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-Pero acaso eres tonta!
-Ya basta Amanda! – Elroy le contaba a su amiga la discusión que tuvo con su hermano y sobrina.
-Si te estoy contando lo que pasó, es para desahogarme, no para que tú también me regañes.
-Es que no te das cuenta? – Amanda se sentó junto a su amiga y tomó su mano – Elroy, por qué tienes esa actitud con Candy? Me he dado cuenta que desde hace unos años atrás la tratas de manera muy dura.
-Sólo quiero lo mejor para ella.
-Eso te lo hubiera creído cuando ella tenía 14 años, ahí la tratabas con tanto amor, la criaste como si fuera tu hija; pero ahora…
-La sigo queriendo! - se puso de pie de golpe y caminó hacia la ventana – ese hombre… él sólo la destruirá… - bajó la mirada.
-Por qué aseguras eso? Ni siquiera lo conoces - se puso detrás de su amiga, quien seguía de espaldas.
-Yo los conozco bien… - murmuró amargamente mientras su amiga la miraba atentamente.
-Jonathan… - susurró sorprendida – dijiste que tú rompiste con él porque ya no lo amabas.
-Y lo hice. – dijo segura – dejé de amarlo.
-Cuándo?
-Cuando me dejó al enterarse que mi hermano era el heredero de mi padre y yo no heredaría nada.
-Cuándo pasó eso? – su amiga estaba realmente sorprendida de lo oído – tu padre nunca te haría eso.
-Lo sé… - dejó escapar un sollozo – lo puse a prueba, cuando me enteré que su familia estaba en quiebra y por casualidad lo vi salir de la casa de Katherine.
-Katherine… su esposa?
-Sí, alguien me contó que también la estaba frecuentando, entonces le dije todo aquello.
-Sólo por Jonathan juzgas a todos los hombres?
-Acaso él no juró amarme intensamente sin importarle nada!? Y cuando se enteró de mi embarazo, me dijo que no se haría cargo y que lo mejor era deshacerme del bebé.
-Cuando regresé de Chicago… - dijo recordando - te encontrabas muy delicada… tú?
-Claro que no me deshice de mi bebé! – dijo llorando - Jonathan me dio algo para tomar y eso provocó que lo perdiera! – Amanda corrió para abrazar a su amiga que había caído de rodillas llorando ante su recuerdo.
-Pero Elroy, no puedes acusar a Terry de que haga lo mismo. – dijo suavemente.
-Él no tiene dinero! Y yo no me creo que en un par de semanas se haya enamorado de Candy, así como así!?
-Y acaso Archivald no hizo lo mismo? Además, Candy, cautiva a cualquiera nada más conociéndola.
-Pero Archivald no tiene nada que ganar al unirse a Candy! Y ese hombre… él supo muy bien que Candy es la debilidad de mi hermano, que tarde o temprano lo aceptaría y ganaría la herencia.
-No puedo creer que sigas apoyando a Archivald.
-Ya no lo hago, después de lo que me contó mi hermano, creo que Candy hizo bien en alejarse de él; pero ese hombre no…
-Tú no viste cómo la mira, soy testigo del amor que se tienen, incluso George lo vio.
-Claro que iba a convencerlos! acaso no es actor?
-Ay amiga… - dijo de manera cansina - estás muy cerrada ante tu posición; pero te advierto que si no cambias de opinión y tratas de acercarte a tu sobrina, te quedarás sola. - le habló con tranquilidad – recuerda que los que te queremos, aun siendo una cascarrabias – Elroy la miró con el ceño fruncido – sí lo eres - dijo riendo – ya estamos viejos, y sólo nos queda disfrutar de nuestra familia; para mí, Candy y ahora su esposo, lo son, no los pierdas o te quedarás sola. – sin decir más, dejó la habitación.
Elroy miró por la ventana, reflexionando las palabras de su amiga. Ella tenía razón; estaba juzgando a Terrence sin conocerlo, sólo por su mala experiencia con Jonathan, desde entonces tenía miedo a ser engañada; tanto que, rechazó a cada hombre que se le acercaba con intenciones románticas. Cuando su cuñada murió, se ofreció a cuidar a su pequeña sobrina que había quedado huérfana, fue la mejor excusa para alejarse de todos.
