierto niño ingenuo y muy decidido había tenido en su poder, así es como había conocido a Goku y luego de estos tres años separados Bulma sentía que era el momento de devolvérsela sabiendo lo mucho que significaba para Goku en memoria de su abuelo Gohan. Por supuesto que no sería su regalo de matrimonio, ya tenía otras cosas en mente y no escatimaría en gastos, pero esto sería algo infaltable y que necesitaba entregarle a su "hermanito menor". Sintiéndose más tranquila al saber que aquel objeto se encontraba a salvo, Bulma regresó la Esfera de Cuatro Estrellas al interior del estuche y luego regresó este a su equipaje mientras procedía a volver su atención al armario para elegir que usaría en tan importante evento. Todo debía ser perfecto, por y para Goku y Milk…


A la mañana siguiente, Milk despertó creyendo que todo lo que había experimentado era solo un sueño, la forma en la que entraba la luz del sol por la ventana era la misma de siempre, pero justo cuando la princesa Ox pensaba en seguir durmiendo como si nada, sintió el Castillo entero siendo sacudido por algún tipo de onda de energía que la hizo levantarse rápidamente y abrir las ventanas de su habitación para encontrar la causa, viendo con los ojos abiertos como platos a Goku retener un gran Kamehameha como si fuera nada hasta hacerlo desaparecer con su propia fuerza...así que estaba entrenando, pero era mejor hacerlo acompañado que solo. Sintiéndose infinitamente bien por poder mantener su rutina de entrenamiento incluso en este enorme y nuevo lugar en el que temía perderse—habiendo tenido que saltar directamente de la ventana de su habitación al patio para no dar demasiadas vueltas—, Goku vestía una camiseta naranja de cuello redondo y mangas cortas como el fajín que cerraba su dogi azul oscuro de cuello en V y cortas mangas por sobre los codos, con holgados pantalones azules, además de sus muñequeras y botas con peso dadas por Mr. Popo. Sin siquiera sudar ante el entrenamiento, acostumbrado a esfuerzos muchísimo mayores, Goku escuchó los pasos de alguien a su espalda, volviéndose a tiempo para ver a Milk acercarse con una deslumbrante sonrisa dirigida solo a él.

—Hola— saludó Goku, admitiendo interiormente cuanto la había extrañado durante sus horas separados.

—Buenos días— correspondió Milk sin dejar de sonreírle. —¿Te importa si me uno?— curioseó refiriéndose al entrenamiento y viéndolo asentir de inmediato.

Quizás por primera vez en mucho tiempo Goku comenzó a entender lo que era una mujer hermosa mientras veía a Milk cruzar las manos sobre su vientre e inclinar la cabeza en el característico saludo antes de un combate de artes marciales y que él no tuvo problema en replicar, observando la femenina blusa que vestía la princesa Ox, de color beige muy pálido y cortas mangas en forma de alas, anudada delicadamente en el frente del vientre, mallas marrón oscuro como sus cómodos zapatos, con sus largos cabellos azabaches cayendo como elegantes hondas sobre su hombros. De alguna manera que Goku no supo explicar, se encontró embelesado o prendado por Milk de tal modo que fue tomado por sorpresa en el momento en que ella se arrojó en su dirección con una patada que el Son logró bloquear justo a tiempo con uno de sus puños, junto a otra veloz sucesión de golpes de su parte y que lo hicieron sentirse confundido, ¿Por qué no podía quitarle los ojos de encima? Reteniendo las muñecas de la princesa Ox justo cuando ella se le arrojó en un nuevo ataque, necesitando mantener las distancias para pensar más claramente, el Son se vio nuevamente abrumado al contemplar los profundos ojos de ella que con una rápido movimiento envolvió una de sus piernas tras sus rodillas haciéndolo caer al suelo con ella a horcajadas sobre su regazo. Aunque nunca había estado en una situación como esa, Goku no se sintió incomodo sino al contrario, como Milk quien le sonrió victoriosa.

—Eso obtienes por subestimarme— determinó ella satisfecha por este triunfo.

—Lo merezco— asintió Goku sin dejar de sonreír mientras ella se levantaba de su regazo y le permitía levantarse. —Me gusta entrenar contigo, no entrenaba por diversión desde hace mucho— confesó sabiendo que podía ser sincero con ella.

—Me alegra oírlo, y hasta se puede convertir en una costumbre— asintió Milk muy a gusto con la idea. —¿Quieres desayunar?— preguntó imaginando que él no había probado bocado y viéndolo asentir velozmente. —Luego podríamos hablar y si no estamos ocupados viajaremos al Monte Paozu como acordamos— sugirió respetando su conversación del día anterior.

—Sí, tengo mucha hambre— sonrió él sin poder disimular su entusiasmo. —Pero antes…

No era del todo capaz de alcanzar a explicar lo que sentía por Milk cada vez que la veía, especialmente luego de ese primer beso compartido durante el Torneo de las Artes Marciales y que extrañamente se encontraba añorando, por lo que ahora eligió no contenerse más, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de la princesa Ox e inclinándose para encontrar sus labios, sintiéndola jadear de sorpresa pero corresponder con prontitud, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello corresponder al beso presionando sus labios contra los suyos, variando ligeramente el ángulo de su bocas para tener más acceso al otro. No era quizás el actuar más sensato de su parte y Milk lo sabía, ambos ahí a solas en el jardín y besándose cuando aún no estaban casados, pero estaban prometidos e iban a casarse, ¿Estaba tan mal que se prepararan para las interacciones que tarde o temprano estaban destinados a compartir? Ella no veía problema alguno, sintiéndose más que a gusto mientras dejaba a Goku sostenerle las caderas y acercarla más hacia sí. El sentir de Goku no era precisamente distinto mientras el beso lentamente llegaba a su fin por la falta de aire, pegando su frente a la de Milk y sintiendo un cosquilleo extraño al verla morderse el labio inferior: ¿Por qué no podía pensar con claridad cada vez que la besaba o tocaba?, ¿Por qué sus pensamientos estaban tan dispersos y su cabeza no parecía parar de dar vueltas? Pero no era algo negativo en absoluto sino maravilloso.