Al inició estaba satisfecha con aquello, amaba verdaderamente a la pequeña. Depositó todo su cariño en ella, como si fuera su propia hija. Años después conoció a alguien que despertó nuevamente esos sentimientos que trató de desechar, por un momento creyó que podría ser feliz e iniciar una familia con él; pero el miedo regresó rechazándolo y poniendo, otra vez de excusa a su sobrina, fue ahí donde ella misma se engañó, culpando a Candy de haber perdido la oportunidad de formar su propia familia.
-Qué hice… - cayó de rodillas cubriéndose el rostro con las manos para evitar que su llanto sea escuchado por los dueños de aquella casa, le daba vergüenza aceptar lo erróneo de su comportamiento, se arrepintió del maltrato injusto hacia su sobrina; finalmente entendió lo equivocada que estuvo; aunque no sabía cómo iba a reparar todo el daño causado.
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-Qué haces aquí Susana?
-Robert, necesito el trabajo, no voy a dejarlo.
-Acaso no entendiste lo que te dije la última vez? - la miró con enfado – Terry vendrá hoy a hablar conmigo.
-Eso es perfecto! Ya verás que no pasará nada, antes de que llegue, amenaza a Jane para que no le cuente lo que pasó y así todo estará bien.
-En serio que eres tonta, te dije que no voy a perder a ninguno de mis mejores actores por tu estupidez.
-Robert, tienes que ayudarme! Mi madre está molesta conmigo por lo que hice.
-Y con justa razón!
-Está bien. Me equivoqué al no haber destruido las cartas.
-Piensas que te equivocaste sólo en eso?
-Claro! - dijo como si fuera algo obvio – estoy segura que Terry estaba a punto de enamorarse de mí.
-Ay por Dios! – se llevó la mano a la frente – vete Susana, no estoy para tus tonterías.
-Pero Robert… - fue interrumpida por el golpe de la puerta abriéndose.
-Maldita infeliz! – Terry estaba furioso, Jane y Tim entraron apresurados detrás de él - cómo te atreviste a ocultar las cartas de mi esposa! – tenía sus manos apretando el cuello de la rubia.
-Terry déjala! – Tim trataba de separarlo de la rubia.
-Terry ya basta! – con la ayuda de Robert lograron que la soltara.
-Te vas a arrepentir por lo que hiciste! - sus ojos tenían fuego, nunca lo habían visto de esa manera – por tu culpa, casi no llego para salvar a mi esposa - dijo apretando los dientes, la miraba con un profundo odio – haré que te arrepientas por meterte con lo que más amo.
-Es su culpa… - murmuró una vez pudo respirar con normalidad, tenía las manos sobándose el cuello – ella…
-No la menciones! no quiero que tu maldita boca siquiera la mencione.
-Tranquilízate ya Terry – ordenó Robert poniéndose en medio de Susana y el castaño – y tú, ya márchate, ya te dije que estás despedida.
-Robert… por favor, necesito el trabajo – las lágrimas fluyeron rápidamente.
-Ya te dije que lo que hiciste no fue correcto.
-Terry! Se acercó al castaño desesperada - por favor, no dejes que me despida.
-Y crees que yo haría algo para tenerte cerca? – le dijo con frialdad.
-Lo hice por ti! - gritó desesperada – por nosotros! – trató de poner sus manos sobre el pecho del castaño, pero el actor dio un paso hacia atrás, como si ella quemara; estaba por perder nuevamente la cordura, quería matarla.
-No te atrevas a decir semejante estupidez! - gritó furioso - nunca hubo un nosotros, ni siquiera te consideré una amiga!
Susana se sentía lastimada con cada palabra que escuchaba, cada frase hería su ego; ella, quien se consideraba irresistible para cualquier hombre, quien le había dado el honor a Terry para amarla, el elegido para desposarla; ahora la estaba despreciando frente a otros, de reojo vio como Jane sonreía y eso la molestó todavía más.
-Esta humillación me las pagarás Terry. - dijo molesta mientras se alejaba rumbo a la puerta – y sé con quién me las cobraré – dijo cuando estaba a punto de abrir la puerta.
-Ni se te ocurra hacer algo en contra de mi esposa – la giró con tanta fuerza que la rubia se golpeó con la puerta – no me conoces Susana, si te atreves siquiera a ensuciar el nombre de mi esposa o intentas lastimarla - acercó su rostro al femenino – te mato… no tengo nada que perder y por Candy haría lo que sea, aunque eso me cueste mi libertad o mi vida - lo dijo con tanta seguridad que asustó a la rubia, quien salió rápidamente cuando se vio liberada del agarre del castaño.
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-Terry está tardando mucho, crees que le fue bien?
-No te preocupes Candy, si hubiera pasado algo malo ya hubiéramos tenido noticias.
-Tienes razón, creo que estoy muy nerviosa.
-Ven - tomó a la rubia de la mano – quiero mostrarte algo, con todo lo que pasó no pude hacerlo ayer. - Candy le había contado a la familia Harris, que su padre le había regalado la tienda para la que cosían, y el día anterior; María, Carla, Terry y ella fueron a verla y presentarse ante las trabajadoras que vendían las prendas – mira esto! - le entregó una carta - vamos léelo.
-Oh Carla! - dijo después de leerla – estoy tan feliz por ti!
-Tú eres la primera a quien se lo enseño.
-A mí? - dijo señalándose.
-Tú fuiste quien me animó para estudiar, yo me había rendido al ver que no teníamos dinero; pero tú me hiciste ver que si estudio podré ayudar a mi mamá en un futuro. – dijo abrazando a su amiga.
-Gracias… - Candy estaba llorando – oh… me emocioné con lo que me dijiste – se limpiaba las lágrimas mientras se reía de sí misma – que te parece si preparamos algo especial para darles la noticia a tu madre y a Charly.
-Es una buena idea! - se dirigieron a la cocina y empezaron a preparar la cena, durante ese par de horas, Candy se distrajo y olvidó la preocupación que sentía por la reunión de Terry con su director.
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-Te garantizo que no tendrás problemas con nadie.
-Había pensado en dejar su compañía señor Hathaway; pero con su oferta no puedo negarme.
-No vas a arrepentirte Terrence, ya verás que triunfarás aquí.
-Haré todo para lograrlo señor. – dijo poniéndose de pie – pero hay algo más.
-Lo que quieras.
-Haré público mi estado civil.
-Pero Terrence… - dijo poniéndose también de pie y con el rostro preocupado – eso te restará popularidad ante las jóvenes fans.
-No estoy aquí para conseguir fans, sino para mostrar mi talento – dijo decidido – además, ese fue el primer error que cometí y dio paso a que esa loca se haga ideas erróneas conmigo. – dijo con molestia – no cambiaré de opinión con respecto a esto señor Hathaway.
Soltando un suspiro de derrota, Robert, le extendió la mano para cerrar el acuerdo. Terry se quedaría en la compañía por los próximos cinco años. Decidió anunciar y presentar a su esposas en la primera oportunidad que se le presentara; se sintió culpable por haberla ocultado al público sin tomar en cuenta su opinión. Cuando Elroy se lo gritó a la cara, se sintió un canalla, fue cuando vio el dolor en los ojos de su amada, que supo que le dolía todo aquello.
-No sabía que podrías enfadarte de esa manera. – oyó a su amigo a sus espaldas cuando estaba por retirarse del teatro.
-Disculpa el espectáculo.
-No te estoy criticando, es sólo que me sorprendiste, nunca creí que alguien tan pacífico como tú podría explotar de esa manera.
-Cuando tratan de dañar o lastimar a los que amo pierdo el control.
-Candy es afortunada en que la protejas de esa manera. – Jane llegó en ese momento – además esa arpía se lo merecía.
-Ya basta Jane, ya hiciste demasiado por hoy - la regañó su novio.
-No me arrepiento de haberle contado a Terry lo que esa mustia hizo, imagínate si no lo hubiera hecho, esa se habría quedado aquí y ya nadie la soportaba.
-Creo que solo hablas por ti.
-No, pregúntales. – señaló hacia los camerinos – creo que me estás regañando mucho, eso me hace suponer que tú nunca me defenderías como lo hizo Terry - golpeó a su novio en el pecho.
-Sabes que te defiendo aun si estás equivocada.
-Yo nunca estoy equivocada, verdad Terry? Siempre tengo la razón. – los jóvenes reían de las afirmaciones de la joven.
-Ya te ibas Terry?
-Sí, Candy debe estar preocupada, ya me tarde demasiado.
-Salúdala de mi parte.
-Nos vemos en dos semanas. – se despidió de la pareja.
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-Estoy feliz por Carla.
-Yo también, desde que llegué a América, ellos fueron como mi familia. – abrazó más a su esposa - me alegro que su vida cambie para mejor.
Candy levantó la cabeza, Terry se veía contento, ella sabía muy bien el cariño que les tenía a los Harris.