—Quería hacer eso desde ayer— admitió Goku prefiriendo no entender del todo lo que estaba sintiendo.

—¿Y por qué no lo hiciste?— cuestionó Milk con una incontenible sonrisa. —Solo tenías que pedirlo— no le habría dicho que no en absoluto.

—De alguna manera se siente mejor si te sorprendo— justificó él, preguntándose que más sentiría él si la sorprendía otra vez.

—Hazlo otra vez entonces, pero me hare la sorprendida— invitó ella mordiéndose el labio inferior.

No fue intención de Goku ser brusco pero siguiendo la invitación por parte de Milk, el Son la sujeto de la parte posterior de la nuca y—aun familiarizándose sobre lo que implicaba relacionarse o casarse con una mujer más bien—estampó sus labios con los de ella en un beso muy diferente, entreabriendo sus labios e invitándolo a explorar su boca con su lengua, lo que él hizo muy vacilante pero aprendiendo de cada suspiro, gemido o jadeo de su parte. Estas sensaciones era nuevas para él tanto como para Milk, pero a diferencia de su prometida el Son necesitaba calmar el ardor que sentía cada vez que estaban juntos y Milk no pareció tener problema con ello, aferrándose a sus músculos y envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, y él hizo lo propio envolviendo sus brazos alrededor de su cintura y acercando sus caderas contra las suyas, anhelando más de ella pero no alcanzando a entender bien que exactamente. Habiendo visto entrenar a la joven pareja, el rey Ox-Satan pensó en asomarse por el balcón y decirles que el desayuno ya estaba listo, pero cuando tuvo ese impulso y volvió la mirada nuevamente hacia el jardín, no pudo evitar esbozar una nostálgica sonrisa ante el adorable cuadro de la pareja besándose y abrazándose; en plena noche se había desvelado—como padre que era—preguntándose si Goku era el hombre apropiado para su hija, pero era evidente a su propia manera que amaba a Milk y como nieto de su viejo amigo Gohan, Ox-Satan no conocía a otro hombre mejor.

Tendrían un glorioso futuro juntos, podía verlo.


PD: Saludos mis amores, prometí que actualizaría esta semana y lo cumplo, disculpándome por la demora y agradeciendo como siempre su apoyo, deseando siempre que mi trabajo sea de su agrado :3 las próximas actualizaciones serán "Lady Sakura: Flor de Cerezo", luego "A Través de las Estrellas", "La Reina Olvidada" y por último "Kóraka: El Desafío de Eros" :3 Esta historia esta dedicada a mi queridísima amiga DULCECITO311 (agradeciendo su apoyo desde el principio y apreciando su amistad), a Zus (agradeciendo su aceptación y dedicándole esta historia por lo mismo, agradeciendo cualquier idea o aporte de su parte), a Casaco (agradeciendo muchísimo su opinión y siéndome inmensamente valiosa por lo que le dedico esta historia en agradecimiento), a Guest (profundamente agradecida por sus palabras, disculpándome por la demora y esperando cumplir con sus expectativas, dedicándole esta historia por lo mismo), y a todos quienes siguen, leen o comentan esta y todas mis historias :3 Como siempre, besitos, abrazos y hasta la próxima.

Diferencias & Enfoque: Si algunos esperaban ver una adaptación del combate entre Piccoro y Goku durante el Torneo Mundial de las Artes Marciales, lamento decepcionarlos pero tuve que acortarlo por la forma en que quiero comenzar a relatar esta historia, mencionando las diferencias con el enfrentamiento original y representando a un Goku mucho más serio y consciente de los peligros pero que también lucha sin saberlo con sus instintos de Saiyajin. Durante la escena de la cena en el Castillo de Ox-Satan, representó que Milk come con muy buen apetito porque de hecho como personaje se ha mencionado varias veces que puede ser algo glotona a la hora de comer aunque curiosamente eso no se ha visto en la trama de Dragòn Ball. En este punto de la trama me centrare en relatar la relación de Goku y Milk como me hubiera gustado que se hubiera desarrollado y desde un plano más serio, como también expresare más adelante los problemas entre Bulma y Yamcha, pero ya en el arco de "Dragon Ball Z" relatare las peleas de manera puntual, no lo duden, porque es a eso a donde quiero llegar.

También les recuerdo que además de los fics ya iniciados tengo otros más en mente para iniciar más adelante en el futuro: "Avatar: Guerra de Bandos" (una adaptación de la película "Avatar" de James Cameron y que pretendo iniciar pronto), "La Bella & La Bestia: Indra & Sanavber" (precuela de "La Bella & La Bestia"), "Sasuke: El Indomable" (una adaptación de la película "Spirit" como había prometido hacer), "El Siglo Magnifico; Indra & El Imperio Uchiha" (narrando la formación del Imperio a manos de Indra Otsutsuki en una adaptación de la serie "Diriliş Ertuğrul") :3 Para los fans del universo de "El Conjuro" ya tengo el reparto de personajes para iniciar la historia "Sasori: La Marioneta", por lo que solo es cuestión de tiempo antes de que publique el prologo de esta historia. También iniciare una nueva saga llamada "El Imperio de Cristal"-por muy infantil que suene-basada en los personajes de la Princesa Cadence y Shining Armor, como adaptación :3 cariños, besos, abrazos y hasta la próxima :3