-Te amo tanto Terry… - volvió a poner su cabeza sobre el pecho masculino, mientras lo acaricia con delicadeza – fui muy afortunada al encontrarte en mi vida - Terry la dejó hablar - de niña soñaba con una amor así, cuando mi tía me contaba lo que mi padre hizo por mi mamá, deseé que alguien me amara de esa manera – posó su mano sobre el corazón del castaño – que esto me perteneciera sólo a mí.
-Y es sólo tuyo - afirmó colocando su mano sobre la femenina – aunque la primera vez que me hablaste no me agradaste mucho…
-Pero te cautive - lo interrumpió
-No puedo negar que no dejé de pensar en ti desde aquel encuentro en el jardín; sin embargo, fue cuando me sonreíste y evitaste que Cornwell me insultara, que me enamoré de ti.
-Ese día me ayudaste; estaba desesperada ellos me presionaban para que les dé una respuesta.
-Es por eso que se me ocurrió mojarlo.
-Lo sabía! – se sentó frente a él, no tenía vergüenza en mostrarse a su esposo; cómo él se lo había dicho, ya conocía cada parte de su cuerpo – el que nos mojaras fue intencional. – tenía una gran sonrisa.
-Y no me arrepiento, gracias a eso estás aquí conmigo, entre mis brazos. - la atrajo hacia él y comenzó a besarla siendo correspondido arduamente por su esposa.
Al día siguiente
Eran las ocho de la mañana, y como Terry tenía dos semanas antes de presentarse a audiciones, decidió pasarla con su esposa, seguir cuidándola y ayudándola en la casa.
-Ya pensaste en lo que te dije? – estaban desayunando.
-En lo de la universidad?
-Aunque tu padre quiere que sea yo quien se encargue de cuidar y administrar tu patrimonio – Terry le contó todo lo hablado con su padre – pienso que también tú deberías hacerlo, me contaste que tu padre te instruía para entender los asuntos financieros de su empresa y del banco, por qué no quisiste seguir?
-Yo… - no sabía si contarle su sueño.
-Qué pasa amor? – tomó su mano para darle seguridad.
-Quería ser enfermera.
-Entonces eso es lo que quieres estudiar?
-Quería - bajó la cabeza apenada – pero… ahora no creo que pueda.
-Puedes hacerlo, qué te lo impide?
-No sé si podré hacerlo. – dijo desanimada – no quiero darte más problemas.
-Más problemas?
-Con tu trabajo en el teatro, la ayuda que me das en la casa y ahora con lo de administrar…
-Candy – la interrumpió – si te dije que tú también debías prepararte, no es porque no quiera hacerlo; de todos modos lo haré, no sólo porque se lo prometí a tu padre; sino, porque quiero ayudarte y cuidarte, pero pienso que tú también debes prepararte por si algo llegara a pasarme.
-No digas eso! – dijo asustada - ni siquiera lo pienses Terry, yo no lo soportaría - apretó su mano.
-No te preocupes amor, no te dejaré sola; es sólo que no quiero que estés desprotegida y que alguien llegue y se aproveche de ti. – acariciaba su mano para tranquilizarla – pero si quieres ser enfermera…
-Ya no – dijo con firmeza – lo he decidido, me gustara estar junto a ti durante nuestras clases – dijo sonriente.
-Seremos compañeros de clase. – sonrió ante la idea – pero no quiero que hagas algo que no deseas.
-El ser enfermera ya lo había desecho hace un par de años – él la miró sin comprender – cuando creí que mi destino era casarme con un hombre que elegirían para mí, sabía que no podría ni siquiera decir lo que pienso o deseo.
-Pero esa no es tu realidad, ahora tú puedes elegir.
-Y elijo estar junto a ti; si tú estás dispuesto a ayudarme en esto, mi deber y deseo es estar contigo, aprender y ayudarte también.
Lo había decidido, le había gustado la mirada que Terry le dedicó al decir que serían compañeros de clase, pensó en que sería una nueva experiencia y oportunidad para conocerlo en ese aspecto.
En un mes iniciarían con sus estudios. Cuando le informaron a William sobre su decisión, contrató a un maestro para que le enseñara a Terry y a su hija sobre asuntos administrativos y legales; quería que su hija esté muy bien protegida para cuando él ya no esté.
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Ya estamos muy muy cerca del final, espero que les haya gustado esté capítulo. Personalmente me gustó escribir la reacción de Terry con Susana.
Se cuidan mucho y tengan un buen fin de semana.
